29 marzo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 28 de marzo de 2005


Sábado. Nubes otra vez. Desayunamos en el balcón y salimos hacia el Club con la esperanza que nuestro generoso vecino nos obsequie hoy con un nuevo regalo. Pero la lámpara que hoy ha dejado junto al contenedor no cumple nuestras expectativas (la nevera de ayer dejó el nivel muy alto). Tenis, “21” (que hoy gano yo) y un rato de frontón.
Siestas del carnero, paseos por Sant Feliu, un café en “La Vienesa”, lectura, un poco de tele (nos estábamos quitando pero el mono obliga), los amigos que se pasan al oscurecer y nos dejan su barbacoa, el crucigrama de Mambrino con ayuda de María José, una cena de carpaccio de bacalao de Can Prat... vacaciones.

Domingo. Por fin ha vuelto el esperadísimo horario de verano. La hora que alevosamente nos robaron hace unos meses, por fin ha sido devuelta. Me levanto pronto, preparo el desayuno, despierto a María José y desayunamos en el balcón. El sol, que a esta hora está saliendo, parece que hoy – por fin – nos acompañará. En el club, como cada día, somos los únicos clientes. Silencio y olor a resina acompañan nuestros no demasiado diestros golpes de raqueta. En el “21” vuelve a imponerse María José (2 a 1 en el global de la eliminatoria).
Volvemos a casa y llegan Clara y Roger. “La taverna del mar” nos acoge en su impagable terraza. Damos un paseo por el camino de Ronda y volvemos a casa donde nos regalamos un aperitivo mientras María José empieza a preparar una fideuá de escándalo. Sobremesa apurando el sol hasta que aparecen David, Montse y Oriol. El sol ha dejado paso a una fina lluvia pero en el balcón se está muy bien.

Por la noche nos pasamos a saludar por casa de Albert y después vamos a casa de Anna para que pueda cumplir con mis obligaciones como padrino. Como mi padrino – mi tío Hernán – también es un padrino cumplidor, soy obsequiado con una mona actualizada (dos botellas de un Rivera del Duero que promete mucho y una longaniza que ha acabado con mi sentido del olfato). María José ha sido acogida como ahijada por la familia y recibe también su mona (un osito de peluche muy parecido a su Osito y en un estado físico parecido. Debido a él recibirá el nombre de Karol). Cenamos muy bien (las tortillas están impresionantemente buenas) con mis tíos (Hernán y Luisa), Marta, Anna y Anna2 (una amiga de la familia).

Lunes. Nos levantamos muy tarde y dedicamos la mañana a limpiar la nevera. Anna J. y Jaume (que viven en S’Agaro) paran un momento a saludar cuando vuelven de la playa con Claudia y Martí. Las últimas veces que nos hemos visto ha sido en condiciones parecidas y prometernos quedar un día para poder hablar con más calma.
Vuelta a casa. Pedimos comida china y, después de disfrutar de un par de capítulos de “Seinfeld”, nos vamos a dormir pronto. Han sido unas buenas – pero cortas- vacaciones.

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