30 septiembre 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 29 de septiembre de 2006


El jueves no apetecía cocinar y me acerqué a la puerta de al lado para pedirles algo de comida (nota de descargo: en la puerta de al lado hay un local, regentado por japoneses, que se dedican a hacer/servir comidas. Además pagué por la comida). Sentados ante la tele, viendo cadáveres descuartizados en “CSI” y comiendo sashimi de atún... poco más se le puede pedir a la noche de un jueves.

vinodelfin. erfecto en la locuraSe acaba la semana al ritmo que marca “Perfecto en la locura”, primer disco de los barceloneses “Vinodelfín”. El disco me ha sorprendido – no había oído hablar de ellos – y me ha gustado mucho. Buenos temas, buenas letras y una producción cuidada me animan a buscarlos en directo para ver que tal se defienden.

28 septiembre 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 28 de septiembre de 2006


Ocupado en redactar el largo diario de nuestra visita a Lisboa y debido a la falta de actividad ociosa en la que, desde el lunes por la noche, ha caído mi vida, llego al jueves sin demasiado que contar y con poco tiempo para hacerlo.

He acabado el muy recomendable “Historia del rey transparente” de Rosa Montero y de nuevo me sumerjo en las investigaciones de Kurt Wallander (en la segunda entrega de este personaje de Hennin Mankell, “Los perros de Riga”).

HISTORIA DEL REY TRANSPARENTE
Rosa Montero
Rosa Montero. Historia del rey transparente
La “Historia del rey transparente” es una fábula. Y como todas las fábulas que se precien tiene una heroína, malos malísimos, castillos, brujas, luchas, espadas y leyendas. Ambientada en el siglo XII la novela cuenta la historia de Leola una campesina que, empujada por los acontecimientos, se convierte en caballero. Sus andanzas por una tierra asolada por la cruzada contra los Albigenses son el hilo conductor de un libro que nos habla de mucho más.

La “Historia del rey transparente” nos habla de la lucha entre el progreso y la represión, entre el avance hacia un mundo mejor y el estancamiento en posiciones retrógradas... nos habla, en definitiva, de la lucha entre dos maneras de entender el mundo (podríamos decir entre el bien y el mal pero sería una interpretación partidista, que – dicho sea de paso – es la mía). Una fábula sobre nuestro mundo, sobre esta eterna lucha que – día tras día – se reproduce en alguna parte del mundo.

Bien documentada – pese a algunas licencias que la misma autora comenta al final -, interesante, divertida y absorbente, la novela de Rosa Montero te atrapa desde el primer momento y no te deja hasta la última página. Un libro para disfrutar y para reflexionar sobre nuestro mundo.

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 25 de septiembre de 2006


El nuevo día nos trae de nuevo el sol. Bajamos a desayunar el triste buffet del hotel (sin café después del desencuentro que tuvimos ayer con el brebaje con el que nos quieren engañar) y salimos a la calle en busca de una bolsa de mano con la que sustituir la que, durante el viaje, se fue rompiendo. Un bazar chino acude en nuestro socorro y por poco más de 7 euros tenemos una nueva bolsa que esperamos llegue a Barcelona con todas nuestras pertenencias en su interior. torre de belem

Hoy aquí es laborable, cruzamos la “Baixa”, a estas horas despertando del fin de semana, y un tranvía nos acerca a Belém. El monasterio está cerrado pero su fachada y su puerta principal nos avisan de lo que nos hemos perdido – ya tenemos una excusa para volver -. Paseamos por la orilla del río, visitamos la Torre de Belém, el “Pedrao dos descobrimentos” – aunque no nos guste reconocerlo, somos turistas – y hacemos un café en la terraza del Centro Cultural de Belém.
callejón de Alfama
Un taxi – infinitamente más barato que en Barcelona – nos devuelve al centro de la ciudad. Visitamos la catedral y nos internamos de nuevo en los callejones de Alfama. Sus subidas y sus bajadas nos dan hambre y, tras dar algunas vueltas buscando el lugar ideal, solucionamos el problema comiendo en “Santo António de Alfama” (Beco de Sao Miguel, 7 Lisboa. Tel. 218881328). El restaurante es bonito y acogedor. Nos
situamos en una mesa entre la terraza y el local – decorado con cientos de fotos de actores en blanco y negro – y disfrutamos de los entrantes y de la comida.
restaurante santo antónio de Alfama
De vuelta al hotel – nos han guardado las bolsas - aprovechamos para comprar algunos souvenirs (de tipo alimentario) en la – aparentemente anclada en el tiempo - tienda de la “Conserveira de Lisboa” (Rua dos Bacalhoeiros 34) y en la – no menos anacrónica - “Manteigaria Silva” (Rua de Antao de Almada, 1C), un colmado encantador lleno de delicias de todo tipo.

Recogemos las maletas en el hotel, cogemos un bus hasta el aeropuerto y – con el habitual retraso con el que las líneas aéreas portuguesas obsequian a sus clientes – volvemos a Barcelona. El taxi hasta Graceland – no vivimos demasiado lejos del aeropuerto – nos cuesta más que todos los taxis que hemos cogido en Lisboa juntos.

Reencuentro con Cass que no parece habernos echado demasiado de menos. El fin de semana ha sido fantástico. Hacía tiempo que Maria José y yo no disfrutábamos de un tiempo para nosotros solos y hemos disfrutado cada minuto.


 Lisboa desde el elevador de Santa Justa

27 septiembre 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 24 de septiembre de 2006


Sale el sol en Lisboa, las prometidas lluvias parecen habernos concedido una tregua. Desayunamos – un buffet escaso acompañado de un café rematadamente malo – y salimos con ganas de patear la ciudad.
Un tranvía nos sube hasta las inmediaciones del “Castelo de Sao Jorge”. vista desde AlfamaSubimos poco a poco, con muchas paradas y disfrutando de un paisaje en el que todo es nuevo para nosotros. Una vez arriba, ropa tendida en las calles y una vista fantástica nos acompañan durante nuestro paseo por las calles estrechas. Es un paseo agradable que rematamos con un café – este si, muy bueno – en la terraza del bar “Kastello”. Bajamos caminando por “Alfama”, descubrimos callejones, plazas recoletas y escalinatas larguísimas que intentamos no subir. ropa tendida en la calle
Pese a que en la ciudad hay muchos turistas, todos se concentran en los alrededores del castillo y no tengo la sensación de estar en una capital europea. El ambiente tranquilo de las calles de Lisboa, sus muchos tramos peatonales, sus jardines y sus casas bajas la convierten en una ciudad amable. No tengo la sensación de ser un turista sino más bien un paseante.tranvía frente a Se, la catedral de Lisboa


Hemos llegado de nuevo a “La baixa”, el elevador de Santa Justa nos sube a “Chiado” y de ahí, caminando sin prisas, subimos hasta el “Bairro Alto”. De nuevo las vistas de la ciudad son impresionantes, los callejones estrechos y tranquilos y todo nos sorprende (las señales, los carteles, los bares, las tiendas...).

Estamos cansados y hace rato que es hora de comer. Bajamos en tranvía hasta las cartel luminoso del restaurante solmarinmediaciones del hotel y – tras algunas dudas – nos decidimos por una marisquería cercana a casa. En la “Cervejaria Solmar” (Rua Portas de Santo Antao, 106 Lisboa. Tel. 213423371)- un local con el encanto de lo feo - nos regalamos una mariscada impresionante (gambas, langostinos, ostras, almejas, langosta, cangrejo, cigalas, cañaíllas, mejillones...). Semejante banquete requiere tiempo y una siesta generosa después.

De nuevo en la calle, ha empezado a llover, en un quiosco nos compramos un paraguas y seguimos con nuestro paseo aplazado por la comida y la siesta. Subimos poco a poco por los callejones y pronto descubro que el bonito empedrado de las aceras de Lisboa no está hecho para caminar sobre el con chanclas los días de lluvia. Parece que ando pisando huevos pero nos apetece caminar y descubrimos la Lisboa otoñal con una larga caminata bajo la lluvia mientras oscurece. Nuestros pasos – irregulares, inseguros Lisboa bajo la lluvia
y, al final, algo húmedos – nos llevan a casa de Antonia y Víctor.
Intercambiamos impresiones sobre la ciudad con una cerveza en la mano y – mientras acaban de preparar la cena – descansamos en su salón mientras leemos “El País” de hoy. Hemos estado sólo un día desconectados de la actualidad pero parecen muchos más.

Cenamos una ensalada buenísima y un “Bacalao espirituao”, una especie de brandada hecha con zanahoria que me gusta muchísimo.sigue lloviendo en Lisboa, las asesinas aceras no pudieron conmigo
Larga sobremesa jugando a un juego infernal en el que casi siempre pierdo.
Volvemos al hotel en taxi, por suerte con un conductor menos agresivo que el que ayer nos devolvió al hotel.

26 septiembre 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 23 de septiembre de 2006


Últimos preparativos antes de la partida. La bolsa, un poco de ropa, baterías para la cámara, las guías de la ciudad, un par de libros y ya tenemos todo para pasar el fin de semana en Lisboa (que es el fantástico regalo que María José me hizo por mi cumpleaños).
Antes de salir aburrimos a Eli – que se queda en casa con Cesc para cuidar a Cass - con miles de instrucciones. Pepe y Lidu nos acercan al aeropuerto y después de los controles habituales – mañana descubriré que, por accidente, he subido al avión con una navaja de considerables dimensiones que ha pasado los aparentemente concienzudos controles de seguridad que me obligan, entre otras cosas, a quitarme el cinturón – subimos al avión con una hora de retraso (al volver Tap – línea aérea portuguesa – nos robará también parte de nuestro tiempo con un retraso considerable).
Llegamos a Lisboa sin más percances y, poco después, ya estamos en la puerta de nuestra pensión. La “Pensao Residencial Florescente” (Rua das Portas de Santo Antao 99 Lisboa. Telf 213426609) es sencilla pero tiene la ventaja de ser muy céntrica. Hice la reserva por teléfono y sólo les figura un día de reserva, lo intentarán solucionar. Mientras subimos a la habitación que nos han asignado, un cuartucho infame que María José conseguirá que nos cambien por una habitación tremendamente mejor. Por fin en nuestra habitación – en la quinta planta, luminosa, abuhardillada, sencilla pero muy bonita – dejamos los trastos y salimos con la intención de comer algo. El primer paseo por Lisboa es agradable. Los olores son diferentes, la zona es peatonal y todo nos sorprende. Queremos llamar a Víctor “Mans blaves” (nuestro hombre en Lisboa) y no conseguimos encontrar una cabina que funcione, ya lo haremos desde el Hotel a la vuelta.
La hora de comer hace mucho que ha pasado pero en el bar de al lado del Hotel, “Cervejaria Brilhante”, comemos un par de tapas para distraer el hambre.

Hemos quedado con Víctor a las 20:30, tenemos ganas de visitar la ciudad pero hemos dormido muy poco y es mejor recuperar fuerzas con una siesta antes de empezar a patear.
Bajamos a la calle, ha refrescado y María José sube a por las chaquetas mientras yo descubro junto a la puerta del Hotel, un viejo salón recreativo abandonado con sus máquinas en el interior. Mi espíritu friqui se despierta y empiezo a planificar un rescate imposible. Víctor y Antonia, puntuales, me despiertan de mi ensoñación y me devuelven – por suerte – a la realidad.
Cerca del Hotel nos tomamos una Ginjinha – licor de guindas, dulce y muy fuerte – y cruzamos “la Baixa” con destino al río. Allí Víctor y Antonia nos hacen subir a un lisboa al otro lado del Tajotrasbordador que nos lleva al otro lado desde donde tenemos una perspectiva nocturna de la ciudad.
Nuestro destino es “El Faro” (Largo Alfredo Dinis Alex, 1 Cacilhas (Almada)Telf. 212765248) un restaurante popular. Las mesas están a tope, mientras esperamos turno nos comemos una tapa de gambas en la barra y nos bebemos unas cervezas mientras Víctor y Antonia nos cuentan las costumbres locales. Los platos –inmensos, llenos a rebosar de pescado y marisco fresco - no paran de pasar por delante nuestro recordándonos que tenemos mucha hambre.
Al final nos sentamos y disfrutamos de una parrillada de pescado impresionante (dorada, pez espada, salmón, sepia, sardinas...) que empujamos abajo con un Vinho verde muy bueno. El ambiente es genial y todo sigue sorprendiéndome. Por suerte las explicaciones que nos dan nos ayudan a entender mejor este nuevo país que, al final, no es tan diferente del nuestro.
El café, tras atravesar muelles abandonados - a los que no nos acercaríamos si estuviéramos solos –, lo hacemos en una terracita junto al mar con música brasileña – tocada en directo – de fondo.
Volvemos al hotel caminando, con trasbordador y finalmente con un taxi que cruza la ciudad a una velocidad impresionante y aparentemente saltándose las normas de circulación (quizás aquí son distintas). Contentos de seguir con vida, nos vamos a dormir.

23 septiembre 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 22 de septiembre de 2006


Suena la sirena en Levi Pants y su sonido me recuerda que tengo tres días de fiesta por delante.
Empieza este largo fin de semana de gozo con una cena en casa de Albert y Esther que han tenido la paciencia de organizar una cena para doce (David, Nuria, Pau, Marta, Andreu, Neus, Laura, María, Albert, Esther y nosotros dos). Antes de cenar hay sesión de levitación y, tras una cena deliciosa, Albert organiza un baño colectivo al que sólo se apuntan David y Pau.
Aprovechamos para planificar el próximo encuentro siguiendo el sistema que, un año después de su implantación, sigue mostrándose eficaz, y lo dejamos un poco pronto ya que mañana toca madrugar.

21 septiembre 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 21 de septiembre de 2006


Los blogs, estos diarios “on line” en los que contamos nuestras miserias y nuestros pequeños éxitos, han alcanzado la categoría de mediáticos. Está de moda hablar de blogs, escribir libros sobre bitácoras (traducción más aceptada al español del extraño nombre bajo el que se engloban estas publicaciones con todo tipo de contenidos) y nuestra presencia en los medios de comunicación está alcanzado niveles impensables hace apenas un par de meses.
La última consecuencia del reciente interés de los medios en este fenómeno en constante crecimiento, es la entrevista que ayer protagonizó este diario en el que suelo volcar de manera inconstante todo aquello que me acontece – tenga interés o no - . La entrevista tuvo lugar ayer en el programa dedicado a las nuevas tecnologías “La malla ràdio” (en la emisora Com ràdio).
Necesitaba un escudero para enfrentarme a tan difícil prueba y convencí a María José para que me acompañara. La experiencia, pese a los nervios que me atenazaban, resultó agradable, sin duda gracias a la amabilidad de Josep Mª, Mònica y el resto del equipo. En cuanto el programa de ayer esté disponible, añadiré un enlace a la sección de descargas de Com Ràdio.
Pese a que me hice acompañar por María José, en parte, para tener una excusa a media semana para una cena tranquila, al acabar decidimos volver a casa, comernos un bocadillo de sobrasada (que nos trajeron de Menorca Rafa y Yoli) y queso (de Benassal, importado por los padres de María José) delicioso, darle la cena a Cass y pasear un rato con ella por el barrio.

20 septiembre 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 20 de septiembre de 2006


Con la vuelta al trabajo y a todas las desgracias que conlleva tan innoble actividad, vuelven también algunas - pocas - cosas buenas. Entre ellas destacan las mañanas de los miércoles, que siguen siendo un remanso de paz en el medio de la semana.
Tras el paseo con Cass - que nos ha dejado dormir un poco más de lo habitual - y un rato de receso delante del ordenador, preparo el desayuno y desayuno con María José. Hablamos, hacemos planes - para hoy, para mañana y para el resto de la vida - y cogemos fuerzas para afrontar la jornada laboral.
Queda tiempo para volver a la cama y leer un poco. Mientras el sol entra por la ventana acabo "En el nombre del cerdo" de Pablo Tusset que me ha parecido un gran libro (infinitamente mejor que el divertido "lo mejor que le puede pasar a un cruasán").
No nos damos cuenta y la hora de volver a la realidad se nos echa encima. Levi Pants vuelve a reclamarme y no tengo argumentos para obviar su llamada

19 septiembre 2006

"Words don't come easy to me,
How can I find a way
To make you see, I love you
Words don't come easy"
FR David. Words


DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 19 de septiembre de 2006


Albert me envía un mail que me sumerge en una piscina de nostalgia. En él, entre otras cosas que también tocan esas fibras que tan a flor de piel suelo tener, habla del poder evocador de la música, de "words" de FR David y de la última vez que tuvo contacto con esa canción (para mandármela a mi en formato K7 previa petición) antes del evocador momento en el que volvió a su vida una tarde de placer entre las curvas de una carretera local flanqueada por pinos y alcornoques.
Y su mail me hace recordar a mí también y me transporta dieciséis años y tres meses en el tiempo…

Platja d'Aro. Noche. Estoy en compañía de María José. Hace horas que hemos empezado una aventura juntos, acabamos de cenar (nuestra primera cena como pareja) en el "Suquets" (que poco después cerraba para dejarnos un recuerdo dulcísimo que una relación más prolongada en el tiempo hubiera matizado) y paseábamos entre nubes sentados en la barra del "Texas" (que también cerro hace demasiado).
De golpe nos dimos cuenta que, a diferencia de todas las parejas felices de las películas americanas, no teníamos canción. Debíamos solucionarlo sin dilación y, como en el bar estaba sonando la voz aflautada de FR David cantando "Words", decidimos adoptarla mientras no encontráramos otra mejor. No la hemos buscado y "Words" sigue siendo nuestra pequeña broma privada (desde hoy menos privada que nunca), nuestra canción, un "link" directo a esa noche, a ese momento irrepetible.
Poco después le pedía a Albert - que creo que tenía el single (siempre había sido - y lo sigue siendo - "curioso" en sus selecciones musicales) que me hiciera una copia y de ahí su recuerdo.

"Words" suena ahora en mi mente mientras escribo esto y me traslado a aquella noche de felicidad. Dieciséis años y tres meses se merecen una celebración.

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 18 de septiembre de 2006


La inmensa fortuna que en breve caerá en mis manos – Jordi P. y Emma nos trajeron de su viaje una estatuilla cuya misión es hacernos millonarios – tendrá como consecuencia inmediata el cese de la actividad remunerada. Esto hará que – por fin – alcance el ansiado estatus de ocioso profesional. Espero que nuestro metálico amigo se esmere ya que cada día es más difícil enfrentarse a la aridez de Levi Pants.

Mientras espero la carretada de millones de euros, voy preparando una ambiciosa agenda de actividades y leo a Pablo Tusset que me hace la espera mucho más agradable. También ilustra este periodo – minúsculo en duración, grande en repercusiones – la música de “Tierra de Calma”, el último disco de Miguel Poveda. Tradición y modernidad se dan la mano en un disco lleno de bulerías sensacionales, cantes antiguos rescatados y actualizados con respeto, sentimiento y ese saber que caracteriza los discos del cantaor catalán. Como dice la letra del tema que da nombre al disco:

“no dice más quien más habla, ¡cuidao!
ni es más cante el que se grita
ni en la guitarra más notas
bajan el duende a la vida”


Una de esas verdades tan aplicables a la vida como al flamenco.

17 septiembre 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 17 de septiembre de 2006


Viernes. El día adquiere un extraño aire de irrealidad cuando mi jefe, normalmente entregado a la poco noble tarea de hacerme la vida imposible, me sorprende regalándome el último disco de Miguel Poveda. No salgo de mi asombro y tengo la sensación de que, más temprano que tarde, pagaré un alto precio por el generoso obsequio.
Al llegar a casa me espera María José con una buena cena y una estantería nueva que espera ser llenada con los muchos libros que todavía hoy – un año y un mes después del traslado a Graceland – ocupan una veintena de cajas. Despedimos el día ordenando libros y poniéndolos en la estantería.

Sábado. El día empieza como acabo ayer y, después de muchas horas de trabajo, conseguimos llegar a la R. Ver como las cajas empiezan a desaparecer de nuestro horizonte reconforta mucho.
A mediodía nos acercamos a Alella para celebrar el 65 cumpleaños de la tieta Antonia. Lo hacemos con una divertida comida familiar en un restaurante cercano.
Vuelta a casa, a los libros, a la estantería y a las cajas que nos abandonan para no volver.

Muy cansados por el trabajo vamos a casa de Jordi P. y Emma para la ya tradicional cena post-vacacional. También, como también es tradición están David, Iola, Víctor y Laura. Antes de cenar pagamos el peaje: sesión de fotos del viaje – esta vez a China – de estas vacaciones. Las fotos son tan buenas como siempre pero la ambientación musical y el hecho de verlas en la televisión convierten el visionado en una agradable experiencia colectiva.
Después cenamos con muchas risas, buena música y larga sobremesa.

Domingo. El día empieza rematadamente mal. Cass ha decidido complementar su alimentación con la ingestión de su – aparentemente poco apetitoso – collar antiparásitos. Vómitos, carrera al veterinario, susto, mucho dinero tirado y sueño, mucho sueño (y algo de resaca).
Durante el resto del día intentamos recuperar las horas de sueño y acabar con las pocas cajas que todavía decoran el paisaje de Graceland.

14 septiembre 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 13 de septiembre de 2006


Martes. Vuelta a Levi Pants después de un largo fin de semana. La jornada laboral, mucho más larga de lo habitual y de lo razonable, es – curiosamente – mucho menos dura de lo que esperaba.
Al salir me encuentro con Jesús en el centro de Barcelona. Hace mucho que no nos vemos y durante este tiempo han pasado muchas cosas. Nos ponemos al día en una de las mesas del “Hugo” mientras cenamos algo y sobre Barcelona cae una tormenta impresionante.
La tormenta para un poco para coger fuerzas, aprovechamos para cruzar la calle y llegarnos a “La Candela”. Mientras tomamos una cerveza, empieza a llover de nuevo.

Aprovechando otra tregua decidimos dejarlo para otro día con la promesa de vernos más. Cruzo la ciudad que todavía recuenta los daños causados por la tormenta con la sensación de que el verano ha decidido abandonarnos.

Miércoles. Después de una mañana sensacional – y excepcionalmente larga – en compañía de María José, vuelvo a Levi Pants donde las nuevas colecciones empiezan a salir del taller de corte. Por el camino acabo “El Secreto de las fiestas” de Francisco Casavella.

EL SECRETO DE LAS FIESTAS
Francisco Casavella
Literatura Mondadori, 2006.

El nuevo libro de Francisco Casavella es un viejo libro de Francisco Casavella. “El Secreto de las fiestas” apareció originariamente en 1997 en el seno de una colección juvenil de la editorial Anaya. Por el marco en el que apareció y debido a lo poco mediático que es el escritor barcelonés, el libro pasó prácticamente inadvertido para público y crítica.
Nueve años después, Casavella lo recupera, lo rescribe para, según sus palabras, “convertir el mismo relato de adolescencia en una lectura adulta y cumplida”.
No leí la versión anterior, pero la nueva me ha encantado. “El secreto de las fiestas” es una historia, tan bien contada como suele hacerlo siempre Casavella, de descubrimiento, de reafirmación personal, del tránsito – siempre traumático – de una infancia emocionalmente estable al torbellino de sensaciones y sentimientos que nos asalta al hacernos adultos. La narración, en primera persona, está llena de sentido del humor, gracias a la visión desapasionada que tiene Daniel Basanta de sí mismo. Una historia de raros, de hombres tachán, de adolescencia, discotecas, primeras veces, partidas de millón, música, familia y de un Mc Guffin: el secreto de las fiestas.
Tengo debilidad por los libros de Francisco Casavella. Me gusta como escribe y siento sus historias extrañamente cercanas. “El secreto de las fiestas” es una crónica – nada sentimental – de un transito – más o menos lejano en el tiempo – por el que todos hemos pasado. Un gran libro que nos devuelve a uno de los mejores narradores de la escena literaria española actual.

12 septiembre 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 11 de septiembre de 2006


Domingo. Hay dolor – demasiado – cerca de mí. Me preocupa no saber como mitigarlo, no poder solucionar el dolor de los míos. Intentaré estar ahí más de lo que suelo, no se me ocurre nada mejor.

Por la noche, tras un domingo típico – con comida en el japonés de al lado de casa incluida – nos encontramos con Yoli, Rafa, Olivia y Roberto en el “Panyvino”. La cena está estupenda y la compañía también. La sobremesa se alarga mucho y rematamos la noche con una copa en “The Black Horse”.

Lunes. Ayer nos fuimos a dormir muy tarde y hoy toca recuperar. A mediodía salimos con Cass y, tras su primer viaje en metro (en los ferrocarriles catalanes admiten animales siempre que vayan con bozal), damos un paseo por el centro de Hospitalet y volvemos a casa caminando. El resto del día lo dedicamos a ver series – entre ellas los primeros episodios de “Prison Breack” que Jordi P. se ha comprometido (bajo coacción) a grabarnos siempre (repito el concepto por si no ha quedado claro: SIEMPRE) -, a leer y a descansar.

10 septiembre 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 9 de septiembre de 2006


El día empieza pronto – muy pronto – y, tras el primer café y algún que otro lloro, a las 7:00 de la mañana estamos en el coche que hemos alquilado camino de Castellón.
El viaje es mucho más descansado de lo que esperábamos. Ayuda la música, la comodidad del coche y el aire acondicionado – lujo del que no disponemos cuando vamos en el coche que hace ya más de un año robamos a Pepe y Lidu -. Sólo paramos a medio camino para ingerir la cafeína que nos permite llegar despiertos a Castellón. Allí nos esperan Lidu y Jose y, al poco rato, llegan también Pepe, Lidu, Alex (que antes se llamaba Alejandro) y Joanna. Lo primero que hacemos – después de los besos de rigor – es desayunar – tenemos un hambre canina -.
Después sigue una divertida jornada familiar con regalos (para los niños, yo incluido), visita al piso que Pepe y Lidu se han comprado (está todavía en obras) y paella para comer (a mi me preparan un arroz a banda que – sin desmerecer a la paella que también pruebo – está de muerte). Sobremesa tranquila mientras Alejandro juega con Cass y vuelta a casa.

El doble viaje ha sido cansado – mucho menos de lo esperado - pero ha valido la pena. Y además, como dice María José y cantaban “El último de la fila”:

«Llévame al cine, amor,
y a comer un arrocito a Castellón.
Si total son cuatro días,
pa qué vas a exprimirte el limón
Escolta Peter,
dame aire con tu abanico
que soc de Barcelona
i em moro de calor»

El último de la fila. Como un burro amarrado a la puerta del baile. Astronomía Razonable. Perro Records, 1993.

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 8 de septiembre de 2006

El otro día mis padres me regalaron un vale para gastar en el “Fnac” (ellos no lo llaman exactamente así pero yo supuse que el vale era para gastar en esa inmensa cueva de los deseos). El viernes, tras una nueva visita de los que en teoría tienen que solucionar las nuevas goteras que han aparecido en Graceland – esta vez es el aire acondicionado el que amenaza con inundarnos -, decidí hacer efectivo el vale y dediqué parte de la mañana a pasear por los pasillos del “Fnac” de Plaça Catalunya lectura para ratocon el placer que da hacerlo con presupuesto generoso.
El botín fue generoso: “Historia del rey transparente” de Rosa Montero, “Imprimatur” de Rita Monaldi y Francesco Sorti, “En el nombre del cerdo” de Pablo Tusset, cuatro libros de Henning Mankell -de la serie de Kurt Wallander-, “Billy Bathgate” de EL Doctorow y “El secreto de las fiestas”de Francisco Casavella.

He acabado “Asesinos sin rostro”, primer libro de la serie dedicada al detective sueco Kurt Wallander. Me ha gustado leer una novela negra que no depende de los tópicos del género y me ha gustado mucho el personaje de Wallander (como todos nosotros contradictorio y perdido en un mundo mutante cuyos cambios no es capaz de asimilar al ritmo que se producen). Después de la compra que he hecho es evidente que continuaré con la serie, espero que no me decepcione.

Encontrarme en la librería un nuevo libro de Francisco Casavella fue una sorpresa. Siempre he tenido debilidad por las obras de este escritor barcelonés y, hasta ahora, no había visto el libro publicitado en ningún suplemento de cultura. Lo empiezo inmediatamente y el primer capítulo me devuelve lo mejor de Casavella. Si mantiene el pulso, voy a disfrutar mucho.

07 septiembre 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 6 de septiembre de 2006


La rutina salvaje de Levi Pants ocupa todo mi tiempo y deja poco espacio para el ocio. Pese al efecto embrutecedor que impone la larga jornada laboral, intento disfrutar de los ratos – breves pero intensos – que paso con María José, de las lecturas de novela negra (en las que Kay Scarpetta ha sido substituida por Kurt Wallander) y de las series que estamos viendo (“Csi” y “Anatomia de Grey” en lo que llevamos de semana).

Mañana, pese a que tengo el día lleno de reuniones y obligaciones, intentaré regalarme un poco de tiempo. Hablando de regalos: el lunes, Jordi T.(un compañero de Levi Pants con el que no tengo demasiada relación laboral – distintos trabajos, distintos turnos – ) me trajo – nos trajo a todos – una fantástica camiseta comprada en su viaje a China (la mía es naranja y, pese a que no sé que pone, la llevaré con alegría. Si un día soy agredido por una persona de esta nacionalidad ya sabéis a que se debe.

Canta, mientras escribo esto, Miguel Poveda, concretamente está sonando su "Poemas del exilio". Disco en el que pone voz - flamenca - a los poemas de Rafael Alberti.

05 septiembre 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 03 de septiembre de 2006


Sábado. No hay despertador pero Cass se encarga de que nuestra mañana empiece pronto. Tras desayunar y quitarnos la pereza conseguimos salir hacia el centro de Barcelona donde tenemos muchas cosas que comprar.
Por la tarde siestas y perezas ocupan todo nuestro tiempo.

Nos encontramos con Víctor, Laura, Jordi P. y Emma en la terraza de “The Black Horse” y, pocos minutos después, ya estamos en el Cardamón (Carders, 31 Barcelona. Tel. 932955059). Su cocina indio-mediterránea , y sobretodo sus curris, está deliciosa. Con los postres llega un regalo de cumpleaños atrasado que Jordi y Emma me han traído de Hong Kong: un gigantesco dispensador de caramelos Pez con la cabeza de Kermitt – nombre por el que es conocido la rana Gustavo en tierras infieles -. Cuando accionas el dispensador – tirando la verde cabeza hacia atrás - suena la música de los teleñecos, música que está sonando mucho últimamente.

Acabamos la noche en el Kan Kan (c/Grunyi, 4 Barcelona. Tel. 933100463) con copas y buen ambiente.

Domingo. Mientras España se proclama campeona del mundo de baloncesto – partido histórico que no me quería perder – recupero horas de sueño. Cuando despierto me doy cuenta de la hora y María José me dice que España debe haber ganado ya que se han oído muchos petardos... me alegro, pero me da lástima habérmelo perdido.
Por la noche – intentando alargar el fin de semana al máximo – vamos a ver “Alatriste”. Pese a que la producción es impresionante y la puesta en escena impecable (consigue tener el aire de superproducción que las películas españolas nunca suelen tener por alto que sea el presupuesto) no me acaba de convencer. Demasiadas historias contadas someramente, demasiadas pequeñas aventuras y poca cohesión. Y el papel de Diego Alatriste... en ningún momento consigo sacarme de la cabeza que el actor es extranjero y su pronunciación deficiente del castellano – se nota mucho el deje americano – no consigue ayudarme... una lástima. Pese a todo la película es entretenida y pasamos un buen rato.

02 septiembre 2006

“Yo no bailo ni llevo los pantalones estrechos, pero puedo tocar unas mil canciones”
Johnny Cash
(Desgraciadamente sólo puedo hacer mías las dos primeras afirmaciones)


DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 01 de septiembre de 2006


La semana – esta fatídica primera semana de trabajo – llega a su fin y junto a casa inauguran un restaurante japonés. Mariona, nuestra vecina desde hace un año, nos convence para probarlo. Es un kaiten sushi (uno de estos en los que los platos van circulando junto a las mesas y tu coges los que quieres) y no está mal. De todas maneras decidimos que, cuando le demos una segunda oportunidad, probaremos con la carta.
Tras la cena, que aprovechamos para conocernos un poco mejor, hacemos uno de esos descubrimientos que hay que compartir.
Desde que llegamos a Graceland hemos buscado – infructuosamente – un local donde poder alargar las cenas. El primer intento – un bar que se llama Morgan’s – fracasó terriblemente. Un día, paseando con Cass, vi una coctelería no demasiado lejos de casa. Estaba cerrada pero me dio buenas vibraciones y decidí probarla. Hasta ayer no pudimos acercarnos.
“Tirsa” (c/ de Rafael Campalans, 174 L’Hospitalet. Tel. 934312302) es una coctelería de las de toda la vida, con ese toque distintivo que cabalga entre la clase y lo rancio. El local es agradable – lleno de rincones y de cosas que mirar –, el servicio es muy atento y los cócteles estaban muy buenos. Ya tenemos bar.