DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 26 de junio de 2016
Noche de San Juan. La celebramos, como todos estos últimos
años, rodeados de amigos en el patio de Graceland. Y pese a que echamos de
menos a los que este año no han podido venir y las bajas en hora temprana
reducen significativamente nuestro número, alargamos la noche hasta que el
silencio ocupa el lugar que han ocupado las explosiones pirotécnicas durante
toda la cena. La conversación de las últimas horas– algo extraña y demasiado
exaltada – nos deja preocupados.
Normalmente aquí acabaría el fin de semana. Tras una noche
así se impone un periodo de recuperación que suele alargarse hasta el siguiente
día laborable (quede lo lejos que quede).
Pero Núria y Jordi R. nos han invitado a pasar el fin de semana en su
casa. Conseguimos levantarnos pronto y llegar a Cadaqués justo a tiempo para
sentarnos a la mesa para disfrutar del “suquet” que Núria nos ha preparado.
Fin de semana de vacaciones, de paseos matutinos con Cass
por un pueblo que despierta y por una playa casi desierta, de poca ropa en el
cuerpo y de abarcas en los pies, de largos paseos por escenarios naturales
impresionantes, de baños en calas recónditas, de desayunos generosos (con cannoli
incluido) en el balcón, de un paseo en cayac (con rescate por parte de Jordi
R), de cenas fantásticas (en un chiringuito o en casa), de hacer – poco – de tío
adoptivo de Elna y Arlet, de conversaciones, buenos momentos y muchas cervezas.
Quiero dejar al margen de esta apretada agenda festiva la
comida que hicimos en Es Grec (Unió 11, Cadaqués). Y quiero hacerlo como
agradecimiento por el excelente trato, por la mejor materia prima y, sobretodo,
por uno de los mejores arroces que he comido. Yo me decanté por el de “garotes”
(erizos de mar) pero me gustó tanto o más el de plancton que pidieron Jordi y
Pere. Saliendo por la puerta ya buscaba excusas para volver.
Núria, Jordi… Gràcies per regalar-nos aquests tres dies i
per tractar-nos tant bé!
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