21 junio 2009

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 21 de junio de 2009


Viernes noche. Me reúno con María José en nuestro antiguo barrio. Paseamos sin prisas, parece verano. Buscamos un sitio para cenar tranquilos. En el Limbo (Mercè, 13. Barcelona Teléfono: 933107699) cenamos bien en un ambiente encantador (es pronto y estamos casi solos). Pese a algún detalle feo (cobrar el agua y el pan, que te ofrecen sin que lo pidas, sigue pareciéndome una ruindad innecesaria) me gusta y quizás volvamos algún día.
Salimos a la calle y seguimos con nuestro paseo nocturno. Es al recuperar el centro de Barcelona cuando me doy cuenta de que echo de menos estos paseos, la intensidad de este barrio que siempre sorprende y fascina.
En el Sidecar actúan hoy Fashion Korps. Hace años que no bajo a su sótano, tanto que todavía no había entrado por la puerta que abre el local a la Plaza Real. Una vez abajo me sorprende que – accesos al margen – todo siga igual. No somos muchos los que esta noche disfrutaremos del concierto de Jordi R, Pez y Teki. Muchos conocidos y algunos amigos. Me gusta reencontrarme con Oriol y que me vuelva hacer reír como cuando hace ya 20 años nos sentábamos juntos en clase. A María José y a Jordi R también los conocí en esa clase. Hay mucho de nostalgia personal en este concierto que coincide con el día en el que María José y yo celebramos nuestro 19 aniversario.
Al final compartimos recuerdos y sensaciones. Ha sido una noche intensa y lo hemos pasado muy bien.

Sábado. Vuelta al centro de Barcelona, esta vez con Cass. Paseo y compras.
Me encuentro con Jordi P. en el recinto del CCCB donde este fin de semana se celebra el Sónar. Anímic suenan bien pero – como ellos mismos reconocen – su propuesta no puede estar más alejada de la etiqueta de “música avanzada” que abandera el festival. Acompañamos la primera de muchas cervezas con alguno de sus temas. Tumbados en la falsa hierba del Village escuchamos a Txarly Brown. No me gusta lo que escucho, poco hay de interesante en su verbenera propuesta. Nos levantamos y seguimos cambiando de escenario y disfrutando del ambiente.
Si que disfruto con el concierto de Natalia Lafourcade. Había oído hablar de la mexicana pero todavía no había tenido la oportunidad de escucharla. Hoy mismo empiezo a buscar cosas suyas, es mi primer descubrimiento de este Sónar que siempre guarda sorpresas agradables.
Vuelvo a casa para comer y para echarme una hora. Hay que recuperar fuerzas.
De nuevo en el Sónar me encuentro con Jordi P, Armand y Dori. Estoy un rato con ellos pero los dejo bailando y sigo con mi programa.
Veo a Guillamino y alguna cosa más que no llama demasiado la atención. Con Jordi R y Núria vemos a Pau Riba y Milsimonis en el Convent dels Angels. Hay espectación y el recinto se llena. Cuatro temas después, y con la sensación de estar asistiendo a la tomadura de pelo más grande del Sónar 2009, abandonamos la capilla que ahora ya está medio llena. Cualquier propuesta puede ser buena, pero si no hay trabajo detrás, lo que se tiene es un fraude. Y la actuación de Pau Riba me lo parece.
Vuelta al recinto. Está vez si que disfrutamos de los ritmos africanos de Culoe de Song y de la actuación, tan fría como interesante, de Atom.

Vuelta a casa para cenar con María José en el EME. Recupero fuerzas y me preparo para la intensa noche.

De nuevo con Jordi P, esta vez en el Sonar de Noche que se celebra en l’Hospitalet. Disfruto del concierto de Animal Collective, del divertido show que monta Beardyman mientras preparan el escenario para el próximo concierto y del excelente concierto de Orbital que vuelven a la carga después de unos años de silencio.
Estoy destrozado. Lo poco que queda de mí después de un día de festival vuelve a casa en el taxi de Jordi pese a que podría haber vuelto caminando.

Domingo. Hoy empieza – oficialmente - el verano. Para mí el principio del verano lo marcó, hace unos días, el descubrimiento en el centro de la calzada de nuestra calle, de la tradicional pastilla de fogo eléctric gastada que uno de nuestros vecinos tira – diariamente y con una regularidad que asusta – por la ventana. Desde que vivimos en Graceland – pronto hará cuatro años – nunca hemos dejado de disfrutar de esta señal de que el verano y los mosquitos ya han llegado. Si, lo sé, el vecino culpable es incívico... pero es un elemento folclórico al que nos hemos habituado y que echaremos de menos el día que se pase a otro sistema antimosquitos.

Día de recuperación, de paseos y de siestas.

2 comentarios:

Toni Tugues dijo...

Folclorica fotografía y más aún la historia de esta pastilla :)

Anónimo dijo...

La verdad es que hace tiempo que no me paso por el Limbo, pero tienes razon lo del pan feo, aunque yo he comido de menú mediodia y no me lo cobraban.