04 abril 2009

LENGUA Y LIBERTAD

Esta semana Arantza Quiroga ha sido elegida presidenta del Parlamento Vasco. Los medios de comunicación han destacado su ultracatolicismo (cosa que no me parece mal, cada uno es libre de pensar lo que quiera siempre y cuando no intente imponerlo a nadie – ni a sus hijos - ) y que no habla euskera. Y el tema del idioma ya no me parece tan anecdótico.

Yo crecí en un entorno familiar totalmente bilingüe. En casa utilizamos los dos idiomas (catalán y castellano) de manera indistinta, incluso en la misma frase. Por eso, y pese a que el entorno me empujaba en sentido contrario, hablo catalán. Mi educación fue en castellano (el catalán tenía las mismas horas lectivas que el inglés – en ambos casos insuficientes -), el cine, la televisión y la radio, las revistas, los periódicos, los cómics, la mayoría de los libros... todo era en castellano por lo que el catalán sólo estaba presente en la calle y en el ámbito familiar.

Es por eso por lo que me siento más cómodo escribiendo en castellano pero me gustaría poder hacerlo con los mismos recursos – y, sobretodo, con la misma seguridad - en catalán.

Afortunadamente la situación ha mejorado en estos últimos años. La presencia del catalán en los medios de comunicación y en la cultura, aunque insuficiente todavía, es cada vez más importante (gracias a la inyección de dinero público) y la escolarización con el catalán como lengua vehicular es uno de los grandes avances para garantizar la supervivencia de nuestro idioma.

No dejo de escuchar en los últimos tiempos a los adalides de la “libertad” (miembros del PP y de Ciudadanos) abogar por la libre elección de lengua vehicular por parte de los padres. En un ejemplo de demagogia siempre añaden inmediatamente que ellos son los primeros en defender el catalán pero que la libertad debe estar por encima de todo.

Si se ha demostrado que un alumno de Catalunya acaba su etapa escolar con el mismo – lamentable – nivel de castellano que uno de la Comunidad de Madrid, no sé donde radica el problema de que la lengua vehicular sea el catalán. La obligación del catalán garantiza el dominio de las dos lenguas, cosa que no hará de ninguna manera la escolarización en castellano.

El alumno, cuando acaba las clases, raramente puede seguir viviendo en un entorno catalán. Las multinacionales se ocupan de ello y el ocio sigue siendo mayoritariamente en castellano: juegos, software, cine, televisión (la mayoría de canales son en castellano), radio, prensa especializada, internet... Es por ello que si realmente creemos que un idioma es una riqueza que no queremos perder, la escolarización en catalán (o en euskera, o en gallego...) es básica. Y si lo que queremos es imponer el castellano por encima de todo y como idioma único no deberíamos andarnos con cortapisas y deberíamos decirlo a las claras.

1 comentario:

Xavi dijo...

Encertada reflexió sobre la normalització lingüística. Està clar que sense l'escolarització en català l'idioma original de Catalunya estaria mort. I, encara més, després de l'onada d'immigrants que hi ha ara mateix. Per tant, es molt important que es puguin integrar també a travès de l'idioma. Però tothom sap que darrera les intencions del PP i Ciutadans hi ha el desig d'imposar el castellà i la mort lenta del català. Esperem que no se,n surtin.