30 noviembre 2004

“Sufro la inmensa pena de tu extravío
Y siento el dolor profundo de tu partida
Y lloro sin que sepas que el llanto mío
Tiene lágrimas negras
Tiene lágrimas negras como mi vida”
Miguel Matamoros. Lágrimas Negras (en la voz de “El Cigala”)


DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 30 de noviembre de 2004


De nuevo una llamada en el trabajo me trae malas noticias de gente a la que quiero.
Los amigos, con el paso del tiempo, se han convertido en familia y su dolor, duele.
Intentaré estar cerca y dar calor.
Estoy triste, El Cigala - acompañado por el piano mágico de Bebo Valdés- me acompaña intentando dar un poco de luz en un paisaje oscuro.

28 noviembre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
domingo, 28 de noviembre de 2004


Es domingo por la tarde. El fin de semana llega a su fin y yo sigo sentado delante del ordenador (que es donde he pasado la mayor parte de los últimos días). Cada año, más o menos por estas fechas, María José y yo empezamos a trabajar en nuestra felicitación de navidad. Pese a que nos lo pasamos muy bien, son días de duro trabajo. Ayer, sábado, y hoy, domingo, hemos invertido la mayor parte de nuestro tiempo en empezar a confeccionar la felicitación de este año. Pocas actividades “de exterior” nos han apartado de la pantalla del ordenador:
Viernes. Cena con María José y Jordi P. en “La Sucursal” (c/Comerç, 4 Tel. 933106595). Después de fallar nuestras primeras opciones (todas ellas llenas de gente o con las mesas ya ocupadas) aterrizamos en este restaurante por casualidad. Y tuvimos mucha suerte: Cena agradable, tranquila y a un precio asequible. Tras la cena, copas en “The Black Horse”.
Sábado. Mi movimiento no me aleja de un radio de 10 metros del ordenador.Domingo. Para romper la inmovilidad que nos ha atrapado quedamos con Víctor y Laura para hacer el aperitivo. El aperitivo se convierte en una comida en “La Chacha”. Aún tenemos trabajo por hacer, volvemos a casa.

25 noviembre 2004

“Se quejaba Chesterton del tono hipócrita y enfermizo con el que sus coetáneos se referían a la práctica de pasar horas tumbado en una cómoda cama. La situación en este frente, no ha dejado de empeorar. Vale la pena recordar la advertencia de Chesterton: ‘Los avaros se levantan muy temprano; y los ladrones, según me informan, se levantan la noche anterior. El gran peligro al que se enfrenta nuestra sociedad es que mientras su espíritu se hace más y más voluble, sus mecanismos se tornan cada vez más rígidos.’ Por ahí viene la alarma social que debería provocar la proliferación de gentes atareadas y la disminución de ociosos convencidos, una especie en vías de extinción si las autoridades no ponen remedio.”
Miquel Berga. Sobre no hacer nada. Cultura/s de La Vanguardia 123.


DIARIO DE UN OCIOSO
jueves, 25 de noviembre de 2004


Poco a poco voy agotando una semana pintada en tonos grises. Las pinceladas de color que alegran el lienzo son pocas y, aunque intensas, efímeras.La lista de actividades de ocio pendientes va creciendo poco a poco sin que pueda hacer nada. Tengo muchas películas por ver, muchas exposiciones que visitar, libros que leer, música que escuchar, una postal de navidad que empieza a requerir atención, amigos a los que hace tiempo que no veo y otros a los que tengo ganas de ver otra vez, cenas por preparar, copas por beber, canciones que cantar, deportes que practicar, tiempo que perder, obras de teatro que no he visto, amigos a los que escribir, un diario desatendido (pocas cosas que explicar)... intentaré ponerme al día (sólo queda un día de trabajo. Mañana empieza la libertad).
Suena "Rock in the slingshot" el contundente tema que abre "American Oil" el nuevo álbum de "The Movies".

23 noviembre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 21 de noviembre de 2004


Pese al jolgorio nocturno que rodeaba a nuestra pensión hemos dormido bien. Me levanto cuando suena el despertador y veo que el sol nos acompañará hoy. Parece que el viento, que irá desapareciendo a lo largo de la mañana, también acompañará en nuestro regreso a Palamós.
Me ducho y tengo una primera pelea con la deficiente ducha de nuestra habitación. Mientras María José se ducha acabo el libro de Herbert Rosendorfer y tengo una segunda lucha con los mandos de la ducha (de la que, contra todo pronóstico, salgo victorioso y consigo cerrar el agua caliente entre una nube de vapor terrible).
Nos reencontramos con los compañeros y desayunamos en un bar junto al puerto. Cuando llega el patrón zarpamos. Nada más salir del puerto izamos la vela pero pronto descubrimos que, si no soplamos todos con fuerza, no avanzaremos demasiado. Aprovechamos para instruirnos en el uso del sextantepuesta de sol a bordo del Rafael y el compás de marcación.
El sol ayuda a disfrutar de la jornada en el mar y, a falta de viento, bueno es un aperitivo a bordo. El cava aparece pronto y nos acompaña durante el resto de la singladura. Leer (empiezo el “Iacobus” de Matilde Asensi), contar y – sobretodo - escuchar historias, mirar hacia el horizonte y refrescarse con una copita se convierten en nuestra única preocupación.
A medida que el sol desaparece nos acercamos al puerto de Palamós. Recogemos vela y, ya a oscuras entramos en el puerto. Ayudamos a recoger el barco – que descansará durante unos días – y, tras el brindis de despedida (hemos tenido mucha suerte y nos ha tocado un grupo muy majo), emprendemos el viaje de vuelta.
Son más de las 9 cuando llegamos a casa agotados pero muy contentos.
puerto de Palamós el Rafael

cartas a la antigua china HERBERT ROSENDORFER. Cartas a la antigua China

Hay libros que se leen de un tirón. Este, además se lee con una sonrisa en la boca.
El planteamiento del libro es sencillo: Kao Tai, un mandarín del siglo X descubre la manera de viajar en el tiempo. Sus cálculos temporales no le engañan pero si los espaciales y aparece en el Munich de finales de los años 80, poco antes de la caída del muro.
Es un “extraterrestre” que analiza nuestra esquizofrenia cotidiana. No se salva nada: religión, cultura, costumbres, filosofía, arte... todo es analizado por la perpleja mirada de Kao Tai que narra nuestros desatinos en la correspondencia que mantiene con su – lejano en el tiempo- amigo.
El balance no puede ser más descorazonador. La mirada asombrada del viajante nos pone a todos delante del espejo donde descubrimos las contradicciones que forman parte de nuestro pan de cada día.
Como el Gurb de Mendoza, Kao Tai no entiende nuestra sociedad y ve, con la misma mirada perpleja, como hemos articulado nuestra sociedad. Pero pese al pesimismo que destila el análisis final y a las tristes expectativas de futuro que nos ofrece el libro, “Cartas a la antigua china” es un libro delicioso, sencillo y lleno de sentido del humor. Se lee en una sentada y se disfruta (yo lo he disfrutado mucho).

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 20 de noviembre de 2004


Suena el despertador y nos ponemos en marcha. Desayuno con María José y partimos hacia Palamós. En el “Rafael” nos encontramos, dos semanas después de lo previsto, con nuestros compañeros de curso. El retraso, motivado por la adversa meteorología de las últimas semanas, hace que todos estemos impacientes por partir. Cuando estamos todos partimos con destino al puerto de Blanes.
Izamos las velas para aprovechar el poco viento y, un par de horas después (y después de ver nuestra pobre velocidad), decidimos ayudarnos con el motor.
El día, nublado, no acompaña pero el mar está en calma y la navegación se convierte en un cómodo paseo.
A la hora de comer empiezan a aparecer en la cubierta del barco todo tipo de manjares. Comer a bordo es incómodo pero he de reconocer que las vistas son inmejorables. Ante nosotros desfila la Costa Brava, acantilados coronados por pinos nos saludan desde la costa.
navegando con el Rafael Una clase a bordo Puesta de sol desde el Rafael
Oscurece cuando atracamos en el puerto de Blanes. Tras un café nos ponemos a buscar una pensión donde pasar la noche (la posibilidad de dormir en el barco ha sido rechazada). Al llegar nos regalamos una breve pero necesaria siesta.
Tras la siesta los ocho que nos hemos quedado a dormir en Blanes salimos en búsqueda de un sitio para cenar. El consenso no es fácil pero en nuestra ayuda aparece “Don Primo” una pizzería que le parece bien a todo el mundo. Hemos renunciado a ver el clásico Barça – Madrid (que se juega mientras damos buena cuenta de nuestra pizza) pero los camareros nos mantienen informados del resultado.
Cuando salimos nos encontramos con las primeras celebraciones callejeras de la holgada victoria que el Barça acaba de conseguir. La alegría inicial por este hecho se convierte en miedo escénico al descubrir que nuestra pensión está justo en la plaza en la que los aficionados de Blanes lo están celebrando.
Nos dormimos con los etílicos cantos como música de fondo.

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 19 de noviembre de 2004


Ya es oscuro cuando llegamos a S’Agaro. Atrás queda una larga jornada laboral y un tranquilo viaje en el que no paramos de hablar de futuro.
Dejamos los trastos en el apartamento y salimos en busca de provisiones para nuestro fin de semana marítimo.
Cargados con un pequeño tesoro en quesos vamos a Sant Feliu y cenamos en El Dorado Mar (c/President Irla, 15. Sant Feliu de Guíxols). El menú – tan bueno como siempre – y las privilegiadas vistas que el restaurante tiene sobre la bahía, actúan como un bálsamo milagroso que nos ayuda a olvidar preocupaciones y problemas.
Al salir hace frío . Volvemos a casa pasando por la playa de Sant Pol que hoy está totalmente vacía.

17 noviembre 2004

“Ya ves: progresan ¿Hacia donde progresan? Sospecho que ni siguiera ellos lo saben. En cualquier caso me parece que progresan por el mero hecho de progresar.”
Herbert Rosendorfer. Cartas a la antigua China. Barcelona, 2004.


DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 17 de noviembre de 2004


Trampeo la semana como puedo. Entre el trabajo, el cursillo y las visitas a médicos (afición a la que dedico últimamente más tiempo del deseable) tengo poco tiempo para mí.
He acabado “En la noche y entre los hielos” y ahora estoy leyendo un libro delicioso. Se llama “Cartas a la antigua China” y cuando lo acabe, que seguramente será pronto, intentaré escribir un poco más sobre él.
Con el final del día me llega una oferta de trabajo que tendré que rechazar y una cena en casa con María José y Jordi R2 (que se apuntó a cenar tras leer el post anterior e hizo la solicitud en los comentarios).

En la noche y entre los hielos
Fridtjof Nansen

Mejor explorador que literato, Fridtjof Nansen, narra en este diario la expedición polar noruega de 1893 a 1896. Tres años de exploración polar, primero a bordo del Fram y después en un descerebrado periplo en busca de un norte desconocido y lejano en trineos tirados por perros.
Repetitivo en ciertos pasajes, el libro de Nansen es la crónica de una de las grandes expediciones polares en un tiempo en el que prácticamente todo estaba por descubrir.
Sigo prefiriendo el libro de Caroline Alexander sobre la expedición a la Antártida de Shackleton (“Atrapados en el hielo”) pero “En la noche y entre los hielos” es también el relato cautivador de una aventura real.

14 noviembre 2004

“Mientras la historia del ocio no ha suscitado verdaderos estudios antropológicos, su opuesto, el trabajo, ha sido objeto de casi todas las disciplinas.”
Glòria Soler. En busca de la ociosidad. Cultura/s de La Vanguardia 123

“Este libro pretende ocupar un vacío en la historiografía social provocado por la influencia de la historiografía marxista ( y a un cierto rechazo histórico hacia el denominado ‘tiempo libre’). En la historiografía contemporánea encontramos el trabajo asociado a conceptos como necesidad, esfuerzo, capacidad... mientras el ocio equivale a conceptos negativos como vagancia, dejadez, laxitud, inutilidad, pereza, holgazanería... Por esta razón el trabajo ha sido objeto de estudio mientras el ocio ha sido condenado al ostracismo. Ha llegado el momento de poner fin a esta anómala situación.”
Santiago García Quintana. Pequeña historia del ocio. Buenos Aires. 1958


DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 14 de noviembre de 2004


Suena el despertador. La tarea prorrogada ayer, no se puede evitar hoy. Desayunamos medio dormidos y nos ponemos manos a la obra. Horas de trabajo después (con pequeñas pausas para jugar al Doom) ya tenemos la casa en un estado presentable.
Teníamos mucha comida preparada para nuestro fin de semana de navegación en el ‘Rafael’ pero el mal tiempo ha pospuesto nuestro bautizo marítimo. Tenemos que hacer algo con el embutido y los quesos. Jordi M., Toni, Roger y Clara nos sacan del apuro y se apuntan a una comida improvisada.
Conseguimos echarlos a las 19:30. La velada ha sido fantástica pero aún tenemos un montón de comida en la nevera esperando comensales para ser consumida.
El fin de semana ha pasado volando. Empieza una nueva semana laboral, espero que pase volando.

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 13 de noviembre de 2004


Me levanto pronto, preparo el desayuno y – justo antes de despertar a María José - decido dejarla dormir un poco más y me pongo a escribir. Hoy tenemos limpieza general de la casa (lo necesita) pero, incluso esta imprescindible tarea, puede esperar.
Cuando María José se levanta desayunamos y, con todo preparado para empezar el trabajo, nos volvemos a la cama para regalarnos una ‘siesta del carnero’ que se prolonga hasta las 15:30. Hora de comer y, ahítos de tanta comida, volvemos a la cama para descansar de la agotadora jornada que estamos protagonizando.
A las 20:00 horas, abandonado ya el utópico proyecto de la limpieza casera, bajamos a la calle y, tras pasear por una esquizofrénica zona centro de nuestra ciudad, nos adentramos en el no menos peligroso Fnac. El resultado final es la compra de un par de libros (uno por cabeza).
Vuelta a casa. La agotadora jornada pasa factura y nos vamos a dormir pronto.

13 noviembre 2004

“Pocas personas tienen el carácter suficiente para atreverse a practicar la pereza de manera regular. Sin embargo es un hecho demostrable que detrás de los más prolíficos personajes se esconden seres con una repulsión activa contra todos aquellos – normalmente de raza blanca y religión protestante – que consideran la pereza el pecado capital por excelencia. Fíjense, por ejemplo, en Josep Pla, el escritor catalán que más volúmenes nos ha legado, y en cómo se apasionaba postulando su vocación más intima y auténtica. Conseguir el estatus de ‘badoc’ era para Pla la meta más preciada, el ideal más sincero”
Miquel Berga. Sobre no hacer nada. Cultura/s de La Vanguardia 123.

“badoc: m. Persona que bada, que s’abstreu mirant o que es distreu de la feina”
Santiago Albertí. Diccionari de la llengua catalana. Barcelona 1985


DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 12 de noviembre de 2004


Son casi las diez cuando llego a casa. Estoy muy cansado pero me apetece salir. Llamamos a Víctor y Laura que, sin dudarlo demasiado, se apuntan a cenar algo. Nos encontramos en el “Black Horse” y bajamos al Borne. En la calle Montcada, en la puerta del “Xampanyet”, nos encontramos con una pequeña coral masculina que ha improvisado una actuación en el centro de la estrecha calle.
Las canciones, en italiano, son deliciosas y el ambiente que se consiguen crear pone la piel de gallina. Después de dos canciones recogen nuestros aplausos y siguen con su paseo nocturno. Hemos tenido mucha suerte. Seáis quién seáis, gracias.
De muy buen humor llegamos al “Panyvino” (buenísima la pizza, ahora servida sobre tablas de madera). Hablamos mientras cenamos, hablamos mientras caminamos por el barrio en busca de un bar y seguimos hablando en el “Black Horse”. La noche acaba con una espectacular partida de dardos (que gana Víctor).
El bar ya ha cerrado cuando salimos.

11 noviembre 2004

“En la antigüedad, no sólo la Biblia había puesto el trabajo en su sitio. Como dice Lafargue, para los romanos el trabajo remunerado era vergonzoso y la pereza una virtud. De hecho, la virtud era el ocio, su contrario, el nec otium (el negocio), era una conducta interesada, sudorosa y ávida, indigna de patricios. Algo de ello quedaba en el desprecio a las labores de los hidalgos españoles.”
Enric Sòria. Vindicación de la pereza. Cultura/s de La Vanguardia 123.


DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 11 de noviembre 2004


Me levanto pronto, desayuno con María José y, estimulado por el café y la música del “Lágrimas negras” de Bebo Valdés y El Cigala, me siento delante del ordenador para poner al día un diario que los últimos días ha caído en el más absoluto de los olvidos.
No tengo tiempo para demasiadas alegrías durante la semana. Mi horario laboral, unido al cursillo que he iniciado recientemente, me dejan en una situación difícil para desarrollar mi tiempo de ocio con la riqueza que sería deseable. No hago el cursillo por motivos laborales y me lo paso bien. Creo que eso lo convierte en una actividad de ocio, poco variada pero reconfortante.
Todas las mañanas salgo de casa y camino por el barrio que empieza a despertar. Hace frío y el olor que sale de las panaderías es delicioso. Ruido de persianas que se abren, de conversaciones soñolientas y de saludos entre vecinos. Cuando llego al Metro - después de atravesar una plaza en la que las hojas, bailando con el viento, flotan ante mis ojos - toda la magia se rompe. Sólo me queda refugiarme en la lectura hasta llegar a la ciudad vecina.
Vuelvo a casa tarde y, de nuevo con María José, disfruto del merecido descanso. Mientras esperamos ese préstamo de “Friends” (quinta temporada) que no acaba de llegar, seguimos con “24” (que ha mejorado respecto a la segunda temporada, demasiado parecida a la primera.
Poco más puedo explicar de esta semana (una cena en “El Foro”, mi lectura del libro de Fridtjof Nansen que avanza – como su expedición – lenta y con dudas, largas conversaciones con María José...).
Sigue sonando el “Lágrimas Negras” (concretamente “La bien pagá”), arranca una nueva jornada.

08 noviembre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 7 de noviembre de 2004


Vuelve a despertarme el sonido del despertador (esta semana no he conseguido desmarcarme de su férrea marca ni un solo día). Desayunamos con mucho sueño y salimos hacia casa de mis padres. La Yayi ya está totalmente repuesta y nos pasamos la mañana con ella (viendo “El Dragón Rojo” y teniendo a nuestra disposición cuatro periódicos de hoy).
El resto del domingo se nos escurre entre los dedos sin que podamos evitarlo. Hemos empezado a trabajar en la postal de navidad de este año. De momento estamos en la fase preliminar, pero pronto empezaremos con la producción

06 noviembre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 6 de noviembre de 2004


Viernes. María José me llama al trabajo. La Yayi (mi abuela) ha tenido una embolia y está en el hospital de Sant Pau en observación. Parece que está bien y aparentemente sólo le ha afectado al habla. Cuando nos dejan pasar a verla ya se ha recuperado parcialmente y puede hablar un poco. Sólo ha sido un susto y, pese a que tiene que controlarse, nos dicen que se recuperará totalmente. Volvemos a casa (a ella la dejarán volver a medianoche).
Sábado. Suena el despertador y me obligo a levantarme. Lo consigo tras cinco o seis intentos. María José, que también ha tenido una dura lucha, prepara el desayuno mientras me ducho. Desayunamos y salgo a comprar los medicamentos para mi recién adquirida condición de alérgico oficial.
Con los preciosos productos ya en mi poder vuelvo a casa. El resto de la mañana lo repartimos entre la necesaria intendencia casera y un paseo por el barrio con parada, para leer el periódico en una terracita llena de sol.
El tren nos lleva a Alella donde nos encontramos con los padres de María José. Lidu, como cada año, se va un par de meses a Madrid por cuestiones laborales y hoy celebramos una especie de, ya tradicional, despedida. Comemos – muy bien – en el Feliç 2 (Alella. Tel. 935408522), un restaurante chino sorprendentemente bueno.
Volvemos a casa y nos entregamos a una deliciosa siesta. Me levanto un poco antes y me pongo a escribir mientras María José sigue durmiendo.

“Con todo el ocio no es exactamente la pereza, si se entiende ésta al modo puramente pasivo del “dulce no hacer nada”.El ocio no es más, ni menos, que el ejercicio continuado de la libertad. La negativa a hacer nada por otro interés que no sea el propio deseo”
Enric Sòria. Vindicación de la pereza. Cultura/s de La Vanguardia 123
“Pero hay matices que distinguen la pereza del ocio. Mientras la primera se dedica a cultivar el arte del ‘dolce far niente’, el ocio se caracteriza por una búsqueda continuada del placer partiendo de una condición de libre albedrío.”
Santiago García Quintana. Pequeña Historia del Ocio. Buenos Aires 1958


DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 4 de noviembre de 2004


Después de una jornada especialmente dura en nuestros respectivos trabajos, María José y yo necesitamos resarcirnos. Recojo a María José en su nueva escuela y ella aprovecha para enseñarme su clase (que está situada en el tejado del edificio y tiene unas vistas fantásticas incluso de noche). Tengo que volver un día para verla a la luz del sol.
Hace días que nos apetece una fondee y por fin parece que hoy podremos saciar nuestra ansia de queso fundido. “La llar del filador” (Cortines, 13 Tel. 933192690) es un sencillo restaurante del barrio especializado en quesos, embutidos y fondees. Nos decidimos por una tradicional y la acompañamos de todo tipo de complementos (pequeñas salchichas, pepinillos pequeños, champiñones).
El queso ingerido ejerce su beneficioso efecto por nuestro organismo y, mientras hundimos los pedazos de pan en su masa fundida, conversamos y disfrutamos del momento.
Al final, mirado en su conjunto, el día no ha estado nada mal.

04 noviembre 2004

“Trabajad, trabajad, proletarios, para aumentar la fortuna social y vuestras miserias individuales; trabajad, trabajad para que, haciéndoos cada vez más pobres, tengáis más razón de trabajar y de ser miserables. Tal es la ley inexorable de la producción capitalista”.
Paul Lafargue. El derecho a la Pereza. Refutación del derecho al trabajo de 1848. Publicado en 1880


DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 3 de noviembre de 2004


Martes. Cuando salgo de la ciudad vecina el día ya ha llegado a su fin. El nuevo horario me ha robado el sol que era capaz de arrancarme una sonrisa cuando, al salir del trabajo, descubría – con los ojos todavía embrutecidos por la larga jornada laboral – que había un mundo de luz y de vida en el exterior.
He quedado con Quique y, como llego pronto, doy una vuelta por los alrededores. En mi paseo descubro una pastelería notable y poco más.
Ya con Quique nos sentamos en la mesa de un bar y empezamos a recuperar tiempo perdido acompañando la conversación con un poco de queso y buen jamón. Quique es un excompañero de trabajo y también se está planteando dejar el mundo de los tejanos. Conseguimos – no sin dificultades – hablar de temas no laborales y pasamos un par de horas arreglando el mundo. Al ir a pagar descubrimos que no lo hemos arreglado bien: el jamón era de un cerdo de la familia real (o a ese precio nos lo cobran) y la broma nos sale cara.
Vuelvo a casa, ceno con María José y vemos el final de la cuarta temporada de “Friends”. Final abierto que nos deja con ganas de más. Estamos nerviosos.

Miércoles. Decido añadir, a las muchas horas de mi vida que se come el trabajo, un cursillo que ocupará parte del poco tiempo que actualmente dedico al ocio (soy, lo sé, la vergüenza de los ociosos). El centro donde hacen las clases no está lejos de casa y ,si no fuera porqué obligan a los profesores a ir con bata blanca, parece que está bien.
Cenamos pronto e intento leer un poco antes de ir a dormir. No lo consigo, estoy muy cansado.

02 noviembre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 01 de noviembre de 2004


Nos levantamos tarde y, después de desayunar con María José, dejo pasar la mañana sin hacer nada destacado. A mediodía salimos, esta vez armados con un paraguas, en busca de la cena que ayer no pudimos hacer. De nuevo nos encontramos muchos restaurantes cerrados y, tras dar algunas vueltas por el barrio, nos decidimos por el “Little Italy”. Carta corta (en la sección de risottos y pasta hay sólo un plato de arroz), mal servido, raciones ridículas, relación calidad precio insultante... un local totalmente desaconsejable.
Volvemos a casa. Siesta y partidas de Doom.
Por la noche cena con Víctor y Laura en el “Ugarit” del Born. Rematamos una buena cena con un par de copas en el “Black Horse”. Somos prácticamente los únicos clientes y la tertulia se alarga. Es tarde ya cuando Nuria y Jordi R. se incorporan a la reunión. Se está muy bien y, pese a que mañana todos trabajamos, continuamos hablando hasta tarde.

01 noviembre 2004

“El ‘flâneur’, o caminante ocioso, siente un placer inmenso, decía Charles Baudelaire ‘en la multiplicidad, en todo lo que bulle’( ...) El ‘flâneur’ sale de paseo cuando le da la real gana, y regresa a su madriguera cuando se aburre, recuerda que tiene algo que hacer o simplemente está fatigado. Y le emociona más encontrarse con el cierre azul cielo de un local, una placita semiescondida o un perro callejero, que detenerse a contemplar las reminiscencias históricas que jalonan la ciudad, coto privado del turista.”
Nicolás Casariego. Sin Rumbo fijo por las calles de París. El Viajero de El País. Sábado 30/10/2004.


DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 31 de octubre de 2004


Pasear por la ciudad sin rumbo fijo, sin objetivos y sin prisas siempre ha sido uno de mis pequeños placeres. Es agradable descubrir un rincón de la ciudad, un fragmento de vida y paladearlo disfrutando de todos sus matices. Nunca hay grandes descubrimientos (puede ser una vieja bodega en la que el tiempo parece haberse detenido, una tienda curiosa, una tertulia vecinal improvisada en un banco privilegiado por el sol...) pero siempre vale la pena ese momento en el que nos bajamos del mundo para mirarlo con la tranquila perspectiva de un “flâneur”.

Nos despertamos pronto y desayunamos tranquilamente. Al ritmo pausado que marca la mañana dominical nos preparamos para salir.
En autobús, y leyendo el periódico de hoy, nos acercamos al Caixa Fórum. Primero visitamos “Rodin i la revolució de l’escultura. De Camille Claudel a Giacometti” un completísimo repaso a la obra del escultor y – muy interesante también – un paseo por la obra de sus discípulos (Bourdelle, Desbois, Jouvray, Claudel... ) y por su influencia en la escultura posterior (Zadkine, Maillol, Giacometti, Chillida...). Hay mucha gente pero en ningún momento hay aglomeraciones y se agradece.
Ya que estamos aquí decidimos continuar con la otra gran exposición que el centro presenta y entramos en la retrospectiva de Giuseppe Penone. La obra de este, desconocido por nosotros hasta hoy, artista italiano nos divierte y nos interesa. Su aguda reflexión sobre el hombre y su interacción con la naturaleza que nos rodea, llena de fuerza unas obras tremendamente impactantes por su forma.
Con los ojos llenos de esculturas, y tras un breve paso por la tienda, volvemos a casa caminando.

Tarde de televisión, de largas partidas al “Doom” y de lectura. Estoy leyendo “En la noche y entre los hielos”, el diario de la expedición polar noruega de 1893 a 1896 escrito por Fridtjof Nansen.

Salimos en busca de un sitio para cenar, nos apetece una fondeé y, después de un largo paseo por el barrio, nos sentamos en un restaurante entre cuyas especialidades destaca la de queso. Desgraciadamente se les ha acabado el queso. Decidimos salir justo cuando rompe a llover. Nos dirigimos, pegados a las paredes de los edificios, a otro restaurante del barrio especializado en fondees. Pero la adversidad ha decidido enfrontarse a nosotros esta noche, el restaurante está cerrado. Mojados y algo desanimados volvemos a casa y nos dejamos confortar por tres episodios de “Friends”. Mañana es festivo