31 marzo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 31 de marzo de 2005


La llegada del nuevo horario ha venido acompañada de una temperatura primaveral que me empuja a salir a la calle y me ayuda a enterrar en el recuerdo el duro invierno – hace años que no pasaba tanto frío – que justo acabamos de abandonar.

Grande hazaña! Con Muertos!En el Círculo del Arte (pequeño espacio de exposiciones que Círculo de Lectores tiene en la calle Princesa) están exponiendo los “Desastres de la guerra” de Goya. Siempre me han impresionado los grabados de Goya (es uno de mis pintores favoritos y algunas de sus pinturas son de visita obligatoria cada vez que visito Madrid) y nunca pierdo una oportunidad para poder volver a verlos. Alguno de los más conocidos (como “Grande hazaña! Con muertos!”) me vuelve a impresionar por su crudeza. En la sala también hay una exposición – mucho menos interesante - con los dibujos originales de Carlos Saura para su película “Goya en Burdeos”.

El martes Tv3 estrenó la serie americana “Nip / Tuck” (globo de oro a la mejor serie dramática del año). Un guión impresionante en el que se abren distintos frentes y donde la ética de la práctica de la medicina tiene mucha importancia, buenos actores (Julian McMahon y Dylan Walsh), humor negro, sexo, amistad, traición, dinero... El arranque de la serie es espectacular y desde ahora queda incorporada a la larga lista de series que seguimos de manera más o menos continua. Si no bajan el nivel (“Six feed under”, después de un primer episodio monumental, fue perdiendo gas) han ganado un espectador fiel.

29 marzo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 28 de marzo de 2005


Sábado. Nubes otra vez. Desayunamos en el balcón y salimos hacia el Club con la esperanza que nuestro generoso vecino nos obsequie hoy con un nuevo regalo. Pero la lámpara que hoy ha dejado junto al contenedor no cumple nuestras expectativas (la nevera de ayer dejó el nivel muy alto). Tenis, “21” (que hoy gano yo) y un rato de frontón.
Siestas del carnero, paseos por Sant Feliu, un café en “La Vienesa”, lectura, un poco de tele (nos estábamos quitando pero el mono obliga), los amigos que se pasan al oscurecer y nos dejan su barbacoa, el crucigrama de Mambrino con ayuda de María José, una cena de carpaccio de bacalao de Can Prat... vacaciones.

Domingo. Por fin ha vuelto el esperadísimo horario de verano. La hora que alevosamente nos robaron hace unos meses, por fin ha sido devuelta. Me levanto pronto, preparo el desayuno, despierto a María José y desayunamos en el balcón. El sol, que a esta hora está saliendo, parece que hoy – por fin – nos acompañará. En el club, como cada día, somos los únicos clientes. Silencio y olor a resina acompañan nuestros no demasiado diestros golpes de raqueta. En el “21” vuelve a imponerse María José (2 a 1 en el global de la eliminatoria).
Volvemos a casa y llegan Clara y Roger. “La taverna del mar” nos acoge en su impagable terraza. Damos un paseo por el camino de Ronda y volvemos a casa donde nos regalamos un aperitivo mientras María José empieza a preparar una fideuá de escándalo. Sobremesa apurando el sol hasta que aparecen David, Montse y Oriol. El sol ha dejado paso a una fina lluvia pero en el balcón se está muy bien.

Por la noche nos pasamos a saludar por casa de Albert y después vamos a casa de Anna para que pueda cumplir con mis obligaciones como padrino. Como mi padrino – mi tío Hernán – también es un padrino cumplidor, soy obsequiado con una mona actualizada (dos botellas de un Rivera del Duero que promete mucho y una longaniza que ha acabado con mi sentido del olfato). María José ha sido acogida como ahijada por la familia y recibe también su mona (un osito de peluche muy parecido a su Osito y en un estado físico parecido. Debido a él recibirá el nombre de Karol). Cenamos muy bien (las tortillas están impresionantemente buenas) con mis tíos (Hernán y Luisa), Marta, Anna y Anna2 (una amiga de la familia).

Lunes. Nos levantamos muy tarde y dedicamos la mañana a limpiar la nevera. Anna J. y Jaume (que viven en S’Agaro) paran un momento a saludar cuando vuelven de la playa con Claudia y Martí. Las últimas veces que nos hemos visto ha sido en condiciones parecidas y prometernos quedar un día para poder hablar con más calma.
Vuelta a casa. Pedimos comida china y, después de disfrutar de un par de capítulos de “Seinfeld”, nos vamos a dormir pronto. Han sido unas buenas – pero cortas- vacaciones.

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 25 de marzo de 2005


Me despierto en S’Agaro. Silencio. Ayer llegamos a última hora sin tiempo para nada. Preparamos el desayuno y lo tomamos en el balcón. Ha llegado la hora de dejar el ocio contemplativo y adentrarse en el mundo del deporte. Camino del club nos encontramos, junto a un contenedor de basura, una vieja nevera de Coca-cola. No nos podemos resistir y el primer ejercicio del día consiste en arrastrar (por etapas) la nevera hasta casa. ¿Funcionará? Decidimos descubrirlo más tarde y volvemos al Club. Peloteamos en la pista de tenis y después llega el momento de jugar un “21” que, naturalmente, pierdo debido a mi poca habilidad desde la línea de tiros libres.
En el camino a casa pasamos por casa de Albert, saludamos a toda la familia y quedamos para cenar. Mientras María José se ducha aprovecho para escribir y leer (he empezado “Vaig creure que el meu pare era Déu” de Paul Auster). Se está muy bien, la sensación de vacaciones es total.

Cuando estás de vacaciones incluso las actividades más habituales se convierten en pequeños placeres. El resto del día se reparte entre estos pequeños placeres y algunas actividades necesarias.
La nota triste del día la pone el próximo cierre de “Utopics”. La tienda era una alternativa gironina a “Fnac” y, como tal, contenía las mismas maravillas que los locales de la cadena francesa. En la que probablemente será nuestra última visita vemos como los libros languidecen en semi vacías estanterías mientras una multitud de familias andan a la caza del videojuego rebajado. Triste final para un local en el que pasamos buenos momentos eligiendo el libro para devorar en un fin de semana. La nota alegre del día se la apunta el sol, que tras sernos esquivo durante todo el día, ha tenido a bien hacer acto de presencia justo antes de retirarse hasta mañana. Ha sido un momento efímero, pero ha sido un gran momento.

Hora de cenar. Primero hay que acostar a las pequeñas (Laura y María) y dar de comer a Nakuru. Preparamos la cena y nos sentamos los seis (Albert, Esther, Marta, Miquel, María José y yo) a la mesa. Es como estar en familia y un poco familia, después de tantos años, si que somos.

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 24 de marzo de 2005


Me levanto gracias al aumento de moral que supone enfrentarse al último día laborable antes de cuatro días de descanso y relax. Preparo el desayuno y despierto a María José que, disfruta ya, de unas merecidas aunque cortas vacaciones.
Las primeras horas de la mañana en compañía de María José son fantásticas. Pero yo tengo cosas que hacer y María José sale en misión de rescate.
Primera parada: Cacao Sampaka. En este palacio de ensueño para todo chocolatero compro una mona (heterodoxa, pero mona al fin y al cabo para Anna, mi ahijada (es tradición en Cataluña que el padrino compre a sus ahijados una “mona”- antiguamente un pastel y una figura de chocolate en la actualidad -).
Estoy frente a la galería que dirige Isa después de abandonar el negocio de la confección de pantalones. Me paso a saludarla y, en la misma calle, visito la galería Jordi Bernadas. Los cuadros de Joan Mateu me gustan aunque algunos me parecen poco sinceros.
Hora de continuar, después del necesario paréntesis amigo-cultural, con mi lista de “tengos que”. No puedo, no obstante, contar nada de las paradas que siguen ya que no quiero dar pistas a nadie sobre su próximo regalo de cumpleaños.
Vuelta a casa, el día lluvioso ha dado paso a un día de sol fantástico para pasear. Es hora de ir a Levi Pants. Por el camino acabo “El último merovingio” un best-seller relleno de leyendas urbanas y teorías conspiratorias variadas y, pese a todo, entretenido.

22 marzo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 22 de marzo de 2005


Se acaba el martes. Estoy delante del ordenador apurando el día y a punto de cerrar un paréntesis que – junto con María José – hemos abierto escapando de la rutina de un día de trabajo. Un paseo hasta los Icaria, una buena película (“Million Dollar Baby”) acompañada de sus correspondientes palomitas (ya criticadas en este mismo diario), la vuelta a casa comentando la película, una cena tempranera... es posible hacer que un martes se convierta en un día de fiesta.

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 20 de marzo de 2005


Con el diario bajo el brazo cogemos un tren hasta Castelldefels. Pep nos ha prometido una paella en su casa y aprovecharemos para dar una vuelta por el pueblo. Hace ya casi 20 años que conozco a Pep y, aunque últimamente nuestros encuentros son menos frecuentes, siempre buscamos un momento para vernos y explicarnos como nos trata la vida, a poder ser, con una cerveza en la mano.
Llegamos a Castelldefels pronto y aprovechamos para pasear por el centro y comprar el postre en una pastelería.
Volvemos a la estación donde Pep nos recoge y nos lleva hasta su casa. Visitamos la casa y hacemos una parada especial para admirar la niña de los ojos de su propietario: una emisora de radio que emite 24 horas al día, 7 días a la semana, música de los años 70, 80 y 90.
Es la hora de ponerse a trabajar. Como tenemos una mano ocupada por la cerveza utilizamos la otra para ayudar con la paella en la barbacoa. Pese a mi pobre aportación la paella queda buena y la comida en el interior – pese a que hace sol, la mesa exterior queda a la sombra de los pinos y hace un poco de frío – es más que agradable.
Empieza a oscurecer cuando volvemos a Barcelona. Queda tiempo para empezar a aceptar que mañana es laborable, se acaba el fin de semana.

20 marzo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 19 de marzo de 2005


Suena el despertador y volverá a hacerlo muchas veces antes de que consiga – tras un esfuerzo heroico – levantarme. Tras desayunar con María José salgo a la calle con la intención de mirar un par de cosas para el regalo de cumpleaños de María José (hoy es su santo y – pese a que no lo celebramos – ya ha tenido su pequeño regalo). Hace sol y pasear por la ciudad es una gozada.
Es casi mediodía cuando, con la misión cumplida, llamo a María José y decidimos improvisar. Quedamos en el “Kikuchan” para comer y, como no estoy demasiado lejos, aprovecho para acercarme al apartado para recoger un par de discos y para sentarme en una terracita al sol para acabar “La tentación de lo imposible” y empezar “El último merovingio” de Jim Hougan (cuando estás acabando un libro siempre debes llevar encima el siguiente para evitar quedarte sin lectura).
María José llega (tras superar indefiniciones de orientación que casi provocan un desencuentro que hubiera sido fatal) y comemos sashimi mientras nos contamos la mañana (yo no puedo contar demasiado sin desvelar mi oculto destino y las razones que me han llevado a él).
Al salir decidimos seguir improvisando y vamos hasta el “Caixaforum”. Primero vemos las nuevas adquisiciones de la Colección de la Fundación “La Caixa”. Impresionantes las obras de Óscar Muñoz, Ernesto Neto, Xavier Veilham y las inquietantes fotos de Gillian Wearing.
Al salir nos encontramos con la exposición “Turner y Venecia”. Había oído hablar mucho de la magia de las acuarelas de Turner pero nunca había tenido la oportunidad de contemplarlas (sólo había visto reproducciones). La exposición – pese al reducido espacio que le han dedicado – vale la pena.
Vuelta a casa donde me esperan los periódicos del día, una larga siesta, un par de capítulos de “Senfield” y el partido Barça – Deportivo que acerca un poco más al Barça a ese título de liga que los últimos años le ha sido esquivo.

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 18 de marzo de 2005


En el viaje de metro que me aleja de la ciudad vecina he dejado el residuo que la semana laboral ha adherido a mi cuerpo, es el momento de empezar a disfrutar de un largo – espero – fin de semana.
Llego al “Panyvino” poco después de las 11. En la mesa redonda que está junto a la gran cristalera me esperan María José, Eli y Cesc. Cenamos (la pizza buenísima como siempre), hablamos mucho y nos contamos historias. Pese a la desconexión que supone una cena con gente a la que quieres no consigo alejarme del todo del mundo laboral: en el restaurante me encuentro con Mireia que era la encargada del almacén de la primera manufacturera de pantalones para la que trabajé y, poco después de salir, cuando vamos en búsqueda de una copa me encuentro con Quim con el que trabajé en la empresa de pantalones que me echo hace poco más de un año. Pese al recuerdo que ambos suponen del mundo laboral me gusta encontrarme con ellos y comentar – aunque sólo sea por un momento – como nos va todo.
Copa en “The Black Horse” (hoy ya libre de la invasión de las tropas irlandesas que ayer lo ocuparon) y vuelta a casa.

18 marzo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 17 de marzo de 2005


El ocioso lee la última entrada de su diario y decide dejarse de boludeces y volver a escribir en primera persona.

Suena la sirena en Levi Pants, se ha acabado la jornada laboral. Vuelvo en metro a Barcelona y me encuentro con Jordi P. en “The Black Horse”, el bar – que celebra “St Patrick’s day” - ha sido tomado hoy por hordas de bárbaros irlandeses y por la cerveza negra. El “If I should fall from grace with god” de “The Pogues” suena sin parar trayendo recuerdos de fiestas lejanas en el recuerdo.
Hablamos, como siempre, de lo mal que está el mundo de la confección de pantalones y arreglamos un mundo que – pese a nuestros esfuerzos – mañana seguirá igual..
Es el momento de hacer un paréntesis para cenar algo en “La Tinaja”. Reconfortados por la abundante comida volvemos al “Black Horse” para sumergirnos de nuevo en una balsa de cerveza negra.
Hora de cerrar, aún hay tiempo de hacer la última y la que sobra en el “Papillón”. Llamamos a la puerta y, poco después, entramos en un local totalmente remodelado desde la última vez que matamos la noche aquí.
A las cuatro, y en un momento de lucidez extraño a estas horas de la noche, decidimos dejarlo para otro día.

17 marzo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 16 de marzo de 2005


Sube la temperatura. El ocioso empieza a disfrutar de tardes de sol dorado en las que callejea sin rumbo fijo. Tardes de paseo en las que un escaparate, un fragmento de conversación captado al azar o un edificio en el que no había reparado antes, captan su atención. El tiempo se alarga al ritmo que el sol marca. Con la llegada de la noche hay que volver a casa. Durante el viaje, el ocioso lee (“La tentación de lo imposible” de Mario Vargas Llosa), o mira por la ventana, o no hace nada.
Ya en el barrio queda tiempo para una última compra apresurada mientras las tiendas empiezan a cerrar. En casa es hora de preparar la cena (o dejarse preparar la cena) y compartir los mejores momentos del día (también los peores) con María José. Aún queda tiempo para unos cuantos capítulos de “Senfield”, el día ha valido la pena.

14 marzo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 13 de marzo de 2005


Sábado. Me levanto pronto y, con María José, salimos con destino a Alella. Desayunamos con los padres de María José y cogemos el coche. Hemos quedado en “La Fosca” con un grupo de amigos para pasar el fin de semana en la playa, parece que el tiempo nos acompañará.
Somos los primeros en llegar. Dejamos los trastos en nuestra habitación del “Hostal la Fosca” (972601071) y bajamos un momento a Palamós. Al volver ya han empezado a llegar los demás (Víctor, Laura, David, Iola y Ona) y salimos a la búsqueda de una más que necesaria cerveza. Por desgracia el resto de locales de la playa están cerrados y tras un agradable paseo volvemos al Hostal y inauguramos el fin de semana con un buen aperitivo. Jordi P. y Emma llegan a la hora de comer y, sin más preámbulos ya que hay hambre, nos sentamos a la mesa con vistas al mar que tenemos reservada. Es el momento de ponernos al día y de contar las últimas anécdotas mientras Ona – pese al ruido que la rodea – duerme en su cochecito.
María José y yo somos los promotores de la siesta (la necesitamos) y nos retiramos a nuestra habitación. Me duermo viendo el mar.
Tras la siesta nos reunimos con los demás (que han hecho todo tipo de actividades mientras nosotros nos entregábamos a Morfeo) y bajamos a Palamós. En “la Selvatana” hacemos una cerveza mientras vemos la primera parte del partido del Barça (2-0) y después cenamos en “La Salsa”(López Puigcerver 22 Palamós Tel 972315456). Pese a la larga siesta estamos cansados, es hora de retirarse.
Domingo. Nos levantamos pronto y cuando bajamos a desayunar nos encontramos con David y Iola. Ona se ha despertado a su hora habitual y ellos ya han bajado a Palamós a por la prensa. El resto del día pasa volando: desayuno frente al mar, paseo, un rato de descanso tumbados al sol en la playa, un aperitivo improvisado frente al mar, paella y fideuá en el Hostal, foto de familia en la playa y – empieza a hacer frío - despedidas y vuelta a Barcelona.
Se acaba el fin de semana. Tengo las pilas cargadas y estoy preparado para afrontar los próximos cinco días.

10 marzo 2005

“Durante el medioevo el trabajo en general no ganó un mayor aprecio. Hay, no obstante, desde la perspectiva cristiana, una inclinación a justificar el trabajo, pero no a verlo como algo valioso por si mismo. Los pensadores cristianos hacían referencia al principio paulino "quien no trabaja no debe comer…", pero entendían que el trabajo era un castigo o, cuando menos un deber”
Santiago García Quintana. Pequeña Historia del Ocio. Buenos Aires 1958


DIARIO DE UN OCIOSO
miércoles, 09 de marzo de 2005


Los días pasan a una velocidad endiablada. En las pausas que el loco ritmo me permite, consigo disfrutar de esos pequeños detalles que añaden brillo a un día gris. Siguiendo el ejemplo de Christopher Boone decido hacer una lista de esos detalles que me hacen la vida mas agradable:

1.La lectura de “La rubia de hormigón” de Michael Connelly. No hay nada
como una buena novela negra para evadirse en los viajes de metro con destino
a la ciudad vecina.
2.Los días se alargan. Ahora, cuando llego a Barcelona después del trabajo, todavía
hay sol. Toda suerte de nuevas actividades empieza a otearse en el horizonte.
3.Una cena de rescate, después de un día especialmente duro, con María José en “El
Foro”. Hablamos sin parar y volvemos a casa pronto.
4.El visionado de capítulos de “Los Soprano” y “Senfield”.
5.Un paseo por el interior del Fnac sin comprar nada pero disfrutando de todas las
maravillas que esa gran cueva de Ali Baba ofrece.
6.Los ratos que María José y yo conseguimos robarle a la rutina para hablar o callar
en compañía.

Estas son algunas de las cosas que han hecho más valiosos los tres últimos días. Seguramente hay más, seguiré buscando.

06 marzo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 06 de marzo de 2005


Haciendo un esfuerzo titánico me levanto muy pronto, preparo el desayuno y despierto a María José que- refunfuñando- consigue salir de la cama. Caminamos hasta “l’Auditori” y nos encontramos con mi padre que tiene un par de entradas para nosotros. Wagner (buen programa, fragmentos de varias óperas). La media de edad del público asusta, el número de bastones, muletas y otros artilugios también.
Volvemos a casa con la idea de encerrarnos y dejar que la tarde del domingo se nos coma poco a poco.
Se acaba otra semana y mañana he de volver a Levi Pants. Cinco días pasan volando.

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 05 de marzo de 2005


Me levanto pronto, desayuno con María José y juntos subimos a la parte alta de la ciudad para ver un piso que no será nuestro nuevo hogar.
Volvemos al centro, paseamos y en la sala Parés vemos un par de exposiciones muy interesantes.
Nos encontramos con Jordi R. y Nuria en el barrio. Jordi me regala la maqueta de su nuevo grupo: “Higgins” y para celebrarlo nos alegramos la mañana con un aperitivo en un bar: cerveza, tortilla de patatas, berberechos, patatas, anchoas, queso y muchas risas.
Una siesta inmensa nos prepara para afrontar la noche.
Hace mucho tiempo que tenemos una cena pendiente con Yoli y Rafa en el “Tramonti 1980” (Diagonal, 501 Tel. 934101535) y por fin ha llegado el día. Todo está muy bueno aunque es un poco caro.
Acabamos la noche en el “antiguo” haciendo un cóctel. Somos, de largo, los mas jóvenes del local pero el ambiente es agradable.
Pese a que están cansados nos acompañan a casa. Seguramente la próxima vez que nos veamos con ellos, Lucas ya habrá nacido.

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 04 de marzo de 2005


Me levanto pronto y, con los ojos todavía en proceso de apertura, desayuno con María José mientras comentamos la larga jornada que nos espera a ambos.
María José se va a trabajar y yo, poco después, salgo con destino a mi penúltima sesión de rehabilitación. A estas alturas mi musculatura tendría que convertirme en el candidato perfecto al título de mister universo... pero la realidad dista mucho de ese supuesto y sigo teniendo problemas para levantar la bombona de butano.
Al salir de rehabilitación me acerco al apartado de correos donde me está esperando un paquete repleto de tesoros: viejos vinilos de colores, singles, epes y elepes que se incorporarán en breve a mi colección.
Un viaje comodísimo en Tombus me devuelve al centro de la ciudad y el canto de las sirenas del Fnac me atrae llevándome, una vez más, a la perdición. El “Cançons de temps de destrals” del siempre grande Xavier Baró se me pega a la mano y mis intentos para salir sin él de la tienda fracasan totalmente.
Paseo por el barrio y paro en el “Caelum” – soy el único cliente- a hacer un café mientras leo “Cherry”. Acabo el libro pero la sensación de frío que me ha acompañado durante su lectura no ha desaparecido al acabarlo.
En casa de nuevo escucho a Xavier Baró y preparo la comida.

(pasan algo más de 8 horas)

La jornada en Levi Pants ha llegado a su fin. Con Xavi, Xose y Gilbert nos acercamos a un bar gallego de la ciudad vecina para cenar algo y arreglar el mundo. Ellos son parroquianos habituales y nada mas entrar por la puerta tenemos cuatro quintos en la mesa (durante la noche no pararán nunca de aparecer en la mesa nuevas botellas que vienen a sustituir a las que ya hemos consumido). Cenamos tapas (buenas y abundantes como corresponde a todo bar gallego) y hablamos de trabajo. En un momento de la noche que no soy capaz de concretar aparece un individuo –que responde al nombre de Miguel y es otro parroquiano habitual- y se incorpora a nuestra animada tertulia.
Robert y Josep son los últimos que, tras acabar el turno de noche en el que trabajan, se incorporan al grupo. Más cervezas, más soluciones insólitas a los problemas de la humanidad y una última cerveza en el “Blue Monk” me dejan en un estado lamentable. Me retiro, ellos siguen.

03 marzo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 03 de marzo de 2005


Levi Pant’s ha vuelto a apoderarse de mi tiempo de ocio. Queda, no obstante, tiempo para algunos descubrimientos notables:

1. El dentífrico “Gum” infantil con sabor tutti fruti (delicioso, un motivo más para afrontar el día con fuerzas).
2. El “Bar-Bodega Bartolí” (c/Vallespir, 41 Tel.933391021) un pequeño restaurante familiar donde hacer un buen menú de cocina casero.
3. El cd de “Rockdelux” de este mes (las mejores canciones nacionales de 2004 según los lectores de rockdelux: Josele Santiago, Siwel, Los Planetas, Australian Blonde, La Granja, Antonia Font, Chucho, La Costa Brava, Astrud...).
4. Un tema incluido en el cd: “Hay un hombre en España” de Astrud (sensacional, he visto la luz y por fin entiendo muchas cosas cuya comprensión me había estado negada hasta ahora).

01 marzo 2005

“Horizontales: 1. Mezcla de cosas heterogéneas, Platero incluido/” (12 letras) Mambrino. Crucigrama. El País 25-02-2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 28 de febrero de 2005


En el cd del ordenador suenan las primeras notas de “Dakota”, el último single de “Stereophonics”. Su brillo me devuelve a la vida activa después de una semana de enfermedad. Atrás quedan montañas de pañuelos de papel usados, muchas medicinas consumidas, los cuidados de María José sin los cuales hubiera sido todavía peor, parte de mi sueldo que la dirección de Levi Pant’s ha decidido que en sus manos está mejor que en las mías, mucha fiebre que ha supuesto un ahorro considerable en calefacción, medio “Cherry” y muchas horas perdidas.
El sábado – cuando ya me creía apartado definitivamente de la vida social – Clara y Roger me hicieron una visita (como a los enfermos de toda la vida) y se quedaron – arriesgando su integridad física y mental- a cenar. Gracias.

La respuesta del crucigrama de Mambrino es: Batiburrillo.