30 julio 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 30 de julio de 2006


VACACIONES, día 2

Día de recuperación. Los tres no paramos de enlazar siestas. Aprovecho para leer (he acabado “El último coyote” de Michael Connelly y no empiezo nada nuevo a la espera de la compra de libros para las vacaciones... con un poco de suerte el lunes).

Son casi las 21:00 hora de levantarse y acercarse a casa de mis padres. El viernes le dieron el alta a mi padre y aún no me he pasado a ver que tal le va en casa.

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 29 de julio de 2006


VACACIONES, día 1


Que gusto empezar así el diario. Que placer saber que, durante los próximos 30 días, puedo empezar el diario con la misma bendita palabra.
Inauguramos las vacaciones trabajando para adecentar Graceland. El trajín de los últimos días – reparaciones por escape incluidas – no han dejado tiempo para mucho y la casa necesita un poco de limpieza y la nevera, un poco de cariño.
Por la noche organizamos una barbacoa en casa. Se apuntan Consol, Alberto y Clara, Olivia, Roberto y Martina y Yoli, Rafa y Lucas.
El caos es cenar con tres niños, un cachorro de perro y ocho adultos que intentan llevarse algo a la boca. Pese a las constantes urgencias que provoca la situación: lloros, carreras, intento de robar butifarra por parte del perro, paseos para dormir y/o hacer las necesidades (niños y perro respectivamente, pero podría haber sido al revés)... la cena resulta divertida. Pasan de las tres cuando, agotados, decidimos dejarlo para otro día.

29 julio 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 28 de julio de 2006


Jueves. Una cena en el “Cardamon” (c/Carders, 31 Tel. 932955959) en compañía de Jordi, Núria y María José deja la semana vista para sentencia. Cenamos bien y se bebe mucho y variado. El resultado es una sensación de bienestar difícil de transmitir por escrito.
Rematamos la jugada en el Borneo con una rápida cerveza. En el camino de vuelta a casa he de hacer esfuerzos para no dormirme apoyado en la espalda de María José que conduce la moto.

Viernes. Ocho horas que se alargan como nunca antes lo han hecho y, al final del túnel, la luz que anuncia 30 días en los que no voy a pisar el suelo de Levi Pants. Me recoge María José a la puerta y me siento como esos protagonistas de película que salen de la cárcel y, a la puerta de la prisión, se encuentran con su chica que les espera al volante del coche. No hay música de fondo ni coche – María José ha venido en moto – pero la sensación debe ser parecida. Intercambiamos regalos de vacaciones – una tradición particular – (mi regalo es una fantástica radio para escuchar en la ducha) y nos regalamos una cena en el “Mosaico”. No nos gusta tanto como en la primera visita (la comida está buena pero la presencia de una gran tele encendida y otros pequeños detalles nos hacen la estancia menos agradable). Pero nada importa: María José y yo estamos de vacaciones.

26 julio 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 25 de julio de 2006


Lunes. Otra jornada maratoniana. No tengo fuerzas para cenar con Pablo y con David que han quedado en el centro. Me sabe mal, otra vez será.

Martes. Tras un viaje alucinante en la línea 1 del metro barcelonés (vagón a tope, aire acondicionado inexistente, chorros de agua cayendo del techo, dos tipas peleándose a gritos durante más de media hora, paradas inexplicables en las estaciones...) llego – tarde – a mi cita con María José – la pobre lleva más de 20 minutos esperándome – y, juntos, llegamos – tarde – a casa de Yoli y Rafa.
Lucas ha crecido un montón y está divertidísimo. Da gusto verlo reír.
Pedimos comida al chino habitual. En la mesa se olvida el cansancio de la jornada, se ríe y se hacen planes de futuro para las vacaciones que están a la vuelta de la esquina. Quedan tres días.

24 julio 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 23 de julio de 2006


Sábado. Cuesta ponerse en funcionamiento después de la cena y el paseo nocturno de ayer. Al final, tras acabar “La jota de corazones” de Patricia Cornwell (de momento es el que más me ha gustado de la serie de la doctora Scarpetta), conseguimos salir a la calle. Visita al hospital y vuelta a casa para recoger a Cass y salir con destino a casa de Kris y Tony.
Llegamos os últimos y tarde. Por suerte el aperitivo y la piscina han conseguido que no nos echen de menos. Somos muchos: Kris, Tony, Ainhoa, Eva, Alfonso, Espe, Javi, Sandra, Mari y “el cuñao” a los mandos de la barbacoa.
La piscina nos recupera del viaje sin aire acondicionado mientras Cass no se atreve a entrar en una piscina que le llama muchísimo la atención. Después llega la comida, la larga sobremesa y un nuevo baño.
Volvemos a casa, dejamos a Cass – está destrozada después de correr durante todo el dá – y salimos de nuevo. Esta vez para ir a casa de David y Iola. Hoy teníamos que cenar con Pablo que ha venido de Thailandia. Pero la adversidad nos persigue y con Pablo se ha venido un extraño virus que le impide asistir a la cena (he estado tentado a atribuir su baja de última hora a un “pablazo” pero no sería fiel ha la verdad).

Nota: Un pablazo es una pérdida de la coordinación psíquica y/o física debida a la ingestión de alcohol en grandes cantidades. Puede producirse también por la mezcla de alcohol con sustancias psicotrópicas y debe su nombre al Pablo protagonista de la historia que estoy contando hoy.

Conocemos a Martí e intentamos – sin demasiado éxito jugar con Ona.
La cena – en la terraza -, como siempre, está buenísima y la sobremesa, pese al calor de la noche, es fantástica.
Nos vamos a dormir tarde tras un nuevo paseo nocturno con Cass.Cass saltando a la piscina

Domingo. Empiezo a leer otro best seller (el calor, el hecho de que los libros sigan en cajas un año después de la mudanza y mi estado mental, no permiten otra cosa): “El último coyote” de Michael Connelly.
Domingo de perezas, de no hacer nada en concreto y de descanso. Cass juega en el patio con su nueva piscina y, como hace mucho que no aparece por aquí, pongo una foto para que veáis como ha crecido.
Quedan 5 días para las vacaciones.

22 julio 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 21 de julio de 2006


Noe, en su blog, recomendaba el Tapioles 53. Leí su recomendación y, minutos después, llamaba para reservar (tuve la sensación de que me gustaría).
Ella fue a celebrar un aniversario, nosotros también y el restaurante es ideal:
pequeño, acogedor, con un personal muy atento y con una comida buenísima.
Nos decidimos por el menú de degustación (un entrante, tres platos y postre) y disfrutamos tanto de la comida como de los detalles y de la calidez del local.
En un momento en el que los cocineros estrella tienden a abrir grandes restaurantes se agradecen los locales personales en los que se cuidan los detalles.
Cenamos de miedo y nos sentimos acogidos. No se puede pedir más.

Al volver a casa damos un paseo con Cass pese a ser muy tarde. Ha empezado el fin de semana.

20 julio 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 20 de julio de 2006


Llevo la mochila llena de cosas para leer: “la jota de corazones” de Patricia Cornwell - que es la novela que estoy leyendo actualmente -, “El benestar” de Sebastià Alzadora - regalo de Núria, está en la mochila, cerca, esperando su momento -, “Una breve historia de casi todo” de Bill Bryson – que quedó olvidado en el fondo a media lectura y clama a gritos ser rescatado del injusto ostracismo al que le he sometido – y el “Rockdelux” del mes - para trayectos cortos o en condiciones adversas -.
El nivel de cansancio es tal que en los muchos trayectos en transporte público que estoy haciendo actualmente no consigo leer nada. Las dormidas son espectaculares y, no lo dudo, motivo de diversión para mis desconocidos compañeros de viaje.

A la rutina de los últimos días le pusimos el martes un oportuno parche con una cena en Graceland en compañía de nuestros primos Pau y Elena. La cena la rematamos con las ya tradicionales partidas de Pang. La pareja cómica formada por Pau y María José resulta espectacular. De nuevo el patio de Graceland y una oportuna cena actúan como bálsamo que nos trae aires de esas vacaciones que cada vez están más cerca.
El miércoles, con María José, miramos hacia atrás y celebramos que llevamos once años viviendo juntos.

18 julio 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 16 de julio de 2006


Graceland necesita un repaso y, capeando la temperatura como podemos, conseguimos dárselo entre los dos. Una vez reconvertido en un lugar habitable miramos el reloj y vemos, con cierta desolación, que es hora de comer y no quedan fuerzas para preparar la comida. El problema, que a muchos les puede parecer irresoluble, tiene fácil solución.
Nos acicalamos – nuestro estado actual no es presentable – y nos acercamos a un japonés que acaba de abrir en el barrio. El “Sakuraya” (c/Aprestadora, 18 L’Hospitalet. Tel 934329021) acaba de abrir sus puertas esta semana, es bonito, acogedor y la comida está muy buena. Me decanto por el shashimi (muy bueno) pero veo que la especialidad de la casa es la plancha (el cocinero – de cara a los comensales – es espectacular) y no tardaré en probarla.
Al volver a casa descansamos un buen rato dormidos delante de la tele. Ya de noche, nos pasamos a ver a mi madre – hoy es su santo – y no la encontramos (aún no ha vuelto del hospital).
Cena en casa de Jordi R. y Nuria. Cenamos en la terraza, se está muy bien. Jordi y Nuria – siempre atentos a los detalles – complementan la estupenda cena con un espectáculo de nivel: tras los postres un estruendo nos hace girar la cabeza hacia la calle. Lo primero que veo es un coche girando en el aire hasta caer sobre el van como locos. la foto es de Jordi R.techo y quedar atravesado en la calle. La música máquina a todo trapo que estaba escuchando el descerebrado conductor – que inmediatamente sale del coche por su propio pie, sin aparentes lesiones, pero (espero) con puntos negativos en su carnet – es lo único que se escucha cuando el coche se deja de mover.
El suceso entretiene la sobremesa.

No contentos con regalarnos esta arriesgada performance, Nuria me regala “El benestar”, libro de Sebastià Alzamora donde aparece “Jo l’invertit de cos i d’anima”, uno de los poemas que Miguel Poveda adapta en su último disco “Desglaç” (es el que más me gusta). Jordi, en cambio, me regala un recopilatorio donde aparece un tema de su nueva banda: “Fashion Corps” (que, de hecho, es su antigua banda – “Higgins” – a la que han decidido cambiar el nombre debido al gran número de grupos que tienen el mismo nombre).
Una noche completita. He empezado a leer "La Jota de corazones", de Patricia Cornwell.

16 julio 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado 15 de julio de 2006


Duermo mal. Estoy muy cansado y ocupo la mañana con la difícil tarea de descansar placidamente. Aprovecho también para leer (he acabado “Utopía” de Lincoln Child, a él y a su compinche Douglas Preston no les darán nunca ningún premio literario serio, pero hay que reconocer que saben escribir Best Sellers. Pese a lo previsible de la trama el libro está lleno de detalles y me lo he pasado muy bien leyéndolo.
Paseos – cortos, hace mucha calor -, siestas y visitas al hospital ocupan el resto del día.
En un despiste de María José me escapo al centro comercial y me compro “A Hundred Highway” de Johnny Cash. La aparición del quinto disco de la serie América, fruto de la colaboración del cantante con Rick Rubin, es una agradable sorpresa ya que, tras la publicación “The man comes around” y la muerte del cantante, parecía que no íbamos a tener mas discos de la serie. Por suerte no ha sido así y “A hundred of highways” no desmerece a sus predecesores. Canciones de clásicos de la escena country y folk americanas (Gatlin Brothers, Gordon Lighfoot, Hank Wiliams, Bruce Springsteen, Don Gibson...), buenos músicos y la voz inconfundible del mejor Johnny Cash son los elementos de la quinta entrega de la serie América, para mí imprescindible.

Llegamos tarde al concierto de “The Divine Comedy” y tenía ganas de verlos, la próxima vez será.
El concierto esperado de hoy era el de Rufus Wainwright. Una serie de desafortunadas casualidades me impidió verlo la última vez que vino a Barcelona y, después de oír las críticas y los comentarios de los que fueron, se me pusieron los dientes todavía mas largos. Esta vez no me lo podía perder.
Llegamos al recinto del Summercase poco antes de que empiece el concierto, nos armamos de bebidas y nos acercamos a la carpa donde actuará Rufus. Sólo o acompañado por una de sus hermanas (Lucy Wainwright), alternando piano y guitarra y en unas condiciones de muy desfavorables (en la carpa hacía muchísimo calor y el ruido que llegaba de los otros escenarios molestaba un poco) Rufus ofreció un concierto memorable. Durante mas o menos hora y media repasó su discografía (que gustazo escuchar en directo temas como “The art teacher” o “Cigarettes and chocolate milk”, nos regaló una versión – a dúo con su hermana – del “Hallelujah” de Leonard Cohen y se despidió con un único bis que nos dejó con hambre (cosas de los festivales y sus horarios).
Tras el concierto, una cena de bocata de lomo a ritmo de los “New Order” y un poco de “Primal Scream” de despedida.

15 julio 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 14 de julio de 2006


Un día horrible en Levi Pants sirve de triste colofón a una semana especialmente dura y cansada. Estoy harto de soportar incapacidades y, si no fuera por la hipoteca, hoy lo hubiera mandado todo a rodar. Pero los grilletes pesan mucho y uno tiene una boca (rodeada de pelo blanco y soportada sobre cuatro patas) que mantener.

Recupero fuerzas en el “Summercase”, un macro festival de nuevo cuño que se trae a Barcelona a alguno de los mejores grupos del pop-rock actual. Llegamos tarde a la actuación de “Belle and Sebastian” y nos conformamos con “Superfurryanimals”. También vemos un poco de la actuación de “Midlake” pero María José también ha tenido un día duro y nos vamos antes de que empiecen a tocar “Sigur Ros”. Hoy ha servido de toma de contacto, mañana volveremos.

Ya en casa damos un paseo por el barrio con Cass mientras nos comemos el bocata de fuet que hemos comprado en el único bar que quedaba abierto. Los fantasmas se empiezan a desvanecer pero la idea de un cambio sigue rondando en mi cabeza. Quedan 10 días laborables para las vacaciones. Será duro, pero queda poco.

12 julio 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 11 de julio de 2006


Domingo. Mientras María José y Lidu juegan con el Pang aprovecho para descansar. Por la noche, después de algún paseo con Cass y poco más veo la final del mundial – poco fútbol pero mucha emoción -.

Martes. Hoy operan a mi padre. Mi madre, Eli y yo pasamos el día en el Hospital esperando que salga del post-operatorio. Nos lo devuelven 12 horas después pero, por lo que parece a simple vista, en buen estado. Durante la espera veo el encierro en un bar mientras tomo café con mi madre, hago crucigramas, leo “El País”, leo “El Jueves” (especial Porno), leo “Berlín” de Antoni Beevor y lo acabo, hago puzzles japoneses y otro extraño pasatiempo que no consigo acabar, como en el bar de menús que hay delante del hospital, busco – infructuosamente – un practicante que me ponga la vacuna, intento que me pongan la vacuna en el hospital y finalmente lo consigo en un hospital vecino, hablo con mi madre y con Eli.

María José se pasa por la clínica a última hora de la tarde y, juntos, volvemos a casa. He estado todo el día sentado pero estoy muy cansado. Empiezo “Utopía” de Lincoln Child (después de un pedazo de realidad tan duro como el que cuenta Antoni Beevor en Berlín es necesario leer algo entretenido) pero no consigo pasar del primer capítulo, los ojos se me cierran, mañana será otro día.

09 julio 2006

QUE ALGUIEN ME LO EXPLIQUE 2

Hago un alto en el relato de mi diario deambular por la vida para retomar esta sección de denuncia que tantos seguidores ha cosechado en su corta pero intensa trayectoria.
museo del Barça, versión callejera
El asunto que hoy nos ocupa es una caseta - supongo que del guardia - en la puerta de entrada de las obras de la Ciudad Judicial. Supongo que, en un exceso de euforia deportiva, a algún artista oculto tras una camiseta imperio y un casco de obra, se le ocurrió plantar un homenaje sobre el techo de la caseta.la calle se llama general almirante ¿Por qué?
Ante la magnitud del desatino se me ocurren varias preguntas ¿se acabó la pintura grana? ¿De dónde sacó el rojo fosforito? ¿Qué significado esotérico tienen las manos? ¿Es la media luna un velado guiño del artista hacia los trabajadores musulmanes? La copa torcida, ¿Es la de la liga? ¿Se acabó la pintura azul a medio pintar la copa de la champions? ¿Hacía falta? ¿Tienen demasiado tiempo libre los trabajadores de las obras de la futura Ciudad Judicial?
Que alguien me lo explique.

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 08 de julio de 2006


Música new age y la conversación de una pareja en la otra punta del local. Tomo café tras una buena comida en el la soledad del comedor del fondoAngus Beef” (c/Aragon, 67 Barcelona. Tel 932264267). Estoy sólo. María José celebra su segundo fin de semana de hermanas con Lidu y – pese a las ofertas para que me quedara a comer con ellas – he decidido dejarlas solas, seguro que tienen muchas cosas que contarse.
He callejeado escuchando a Pitingo (su “Pitingo con Habichuelas” es grande pese a su sencillez) y a Rufus Wainwright (otro monstruo, diferente, pero también grande. Si nada se tuerce la semana que viene lo podré ver en directo) por una ciudad que – supongo que por el calor – parece desierta. Al pasar por delante del restaurante he decidido regalarme un buen trozo de carne.
Comer solo tiene algo de urgente. La falta de conversación convierte la comida – aunque uno intente alargarla demorándose en el placer que esta provoca – en algo fugaz. Se echa de menos la palabra, el oído que escucha, tener en quien depositar la mirada.
Sin lectura sería mucho más difícil: “Berlín” para la espera y algo mas ligero (el rockdelux) para acompañar el jugoso solomillo.

De nuevo en la calle, camino – esta vez acompañado por “The Doors” – hasta el “Caixa Fórum”. Poca gente. Veo la selección que ha hecho Soledad Sevilla de la colección de arte contemporáneo de la Fundación La Caixa y, pese a que hay alguna obra que me gusta mucho, no son las obras que yo hubiera escogido – cuestión de gustos.Dan Perjovschi

En cambio disfruto mucho con “First Class” la intervención que ha hecho el artista rumano Dan Perjovschi en el Espai Montcada. Sus dibujos están llenos de fuerza, de inteligencia y de sentido del humor.

Sigo caminando y llego a casa. Siesta interrumpida por los gritos de María José y Lidu que están jugando con la maquina. Me apunto y también juego un poco.

Por la noche cenamos en el “Hanagin” (a Lidu le apetecía cenar japonés) y damos un paseo por la playa con parada en un chiringo de la playa del Bogatell. Nos estiramos en una hamaca frente al mar y disfrutamos de una noche no demasiado calurosa. La música – algo alta – se mezcla con el sonido de las olas. No nos sirven, pero no importa, se está de miedo.

08 julio 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 07 de julio de 2006


Primer encierro de San Fermín y yo no tengo que ir a trabajar. Es el segundo día de estas cortas pero necesarias vacaciones y el nivel de relajación es ya máximo.
Aprovecho la mañana para volver a instalar “Mame” en el ordenador y empiezo a seleccionar juegos.

A mediodía como con María José en un chino del barrio y, después de una siesta, sigo con la faraónica tarea de revisar los juegos que quiero tener en la maquina de “marcianitos” (muchos de lucha y los clásicos).

Mi padre cumple hoy 70 años. Lo celebramos con una cena “sorpresa” en casa (entrecomillo sorpresa ya que creo que él se olía algo). Para cenar pedimos bocadillos al “Marc’s”, no están tan buenos como recién hechos pero todos nos ponemos las botas.
Durante la cena montamos la escandalera habitual: Hernan (mi tío que – pese a la petición popular - no quiere dejarse barba porque la vez que lo hizo los niños le paraban por la calle y le pedían juguetes – su parecido con Papa Noel era asombroso) juega con Cass y se queja de sus mordiscos, mi madre decide hacer una performance y resbala en cámara lenta – en un charco de pipi que Cass, excitada por el juego, nos ha regalado pero que nadie ha visto – y rueda por el suelo al grito de “estoy bien, estoy bien”, Cesc cuenta chistes, los demás gritamos y cantamos cumpleaños feliz mientras los vecinos se preguntan porqué no hemos ido a un restaurante.

Volvemos a casa tarde. Lo hemos pasado bien.

07 julio 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 06 de julio de 2006

Martes. María José me sorprende y me recoge a la puerta de Levi Pants. Con Cass, damos un paseo por la playa que aleja los productos del sueño de la razón.

Miércoles. Se ha acabado la semana laboral para mí. Dos días de vacaciones – se quedaron solos tras una planificación poco eficiente – me permiten alargar el fin de semana. Me encuentro con María José en casa de Olivia y Roberto. Cuando llego, Martina se acaba de dormir, ya la veré la próxima vez.
Cenamos comida japonesa – servicio a domicilio – en el patio mientras los vecinos se lanzan gritos de desafío futbolístico. Al final se llevan el gato al agua los vecinos de arriba – franceses – mientras el vecino de al lado grita con rabia “no merecéis estar en la final”. Impagable performance futbolístico-auditiva.
La comida esta buena, la conversación es animada, la compañía genial y en el patio se está de miedo. Alargamos todo lo que los vecinos nos dejan y volvemos a casa.

Jueves. No hay que ir a trabajar, pese a eso me levanto pronto y salgo a pasear con Cass. Aprovecho para comprar “El País” y leerlo – de cabo a rabo, crucigrama de Mambrino incluido – en el patio de Graceland. Desayuno con María José y mañana en el Club. Leo frente al mar – el Cultura’s de “La Vanguardia” – y me doy un refrescante baño. La sensación de vacaciones es ya, a esta hora, total.
Volvemos a casa – tras una visita al Fnac para comprar algún regalo, recogemos a Cass, y seguimos hasta Castelldefels.
Es hora de comer, la terraza de “Los personajes”, en la misma playa nos acoge. Por desgracia Cass está inquieta y no podemos disfrutar totalmente del idílico emplazamiento del restaurante. Pese a todo comemos bien y pasamos un buen rato.
De nuevo en casa, siestas y un poco de música. Escucho el disco del “rock delux” del mes (un recopilatorio – hecho por Ibon Errazkin – del sello Trojan records). El exceso e música jamaicana –aunque sea buena- me carga. Tendré que racionar las escuchas.

Por la noche vamos al teatro en un marco infrecuente. En la plaça del Rei asistimos a una lectura de “Homer, Iliada” de Alessandro Baricco. La adaptación del texto de Baricco es buena, la puesta en escena correcta, los actores están muy bien – sobretodo Jordi Boixaderas y LLuís Soler -, el marco es incomparablemente bello... pero esas sillas incómodas (y excesivamente apretadas) y – sobretodo – el inaceptable ruido que llega de la terraza del bar que está en la misma plaza (conversaciones – a gritos – de teléfono incluídas) rompen el encanto (creo que la dirección del Grec se tendría que replantear la oportunidad de utilizar la Plaça del Rei para según que tipo de espectáculos si no son capaces de dominar totalmente los elementos ambientales). Nos lo pasamos bien pero estoy seguro que la obra hubiera lucido mas si se hubieran dado las condiciones adecuadas.
Al salir damos un corto paseo y volvemos a casa para cenar algo.
Ha sido un fantástico – y largo – día de vacaciones.

04 julio 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 04 de julio de 2006


Martes. Ecuador de una extraña semana: corta en días laborables, pero intensa en trabajo. Levi Pants exprime lo poco aprovechable que queda de mí antes de darme vacaciones.
Tras una noche de mucho calor y sueño ligero, salgo pronto a la calle con Cass y cojo una película en el video-club. Al llegar a casa, María José está preparando el desayuno.
El desayuno con ella es uno de los momentos buenos de los días grises (las cenas en el patio de Graceland también tienen efecto balsámico y se agradecen).
Después, ya sólo en casa, veo “Munich”, otra acertada reflexión sobre la violencia que me gusta, como casi todo lo que ha hecho Steven Spielberg.
Queda tiempo para poco mas: intendencia casera, paseos con Cass, el inicio de un nuevo proyecto –diseño de una humilde camiseta de Levi Pants con la que poder fardar de puesto de trabajo -… y de nuevo a trabajar.

03 julio 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 02 de julio de 2006


Sábado. Barbacoa en el patio con Yoli, Rafa y Lucas. El patio de Graceland vuelve a brillar a buen nivel. Larga sobremesa, Lucas y Cass jugando, partidas con la máquina a un juego de fútbol para ir haciendo boca (Rafa me pega unas palizas de miedo) y un intenso Inglaterra – Portugal como postre a una tarde sensacional.
Dejamos pasar el resto del día a ritmo tranquilo, sin obligaciones ni prisas.

Domingo. Como ya es habitual, me levanto pronto y salgo a dar un paseo con Cass y a comprar el periódico. De vuelta a casa, preparo el desayuno y hago que Cass despierte a María José.
Antes de ir a casa de mis padres, pasamos por el centro comercial para buscar un regalo. Ayer empezaron las rebajas y, aunque es pronto, ya hay mucha gente. Hacemos lo que hemos venido a hacer y huimos a buen ritmo.
Cass, escondida la comida de los gatos, da vueltas por casa de mis padres buscando algo para comer. Mi madre se encarga de que no lo tenga muy difícil. María José y yo también pillamos: María José una bolsa de playa y yo gazpacho casero.
Al salir nos pasamos por casa de Eli y Cesc. Hacemos una cervecita y hablamos un rato mientras Eli juega con Cass. Aquí también pillamos: un ventilador, una camiseta soviética que Eli me ha traído de San Petesburgo, regalos de cumpleaños, un collar... y si nos dejan media hora más, consigo llevarme el decodificador de Canal Satélite.
Volvemos a casa. La barbacoa está en el centro del patio y quedan hamburguesas en la nevera. No cuesta decidirse y poco después nos comemos unas estupendas hamburguesas a la brasa.
Siestas, tele, lectura, paseos... lo típico de un domingo por la tarde, sirve de epitafio para el fin de semana. Sólo quedan tres días para el próximo.

01 julio 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 01 de julio de 2006


Viernes noche. Me encuentro con María José en nuestro antiguo barrio y vamos a cenar en el “Cardamon” (c/Carders, 31 Barcelona 932955059). El restaurante está situado en el mismo local en el que – cuando llegamos al barrio – había una bodega donde íbamos a comprar. La reforma del local lo ha dejado irreconocible, nunca hubiera dicho que en ese local se pudiera hacer un restaurante como este. Nos dejamos aconsejar – son muy amables y pacientes – y todo está buenísimo, sobretodo los currys (especialidad de la casa).
Hacemos una cervecita en el “Kan Kan” y volvemos a casa. Antes de irnos a dormir damos un paseo con Cass por el barrio que, una vez más, está en fiestas.

Sábado. Después de una mañana de obligaciones caseras (limpiezas, compra...) esperamos a Yoli, Rafa y Lucas para hacer una barbacoa en el patio. Hace una calor del demonio y, por suerte, los gallegos de la fiesta del barrio se están comportando con las gaitas.