29 abril 2010

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 29 de abril de 2010


Martes. No hay nada como organizarse una jornada de fiesta en un día laborable. Toni y Óscar me recogen en casa y, juntos, vamos al centro del Hospitalet para entregarnos a una mañana de tapas, terracitas y mucho sol. Empezamos en el Celler 1912 con un surtido de banderillas, anchoas, aceitunas y boquerones (regados, no podía ser de otra manera, con una cerveza bien fría) y continuamos en la terraza de Ca les Noies con un carpaccio de Idiazabal con sobrasada y miel y otro plato de boquerones (y un poquito más de cerveza). Pequeña pausa cultural para enseñarles algún rincón bonito de la ciudad y, mientras esperamos que Quim acabe de trabajar, cervecita con bravas (muy flojas) en un restaurante gallego con buena terraza.

Nos encontramos con Quim y, los cuatro, comemos en el 25 Roselles (el menú está muy bien) y rematamos la jugada con un café en una terraza de la plaza del Ayuntamiento. La sensación es de vacaciones.

Aún queda tiempo para más. En el patio de Graceland hablamos un rato con María José y después Toni y yo nos vamos al Tirsa. Un Dry Martini sedante sirve de punto y final para una gran jornada.

Estos últimos días he visto un par de películas que tenía pendientes. En casa, con el proyector, Dogville que me gustó muchísimo y ayer – y dentro de la Primavera Cinematográfica que se celebra en l’Hospitalet – Moon que no está nada mal y que me recordó a las películas de ciencia ficción que ponían en la tele cuando era pequeño.

Y precisamente de ciencia ficción es “Sèrie B” el cómic de los Deamo Bross.
Los Deamo Bross son Raúl y Danide, dos jóvenes autores (Raúl se encarga del guión y Danide de los dibujos) de Hospitalet. Superordenadores que se hacen con el poder y abuelas-robot que viajan en el tiempo para salvar el mundo, un funcionario atrapado en un lunes eterno, alienígenas adictos al bitter Kas que invaden cada verano una población de la costa, viajes en el tiempo... pero low cost, pisos que empequeñecen, invasiones de insectos mutantes, guionistas zombies que atacan en Sitges... todo contado con mucho sentido del humor y mucha cultura cinematográfica bien digerida. Hay referencias a “Twilight Zone” - de la que “Sèrie B” podría ser una versión humorística -, a “Terminator”, a “Braindead”, a los filmes de los 50 de ciencia ficción...
El dibujo, reforzado por un acertado uso del bicolor (azul-rojo) que le da un toque “viejuno” de cómic antiguo, también me ha gustado.

26 abril 2010

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 26 de abril de 2010


Han pasado tres días y se acumulan las cosas que explicar. Podría tener ganas de escribir mucho, pero no es el caso. Lo vamos a dejar con un resumen de titulares.

Viernes: Empieza la Primavera Cinematográfica en l’Hospitalet. Voy a ver (500) días juntos. Me divierte. Cena en casa de Eli y Cesc. Pedimos comida china. Cass se queda a dormir. Volvemos a casa. Es raro estar sin Cass.

Sábado. Voy a comprar el periódico. Aún es más raro ir sin Cass. Desayunamos y nos tuneamos para la boda de hoy. Nos encontramos con María y Jordi P. Junto a la iglesia Sandra y Oscar nos dejan su parking. Conozco a Anna y Oscar. Antes de entrar en la iglesia me encuentro a muchos amigos y excompañeros de trabajo. Jordi M y Patri se casan. Lo celebramos en el Mas de Sant Lleí. Aperitivo impresionante al sol. Buena comida. Aparecen unas “duendas” que dan mucho miedo. Toni me ha traído un puro, me lo fumo. Carol y Toni nos regalan un libro que han hecho a cuatro manos. Baile y copas. Más risas. Vuelta a casa, llevamos casi 12 horas de celebración y el camino es largo ya que pasa por casa de mis padres donde recogemos a Cass. Merecido descanso.

Domingo. Periódico. Desayuno. Sol. Patio. Hamaca. Patatas y cerveza. Un arroz muy bueno. Siesta. Vemos Precious. No me gusta. Cena ligera. Acabo El Padre de Blancanieves de Belen Gopegui. Se ha acabado el fin de semana.

He acabado de leer “El Padre de Blancanieves” de Belén Gopegui. Desde que me lo regaló M.Carmen lo tenía pendiente y, pese a que no es un libro fácil, lo he disfrutado mucho. Y aunque requiere cierto esfuerzo, la prosa rica de Gopegui demanda más atención que un best-seller, “El padre de Blancanieves” es un libro necesario. Un libro que pasea por el desierto que separa la novela del ensayo político sin perderse en el camino. Un libro que presenta multitud de puntos de vista y que, tras examinarnos, nos retrata a todos, y nadie sale indemne. Porque precisamente gracias a esos puntos de vista divergentes, podemos ver con los ojos de “el otro”. “El padre de Blancanieves” es un libro que nos hace pensar y reflexionar sobre el mundo en el que vivimos, que nos hace ver como nos engañamos y como nos dejamos engañar. Me ha gustado mucho, gracias por regalármelo.

23 abril 2010

“El molt carallot em va dir “si arribo a saber que eres verge aguanto més” i jo li vaig respondre “si sé que aguantes més em trec els pantys, imbècil””
Frase en la portada de “Els Surfing Sirles neden en l’ambulància”


DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 23 de abril de 2010


Hoy toca la clásica entrada caótica que no lleva a ningún sitio y que, a falta de algo mejor, ofrece un variadito de tapas para que nadie se quede con hambre. Hoy, que en Catalunya celebramos Sant Jordi, podría hablar de libros... pero hablaré de arte (muy poco), de música (un poco más) y de televisión (hace días que lo tengo pendiente y siempre me olvido).

Empiezo con el arte. En el Espai VolArt de la Fundació Vila Casas (Ausiàs Marc, 22 Barcelona) están haciendo actualmente dos exposiciones. Bajo el título genérico de “Els Vila” recogen la obra de cuatro generaciones de una saga de pintores: Vila Cinca, Vila Arrufat, Vila Grau y Vila Delclòs. Curiosa y poco más. La otra exposición está dedicada al pintor Xavier Serra de Rivera que ha hecho del retrato el centro de su obra. Obra que, pese a estar dentro de los límites del realismo, tiene un indudable aire de contemporaneidad. Los personajes retratados por Xavier Serra no son paisajes planos sino que están cargados de historia. Y es esa historia que pesa en sus miradas, en sus gestos, lo que hace interesante la obra de Xavier Serra. Más amable con los amigos o con él mismo, quizás porque su conocimiento del personaje retratado dulcifica su visión, y más realista y profundo cuando sólo se deja llevar por lo que ven sus ojos.

Y ayer, en el Fnac, lo volví a hacer: me compré un disco por la portada. Y es que al ver la portada de “Els Surfing Sirles neden en l’ambulància” no pude resistirme. En ella hacen un homenaje gamberro a la portada del “Goo” de Sonic Youth añadiendo la gloriosa frase que encabeza el diario de hoy. Me pareció una declaración de principios, un anuncio de lo que me iba a encontrar en el interior y, por suerte, no me equivoque. Porque lo que ofrecen los Surfing Sirles es gamberrismo puro y duro. Garaje, rock, psicodelia, surf y muchas influencias bien digeridas, servido todo con actitud punk. Son divertidos, la producción es impecable y en directo tienen que ser una bomba. Intentaré verlos pronto. El rock en catalán está viviendo un momento dulce (nunca antes, pese a lo que nos quisieron hacer creer y – en gran parte – la gente aún cree, había habido tanta calidad, imaginación y propuestas interesantes) y hacía falta un grupo “políticamente no tan correcto” para completar el conjunto. Entendedme... a mí también me gustan los Manel, me lo paso muy bien con Antonia Font, me gusta todo lo que toca Refree, la propuesta de “El Petit de Cal Eril” me parece muy interesante... pero necesitaba algo más visceral, algo más de esa “rauxa” que también nos caracteriza.

Pero yo ayer fui al Fnac con la intención de comprarme otro disco: “All days are Nights: Songs for Lulu” de Rufus Wainwright que ahora mismo está acompañándome mientras escribo.
En él, fuertemente influenciado por la muerte de su madre, Wainwright huye de los barrocos arreglos con los que adornó su último disco y nos ofrece canciones solamente vestidas con su virtuosismo vocal y su habilidad al piano. Es el Rufus que hemos podido ver en sus conciertos de festival, ese Rufus que se sienta al piano y, entre broma y broma, con una facilidad que asusta, ofrece temas de una belleza arrebatadora. “All days are Nights”: Songs for Lulu” es un disco oscuro, los paisajes de luz que alternaban con la oscuridad en anteriores discos de Wainwright se han difuminado y los temas exhalan tristeza, una bella derrota, un dulce desencanto. Es esa oscuridad lo que no lo hace un disco fácil. Sin ser su mejor disco (para mí lo es su Want Two), es un trabajo interesante que no debería pasar desapercibido.

Y acabo con una serie. He acabado de ver la quinta y última temporada “The Wire” y hace tiempo que quería dedicarle un pequeño espacio para intentar corresponder a los buenos momentos que me ha hecho pasar. The Wire es una serie policíaca escrita por David Simon. Centrada en la ciudad de Baltimore, The Wire ofrece una visión realista del trabajo policial. Pero una de sus virtudes es que, a diferencia de la mayoría de las series, no enseña el trabajo policial en una pecera estanca sino que, gracias a multitud de puntos de vista, nos ofrece una visión global de la vida en Baltimore. El tráfico de drogas, la política, la burocracia policial, la prensa, el contrabando de mercancías, la enseñanza, los grandes acontecimientos y las pequeñas historias de cada día... todo se mezcla para acabar ofreciendo un conjunto memorable. Lo que en CSI se merendarían en 10 minutos, aquí tardan 60 episodios repartidos en 5 temporadas gigantes en ofrecerlo. Eso si, cocinado con gran maestría. Otro de los aciertos de The Wire es su galería de personajes. Algunos grandes, otros malvados, en ocasiones ruines, obsesionados, perdidos, desalmados, tiernos, entrañables... alguno – dejado fuera por algún giro argumental - desparece para volver a aparecer en una escena dos temporadas después... pero todo el conjunto tiene una gran coherencia. Una gran serie que nos recuerda que la realidad no es plana y que siempre tiene más de una cara.

Y hoy, además, es viernes.

21 abril 2010

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 21 de abril de 2010


Desde hace años, María José, mi madre y mi hermana celebran su cumpleaños juntas. Este año han cumplido 142 y lo celebramos el domingo con una comida en el restaurante de la acera de enfrente (de casa de mis padres). Con Cesc, Hernán y mi padre, somos siete a la mesa. Guardamos el pastel y los regalos para hacerlos en casa.

La llegada del tiempo primaveral nos permite empezar a disfrutar del patio de Graceland. Estos días de sol hemos empezado a utilizarlo más y ayer, por fin, llegó la primera comida al aire libre de la temporada. Para las cenas y los desayunos todavía tendremos que esperar un poco.

Y ayer también, fieles a nuestra cita mensual, nos encontramos con Albert, Esther, Marta y Joan María en El Peixet. El Peixet es uno de estos restaurantes en los que escoges el pescado como si estuvieras en el mercado y te lo preparan al momento. Comimos bien, hicimos planes y reímos mucho. Al final la cuenta nos sorprendió gratamente, volveremos seguro.

He leído “The Beats” de Harvey Pekar y Paul Buhle y no me ha gustado.
Demasiado fiel a la biografía de los personajes, es interesante para conocer la vida de los miembros de la “Generación Beat”, pero aburrido y falto de imaginación. Este tipo de cómic biográfico me aburre, sobretodo porque no suele aportar nada nuevo. Y eso precisamente es lo malo de “The Beats” que pese a su valor documental, no logra ir más allá de ser una biografía ilustrada. Utilizar la novela gráfica para documentar la historia me parece una opción igual de valida que utilizar sólo texto. Pero para hacerlo bien hay que utilizar las posibilidades del lenguaje del cómic y no limitarse a poner dibujos a un texto. Una lástima.

17 abril 2010

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 16 de abril de 2010


Después de varios intentos, consigo que Jordi P se venga de fiesta a mi pueblo. Nos encontramos en El Casino para hacer una cervecita antes de ir a cenar. He reservado mesa en el 25 Roselles (Roselles, 25 L’Hospitalet de Llobregat). Hacía tiempo que, pese a no tener demasiadas referencias, tenía ganas de probarlo. El local tiene algo de desangelado quizá porque hoy está muy vacío, la música – una versión occidentalizada de la banda sonora de un restaurante chino – tampoco ayuda, ¿Me habré equivocado? Por suerte, una vez sentados a la mesa, todo empieza a mejorar. Servicio atento y profesional, una caña de cortesía mientras miramos la carta, algo para picar (unas patatas chips con brandada de bacalao que entraban por la vista)...
Cocina de mercado con un ligero toque de creación (en los platos que escogimos no demasiado), raciones muy generosas (no hubo sitio para postres), un steack tartare preparado junto a la mesa por el maitre (últimamente y por desgracia, suelen aparecer de la cocina ya preparados) tan abundante como delicioso. Comemos muy bien y pagamos unos 35 por persona. Volveré.

Sólo tenemos que cruzar la calle para tomar la primera copa (serán dos) en el L’Oncle Jack. L’Oncle Jack es una delicia. Cuando entramos un grupo está acabando su actuación. Nos tomamos un Jack Daniel’s helado (de consumo casi obligado aquí) y continuamos con cerveza ya que la noche se presume larga.

No tenemos que desplazarnos demasiado para llegar al siguiente bar. El Deposito Legal es un clásico. Celebramos sus 25 años con una cerveza y con la dosis habitual de buena música.

La última parada es el Dubliners, un bar irlandés que nos permite continuar la larga conversación que hemos empezado – hace ya casi 5 horas – en el Casino. Vuelta a casa. Ha sido una gran noche.

Llevo dos días escuchando el disco de Nacho Umbert & La Compañía. nacho umbert & la compañia, ay...
Hace 15 años Acuarela publicó “Adiós” el único disco de Paperhouse. Nacho Umbert era el cantante del grupo y el compositor de la mayoría de los temas. Y le perdí la pista (no sé si ha publicado algo en estos 15 años)... hasta ahora. Su nuevo disco, “Ay...”, me ha gustado mucho. Pop intimista, arreglos impresionantes (la mano de Refree está tras ellos), buenas letras y una sensibilidad hiriente. El debut – si puede llamársele así – de Umbert roza el sobresaliente. Uno de los mejores álbumes que he escuchado últimamente, dejo enlace con su myspace para que lo podáis descubrir también vosotros.

14 abril 2010

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 14 de abril de 2010

Ayer fuimos a casa de Esther y Albert para recoger la mesa – y sus correspondientes sillas - que nos han regalado. Llevarlas hasta el patio de Graceland, con nuestros limitados medios de transporte, no era tarea fácil. Por suerte Joan María y Marta nos ofrecieron su coche y su fuerza bruta para facilitarnos el transporte. Fomentando ese lado oscuro de María José (ese que empieza por Di y acaba por ogenes) junto con las sillas y la mesa, acabaron en casa unas extrañas pancartas y otros objetos de difícil clasificación. Gracias por todo, la mesa ya luce en el patio esperando la primera ocasión para ser rodeada de amigos.

Hoy ha sonado pronto el despertador. Un canguro tempranero nos reclamaba. Por suerte nos lo han puesto muy fácil y vestir y darle el desayuno a Leo ha sido divertido. Después lo hemos acompañado hasta el cole y lo hemos dejado con sus compis de clase. Una mañana diferente y divertida. Vuelta a casa y a la normalidad.

Estos últimos días no estoy haciendo demasiadas cosas. Después de el sol del fin de semana, ha vuelto la lluvia. Aprovecho para entregarme a la última temporada de The Wire y para ocuparme de proyectos que últimamente había dejado algo olvidados.

Ahora en casa suena Intonarumore.
El último disco de Parade es un doble CD donde repasa su larga carrera musical. Antonio Galvany nos ha acompañado en nuestros viajes durante muchos años y ahora, con estas nuevas versiones de algunos de los temas que tantas veces hemos cantado, nos garantiza nuevos viajes acompañados de “Radiante estrella brillante Smith”, “Serpentina” o “Niño Zombie”. Además el conjunto está perlado de joyas como la versión que hace de “Como un aviador” de Family o esa explosión de pop intemporal que es “¿Qué nos pasó?” de La Casa Azul. Una buena manera de descubrir en ese universo paralelo que es el pop sin complejos de Parade.

“Del abrigo viejo, y la espalda alada
esa selenita no me importa nada....
no me importada nada, pero yo la quiero
con su espada alada y su abrigo viejo...”

Parade. Serpentina.

12 abril 2010

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 11 de abril de 2010


Viernes. Espero a María José en la plaza que hay delante de su trabajo. Hace sol y es hora de comer. Con la moto nos acercamos a Gracia. En el Ugarit Verdi (Verdi 11, Barcelona. Teléfono: 932178622) Firass nos recibe con una de sus enormes sonrisas y nos hace sentir como en casa. La comida – deliciosa, como siempre – y los muchos detalles que, desde hace ya mucho tiempo, tienen con nosotros también ayudan. Ha empezado el fin de semana.

Sábado. Hace sol y apetece aprovecharlo. Paseamos por el centro de l’Hospitalet con Cass y paramos para tomar algo en Ca Les Noies. Cada vez más presente en los bares de Barcelona, la Moritz Epidor es una buena alternativa a la Voll Damm.

Como el domingo es el cumpleaños de María José y como ambos somos algo impacientes, decidimos adelantar el regalo unas horas. Mientras María José empieza a jugar con su nuevo juguete, yo me preparo para ver el Madrid – Barça. Proyector, pizza y muchos nervios... pero al final el resultado compensa el sufrimiento de un partido intenso. No se ha jugado bonito pero se ha ganado y, a estas alturas de la temporada, eso es suficiente.

Domingo. Hoy es un día especial y, desde el primer minuto, hacemos todo lo posible para que lo sea. Muchas llamadas, mensajes y felicitaciones de amigos también hacen el día bonito. Un largo aperitivo con amigos (con Víctor, Laura, Jordi P., María, Carol, Quim y Noa en el Casino del Centre, en el Celler 1912 y – otra vez – en el Casino del Centre, mucho sol, temperatura primaveral, tapas buenas y tapas flojas) también nos acompaña en la celebración. Sólo qeda un rato para la siesta y un poco de tele. Muchas gracias a todos, María José está muy contenta.

10 abril 2010

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 10 de abril de 2010


Hace un par de días veíamos, en un episodio de la segunda temporada de Mad Men, a Don (Jon Hamm) y Betty (January Jones) Draper en la sala de estar de su casa.
En el tocadiscos sonaba una canción que Betty bailaba cuando estaba en el instituto. Han pasado más de diez años, pero la canción sigue ahí, casi inmutable, mezclando cierta nostalgia con una cierta actualidad.
La escena me hizo pensar en la velocidad a la que consumimos bienes culturales actualmente, una velocidad que no tiene nada que ver con el ritmo que nos presenta la serie y que está muy lejos de la manera en la que los consumíamos hace sólo 10 años.

Antes un disco, un libro, una exposición e incluso una revista, tenían un tiempo de digestión largo. Desde que aparecían hasta que dejaban de ser “novedades” podían pasar años. Ahora el número de “inputs” que recibimos es brutal. Voy a centrarme en mí:

En mi mesa (es metafórico porque realmente están en la estantería debido a que no me puedo permitir reservarles un espacio en mi mesa) se acumulan un montón de libros que quiero leer. Actualmente hay 12 (14 si contamos los dos en inglés que también me esperan): Cheever, Casavella, Ford, McCarty, Welsh... pero estos son únicamente los que poseo. La lista de libros que quiero leer (existe) ocupa varias páginas (escritas con letra minúscula) de mi agenda.
Con la música ocurre otro tanto. Compro menos música que hace 10 años pero mi consumo se ha multiplicado por 100. Descargas, discos gratuitos insertos en revistas, myspaces, webs online que ofrecen música... no tengo tiempo para escucharlo todo y, a la vez, prestar atención a todo lo que me gusta – que por suerte o por desgracia, es mucho. Con los conciertos ocurre lo mismo. Antes íbamos incluso a conciertos de bandas que no nos volvían locos. Ahora es imposible atender a toda la oferta sólo escogiendo tus grupos favoritos.
En mi mesa se acumulan (esta vez no es metafórico) suplementos culturales llenos de nuevas pistas a los que dedicaré – o no – parte de mi tiempo, revistas que – con suerte – tendré tiempo de ojear y folletos de todo tipo que he cogido en algún bar de madrugada con la intención de dedicarles unos minutos (seguramente no lo haré e irán a la bolsa de reciclaje directamente).
No llego a todas las exposiciones (pese a que tengo tiempo), intento estar al día de los cómics que aparecen pero me es imposible, se me escapan obras de teatro que quería ver, no tengo tiempo para jugar a todos los juegos que me han regalado o he comprado en un exceso de confianza temporal y he renunciado al cine. El tiempo que le dedicaba ha sido ocupado por una pasión a las series (cuyas temporadas se acumulan en mi disco duro y en dvd’s que poco a poco van cogiendo polvo a la espera de que llegue su momento.

Y además está la red. Un mundo inacabable en el que sabes cuando entras pero donde vas a llegar y cuando vas a salir. Un universo inacabable.

No sé si es demasiada información. No sé si lo de antes era mejor o peor. Es lo que nos ha tocado vivir. Disfrutémoslo y, aunque yo lo haya hecho hoy, no nos agobiemos pensando que no llegamos a todo.

09 abril 2010

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 09 de abril de 2010


Jueves. Bajo hasta las Ramblas para que me expliquen mejor la movida que Ryoji Ikeda está preparando para, el día 17 de junio, inaugurar el Sónar y el Grec con una instalación que promete ser espectacular.

Aprovecho para visitar la exposición “Guía Secreta de la Rambla” en el Palau de la Virreina (La Rambla, 99 Barcelona). La exposición toma prestado el nombre de un libro de José María Carandell: “Guía secreta de Barcelona”. Hace años heredé una edición del 74 de ese libro y, desde entonces, lo he utilizado para guiar algunos de mis paseos por la ciudad en busca de los rastros de esa Barcelona que el progreso se ha ido llevando para bien (en la mayoría de ocasiones) o para mal. Muchos de los rincones que el libro revela han desaparecido para siempre, otros – por increíble que parezca – siguen inmutables en ese anacronismo que crece año tras año.
Pero volvamos a la exposición que me pareció floja y preparada con prisas. El material que existe sobre el paseo más retratado de Catalunya debe tener unas dimensiones gigantes. Es por eso que ver una muestra en la que encuentras a faltar mucho, decepciona. Sobran videos demasiado cercanos y faltan más paseos por esa Rambla que tantas nostalgias despierta a los que la hemos vivido: la importancia de esos quioscos que nunca cerraban, los personajes que la llenaron de carácter (la Moños, el Sheriff), los limpiabotas, los trileros, las increíbles fotos de artistas y boxeadores, las tertulias infinitas junto a Canaletas, los alquileres de sillas... parece que alguien se ha vuelto a embolsar una (no se si grande o pequeña) bolsa de dinero público por una tarea de aliño.

También decepciona el espacio dedicado a la obra de Xavier Miserachs. Sus fotos, en un formato inferior al que podemos disfrutar en la “Barcelona en Blanco y Negro” que revisita, se agolpan en un espacio que - lejos de hacerlas brillar – las aplasta y les resta interés. Quizá si hubiera acudido provisto de lupa la hubiera disfrutado más.

La única alegría es la exposición dedicada a “Ocaña” un personaje mítico que forma parte de la historia de la Rambla, del que siempre había leído y oído hablar, pero que seguía resultando un desconocido para mí (en 1983, cuando murió, yo sólo tenía 14 años y mis incursiones en la Barcelona más canalla eran inexistentes). La muestra nos presenta muchas de las facetas del artista: sus cuadros, sus performances, sus actuaciones... pero sobretodo nos lo muestra como un dinamizador cultural que supo sacar colores a la gris España de la transición. Volveré porque el material que contiene la exposición es impagable.

Las tres exposiciones están abiertas hasta el día 24 de mayo y son gratuitas.



Estos días he estado leyendo “Black Hole” de Charles Burns.black hole, charles burns
Hacía tiempo que lo tenía pendiente y, al verlo en la biblioteca del cole, decidí que había llegado el momento de leerlo. Es difícil explicar como Charles Burns capta y reproduce – con una sensibilidad que hiere – el desconcierto, la soledad, la desesperanza, la necesidad de absolutos y la extrañeza que conlleva ese momento – más o menos largo, más o menos doloroso – en el que dejamos de ser niños y aún no somos adultos (permitidme que no lo llame adolescencia, creo que es demasiado restrictivo y vinculado sólo a unos cambios físicos que también están presentes en la obra de Burns pero que no son, ni mucho menos, los motores principales del drama). Lo que sorprende de “Black Hole” es la multitud de lecturas que permite. Es un espejo roto que devuelve imágenes distintas de una misma realidad. El dibujo de Charles Burns – tan brillante como aterrador – no hace sino aumentar la sensación de desazón, de desasosiego que nos atrapa desde la primera viñeta. “Black Hole” (en España “Agujero Negro”) es un imprescindible, un clásico contemporáneo que no debes perderte.

Y mientras escribo todo esto – si has llegado hasta aquí tienes aguante, gracias – suena el “Keep an Eye in the Sky” keep an eye in the sky, big star
de Big Star, un recopilatorio que nos permite revisitar la obra de una de las bandas pop más grandes y extrañamente desconocida para el gran público. Alex Chilton (cantante y compositor de muchos de los temas) murió el mes pasado. Este recopilatorio (cuatro CD’s con 96 canciones) es una de las mejores maneras de disfrutar de su obra.

Y, además, hoy es viernes.
Feliz fin de semana.

07 abril 2010

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 07 de abril de 2010


douglas preston lincoln child, la danza del cementerio
Me gustan los best sellers que no engañan, los que ofrecen entretenimiento puro y duro sin pretensiones y sin esconderse. Por eso me gustan mucho los libros que escriben, a cuatro manos, Douglas Preston y Lincoln Child. “La Danza del Cementerio” es la última entrega de la serie protagonizada por el agente Aloysius X.L. Pendergast y, aunque creo que la serie ha vivido tiempos mejores (de hecho, infinitamente mejores), entretiene y divierte. Seguiré esperando sus libros mientras espero que la serie recupere el nivel exhibido en “Los Asesinatos de Manhattan”, el primero que leí (es el tercero de la serie) y el que me descubrió a sus autores.

06 abril 2010

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 06 de abril de 2010


Lunes. De nuevo en la cocina. Vienen a comer Jordi R. y Nuria.
Ayer decidimos adaptar el formato de una receta de Lazy Blog. La receta es muy buena y no hay que tocar nada para que salga un plato espectacular, pero quisimos probar a hacer raciones individuales utilizando vasos de zurito de molde. Y el resultado fue unos pequeñas – realmente no tan pequeñas – raciones de tarrina de salmón con aguacate y salmón. Completamos el menú con un pica pica y cordero al horno. Hubo aciertos, algún error y mucha comida. Por la noche se pagó el exceso.
Horas de conversación y bromas, mucha comida y mucha bebida. Se acaban las vacaciones y volvemos a la realidad.

05 abril 2010

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 5 de abril de 2010


Pese a las lluvias de la noche y la tormenta de la tarde, ayer hicimos la primera barbacoa de la temporada en Graceland acompañados de Jordi P. y María. Olor a humo, carne y verduras a la parrilla y alcohol abundante para aprovechar una tregua entre lluvias.

Por la noche, después de una larguísima y reparadora siesta, vemos “El Sol del Membrillo” de Víctor Erice. Hace años que la “cogí prestada” de la videoteca de mi padre y siempre encontrábamos excusas para aplazar su visionado y, ayer, sin tenerlo pensado de antemano se nos ocurrió verla.
No entiendo el largo ostracismo al que la hemos sometido ya que siempre he sido un fan convencido de la obra de Erice. Todavía recuerdo la primera vez que vi “El Espíritu de la Colmena” – creo que fue en “La Clave” pero podría estar equivocado -, era un niño pero su magia me atrapó para siempre. La he vuelto a ver de adulto y sigue pareciéndome una maravilla. Después – casi 10 años después – llegó “El Sur”, otro peliculón de aquellos que, con un solo visionado, te acompaña ya para siempre. De nuevo pasó casi una década de espera – que para mí se ha convertido en casi tres – y apareció “El Sol del Membrillo”, una película sobre el pintor español Antonio López. Siempre me ha gustado la obra de Antonio López casi tanto como la de Víctor Erice. Quizás por eso, por miedo a decepcionarme o quizás a aburrirme, he aplazado tanto el visionado de “El Sol del Membrillo”.
Y, ayer, por fin la vimos. Y la disfrutamos, y la comentamos sin parar, y nos seguirá provocando conversaciones y pensaremos mucho en ella.

04 abril 2010

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 04 de abril de 2010


La caja 210, después de casi 5 años de convivencia y vida inútil, nos ha dejado. Los cuadros que han vivido en su interior, ahora decoran las hasta ahora inmaculadas – si obviamos las señales que Cass deja a su paso – paredes de Graceland. Mi rincón, al que María José dedicó ayer mucho tiempo, es ahora todavía mejor. Un relieve dorado de Naranjito, una par de tallas de madera de María José (un angelito y una peana sobre la que ahora descansa - mientras no llega el Santo para el que fue hecha - una botella de Africola), un grabado de Goya que compramos hace muchos años en Fuendetodos, un dibujo que Luis nos regaló para nuesta casa en Barcelona, un cuadro que María José hizo para mí... pequeñas cosas que me hacen más feliz.
Abrir una caja de mudanza años después, es como hacer un pequeño viaje en el tiempo. Empiezas desenvolviendo el objeto y los recuerdos asociados a él emergen a la vez que este sale de la oscuridad. Incluso el envoltorio – normalmente el periódico del día que lo utilizaste – te recuerda a un tiempo pasado o, como mínimo, a esa mudanza que aunó nostalgias y esperanzas.
Aún quedan dos o tres cajas en el trastero cuyo interior no ha visto la luz en el último lustro – y es probable que tarden otro en ser abiertas – ya que los objetos que contienen perdieron su utilidad hace ya mucho y sólo tienen valor sentimental. La mudanza todavía no ha acabado.

Siempre es bueno repasar los clásicos. will eisner, new york the big city
Y si hablamos de Cómic Will Eisner es uno de los más grandes. “New York The Big City” es, como la mayoría de sus obras, una maravilla. Eisner sabe como encerrar la vida de la ciudad en pequeñas historias. Son las tristezas y las alegrías de los habitantes de la ciudad las que escriben la historia no escrita de las grandes urbes, esa historia que todas las ciudades comparten y que nunca aparece en los libros. Pequeños retazos de vida que te hacen reír o te aprietan el corazón, dibujo impecable y guión fabuloso... Eisner en estado puro.

03 abril 2010

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 3 de abril de 2010


Las vacaciones siempre son un buen momento para leer. Aprovecho para acabar “El Día D. La Batalla de Normandía” de Antony Beevor. antony beevor, el día D
Sin dejar de lado los grandes movimientos tácticos, las grandes batallas y los hechos determinantes que influyeron determinantemente en como es nuestro mundo ahora, Beevor vuelve a construir un puzzle en el que las pequeñas historias cotidianas conviven con las trascendentes decisiones políticas para acabar trazando un cuadro global muy completo. En los libros de Beevor hay mucho trabajo de archivo, de entrevistas, de búsqueda del detalle... y es eso lo que los hace tan interesantes. Las luchas de egos entre las estrellas de los diferentes ejércitos, sus grandes errores y sus - pocos – aciertos, se mezclan con los sufrimientos de los soldados rasos y con los padecimientos – hasta ahora obviados por la historiografía – de la sociedad civil normanda que pagó con sangre la liberación de Francia.

Ahora necesito algo más asequible (los libros de Beevor lo son pero requieren cierto esfuerzo – 659 páginas con casi 70 más de notas y referencias bibliográficas - ) y menos sangriento. La última entrega de Douglas Preston y Lincoln Child, “La Danza del Cementerio”, servirá.

02 abril 2010

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 2 de abril de 2010


Jueves. Celebramos el principio de las vacaciones de Semana Santa (irónico que utilice el plural) con un paseo por el centro de Barcelona. Callejeo, tiendas y locales interesantes, conversación amena, alguna compra de capricho y alguna necesaria. Para cenar María José a reservado mesa en El Mundial ( Plaça Sant Agustí Vell, 1 Barcelona. Teléfono: 93 3199056). Hace unos años solíamos cenar en él con los amigos pero, en algún momento, hubo un cierto desencanto que nos alejó de él. Ahora hemos vuelto animados por Andrés que trabaja en la cocina. Dejaremos el menú en sus manos ya que nos dice que hay algunas novedades en la carta.
Empezamos con una novedad: unas chips de berenjena con queso de cabra y miel (deliciosas y muy viciosas), continuamos con clásicos: un variado de plancha (navajas, almejas, berberechos, mejillones y tallarinas) y unas gambas al ajillo impresionantes. Después Andrés nos vuelve a sorprender con una piruleta de langostino (rebozado y con una salsa agridulce ligeramente picante) y con un pincho en tempura (con verduras y gamba). Estamos casi al límite de nuestras fuerzas cuando aparece una de las novedades de la carta: solomillo con foie y mermelada de frutos rojos (cortadito en tacos, ideal para compartir y impresionantemente bueno).

Rematamos, ya por vicio, con un coulant de chocolate y unos cafés.
La cena no podía ser mejor. Los clásicos que nunca fallan (basados sobre todo en el producto) se unen a las nuevas propuestas más elaboradas. La mezcla me gusta. El ambiente sigue siendo el de los últimos años: ruidoso, encantador y popular pero sin el añadido de “pintoresco” que perdió al convertirse en restaurante y cerrarse un poco al barrio.
Nos despedimos de Andrés (creo que sin darle suficientemente las gracias por lo bien que hemos cenado y lo amables que han sido con nosotros) y salimos tan contentos que, paseando, paseando, llegamos – mucho después – a Graceland.

Viernes. Día de sol en el patio de Graceland, de arreglos pendientes, de series y de siestas. A mediodía, después de un aperitivo, nos acercamos para conocer a Sira que acaba de nacer (cruzando una ciudad tan desierta que da un poco de yuyu) y después continuamos con nuestra rutina vacacional.

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 1 de abril de 2010


Dejar las cosas para el último momento es un error en el que todos solemos caer. Con las exposiciones suele ser habitual pese a las incomodidades que conlleva: largas colas, visita apretada, ruido... Por esa razón – y viendo que el plazo se acortaba a pasos agigantados – me decidí a subir hasta el MNAC para ver “Convidats d’Honor”, una muestra conmemorativa para celebrar el 75 aniversario del Museu Nacional d’Art de Catalunya.
La exposición reúne una selección de obras representativas del arte catalán que no están presentes en la colección del museo. Y visitarla – sólo hasta el día 11 de abril – vale la pena.
Desde el románico al siglo XX, hay un poco de todo y mucho es bueno. El arte es muy subjetivo y cada uno tiene sus favoritos. Un solo cuadro puede justificarnos la visita a una exposición. En mi caso las acuarelas de Fortuny y Tapiró o un Nonell ya me harían feliz por si solos. Si además las acompañas de nombres como Sunyer, Ribalta, Dalí, Miró, Gaudí, Casas, Gargallo, Mir, Picasso... la visita se convierte en más imprescindible. Además siempre hay descubrimientos: no conocía a Pedro Fernández y los cuadros expuestos me impactaron por su modernidad.

Os dejo un video resumen de la exposición y os recuerdo que la exposición es gratuita. No esperéis hasta el último día.

Els Convidats d'honor from MNAC on Vimeo.


De vuelta a casa paro en el CaixaFòrum para ver “Objetos desclasificados”. La muestra recoge obras de la colección de Arte Contemporáneo de la Fundación “La Caixa” que tienen en común el uso de objetos cotidianos descontextualizados. Diversión, reflexión, y una estética entre el pop-art y el minimal. Repetiré con María José, seguro que nos da para largas conversaciones.