17 agosto 2018


DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 17 de agosto de 2018

Hoy hace un año, Ángel me mandaba el mensaje de texto que ponía un punto y final amargo a mis vacaciones.

Ha sido un año difícil. El dolor y la pena de los primeros días, dieron paso a meses de una actividad inusual y no siempre agradable. Y pese a la dureza, ha habido buenos momentos. Las muestras de cariño y de solidaridad recogidas y los reconocimientos al trabajo hecho, han ayudado mucho y me (nos) han cargado de energía.

Cierro hoy un año duro, amargo y dulce, largo, bonito a ratos, extenuante siempre… y, si todo va como espero, esta tarde reemprenderé – 366 días después - esas vacaciones que la desgracia, anunciada con un mensaje de texto, interrumpió.

02 agosto 2018


DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 2 de agosto de 2018

Jueves. La jornada laboral queda atrás mientras cenamos en Bell-Lloc con Marga y Marta. Quesos y algo de embutido. Jardín y grillos. Sensación de vacaciones.

La sensación se alarga durante los siguientes días con un día de navegación en el velero de Mía con Marta, Albert, Esther y Toni (una tradición que se repite), con una cena en el jardín de Bell-Lloc con el eclipse de luna como espectáculo y la misma compañía que en el barco (más Marga, María, Laura y Juanma).  La sensación de vacaciones se amplía al día siguiente con ratos de piscina, una sardinada improvisada por Juanma, siestas y una cena con copas de pacharán que se alargan. Muchas risas. El domingo despedimos las mini vacaciones con descanso en la piscina y una deliciosa comida de sobras.

Las pilas están muy cargadas. Misión cumplida. Moltes gràcies.

Martes. El Compostela (Ferran, 30. Barcelona) se despide. Quedo con Fermín para hacer una última cerveza. La cosa se complica y se convierte en una larga comida a la que también se apunta María José.

Miércoles. Comida de trabajo en el Pur (Passatge de la Concepció, 11. Barcelona). El festival gastronómico que nos ofrecen es tal, que pronto nos olvidamos del trabajo y la comida se convierte en una larga celebración (de más de tres horas).

Trabajo a medio gas. Pocas llamadas, pocas reuniones. Aprovecho para archivar y hacer cosas que son impensables el resto del año.