13 noviembre 2004

“Pocas personas tienen el carácter suficiente para atreverse a practicar la pereza de manera regular. Sin embargo es un hecho demostrable que detrás de los más prolíficos personajes se esconden seres con una repulsión activa contra todos aquellos – normalmente de raza blanca y religión protestante – que consideran la pereza el pecado capital por excelencia. Fíjense, por ejemplo, en Josep Pla, el escritor catalán que más volúmenes nos ha legado, y en cómo se apasionaba postulando su vocación más intima y auténtica. Conseguir el estatus de ‘badoc’ era para Pla la meta más preciada, el ideal más sincero”
Miquel Berga. Sobre no hacer nada. Cultura/s de La Vanguardia 123.

“badoc: m. Persona que bada, que s’abstreu mirant o que es distreu de la feina”
Santiago Albertí. Diccionari de la llengua catalana. Barcelona 1985


DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 12 de noviembre de 2004


Son casi las diez cuando llego a casa. Estoy muy cansado pero me apetece salir. Llamamos a Víctor y Laura que, sin dudarlo demasiado, se apuntan a cenar algo. Nos encontramos en el “Black Horse” y bajamos al Borne. En la calle Montcada, en la puerta del “Xampanyet”, nos encontramos con una pequeña coral masculina que ha improvisado una actuación en el centro de la estrecha calle.
Las canciones, en italiano, son deliciosas y el ambiente que se consiguen crear pone la piel de gallina. Después de dos canciones recogen nuestros aplausos y siguen con su paseo nocturno. Hemos tenido mucha suerte. Seáis quién seáis, gracias.
De muy buen humor llegamos al “Panyvino” (buenísima la pizza, ahora servida sobre tablas de madera). Hablamos mientras cenamos, hablamos mientras caminamos por el barrio en busca de un bar y seguimos hablando en el “Black Horse”. La noche acaba con una espectacular partida de dardos (que gana Víctor).
El bar ya ha cerrado cuando salimos.

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