DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 30 de octubre de 2016
Tradicionalmente, hoy es el día en el que, en este diario,
me quejo del cambio de horario, de la oscuridad, de los días cortos y las
noches largas. No lo haré.
También podría quejarme de la situación política del país,
de los corruptos que – pese a todo – vuelven a gobernar y de las mentiras que
nos cuentan unos y otros. Tampoco toca hacerlo hoy.
Ha sido una semana difícil en lo personal. Mucha gente a la
que quiero, lo ha pasado mal esta semana. Mi padre, amigos y amigas… algunos
incluso han querido ocultarme su dolor para no acrecentar el mío.
No siempre
puede brillar el sol y, pese a todo, siempre está allí. Lo está en pequeños
gestos que te alegran el día: en un icono de un beso que te llega en un mensaje
sin ninguna otra explicación, en un abrazo, en una llamada o en una oreja que
te escucha cuando necesitas sacar las dudas que te atenazan.
Me gustaría hacer mucho más de lo que hago por todos ellos.
Aliviar su sufrimiento. Reducir sus dudas. Eliminar sus miedos y decirles que
todo irá bien. No puedo hacerlo. Pero intentaré – a mi manera imperfecta –
estar allí si me necesitan.
Es por ello también que pese a que ha sido una mala semana,
sigo buscando aquellos momentos que hacen que un día valga la pena. Lectura,
música, teatro, cenas con amigos, series de televisión… no solucionan nada,
pero ayudan e iluminan.
Leo “Las Chicas” de Emma Cline y pese a que todas las
críticas citarán a Charles Manson, yo veo un brillante reflejo de la
adolescencia, quizá el más acerado y veraz, quizá el más descarnado. Emma Cline
es una gran escritora y su debut es una muestra de ello. Habrá que seguirla.
En el Poliorama veo “El curiós incident del gos a mitjanit”.
Me gustó el libro de Marc Haddon y, pese a la curiosidad que tenía por ver la
adaptación teatral, se me escapó en sus dos temporadas en el Lliure. Buena dirección
de Julio Manrique, buen ritmo y excelentes interpretaciones encabezadas por un
Pol López que borda el papel de Christopher Boone. No hay que perdérsela.
No disfruto tanto viendo “La Celestina” en el TNC. La
versión dirigida y protagonizada por José Luis Gómez tiene aciertos y errores.
Pesan más los primeros pero el resultado no es redondo. Quizá todo es demasiado
previsible y no hay nada en el montaje que emocione.
“La Casa de les Punxes” siempre ha estado ahí. Pasaba a
menudo por delante con el autobús o caminando pero nunca había pisado – si exceptuamos
la librería que había en la planta baja y en la que solía entrar a mirar las
revistas – su interior. Subo a la terraza, paseo por el interior de las
diferentes “punxes” y subo al mirador de la “punxa gran”. Me gusta hacerlo y
descubrir por dentro uno de los iconos de mi ciudad.
Encaro una nueva semana atenazado por la oscuridad que
genera el cambio horario. La otra oscuridad, la propia y la ajena, la
venceremos – como canta ahora mismo Joe Cocker versionando a The Beatles en la
sinfonola – “With a Little Help from My Friends”