14 junio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 13 de junio de 2004


Con la llegada de los calores, y la competición deportiva de turno que esta suele comportar (este año una Eurocopa más bonita que un San Luís), el cerebro del ocioso se contrae y se atrofia. Habitualmente el uso que hace de este vital órgano es, no nos engañemos, limitado. En junio, y con un balón corriendo a todas horas por la pequeña pantalla, el uso del cerebro se convierte en una anécdota que no es digna de ser consignada. Toda actividad cultural queda relegada, durante estos días, al ostracismo. Y pronto llegará el Tour, origen de siestas memorables y de tertulias grandiosas.

Sábado. Para celebrar que la pelota ha empezado a correr por los campos del vecino país, me meto entre pecho y espalda una doble dosis de fútbol europeo (con victorias de Grecia y España).
Domingo. Por la mañana, y debido a la incomprensible ausencia del deporte rey en nuestras pantallas, doy un agradable paseo con María José hasta casa de mis padres. Comida familiar y pelea (perdida) con el ordenador de mis padres.
Ya en casa me hago con el mando a distancia (María José cede ante mi evidente babeo delante del televisor) y zapeo compulsivamente entre un aburrido Croacia – Suiza, la emocionante victoria por los pelos del FC Barcelona ante el Estudiantes en la final de la liga ACB, la Formula 1 y los múltiples partidos de segunda división que diferentes televisiones ofrecen... una tarde deportiva realmente muy cansada.
Por la noche aún tengo tiempo de ver parte del Francia- Inglaterra antes de descansar un poco viendo un capítulo de “Los Soprano”.

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