31 diciembre 2004

“- No soy de los que se privan de una buena copa o un buen plato. Y tampoco privaría de ellos a ningún otro ser humano. El amor a la vida es una pasión muy fuerte, y siempre he procurado seguir ese impulso, incluso en cosas tan triviales como el comer y el beber. (...) - También me ha tocado mi ración de miedo, no crea. Pero la utilizo para amar la vida con más intensidad aún”
Alberto Manguel. Stevenson bajo las palmeras. Madrid, 2003.


DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 31 de diciembre de 2004


Añado a la lista de recomendaciones de ayer un par de libros: “Vecinos” de Jan T. Gross (un ensayo sobre la responsabilidad del pueblo polaco en la aniquilación de sus compatriotas judíos) y “Stevenson bajo las palmeras” (una pequeña novela de Alberto Manguel que me está acompañando durante las últimas horas del año).
Esto se acaba. Feliz año.

30 diciembre 2004

“Capítulo 1: Un dogma desastroso

"Seamos perezosos en todo, excepto en amar y en beber, excepto en ser perezosos" Lessing

Una extraña pasión invade a las clases obreras de los países en que reina la civilización capitalista; una pasión que en la sociedad moderna tiene por consecuencia las miserias individuales y sociales que desde hace dos siglos torturan a la triste Humanidad. Esa pasión es el amor al trabajo, el furibundo frenesí del trabajo, llevado hasta el agotamiento de las fuerzas vitales del individuo y su progenitura. En vez de reaccionar contra esta aberración mental, los curas, los economistas y los moralistas han sacrosantificado el trabajo. “
Paul Lafargue. El derecho a la pereza – Refutación del derecho al trabajo de 1948


DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 29 de diciembre de 2004


Martes. Improvisamos una cena con lo poco que tenemos en la nevera para Jordi N. y Paco. Hacemos, como siempre, planes para visitarlos en su lejana tierra del sur... ojalá podamos hacerlo en breve. La sobremesa se alarga con las copas (entre las que brilla con luz propia la grappa que me regalaron Alberto y Consol).
Miércoles. Días de poco trabajo y ambiente triste en Levi Pants. Llego a casa cansado y, tras leer un poco, nos vamos a dormir muy pronto.

El fin de año se acerca como un meteoro y con él llegan las listas de lo mejor y lo peor del año. El año pasado hice un resumen de los libros que habían caído en mis manos durante el año, este año repito. Es lo que, parafraseando a Josep Pla, podemos titular “EL QUE HEM LLEGIT”.

1. BEST SELLERS: Sin lugar a dudas se han convertido en los principales protagonistas de mis lecturas durante este año. En esta categoría incluyo los triunfadores mediáticos del año “El código da Vinci” y “Ángeles y Demonios” de Dan Brown y la zaga de estos dos – y permitirme aquí citar al gran Chiquito de la Calzada – torpedos, vienen pequeñas maravillas del género mucho más elaboradas y, a mi parecer, mejores: “El Club Dante” de Matthew Pearl, “los crímenes de Oxford” de Guillermo Martínez y “El enigma del cuatro” de Ian Caldwell y Dustin Thomason . Pero si una pareja de autores han llenado horas y horas de mis lecturas esos son Douglas Preston y Lincoln Child (de los que he devorado “The Relic”, “La ciudad sagrada”, “El relicario”, “El pozo de la muerte”, “Más allá del hielo”... y en todos ellos he encontrado lo que buscaba: diversión). Otros best sellers que me han gustado este año han sido “Ciudad de huesos” de Michael Connelly, y “Patria” de Robert Harris (un descubrimiento tardío pero que sin duda protagonizará parte de mis lecturas el año que viene).

2. TIROS SEGUROS. Nunca fallan, son grandes y sabes que siempre puedes contar con ellos. Este año J. M. Coetzee (“El maestro de Petersburgo”, “infancia” – el que más me ha gustado - y “la edad de hierro”), Mario Vargas Llosa (“Conversación en la catedral”) y Enrique Vila Matas (“El mal de Montano”).

3. CLÁSICOS: Sólo dos, uno de siempre y otro recién escrito. Son “Las minas del rey Salomón” de Henry Rider Haggard y “La pell freda” de Albert Sánchez Piñol.

4. COSITAS BUENAS: Los diarios de Samuel Pepys (un precursor que nos dejó su cotidiano quehacer desde 1661 hasta 1669), y el “En la noche y entre los hielos” de Nansen (otro diario pero esta vez más estoico).

5. LA SORPRESA: “Cartas a la antigua china” de Herbert Rosendorfer, una pequeña maravilla que se lee con una sonrisa en los labios.

6. ESOS LIBROS QUE SIEMPRE TIENES PENDIENTES Y QUE PESE A ESO, CUANDO LOS LEES, TE GUSTAN: “Las cenizas de Ángela” y “Lo es” de Frank Mc Court y “El club de la buena estrella” de Amy Tan.

7. OTRAS COSAS: Un viaje descerebrado a ninguna parte (“ahora sabréis lo que es correr” de Dave Eggers”), otro viaje – esta vez de despedida- (“Milenio Carvalho” de Manuel Vázquez Montalban) y los recuerdos de un viejo roquero (“corre rocker” de Sabino Méndez) también merecen su espacio aquí.

28 diciembre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 27 de diciembre de 2004


Difícil de creer pero, desgraciadamente, cierto. Un año después vuelvo a vivir la misma situación laboral que viví en la empresa que acabó despidiéndome. Sin previo aviso en Levi Pants se para la producción temporalmente y empiezan a despedir a compañeros (aducen motivos económicos).
Duelen todos los despidos (entre los que, de manera sorprendente ya que he sido el último en llegar, no me encuentro) pero especialmente duele el de Raquel. Junto con Xavi y Gilbert (que, por suerte, se quedan) hemos compartido durante los últimos cinco meses más de ocho horas al día. Vamos a echar mucho de menos sus risas y el ambiente que, día a día, habíamos conseguido entre los cuatro.
Comemos juntos en el chino que hay junto a Levi Pants y volvemos los tres (hoy ya no somos cuatro) al trabajo. La tristeza es grande, la sensación de que una puerta se ha cerrado también.
Tengo la sensación de que me he salvado de la quema pero que caeré en breve, pero hoy no es lo que realmente me importa.
En el cd, y desde su nuevo y delicioso disco, Nancy Sinatra canta “two shots of happy, one shot of sad”. Hoy a tocado la pena.

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 26 de diciembre de 2004


Y como cada año por estas fechas llega el día del tradicional “Mar y muntanya”.
Nos levantamos tarde y nos ponemos en marcha con pereza. Pese a todo llegamos los primeros a casa de mis padres. Somos 13 los afortunados que disfrutaremos del delicioso plato. De primero – no hay que abusar- ensaladas (todas buenas pero, no nos engañemos, siempre serán un triste preámbulo de lo que ha de llegar). Finalmente llega el plato y, como siempre y lejos de decepcionar, vuelve a sorprendernos con su riqueza de sabores y texturas.
Y tras la comida, una larga sobremesa salpicada de risas y de fotos antiguas y nuevas pone fin a la jornada. En casa sólo conseguimos, una vez más, deambular como muertos vivientes después de zamparse media ciudad.

26 diciembre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 25 de diciembre de 2004


Viernes. Salgo antes de Levi Pants y me encuentro con María José en casa. Ha llegado el momento de desenvolver los regalos que desde hace unos días ocupan el pié del árbol. Son regalos cargados de ilusión y que nos han mantenido ocupados durante muchas horas. El balance no puede ser mejor: mucha alegría, un abrigo precioso, una mochila que viene a sustituir a mi muy ajada – algunas fuentes se refieren a ella como vergonzosamente destrozada - mochila, cd’s de cantantes veteranas – Nancy Sinatra, Marianne Faithfull y Loreta Lynn – y libros. Creo que a María José también le han gustado sus regalos (los saltos verticales que da al abrir alguno de ellos me hacen ser optimista al respecto).
Salimos en busca de algo para comer y encontramos que en todas partes han cerrado ya la cocina. Acabamos en “la pizza del Born” haciendo su menú (dos raciones de pizza y una bebida por algo más de 3 euros).
En el “Museu de la Xocolata” compramos los últimos detalles para estos días y me regalo un excelente chocolate a la taza. Vuelta a casa y siesta preparatoria para afrontar las largas jornadas festivas que nos esperan.
Cena en casa de mis padres. En la mesa hoy somos 16 (familia y unos vecinos). Como cada año hay mucha comida y toda está deliciosa. Como cada año bebo más de lo que mi prudencia – si la tuviera- podría indicarme. Como cada año como demasiado. Como cada año me lo paso muy bien. Tras la cena, que ha sido muy larga, llegan los regalos. Un nuevo lote de libros y dvd’s colma todas mis expectativas (Vargas Llosa, Benedetti, Auster, Trapiello, Woody Allen...). También me regalan un jersey chulísimo y un pijama (que, pese a ser de mujer, me queda muy bien). Todo me gusta mucho, he tenido suerte.
Hartos de esperar taxis en noches como hoy, hemos venido en moto. Cargamos la mochila y volvemos a casa. Estamos muy cansados.

Sábado. Nos levantamos tarde y nos ponemos en marcha poco a poco. El día es gris y parece que lloverá. Cogemos el tren hasta Alella donde nos espera la segunda comilona familiar de estos días. Esta vez a la mesa somos 13 (este año se ha incorporado Alberto y he dejado – por fin - de ser el último “afegit”). Intento moderarme un poco (mi estómago lo pide a gritos) y sólo lo consigo parcialmente ya que cuando llega la carne del caldo mi debilidad por la pelota me pierde. La sobremesa se alarga mucho y “el tete” me enseña las fotos de su viaje a Brasil (fantásticas, y como siempre que veo fotos de viajes me entran unas terribles ganas de viajar). Estoy cansado, me sumo a la siesta que María José se da en el sofá y dormito mientras escucho las risas y los gritos de Joana (que sigue siendo malísima pero está muy guapa). A Alejandro le han regalado un “Tetris” para la tele y hacemos unas cuantas partidas antes de volver a casa.
La siesta, la vagancia, el sofadismo y la falta de actividad principal caracterizan nuestro triste deambular por las horas restantes del día.
He acabado “Patria” (me ha gustado mucho) y empezado “Vecinos”. El libro, de Jan T. Gross, es un escalofriante ensayo sobre el exterminio de la comunidad judia de Jedwabne llevado a cabo por el resto de vecinos de esta población polaca.

PATRIA
Robert Harris

Ante todo “Patria” es un buen thriller político. Pero Robert Harris lo sitúa en una realidad paralela resultante de la victoria de Alemania en la segunda guerra mundial. Ese mundo imaginario está pero perfectamente documentado y eso le añade a la novela una credibilidad que, aunque ahora ya – y por suerte- resulte imposible, hace que todo nos parezca probable.
En el núcleo de la novela gravita un hecho real del pasado (por desgracia, real): la conferencia de Wansee sobre la solución final que tuvo lugar el 20 de enero de 1942. En esta conferencia (documentada perfectamente en el excelente “La villa, el lago, la reunión” de Mark Roseman, libro que me dejó Víctor y que – años después – aún corre por casa) una serie de burócratas nazis decidieron la (mala) suerte de millones de personas y la aplicación de las medidas oportunas para acabar con sus vidas de una manera ordenada).
Robert Harris se mueve con facilidad entre la escalofriante realidad y el thriller de ficción. El resultado es un best seller muy bien documentado que se lee de un tirón. Un ejercicio de documentación admirable unido a una deslumbrante imaginación producen un libro fascinante.

24 diciembre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 23 de diciembre de 2004


Miércoles. Cena con María José y Pepe en el Hugo (c/Rec Comtal, 6 Tel. 933100817). El restaurante es sencillo pero cenamos muy bien (está especializado en comidas típicas chilenas) y a un precio asequible.

Jueves. Tras la larga jornada laboral vuelvo a Barcelona. En casa descanso, intento dormir un poco y leo mientras cojo fuerzas para afrontar mi primera cena de empresa en “Levi Pants”. La leyenda habla de pantagruélicas comidas amenizadas por todo tipo de bebidas alcohólicas de alta graduación. La leyenda también habla de asistentes a estas reuniones que, bajo los efectos de estas bebidas y otras substancias menos permitidas, han caído en brazos de Morfeo y de otros dioses más mundanos. Las leyendas hablan de pérdidas colectivas de la razón, de la memoria y de la dignidad... pero las leyendas, por suerte o por desgracia, son sólo fabulaciones fruto del imaginario colectivo.
La cena (sorprendentemente buena) transcurre placidamente bajo la atenta mirada del señor Levi. El restaurante elegido es “Ca n’Armengol” (Prat de la Riba, 1 Sta. Coloma de Gramenet. Tel. 933916855) y la elección resulta un acierto. Sólo los más valientes continuamos (mañana hay que trabajar) con una copa en una cervecería cercana.
Vuelvo a casa en taxi. El conductor, amigo de la charla trascendental, me confiesa que sólo ha llorado con la muerte de tres personas: el torero Paquirri, el cantante Nino Bravo y el jugador de baloncesto Fernando Martín. Buscando una huida ante la magnitud de esta santísima trinidad me confieso “curro-romerista” y desvío la conversación hacia terrenos menos personales.

22 diciembre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 21 de diciembre de 2004


Tras tres años de sequía absoluta (la empresa para la que trabajaba – en una muestra más del exquisito trato que suele dispensar a sus explotados trabajadores - no lo consideraba oportuno), este año tengo lote (gentileza de Levi Pants). Se que es una tontería (- si tanta gracia te hace, puedes comprarte uno – dicen los descreídos), pero a mí me hace ilusión que me lo regalen. No es el coste de los productos ni lo bonito del envoltorio... lo que realmente importa es el gesto.
El jamón ya ocupa su lugar en el – durante el resto del año vacío – jamonero y estoy deseando empezarlo. El resto de productos vagan por la cocina (en grupos o en solitario) buscando un acomodo donde poder esperar tranquilamente el cercano día en el que, más temprano que tarde, serán consumidos.
Por la noche, con María José, Nuria y Jordi R. vamos al teatro de la ciudad vecina para ver la última representación de “Cançons d’Amor i Droga” de Albert Pla. En el teatro me encuentro a Xavi y Gilbert con los que trabajo, hombro con hombro, en el taller de confección. Verlos fuera del trabajo es curioso (todavía no he salido nunca con ellos de copas). El espectáculo, mucho más rodado que la primera vez que lo vimos, me vuelve a gustar mucho.
Al salir hace muchísimo frío y tenemos que ir, en moto, hasta Barcelona. Al principio el aire frío se me hace imposible de resistir pero poco después consigo abrir la visera del casco y disfrutar del vivificante aire frío en la cara.
Es tarde. Leemos un poco (estoy leyendo “Patria” de Robert Harris) y a dormir.

21 diciembre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 20 de diciembre de 2004


Después de un domingo ocupado por varias perezas domésticas vuelve el tedio de la rutina laboral.
Poco a poco las felicitaciones que llegan por correo van ocupando su lugar en el árbol. La cercanía de la navidad – con su promesa de reuniones familiares, besos y abrazos – endulza mis, de otra manera difícilmente soportables, horas de trabajo.
Hace mucho frío.

19 diciembre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 18 de diciembre de 2004


Viernes. Nuestro jefe y señor – el señor Levi- , en un acto de generosidad inédito pero sin duda relacionado con estos tiempos de fraternidad que de manera secuencial – y siempre coincidiendo con estas fechas – suele protagonizar la tradicionalmente poco dada a alegrías patronal, suspende la producción y nos da fiesta. Este hecho inédito en el extraño mundo de la producción de pantalones llena mi corazón de regocijo y me lanza, cuatro horas antes de lo que por convenio me corresponde, al lujo asiático que supone el fin de semana sin trabajo.
Corresponde celebrarlo con los compañeros de labor (parece ser que no he tenido bastante con las 38 horas que he pasado con ellos esta semana) y en un bar cercano a Levi Pants hacemos una cerveza mientras agotamos las últimas anécdotas laborales (conversaciones sobre botones, cremalleras y tiros que sería demasiado agotador detallar aquí).
Hace mucho tiempo que no tengo la oportunidad, como hoy, de comer en un día laboral con María José. Puede parecer una tontería (desayunamos juntos 7 días a la semana y cenamos también con la misma frecuencia) pero poder comer hoy con María José se convierte en una cita que apetece un montón.
Nos encontramos en el centro y comemos en un chino. Antes de comer nos encontramos con Gloria (a la que hace mucho, demasiado, que no nos veíamos).
Después de comer salimos a cazar regalos para la nochebuena familiar. Distraemos la fiebre consumista que nos ha atrapado – como a todos – con la visita a las muchas galerías de arte de la zona por la que decidimos buscar (en las que no vemos nada que nos guste demasiado). Visitamos a Ana en la tienda en que trabaja (mucho por estas fechas) y seguimos con nuestra caminata. Al final del día no hemos conseguido demasiados regalos y estamos agotados, pero nos hemos divertido mucho.

Sábado. El ajetreo de los últimos días ha dejado nuestra nevera en un estado, por suerte, inusual. Dado que un desayuno a base de lenguado congelado (una de las pocas sólidas que hemos podido encontrar en toda la casa) puede resultar poco atractivo, decidimos desayunar fuera.
Nuestra primera opción, el bar Sanz, se hunde debido a la cola que presenta a la hora que nosotros nos presentamos. Decidimos movernos por el barrio y acabamos en un bar cercano. El desayuno resulta delicioso.
Me gustaría seguir con María José pero tengo que comprar su regalo. Nos separamos. Poco después me encuentro a Luisa (mi tía) y a Marta (mi prima) que están buscando también los regalos para nochebuena. Hablamos un rato pero las abandono pronto ya que tengo mucho trabajo.
La mañana, después de muchas dudas, se saldará con éxito. Pero antes de alcanzarlo y saturado por las dudas que me corroen, decido hacer un alto en el camino y me voy hasta el mercado a hacer la compra. Es un placer volver, después de mucho tiempo, a recorrer las familiares paradas, a hablar con viejos conocidos que me dan trato de amigo (no se me escapa su interés, pero pese a todo se agradece) y a disfrutar de los sonidos y olores de los que el mercado es una verdadera fiesta.
De nuevo con María José, comemos en casa y salimos juntos a continuar la caza del regalo. Un par de horas después volvemos a estar en casa saboreando la satisfacción de la labor bien hecha.
La mala noticia es que, en un bajón de tensión, nuestro video ha presentado problemas de salud que probablemente nos alejarán de sus servicios – tan necesarios para nosotros – durante los próximos días ( por suerte nos queda el dvd).
Ceno con María José (en plan novios y todo eso) en “La Sucursal” (Comerç, 4 Tel. 933106595). Hoy nos sorprenden con su menú de navidad (por 21 Euros, bebida, cafés y postre incluidos, cenamos muy bien).
Ya en casa apuro las últimas horas del día escribiendo este diario mientras escucho a Bebo Valdés y a El Cigala... ahora mismo suena “la bien pagá”.

16 diciembre 2004

“Cualquier infeliz puede quemar energía sin parar, pero uno debe tener alguna cosa dentro antes de poderse dedicar a no hacer nada. Debe tener reservas que le permitan sumergirse en los extraños ríos de los sueños y la divagación, es decir, debe tener alma de poeta.”
Miguel Berga. Sobre no hacer nada. Cultura/s de La Vanguardia 123


DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 15 de diciembre de 2005


Martes. Nos rescata de la oscuridad provocada por dos días sólo ocupados por obligaciones una cena con amigos en casa de Juan y Carmen. También están Luís, Carlos y Rosa. La cena resulta impresionante y la sobremesa, animada por una botella de excelente tequila reposado, se alarga hasta más allá de lo prudente en un día laborable.
Miércoles. Vuelta a la rutina, al lado oscuro de la fuerza. Se acerca la navidad y empieza a faltar el tiempo para todo.

14 diciembre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 12 de diciembre de 2004


Attenti El castillo de los Sforza
El día empieza con un magnífico paseo por el parque de Legnano. En sus puertas encontramos un mercadillo idéntico a los mercadillos españoles (son pocos los indicadores que nos muestran que no estamos en España: los carteles de las tiendas, el idioma que habla la gente y una presencia mucho menor de gente vestida de chándal que no practica ningún deporte, son los tres más destacados).
El centro de Legnano es una celebración de la vida. Grupos de gente que se encuentra, se saluda, habla y ríe. Tiendas abiertas y ambiente navideño. El largo paseo nos ha despertado el apetito. Nada más entrar en la cafetería de Beppe nos recibe un olor delicioso a café y pastas y la amabilidad y simpatía de su propietario. Desayunamos y, después de aprovisionarnos de deliciosos productos (café, mermeladas y otras dulces maravillas), salimos con destino a Milán.
Nuestra primera parada es el cementerio “Monumentale” que responde totalmente a las expectativas que su nombre despierta. Paseamos por el vacío cementerio disfrutando de los espectaculares panteones (algunos verdaderas obras de arte de la escultura y la arquitectura) y del tranquilo ambiente).
La segunda parada de nuestro tour turístico tiene que ver con el diseño. Ayer ya tuvimos nuestra primera dosis de diseño en la visita a la “Triennale”. En “10 Corso.Como” (una galería de arte, librería, cafetería de diseño y tienda de productos demasiado caros para considerar su compra) paseamos entre las maravillas del diseño. Productos fantásticos nos tientan con sus características y nos asustan con su precio.
Recuperamos fuerzas con un bocadillo (son las 2:30 del mediodía, demasiado tarde para que un restaurante nos dé de comer) y seguimos con nuestro periplo por el Milán más comercial.
Acabamos nuestra visita turística, un poco antes de lo previsto debido a nuestro cansancio, en la estación Central (impresionantemente grande).
Vuelta a casa, cervecita tranquila, buena conversación y sesión de fotos.
Es hora de marchar. Consol y Alberto nos acompañan al aeropuerto. Vamos más cargados que a la ida (Grappa, vino para Jordi P. – para que no se queje de su poca presencia en este diario aquí tiene su aparición en el diario de hoy -, un Panetone, pasta, dulces...
Facturación, embarque, vuelo tranquilo y llegada al aeropuerto de Barcelona media hora antes de lo previsto. Volvemos a casa en el bus.
Han sido dos días magníficos. Hemos aprendido mucho y nos hemos divertido todavía más. Alberto y Consol han sido unos anfitriones increíbles (muchas gracias) y se nos han despertado las ganas de viajar más.

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 11 de diciembre de 2004


Suena el despertador mucho más pronto de lo habitual. Salimos a la calle sin desayunar y caminamos hasta plaza Cataluña cruzándonos con gente que está dándole los últimos tragos a la fiesta nocturna. Autobús, aeropuerto, facturación y – por fin un poco de tranquilidad - desayuno con el periódico. A las 7:55, puntualmente, despega nuestro avión hacia Milán. Volamos con “Vueling” que a parte de ser muy económica (el billete de ida y vuelta para dos personas nos ha costado 72 euros, tasas incluidas) resulta ser una compañía muy eficiente y el ambiente de cercanía que consiguen con la simpatía del personal de cabina se agradece.
En Milán – Malpensa nos recoge Consol y nos lleva en coche hasta su casa en Legnano. Mis primeros pasos en Italia consisten en un agradable paseo por la pequeña ciudad y en un café (delicioso) en el local de Beppe.
Consol y Alberto están arreglando la que será su casa cuando terminen las obras y, después de encontrarnos con Alberto, vamos a visitarla. El piso, ahora en obras, está en un antiguo “cortile” (un conjunto de viviendas que dan a un patio interior, es la construcción típica de esta zona) y, aunque aún falta mucho por hacer, parece muy acogedor.
Vuelta a casa y primera comida (un plato de pasta buenísima que Alberto se encarga de preparar. Estamos preparados para acercarnos a Milán para empezar a hacer el turista. La “Trienale”, un paseo por el parque el parque sempione al anochecer “Sempione” y el castillo de los Sforza, el “Duomo”, las galerías Vittorio Emanuele, el teatro de la “Scala”, un mercadillo de productos artesanos... visitar una ciudad acompañados por un guía nativo y una guía que no es nativa pero sabe más que muchos nativos es un privilegio. En nuestro deambular por la ciudad no hay pasos en falso y lo que no sabemos o entendemos encuentra pronto respuesta.
Cuando llegamos a casa estamos muy cansados. Pero tenemos mesa en un restaurante típico y volvemos a salir. Tras dar muchas vueltas con el coche llegamos a Torba (un pueblo muy pequeño) donde está la “Trattoria di Torba” (21040 Torba di Gornate Olona. Italia. Tel. 0331/820180). Nada más entrar Alberto se encuentra a unos clientes y, en una muestra de la educación italiana, somos presentados a los clientes y a los amigos de los clientes. El comedor del restaurante se convierte en un ir y venir incesante de manos que se cruzan, de inclinaciones de cabeza y de saludos de cortesía. Una escena de caos sólo comparable a la de los hermanos Marx en el camarote de “Una noche en la ópera”.
Al final conseguimos llegar hasta la mesa. Son las 9’30.
Pronto aparecen los “antipasti” (“cotechinni”, “copa”, “prosciutto”, tortilla, una especie de empanada, queso con tomates secos...). Damos cuenta de ellos (ayudados por grandes dosis de un tinto buenísimo) y nos lanzamos a por el primero (yo me decido por un risotto y los demás por pasta). Todo está delicioso. Al segundo sólo llegamos Alberto y yo (yo me decido por un plato de queso a la plancha). Con los segundos aparece un plato de patatas fritas, después otro y – cuando ya estamos acabando- una segunda ración de “cotechinni” que, en una lección de gula perfectamente articulada, devoramos por completo.La cena ha sido fantástica, la mejor en mucho tiempo. Cuando nos levantamos de la mesa el reloj marca la 1’30. No hemos parado de hablar ni de comer durante las últimas cuatro horas. Nos despedimos de la señora del restaurante (que nos vuelve a dar muestras de afecto y cordialidad) y salimos a la calle. Hace mucho frío (el termómetro del coche marca 0 grados) y es hora de volver a casa.

11 diciembre 2004

“A priori, un trabajador, por el simple hecho de formar parte del engranaje económico, es considerado como una persona virtuosa; por el contrario al ocioso se le ve como un perezoso o, peor aún, un gandul, un vagabundo, un inadaptado social. El deber y el derecho al trabajo se encuentran en el art. 35 de la Constitución española, pero al ocio no se le considera ni un derecho ni mucho menos una obligación.”
Glòria Soler. En busca de la ociosidad. Cultura/s de La Vanguardia 123


DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 10 de diciembre de 2004


Ya tenemos árbol (como siempre hecho por María José con materiales reciclados) y lo hemos empezado a llenar de postales. La primera que llegó fue la de Kris y Tony y la segunda (y última hasta el momento) es la de el alcalde de nuestra ciudad (al que, como muestra de buena voluntad navideña y en respuesta a su amable – y, no nos engañemos, más falsa que judas – felicitación, no adornaré con los adjetivos que se ha ganado gracias a su inhábil gestión al frente del consistorio).
Los últimos días – ha vuelto el trabajo – ha quedado poco tiempo para disfrutar.
Tiempo que he invertido, junto a María José, en empezar el visionado de la tercera temporada de “Los Soprano” y que he malgastado, también junto a María José, viendo la insufrible “Cold Mountain”.He cometido el error de instalar de nuevo “Age of empires” y no paro de perder partidas. También tengo problemas con el “Doom”. He llegado a una pantalla llena de malos (muchos y muy malos todos) que no soy capaz de superar.

08 diciembre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 07 de diciembre de 2004


Por fin, tras muchas horas invertidas y no pocas risas, hemos acabado nuestro trabajo con la felicitación de navidad. Las 104 postales ya están ensobradas y con los sellos puestos. Ahora ya es cosa de correos.
Estos últimos días han sido fotocopias los unos de los otros. Por las mañanas compras navideñas (ya tengo el primer regalo de María José pero – como ella lee este diario – no puedo contar nada), por las tardes trabajo con la postal y por las noches cena-rescate con amigos.
El lunes cena con Nuria y Jordi en el restaurante del “Ateneu” (c/Canuda, 6 Tel. 933185238). Precios ajustados, carta con sabrosos platos tradicionales y tranquilidad. Cenamos muy bien y hacemos una copa en el “Raval” y una segunda en un bar cuyo nombre soy incapaz de recordar. Vuelta a casa con paso vacilante parando en las Ramblas a comprar el periódico.
El martes, con la satisfacción de tener ya la postal ensobrada, cenamos con Clara y Roger en el “Pan y vino”. Hay poca gente y hoy se está especialmente bien. Tras la cena cae una segunda botella de vino que nos obligará a alargar la sobremesa hablando de un montón de cosas.
Mañana, aunque parezca mentira, también es festivo.

06 diciembre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 05 de diciembre de 2004


Sábado. Dejo dormir a María José y preparo el desayuno tranquilamente. Desayunamos y, por primera vez esta temporada, nos enfrentamos a las compras navideñas. Las calles del centro están llenas de gente que corre de un lado a otro con cara de pocos amigos, debe ser el espíritu navideño. Sin haber comprado nada nos acercamos a la sala Parés y disfrutamos con la imprescindible exposición de Josep Roca Sastre. Seguimos, tras el paréntesis cultural, en nuestra primera incursión en la locura navideña... sin éxito en lo que a regalos se refiere.
Por la tarde nos entregamos a fondo a trabajar con la felicitación navideña que ya está en fase de producción.
Cenamos en casa de Yoli y Rafa. Como siempre la mesa está más que surtida y nos ponemos las botas.
La sobremesa, larga y divertida, se traslada al sofá. Acabamos tarde y Rafa nos devuelve a casa (gracias).

Domingo. Nos levantamos tarde y, como tengo deberes del cursillo, me paso el día delante del ordenador (con algunos inexplicables problemas que me obligan a llamar a Jordi P. – ya tienes tu aparición de hoy – para pedirle ayuda).
Por la noche damos un paseo hasta los Icaria y, después de cenar algo en el mismo centro comercial, vemos “The Increibles” . Me lo paso genial.Volvemos a casa paseando sin prisas ya que mañana, lunes, también es festivo.

04 diciembre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 03 de diciembre de 2004

Hoy es el día de mi santo y aunque no lo solemos celebrar, María José me ha regalado un jersey (negro, naturalmente) muy chulo que no tardo en ponerme. El día (trabajo y cursillo) no ha estado mal y saber que es el pistoletazo de salida para un largo fin de semana (cinco días festivos) anima mucho.
Cenamos en casa y después salimos a hacer una copa en “The Black Horse”. Allí nos encontramos con Jordi R2 y Víctor. Poco después completan la animada tertulia Jordi P. y Alex “el niño”.
Los videoclips añejos que ofrece un canal de televisión nos recuerdan que alguna de las batallitas que contamos ocurrieron hace más tiempo del que somos capaces de reconocer.Jordi P. afirma que últimamente sus apariciones en este diario son demasiado fugaces y pide un mayor protagonismo. Estoy pensando en establecer una tarifa de aparición... podría ser la manera de alcanzar el estatus de ocioso sin demasiado trabajo.

03 diciembre 2004

“Desde entonces soy un optimista contumaz. Ver truncarse las vidas, con todo lo que cada vida llega a contener, y verlas truncarse por motivos absurdos o irrisorios, y de formas a menudo atroces y desdichadas, despierta en uno una inevitable desconfianza hacia los semejantes, pero también una necesidad incontrolable de proteger y alimentar a cada segundo la ilusión de vivir. Aunque sea estúpida, y frágil, y aunque los días y las noches te ofrezcan tantas razones para perderla.”
Lorenzo Silva. La niebla y la doncella


DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 2 de diciembre de 2004


Salgo de Levi Pants y, pese a que todavía es pronto, ya ha oscurecido. De vuelta en la ciudad me veo obligado a hacer tiempo en un barrio que no es el mío. Camino sin prisas mientras miro escaparates. Por unos momentos vuelvo a convertirme en el ocioso modelo y disfruto de la sensación conocida y confortable de vagar sin rumbo fijo. Paseo, entro en una tienda sin otra intención que dejar pasar el tiempo, miro pasar a la gente (que se desplaza a un ritmo muy superior al mío), valoro entrar en un bar, sigo paseando y al final me siento en otro bar frente a la cristalera de entrada que me da una visión – muy fragmentada y limitada pero igualmente interesante – de la vida en el barrio. Aprovecho tambien para leer un poco (he acabado “Iacobus” de Matilde Asensi y ahora estoy leyendo “La niebla y la doncella” de Lorenzo Silva y un estudio sobre el mundo de la confección de pantalones (un regalo de cumpleaños) escrito por Javier Perez de Silva. Justo ahora, al escribirlo, me he fijado en la coincidencia de apellidos... curioso).
Pero todo tiene su fin (y lo bueno, por desgracia, también). Se acaba mi tiempo de ocio y me dirijo al despacho del administrador de nuestra finca para la reunión anual de vecinos de la finca donde vivimos ( motivo que me ha llevado a este barrio que no es el mío). La reunión resulta larga pero mucho menos dura de lo esperado. La pobre asistencia hace que las ancestrales rencillas vecinales no hagan – como es costumbre desde tiempos inmemoriales – aparición.
Pese a todo salgo agotado y llamo a María José para que protagonice un oportuno rescate. Quedamos en el “Panyvino” pero, cuando llego, un inoportuno apagón nos deja sin cena. Paseamos por el barrio – que hoy, por la oscuridad, presenta un aspecto insólito- y acabamos cenando en el “Murivechi”. La cena, la conversación con María José y las noticias que me trae del avance de nuestra felicitación de navidad de este año actúan como un bálsamo reconstituyente que me cura de los sinsabores de los últimos días.

30 noviembre 2004

“Sufro la inmensa pena de tu extravío
Y siento el dolor profundo de tu partida
Y lloro sin que sepas que el llanto mío
Tiene lágrimas negras
Tiene lágrimas negras como mi vida”
Miguel Matamoros. Lágrimas Negras (en la voz de “El Cigala”)


DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 30 de noviembre de 2004


De nuevo una llamada en el trabajo me trae malas noticias de gente a la que quiero.
Los amigos, con el paso del tiempo, se han convertido en familia y su dolor, duele.
Intentaré estar cerca y dar calor.
Estoy triste, El Cigala - acompañado por el piano mágico de Bebo Valdés- me acompaña intentando dar un poco de luz en un paisaje oscuro.

28 noviembre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
domingo, 28 de noviembre de 2004


Es domingo por la tarde. El fin de semana llega a su fin y yo sigo sentado delante del ordenador (que es donde he pasado la mayor parte de los últimos días). Cada año, más o menos por estas fechas, María José y yo empezamos a trabajar en nuestra felicitación de navidad. Pese a que nos lo pasamos muy bien, son días de duro trabajo. Ayer, sábado, y hoy, domingo, hemos invertido la mayor parte de nuestro tiempo en empezar a confeccionar la felicitación de este año. Pocas actividades “de exterior” nos han apartado de la pantalla del ordenador:
Viernes. Cena con María José y Jordi P. en “La Sucursal” (c/Comerç, 4 Tel. 933106595). Después de fallar nuestras primeras opciones (todas ellas llenas de gente o con las mesas ya ocupadas) aterrizamos en este restaurante por casualidad. Y tuvimos mucha suerte: Cena agradable, tranquila y a un precio asequible. Tras la cena, copas en “The Black Horse”.
Sábado. Mi movimiento no me aleja de un radio de 10 metros del ordenador.Domingo. Para romper la inmovilidad que nos ha atrapado quedamos con Víctor y Laura para hacer el aperitivo. El aperitivo se convierte en una comida en “La Chacha”. Aún tenemos trabajo por hacer, volvemos a casa.

25 noviembre 2004

“Se quejaba Chesterton del tono hipócrita y enfermizo con el que sus coetáneos se referían a la práctica de pasar horas tumbado en una cómoda cama. La situación en este frente, no ha dejado de empeorar. Vale la pena recordar la advertencia de Chesterton: ‘Los avaros se levantan muy temprano; y los ladrones, según me informan, se levantan la noche anterior. El gran peligro al que se enfrenta nuestra sociedad es que mientras su espíritu se hace más y más voluble, sus mecanismos se tornan cada vez más rígidos.’ Por ahí viene la alarma social que debería provocar la proliferación de gentes atareadas y la disminución de ociosos convencidos, una especie en vías de extinción si las autoridades no ponen remedio.”
Miquel Berga. Sobre no hacer nada. Cultura/s de La Vanguardia 123.


DIARIO DE UN OCIOSO
jueves, 25 de noviembre de 2004


Poco a poco voy agotando una semana pintada en tonos grises. Las pinceladas de color que alegran el lienzo son pocas y, aunque intensas, efímeras.La lista de actividades de ocio pendientes va creciendo poco a poco sin que pueda hacer nada. Tengo muchas películas por ver, muchas exposiciones que visitar, libros que leer, música que escuchar, una postal de navidad que empieza a requerir atención, amigos a los que hace tiempo que no veo y otros a los que tengo ganas de ver otra vez, cenas por preparar, copas por beber, canciones que cantar, deportes que practicar, tiempo que perder, obras de teatro que no he visto, amigos a los que escribir, un diario desatendido (pocas cosas que explicar)... intentaré ponerme al día (sólo queda un día de trabajo. Mañana empieza la libertad).
Suena "Rock in the slingshot" el contundente tema que abre "American Oil" el nuevo álbum de "The Movies".

23 noviembre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 21 de noviembre de 2004


Pese al jolgorio nocturno que rodeaba a nuestra pensión hemos dormido bien. Me levanto cuando suena el despertador y veo que el sol nos acompañará hoy. Parece que el viento, que irá desapareciendo a lo largo de la mañana, también acompañará en nuestro regreso a Palamós.
Me ducho y tengo una primera pelea con la deficiente ducha de nuestra habitación. Mientras María José se ducha acabo el libro de Herbert Rosendorfer y tengo una segunda lucha con los mandos de la ducha (de la que, contra todo pronóstico, salgo victorioso y consigo cerrar el agua caliente entre una nube de vapor terrible).
Nos reencontramos con los compañeros y desayunamos en un bar junto al puerto. Cuando llega el patrón zarpamos. Nada más salir del puerto izamos la vela pero pronto descubrimos que, si no soplamos todos con fuerza, no avanzaremos demasiado. Aprovechamos para instruirnos en el uso del sextantepuesta de sol a bordo del Rafael y el compás de marcación.
El sol ayuda a disfrutar de la jornada en el mar y, a falta de viento, bueno es un aperitivo a bordo. El cava aparece pronto y nos acompaña durante el resto de la singladura. Leer (empiezo el “Iacobus” de Matilde Asensi), contar y – sobretodo - escuchar historias, mirar hacia el horizonte y refrescarse con una copita se convierten en nuestra única preocupación.
A medida que el sol desaparece nos acercamos al puerto de Palamós. Recogemos vela y, ya a oscuras entramos en el puerto. Ayudamos a recoger el barco – que descansará durante unos días – y, tras el brindis de despedida (hemos tenido mucha suerte y nos ha tocado un grupo muy majo), emprendemos el viaje de vuelta.
Son más de las 9 cuando llegamos a casa agotados pero muy contentos.
puerto de Palamós el Rafael

cartas a la antigua china HERBERT ROSENDORFER. Cartas a la antigua China

Hay libros que se leen de un tirón. Este, además se lee con una sonrisa en la boca.
El planteamiento del libro es sencillo: Kao Tai, un mandarín del siglo X descubre la manera de viajar en el tiempo. Sus cálculos temporales no le engañan pero si los espaciales y aparece en el Munich de finales de los años 80, poco antes de la caída del muro.
Es un “extraterrestre” que analiza nuestra esquizofrenia cotidiana. No se salva nada: religión, cultura, costumbres, filosofía, arte... todo es analizado por la perpleja mirada de Kao Tai que narra nuestros desatinos en la correspondencia que mantiene con su – lejano en el tiempo- amigo.
El balance no puede ser más descorazonador. La mirada asombrada del viajante nos pone a todos delante del espejo donde descubrimos las contradicciones que forman parte de nuestro pan de cada día.
Como el Gurb de Mendoza, Kao Tai no entiende nuestra sociedad y ve, con la misma mirada perpleja, como hemos articulado nuestra sociedad. Pero pese al pesimismo que destila el análisis final y a las tristes expectativas de futuro que nos ofrece el libro, “Cartas a la antigua china” es un libro delicioso, sencillo y lleno de sentido del humor. Se lee en una sentada y se disfruta (yo lo he disfrutado mucho).

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 20 de noviembre de 2004


Suena el despertador y nos ponemos en marcha. Desayuno con María José y partimos hacia Palamós. En el “Rafael” nos encontramos, dos semanas después de lo previsto, con nuestros compañeros de curso. El retraso, motivado por la adversa meteorología de las últimas semanas, hace que todos estemos impacientes por partir. Cuando estamos todos partimos con destino al puerto de Blanes.
Izamos las velas para aprovechar el poco viento y, un par de horas después (y después de ver nuestra pobre velocidad), decidimos ayudarnos con el motor.
El día, nublado, no acompaña pero el mar está en calma y la navegación se convierte en un cómodo paseo.
A la hora de comer empiezan a aparecer en la cubierta del barco todo tipo de manjares. Comer a bordo es incómodo pero he de reconocer que las vistas son inmejorables. Ante nosotros desfila la Costa Brava, acantilados coronados por pinos nos saludan desde la costa.
navegando con el Rafael Una clase a bordo Puesta de sol desde el Rafael
Oscurece cuando atracamos en el puerto de Blanes. Tras un café nos ponemos a buscar una pensión donde pasar la noche (la posibilidad de dormir en el barco ha sido rechazada). Al llegar nos regalamos una breve pero necesaria siesta.
Tras la siesta los ocho que nos hemos quedado a dormir en Blanes salimos en búsqueda de un sitio para cenar. El consenso no es fácil pero en nuestra ayuda aparece “Don Primo” una pizzería que le parece bien a todo el mundo. Hemos renunciado a ver el clásico Barça – Madrid (que se juega mientras damos buena cuenta de nuestra pizza) pero los camareros nos mantienen informados del resultado.
Cuando salimos nos encontramos con las primeras celebraciones callejeras de la holgada victoria que el Barça acaba de conseguir. La alegría inicial por este hecho se convierte en miedo escénico al descubrir que nuestra pensión está justo en la plaza en la que los aficionados de Blanes lo están celebrando.
Nos dormimos con los etílicos cantos como música de fondo.

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 19 de noviembre de 2004


Ya es oscuro cuando llegamos a S’Agaro. Atrás queda una larga jornada laboral y un tranquilo viaje en el que no paramos de hablar de futuro.
Dejamos los trastos en el apartamento y salimos en busca de provisiones para nuestro fin de semana marítimo.
Cargados con un pequeño tesoro en quesos vamos a Sant Feliu y cenamos en El Dorado Mar (c/President Irla, 15. Sant Feliu de Guíxols). El menú – tan bueno como siempre – y las privilegiadas vistas que el restaurante tiene sobre la bahía, actúan como un bálsamo milagroso que nos ayuda a olvidar preocupaciones y problemas.
Al salir hace frío . Volvemos a casa pasando por la playa de Sant Pol que hoy está totalmente vacía.

17 noviembre 2004

“Ya ves: progresan ¿Hacia donde progresan? Sospecho que ni siguiera ellos lo saben. En cualquier caso me parece que progresan por el mero hecho de progresar.”
Herbert Rosendorfer. Cartas a la antigua China. Barcelona, 2004.


DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 17 de noviembre de 2004


Trampeo la semana como puedo. Entre el trabajo, el cursillo y las visitas a médicos (afición a la que dedico últimamente más tiempo del deseable) tengo poco tiempo para mí.
He acabado “En la noche y entre los hielos” y ahora estoy leyendo un libro delicioso. Se llama “Cartas a la antigua China” y cuando lo acabe, que seguramente será pronto, intentaré escribir un poco más sobre él.
Con el final del día me llega una oferta de trabajo que tendré que rechazar y una cena en casa con María José y Jordi R2 (que se apuntó a cenar tras leer el post anterior e hizo la solicitud en los comentarios).

En la noche y entre los hielos
Fridtjof Nansen

Mejor explorador que literato, Fridtjof Nansen, narra en este diario la expedición polar noruega de 1893 a 1896. Tres años de exploración polar, primero a bordo del Fram y después en un descerebrado periplo en busca de un norte desconocido y lejano en trineos tirados por perros.
Repetitivo en ciertos pasajes, el libro de Nansen es la crónica de una de las grandes expediciones polares en un tiempo en el que prácticamente todo estaba por descubrir.
Sigo prefiriendo el libro de Caroline Alexander sobre la expedición a la Antártida de Shackleton (“Atrapados en el hielo”) pero “En la noche y entre los hielos” es también el relato cautivador de una aventura real.

14 noviembre 2004

“Mientras la historia del ocio no ha suscitado verdaderos estudios antropológicos, su opuesto, el trabajo, ha sido objeto de casi todas las disciplinas.”
Glòria Soler. En busca de la ociosidad. Cultura/s de La Vanguardia 123

“Este libro pretende ocupar un vacío en la historiografía social provocado por la influencia de la historiografía marxista ( y a un cierto rechazo histórico hacia el denominado ‘tiempo libre’). En la historiografía contemporánea encontramos el trabajo asociado a conceptos como necesidad, esfuerzo, capacidad... mientras el ocio equivale a conceptos negativos como vagancia, dejadez, laxitud, inutilidad, pereza, holgazanería... Por esta razón el trabajo ha sido objeto de estudio mientras el ocio ha sido condenado al ostracismo. Ha llegado el momento de poner fin a esta anómala situación.”
Santiago García Quintana. Pequeña historia del ocio. Buenos Aires. 1958


DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 14 de noviembre de 2004


Suena el despertador. La tarea prorrogada ayer, no se puede evitar hoy. Desayunamos medio dormidos y nos ponemos manos a la obra. Horas de trabajo después (con pequeñas pausas para jugar al Doom) ya tenemos la casa en un estado presentable.
Teníamos mucha comida preparada para nuestro fin de semana de navegación en el ‘Rafael’ pero el mal tiempo ha pospuesto nuestro bautizo marítimo. Tenemos que hacer algo con el embutido y los quesos. Jordi M., Toni, Roger y Clara nos sacan del apuro y se apuntan a una comida improvisada.
Conseguimos echarlos a las 19:30. La velada ha sido fantástica pero aún tenemos un montón de comida en la nevera esperando comensales para ser consumida.
El fin de semana ha pasado volando. Empieza una nueva semana laboral, espero que pase volando.

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 13 de noviembre de 2004


Me levanto pronto, preparo el desayuno y – justo antes de despertar a María José - decido dejarla dormir un poco más y me pongo a escribir. Hoy tenemos limpieza general de la casa (lo necesita) pero, incluso esta imprescindible tarea, puede esperar.
Cuando María José se levanta desayunamos y, con todo preparado para empezar el trabajo, nos volvemos a la cama para regalarnos una ‘siesta del carnero’ que se prolonga hasta las 15:30. Hora de comer y, ahítos de tanta comida, volvemos a la cama para descansar de la agotadora jornada que estamos protagonizando.
A las 20:00 horas, abandonado ya el utópico proyecto de la limpieza casera, bajamos a la calle y, tras pasear por una esquizofrénica zona centro de nuestra ciudad, nos adentramos en el no menos peligroso Fnac. El resultado final es la compra de un par de libros (uno por cabeza).
Vuelta a casa. La agotadora jornada pasa factura y nos vamos a dormir pronto.

13 noviembre 2004

“Pocas personas tienen el carácter suficiente para atreverse a practicar la pereza de manera regular. Sin embargo es un hecho demostrable que detrás de los más prolíficos personajes se esconden seres con una repulsión activa contra todos aquellos – normalmente de raza blanca y religión protestante – que consideran la pereza el pecado capital por excelencia. Fíjense, por ejemplo, en Josep Pla, el escritor catalán que más volúmenes nos ha legado, y en cómo se apasionaba postulando su vocación más intima y auténtica. Conseguir el estatus de ‘badoc’ era para Pla la meta más preciada, el ideal más sincero”
Miquel Berga. Sobre no hacer nada. Cultura/s de La Vanguardia 123.

“badoc: m. Persona que bada, que s’abstreu mirant o que es distreu de la feina”
Santiago Albertí. Diccionari de la llengua catalana. Barcelona 1985


DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 12 de noviembre de 2004


Son casi las diez cuando llego a casa. Estoy muy cansado pero me apetece salir. Llamamos a Víctor y Laura que, sin dudarlo demasiado, se apuntan a cenar algo. Nos encontramos en el “Black Horse” y bajamos al Borne. En la calle Montcada, en la puerta del “Xampanyet”, nos encontramos con una pequeña coral masculina que ha improvisado una actuación en el centro de la estrecha calle.
Las canciones, en italiano, son deliciosas y el ambiente que se consiguen crear pone la piel de gallina. Después de dos canciones recogen nuestros aplausos y siguen con su paseo nocturno. Hemos tenido mucha suerte. Seáis quién seáis, gracias.
De muy buen humor llegamos al “Panyvino” (buenísima la pizza, ahora servida sobre tablas de madera). Hablamos mientras cenamos, hablamos mientras caminamos por el barrio en busca de un bar y seguimos hablando en el “Black Horse”. La noche acaba con una espectacular partida de dardos (que gana Víctor).
El bar ya ha cerrado cuando salimos.

11 noviembre 2004

“En la antigüedad, no sólo la Biblia había puesto el trabajo en su sitio. Como dice Lafargue, para los romanos el trabajo remunerado era vergonzoso y la pereza una virtud. De hecho, la virtud era el ocio, su contrario, el nec otium (el negocio), era una conducta interesada, sudorosa y ávida, indigna de patricios. Algo de ello quedaba en el desprecio a las labores de los hidalgos españoles.”
Enric Sòria. Vindicación de la pereza. Cultura/s de La Vanguardia 123.


DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 11 de noviembre 2004


Me levanto pronto, desayuno con María José y, estimulado por el café y la música del “Lágrimas negras” de Bebo Valdés y El Cigala, me siento delante del ordenador para poner al día un diario que los últimos días ha caído en el más absoluto de los olvidos.
No tengo tiempo para demasiadas alegrías durante la semana. Mi horario laboral, unido al cursillo que he iniciado recientemente, me dejan en una situación difícil para desarrollar mi tiempo de ocio con la riqueza que sería deseable. No hago el cursillo por motivos laborales y me lo paso bien. Creo que eso lo convierte en una actividad de ocio, poco variada pero reconfortante.
Todas las mañanas salgo de casa y camino por el barrio que empieza a despertar. Hace frío y el olor que sale de las panaderías es delicioso. Ruido de persianas que se abren, de conversaciones soñolientas y de saludos entre vecinos. Cuando llego al Metro - después de atravesar una plaza en la que las hojas, bailando con el viento, flotan ante mis ojos - toda la magia se rompe. Sólo me queda refugiarme en la lectura hasta llegar a la ciudad vecina.
Vuelvo a casa tarde y, de nuevo con María José, disfruto del merecido descanso. Mientras esperamos ese préstamo de “Friends” (quinta temporada) que no acaba de llegar, seguimos con “24” (que ha mejorado respecto a la segunda temporada, demasiado parecida a la primera.
Poco más puedo explicar de esta semana (una cena en “El Foro”, mi lectura del libro de Fridtjof Nansen que avanza – como su expedición – lenta y con dudas, largas conversaciones con María José...).
Sigue sonando el “Lágrimas Negras” (concretamente “La bien pagá”), arranca una nueva jornada.

08 noviembre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 7 de noviembre de 2004


Vuelve a despertarme el sonido del despertador (esta semana no he conseguido desmarcarme de su férrea marca ni un solo día). Desayunamos con mucho sueño y salimos hacia casa de mis padres. La Yayi ya está totalmente repuesta y nos pasamos la mañana con ella (viendo “El Dragón Rojo” y teniendo a nuestra disposición cuatro periódicos de hoy).
El resto del domingo se nos escurre entre los dedos sin que podamos evitarlo. Hemos empezado a trabajar en la postal de navidad de este año. De momento estamos en la fase preliminar, pero pronto empezaremos con la producción

06 noviembre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 6 de noviembre de 2004


Viernes. María José me llama al trabajo. La Yayi (mi abuela) ha tenido una embolia y está en el hospital de Sant Pau en observación. Parece que está bien y aparentemente sólo le ha afectado al habla. Cuando nos dejan pasar a verla ya se ha recuperado parcialmente y puede hablar un poco. Sólo ha sido un susto y, pese a que tiene que controlarse, nos dicen que se recuperará totalmente. Volvemos a casa (a ella la dejarán volver a medianoche).
Sábado. Suena el despertador y me obligo a levantarme. Lo consigo tras cinco o seis intentos. María José, que también ha tenido una dura lucha, prepara el desayuno mientras me ducho. Desayunamos y salgo a comprar los medicamentos para mi recién adquirida condición de alérgico oficial.
Con los preciosos productos ya en mi poder vuelvo a casa. El resto de la mañana lo repartimos entre la necesaria intendencia casera y un paseo por el barrio con parada, para leer el periódico en una terracita llena de sol.
El tren nos lleva a Alella donde nos encontramos con los padres de María José. Lidu, como cada año, se va un par de meses a Madrid por cuestiones laborales y hoy celebramos una especie de, ya tradicional, despedida. Comemos – muy bien – en el Feliç 2 (Alella. Tel. 935408522), un restaurante chino sorprendentemente bueno.
Volvemos a casa y nos entregamos a una deliciosa siesta. Me levanto un poco antes y me pongo a escribir mientras María José sigue durmiendo.

“Con todo el ocio no es exactamente la pereza, si se entiende ésta al modo puramente pasivo del “dulce no hacer nada”.El ocio no es más, ni menos, que el ejercicio continuado de la libertad. La negativa a hacer nada por otro interés que no sea el propio deseo”
Enric Sòria. Vindicación de la pereza. Cultura/s de La Vanguardia 123
“Pero hay matices que distinguen la pereza del ocio. Mientras la primera se dedica a cultivar el arte del ‘dolce far niente’, el ocio se caracteriza por una búsqueda continuada del placer partiendo de una condición de libre albedrío.”
Santiago García Quintana. Pequeña Historia del Ocio. Buenos Aires 1958


DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 4 de noviembre de 2004


Después de una jornada especialmente dura en nuestros respectivos trabajos, María José y yo necesitamos resarcirnos. Recojo a María José en su nueva escuela y ella aprovecha para enseñarme su clase (que está situada en el tejado del edificio y tiene unas vistas fantásticas incluso de noche). Tengo que volver un día para verla a la luz del sol.
Hace días que nos apetece una fondee y por fin parece que hoy podremos saciar nuestra ansia de queso fundido. “La llar del filador” (Cortines, 13 Tel. 933192690) es un sencillo restaurante del barrio especializado en quesos, embutidos y fondees. Nos decidimos por una tradicional y la acompañamos de todo tipo de complementos (pequeñas salchichas, pepinillos pequeños, champiñones).
El queso ingerido ejerce su beneficioso efecto por nuestro organismo y, mientras hundimos los pedazos de pan en su masa fundida, conversamos y disfrutamos del momento.
Al final, mirado en su conjunto, el día no ha estado nada mal.

04 noviembre 2004

“Trabajad, trabajad, proletarios, para aumentar la fortuna social y vuestras miserias individuales; trabajad, trabajad para que, haciéndoos cada vez más pobres, tengáis más razón de trabajar y de ser miserables. Tal es la ley inexorable de la producción capitalista”.
Paul Lafargue. El derecho a la Pereza. Refutación del derecho al trabajo de 1848. Publicado en 1880


DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 3 de noviembre de 2004


Martes. Cuando salgo de la ciudad vecina el día ya ha llegado a su fin. El nuevo horario me ha robado el sol que era capaz de arrancarme una sonrisa cuando, al salir del trabajo, descubría – con los ojos todavía embrutecidos por la larga jornada laboral – que había un mundo de luz y de vida en el exterior.
He quedado con Quique y, como llego pronto, doy una vuelta por los alrededores. En mi paseo descubro una pastelería notable y poco más.
Ya con Quique nos sentamos en la mesa de un bar y empezamos a recuperar tiempo perdido acompañando la conversación con un poco de queso y buen jamón. Quique es un excompañero de trabajo y también se está planteando dejar el mundo de los tejanos. Conseguimos – no sin dificultades – hablar de temas no laborales y pasamos un par de horas arreglando el mundo. Al ir a pagar descubrimos que no lo hemos arreglado bien: el jamón era de un cerdo de la familia real (o a ese precio nos lo cobran) y la broma nos sale cara.
Vuelvo a casa, ceno con María José y vemos el final de la cuarta temporada de “Friends”. Final abierto que nos deja con ganas de más. Estamos nerviosos.

Miércoles. Decido añadir, a las muchas horas de mi vida que se come el trabajo, un cursillo que ocupará parte del poco tiempo que actualmente dedico al ocio (soy, lo sé, la vergüenza de los ociosos). El centro donde hacen las clases no está lejos de casa y ,si no fuera porqué obligan a los profesores a ir con bata blanca, parece que está bien.
Cenamos pronto e intento leer un poco antes de ir a dormir. No lo consigo, estoy muy cansado.

02 noviembre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 01 de noviembre de 2004


Nos levantamos tarde y, después de desayunar con María José, dejo pasar la mañana sin hacer nada destacado. A mediodía salimos, esta vez armados con un paraguas, en busca de la cena que ayer no pudimos hacer. De nuevo nos encontramos muchos restaurantes cerrados y, tras dar algunas vueltas por el barrio, nos decidimos por el “Little Italy”. Carta corta (en la sección de risottos y pasta hay sólo un plato de arroz), mal servido, raciones ridículas, relación calidad precio insultante... un local totalmente desaconsejable.
Volvemos a casa. Siesta y partidas de Doom.
Por la noche cena con Víctor y Laura en el “Ugarit” del Born. Rematamos una buena cena con un par de copas en el “Black Horse”. Somos prácticamente los únicos clientes y la tertulia se alarga. Es tarde ya cuando Nuria y Jordi R. se incorporan a la reunión. Se está muy bien y, pese a que mañana todos trabajamos, continuamos hablando hasta tarde.

01 noviembre 2004

“El ‘flâneur’, o caminante ocioso, siente un placer inmenso, decía Charles Baudelaire ‘en la multiplicidad, en todo lo que bulle’( ...) El ‘flâneur’ sale de paseo cuando le da la real gana, y regresa a su madriguera cuando se aburre, recuerda que tiene algo que hacer o simplemente está fatigado. Y le emociona más encontrarse con el cierre azul cielo de un local, una placita semiescondida o un perro callejero, que detenerse a contemplar las reminiscencias históricas que jalonan la ciudad, coto privado del turista.”
Nicolás Casariego. Sin Rumbo fijo por las calles de París. El Viajero de El País. Sábado 30/10/2004.


DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 31 de octubre de 2004


Pasear por la ciudad sin rumbo fijo, sin objetivos y sin prisas siempre ha sido uno de mis pequeños placeres. Es agradable descubrir un rincón de la ciudad, un fragmento de vida y paladearlo disfrutando de todos sus matices. Nunca hay grandes descubrimientos (puede ser una vieja bodega en la que el tiempo parece haberse detenido, una tienda curiosa, una tertulia vecinal improvisada en un banco privilegiado por el sol...) pero siempre vale la pena ese momento en el que nos bajamos del mundo para mirarlo con la tranquila perspectiva de un “flâneur”.

Nos despertamos pronto y desayunamos tranquilamente. Al ritmo pausado que marca la mañana dominical nos preparamos para salir.
En autobús, y leyendo el periódico de hoy, nos acercamos al Caixa Fórum. Primero visitamos “Rodin i la revolució de l’escultura. De Camille Claudel a Giacometti” un completísimo repaso a la obra del escultor y – muy interesante también – un paseo por la obra de sus discípulos (Bourdelle, Desbois, Jouvray, Claudel... ) y por su influencia en la escultura posterior (Zadkine, Maillol, Giacometti, Chillida...). Hay mucha gente pero en ningún momento hay aglomeraciones y se agradece.
Ya que estamos aquí decidimos continuar con la otra gran exposición que el centro presenta y entramos en la retrospectiva de Giuseppe Penone. La obra de este, desconocido por nosotros hasta hoy, artista italiano nos divierte y nos interesa. Su aguda reflexión sobre el hombre y su interacción con la naturaleza que nos rodea, llena de fuerza unas obras tremendamente impactantes por su forma.
Con los ojos llenos de esculturas, y tras un breve paso por la tienda, volvemos a casa caminando.

Tarde de televisión, de largas partidas al “Doom” y de lectura. Estoy leyendo “En la noche y entre los hielos”, el diario de la expedición polar noruega de 1893 a 1896 escrito por Fridtjof Nansen.

Salimos en busca de un sitio para cenar, nos apetece una fondeé y, después de un largo paseo por el barrio, nos sentamos en un restaurante entre cuyas especialidades destaca la de queso. Desgraciadamente se les ha acabado el queso. Decidimos salir justo cuando rompe a llover. Nos dirigimos, pegados a las paredes de los edificios, a otro restaurante del barrio especializado en fondees. Pero la adversidad ha decidido enfrontarse a nosotros esta noche, el restaurante está cerrado. Mojados y algo desanimados volvemos a casa y nos dejamos confortar por tres episodios de “Friends”. Mañana es festivo

31 octubre 2004

“...el ocio es la condición previa de todo pensamiento , en la medida que implica la necesaria libertad para que el pensamiento fluya sin la subordinación a un fin o una tarea funcional”
Jordi Ibáñez. Tiempo para Pensar. Cultura/s de La Vanguardia num. 123


DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 30 de octubre de 2004


Sábado en Barcelona. Nos levantamos tarde y, todavía con la pereza pegada al cuerpo, preparamos el desayuno y desayunamos sin prisas. La sobremesa se alarga y, tras el primer café, llega el segundo. No tenemos mucho que hacer y tampoco tenemos planes: es el momento ideal para – todavía en pijama – entregarnos a una nueva sesión de “Friends” (atención estamos acabando la cuarta temporada y todavía no tenemos la quinta. Se aceptan prestamos y/o donaciones).
Siesta del carnero y, mientras María José todavía duerme, partida de “Doom II”.
Preparo la comida mientras María José pinta.
Un nuevo intento de encontrar una chaqueta para María José en el centro fracasa pero el paseo y el rato que pasamos juntos compensa.
Volvemos a casa, nos regalamos una nueva sesión – reducida – de “Friends” y, mientras María José prepara la cena, me pongo al día con el diario.
Suena el “Smile” de Brian Wilson.
Noche de “24”. Un maratón de 4 episodios nos lleva hasta la una y media de la madrugada. Antes de irnos a dormir retrasamos una hora los relojes. Ya está aquí el estúpido horario de invierno, ha llegado la oscuridad a nuestras vidas.

30 octubre 2004

“El ocioso puede dedicarse, como los clásicos, a la meditación y el noble arte epistolar; puede ser un apasionado del amor, la escultura o el teatro; puede escribir poemas o pergeñar enciclopedias; puede desarrollar múltiples actividades; lo que no puede es trabajar, porque todo lo hace por placer”
Enric Sòria. Vindicación de la pereza. Cultura/s de La Vanguardia num. 123


DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 29 de octubre de 2004


Mi vida de ocioso empieza cada día al abandonar la ciudad vecina. Los viernes, el viaje de vuelta, tiene un sabor especial: atrás quedan todos los sinsabores de una semana laboral y en la estación de destino me espera todo un mundo de oportunidades de ocio.
Me encuentro con María José en el centro y damos un paseo. María José se quería comprar algo de ropa pero no lo encuentra y yo no soy la mejor compañía para ir de compras. Aprovechamos para visitar en la sala Parés la interesantísima exposición de Nacho Amor y un par de exposiciones más que no me gustan demasiado (la técnica no lo es todo).
Vuelta a casa. Escucho el “Smile” de Brian Wilson y, con gran alegría, descubro que ha valido la pena la espera (de más de 30 años). “Smile” es un disco vibrante, divertido, rico, pleno... una maravilla que, con toda seguridad, me acompañará mucho durante los próximos días.
Por la noche quedamos con Yoli y Rafa para cenar. Tenemos que celebrar una liberación y lo hacemos con una cena en el “Marc’s”. Esta vez, al ineludible Franchini (lomo con roquefort), le acompañará un Kamasutra (hamburguesa, con cebolla y paté.
Decidimos continuar en “La torre rosa”. Nada más entrar Rafa y yo nos sentimos atraídos por el “millón” que está junto a la puerta y es que, como dice Rafa, ya tenemos una edad y el “millón” es un imán para los de treintaitantos. Desgraciadamente en el interior del bar no se está tan bien como en su fantástico jardín (el volumen de la música impide mantener una conversación pausada). Estamos todos muy cansados y decidimos retirarnos.

28 octubre 2004

“Al menos ellos saben, por experiencia propia, que muchas de las mejores cosas que atesora la humanidad sólo se pueden lograr gracias al ocio, a la pereza incluso. Porque el ocio es creador, y lo excelente necesita tiempo. No sólo el goce de vivir, también los mejores pensamientos, las ideas verdaderamente iluminadoras, los versos más tenaces o más consoladores, muchos de los cuadros, filmes, sinfonías , relatos y recetas que han hecho de nuestro paso por la tierra algo relativamente llevadero, han nacido del ocio, de esos lapsos aparentemente baldíos, improductivos, inútiles, en que nuestro silencio ya no nos inquieta; de ese tiempo perdido que es en realidad un eco o una prefiguración del Paraíso.”
Enric Sòria. Vindicación de la Pereza. Suplemento Cultura/s de La Vanguardia 123.


DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 27 de octubre de 2004


Día de lluvias y tristezas.
Me sorprende el amplio artículo dedicado a la pereza como “garante del gozo de vivir y el pensamiento libre” en el Cultura/s de hoy. No suelen la pereza y su hermano el ocio tener buena prensa y es agradable encontrar, en un suplemento que suelo leer, un artículo de cuatro páginas (ilustrado con cuadros de Paula Rego) dedicado a elogiar sus virtudes.
Por la noche me encuentro con Jordi P. y Víctor en el “Black Horse”. Vemos como el Español cae eliminado en la copa del rey. Hablamos de fútbol. Hablamos (poco) de otras cosas. Cenamos en el “Murivecchi”. Hablamos de fútbol. Hablamos (poco) de otras cosas (la mayoría de ellas relacionadas con el fútbol). Volvemos al “Black Horse”. Vemos como el Barça cae eliminado en la copa del rey. Hablamos de fútbol y (poco) de otras cosas.
A una hora prudente, y antes de la que sobra, nos retiramos. Sigue lloviendo.

27 octubre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 22 de octubre de 2004


En el trabajo. Dos llamadas traen malas noticias relacionadas con un amigo primero y con una compañera de trabajo después (Juan, Araceli... siento no haber podido estar a vuestro lado hoy. Un beso muy grande a los dos).
Por la tarde y dentro de la rueda de médicos en la que me he introducido voluntariamente (uno tiene una edad y tiene que pasar ciertas revisiones con preocupante frecuencia) visito por segunda vez en dos semanas a un alergólogo. Después de la primera visita y ante la manifiesta estulticia del facultativo tuve la tentación de no volver. Ojalá lo hubiera hecho. Una enfermara, armada con un punzón, introduce en mi organismo todo tipo de substancias para comprobar las reacciones de mi cuerpo ante tal agresión. Descubro que soy alérgico a casi todo.
El médico está cerca de la ahora desmantelada fábrica de tejanos de la que fui despedido hace unos meses. Paso por delante del edificio y me encuentro a Xavi que sigue trabajando aquí. Con él visito las fantasmagóricas instalaciones y me encuentro con los excompañeros que ocupan el taller clandestino en que la empresa se ha convertido últimamente (este viernes cierra definitivamente). La casualidad me ha llevado a ver el final de algo que empezamos con mucha ilusión hace cuatro años.
Me encuentro con María José y subimos hasta casa de Olivia y Roberto para cenar y celebrar el reciente cumpleaños de Olivia. Roberto prepara una cena deliciosa y discutimos sobre planes de futuro. A la una – mañana tenemos que trabajar – nos retiramos. Ha sido un día agridulce, un día lleno de sensaciones encontradas.

24 octubre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 24 de octubre de 2004


El despertador funciona correctamente (la disfunción de ayer se debió sin lugar a dudas a un error en la manipulación provocado por el cansancio). Desayunamos (hoy más tranquilamente) y, vestidos con la camiseta del “Rafael” con la que ayer fuimos obsequiados, salimos hacia Palamós.
Nos encontramos con los compañeros de taller y volvemos al “Rafael”, está vez para aplicar los conocimientos adquiridos navegando un poco. Desplegamos velas y, por desgracia, el viento no nos acompaña. Pese a la poca velocidad el paseo, amenizado con más historias marineras (entre ellas la historia del “Rafael”), resulta delicioso. Trabajo poco pero me canso mucho (que dura es la vida en el mar).
a bordo del Rafael el Rafael a todo trapo. Foto de Michele Curel
Volvemos a puerto y nos despedimos hasta dentro de dos semanas (que será cuando acabaremos el taller con una pequeña ruta por la costa).
Vuelta a casa con parada en el “Baviera” de Playa de Aro para recuperar fuerzas. Estoy muy cansado.

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 23 de octubre de 2004


El despertador no suena a la hora prevista. Por suerte un sexto sentido se impone al silencio reinante y me despierta media hora después y nos pone en marcha. Desayunamos a ritmo de velocista en plena carrera y salimos hacia Palamós. Llegamos puntuales a la puerta del Museo de la Pesca y nos reunimos con Joan (Patrón del “Rafael” y organizador del taller de navegación tradicional al que hoy asistiremos) y con el resto de alumnos (en total somos diez).
Hace un par de meses tuvimos la oportunidad de navegar en el “Rafael”, un barco de vela latina construido en 1915. Joan – su patrón – nos animó entonces a apuntarnos en este cursillo que estamos a un paso de empezar.
Todavía con mucho sueño acumulado en los ojos nos acercamos al aula donde Quim se encargará de explicarnos la teórica que- pese a ser la parte más complicada- se hace muy amena. Empieza el baile de extraños términos marineros y la inacabable lista de partes en las que se puede dividir lo que para mí – hasta hoy – era conocido con el nombre genérico de vela.
Al acabar la clase hacemos una parada para el café en un bar cercano y bajamos a la playa para seguir con las clases.
la farigola a bordo del Rafael
En la playa nos espera Pere con su “Farigola”. Pese a su pequeño tamaño la “Farigola” está aparejad igual que un barco de mayor eslora y esto la hace ideal para las explicaciones sobre maniobras y partes del aparejo. Pero antes de la clase nos espera una sorpresa. El barco está en el agua y, entre todos y a la manera tradicional (a fuerza de riñones) la sacamos hasta la arena de la playa para poder ponernos a su alrededor y seguir las explicaciones sobre como maniobrar con una vela latina. Como en la lección teórica las explicaciones se llenan de anécdotas marineras, de casos prácticos que hacen las clases aún más entretenidas.
Al acabar devolvemos el barco a su elemento – tarea que resulta infinitamente más fácil que su contraria – y nos dirigimos a un restaurante cercano para disfrutar de la paella ofrecida por la organización. Aprovechamos el rato de descanso para conocer mejor a nuestros compañeros de clase.
La tarde empieza con un taller de nudos impartido por Ramón – marinero de este puerto – ya a bordo del “Rafael”. La experiencia del profesor consigue que – hasta un negado para todo tipo de tareas que requiera un mínimo de habilidad manual como soy yo – sea capaz de aprender a hacer nudos de dificilísimo nombre y aún más complicada elaboración.
Tras el taller de nudos sólo queda tiempo para una visita guiada al Museo donde vuelven las historias de marineros que nos han acompañado durante todo el día.
Camino de casa paramos en un chino para comer algo. La jornada ha sido muy larga, estamos encantados pero muy cansados. Al llegar a casa María José cae rendida y yo aprovecho para escribir y leer un rato (acabo “Milenio Carvalho”). Mañana volvemos.

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 22 de octubre de 2004


Dejo la ciudad vecina, vuelvo a Barcelona, cojo un tren hasta El Masnou y, en su estación, evitándome un largo camino hasta Alella, me espera María José con el coche prestado y una sonrisa preciosa que me compensa todas las penurias arrastradas durante el largo día.
En el viaje hacia S’Agaro cantamos viejas canciones de “Los Flechazos” (“En el club”, “Viviendo en la era pop”, “La chica de Mel”...) y, aún más viejos, temas de Elvis.
Llegamos, dejamos los trastos en el apartamento y salimos en busca de algo para poder desayunar mañana. Aprovechamos para cenar algo en “La Churrasquita” mientras hacemos planes y hablamos.
El día ha sido muy duro. Nos vamos a dormir pronto.

22 octubre 2004

“El viejo miró a Ignatius y luego miró aquella enorme olla, el hornillo de gas, los carros abollados. Al fin, dijo:
- Yo puedo darle trabajo aquí.
- Muchísimas gracias – dijo Ignatius en tono condescendiente-. Pero aquí no podría trabajar. Este garaje es muy húmedo y yo soy propenso a las afecciones respiratorias, entre varias otras.”
John Kennedy Toole. La Conjura de los necios.


DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 21 de octubre de 2004


Hoy he ido a una entrevista en las oficinas de una empresa del país vecino (a la que llamaremos Vendedores Paraíso Incorporated) que pretende incorporar a su plantilla a una persona con conocimientos sobre el mundo de la moda. Seguramente el proceso de selección quedará aparcado – en lo que a mí se refiere - tras esta primera entrevista, pero la ubicación de la sede de la empresa en uno de los edificios más altos de la ciudad me ha proporcionado, mientras esperaba, una visión diferente de Barcelona. Sólo por esta nueva sensación ha valido la pena el tiempo invertido.

Salgo de la entrevista con sensaciones encontradas: por un lado no me importaría dejar el cerrado mundo de la confección de pantalones y por otro la posibilidad de un cambio -aunque no llegará- siempre asusta un poco. En la calle el día de sol ha dejado paso a una lluvia ligera que refresca más que molesta.

Vuelvo a casa y, mientras espero a María José, preparo la cena. Entregado a las tareas culinarias escucho el primer disco de los mallorquines “Amarillo” . Una primera escucha - no demasiado atenta- me ha dejado un buenísimo regusto.
Ya en compañía de María José, caigo en una nueva sesión de televisión (un solo capítulo de “Friends” y el recuperado esta semana “Gran Hermano”).

20 octubre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 20 de octubre de 2004


Jornadas laborales más largas de lo habitual me retienen durante más horas de lo que yo quisiera en la ciudad vecina. En los viajes en metro me encuentro siempre con caras largas, sólo sonríen los niños. Un principio de semana así desgasta las baterías a cualquiera.
María José y una cena tempranera en el “Marc’s” (Passeig Maragall) me devuelven las energías consumidas durante los dos últimos días. Recupero el sabor del “Franchini” (delicioso bocata de lomo con roquefort) y me entrego a la cocina de fusión de la mano del “Manelic” (Bisbe a la plancha con cebolla avinagrada y tomate). Una vez más el local – que siempre me trae recuerdos – no defrauda y se asegura futuras visitas.
Volvemos a casa y nos entregamos al visionado de "Friends" (fin de la tercera temporada y principio de la cuarta). Sigo leyendo “Milenio Carvalho”.

18 octubre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 17 de octubre de 2004


Pese a ser sábado el despertador suena a una hora indecente. Desayuno con María José y, minutos después, reanudo el sueño en un tren con destino a Castellón.
Ya con Lidu, Jose y nuestros sobrinos Alejandro y Joana salimos a dar una vuelta por la ciudad. Al pasar por delante de la mítica "Discos Medicinales" no puedo resistirme y entro a comprar un par de elepes de Los Brujos. El nuevo disco de su lider, Miguel Ángel Villanueva, publicado por el renacido sello discográfico que también gestionan desde aquí no aparece hasta el lunes. Mala suerte... ya me lo compraré en Barcelona.
Aperitivo en la abarrotadísima terraza de un bar situado en una plaza junto a un mercado (mis lamentables y/o inexistentes conocimientos del callejero de Castellón me impiden ser más concreto) y comida en el restaurante "Rokelin" especializado en productos de Teruel.
Volvemos a casa e intento hacer la siesta sin conseguirlo (Joana pese a ser muy pequeña tiene unas pilas inagotables).
El resto de la velada familiar pasa tranquilamente, ver como Joana se come una pera (corazón incluído) se convierte en la experiencia más destacada de la noche.

Domingo. Tener sobrinos y dormir en la misma casa es igual a dormir poco. Desayunamos todos juntos y, para liberar durante unos minutos a Jose y Lidu, nos convertimos en padres adoptivos y salimos a dar un paseo dominical. Cuando volvemos a casa, después del paseo por el parque y de un aperitivo en una terracita, la paella ya está casi preparada. Hemos salido de casa con dos niños y hemos vuelto con los mismos dos... creo que lo hemos hecho bien y que otro día también nos los dejarán.
Después de comer, una nueva siesta nos prepara para el viaje de vuelta. Esta vez no me duermo pero una vez vista la película con la que Renfe ameniza el viaje (algo así como "La maldición de los agujeros") creo que hubiera sido la mejor solución.
Volvemos a casa caminando desde la estación y nos entregamos a una sesión de "Friends" una vez recuperada nuestra condición de pareja sin hijos.

16 octubre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 14 de octubre de 2004


Dejo la ciudad vecina y vuelvo a Barcelona. En la terraza de un bar con nombre de ciudad austriaca leo (la segunda parte de “Milenio Carvalho”) mientras hago tiempo. A la hora indicada estoy en la puerta de la escuela donde asistiré, en compañía de antiguos compañeros de trabajo, a una clase de cocina impartida por Mireia (que es la cocinera de la manufacturera de pantalones que nos despidió hace unos meses). Roger, Toni, Jordi M y Oscar serán mis acompañantes. Como niños malos nos sentamos en la última fila y, pese a que la clase es genial y el resto de los alumnos parecen aprovechar el tiempo, al salir nos damos cuenta que no hemos aprendido a hacer “panellets” ni mousse de castañas que eran los dos platos estrella de la lección de hoy.
Pese a todo Mireia nos perdona y se apunta a la primera cerveza en el Michael Collins y a la posterior cena en un restaurante chino. Poco a poco van apareciendo más antiguos trabajadores de Pep Jeans : Quim, Francesc, Mónica “guais” y Marc completan el grupo que, a falta de ofertas mejores, vuelve al Michael Collins para continuar la noche. Me gusta volver a encontrarme entre toda esta gente con la que compartí tres años llenos de cosas buenas (las malas se olvidan rápido o no vale la pena dedicarles atención).
Mañana trabajo y, en un momento de lucidez, decido volver a casa a una hora prudencial. La ciudad, pese a ser jueves, está vacía y el taxi no tarda en llegar al barrio.

14 octubre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 12 de octubre de 2004


Día festivo. María José y yo repartimos las horas de este oasis en el medio del desierto laboral entre la imprescindible limpieza de la casa y el visionado de episodios de “Friends” (hasta ocho episodios). Por la noche Jordi R2. aparece por casa y nos enseña a hacer su fantástico pan de calabacín y cebolla.
Improvisamos una cena y cenamos mientras la casa se llena del delicioso aroma del pan recién hecho.
Mañana hay que volver a la rutina laboral, pero sólo seré suyo durante tres días.

12 octubre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 11 de octubre de 2004


No hay nada mejor, después de un largo lunes de trabajo, que un martes festivo. La esperanza del día de libertad que se adivina tras la montaña de pantalones que tengo en mi mesa, me mantiene con fuerzas.
Y al final llega el silencio. Vuelvo a casa y espero a María José.
Juntos bajamos caminando por un barrio que hoy parece especialmente lleno de gente de fiesta. Cena en el “Panyvino” (Consolat de Mar, 15) con Jordi P. y Emma. Hacía mucho que no nos veíamos y tenemos muchas cosas que contarnos. Una vez agotada la sobremesa continuamos con un par de copas en el “Borneo” y en la terraza del bar de impronunciable nombre que está en la calle del “Black Horse”. Jordi y Emma nos enseñan las fotos de su viaje a Lisboa y, respondiendo a la vieja tradición de traernos una botella de vino o licor del país al que se viaja, me regalan una botella de oporto.
Hacemos “la que sobra” en casa.

10 octubre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 10 de octubre de 2004


Un silencio extraño nos envuelve cuando nos despertamos. Los domingos son días silenciosos pero hoy el silencio es más denso. Pronto descubrimos que el culpable es un apagón que afecta a todo el barrio y que impide que uno de nuestros vecinos - fan de Bisbal y d.j. vocacional que ameniza las mañanas de nuestro vecindario- aporte su habitual y no siempre bien recibido granito de arena a la matinal dominical.
María José calienta el café con una vela (sin él no hubiéramos podido salir de casa) y desayunamos.
Bajamos caminando hasta el Club y nos entregamos a una mañana de piscina y playa rematada con el estreno de nuestra pelota de voley. Como no estamos en disposición de hacer un partido decidimos entrenar. El “entreno”, limitado por nuestra lamentable forma física y una penosa técnica, básicamente consiste en agacharse constantemente a recoger la pelota del suelo y a, ocasionalmente, probar el sabor de la arena de la playa (que pese a que resulta mejor de lo esperado no acaba de colmar mis apetencias en lo que a gastronomía se refiere).
Vuelvo a casa contusionado, lleno de polvo y con los codos y las rodillas en un estado penoso.
Después de comer, una nueva sesión de “Friends” nos lleva a la tercera temporada.
Escribo el diario de hoy mientras María José hace la siesta. Suena “Swordfishtrombones” de Tom Waits, en este momento “The soldier’s things”.

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 9 de octubre de 2004


Me levanto pronto, preparo el desayuno y despierto a María José. Teníamos la intención de ir a S’Agaró pero al final la pereza nos ha vencido y durante el desayuno elaboramos planes para disfrutar de un fin de semana en Barcelona.
Empezamos en los Icaria viendo “Mar adentro”. La historia está muy bien contada, los actores (los principales y los secundarios) están grandiosos y yo me harto de llorar.
Al salir aprovechamos para comprar en el supermercado del centro comercial y, con las bolsas, nos vamos a comer al “Pato Pekín” (C/ de la Marina, 16-18 Tel. 932254111). El pato laqueado está delicioso y las vistas al Puerto Olímpico (el día es muy soleado) son impresionantes.
Vuelta a casa. Sesión enfermiza de “Friends” y siesta.
Nos levantamos de la siesta y salimos a pasear por el barrio. Bajamos hasta la playa y llegamos finalmente a los Icaria. Vemos la fantástica “Kill Bill 2” y volvemos paseando a casa. Durante la proyección de la película me como una caja mediana de palomitas. Vuelve a este diario, tras muchas demandas y meses de silencio, una de sus más reputadas secciones:

CRITICA DE PALOMITAS.
LAS PALOMITAS DE LOS ICARIA DE BARCELONA.


Criterios de valoración: entre 0 (pésimo) y 5 (genial).
Sabor.................................................... 4 (bueno, ligeramente saladas, como a mí me gustan)
Consistencia......................................... 3 (pese a no estar recién hechas, el tiempo transcurrido entre su elaboración y consumo es el correcto )
Relación cantidad / precio...................... 1 (estoy deseando poder puntuar bien este apartado algún día, el problema en este caso no es la calidad, es el precio).
Valoración global................................. 3 (Las típicas palomitas de una multisala. Sobrias, pero correctas)


Ya en casa de nuevo, es la una de la madrugada. Preparo la cena, cenamos y nos entregamos a una nueva sesión de visionado de “Friends”. Estamos a un episodio de acabar con la segunda temporada. Por suerte Pau nos ha dejado la tercera y la cuarta.

Diario de un ocioso
Viernes, 8 de octubre de 2004


Jueves. El hilo musical suena a todas horas en Levi Pant’s. La selección musical – realizada con toda seguridad por un seguidor de las enseñanzas de Torquemada - es desquiciante y está empezando a hacer mella en mi salud mental. Tras la sirena que marca el final de la jornada llega el silencio y, pese a la paz espiritual que esto comporta, los insultantes estribillos siguen paseándose en mis, cada vez más numéricamente mermadas, neuronas.
Ya en casa descubro con alegría que Wanadoo ha tenido a bien reestablecer – tras una semana de apagón – de nuevo el servicio por el que les pago. Me pongo al día con el correo y hago lo que puedo con este diario.
Por la noche, y ya con María José, quedamos con Lluís en el “Black Horse” para hacer una previa de la cena de esta noche. El “Black Horse” se ha convertido, con los años, en nuestro “Central Perk” (estoy viendo demasiado “Friends”), en una ampliación del comedor de casa llena de ingleses en un estado avanzado de embriaguez.
Cena en el “Ugarit Born” (c/Comerç, 29 Tel.933100873). Al final somos ocho: Juan A., Carmen, Rosa, Carlos, Jose y los tres de la cerveza previa. El numerito de danza del vientre que nos ofrece el restaurante no empaña una velada muy divertida. Reímos un montón (animados, todo hay que decirlo, por un consumo más que notable de bebidas alcohólicas locales y foráneas) y continuamos la fiesta en el “Borneo” hasta tarde.

Viernes. Las fiestas, llenas de risas y de promesas de amistad incondicional, hasta altas horas de la madrugada, se pagan al día siguiente. Sobretodo si éste es laborable.

07 octubre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 7 de octubre de 2004


Vuelvo tras días condenado al ostracismo por Wanadoo que, sin previo aviso y sin ningún tipo de justificación, me ha tenido sin el servicio que he contratado con ellos durante mas de 6 días (si estás pensando en contratar tu ADSL con esta compañía, toma nota).
Como los días a reseñar en este diario se han acumulado de manera indecente creo que lo mejor será hacer un rápido resumen.
Sábado: “Mar y muntanya” en casa de mis padres. Este plato delicioso, normalmente reservado al día de Sant Esteve, aparece por sorpresa a media temporada. Pau y Elena también están invitados a disfrutar del pantagruélico banquete. Pau y yo somos los responsables de la desaparición de las reservas vinícolas de la familia.
Domingo: Después de una tranquila mañana en casa, ayudamos a Clara y Roger con su mudanza. No queda mucho por hacer, pero su nueva casa es un ático sin ascensor y los últimos viajes se hacen muy duros.
Lunes: Vuelve el trabajo.
Miércoles: Acabo “Ángeles y Demonios” de Dan Brown (mejor best seller que “el código”) y leo un cuento de García Márquez (“Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo”) origen de un episodio del libro que más veces he releído. Paseo con María José y cena en el “Panyvino” (Consolat de Mar, 15 Tel. 932687776).
Visionado de series: Alto (“24” y “Friends”- ya estamos en la segunda temporada-). Me he desenganchado de “O.C.”.

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 30 de septiembre de 2004


Miércoles. Se acaba la jornada laboral en Levi Pants y los trabajadores abandonan ordenadamente sus puestos de trabajo. Ha sido un día duro y necesito un rescate.
Dejo la ciudad vecina y salgo del metro, ya en Barcelona, justo en el momento en el que el sol se pone al final de la Diagonal. Siempre me ha gustado pasear por esta calle a esta hora de la tarde. Hoy el espectáculo de colores y luces me empieza a reconfortar.
Sigo mi paseo hasta la plaza de la Concordia y, como el “Fragments” (cuantos recuerdos) está cerrado, me siento en la única mesa que queda libre en el jardín de “Can Deu” a tomar algo. Este jardín es uno de esos rincones en los que es fácil desconectar del ritmo de la ciudad. Pese a que siempre está lleno, el ambiente es muy tranquilo. Leo (“Ángeles y demonios” de Dan Brown) mientras noto que, poco a poco, mis baterías recuperan la carga normal.
Cena con María José y Jordi R2 en el “Kiku-chan” y copas en la terraza de “La Candela”. Después de unos días de frío podemos disfrutar de las últimas terrazas de la temporada y no hay que perder ni una oportunidad. Mis pilas (gracias a la conversación y a la buena compañía) están como nuevas cuando llego a casa.

27 septiembre 2004

“Las religiones han sido siempre las mas feroces enemigas de la ociosidad (...) la regla benedictina, en su capítulo XLVIII, dice: - La ociosidad es enemiga del alma, y por esto, a tiempos deben ocuparse los monjes en la labor de manos, y a tiempos en la lectura de cosas santas”
Santiago García Quintana. Pequeña Historia del Ocio. Buenos Aires. 1958


DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 27 de septiembre de 2004


Hoy ha sido un día de cambios. Tras meses de estrecha relación (sólo interrumpida por motivos protocolarios) con mis abarcas menorquinas, hoy – día 27 de septiembre – nos hemos separado. No es una separación definitiva, pero ya nada volverá a ser como antes. Mis pies, amortajados por un par de calcetines y encerrados tras unos zapatos (engañosamente cómodos), están tristes y añoran tiempos mejores llenos de cálidos días cargados con aromas de libertad.
El otro cambio, menos importante que el pequeño drama doméstico-podal al que antes me refería, es un nuevo horario laboral que me permite cambiar la situación de semi-esclavitud que venía padeciendo en el trabajo por una esclavitud parcial. No es un gran paso para el hombre, no es un avance para la humanidad... pero espero que volver a disfrutar de tiempo para malgastar hará que estas líneas que hoy estas leyendo sean, desde ahora, un poco más interesantes.
Mis primeras horas de libertad, contra todo pronóstico, han sido dilapidadas en la necesaria intendencia casera y en la elaboración de preparados alimenticios con los que nutrirnos durante el resto de la semana.
Mañana vuelve el OCIOSO... o al menos la versión reducida que queda de él, después de dos meses de alienante vasallaje a las órdenes de Don Dinero.

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 26 de septiembre de 2004


Me despierto pronto y al levantarme despierto a María José que también se levanta. En el comedor quedan los restos del banquete de ayer (vasos pegados a la mesa y ceniceros llenos). Intentando hacer poco ruido recogemos y salgo a comprar desayuno. Hace viento y, pese al sol, mucho frío (sobretodo para un urbanita que ha decidido – lleno de optimismo – salir a la calle en bañador y camiseta). Camino del único colmado que conozco en la zona no me cruzo con nadie. Ya en el colmado compro pan y pastas mientras asisto a la pelea entre un niño y su abuela por un huevo Kinder. Salgo de la tienda sin conocer el vencedor de tan desigual contienda pero con la sospecha de que –una vez más – el pequeño escalador de mostradores (habilidad por la que ha sido zurrado en más de una ocasión, una de ellas en mi presencia) se llevará el gato al agua.
Cuando llego a casa de Jordi y Nuria aún no se ha despertado nadie más. Tenemos tiempo de repasar las revistas que corren por el comedor mientras tomamos el primer café. Hacía tiempo que no leía “El Jueves” y el “Fotogramas” y reencontrarme con viejas compañeras que me hicieron pasar muy buenos ratos me ha gustado. También es agradable ojear, más que leer, el “Cuines” (una revista de cocina diferente a las que hasta su llegada se habían publicado).
Al final nos decidimos a desayunar solos justo cuando empiezan a aparecer los demás: Nuria, Jordi, Mireia y finalmente Miquel llegan con mucho sueño y escalonadamente se apuntan al desayuno que ya está en marcha.
Tenemos un largo camino hasta casa y hemos decidido irnos antes de comer. Nos despedimos e iniciamos el largo regreso (hasta Alella en coche, bajada a la estación de tren de El Masnou y hasta Barcelona en tren).
Por la tarde, después de comer y de la siesta que corresponde a todo día de fiesta que se precie, vemos un par de episodios de “O.C.” y me entrego a la redacción de este diario.
Ya ha acabado otro fin de semana. Este también ha sido bueno.
También hoy se ha acabado el Forum. No ha sido bueno (aunque ahora dedicarán todos sus esfuerzos a hacernos creer que ha sido la ostia).

26 septiembre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 25 de septiembre de 2004


El sol se levanta por detrás del Hotel La Gavina e inunda con su luz toda la bahía. Es una luz cálida que nos invita a correr totalmente las cortinas y dejarnos acariciar por sus primeros rayos mientras seguimos dormitando en la cama. El viento de la noche – una “tramuntanada” considerable – ha dejado una mañana fresca y despejada.
Pedimos el desayuno en la habitación y lo disfrutamos desde el mirador privilegiado que es nuestro balcón. La playa, tomada a esta hora por las gaviotas y por algún valiente, esta preciosa. La tranquilidad
es total.
Sant Pol
Tras el desayuno, un rato de lectura me permite acabar “Los crímenes de Oxford” (sencilla, bien escrita, me ha gustado mucho). Todavía tenemos un par de horas para disfrutar de nuestra habitación. Un paseo por la desierta playa con los pies congelados mientras el viento, que levanta nubes de arena, nos azota sin piedad, será el colofón a una jornada estupenda en la playa de Sant Pol.
Hemos quedado con Jordi R. y Nuria a la hora de comer, todavía tenemos tiempo para pasear por Sant Feliu y comprar carpaccio de bacalao en Can Prat.
Poco antes de las dos llegamos a casa de Jordi y Nuria en Palamós. Mireia y Miquel han llegado ya.
Empieza una larga jornada en la que las comidas -regadas con cerveza, vino y otras bebidas de mayor graduación- se juntan y se confunden. Comemos –muy bien- y después nos vemos obligados a hacer la siesta. En lo más dulce del sueño somos brutalmente despertados y poco después –aún no repuestos del todo - estamos dando un paseo por las calas cercanas a la playa de Castell.

Oscurece. Volvemos a Palamós y tomamos una cervecita y un par de tapas en el “Camalic”.
Vuelta a casa y más comida. Nuria y Jordi nos han preparado un banquete para celebrar juntos su reciente inscripción en el registro como pareja de hecho. Estamos en una boda y nosotros sin saberlo.
Tras repetir de la impresionante porrusalda, de “sonsos” y de almejas con alcachofas... tras beber cerveza, vino y un par de pacharanes estoy preparado para irme a la cama.
Felicito a los novios y subo –por mi propio pié, que conste- hasta la habitación.