27 agosto 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 27 de agosto de 2006


Vacaciones, días 29 y 30 (the last day)

Sábado. Nos levantamos en Graceland y empezamos a mentalizarnos para la vuelta al trabajo mientras disfrutamos de la que es nuestra casa desde hace poco más de un año.
Por la tarde damos un paseo por nuestro antiguo barrio con Cass. Tiendas nuevas, restaurantes que han cerrado, nuevos restaurantes que probar... en fin, lo de siempre en el Born. En casa vemos un capítulo de la segunda temporada de "doctor en Alaska", no ha aparecido en DVD pero el bendito burrito ha venido en nuestro auxilio y lo hemos podido bajar.

Domingo. Soy consciente de que hoy dejo de empezar a escribir con la palabra vacaciones como bandera. Dicen – algún insensato que no tenía dos dedos de frente – que lo bueno, si breve, dos veces bueno. No puedo estar más en desacuerdo, si las vacaciones hubieran durado un par de meses más, nadie hubiera salido damnificado y yo sería mucho más feliz.

Mañana de ordenar papeles, de poner al día este diario – que las malas conexiones y la pereza vacacional habían perjudicado – y de intentar aprovechar las últimas horas y hacer todo aquello que en 30 días no he podido hacer. Como es tarea imposible, decido dejarlo y me voy con María José y Cass a dar un paseo por el Parque del Guinardó.
El parque está en obras y, lejos de parecerse al parque de mis recuerdos infantiles, se parece a una excavación abandonada por los arqueólogos tras caer enfermos por culpa de una antigua maldición. Dejamos el paseo para otro día, recogemos a Cesc y Eli en su casa y vamos a casa de mis padres para una comida familiar de fin de vacaciones.
El plato de pasta (raviolis de queso con pisto de berenjena gratinados con parmesano y con un huevo frito por encima) está sensacional y los rebozados (conejo, pollo y cordero) para chuparse los dedos.
Lo dejamos pronto, estamos cansados y en casa hay que ordenar un poco más para que el tránsito por la semana laboral sea un poco más fácil.
Por la noche, y después de poco trabajar y mucho jugar con la máquina, nos iremos a cenar para alargar las vacaciones. Un buen final siempre deja mejor sabor de boca.

No hay comentarios: