12 junio 2022

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 12 de junio de 2022


2022 también es raro. Por motivos diferentes que sus antecesores 2020 y 2021… pero sigue siendo raro. Es un año de recuperación, de reencontrarte con realidades antes cotidianas, de volver a vivir normalidades aplazadas.

Y volver a vivir cantos a la vida y el hedonismo como son el Tast a La Rambla y el Primavera Sound es una maravilla. Es volver a sentir alegría colectiva a tu alrededor, volver a notar que, pese a la que nos está cayendo, podemos – aunque sea por un momento – preocuparnos únicamente por pasarlo bien rodeados de gente a la que queremos. Por eso me ha gustado vivir el Tast a La Rambla. Como siempre, desde dentro, pero rodeado de amigos y de gente a la que quiero. Cinco días de gastronomía y buen ambiente. Para mí, algo más que trabajo.

Sin apenas tiempo para descansar, volvía a pisar el recinto del Primavera Sound. Echando de menos a los amigos que escogieron la primera semana y sin los deberes hechos. En eso ha sido un Primavera Sound diferente: este año llegaba sin expectativas de ningún tipo.

Han sido tres días fantásticos llenos de música (Alex Cameron, El Mató a un Policía Motorizado, Dry Cleaning, Alavedra, Tarta Relena, Slowdive, Triángulo de Amor Bizarro, Cautious Clay, IC3Peak, Da Souza, Soleá Morente, Antonia Font y Celeste). También pasamos por muchos escenarios en los que nos quedamos una o dos canciones, comimos libritos delante del mar, puntuamos las vestimentas ajenas sin tener en cuenta las nuestras, caminamos mucho…

Me ha gustado recuperar un festival que, pese a sus dimensiones cada vez más gigantescas, sigue gozando de una buena organización. Tengo, no obstante, la impresión de que la música es cada vez menos importante y que se cuidan más otros aspectos que el sonido. Los primeros temas de muchos conciertos, no suenan nada bien. En algunos, poco a poco, la cosa mejora… pero no en todos. Espero que, en futuras ocasiones, el Festival mejore este aspecto recuperando lo que le distinguía de otros festivales que tienen lugar en el mismo recinto.

No tuve la suerte de conocer a Pau Albornà i Torras, Si la vida fuera más justa, lo hubiera conocido poco después del accidente que dejó a todos los que le querían (muchos) sin su alegría y su compromiso con la vida. Por desgracia, eso no paso y sólo lo he podido conocer a través de los recuerdos de su familia y amigos. Ayer, el Casal de Joves de Sant Just, celebró una fiesta para recordarlo y pudimos compartir el emotivo homenaje que se convirtió en una celebración de su vida, en una celebración de la vida.  Pau, “català, independentista, periodista, demòcrata, culé, casteller, sanjustenc i enamorat d’una castellera”, seguirá estando con todos los que lo quisieron y con todos los que, como yo, queremos a Roser y a Marc. 

Y no ha habido tiempo para mucho más. He leído el “Ciudad en llamas” de Don Winslow y seguimos viendo “Seinfeld”. También dos series basadas en novelas de Michael Connelly: “Bosch legacy” y “El abogado del Lincoln



.