DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 22 de abril de 2009
Martes noche. Ya ha pasado un mes desde nuestro último encuentro... y no lo parece. El tiempo pasa volando pero nuestras cenas mensuales han vuelto a la regularidad deseada.
Tras la jornada laboral, dos metros y un tranvía llego al restaurante que han escogido Esther y Albert.
Marta, Esther y María José ya han llegado y, como Albert nos ha abandonado hoy, ya estamos todos y podemos empezar a comer.
El Vinitus (Diagonal, 569 Barcelona. Teléfono: 933632127) es un restaurante de tapas en un centro comercial. Pero pese a este enunciado tan poco prometedor, la cena resulta deliciosa. Todo lo que pedimos (alcachofas fritas, calamarcitos a la plancha, jamón, montaditos...) es de muy buena calidad y está muy bueno. Mención aparte requiere el excelente timbal de escalibada con queso de cabra(espectacular).
Un mes da para muchas anécdotas y – pese a que todos notamos la baja de Albert – lo pasamos tan bien como siempre. El mes que viene volvemos a vernos.
Una parada a media semana. Un buen momento para olvidar trabajos y rodearse de gente a la que quieres. Energía para esas pilas que no andan sobradas de carga.
He acabado “El Chino” de Henning Mankell. Me daba miedo enfrentarme a un Mankell después de acabar con la serie Wallander. El listón estaba muy alto y tenía miedo a no encontrarme una novela del mismo nivel. Mis miedos eran infundados. “El Chino” es una novela que arranca como una novela negra y se convierte en un absorbente thriller político en el que no duda en viajar en el tiempo y en el espacio (la novela transcurre en dos periódicos históricos y en cuatro continentes distintos). He disfrutado mucho con la trama policíaca de la novela pero también con las habituales denuncias que Mankell incluye en sus obras.
22 abril 2009
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