28 octubre 2012


DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 28 de octubre de 2012

Horario de invierno. ¡La madre que lo parió! Su inoportuna aparición coincide con una considerable – y nada apetecible – bajada de las temperaturas. El reloj de Cass no se actualiza automáticamente y me encuentro a las seis de la mañana en la calle, con un frío polar, sin periódico y sin horno abierto donde comprar el pan. El día no podía empezar mejor.

Y hoy es un día de recuperación después de la – ya clásica – subida a la Mola. Esta vez éramos 17 entre habituales, reincorporados después de años de ausencia, novatos e invitados. Gracias a Albert seguimos manteniendo una tradición en la que la excursión y la montaña son lo menos importante. Es el rencuentro, el recuerdo, el ponerse al día de la vida de los otros y el cariño lo que nos empuja, año tras año, a levantarnos pronto un sábado de octubre y subir a La Mola. Cada año la montaña es más empinada y – aunque hace años opto por el camino de los jubilados – al volver a casa el cansancio es más grande. Tocaría ahora hacer la crónica de la ascensión, comida en el restaurante de la cima, homilía, patético intento de hacer castells y descenso, pero se parecería mucho a la de otros años. Lo importante es que lo pase tan bien como siempre. El año que viene más, espero poder rencontrarme a los que este año he echado de menos.

La foto es de Eugeni

Esta semana también quedo tiempo para acercarme al Caixa Forum para ver la sensacional exposición “Les Arts de Piranesi”. Completa y muy interesante, la muestra permite repasar las diferentes facetas creativas del artista veneciano. La reproducción de alguno de sus fantasiosos diseños (nunca habían salido de sus láminas) es un valor añadido a una muestra que se completa con las fotografías de Gabriele Basilico de los paisajes que inspiraron a Piranesi.

Aprovecho también para visitar “Cartografies contemporànies” una exposición de obras de artistas contemporáneos con el mapa como “leit motiv”. Siempre me gusta encontrarme con un Yves Klein, aunque sea una Cosmogonía.

Tarde mucho en comprarme el Rockdelux de este mes y por eso casi me pierdo el disco que este mes lo acompañaba. Dieciséis temas de Little Wings con sorpresas muy agradables como la versión de “By my baby”. Imprescindible y barato.

Y esta semana – tachán – he vuelto al cine. Y lo he hecho por partida doble. He visto la prescindible  “Venganza conexión Estambul” y para compensar he disfrutado como un enano con “Looper”.

Una cena en “A ruta Galega” con María José, Pepe y Lidu (que nos han traído aceite y cava para resistir el invierno), algunas partidas a “Ruzzle” y “Apalabrados” y un poquito de trabajo, han completado la semana.  Mañana, vuelta a empezar.

25 octubre 2012

DIARIO DE UN OCIOSO

Jueves, 25 de octubre de 2012

El Sidecar cumple 30 años.  Y ayer lo celebraron con una fiesta que culminó con un concierto de Mishima. Muchos recuerdos, algunos amigos viejos y nuevos, buena música y el privilegio de estar invitados a compartir con ellos este aniversario.

En la parte más nostálgica se juntan los recuerdos de un puñado de buenos conciertos, martes de músicas extremas, largas noches de fiesta y muchos buenos momentos. Y por lo que hace al concierto de Mishima, fue genial poderlos ver defendiendo su directo en el pequeño escenario del Sidecar. No los había visto todavía en directo y me gustaron mucho. Más contundentes que en sus grabaciones, también en directo suenan impecables.


No será mi último concierto en el Sidecar. En breve – y dentro de los fastos del 30 aniversario – actuarán, entre otros The Wave Pictures. Y en diciembre vuelve, aunque sea por un día, el G3G. La máquina de la nostalgia se pone a funcionar. ¡Feliz aniversario! 

21 octubre 2012


DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 21 de octubre de 2012

Una noche de verano de hace diecinueve o veinte años, María José, Jordi R. y yo, fuimos al Poble Espanyol para disfrutar de un fantástico concierto de Kiko Veneno. El cantante venía a presentar su “Échate un cantecito” que, todavía hoy, continúa siendo su disco más redondo. Ha pasado mucho tiempo y el disco de Kiko nos ha acompañado durante todos estos años. Por eso, cuando nos enteramos que Kiko volvía a Barcelona para celebrar el veinte aniversario de ese disco, corrimos al Apolo para celebrarlo con él. Jordi no ha podido venir esta vez, pero – la vida es un pañuelo – nos encontramos a Jordi R2 que dice que ha venido a trabajar.

El concierto empieza tarde y con Kiko sólo en el escenario. Hasta el tercer tema no se arranca con “échate un cantecito”. Cuando lo hace, la felicidad estalla en Apolo. Hay ganas de bailar, de cantar con él las canciones y de disfrutar de un disco y  de una noche mágica. Cuando acaba de desgranar los temas del disco, promete más tras una pausa… pero nosotros hemos venido a ver lo que ya nos ha dado  y nos vamos con un magnífico sabor de boca. Los años les han sentado bien a los temas de Kiko, a la mayoría del público presente – entre los que me incluyo – nos han pasado más factura que a ellos, pero durante un buen rato, hemos vuelto a ese concierto del Poble Español de hace muchos, muchos años.

Casi lo consigo. María José quería comprarse “Danza con dragones” y la acompañé al Fnac. Estaba en la cola de la caja, sin nada en las manos y muy orgulloso de la extrema resistencia mostrada hasta aquel momento. Y entonces pasó, vi la portada de “Victus” de Albert Sánchez Piñol y no me pude resistir. Lo empiezo hoy tras acabar “Festín de cuervos” y mientras espero pacientemente mi turno para seguir con la quinta entrega de “Canción de Hielo y Fuego”.

En Barcelona sigue lloviendo. Huele a día de pereza y lectura.

20 octubre 2012


DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 20 de octubre de 2012

Escribir el encabezamiento del diario hoy, parece una gran burla. Vengo del desierto, de muchos días de trabajo intenso y poquísimo tiempo de descanso. Me queda, eso si, el placer del trabajo bien hecho y todas esas paparruchas. ¿Y el ocio? ¿No solía ser esta una ventana abierta a las actividades insustanciales, a la molicie y al placer por la vida? ¿Qué queda de todo eso?

Pues la verdad, queda poco. No obstante siempre queda tiempo, entre jornada laboral y jornada laboral, para pequeños momentos de calidad que me han acompañado en esta larga travesía.

En el Teatre Nacional vimos “MCBTH”, la versión que Alex Rigola ha hecho del Macbeth de Shakespeare. He leído críticas devastadoras, pero encerrado en mi burbuja de no ocio – y quizá por esa razón, no lo puedo asegurar -, disfruté mucho del clásico revisitado. La versión de Rigola simplifica y deja lo esencial. El trabajo de los actores es inmenso (sobretodo un Joan Carreras sensacional, pero también me gustaron mucho Míriam Iscla, Alicia Pérez y Lluís Marco) y la dirección de actores también me gusto mucho. Hay, no obstante, un pero. Alex Rigola desnuda la obra y después le añade ruido. Un ruido que es parte del adn del director, pero que en esta ocasión rompe con la simplificación de la obra que el montaje propone. El texto, aunque sea en esta versión simplificada y básica, es uno de los mejores Shakespeares, y sigue funcionando con la misma potencia con que lo hizo cuando fue estrenada en 1623.

También hubo tiempo para un concierto de Pastora en el Foyer del Liceu. Y, aunque era trabajo, también lo disfruté. El concierto empezó a las 12:30. Una hora inhabitual y un público familiar dieron al concierto un aire diferente. Hay que tomar nota, no es necesario que todos los conciertos empiecen a partir de las 21 horas, hay un público – distinto – para otros horarios. Creo que tanto el público como el grupo, acabaron encantados con el cambio.

En tres semanas de alimentación urgente, también ha habido tiempo para los regalos:  Un Cañete con María José (con un sensacional fricandó de rape, que se va a convertir en uno de los imprescindibles de nuestras visitas), la cena de “Ramblistes” en las Drassanes Reials (trabajo, pero acompañado de María José, Albert, Esther, Marta y Joan María, que hicieron más llevadera la velada) y unas, cada vez más frecuentes, incursiones en el Mercat de la Boqueria en búsqueda de una alimentación más digna.

03 octubre 2012


DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 3 de octubre de 2012

Hoy trabajo desde casa. Es extraño y añade un elemento más a la larga lista de trasvases y confusiones que se producen  entre mi tiempo de trabajo y el de ocio. La confusión es cada vez mayor, así que dejo en manos del lector el hecho de distinguir entre actividades laborales y de ocio.

He leído la segunda parte de la nueva trilogía protagonizada por Aloysius Pendergast. Sangre Fría pierde el ritmo de anteriores entregas de la serie de libros escritos por Douglas Preston y Lincoln Child. Sangre Fría parece un chicle alargado en exceso, una novela convertida en tres, una pequeña tomadura de pelo que los lectores fieles no merecemos. Pese a ello, espero el cierre de la trilogía con cierta impaciencia.

Y tras Pendergast, vuelvo a la Canción de Hielo y Fuego de George R.R. Martín. Festín de cuervos es la cuarta entrega y acercarme poco a poco al final escrito (que no es el final, pero si el final al que puedo acceder), me produce una sensación extraña.

En el Arts Santa Mònica – y con la sirena que marca el final del tiempo empezando a sonar – fuimos a ver “En un desordre absolut”. La muestra dedicada al arte contemporáneo ruso me gustó pero la falta de información contextual nos limita la comprensión del proceso creativo que ha conducido a alguna de las obras expuestas. Cultura, sociedad, educación, historia… todo influye en el arte contemporáneo y el desconocimiento del contexto ruso, nos deja sin bases para llegar a todo lo expuesto.

Y de una exposición que acaba, a una temporada que empieza. El Gran Teatre del Liceu inauguró ayer temporada con “La forza del destino”. Espectáculo en el escenario y, también, fuera de él.

No hay mucho más que contar. En Graceland hoy toca reparar los efectos del escape de agua que tuvo la vecina antes de las vacaciones. Como es habitual, trabaja uno y miran tres (y me alegra ver que un trabajo da para cuatro sueldos).