DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 11 de junio de 2004
Las llamadas a deshoras no suelen traer buenas noticias. Nos despierta el teléfono. La yaya María, la abuela de María José, se ha muerto esta noche. Estaba muy enferma y sabíamos que la llamada podía llegar cualquier día. Pero la muerte de un ser querido, aunque no sea inesperada, siempre causa dolor. Un beso.
11 junio 2004
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