30 junio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 29 de junio de 2004


Coger la bici y bajar al club cada mañana se está convirtiendo en una agradable rutina. Voy muy pronto y, gracias a esto, evito la marea de niños que aparece cuando yo me voy. El libro que estoy leyendo es muy pesado (físicamente) y eso es incómodo a la hora de leer en la tumbona de la piscina. El próximo lo escogeré por su tamaño.
Vuelvo a casa y, después de comer, con María José vamos a ver unos pisos que han puesto a la venta muy cerca de casa. El que nos gustaba ya está vendido (es un ático de ensueño con unas vistas sensacionales) y los que les quedan son demasiado caros. Otra vez será.
Entro en la cocina y empiezo a preparar cosas para la cena de esta noche. He decidido preparar tapas (que son muy fáciles de hacer pero requieren dedicación). Preparo esqueixada de bacalao, gildas, boquerones, taquitos de salmón – con la receta mejorada que me dio Nuria la semana pasada-, pinchos de solomillo y pinchos de salmón marinado y gambas.
Acabo poco antes de que lleguen Roger, Clara y Toni. Cenamos mientras me cuentan divertidas (y no tan divertidas) historias laborales. Gracias a las libaciones hechas durante la cena me aseguro una resaca de considerables dimensiones para mañana.

29 junio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 28 de junio de 2004


Desayuno con María José, cojo la bici y bajo hasta el club. En el club me encuentro con Francesc. Francesc y yo fuimos juntos a clase, éramos muy amigos y dirigimos dos publicaciones rivales (la guerra comercial fue dura pero no minó nuestra amistad). Pero en quinto de EGB, cambió de colegio. Estuvimos muchos años sin saber el uno del otro y, tras un encuentro casual, ahora nos encontramos por el barrio. Es uno de los pocos compañeros de clase que me encuentro regularmente, no sé que hacen el resto.
Mar, sol, un rato de natación en la piscina, lectura...
Vuelvo a casa y dedico el resto de la mañana a llenar la nevera.

28 junio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 27 de junio de 2004


Sábado. Acabo “Infancia” de Coetzee (impresionante, me gustaría poder escribir la mitad de bien algún día) y empiezo “Ciudad de huesos” de Michael Connelly. El resto del día lo dedico a la intendencia casera.
Por la noche María José y yo vamos a cenar a casa de Rafa y Yoli. Yoli ha preparado doradas al horno (buenísimas) y Rafa se ha encargado de las ensaladas. Cenamos en la terraza. (Nota médica: tanta cena en las terrazas ajenas nos está provocando un resfriado de grandes dimensiones). Interrumpimos la sobremesa para ver la ronda de penaltis del Suecia - Holanda y, tras la victoria de los holandeses, volvemos a la terraza para continuar con la conversación.

Domingo. Nuestra falta de moderación terracil ha tenido consecuencias y tendremos que pasar el día en casa para recuperarnos con la ayuda de una tortilla de aspirinas.
A mediodía golpean la puerta de casa (no tenemos timbre) interrumpiendo el disfrute del delicioso arroz que María José ha preparado. Es el vecino de arriba que dice que la escalera huele a quemado. El olor viene del piso de enfrente. Llamamos y no abren. Decidimos abrir (tenemos la llave) y no podemos ver nada debido al humo. Llegan los bomberos, envían al becario dentro y, cinco minutos después (es un piso muy pequeño), descubre un cazo en el fuego con dos biberones -convertidos en un engrudo calcinado- en su interior. Por suerte no ha pasado nada.
Como no podemos salir a la calle nos organizamos un ciclo de cine casero, vemos “Mistic River” (muy bien) y “La sonrisa de Mona Lisa”(muy floja).

26 junio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 25 de junio de 2004


Cena en la terraza del nuevo piso de Jordi R. y Nuria. Nos han invitado para inaugurar la que, cuando acaben las obras de reforma, será su nueva casa. También han invitado a Oriol (que también estudio con nosotros y al que últimamente no habíamos visto demasiado) y a Maribel.
Cena deliciosa y mucha cerveza son los ingredientes de la improvisada inauguración. En la conversación mezclamos viejas historias con nuevos proyectos. Lo dejamos a una hora prudencial.

25 junio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 24 de julio de 2004


Cansado y casi despierto paso el día como un zombi. María José no está mucho mejor.
A las 21’00 conseguimos salir a la calle. Damos un largo paseo y, como la pereza afecta a todo tipo de actividades, cenamos en La Chacha. Al volver a casa veo el final del Inglaterra – Portugal y siento sana envidia por ambas aficiones. Todos los aficionados al fútbol guardamos en nuestra memoria momentos que convertimos en mito particular, en parte de nuestra memoria futbolística. Estoy seguro que muchos portugueses y no menos ingleses guardarán para siempre la emoción tanto del partido como de la emocionante tanda de penaltis.

24 junio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 23 de junio de 2004


De nuevo estoy en el club, el sol calienta más que los últimos días y el mar está en calma. Me he dejado las gafas de sol en casa y leer resulta imposible. No tengo más remedio que cerrar los ojos y entregarme al feo vicio de escuchar conversaciones ajenas. Junto a mí, dos de las habituales hablan de lo cara que está la comida y de lo mucho que ha cambiado el tiempo – los inviernos ya no son como antes-. Una de ellas lleva una impresionante gorra amarilla hecha de ganchillo.
Por la tarde, con María José, vemos “Los Soprano”. Nos estamos acabando la segunda temporada que, como todo lo bueno, ha ido de menos a más.
Hoy es la vigilia de San Joan. Hemos quedado para cenar en casa de Albert y Esther en compañía de un grupo de amigos. María José y yo nos encargamos de comprar las cocas.
Al llegar a la casa hay un poco de confusión. Anna y Jaume han sido los primeros en llegar a la puerta de casa y al no encontrar a nadie han decidido llamar por teléfono para ver donde estamos los demás y por qué la casa parece cerrada. La casa parece cerrada porqué en S’Agaro –donde ellos están esperando – no hay nadie y todos los demás estamos llegando a casa de Albert en Barcelona.
Nos hemos quedado sin la compañía de Anna y Jaume y (también importante) sin embutidos.
Por suerte los demás (Marta, Miquel, Neus, Andreu, Ivan y Mani) llegan sin problemas.
Primero cenan los pequeños (María, Laura y Nacho) y, cuando se duermen, subimos a la terraza y empezamos a cenar mientras en los terrados vecinos no paran de lanzar cohetes y tracas.
En la sobremesa vuelven las viejas historias mezcladas con las noticias (por suerte todas buenas) del resto de amigos del grupo que hoy no han podido estar aquí.
La frecuencia de los estallidos a nuestro alrededor va decreciendo dejando paso a una calma agradable. Una brisa suave hace que en la terraza se esté bien y dejamos que la noche transcurra lentamente.
Al final, antes de volver a casa, Albert nos engaña para traer un limonero desde una terraza vecina. El limonero pesa mucho pero al final – y entre risas – conseguimos moverlo hasta su emplazamiento definitivo. Creo que la cena era la excusa para hacernos mover el (¿jodido? ¿puto?) limonero.
Aunque estamos en la otra punta de la ciudad y es muy tarde, decidimos volver caminando. Cuando nos acercamos a casa el cielo empieza a clarear. A las seis nos acostamos.

23 junio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 22 de junio de 2004


Es agradable levantarse pronto cada día y poder empezar el día con una conversación mientras desayunamos. María José se va a trabajar y yo cojo la bici y bajo hasta el club pese a que las nubes esconden el sol y el ambiente es fresco. Nado un rato mientras el sol, tímidamente, hace un quiebro a las nubes y empieza a calentar.
Me estiro delante del mar y leo (“Infancia” me está encantando). Oigo el mar, el lejano murmullo de la ciudad que todavía está arrancando y el rítmico sonido que los nadadores hacen a mis espaldas. Algunos de los veteranos socios del club se adentran con paso vacilante en la arena de la playa embutidos en bañadores comprados hace más de treinta años. El de ellas, como no, tiene un estampado floreado. Más tarde llegan los niños, ya de vacaciones, y empiezan a jugar, gritar y reír en la arena. Dejo el libro, cierro los ojos y me dejo llevar. Me dejo acariciar por el sol que todavía sigue luchando por ganar la batalla que, finalmente, conseguirá ganar. Hoy hay menos gente pero los habituales no faltan nunca (se les conoce fácilmente por su apergaminada piel y su cara de felicidad).
Vuelvo a casa y juego un buen rato con el “heroes of might and magic”.
Me encuentro con Eli cerca de su trabajo. Comemos en un restaurante de menús y alargamos la sobremesa en una terraza cercana. No tenemos suerte con el restaurante, por suerte es lo de menos.
En el apartado recojo tres cd’s (nada interesante) y vuelvo a casa.
Por la noche, y ya con María José, vemos un par de capítulos de “Los Soprano”.

22 junio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 21 de junio de 2004


Nos levantamos pronto y después de desayunar bajamos hasta el club. Las nubes que nos anunciaban un mal día no consiguen tapar el sol y embellecen el escenario. Nadamos y después me quedo en la tumbona secándome y leyendo mientras María José se va a trabajar. Acabo “Ahora sabréis lo que es correr” de Dave Eggers.
Vuelvo a casa y al llegar estalla la tormenta. Poco después vuelve a salir el sol. Empiezo “Infancia” de Coetzee (en algún momento de la semana pasada – no consignado en este diario – entramos en el Fnac, no me pude resistir y obligué a María José a que me regalara la edición de bolsillo).
Dedico la tarde al aprovisionamiento de la despensa y a una improvisada reunión de vecinos para tratar el reciente acto vandálico que nos ha dejado sin la puerta de la calle.

Ahora sabréis lo que es correr
Dave Eggers

Con aires de gran aventura, de vuelta al mundo en 80 días, Dave Eggers nos narra el desquiciado viaje de dos personajes disparatados en busca del necesitado al que regalar dinero. No será el viaje de Will y Hand una colección de postales turísticas. Su devenir por el mundo transcurrirá en escenarios habituales de nuestro tiempo: aeropuertos, hoteles, prostíbulos y oficinas de alquiler de coches. Tremendamente actual y contada con un gran sentido del humor “Ahora sabréis lo que es correr” es también un viaje al interior de los personajes (a sus motivaciones, a sus miedos y a su evolución) y una crítica a la forma en que desde los EE.UU tratan al tercer mundo (critica que también podemos, por desgracia, aplicarnos). Interesante y divertida.

21 junio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 20 de junio de 2004


Paso el domingo descansando. Alguno de los habituales lectores de este diario se preguntará ¿Descansando? ¿De qué? El cansancio que supone contestar a preguntas como esta debería ser suficiente para acallar estas voces resentidas que se alzan en contra de nuestra tranquilidad.
Veo el último partido de España en la Eurocopa con la sensación de haber vivido este momento muchas veces. Veo luchar, con convicción, a los portugueses, mientras los representantes de nuestra selección deambulan por el campo mal dirigidos por un hombre con pinta de petanquero de playa. Tras el final del partido creo entender el término “Furia española”: Dícese del cabreo de tamaño monumental que atenaza a los ciudadanos españoles tras la tradicional eliminación de su selección en las competiciones internacionales.

20 junio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 19 de junio de 2004


Viernes. Me levanto pronto y desayuno, como cada día, con María José. Cuando se va a trabajar me pongo el bañador, cojo la bicicleta y bajo hasta el club. Hay poca gente en la piscina y las tumbonas están vacías. Es una gozada nadar en la piscina exterior climatizada: la temperatura del agua, el sol – todavía bajo – reflejándose en el fondo de la piscina... Después de nadar leo y dormito delante del mar. La playa está vacía todavía. Cuando empiezan a llegar los habituales (jubilados que prácticamente viven en el club) vuelvo a casa dando una vuelta.
Sorprendentemente “Heroes of might and magic” vuelve a estar instalado en el ordenador. Juego un poco.
Con María José decidimos ir a los Icaria a ver “Harry Potter y el prisionero de Azcaban” pero hoy es el día del estreno y, cuando llegamos, no quedan localidades para la sesión de la noche. Decidimos quedarnos en el cine y vemos “Whale Rider”.
Al salir, contentos, pues la película nos ha gustado, decidimos reengancharnos y volvemos a entrar en el cine para ver – ahora sí- Harry Potter. La tercera entrega de la serie, dirigida por el mejicano Alfonso Cuaron, es – con diferencia- la mejor de las tres. Una película más obscura, menos infantil, más dinámica y muy entretenida (su larguísimo metraje pasa en un suspiro).
Son más de las 3 de la madrugada cuando llegamos a casa y nos acostamos.

Sábado. Hoy hace catorce años que María José y yo estamos juntos. Son catorce años de compartir todo tipo de experiencias, catorce años de –sobretodo- alegrías y amistad. Tenemos mucha suerte.
La mañana se nos va entre un campeonato de solitario (que gano yo) y un largo paseo. Comemos en un restaurante vietnamita, el Hanoi (plaza Letamendi, 27 Tel. 934515686). El menú de degustación es impresionante.
Volvemos a casa caminando y conversando sin parar. Ha refrescado y se agradece. Al llegar a casa recuperamos fuerza con una siesta.

18 junio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 17 de junio de 2004


Cena con María José, Jordi R. y Nuria en La Chacha (c/ Portal Nou esquina Comerç). Hace poco que han abierto, es sencillo y agradable. Cenamos muy bien. Al salir, la noche es muy calurosa y decidimos hacer una cerveza en una de las terrazas del barrio. Ha llegado definitivamente el verano. El pistoletazo de salida lo da, como cada año, el uso de las terrazas. Hoy están todas llenas de gente que ha preferido un rato de buena conversación con los amigos a una nueva sesión de televisión. En la terraza del Black Horse no hay ninguna mesa libre, así que nos quedamos en la del bar de difícil nombre que hay en el otro lado de la calle.
Parece fin de semana pero mañana es laborable. Lo dejamos a una hora prudencial.

17 junio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 16 de junio de 2004


Me levanto pronto, leo un rato y desayuno con María José que tiene la mañana libre. Empleamos este precioso tiempo de estar juntos en diferentes tareas de suma importancia (entre ellas muchas partidas al solitario de Microsoft).
A mediodía, y ya solo, me acerco a los Icaria. Mi intención era otra pero acabo en la sala 5 viendo “Un Filme Falado”.

Un Filme Falado
Manoel de Oliveira

En otras manos, la nueva película del veteranísimo director (creo que tiene 93 años), no habría pasado de ser una serie de postales turísticas contadas con más o menos gracia. Manoel de Oliveira consigue, con la excusa de un viaje, darnos una lección de historia y – a la vez – una lección de vida. Pero al viaje físico de las dos protagonistas lo acompaña una reflexión – un viaje mental – sobre nuestra sociedad y nuestra cultura. “Un filme falado” no es una película fácil y, por ello, tendrá una vida corta en nuestras salas. Es una lástima.


En “La Vanguardia” encuentro un artículo sobre la primera Exposición Universal de Micronaciones, una de las actividades del Sónar 2004. Siempre me han fascinado estas pequeñas naciones – como Sealand – surgidas de la mente de un individuo. En Barcelona estarán representados cinco de estos pequeños estados.

Tarde de fútbol con Jordi P. y Víctor. Vemos el partido de España (triste empate que nos deja en una incómoda posición) en el Black Horse. Tristes y afligidos decidimos alegrarnos con una cena. Cenamos en La Candela (Plaça de Sant Pere) a base de tapas (deliciosas todas). Víctor nos abandona y decidimos continuar primero en el Ugarit y luego con una copa en el Borneo.
Nos retiramos relativamente pronto y en un estado lamentable.

16 junio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 15 de junio de 2004


Atrapado en un vórtice de inactividad caigo incomprensiblemente en un episodio de sueño que me ocupa la mañana y parte de la tarde del martes. A duras penas consigo salir a dar una vuelta con María José y el inicial propósito de ir al cine queda relegado tras la comprobación de mi estado.
Por la noche, y tras ver la incomprensiblemente larga “El último samurai”, parece que estoy recuperado. Ha sido un día extraño (la mayor parte del cual la he pasado en un estado de aletargamiento que me ha impedido todo tipo de actividad).

14 junio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 13 de junio de 2004


Con la llegada de los calores, y la competición deportiva de turno que esta suele comportar (este año una Eurocopa más bonita que un San Luís), el cerebro del ocioso se contrae y se atrofia. Habitualmente el uso que hace de este vital órgano es, no nos engañemos, limitado. En junio, y con un balón corriendo a todas horas por la pequeña pantalla, el uso del cerebro se convierte en una anécdota que no es digna de ser consignada. Toda actividad cultural queda relegada, durante estos días, al ostracismo. Y pronto llegará el Tour, origen de siestas memorables y de tertulias grandiosas.

Sábado. Para celebrar que la pelota ha empezado a correr por los campos del vecino país, me meto entre pecho y espalda una doble dosis de fútbol europeo (con victorias de Grecia y España).
Domingo. Por la mañana, y debido a la incomprensible ausencia del deporte rey en nuestras pantallas, doy un agradable paseo con María José hasta casa de mis padres. Comida familiar y pelea (perdida) con el ordenador de mis padres.
Ya en casa me hago con el mando a distancia (María José cede ante mi evidente babeo delante del televisor) y zapeo compulsivamente entre un aburrido Croacia – Suiza, la emocionante victoria por los pelos del FC Barcelona ante el Estudiantes en la final de la liga ACB, la Formula 1 y los múltiples partidos de segunda división que diferentes televisiones ofrecen... una tarde deportiva realmente muy cansada.
Por la noche aún tengo tiempo de ver parte del Francia- Inglaterra antes de descansar un poco viendo un capítulo de “Los Soprano”.

12 junio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 12 de junio de 2004


En ocasiones un hecho triste, como es un velatorio y el posterior entierro, acaba convirtiéndose en una pequeña celebración familiar. Nos encontramos con aquellos a los que queremos, con aquellos que nos aprecian (y a los que – la vida siempre es así – no vemos todo lo que querríamos ) y, sin buscarlo, surgen las anécdotas del pasado, los cariños olvidados, alguna emotiva lágrima y muchas risas que ayudan a pasar el trago.

Viernes y sábado en el tanatorio de Alella. Lo llamo tanatorio por que es lo que un cartel junto a la puerta anuncia: “Tanatorio municipal”. La realidad desmiente lo que el moderno cartel predica. El tanatorio de Alella es una simple habitación adosada al cementerio. No hay conserje que lo guarde ni horarios de apertura. Un funcionario municipal te entrega la llave para que seas tú el que elige cuando se abre y cuando se cierra el chiringuito. Tampoco hay ningún tipo de servicio auxiliar: cualquier extra que consideres oportuno tienes la libertad de montártelo por tu cuenta. En la habitación hace mucho calor, se está mejor en los bancos que hay junto a la tapia del cementerio que en su interior.
Debemos componer una imagen curiosa. Estamos sentados a la fresca en el banco de piedra y en las sillas que hemos ido sacando del interior de la habitación. Hablamos, reímos, nos abrazamos, gritamos y discutimos. Se organiza un improvisado partido de fútbol con una pelota de playa y con la puerta del cementerio como portería. El perro de un paseante se apunta al festival y los niños juegan a nuestro alrededor... al final, y es una suerte, el ambiente es más festivo que triste.
El resto del tiempo lo ocupan las comidas / cenas familiares. Más risas, más gritos, más discusiones... como en la escena final de una película de Fellini.

11 junio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 11 de junio de 2004


Las llamadas a deshoras no suelen traer buenas noticias. Nos despierta el teléfono. La yaya María, la abuela de María José, se ha muerto esta noche. Estaba muy enferma y sabíamos que la llamada podía llegar cualquier día. Pero la muerte de un ser querido, aunque no sea inesperada, siempre causa dolor. Un beso.

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 10 de junio de 2004


Instalado en la adversidad, nada me sale bien. Una serie de casualidades en cadena llena el día de pequeños fracasos callejeros con una bolsa muy pesada a cuestas. Pero de golpe... y al llegar la noche, la suerte cambia y el día acaba espectacularmente bien.

Con María José, vamos al teatro a ver a Juan Tamariz y su nuevo espectáculo “Magia potagia”. Hace años tuvimos la oportunidad de verlo en el “Llantiol” y nos lo pasamos tan bien que prometimos repetir en cuanto tuviéramos ocasión. Hemos tardado unos años (la verdad es que Tamariz no es un habitual de la escena barcelonesa y sus apariciones, hasta ahora, no suelen ser demasiado publicitadas), pero la espera ha valido la pena. En cuanto me enteré de que actuaba en el “Villarroel Teatre” del 10 al 20 de junio fui corriendo a por nuestras entradas.
Y es que Juan Tamariz no sólo es uno de los mejores magos del mundo (en magia de cerca es el mejor que he visto nunca), su capacidad como showman es también impresionante. En “magia potagia” no dejas de reír y de sorprenderte desde el primer minuto hasta que cae el telón.
Además, ayer pudimos disfrutar de un ambiente excepcional. Entre el público, entregado desde antes de empezar, muchos aficionados a la magia y magos profesionales (no era extraño ver aparecer una baraja en medio de una conversación). Un público adulto que, durante poco más de dos horas, se dejó llevar por la magia de un espectáculo único. Aún debe quedar alguna entrada a la venta, yo no me lo pensaría.
Salimos del teatro con los ojos como platos y tremendamente contentos. Es difícil creer lo que hoy hemos visto.

10 junio 2004

“No se le da, en nuestra sociedad, la importancia que el ocio merece. La mayoría de celebraciones están relacionadas con el trabajo. Son muy pocas las relacionadas con el tiempo libre y su uso”
Santiago García Quintana. Pequeña Historia del Ocio. Buenos Aires 1958


DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 9 de junio de 2004


El calor y el dolor que siento en el hombro me está aplatanando. Mi vida activa va perdiendo terreno ante la, cada vez más importante, vida vegetativa que estoy desarrollando. Desayuno con María José y trabajo un rato durante la mañana.
Cuando María José se va a trabajar repaso la agenda del día y me asusto:
Obligaciones.................................................. 2
Actos lúdicos programados........................... 0

Venzo mi pereza y salgo de casa dispuesto a cumplir con mi destino.
Me encuentro con mi madre en la Ronda y, juntos, iniciamos un pequeño maratón por las tiendas de informática de la zona en busca de una impresora. La encontramos.
Cojo el bus y, en la otra punta de Barcelona, llego pronto a mi visita médica. El médico se mira mis análisis y me dice que estoy bien (aunque todo es mejorable).
Cena tempranera con María José en “La dolça Herminia” y vuelta a casa.
El libro de Dave Eggers me está gustando mucho.

08 junio 2004

“El tiempo dedicado al ocio es una inversión en bienestar. Pocas operaciones tienen una rentabilidad tan elevada como esta.”
Santiago García Quintana. Hacia el ocio. Buenos Aires.1957


DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 8 de junio de 2004


Después del largo fin de semana, la casa y – sobretodo – la nevera, requerían mis cuidados. Teniendo como centro neurálgico el sofá de casa organizo incursiones por el barrio con la misión de reaprovisionarme.
Una vez conseguido el objetivo me dedico a leer (he acabado “Las cenizas de Ángela” y me he lanzado con avidez sobre el prometedor “Ahora sabréis lo que es correr” de Dave Eggers). También queda tiempo para ver la tele con María José (un par de “CSI Miami” gentileza de Kris y un episodio de “Los Soprano” configuran el menú televisivo de estos dos últimos días).
Me duele el hombro derecho después de la vacuna con la que hoy me han obsequiado. Creo que este dolor puede influir en mi actividad durante los próximos días.

Las Cenizas de Ángela
Frank McCourt

Corría desde hace mucho por casa y siempre había encontrado alguna excusa para posponer su lectura. ¡Qué lástima. Qué tonto he sido! Las Cenizas de Ángela, escrito en primera persona y en presente, es uno de los mejores libros de memorias que han caído en mis manos. Frank McCourt realiza un viaje a su infancia – una infancia dura en la Irlanda pobre de los 30 y los 40 - y nos la relata sin ningún tipo de acritud. Anécdotas que en boca de otro se convertirían en un duro melodrama son aquí retratadas con sentido del humor. Y es este sentido del humor lo que hace que una vez empiezas no puedas parar de leer. Espero ansioso la lectura de “Lo es”, segunda parte de estas deliciosas memorias.

07 junio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 6 de junio de 2004

Albocasser Albocasser
Las pequeñas vacaciones en Albocasser están llegando a su fin. Mañana echaremos de menos las sonrisas que cada día nos regala Martina al despertar. También echaré de menos sus bailes-resorte al oír un silbido.
Poco a poco vamos recogiendo la casa y Roberto, de nuevo a los mandos de la cocina, prepara una paella de impresión.
La vuelta se convierte en una odisea digna de los antiguos griegos. Un incomprensible atasco nos retrasa y nos agobia. Falta poco para las 12 de la noche cuando finalmente llegamos a casa cansados pero contentos. Mañana volvemos a la rutina.

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 5 de junio de 2004


Después del desayuno comunitario María José y yo bajamos al pueblo con la intención de ver a Tere. Por desgracia hoy el bar está cerrado (hay un par de bodas en el pueblo y deben estar invitados).
Volvemos a casa y salimos con destino a Cantavieja (Teruel) donde hemos reservado mesa en el Buj (Avenida del Maestrazgo, 6. Cantavieja. Tel. 964.18.50.33). El Buj es un pequeño restaurante, llevado con cariño y profesionalidad. Su cocina casera, hecha con productos de la tierra y con la dosis justa de creación, es un oasis en la oferta gastronómica de esta región. Comer en el Buj es un pequeño placer del que intentamos disfrutar en las contadas ocasiones que nos dejamos caer por estas tierras.
Volvemos a casa y, sentados a la fresca, dejamos que el calor de la tarde nos adormezca al son que marcan los pájaros.
Olivia y Roberto desgranan los guisantes que la tía Ángela nos ha traído recién cogidos del huerto mientras leo (me está gustando mucho “Las cenizas de Ángela”).

“...Es fácil desgranar guisantes. Una presión con el pulgar en la vaina y ésta se abre, dócil, entregada. Algunas, menos maduras, se muestran más reticentes: una incisión con la uña del dedo índice permite entonces desgarrar lo verde y notar la humedad y la carne densa, apenas debajo de la piel falsamente apergaminada. Acto seguido, se hacen resbalar las bolas con un solo dedo. La última es tan minúscula... A veces, dan ganas de hincarle el diente. (...) Entonces hablamos poquito a poco, y la música de las palabras también parece venir del interior, apacible, familiar. De cuando en cuando, alzamos la cabeza para mirar al otro; pero el otro se ve obligado a mantener la cabeza gacha; tal es el código. Hablamos de trabajo, de proyectos, de fatiga, no de psicología. La operación de desgranar guisantes no se presta a explicaciones, sino a ir siguiendo el proceso con cierta morosidad. Podría no costar más de cinco minutos, pero nos resulta muy grato prolongar, dilatar la mañana, vaina tras vaina, arremangados. Acariciamos las bolas peladas que colman la ensaladera. Son suaves al tacto; todas esas redondeces contiguas forman como un agua de tierna tonalidad verde, y nos sorprende no mojarnos las manos. Tras un largo silencio de claro bienestar, alguien dice: - Sólo falta ir a buscar el pan.”
Philippe Delerm. El primer trago de cerveza. Barcelona 1998


Roberto prepara unos excelentes guisantes que empezamos a comer a las 12 de la noche.
Tras la cena larga partida al diccionario.

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 4 de junio de 2004


Con los primeros rayos de sol los pájaros, enloquecidos, me despiertan. Me vuelvo a dormir.
Nos levantamos tarde y al abrir la puerta de la calle nos encontramos el desayuno (un delicioso “coc de tomàquet” y unas cerezas gentileza de la tía Ángela) colgando del cañizo. El inesperado regalo nos soluciona el grave problema de logística generado por nuestra improvisión.
Conseguimos arrancar lentamente mientras la pregonera del pueblo anuncia una excursión -por sólo 15 Euros - con Mediterráneo de Serrat como fondo musical.
El sábado es día de mercadillo y, paseando entre paradas de fruta y ropa, nos encontramos al tío Lluís.
Tío Lluís es un amigo del abuelo de María José pero siempre ha sido uno más de la familia. Para María José Lluís es un abuelo más y siempre me ha acogido con los brazos abiertos (que es como siempre acoge a todo el mundo). Tras cuatro años sin verlo nos alegra ver que sigue igual que siempre: vital a sus 88 años, cariñoso, rodeado de gente joven y sordo como una tapia. Abrazos, besos y nos acompaña mientras hacemos unas compras. Aprovechamos para conversar con él y como cuatro años dan para mucho, la conversación se alarga primero en el bar de Eladio delante de unos boquerones y después comiendo en el “hostal del boig”. Martina ha aprendido a bailar, un silbido de Roberto activa un resorte en su interior que le hace botar con su habitual alegría.
La larga jornada, y las duras tareas que el día nos ha deparado, nos han dejado para el arrastre. Se impone una larga siesta.
Tras la siesta dejamos que la tarde pase lentamente mientras leemos y descansamos. Cena y larga tertulia con posturas defendidas con la vehemencia habitual. A las 12 celebramos el cumpleaños de Roberto y posponemos la esperada partida de diccionario para un momento mejor.

“...el ocio, tal y como lo entendemos hoy en día, nace del remanente de tiempo que nos queda tras asegurarnos la supervivencia. Es, por esta razón, un privilegio de las sociedades más avanzadas y, en más ocasiones de las que esto sería deseable, de las clases sociales más favorecidas dentro de esas mismas sociedades.”
Santiago García Quintana. Pequeña Historia del Ocio. Buenos Aires. 1958.


DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 3 de junio de 2004


Un viaje se puede organizar de muchas maneras. Nosotros tenemos cierta tendencia a construir extrañas combinaciones cada vez que viajamos (aunque, como hoy es el caso, el trayecto sea corto).
Cargado con más bolsas de las necesarias salgo de casa y me encuentro con Roberto y María José en la otra punta de la ciudad. Juntos vamos a Alella y Roberto consigue cambiarle el coche a Pepe. Con nuestro nuevo vehículo, equipado con aire acondicionado y todas las comodidades, volvemos a Barcelona y recogemos a Olivia y Martina. Finalmente, tres horas después de salir de casa, partimos con destino a Albocasser (Castellón).
Llegamos al pueblo y abrimos la casa. No nos queda tiempo para mucho más. Improvisamos una cena y nos vamos a dormir. El viaje nos ha dejado muy cansados.

03 junio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 2 de junio de 2004


Me levanto pronto y, sin desayunar por prescripción médica, voy a hacerme un análisis en compañía de María José. La banderillera que me ha tocado en suerte (cada vez estoy más seguro que ese es su verdadero oficio) ataca primero el brazo izquierdo y, tras un rato de pinchazos poco productivos, decide atacar también el brazo sano. Salgo tambaleándome pero vivo y muy hambriento. Vuelta a casa y desayuno.
He quedado con Jordi R. para ir al concierto de Marc Parrot, yo me encargo de comprar las entradas. Para cumplir con mi obligación del día me acerco al Fnac y compro las entradas. Lo lógico sería volver a casa, pero una voz que resuena en el interior de mi cabeza me obliga a subir a la segunda planta y a consumir de forma compulsiva. Tras un rato de gozosa búsqueda compro un par de libros de autores noveles: “El club Dante” de Matthew Pearl y “Ahora sabréis lo que es correr” de Dave Eggers. Vuelta a casa para dejar el botín.
Me encuentro con Jordi en la terraza de un bar cerca de Bikini. Cenamos un bocata y vamos al tempranero concierto.
la entrada Después de tres largos años de ausencia de los escenarios barceloneses Marc Parrot aterrizó ayer en un Bikini lleno de incondicionales para presentar los temas de su nuevo disco. Parrot, olvidada definitivamente su doble personalidad, es un alquimista del buen pop. Ayer, respaldado por cuatro excelentes músicos, presentó sus nuevos temas en un concierto impecable. Es poco habitual ver a una banda española tan bien engrasada- un directo tan redondo en el que todo funciona como debe funcionar- y se agradece. Me lo paso genial.
El precio de las cervezas (4’50 Euros) y la idiotez de los responsables del local (sirven la cerveza en un puto vaso de plástico) nos ha dejado sedientos. Bajamos al Born para comentar el concierto y levantar un poco de cristal. “Octubre”, “Borneo” y, finalmente, “El Granuja” colman nuestra necesidad de ejercicio por hoy.

01 junio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 1 de junio de 2004


Lunes. Festivo en Barcelona. Encierro domiciliario voluntario en compañía de María José. Tenemos tiempo de revisar la excelente “En la ciudad sin límites” de Antonio Hernández y de regalarnos unos cuantos episodios de Los Soprano. Después de cenar abro por primera vez en todo el día la puerta de la calle... para bajar la basura.

Martes. Después del largo fin de semana, la nevera y la despensa requieren mis cuidados. En la oficina de la caja de ahorros me encuentro las habituales colas de el primer día del mes. Un amigo, que trabaja en una de estas cajas me explicó, con algunas cervezas más de lo que sería prudente, una de las habituales operaciones realizadas por los jubilados que –cada día uno sin excepción – le visitan:
Fase número 1: petición de reintegro del importe total de la pensión.
Fase número 2 : comprobación física de la existencia de la pensión y recuento de control.
Fase número 3: ingreso del importe total de la pensión.
Y es que uno ya no se puede fiar ni de los bancos...