08 noviembre 2008

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 2 de noviembre de 2008
CRÓNICAS MEXICANAS X


Desayuno – algo tardío para lo que es habitual en nosotros – en el Hotel. Esta vez el buffet está muy bien y me permite hacer un completísimo desayuno mexicano con bistec, chilaquiles, jugo y café, todo muy bueno.cementerio de Patzcuaro. Día de muertos

Nos despedimos de Patzcuaro con un largo paseo que incluye la visita al cementerio donde hoy – como en todo México – se celebra de manera multitudinaria el día de muertos. Las familias acuden a los cementerios para recordar y honrar a sus familiares desaparecidos. Pero al contrario de lo que pueda parecer – a nuestra europea manera de ver las cosas – no es una fiesta triste (aunque también tenga sus momentos de emocionado recuerdo) sino todo lo contrario.
Cuando llegamos aún es pronto. En las tumbas indígenas aún humean las velas junto a las ofrendas a esta hora ya abandonadas. Alguna flor de cempasúchil crepita por la cercanía de la llama de un cirio que aún aguanta encendido testimoniando la larga noche que acaba de pasar. Los niños acarrean agua y limpian las lápidas mientras en otro rincón – y armados con una azada - los empleados del cementerio desbrozan una tumba. Las familias empiezan a llegar y se reúnen junto a la tumba. ofrendas en el cementerio de Ihuatzio
Unos rezan juntos y otros arreglan la tumba: la limpian, ponen flores... otros ya desayunan – unos tacos – sentados entre las cruces. La celebración de la muerte, poco a poco se llena de vida.
Al salir del cementerio la actividad es mucho más frenética y el gentío que acude es cada vez mayor.

Nosotros cogemos el coche y, después de visitar el bonito muelle San Pedrito (ayer cogimos la barca en el muelle General), iniciamos un recorrido por los pueblos vecinos y sus cementerios. Pasamos por Ihuatzio, Cucuchucho, Ucazanástacua, Ichupio y Tzintzuntzan). La carretera, que rodea el lago Patzcuaro, es bonita y nos ofrece una privilegiada vista de las islas. La celebración es parecida a la del cementerio de Patzcuaro pero en los pueblos hay más presencia de ofrendas.
Pirámides tarascas en Ihuatzio

Aprovechamos el recorrido para visitar las impresionantes ruinas tarascas delos complejos de Ihuatzio y Tzintzuntzan.. En ambos complejos damos un paseo mientras contemplamos las construcciones. No hay demasiada gente.

La carretera que rodea el lago es muy agradable y realmente nos gustaría seguir rodeándola hasta llegar de nuevo a Patzcuaro... pero el camino de vuelta es muy largo y hemos de empezar ya. Esta vez el viaje se hace largo pero agradable gracias a que el aire – una vez echado todo el polvo que tenía en su circuito – funciona perfectamente.

De nuevo en León cenamos en casa de María y Amador. Es una cena de despedida tranquila, con pizza, tequila y una buena conversación.

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