03 octubre 2012


DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 3 de octubre de 2012

Hoy trabajo desde casa. Es extraño y añade un elemento más a la larga lista de trasvases y confusiones que se producen  entre mi tiempo de trabajo y el de ocio. La confusión es cada vez mayor, así que dejo en manos del lector el hecho de distinguir entre actividades laborales y de ocio.

He leído la segunda parte de la nueva trilogía protagonizada por Aloysius Pendergast. Sangre Fría pierde el ritmo de anteriores entregas de la serie de libros escritos por Douglas Preston y Lincoln Child. Sangre Fría parece un chicle alargado en exceso, una novela convertida en tres, una pequeña tomadura de pelo que los lectores fieles no merecemos. Pese a ello, espero el cierre de la trilogía con cierta impaciencia.

Y tras Pendergast, vuelvo a la Canción de Hielo y Fuego de George R.R. Martín. Festín de cuervos es la cuarta entrega y acercarme poco a poco al final escrito (que no es el final, pero si el final al que puedo acceder), me produce una sensación extraña.

En el Arts Santa Mònica – y con la sirena que marca el final del tiempo empezando a sonar – fuimos a ver “En un desordre absolut”. La muestra dedicada al arte contemporáneo ruso me gustó pero la falta de información contextual nos limita la comprensión del proceso creativo que ha conducido a alguna de las obras expuestas. Cultura, sociedad, educación, historia… todo influye en el arte contemporáneo y el desconocimiento del contexto ruso, nos deja sin bases para llegar a todo lo expuesto.

Y de una exposición que acaba, a una temporada que empieza. El Gran Teatre del Liceu inauguró ayer temporada con “La forza del destino”. Espectáculo en el escenario y, también, fuera de él.

No hay mucho más que contar. En Graceland hoy toca reparar los efectos del escape de agua que tuvo la vecina antes de las vacaciones. Como es habitual, trabaja uno y miran tres (y me alegra ver que un trabajo da para cuatro sueldos).

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