23 agosto 2009

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 23 de agosto de 2009


Vacaciones, días 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23 y 24

Esta mañana hemos abandonado el paraíso para instalarnos de nuevo en la ciudad. Hoy se acaban nuestras vacaciones y mañana volvemos a la normalidad (en mi caso una normalidad extraña por mis circunstancias laborales – o, mejor, no laborales). Echaremos de menos la playa y todo lo bueno que estos días nos han dado mientras intentamos alargar la sensación de vacaciones con pequeñas cosas que nos hagan un poco más felices.

Estos últimos días, sin conexión y con pereza máxima a la hora de buscarla, han sido intensos. Comimos con Nuria, Jordi R, Thais y Gerard en Can Buxó (no estuvo a la altura de la recomendación que les hicieron), hicimos un viaje relámpago a Barcelona que preferiríamos no haber hecho, comimos en el japonés de la puerta de al lado de Graceland, cenamos con Toni en el Pi de Sant Pol (mucha carne) y rematamos la noche con unos mojitos en el Juanita Banana (habíamos prometido una repetición y no hemos tardado demasiado), fuimos a la playa todos los días (con Cass y solos, por la mañana y por la tarde, con chiringuito y sin él), improvisamos una cena mexicana en casa después de un baño – con canapés y cerveza – en la piscina del padre de Toni, María José me regaló – por mi cumpleaños – una Dingo A-320 (una consola portátil de la que os hablaré dentro de poco) y un lápiz mágico (también tendré que hablaros de él), estuve jugando todo el día con mis nuevos gadgets, celebramos mi cumpleaños con una cena en casa de Albert y Esther con Roser, María y Laura y a las 12 celebramos el cumpleaños de Esther, cenamos con los amigos en la tradicional y cada vez menos concurrida cena del Club Sant Pol y lo dejamos cuando aparecieron los niños cantores, paseamos por Sant Feliu y por Platja d’Aro, vimos series (la primera temporada de El Ala Oeste de la Casa Blanca y lo que nos quedaba de la primera temporada de The Wire, las dos son excelentes), comimos con mi familia (con mis tíos Hernán y Luisa y mis primas Marta, Anna y Kyol) en su casa echando de menos a Albert que se ha tenido que quedar trabajando en Korea. Fuimos felices. Todavía lo somos. Mañana aterrizamos. Han sido unas fabulosas vacaciones. No hemos hecho nada, no hemos parado.

una foto más de Cass nadando, la última, lo prometo

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