24 diciembre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 23 de diciembre de 2004


Miércoles. Cena con María José y Pepe en el Hugo (c/Rec Comtal, 6 Tel. 933100817). El restaurante es sencillo pero cenamos muy bien (está especializado en comidas típicas chilenas) y a un precio asequible.

Jueves. Tras la larga jornada laboral vuelvo a Barcelona. En casa descanso, intento dormir un poco y leo mientras cojo fuerzas para afrontar mi primera cena de empresa en “Levi Pants”. La leyenda habla de pantagruélicas comidas amenizadas por todo tipo de bebidas alcohólicas de alta graduación. La leyenda también habla de asistentes a estas reuniones que, bajo los efectos de estas bebidas y otras substancias menos permitidas, han caído en brazos de Morfeo y de otros dioses más mundanos. Las leyendas hablan de pérdidas colectivas de la razón, de la memoria y de la dignidad... pero las leyendas, por suerte o por desgracia, son sólo fabulaciones fruto del imaginario colectivo.
La cena (sorprendentemente buena) transcurre placidamente bajo la atenta mirada del señor Levi. El restaurante elegido es “Ca n’Armengol” (Prat de la Riba, 1 Sta. Coloma de Gramenet. Tel. 933916855) y la elección resulta un acierto. Sólo los más valientes continuamos (mañana hay que trabajar) con una copa en una cervecería cercana.
Vuelvo a casa en taxi. El conductor, amigo de la charla trascendental, me confiesa que sólo ha llorado con la muerte de tres personas: el torero Paquirri, el cantante Nino Bravo y el jugador de baloncesto Fernando Martín. Buscando una huida ante la magnitud de esta santísima trinidad me confieso “curro-romerista” y desvío la conversación hacia terrenos menos personales.

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