21 enero 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 20 de enero de 2003


Me despido con tristeza de Samuel Pepys. Su diario, que dejó de escribir por crecientes problemas de vista, ha sido una ventana abierta a la cotidianidad de la Inglaterra del siglo XVII y he seguido sus andanzas con mucho interés. La interrupción me deja con la misma sensación que tienes cuando pierdes el contacto con alguien al que aprecias. Su lugar lo ocupa ahora “El mal de Montano” de Enrique Vila-Matas.

Desayuno con María José. Hace un par de semanas que estamos sin video y decido acercarme al servicio técnico oficial que está en el culo del mundo. Cuando llego una hora después de salir de casa descubro, con desolación, que en agosto cerró. Vuelta a casa cargando con un vídeo en una bolsa y con el ánimo por los suelos. Dolor de cabeza, mi riñón que saluda... mi cuerpo se revela... espero que sólo sea un poco de cansancio.

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