02 agosto 2022

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 2 de agosto de 2022


La revista Retro Gamer dedica un amplio articulo a los 40 años del ZX Spectrum. Se activa la máquina del tiempo y la nostalgia me atrapa. Haciendo un esfuerzo económico– que supongo que fue grande –, mis padres sucumbieron a mis demandas y me compraron ese objeto de deseo que, con la excusa de introducir la informática en casa, me acercaba a un universo fascinante que iba a convertirse en un fenómeno mundial.

Color negro, 48k de memoria, teclas de goma, el ruido al cargar un juego, los errores… el primero fue un decepcionante “Chequered flag” que no se parecía en nada al juego de recreativa que pretendía emular. No importaba. Por suerte pronto la cosa empezó a mejorar con los préstamos, el alquiler de juegos (fui socio de un par de clubs), el descubrimiento de la piratería (igual que nos pasábamos casetes de música, empezamos a pasarnos casetes llenos de juegos). Horas y horas delante del ordenador (con Juan, con amigos, con conocidos y saludados… incluso con gente que apenas conocía) … A parte de jugar (mucho), aprendí basic y algo de código máquina, publiqué un fanzine sobre aventuras conversacionales (Lothlorien), aprendí a manipular el hardware y a crear sorprendentes híbridos pre-robóticos, conocí a gente interesante cuyos nombres he olvidado, me compré una doble pletina para poder clonar mejor los juegos… el Spectrum fue parte de mi vida durante muchos años.

En el recuerdo quedan largas partidas al Football Manager, al Atic Atac, al Manic Miner y a su primo Jet Set Willy, al Comando, a The Hobbit primero y después a cientos de juegos que seguían su estela… Cada semana había novedades y las compartíamos todas. Horas y horas ante el ordenador… a veces para intentar cargar un juego que se resistía (moviendo el cabezal del reproductor de casetes, gracias a un agujero practicado estratégicamente en la carcasa, intentábamos optimizar la carga). Los juegos eran cada vez mejores y llegaron juegos nacionales fantásticos como “La abadía del crimen”, pero en mi recuerdo están esos primeros y la ilusión que anticipaba la carga de la portada del juego. Aún faltaban cuatro minutos más, pero esas presentaciones sin movimiento alguno fijaban nuestra vista en la pantalla.

40 años ya… gracias Sir Clive Sinclair!

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