31 enero 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 31 de enero de 2004


Jueves. Cena de despedida (mañana nueve de nosotros nos vamos a la calle) con los compañeros de trabajo en el Tirititran. También nos acompañan, ha sido una casualidad, compañeros que marcharon hace un mes. Nos ponemos como cerdos - todo está buenísimo - y nos divertimos mucho. Es justo lo que necesitábamos para restarle un poco de dureza a la situación que viviremos mañana. Después, llenos de flamenco y afectados por un vino excesivamente malo, copas en el Luz de Gas. Siguiendo una tradición no escrita, pero que está en la mente de todos, desaparezco sin avisar y vuelvo a casa.

Viernes. Se acabó. Por primera vez en muchos años, el lunes no tengo ningún tipo de obligación y pasaré a engrosar las filas de la empresa más grande de este país. La sensación es extraña y totalmente nueva para mí.
El momento de la despedida, sobretodo de los compañeros que se quedan (y que son los que lo están pasando peor), es muy emotivo: han sido tres años fantásticos a nivel personal y eso se nota en los abrazos, en las lágrimas y en todo lo que no se dice.

Sábado. Desayuno con María José y el Maestro - que el lunes cumple 75 años - en un bar de la calle Amargós. El Maestro es el profesor de talla de María José, se llama Mariano y es un tipo genial. Hablar con él, pese a su edad, no es hablar con un viejo. Mariano sigue siendo un chaval, un pillo del barrio.
María José tiene que hacer cosas por el barrio y aprovecho para meterme en un cyber. Tengo un mensaje de Roger, lo leo y - el muy cabrón - me hace llorar. Solo, en el Bbigg de la calle Condal, y con lagrimones de cocodrilo... cuando lo coja por banda se va a enterar.

29 enero 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 28 de enero de 2004


Días de trabajo, los últimos en esta empresa que me exprime. El viernes, “Muñequito 2” –uno de los muchos títeres del siniestro “señor de las marionetas”- nos comunicará, como en un mal anuncio de Coca-cola, que estamos en la calle.

Tengo, pues, poco que explicar. El martes rompo la rutina gracias a una cena con María José, Albert y Esther en el Tantarantana. Por unos momentos vivo en fin de semana, el tiempo se alarga y parece que al día siguiente también será fiesta. Al llegar a casa me espera una botella de orujo de la abuela de Rafa que Rafa ha tenido a bien dejar esta tarde en casa. Tengo el abastecimiento cubierto durante los próximos meses.

26 enero 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 26 de enero de 2004


Empieza una nueva semana laboral, probablemente (todavía no he recibido ningún tipo de notificación) la última en mi actual trabajo. Pero hoy no tengo que ir, aprovecharé para ordenar mis papeles.

Desayuno con María José y dedico la mañana a hacer cosas que tenía pendientes por el barrio. Después, en la sala de exposiciones de Círculo de Lectores (c/ Princesa), visito la exposición del fotógrafo Michael Yamashita “Marco Polo. El viaje prodigioso”. Las fotografías, hechas a lo largo de la ruta que siguió Marco Polo en su largo viaje, son muy buenas... el viaje también debe serlo. Sorprenden las fotografías de Irak antes de la guerra y sobrecoge especialmente una fotografía de la ciudad iraní de Bam antes del terremoto que la ha destruido. Gente y paisajes muy alejados de nuestra realidad, que tendemos a considerar única, donde el tiempo parece haberse detenido durante los últimos siglos.
Vuelvo a casa y leo El País mientras como unas patatas fritas con jalapeños como aperitivo.

Por la tarde dedico horas de concienzudo estudio al “Puzzle de Bowling”, juego de Nihom System del 99 que descubrí la pasada semana entre los miles emulados por Mame. Tras los pasos del grandioso “Puzzle de Pon” es un juego difícil y requiere de toda mi concentración – que en estos temas no es poca-. Poco a poco avanzo en mi búsqueda del saber.

Aún queda día por delante. Voy a la cocina a ver si sale algo positivo para cenar esta noche.

25 enero 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 25 de enero de 2004


Una de las cosas malas de vivir en pareja es que las enfermedades, si son contagiosas, se viven dos veces. He contagiado mi extraña enfermedad a María José y hemos tenido que cancelar nuestros planes para el fin de semana (esa soñada paella al sol se ha convertido en un arrocito hervido entre mantas y termómetros).
Antes tuvimos tiempo de dar un fabuloso paseo por el barrio (hablando, riendo, haciendo fotos con la nueva Lomo de María José) y de ver un par de películas en el Imax. Es la primera vez que he ido al Imax y, seguramente, será la última. Una vez vista la gracia (la pantalla es muy grande y si te pones unas gafas no precisamente favorecedoras ves las cosas en tres dimensiones), no creo que pueda soportar más documentales con “guiones” penosos. Vimos dos reportajes cuya única gracia era el sistema de proyección (se llamaban “Australia” y “Los secretos del Titánic”), el segundo, el del Titánic, roza lo esperpéntico por su falta de contenido. El presunto clímax del reportaje es el rescate por parte de un robot submarino no tripulado de otro robot submarino no tripulado... fascinante y en 3D.
Ahora tengo que ir al trabajo. María José está mejor.

23 enero 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 23 de enero de 2004


Miércoles. Me levanto tarde, desayuno con María José y, cuando ella se va a trabajar, repaso mi agenda del día:
Actos lúdicos programados................ 0 (tendré que improvisar)
Obligaciones..................................... 1 (el maldito video)

Resuelto a solucionar primero las obligaciones salgo a la calle con el video en una bolsa (hay quien saca a pasear un perro, yo llevo dos días paseando el video por media Barcelona). Naturalmente el nuevo servicio técnico oficial también está en el culo del mundo (en otro culo del mundo). Junto a la tienda hay una tienda de productos del Bierzo que recibirá mi visita el día que lo pase a recoger.
Una vez liberado del peso de las obligaciones me lanzo a disfrutar del día. Por esas extrañas casualidades –es lo que tiene trabajar improvisando- acabo en el MNAC que acaba de prorrogar la exposición dedicada a Marià Fortuny (hasta el 15 de febrero).
Creía que conocía la obra de Fortuny pero tengo que reconocer que me equivocaba, es mucho más rica e interesante de lo que yo creía. La luminosidad de sus óleos y, sobretodo, de sus acuarelas es realmente impresionante. La exposición está muy bien organizada y presenta 137 obras procedentes de museos y colecciones particulares de todo el mundo. Me lo paso genial..
Al salir aprovecho para visitar una exposición sobre el diseño de la marca de productos cosméticos Mirurgia (bastante floja) y repaso la impresionante colección de arte románico del museo.

Bajo paseando por Montjuïc y paro en el Caixa Forum. Allí, una vez esquivadas –sin sufrir ningún percance físico- las bolas metálicas de Jeppe Hein en el vestíbulo, visito la exposición “Arte portugués y español de los 90”. Como siempre que visito una muestra de arte contemporáneo hay obras que me gustan mucho y otras que me parecen una tomadura de pelo. Hoy me han gustado las obras de Rui Toscano y Francisco Queirós, dos portugueses cuya obra no conocía y que utilizan el video de una manera creativa e inteligente.

Al salir es ya hora de comer pero no tengo demasiada hambre. Decido ir al cine y, después de dudar un poco, me decido por “Te doy mis ojos”. La película es mejor de lo que me esperaba. Tratar el tema de los maltratos domésticos sin caer en tópicos y en recursos fáciles es difícil pero Iciar Bollain lo consigue con seriedad y sin concesiones. Le ayudan las sensacionales interpretaciones de Laia Marull, Luis Tosar y Candela Peña... y de una Rosa María Sarda que se los come a todos en cada escena en la que aparece. Una gran película.
Salgo del cine tocado, no es una película fácil... pero también salgo tocado físicamente. Llego a casa con malestar y fiebre... termómetro... 39 grados... enfermedad.

Jueves... enfermedad... no voy a trabajar. Al final del día estoy mejor. Veo The Ring, si suena el teléfono ahora... me muero de miedo.

21 enero 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 20 de enero de 2003


Me despido con tristeza de Samuel Pepys. Su diario, que dejó de escribir por crecientes problemas de vista, ha sido una ventana abierta a la cotidianidad de la Inglaterra del siglo XVII y he seguido sus andanzas con mucho interés. La interrupción me deja con la misma sensación que tienes cuando pierdes el contacto con alguien al que aprecias. Su lugar lo ocupa ahora “El mal de Montano” de Enrique Vila-Matas.

Desayuno con María José. Hace un par de semanas que estamos sin video y decido acercarme al servicio técnico oficial que está en el culo del mundo. Cuando llego una hora después de salir de casa descubro, con desolación, que en agosto cerró. Vuelta a casa cargando con un vídeo en una bolsa y con el ánimo por los suelos. Dolor de cabeza, mi riñón que saluda... mi cuerpo se revela... espero que sólo sea un poco de cansancio.

20 enero 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 19 de enero de 2003


Me parezco a Tony Soprano... al menos en una cosa. Nuestros tíos (su tío Junior y mi tío Hernán) son físicamente como dos gotas de agua. Esto produce sentimientos encontrados cuando veo la serie y, lo que es peor, confusión cuando veo a mi tío (no me lo imagino ordenando la muerte de nadie... pero he visto como lo hacía). Todo es muy confuso.

Dedico la mañana a poner un poco de orden en casa y la tarde a intentar, sin demasiado éxito, recuperar de su estado comatoso el ordenador de mis padres. Como recompensa obtengo un “tupper” de caldo, uno de carne del caldo y uno de conejo, ya tengo la cena preparada. De vuelta a casa ceno con María José, vemos CSI Miami (un capítulo muy flojo) y a dormir.

19 enero 2004

“... y entré en Saint Dunstan, donde escuché un buen sermón. A mi lado había una bella joven, de postura modesta, cuya mano y cintura me esforcé por tocar, pero ella no quería y se alejaba más y más. Por último, percibí que sacaba alfileres de su bolsillo para pincharme si volvía a tocarla. Me abstuve, pues, contento de haber descubierto su intención.”
Samuel Pepys. Diarios 1660 - 1669


DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 18 de enero de 2004


Nos levantamos tarde y dedicamos el domingo a la lectura (sigo con creciente interés las andanzas del epicúreo Samuel Pepys) y al descanso. Cometemos el error de ver “El Patriota”, intentar no repetirlo quienes leáis estas líneas.
Por la noche damos un largo y agradable paseo. Las calles están vacías. El fin de semana ha llegado ya a su fin y la gente lo apura encerrada en sus casas. Cenamos en el Dao (P. Colom, 4 933192458), un buffet giratorio japonés. Este tipo de locales no es aconsejable para una cena romántica ya que tu vista se fija en la cinta por la que circulan los platos y es muy difícil apartarla.
Volvemos a casa caminando, un rato de lectura y a dormir. Mañana empieza la semana laboral pero yo tengo el día libre debido a mi irracional horario actual. Sigo sin noticias aunque el pescado ya está todo vendido.

18 enero 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 17 de enero de 2004


Las mañanas de los días festivos transcurren a ritmo lento. Nos levantamos, desayunamos tranquilamente escuchando la radio y después, sin prisas, nos ponemos en marcha. No hay mucho que hacer, sólo lo justo para no quedarse en pijama hasta el mediodía. Hoy la excusa para arrancar es la cena de esta noche, tenemos que comprar quesos. Paseando bajamos por la calle Montcada hasta Tot Formatges, el paraíso de los “muy queseros”. La elección es lenta ya que largas argumentaciones preceden a cada adquisición.

Cena en casa, al final somos siete sentados en la mesa: Jordi P., Emma, Rafa, Yoli, Victor, María José y yo. Cada uno ha traído parte de la comida (no tenía ganas de cocinar). Es de justicia destacar la tortilla de Victor; es la primera que hace y el resultado es más que digno. Larga sobremesa animada por Rafa, capaz de hablar durante hora y media sin parar. Rafa consigue contar cuatro y cinco historias a la vez, saltando de una a otra a un ritmo endiablado y sin concluir ninguna de ellas de manera satisfactoria.
A las 3:30 los echamos. Nos lo hemos pasado muy bien pero estamos agotados. Mañana servirá para recuperar fuerzas.

17 enero 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 16 de enero de 2004


Me levanto pronto por la mañana, desayuno con María José y – como gozo de un nuevo y extraño horario- me vuelvo a la cama; leo y dormito hasta una hora prudente.
No tengo demasiadas cosas que hacer. Me compro El País y lo leo en una terraza del Born.
Preparo la comida y espero a María José. Siesta.
Me encuentro con Quique en la Rambla Catalunya. Esta semana la galería 2nou2 ha inagurado una exposición de Anna Malagrida (Quique es un fan de esta fotógrafa barcelonesa y me quiere convertir). “Barrio Chino”, exposición colectiva de la fotógrafa y de Mathieu Pernot, me decepciona un poco. Las anteriores fotos de Anna Malagrida me habían gustado mucho, las nuevas no me interesan tanto.
Después, en un bar de Rambla Cataluña, nos ponemos al día. Su espectacular hipo de tres días de duración y las nuevas experiencias que está adquiriendo en su nuevo trabajo (entre las que destacan limpiar pezones de vaca, jugar al ping-pong o convertirse en un as del waterpolo) se convierten en los temas estrella de la tarde.
Vuelta a casa. Los sopranos (por partida doble) y a dormir.

16 enero 2004

“...Marzo, 10 (...) En verdad me abandono un poco al placer, pero considero que es algo inherente a mi edad. He notado que la mayor parte de las personas que triunfan en el mundo olvidan divertirse mientras se enriquecen. Esperan para eso redondear su fortuna, pero entonces es demasiado tarde.”
Samuel Pepys. Diarios (1660-1669)


DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 15 de enero de 2004


La agonía en el trabajo está empezando a ser como la escena final de una mala película de terror, que prolonga el clímax por falta de argumento. Sorprendentemente aún no nos han comunicado nada y ahora gozo de un horario verdaderamente inverosímil.

Estoy muy cansado, la salida nocturna de ayer pasa factura (la edad y la falta de entreno están provocando que no sea ni una sombra de lo que fui ) y convierte mi mañana laboral en un pequeño infierno. Cumplo como un valiente y vuelvo a casa durmiendo en el bus. En la puerta de casa me encuentro a María José, comemos e intentamos hacer la siesta. El próximo día descolgaremos el teléfono que no para de sonar.
Al final nos levantamos y vemos un capítulo de “Los Soprano” después de intentar ver “Días de fútbol” (nos han dejado una copia pirata que convierte el visionado en una tortura china).

15 enero 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 14 de enero de 2004


Cansado. Intento dormir por la tarde y no lo consigo.
Me encuentro con Victor y Jesús en la Plaza del angel (que se ha convertido en el punto de encuentro cada vez que quedo con Jesús porque está equidistante de nuestras casas). Cerveza en el Drop mientras esperamos a Jordi P.
Cena en La Carassa (c/Brosolí , Tel. 93 310 33 06). El lugar, mezcla entre restaurante y chatarrería, presenta una decoración harto abigarrada. Pero, pese al barroco interiorismo, La Carassa resulta un restaurante acogedor y sus fondues son espectaculares.
La poca movilidad de la que gozamos a la salida nos obliga a no alejarnos demasiado en nuestra búsqueda de bebidas espirituosas con las que reconfortar nuestro espíritu. Primera copa en la misma calle y después, sólo los valientes (o los menos prudentes), nos acercamos al Black Horse para una segunda copa que me deja en un estado lamentable.
Vuelta a casa y, nada más acostarme – o eso es lo que me parece-, suena el despertador. La jornada laboral se plantea muy dura.

14 enero 2004

“ Mayo, 13 – 1665 (...) Me pregunto cómo he podido pasar así tanto tiempo. Sin embargo, recuerdo haber tenido antes otro reloj, pero notando que resultaba una molestia, tomé la resolución de no volver a comprar ninguno más en la vida”
Samuel Pepys. Diarios (1660 – 1669)


DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 13 de enero de 2004


También a mí, el reloj de pulsera (o el de bolsillo) me parece un objeto inútil. A la larga nos provoca más dependencias que servicio. Creo que no es necesario consultar la hora constantemente. Hace ya más de dos años me liberé de su esclavitud y pese a ello sigo siendo asquerosamente puntual. La única diferéncia es que ahora no sufro durante los trayectos.

Paso la tarde en casa, descansando y esperando noticias del trabajo que, sorprendentemente, siguen sin llegar. Siesta y, ya por la noche, voy con María José a casa de mis padres. Cena familiar – también están Eli y Cesc – con sopa y calamares rellenos (deliciosos).

Vuelta a casa. Leemos hasta casi la una. Me levanto dentro de cinco horas. Seguramente será duro.

13 enero 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 12 de enero de 2004


Gracias a los diarios de Samuel Pepys vivo a caballo entre el Londrés del siglo XVII y la Barcelona del XXI. De momento no hay nada nuevo en mi situación laboral pero parece que la tormenta estallará pronto.
Llego a casa después del trabajo y me apetece cocinar. Me paso la tarde en la cocina y, por primera vez desde que me lo regalaron Yoli y Rafa, utilizo el wok. Es realmente cómodo para trabajar, creo que lo utilizaré a menudo.

12 enero 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 11 de enero de 2004


Rebajas. Me compro unos zapatos nuevos y, sin poder resistirme, me los pongo. Son muy cómodos.
Aperitivo en una terraza del Born con María José, Víctor y Laura. Hace sol y la temperatura es inusualmente alta para estas fechas. Cuando mejor estamos (cervecita, olivas, patatas y buena conversación) aparece un gafotas y se pone a tocar la flauta (la suya debe tener pilas porque suena de maravilla, la mía sigue sin querer sonar). Envidia insana corroe mi organismo (seguro que lo hace para chulear). Decido seguir practicando... algún día, tarde o temprano, consigueré que suene (lo de la música costará un poquito más).
Tarde de siestas y de películas. Se acaba el fin de semana.

11 enero 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 10 de enero de 2004 (y 2)


Después de muchas dudas camino hasta los Icaria atravesando el Parque de la Ciudadela. Como últimamente no he ido mucho al cine tengo muchas películas para elegir. Me decido por “Todo lo demás”. Está muy bien, pero estoy convencido que Woody Allen ha plagiado a Goti en la escena que da nombre a la película. La misma anécdota, protagonizada por él, ya me la había contado y, de hecho, es un clásico en la siempre interesante biografía de Goti.
Vuelvo a casa paseando y me impongo una dura sesión de sofá hasta que llega María José. Siesta.

A las 12 decidimos buscar un sitio para cenar. A pesar de la hora todo está muy lleno y en muchos sitios tendríamos que esperar para poder cenar. Al final cenamos en “Al Pasatore”. Las pizzas siguen siendo impresionantemente grandes pero están hechas sin ganas y sin ningún tipo de cuidado. Seguramente tardaremos en volver.

Vuelta a casa y a dormir.

10 enero 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 10 de enero de 2004


Hoy María José tiene una agenda de actividades lúdicas repleta. Desayunamos y nos despedimos hasta la noche. Me quedo en el ordenador escribiendo mientras escucho “Termitas y otras cosas”. El último cd de Pauline en la Playa fue uno de los regalos de reyes. Me gusta y, aunque ellas lo nieguen en las entrevistas, siguen recordándome mucho a Vainica Doble (naturalmente más actuales y algo menos imprevisibles).
Sigo la lectura de los fascinantes diarios de Samuel Pepys. Aquí tenéis un pequeño fragmento correspondiente a la entrada del 24 de abril de 1661. Hay cosas que no cambian demasiado en 343 años.

“... Al levantarme esta mañana, y después de tanta bebida, el estado de mi cabeza era lamentable. Me siento bastante molesto. Salí con Mr. Creed para beber nuestra pinta matinal, pero debí tomar chocolate a fin de reponerme el estómago. Cené con mi esposa en casa de Sir William Batten. Toda la conversación giró alrededor del buen éxito de las solemnidades de ayer. A la noche, anoté en mi diario los sucesos de estos últimos tres días. Mientras escribo, oigo el estrépito de los fuegos artificiales que están quemando junto al Támesis, en presencia del Rey. Desearía estar allí también, lamento no poder verlos. A la cama.”
Samuel Pepys. Diarios 1660-1669.

LAS CINCO DEL VIERNES

Tras dos semanas de inactividad, vuelvo a la titularidad. Aquí tenéis mis respuestas:

1) En este mismo instante me encantaría tener... planes para hoy, tendré que improvisar.
2) De pequeño mi madre siempre me decía... JesúsHernánToniJavier (así, todo junto. Mi madre siempre ha tenido problemas para relacionar los nombres de la familia con una persona determinada, por suerte somos pocos).
3) Cada vez que me miro en el espejo pienso... poco, normalmente pienso poco.
4) Quién habría imaginado que... dejaría esta pregunta sin responder...
5) La gente suele decirme que me parezco mucho a... Alex de la Iglesia (uiii que divertido!)

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 9 de enero de 2004


Desayuno con María José e intento ocupar la mañana con todo tipo de actividades en casa. Después voy al Museo de las Artes Decorativas para visitar “Somnis de paper”. La exposición está dedicada a Carlos Vives, diseñador gráfico y dibujante barcelonés, al que debemos - entre otras maravillas- el diseño de la cajetilla de los cigarrillos Ideales y del papel de fumar Smoking. La exposición es muy sencilla pero está muy bien organizada y permite ver la obra de este autor cuyo nombre no es demasiado conocido pese a que sus creaciones han sido objetos de uso cotidiano para varias generaciones de españoles. Entre las curiosidades figura una página de una revista de los años 60 y un reportaje del No-Do donde se explica que Carlos Vives era insomne (paso 53 de los 74 años de su vida sin dormir). Más tiempo que tuvo para dibujar.

08 enero 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 8 de enero de 2004


Aciagos vientos vuelven a soplar en la casa de los horrores para la que trabajo y parece ser que esta vez no podré escapar de la caza de brujas que está apunto de empezar.

Tristezas laborales al margen, tengo poco que explicar. He acabado ya el último libro de la serie Ripley y he empezado la lectura de los diarios de Samuel Pepys. Funcionario, miembro del parlamento británico, culto, buen comedor y mujeriego Samuel Pepys nos lego un diario lleno de jugosos detalles. El diario, que abarca desde 1660 a 1669, es mucho más sincero que prudente debido al extraño sistema tipográfico que empleo para escribirlo. Un retrato diferente de la inglaterra del siglo XVII y, a su manera, un claro precursor de esto que estais leyendo.

07 enero 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 7 de enero de 2004


Lunes. La noche de reyes sigue teniendo magia. María José ha conseguido, durante los últimos años, que muchos familiares y amigos colaboren con nosotros para poder –entre todos - comprar algunos juguetes para donar en alguna de las campañas que se organizan en Barcelona para que ningún niño se quede sin juguetes en una fecha tan especial. Este año pudimos comprar cuatro bicicletas y, por suerte, Sus y Alberto nos ayudaron a llevarlas. Después disfrutamos del ambiente (cada año me parece que hay más gente en la calle esta noche) y de un chocolate con churros de una calidad más que dudosa.

Dia de reyes. Celebración matutina en Alella (por suerte el madrugón se ha moderado en los últimos años) y muchos regalos (merecidos todos). Después llega el esperado chocolate “si –le-das-la-vuelta-al-vaso-no-cae-nada” de la Tieta Antonia. Naturalmente, repito.

Hemos quedado para hacer un segundo desayuno en casa de Olivia y Roberto. El proyectado desayuno se convierte en un fantástico aperitivo-comida regado con cantidades ingentes de bebidas espirituosas. Ya que se acaban las fiestas, mejor celebrarlo por todo lo alto.

Hoy vuelta a la normalidad, pero... ¿es realmente normal trabajar tantas horas al día?

05 enero 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 5 de enero de 2003


He acabado “El código Da Vinci” después de dos días sin parar de leer; como todo el mundo dice el libro es altamente adictivo (y poco más... pero yo no esperaba encontrar nada más y me lo he pasado en grande). Para recuperar fuerzas y leer más reposadamente he empezado el último libro de la serie Ripley, “Ripley en peligro”.

Ayer domingo celebramos el cumpleaños de Lidu (la madre de María José) con una comida sorpresa (con toda la familia) en el Agua.
Después de comer dimos un corto paseo por la playa y volvimos a casa. María José está engripada y yo no estoy mucho mejor. Se impuso una tarde de pijamas, pastillas y bolsas de agua caliente (en versión actualizada).
Los excesos de estos días parece que empiezan a pasar factura.

03 enero 2004

“Durante nuestra educación, se nos enseña todo tipo de materias para prepararnos para nuestra futura vida laboral. Sin embargo no existe en los actuales planes educativos una sola asignatura orientada a prepararnos para la utilización de nuestro tiempo libre. El desequilibrio es evidente. Se nos prepara únicamente para producir.” Santiago García Quintana. Pequeña Historia del Ocio. Buenos Aires 1958

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 3 de enero de 2004


Viernes. Hemos quedado con los Jordis (P, N y R) para cenar y luego hacer unas copas en el bar de Edu. Jordi P. (por oscuras razones y aludiendo a una borrachera del día 25 del mes pasado, ¡del año pasado!) se cae de la convocatoria. Cuando acabo de trabajar María José, que ya está esperando en la moto, me lleva hasta Gracia. Cenamos en el Amrit (c/Verdi – Bueno, bonito y barato) y después de perderme – como es mi costumbre – por las calles de este caótico barrio, llegamos al Puku.
En el Puku (Edu hoy está enfermo) tomamos un par de cervezas y nos retiramos. Jordi N. vuelve a Almería. Nos despedimos con la esperanza de podernos ver dentro de poco (en Almería o en Barcelona, que más da).
Al llegar a casa, aunque es muy tarde, tengo la necesidad de leer. “El código da vinci” me ha atrapado en sus redes.

Sábado. Desayuno con María José y desconecto del mundo para dedicarme a la lectura. Creo que ella se ha ido a comprar... o algo así. Sigo leyendo.

02 enero 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 2 de enero de 2004


Miércoles. Dedico las últimas horas del año a la cocina. Por la mañana comprando lo que necesito en el mercado y por la tarde cocinando para la cena de esta noche. Cena con nuestros padres (que se portan muy bien y se comen todo lo que les ponemos en el plato), campanadas y larga sobremesa... ya ha empezado un año nuevo.
Desgraciadamente me he constipado por el camino y paso el primer día del año postrado en la cama. María José me cuida.
Aprovecho para acabar “El maestro de Petersburgo” y empezar el absorbente “El código Da Vinci” de Dan Brown (María José no ha podido separarse de él los últimos tres días)

Año nuevo. No hay propósitos ni planes para este periodo de tiempo que ahora empieza (no fumo, bebo lo que me apetece, hago ejercicio cuando tengo ganas y voy aprendiendo cosas inútiles a mi ritmo).

Espero que el 2004 sea mejor, para todos, que el 2003 que acabamos de dejar.