28 junio 2016

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 26 de junio de 2016

Noche de San Juan. La celebramos, como todos estos últimos años, rodeados de amigos en el patio de Graceland. Y pese a que echamos de menos a los que este año no han podido venir y las bajas en hora temprana reducen significativamente nuestro número, alargamos la noche hasta que el silencio ocupa el lugar que han ocupado las explosiones pirotécnicas durante toda la cena. La conversación de las últimas horas– algo extraña y demasiado exaltada – nos deja preocupados.

Normalmente aquí acabaría el fin de semana. Tras una noche así se impone un periodo de recuperación que suele alargarse hasta el siguiente día laborable (quede lo lejos que quede).  Pero Núria y Jordi R. nos han invitado a pasar el fin de semana en su casa. Conseguimos levantarnos pronto y llegar a Cadaqués justo a tiempo para sentarnos a la mesa para disfrutar del “suquet” que Núria nos ha preparado.

Fin de semana de vacaciones, de paseos matutinos con Cass por un pueblo que despierta y por una playa casi desierta, de poca ropa en el cuerpo y de abarcas en los pies, de largos paseos por escenarios naturales impresionantes, de baños en calas recónditas, de desayunos generosos (con cannoli incluido) en el balcón, de un paseo en cayac (con rescate por parte de Jordi R), de cenas fantásticas (en un chiringuito o en casa), de hacer – poco – de tío adoptivo de Elna y Arlet, de conversaciones, buenos momentos  y muchas cervezas.



Quiero dejar al margen de esta apretada agenda festiva la comida que hicimos en Es Grec (Unió 11, Cadaqués). Y quiero hacerlo como agradecimiento por el excelente trato, por la mejor materia prima y, sobretodo, por uno de los mejores arroces que he comido. Yo me decanté por el de “garotes” (erizos de mar) pero me gustó tanto o más el de plancton que pidieron Jordi y Pere. Saliendo por la puerta ya buscaba excusas para volver.


Núria, Jordi… Gràcies per regalar-nos aquests tres dies i per tractar-nos tant bé!


21 junio 2016

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 19 de junio de 2016

Sábado. Última jornada del Sónar 2016. Las fuerzas están justas con lo que decido adoptar una posición conservadora que me garantice llegar en condiciones a la noche. Antes de que llegue la tormenta, aprovecho para hacer las últimas fotos, las últimas cervezas y disfrutar del fantástico ambiente. Sólo me paro en el escenario en el que actúa Yung Lean y aunque su propuesta me parece floja, creo que su programación es todo un acierto. Los festivales necesitan rejuvenecer su público para no convertirse en un cementerio de elefantes (cada vez nos acercamos más a eso) y artistas como Yung Lean hacen esa necesaria función.


Y tras la tormenta y un descanso en casa, vuelvo al Sónar noche para echar el resto. El arranque de New Order me tienta pero consigo resistir sus cantos de sirena para poder ver a Mura Masa. Me encanta, no ha sido un error.

También divertido resulta el concierto de Santigold, está siendo una buena noche. A estas alturas, no obstante,las fuerzas ya están muy justas. Acabo mi noche – más pronto de lo esperado – en el SonarCar que Laurent Garnier ha puesto patas arriba.


Hora de cortarse la pulsera y hacer un balance que sólo puede ser positivo. El Sónar es un festival imprescindible. He visto buenos conciertos, he descubierto, he aprendido y lo he pasado bien. No se puede pedir más... quizá más resistencia física.


Domingo. María José y yo celebramos 26 años juntos. Lo hacemos en la playa, con amigos y sin el curso de paddle surf que habíamos planeado. No es una celebración especialmente romántica pero a los dos nos gusta. Ahora ¡a por 26 más!

18 junio 2016

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 18 de junio de 2016

Viernes hawaiano y de festival, nada puede ir mal. Llego pronto al recinto del Sónar Día para poder ver a Sobrenadar. No es fácil arrancar un escenario del Festival. El poco público que asiste a los primeros temas (poco a poco se irá llenando), consciente de eso, se acerca al escenario para arropar a la artista. Buena actuación. La falta de presencia escénica de la argentina queda suplida por altas dosis de talento y por temas que deambulan en los límites del pop y la electrónica.

Me encuentro con Jordi P. y – a veces con él y a veces sólo – paseo entre escenarios (algo de El Guincho que no me convence, un poco de Lloret Salvatge que sí que lo hace, una pizca de Ata Kak…), hago fotos, me como un arroz con curry de Massala 73, me encuentro con la dosis habitual de amigos, conocidos y saludados… en fin, lo habitual del Sónar Día.

En el Sonar Complex vemos la espectacular puesta en escena de Golden Bug & Desilence. Su V.I.C.T.O.R. es uno de esos espectáculos visuales que fascinan y que raramente se ven fuera del festival.

Y también en el Sonar Complex, tras una cola larga, llega el momento de volver a disfrutar de El Niño de Elche y Los Voluble. El nivel de expectativas, marcado por su actuación en la pasada edición del festival, está por todo lo alto. “En el Nombre de” arranca reivindicativo y en su primera parte te aprieta el corazón y la conciencia centrándose en el triste papel de nuestra sociedad, de nuestras leyes y de nuestros gobiernos ante los refugiados – políticos, por situaciones de conflicto bélico, económicos…- que buscan un lugar donde poder vivir. El Mediterráneo – ahora frontera – es también – debería decir todavía – campo de intercambio cultural y la música de todas sus orillas se alimenta de la de las otras.  El Niño de Elche, que recoge también esta tradición de influencias cruzadas, es grande generando emociones. Su cante atípico sale de dentro y su uso del micro como un elemento creativo añade registros insólitos a su actuación. La segunda parte de “En el Nombre de” no abandona la reivindicación pero adopta un tono más festivo. El público, entregado, lo agradecemos puestos en pie, bailando y pidiendo más. Un grandioso espectáculo que obliga a El Niño de Elche a volver el año que viene con una nueva y valiente propuesta… ahí estaremos para escucharlo.

Vuelvo a casa para cenar, ver un poco de fútbol y recuperar fuerzas.

Me acerco caminando al recinto del Sónar noche. Cruzo por el escenario donde Jean Michel Jarre arranca su actuación. Arqueología.


Anohni arranca su “Hopelessness” de la peor de las maneras. Ser artista debe ser fantástico, pero no justifica el maltrato al público. Sólo la paciencia de ese público maltratado, evito que la proyección de un larguísimo video introductorio no acabara en revuelta (poco faltó). Nada justifica esos quince incómodos minutos de espera. ¿Es parte del espectáculo? Pues, señora, el espectáculo es una mierda. Tras este irritante arranque, la cosa no remonta pese a las excelentes canciones y la fabulosa interpretación (que podría haber sido grabada y nadie hubiera notado la diferencia). Quizá me perdí algo importante, pero no me quedé hasta el final. Los espectáculos deben crearse pensando también en el público.

Ahogo las penas descubriendo el nuevo Sonar Car, una mega discoteca ochentera que hoy está en manos de Four Tet. Dará mucho juego. Mañana en manos de Laurent Garnier puede ser una bomba.



Y me voy al escenario grande para ver  el que será mi último concierto de hoy, James Blake. Acompañado en esta ocasión por dos músicos, James Blake nos regala un concierto impecable lleno de emotividad y fuerza. Uno de esos conciertos que se disfrutan de principio a fin. El listón de la noche está en lo más alto. No es cuestión de bajarlo. Hora de dejarlo hasta mañana.


17 junio 2016

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 17 de junio de 2016

Entrar en el recinto de un Festival al que ya has asistido tiene algo de Dejà Vu. Ha pasado un año y han cambiado cosas, pero de cierta manera tú no te has ido. Eso paso incluso cuando el Sónar – hace tres años – decidió cambiar su recinto por este nuevo y espacioso que ocupa ahora. Los primeros minutos son de reconocimiento, un paseo perimetral para interiorizar distancias, ubicaciones y contingencias.


Las primeras horas en el Sónar también son las ideales para visitar Sónar Planta. El proyecto de la Fundació Sorigué se ha convertido en tan sólo dos años en un enlace imprescindible entre el arte y el festival. Earthworks – título de la obra que proponen el colectivo británico Semiconductor (Ruth Jarman i Joe Gerhardt) – impresiona. La representación gráfica del sonido de la tierra en pantallas gigantes resulta una experiencia sensorial única. Una buena manera de empezar el festival. Seguro que volveré en más de una ocasión.



Los escenarios ya funcionan tímidamente. Paseo, veo fragmentos de actuaciones (The Spanish Dub Invasion, John Grvy, Strand…), me como un buen ceviche en la furgoneta de Ceviche 103, me encuentro a amigos, conocidos y saludados, descubro las propuestas tecnológicas del Sónar +D – parte esencial ya del Sónar - hago fotos y disfruto de la felicidad ajena que me rodea.

En el Sónar Complex veo el Field de Martin Messier. Arte, música, experimentación, tecnología… impactante. Actuaciones como esta convierten al Sónar en un festival único, en un festival imprescindible para entender presente y futuro de la música. También lo hacen actuaciones como la de James Rhodes. Con Chopin i la Chaconne de Bach en el programa, la música clásica se hace un lugar en el Sónar en una actuación emotiva que impacto por su delicadeza a un público festivalero acostumbrado a otros estímulos visuales y auditivos.

Recupero fuerzas, tras pasar por casa, cenando una pizza con María José en un restaurante del centro comercial que queda en el medio del camino que me lleva de casa al recinto del Sónar noche.

Me parece que en alguna ocasión ya lo he contado. Jordi P. es un tío de costumbres arraigadas y, por eso, encontrarlo en un concierto es fácil. Da igual que la asistencia sea masiva, no importa si el concierto ya esté empezado y Fatboy Slim lo esté petando en una sesión llena de subidones… yo sé dónde está Jordi y no me cuesta llegar hasta él. Más difícil me resulta llegar con la cerveza intacta.

Fatboy Slim sabe cómo hacer que la gente se lo pase bien. Su sesión es una explosión de felicidad medida al milímetro, una traca de música, ritmo e imágenes totalmente eficiente. La gente – con o sin ayudas químicas – parece feliz dejándose llevar por la fiesta que Fatboy Slim propone. Yo también lo disfruto, pero con poco más de una hora, yo ya tengo suficiente. Mañana será otro día y el Sónar promete otro saco de emociones.


16 junio 2016

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 16 de junio de 2016

Los hechos pre-diario (anteriores a julio de 2003) no suelen ocupar un lugar destacado en esta narración. No obstante, y llevado por la nostalgia, me dejo llevar en ocasiones para, con ayuda de la memoria, explicar momentos vividos y matizados por el tiempo y el autoengaño.

Hoy empieza el Sónar. Entro en la máquina del tiempo y me remonto a 1994 para empezar a recordar mi relación con este festival. El Sónar no era entonces el gigante en el que se ha convertido, más bien era un proyecto quijotesco que pretendía universalizar un tipo de música en ese momento encerrado en las salas de baile. Entré en el recinto del CCCB con curiosidad, descubriendo que detrás de la “música disco” (hasta entonces, en mi ignorancia, únicamente un producto de consumo fácil) había mucho más. El motivo principal de mi visita era la feria discográfica, pero acabé descubriendo todo un mundo.

Tras este primer enamoramiento, repetí  los años siguientes. La pasión por descubrir nuevas propuestas se mezclaba con una concesión al hedonismo. Pasear por el recinto del CCCB era agradable, hundirse en las catacumbas donde se exhibían extrañas propuestas tecnológicas toda una tradición, las cervezas al sol una delicia y escuchar buena música rodeado de gente feliz era totalmente adictivo. En el Sónar – muchas veces junto a Jordi P. con el que todavía hoy compartimos muchas horas de concierto – descubrí intérpretes, tendencias, estilos,  ritmos y conceptos hoy totalmente universalizados (como el “chill out” en aquel entonces una extravagancia curiosa pero muy placentera). Pese a todo, mi relación con el Sónar era casi profesional.

Años después – la memoria es frágil y engañosa – descubrí también el Sónar Nit (entonces no se llamaba así). Recuerdo la sensación de entrar en el Pavelló de la Nova Mar Bella y descubrir una gigantesca rave donde casi todo estaba permitido, la felicidad era intensa y las sensaciones vibrantes.
Llegó un momento en que mi carrera profesional me alejó del Sónar. Durante varios años lo tuve que seguir con interés desde la distancia con cierta envidia y con ganas de volver. Y fue el trabajo, de nuevo, el que me volvió a acercar al Sónar tras este paréntesis obligado.

Vuelvo al principio de esta concesión a la nostalgia: Hoy empieza el Sónar. Empiezan tres días de descubrimiento y diversión, tres días de concesión al hedonismo y al conocimiento, tres días mágicos para disfrutar de uno de los mejores festivales del mundo.  Habrá crónicas, pero hoy quiero aconsejaros que os acerquéis al Sónar con mente abierta y ganas de pasarlo bien.


13 junio 2016

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 12 de junio de 2016

La batería del móvil dice basta en el taxi que me devuelve a casa. Es una metáfora, un reflejo del estado de mi propia energía. Han sido cuatro días intensos trabajando en el Tast a La Rambla. Más de doce horas diarias rodeado de personas increíbles que lo han hecho fácil. Trabajar así, animado por sonrisas constantes, constantes atenciones, entrega y profesionalidad, es una delicia.

La tercera edición del Tast a La Rambla ha sido un éxito gracias a la profesionalidad del equipo de gsr grup, a la entrega y ilusión de los alumnos del CETT-UB y del Casal dels Infants y a los barceloneses que han creído en el proyecto y lo han hecho suyo tomando La Rambla para degustar la mejor gastronomía. Me gusta pensar que, con mi participación, he podido añadir mi granito de arena para hacerlo posible.

Pese a que he pasado más de 40 horas en el recinto, no he tenido tiempo de catar la totalidad de la amplia oferta que 43 restaurantes, 7 pastelerías y un buen número de patrocinadores han ofrecido en el Tast a La Rambla. Por lo tanto mi valoración es parcial, tremendamente subjetiva y nada profesional.

Por segundo año consecutivo, la propuesta del Mano Rota ha conseguido cautivarme. Su “Pop rostit amb cansalada, chimichurri picant i quinoa vermella” se lleva el título de mejor tapa. Lo acompañan en el pódium el “Guisat de mongeta i costella “Joselito” del Bar Bas (impecables) y el sorprendente “Escabetx de mar i muntanya” del Elephant, Crocodile and Monkey.

También me han gustado mucho la “Chincha” de l'Eggs by Paco Pérez, el “Bao” del Kao Dim Sum, el “Taco de cochinita pibil amb salsa xnipec” del Oaxaca y los “Gnoquis de patata i formatge ecològic de Varé amb tòfona d'estiu” del Llamber. La nueva sección de bocadillos (Sagàs, Tanta, Roca Bar, Bodega la Puntual, Carles Abellan, Casa Pepe...) ha funcionado bien y ha tenido un muy buen nivel y los arroces (Petit Comitè, Semproniana, Ca la Nuri y Amaya) también estaban muy buenos.

Me dejo algunos platos que estaban deliciosos: el Cebiche del Espai Kru, el “Pao de Qeijo” del Alquimia Fogo, el huevo del Caelis, el salmón del Loidi, las mollejas del Ofis-sifO...

Llego a casa con la batería fundida. Ya es lunes y dentro de un rato sonará el despertador.


10 junio 2016

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 10 de junio de 2016

Estaba preocupado. La temperatura, la gente en manga corta, la aparición de calzados más ligeros y de gazpachos en los menús de los restaurantes, el desembarco en la ciudad de los festivales musicales y del Tast a La Rambla... todo parecía indicar que estábamos en verano. Pero faltaba la señal definitiva, la confirmación inapelable.

Ya está aquí la pastilla de fogo que marca el inicio de la temporada estival.

Quiero aprovechar, una vez más, para remarcar la fidelidad a las tradiciones incívicas, a un sistema antimosquitos obsoleto y a una marca, que demuestra, año tras año, el vecino o vecina responsable del lanzamiento .

Hoy ya es verano.

Acabo con un histórico del día de aparición de la primera pastilla de fogo a lo largo de los años para amantes de las cifras, las fechas y las casualidades (coincidencias en un par de días).

Año           Día de aparición

2016           10 de junio
2015           28 de mayo
2014           21 de junio
2013           19 de julio (la más tardía)
2012           28 de mayo (la más temprana, la fecha se repite en 2015)
2011           5 de junio
2010           ???
2009           21 de junio ( la fecha se repite en 2014)




08 junio 2016

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 8 de junio de 2016

Domingo. El Primavera Sound pasa factura en forma de lesión. Poco a poco, con reposo y medicación, la cojera – alarmante a primera hora de la mañana – remite. Comida familiar para celebrar el primer cumpleaños de Núria y perezas y series al volver a casa.

En literatura hay algo peor que un pesado: un pesado que sabe escribir. Y es peor ya que, si escribe bien, es probable que su escritura te atrape pese a que evidencie un cuñadismo galopante enardecido por dosis de ego generosas. Con esta introducción ya podéis suponer que el “Reyes de Alejandría” de José Carlos Llop no me ha gustado pese a que venía avalado por muy buenas críticas... cuestión, supongo, de piel…  de filias y de fobias.

Me recuperaré leyendo a Karl Ove Knausgard. El arranque de “Un hombre enamorado” es brutal. Disfrutaré leyendo el resto.

El “2” de León Benavente se incorpora desde hoy a mi banda sonora. Conocía un par de temas (“California” y “Tipo D”), los dos brillantes, pero nada en el disco tiene desperdicio.  Buenos temas que estoy seguro que funcionarán en uno de los mejores directos que he visto en los últimos años. Deseo verlos pronto. Si es en sala pequeña, mejor.

06 junio 2016

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 4 de junio de 2016

Nos ha costado un poco aparcar y llegamos al recinto del Primavera Sound un poco más tarde de lo esperado. Cass McCombs está acabando su concierto y no quedan entradas para Bob Mould. Veo los primeros temas del concierto de Joana Serrat y me acerco a Siberia (una zona del festival caracterizada por el clima frío, las superficies duras, los escenarios pequeños y los sonidos extremos) para ver, una vez más a The Saurs. Prefiero verlos en sala pequeña y quiero escuchar a Pajaro Jack que actúan en el otro escenario de Siberia. Pese a que, entre tema y tema, sigo escuchando a The Saurs (un tema a solucionar, señores del Primavera), disfruto mucho del concierto.



Hora de pasear hasta Mordor. Empieza a dolerme el pie (ayer empezó a molestar… hoy es mucho peor… y empeorará mañana) y las largas caminatas, los conciertos, las esperas de pie y el movimiento provocado por la música (llamarlo baile es faltar al respeto a miles de personas que han dedicado su vida y engrandecido el arte de la danza) no ayudarán a que la cosa mejore.

En Mordor vemos a Manel que, una vez más, no consiguen emocionarme. Lo paso bien con la pasión que trasmiten a muchos de los que disfrutan de sus conciertos, pero no consigo entrar.



Pero el verdadero motivo de estar hoy en Mordor es el concierto de Brian Wilson. Pocos días después del cincuenta aniversario de Pet Sounds, Brian Wilson, rodeado de buenos músicos, revisa el disco más arriesgado de los Beach Boys.  Plasmar el disco en directo es una tarea hercúlea, la voz de Wilson no ayuda demasiado y el sonido evidencia al principio algunos desajustes. Pero por suerte el concierto remonta y poder escuchar una de las cumbres del pop en directo acaba siendo una gozada. El buen rollo se contagia y cuando acaban la revisión del Pet Sounds consiguen la catarsis con verdaderos himnos populares como Good Vibrations, Surfer Girl o Surfin U.S.A.

Los conciertos en Mordor siguen (Deerhunter, Pj Harvey, Sigur Rós y Moderat) pero consigo escapar de sus cantos de sirena. La promesa de una cena y la compañía de María José consiguen arrancarme de un incierto futuro en esta tierra árida. Llego a tiempo para escuchar el último tema del concierto de Richard Hawley (me dicen María José y Jordi que me he perdido un gran concierto).

Tras la cena, un último trallazo de punk con The Meanies y, aunque apetece seguir, mi pie dice basta y me aconseja una retirada a tiempo. El camino hasta el coche es largo.



Un año más, lo he pasado muy bien. He visto buenos conciertos (algunos de ellos en buenas condiciones, otros no tanto) y sobretodo he disfrutado de todo lo que el Primavera Sound también ofrece a quien quiera cogerlo (ambiente, un marco agradable, sensaciones, vivencias, imágenes…). Seguiré prefiriendo ver buenos conciertos en salas pequeñas (de hecho mejor en salas medianas y bien acondicionadas tanto técnicamente como en comodidades) pero un festival como el Primavera ofrece mucho más que música… sólo hay que querer disfrutarlo. Un año más, gracias. Por poco que pueda, volveré.

05 junio 2016

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 3 de junio de 2016

Sol, gente feliz y buen ambiente nos reciben al llegar al recinto donde se celebra el Primavera Sound. Empezamos con la revisión de la tradición que hacen los Hermanos Cubero. Al escuchar sus canciones te das cuenta que nunca hemos hecho lo que han hecho otras culturas y que nuestro pop y nuestro rock pocas veces beben de nuestras raíces musicales. Escucharles es un placer y una buena manera de empezar la jornada festivalera.

María José y Jordi P. no me dejan quedar en el escenario en el que empiezan a tocar los Viva Belgrado  (volveremos a vernos pronto) y acabamos recabando en el concierto de Ben Watt. No es mal sustituto. Con Bernard Butler a la guitarra, nos regala un buen concierto repleto de buenos temas. Hoy he decidido renunciar a los grandes conciertos que hacen en Mordor (una zona del Festival salvaje, inhóspita y llena de orcos y conciertos estrella. Si entras en ella es muy difícil salir, conozco a gente que ha perdido días de festival atrapados entre sus dos escenarios), los substituyo por un pequeño sustitutivo del Sónar. Primero con Cabaret Voltaire en un Auditori oscuro y peligroso y después en la playa que debuta este año.


Hora de reponer fuerzas (con Jordi R y Núria en una zona de comidas extrañamente desierta) para enfrentarse a un poco de guitarreo. Empezamos con el punk de Aliment en el pequeño escenario patrocinado por Ray-Ban (donde siempre hay conciertos intensos y cercanos), continuamos con Dinosaur Jr  y rematamos con los clásicos del Primavera Sound: Shellac (un año más, uno de los conciertos del Festival).



Aún queda mucho rock, pero no la necesaria energía para disfrutarlo. Esperamos a Jordi P. (que ha podido salir finalmente de Mordor) viendo a Tortoise. Un final relajado para una larga jornada de Primavera Sound.

03 junio 2016

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 2 de junio de 2016

Primavera Sound. Sensación de Deja Vu cuando cruzo la puerta que me da acceso al recinto por primera vez, cuando recorro los caminos entre escenarios,  cuando pido la primera cerveza y cuando, después de bebérmela, giro el vaso en el suelo antes de pisarlo. Como cada año, hay novedades, pero sobre todo, hay elementos que se repiten e, incluso, rutinas.

Empiezo con Autumn Comets bajo un sol abrasador. Contundente directo rematado con un homenaje a Jason Molina en el mismo escenario en el que actuó en 2009. En el Heineken Hidden Stage, uno de los mejores del festival, disfruto del conciertazo de Lee Ranaldo & El Rayo. No sé cómo se lo hace Refree para conseguir colarse cada año en uno de los conciertos del festival, pero una vez más lo ha conseguido. Uno de esos conciertos que justifican la compra del abono.



Me encuentro con Jordi P. y compartimos una cerveza mientras vemos la actuación de The James Hunter Six.  Soul de alto voltaje de impecable ejecución, da gusto escuchar a bandas así. También veo el inicio de actuación de Daughter pero tengo una cita con Dan Bejar y, poco después, cruzo el recinto del Fórum en bus para acercarme al escenario donde actúa Destroyer. No descubro nada nuevo, pero Destroyer siempre emociona. Buenos temas, bien defendidos (con una potente sección de viento y seis músicos en el escenario) y público entregado. Está siendo una muy buena primera jornada.


Más canadienses. Suuns suenan potentes. Su mezcla de electrónica y rock industrial me distrae hasta que María José llega con la cena – los tradicionales libritos del Primavera Sound –. Tras la cena intentamos ver la actuación de John Carpenter. No pasa de la anécdota y decidimos dar un paseo descubriendo nuevos espacios (El nuevo Beach Club con el renovado escenario Bowers & Wilkins es todo un descubrimiento que explotaremos mañana y pasado).



Hora de volver a casa. Los años no pasan en balde y llego a casa muy cansado. He disfrutado mucho.

02 junio 2016

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 01 de junio de 2016


30 años separan los dos objetos de la foto. Compré el más grande de los objetos, el L.P. “Edades de óxido” de Mar Otra Vez, en el 86. Lo escuché, lo presté, lo puse en programas de radio y obligué a mis amigos a escucharlo (algunos de ellos siguen, a día de hoy y pese al trato recibido, siendo amigos míos). Pero nunca vi a Mar Otra Vez en directo. Su vida efímera  me lo impidió. Seguí la carrera de Javier Corcobado pero siempre me quedó el resquemor de no haberlos visto defender un trabajo impecable encima de un escenario. El segundo objeto, comprado en 2016, es el abono del Primavera Sound que me ha permitido, por fin, poder ver a Mar Otra Vez en el escenario de la Sala Apolo. Rodeado de muchos fans – la edad delata – y pocos despistados, disfruté de un gran concierto en el que la energía demostrada en el escenario dejo poco lugar para la nostalgia estéril.  Gran Concierto, gran banda, gran disco… y un poco de nostalgia buena.


No pensaba quedarme a ver el siguiente concierto (Psychic Tv) pero Jordi R. i Cesc consiguen convencerme. Gracias, se me hizo corto. Buen arranque de un festival que, como siempre, promete.

Ante la huelga de los trabajadores del metro – que han decidido putear impunemente (cuando no hay huelga alargan las esperas en cada parada con la intención de producir el efecto contrario al que producen) y tomar como rehenes a los ciudadanos de Barcelona – voy caminando al trabajo. Me planteo hacerlo con más frecuencia. No hay mal que por bien no venga. 

01 junio 2016

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 29 de mayo de 2016

Domingo. Incomprensiblemente, la nevera sigue vacía. Volvemos al Hotel Sant Pol para desayunar pero antes cruzamos la calle para que Cass pasee por la playa en un aperitivo de lo que nos gustaría que fueran nuestras vacaciones de verano.


Tras el paseo, y ya instalados en el que se ha convertido en una prolongación del comedor de casa, leemos el periódico frente al mar. Pese a la lluvia de la noche, ahora hace sol y la ubicación privilegiada se disfruta aún más.


Somos animales de costumbres, y tras el desayuno, volvemos a nuestra rutina habitual (establecida ayer): siesta del carnero (también conocida como “canóniga”). A mediodía quedamos con mi tía Lluisa, con Marta, con Anna y con David para hacer el aperitivo. Terraza, sol y cervecitas. También se apunta – aunque sólo un rato – Núria que vive dos pisos arriba. No hay tiempo para más. Hora de recoger, volver a casa y preparar la dura vuelta al trabajo (que seguro que costará más que otros lunes). Ha sido un buen fin de semana... de hecho ha sido estupendo. Gracias a todos los que lo habéis compartido con nosotros.

31 mayo 2016

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 28 de mayo de 2016

Sábado. Nos levantamos más tarde de lo habitual y, como la nevera está totalmente vacía, bajamos a la playa para desayunar. Nubes, bocadillo de atún y periódicos frente al mar, podríamos acostumbrarnos a esto. Cass, lesionada tras una noche de juegos intensa, se mira la playa desde la distancia. Mañana estará mejor.



Tras una siesta reparadora, y tras constatar que nadie nos ha llenado la nevera, volvemos a la playa para comer una paella en el Hotel Sant Pol. Hora de volver a casa para seguir con el alto nivel de actividad que está caracterizando nuestro día. La siesta resulta más larga de lo esperado y, tras ella, es casi hora de cenar. Lo hacemos en casa de Albert y Esther (volvemos a ser los mismos menos Toni que, no obstante, desde la distancia y gracias a la tecnología, nos da instrucciones para volver a saludar a la Estación Espacial Internacional. No lo haremos) mientras vemos la final de la Champions. El final del partido, como el resultado no es el deseado por ninguno de los presentes, no da lugar a ningún tipo de euforia y no alarga la noche


30 mayo 2016

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 27 de mayo de 2016

Jueves. La jornada – la semana entera – ha sido larga. Llego a casa cansado pero la perspectiva de lo que está por venir renueva mi barra de energía. María José ha diseñado una operación logística complicada: Cass dormirá en casa de mis padres, mis primas la recogerán mañana por la mañana y la subirán a S'Agaró y allí, si todo va como lo hemos planeado, la recogeremos nosotros por la tarde. Una vez cumplida la primera parte de la operación, seguimos las instrucciones de Marta y JoanMa para encontrarnos con ellos en un restaurante de Vidreres. El conejo que me como no pasará a la historia de la gastronomía empordanesa, pero cenando hacemos las primeras risas y desconectamos.

Dormir en Bell-Lloch, en casa de Marta y JoanMa, tiene ciertos riesgos. Los Gin-tónics de JoanMa no son el menor de ellos pero como estamos cansados, conseguimos irnos a dormir a una hora razonable y conservando cierta dignidad.

Viernes. Desayuno en la cocina y encuentro con Albert, Esther y Toni en S'Agaró para comprar la comida y la bebida necesarias para acompañar nuestro paseo en velero. En el puerto de Palamós nos recibe Mia de Vadevela y su “Prou lluny”. Con él navegaremos por la costa, tomaremos el sol fondeados en la bahía de S'Agaró, hablaremos, reiremos... compartiremos un día fantástico que nos hace olvidar rutinas y penurias.


Volvemos a Bell-lloc para recoger coche y pertenencias, a S'Agaró para recoger a Cass y de nuevo a Bell-lloc para rematar el día con una cena improvisada (ahora somos 12 con la llegada de María, Laura, Xavi, Montse y Marga). Un saludo a la estación espacial, orbitando a 400 kilómetros de nosotros, pone fin a un día intenso y largo. A un buen día con amigos. A un regalo.

22 mayo 2016

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 22 de mayo de 2016

Jueves. Me encuentro con Jordi P. en Lata-Berna (Torrent de les Flors, 53 Barcelona). Tapas creativas y buena conversación. Rematamos con un largo peregrinaje por locales de Gracia extrañamente vacíos.

Sábado. El trabajo, como un mal sueño, me alcanza en el momento de más profundo descanso. No es un trabajo del todo desagradable… pero es trabajo. Me recupero con una tarde de buenas series (acabamos la segunda – y sensacional – temporada de Daredevil y empezamos con Mr.Robot que tiene un arranque espectacular) y una noche de buena música.

En Apolo,  Alex Cooper presenta su “Popcorner: 30 años viviendo en la era pop” acompañado por 7 músicos y un público fiel que le agradece estos 30 años de buenos conciertos pasándolo en grande una noche más. La entrega por las dos partes tiene como recompensa una dosis gigante de endorfinas generadas, a partes iguales, por un excelente presente y por  la nostalgia de unas canciones que nos han acompañado durante los 30 años de carrera que celebramos. Flowers también se subió al escenario… pero al menos esta vez acabo vestido.

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19 mayo 2016

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 19 de mayo de 2016

Empieza a oler a verano. Y todavía huele más esos días festivos en los que la sobremesa de la comida – preferiblemente al aire libre - se alarga hasta que el cielo empieza a oscurecer. Días de amigos, de mezclar conversaciones intrascendentes e importantes, de compartir buenos y malos momentos, de vaciar la nevera, reír mucho y compartir. Días, en definitiva, en los que te parece que todo es posible y que pintan de color los días malos pasados y futuros.

Llegamos al final de “The Good Wife”. Nos ha acompañado durante 7 gozosamente largas temporadas en la que hemos agradecido los personajes ambivalentes construidos a base de cariño, miedos, egoísmos, generosidad y pequeñas ruindades. Personalmente echaré de menos a Eli Gold (¿habrá spin off?) pero también al resto de personajes de una serie que nos retrata como animales que vivimos en sociedad.

Y en una nueva entrega de los documentales en el sótano de Graceland vemos “Sound City”. Dirigida por Dave Grohl (bateria de Nirvana, front man de Foo Fighters...) cuenta la historia de uno de los más míticos estudios analógicos y su decadencia con la llegada del digital. Y cuando cualquier documental llegaría a su final – con el cierre definitivo del estudio motivo del documental -, Dave Grohl (que con Nirvana había grabado el Nevermind en Sond City iniciando la seguda edad de oro de los estudios) lo convierte en un homenaje a la música y a su mística. Grohl recupera la mesa de mezclas del estudio y nos muestra el proceso de grabación de un disco (Sound City Real to Reel) con la participación de muchos de los músicos que formaron parte de la historia del estudio (el mismo Grohl y los Foo Fighters, Krist Novoselic, Trent Reznor, Peter Hayes, Stevie Nicks, Rick Springfield, Rober Levon Been, Lee Ving, Brad Wilk,Chris Goss... y, aunque no había grabado en Sound City, Paul McCartney). Un gran documental.

14 mayo 2016

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 14 de mayo de 2016

El cine, en algún momento protagonista habitual en este diario, se ha convertido en un acontecimiento inusual. Vemos “Capitan America Civil War” que resulta una de las mejores películas del, cada vez más poblado, universo Marvel.  Aviso: el que no se quede hasta el final de los créditos se perderá dos escenas.

En el TNC vemos el “Victòria” de Pau Miró. Y, pese a algún problema de credibilidad (a alguna de las tramas se le ven unas costuras burdas, cogidas con pinzas y frágiles), pasamos un buen rato. Ayudan la excelente escenografía de Max Glaenzel  (que, una vez más, aprovecha con maestría los recursos escénicos del TNC que el público empieza a disfrutar nada más entrar en la sala) y un buen reparto encabezado por Emma Vilarasau, Pere Arquillué, Mercè Aránega y Jordi Boixaderas. Es, peró, Mar Ulldemolins la que consigue los mejores momentos. También están muy bien Joan Anguera y Nil Cardoner.

En los viajes de metro – estos días más largos por una huelga encubierta e insolidaria en la que los ciudadanos somos utilizados como rehenes para conseguir unas reivindicaciones supongo justas – he continuado leyendo y disfrutando del “Manual para mujeres de la limpieza” de Lucia Berlín. Lo mejor que he leído en mucho tiempo, no os lo perdáis.

El Sonar+D, el laboratorio tecnológico del Sónar, crece año tras año. Lo que empezó siendo una muestra entre lo curioso, lo freak y lo tecnológico, ha evolucionado para convertirse en una cita imprescindible con la creatividad ligada a las tecnologías más avanzadas. Su programación es ya tan interesante como la musical del festival del que depende. Acudo a la presentación en el impresionante Mazda Space con la esperanza de poder encontrar tiempo para sumergirme en sus muchas propuestas. 

Tampoco hay que perderse, en el CaixaForum, la exposición “Impresionistes i moderns”. La muestra nos acerca una selección de grandes obras de la Phillips Collection. Modigliani, Kandinski, Rothko, Pollock, Degas, Cezanne… una oportunidad rara y única para disfrutar de todas estas obras de arte. 

07 mayo 2016

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 7 de mayo de 2016

El “Manual para mujeres de la limpieza” de Lucía Berlín es uno de los fenómenos literarios de este año. Y, en contra de lo que suele ser corriente, Lucía Berlín no es una autora novel que acaba de sorprender al mundo con un buen primer libro ¿Quién es Lucía Berlín y por qué razón no había oído hablar nunca de ella? Miro en la Wikipedia. Lucía Brown Berlín nació en Alaska en el 1936. Una vida compleja e intensa, marcada por el alcoholismo y la inestabilidad económica, publicaciones sin demasiado éxito (pese a que ganó el American Book Award en el 1991), una multitud de trabajos… hasta que murió en 2004 dejando su biografía reflejada en 77 cuentos. Y en 2015, once años después de su muerte, Farrar Straus and Giroux  publica este “Manual para mujeres de la limpieza” que triunfa en las listas americanas encandilando  a público y crítica.

Soy un lector de transporte público. En mis desplazamientos, por cortos que sean, siempre me acompaña un libro. Estos últimos días, si alguien se ha fijado en mí, me habrá visto absorto en la lectura y sonriendo muchas veces. En algunas ocasiones habrá sido una sonrisa triste, en otras alegre, tierna, escéptica o de reconocimiento… los cuentos de Lucía Berlín están llenos de vida, de verdad, de grandeza y de miseria… sólo temo llegar al final y no tener más para leer.

Hace poco más de un mes añadimos, al suplicio del gimnasio, un régimen estaliniano en lo que a la alimentación se refiere. Salvo contadas – y muy celebradas – excepciones, nuestro estado se resume en una palabra: inanición.  Y ayer, cansados tras una semana de bondad absoluta, decidimos regalarnos una cena en el This & that co. (Amadeu Torner, 41. Hospitalet de Llobregat. Teléfono: 93 337 22 77). Como siempre, todo delicioso (quizá esta vez un poco más ya que todo sabe mucho mejor). Volvemos a casa paseando felices, mañana volveremos a la triste – y escasa - normalidad… pero hoy hemos tocado el cielo.

03 mayo 2016

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 3 de mayo  de 2016

Coinciden en Barcelona muchas exposiciones fotográficas que ayudan a entender la ciudad. Una de las mejores, comisariada por Jorge Ribalta, es “Barcelona. La metrópoli en l’era de la fotografía. 1860-2004”. La muestra se pasea por la imagen icónica de la ciudad a lo largo de la historia de la fotografía hasta prácticamente nuestros días (echo de menos una referencia al presente, a la imagen globalizada actual y a la repercusión de las redes sociales en el imaginario icónico de la ciudad, pero seguramente eso sólo daría para una o varias exposiciones). Un proyecto ambicioso que consigue mostrarnos cómo ha evolucionado la imagen icónica de Barcelona desde los primeros daguerrotipos hasta el periodo post-olímpico.

El ritmo de la evolución de Barcelona y, por lo tanto, de su iconografía fotográfica se ha visto condicionado por grandes acontecimientos que han modificado su urbanismo: la aplicación del Pla Cerdà, las exposiciones universales del 1888 y del 1929, la Guerra Civil, el desarrollismo,  los Juegos Olímpicos y ese gran bluff llamado Fòrum de las Culturas. La exposición se organiza en periodos marcados por estos hechos históricos y por los cambios en la manera de representar la ciudad. Periodos en los que la monumentalidad se sitúa en el centro de la imagen son sucedidos por periodos donde la gente y sus problemas se sitúan como motivo principal, la modernidad y el clasicismo estético también se alternan muchas veces respondiendo a intereses políticos… los medios de comunicación también son fundamentales para entender este largo trayecto. El recorrido histórico es impecable y el trabajo de Jorge Ribalta merece un gran aplauso. Es necesario ir con tiempo, saborear y disfrutar de los muchos detalles que la muestra ofrece. La podéis visitar en La Virreina Centre de la Imatge hasta el 26 de junio.


02 mayo 2016

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 1 de mayo de 2016

Una semana más. Trabajo y pocas desviaciones de la rutina. Cenas con amigos, celebraciones familiares (cumpleaños múltiple que suma 160 años) y poco más. En casa vemos series (maratón de “The night manager” y alguna otra que tenemos a medias) y empezamos a disfrutar del patio. Aún es pronto para desayunar y cenar, pero las primeras comidas no pueden ser más agradables.


Me ha gustado mucho “Jambalaia” de Albert Forns y estoy disfrutando con el “Manual para mujeres de la limpieza” de Lucia Berlín. Prosa fantástica que respira verdad. Sus historias tienen un aroma que recuerda a Carver o a Cheever, pero también a los cómics de los hermanos Hernández. Muy recomendable.

30 abril 2016

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 23 de abril de 2016

Viernes. Volvemos del gimnasio. Desayuno sin prisas, con periódico y segundo café, parece fin de semana. Después aún hay tiempo de perezas antes de ponerse en marcha.

Leo el Jambalaia de Albert Forns en el tren de la costa. El libro me gusta y me hace reír, pero pronto el paisaje impone su dictadura y reclama mi atención. Nubes, playas desiertas y un mar gris que impresiona. Sólo desde la atalaya privilegiada que supone la ventanilla  del tren se puede mostrar algo de comprensión por el desperdicio urbanístico y paisajístico que supone una vía del tren a escasos metros del mar. El viaje, en un vagón prácticamente vacío, no puede resultar más placentero.
Bajo en Arenys y camino hasta la Riera donde me encontraré con Óscar y Toni. Aperitivo en una terracita donde nos encontramos a viejos compañeros de diferentes trabajos del textil. Nuestra conversación se traslada de mesa – del bar del aperitivo, no sabría decir el nombre, hasta el restaurante Els Pescadors/La llotja- pero no decae en ningún momento.

Mesa al lado del mar, junto a los barcos de pesca que llegarán a puerto mientras comemos, sardinas, mejillones a la marinera y un arroz pescador buenísimo. La tertulia continúa en un chiringuito de una desierta playa vecina.

El día ha sido largo y provechoso. Toni me devuelve a casa perjudicado por la generosa ingesta de espirituosos, pero entero.

Sábado. Hoy es Sant Jordi y, pese a que trabajo, tengo la suerte de hacerlo en La Rambla. Ambiente fantástico, meteorología generosa y gente disfrutando de una jornada festiva  única en el mundo. Los barceloneses hacen suyo el espacio público y disfrutan paseando entre libros y rosas. Saltándome la tradición, prefiero no buscar libros y centro mi atención en la gente que cada año disfruta más de esta gran fiesta.  A mediodía, María José se acerca y comemos juntos en el Ocaña tras fracasar nuestra primera opción (El Cañete estaba lleno). Por la tarde trabajo un poco más y, antes de que llegue la lluvia, vuelvo a casa cansado pero muy contento.

25 abril 2016

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 22 de abril de 2016

El despertador suena a las 7, una hora más tarde de lo que suele ser habitual los viernes. La hora de regalo se debe a que hoy no trabajamos.  Hoy no tenemos que ir al trabajo, pero en un momento de poca lucidez, ayer decidimos que hoy iríamos igualmente al gimnasio… aunque una hora más tarde. Lo que parecía una transgresión gloriosa, se queda en un “lo mismo de siempre” que no nos llena de regocijo ni de felicidad. Gracias al mismo mecanismo milagroso que ha conseguido llevarnos en piloto automático hasta el gimnasio – y todas las veces vestidos correctamente y con calzado deportivo en vez de zapatillas – llegamos al gimnasio del que somos socios. Naturalmente, vamos en coche pese a que el gimnasio no está lejos de casa. En nuestro estado matutino, el paseo podría derivar en desorientaciones, pérdidas o crisis de predeterminación.

Una vez en el parking, subimos en ascensor. Es sólo una planta, pero el ejercicio ya lo empezaremos una vez estemos dentro del gimnasio, que para eso pagamos. Hoy no están todos los habituales ya que es una hora más tarde, pero sí que reconozco alguna cara.

Y aquí abandono el relato de mi día… para contar cuatro cosas del gimnasio donde tres veces por semana (o dos… o una… o ninguna) me torturo desde hace unos meses. El relato del día, lo recuperaremos otro día.


Como solemos ser bastante constantes en lo que a horario se refiere, siempre nos encontramos con la misma gente. Algunos, la mayoría, son zombis somnolientos que intentan hacer algo de ejercicio, con mucho esfuerzo, a estas tempranas horas (María José y yo creo que encajamos en esta gran mayoría, pero igual somos los destacados de alguien). Otros destacan por pequeñas cosas que los hacen especiales. Está, por ejemplo, el señor muy mayor que crees que ha venido a traerle el bocadillo a su nieta ya que su movilidad es muy reducida… muy reducida hasta que el cabrón se pone a hacer abdominales y pesas con una agilidad, potencia y soltura que sabes que jamás tendrás en la vida. También solemos coincidir con “El Kansas” al que no me extrañaría encontrármelo cualquier día con una careta de piel humana y una sierra mecánica en la mano. Hay una que no para de hacerse selfies y de grabarse en posturas y circunstancias insólitas (supongo que es un clásico de los gimnasios, pero me choca). Cada mañana llega el del “Buen rollo”. Simpático, educado y amable, no para de saludar a todo el mundo. La mayoría, con cascos aislantes y concentrados en no sucumbir al sueño, no solemos corresponder a sus muestras de educada cordialidad. En nuestro gimnasio no faltan los musculitos, los que van a lucir, los que huelen mucho y los excesivamente equipados con ropas y gadgets especializados… pero una de mis favoritas es, sin lugar a dudas, la mujer que lee el Hola mientras camina en la cinta de correr. Una crack.

21 abril 2016

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 21 de abril de 2016

Hay periodos en los que sentarse a escribir resulta una tarea hercúlea. Los que leéis con asiduidad este diario (¡Hola familia!) ya habréis notado que – sin duda – atravieso uno de esos momentos. No se trata de una falta de creatividad – Diario de un Ocioso nunca ha destacado por eso –, ni de una falta de actividades – pese a una excesiva vida laboral, no he dejado en ningún momento el ocio de lado -, tampoco hay motivos ocultos, de salud, futbolísticos (no ha sido un buen periodo para los barcelonistas), esotéricos o existenciales... mi falta de actividad escritora – mi intención era poner literaria...pero tampoco – responde únicamente a la conjunción de grandes dosis de pereza con circunstancias que me alejan de la mesa y del ordenador donde suelo escribir.

Lo que leo también influye en como escribo. Y tras leer a Karl Ove Knausgard (no se poner el circulito encima de la segunda a de knausgard) tenía la intuición de que mi escritura daría un salto cualitativo ya que “La muerte del padre”, primera parte de “Mi lucha”(6 largas novelas, más de 3000 páginas, que estoy deseando devorar) , me ha cautivado. La escritura de Karl Ove Knausgard tiene todo aquello que suele faltar en este diario: ficción – toda escritura lo es – que roza la realidad, hiperrealismo autobiográfico, sinceridad descarnada, oficio, talento...

Decía que tras leer a Karl Ove Knausgard creía haber encontrado el camino a seguir... y mientras esperaba que cayera en mis manos la segunda parte, “Un hombre enamorado”, abrí un libro que había comprado para un amigo – El “Jambalaia” de Albert Forns – y empecé a leerlo. En Jambalaia también hay autoficción, metaliteratura y reflexiones sobre el hecho de escribir (en ambos libros el escritor está escribiendo sus primeros trabajos) , egoescritura... Pero Forns le añade humor, gamberrismo intelectual y referencias cercanas... es casi lo mismo, pero a la mediterránea. Mi amigo se ha quedado sin libro y yo sin los buenos propósitos literarios. Desengañémonos, yo tampoco soy nórdico, aunque me gustaría escribir como el bueno de Karl Ove.

Y después de tantas disquisiciones que no llevan a lugar alguno, la familia estará esperando noticias frescas sobre mi devenir vital. Aquí tenéis el habitual resumen de aliño – hecho consultando el Google Calendar desde el último día que me puse a escribir – que pese a ocupar un largo periodo de tiempo, no tiene demasiadas entradas: Documental musical en el sótano de Graceland con los amigos (vimos el excelente “The Punk Singer” centrado en Kathleen Hanna), una comida con mis padres para celebrar el cumpleaños de mi madre (en el restaurante de enfrente de su casa), muchas series (en realidad no tantas), la preparación y la consumación de un aperitivo – comida y casi cena – en Graceland para celebrar el cumpleaños de María José rodeados de amigos, un poco de lectura y muchas partidas a diversos juegos online.


11 abril 2016

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 11 de abril de 2016

Me compré el primer volumen de “Mi lucha”, “La muerte del padre”, después de leer encendidos elogios. Quería leer el primer libro de los seis que forman parte de la obra de Karl Ove Knausgard… pero tenía más dudas que certezas (también por lo que decían las mismas críticas que me empujaron a él). Estoy atrapado, fascinado, entusiasmado. Iré espaciando la lectura de los diferentes volúmenes… pero estoy disfrutando mucho y todas las incertidumbres se han disuelto ante una obra impactante de la que os hablaré más de una vez. 

Celebramos el cumpleaños de María José en La Cúpula de Garraf. Una mesa con vistas al mar, el tiempo que acompaña y buena comida… un domingo fantástico.




Tras una siesta reparadora, vamos al TNC para ver el “Don Joan” de Moliere. Adaptar un clásico no es fácil y David Selvas consigue rescatar la esencia del personaje y trasladarla a nuestros días. Y, pese a algún pequeño reparo (relacionado con conceptos como el honor o la religión que no resultan creíbles en nuestros días), la adaptación funciona. Le ayuda un buen reparto, encabezado por Julio Manrique y un fabuloso Manel Sans, una escenografía llena de pequeños detalles y una buena dirección de actores. El TNC estaba lleno y las entradas agotadas antes del estreno. 

03 abril 2016

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 3 de abril de 2016

En el Victoria vemos “Carmen” de la compañía Antonio Gades. Lo paso bien gracias a la calidad de los intérpretes, pero el resultado final resulta irregular. Me desconcierta la mezcla de música en directo y música grabada me desconcierta.  El flamenco toma el protagonismo, dejando el baile en segundo lugar y es en las escenas grupales donde el espectáculo brilla más. Sin embargo salgo con la impresión de haber visto un espectáculo de flamenco domesticado y, por lo tanto, sin duende.  Seguramente el espectáculo funciona muy bien con público no habituado a ver flamenco y en paises donde el flamenco es una rareza… y yo me lo pasé bien… pero…

Y nuestra habitual cena mensual con Esther, Albert, Marta y JoanMa nos lleva al altillo del Betlem (Girona, 70 teléfono:  93 265 51 05). La comida está muy buena y el altillo es el lugar ideal para una cena tranquila con amigos. Recarga de pilas en un día en el momento en el que lo necesitaba.

Y llega un nuevo fin de semana en el que sólo apetece descansar.

29 marzo 2016

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 29 de marzo de 2016


Vuelta al trabajo tras unas provechosas vacaciones. Cinco días no son muchos, pero si suficientes para desconectar y pasarlo bien. Comidas familiares, barbacoas con amigos, lectura, series (sobretodo “Shameless”), descanso, paseos, un arroz a banda con sabor a vacaciones, perezas compartidas... muchos planes se han quedado en el tintero donde también reposarán los detalles de estos cinco días (Más por pereza que por otras razones).

22 marzo 2016

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 21 de marzo de 2016

No pensaba volver a encontrarme con Frank Bascombe fuera de alguna relectura de la trilogía de novelas protagonizadas por él y escritas por Richard Ford. Y aparece este “Francamente, Frank” que suena a despedida. Y los cuatro breves relatos – en realidad cuatro momentos de un mismo relato – nos devuelven la esencia de Frank Bascombe. Socarrón, cínico, aceradamente sincero en sus reflexiones... leer sobre él es recuperar ese particular sentido del humor y esa mirada crítica sobre la sociedad americana en tiempos de Obama y, de alguna manera, sobre nuestra sociedad. Esta vez muchas de las reflexiones de Frank giran en torno a envejecer, a la muerte y a nuestro paso por la vida... el personaje ha crecido con nosotros y se ha hecho mayor. Pero Frank Bascombe sigue siendo ese espectador escéptico que, intentando mantenerse un poco al margen de todo, cuenta las cosas tal y como las ve. La suya es una voz necesaria que siempre es agradecido leer, una de esas lecturas capaces de mejorarte un día.

Y en el TNC vemos el “Professor Bernhardi” de Arthur Schnitzler dirigido por Xavier Albertí. Reparto de lujo encabezado por Lluís Homar que está impecable en su papel de Bernhardi y por un sensacional Manel Barceló en el papel de Flint. Sus dos diálogos son de lo mejor de la obra. Bien el resto del reparto, destacar a alguno de ellos sería injusto. También merece elogios la escenografía de Lluc Castells y José Novoa que, con pocos elementos, brilla como un elemento más del montaje. El domingo era la última función y los actores la dedicaron a Carles Flavià. Yo también lo echaré de menos tanto en el barrio, como en las plateas de teatro donde solíamos coincidir.


Y de nuevo el trabajo, aunque sea en esta semana extraña, ocupa todo mi tiempo. El metro a primera hora va vacío y el teléfono no suena. Tengo la sensación de ser de los pocos que trabajan esta semana.

19 marzo 2016

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 19 de marzo de 2016

Viernes por fin. La semana laboral se acaba dejando paso a dos días – que pocos parecen – de descanso.

En la Sala Salamandra nos reincorporamos al Let’s Festival. Cuando llegamos, Santos invitan a Ricky Falkner a subir al escenario. Es un aperitivo de lo que nos espera después… pero primero calentamos motores con la banda que está en el escenario presentando “El sueño del mamut”. Buen directo. Lo pasamos bien.

Y tras ellos, les toca el turno a Egon Soda que nos regalan un gran concierto. Buen sonido, buenos temas… y un directo aún mejor que la primera vez que los vi, hace dos años y tres días, en esta misma sala. Disfrutamos como enanos. Con “Nueva Internacional” el concierto se acaba en todo lo alto… pero aún hay tiempo para un fin de fiesta festivalero con todos los músicos de Santos y Tremenda encima del escenario. Nos despedimos del Let’s por este año. Volveremos, es un gran festival.




La casa” es una nueva maravilla que Paco Roca nos ha regalado. Una historia pequeña que se hace universal y que despierta sentimientos y sensaciones. Bien dibujado y mejor contado. Un cómic imprescindible, una deliciosa obra maestra.


09 marzo 2016

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 9 de marzo de 2016

Sábado. Concierto del Let’s Festival en la Sala Salamandra. El Let’s Festival es un buen festival. Repartido a lo largo del mes de marzo, asistir a varios conciertos no requiere esfuerzos logísticos, grandes derroches de energía, ni es caro. La asistencia a los conciertos no suele ser masiva y – salvo contadas excepciones – no hay apretones en la Sala Salamandra. Tanto la Salamandra 1 (sobretodo) como el Salamandra 2 son salas cómodas y con buena acústica. Por último – y no menos importante – me gusta como programan. Asistir al Let’s Festival permite volver a disfrutar de bandas ya consagradas y, a la vez, descubrir nuevos talentos.



La noche arranca con Angel Stanich. Acompañado de una potente banda, me sorprende gratamente la energía que desprende su directo (me esperaba algo más acústico y me encuentro con un despliegue de potencia).  Un “Metralleta Joe” fabulosa (fue la primera canción de Angel Stanich que escuché y la que hizo que me interesara por verlo en directo) pone fin a un gran concierto. Tras él, Arizona Baby cuaja un buen concierto que va de más a menos. Un exceso de locuacidad por parte del front-man – para algunos seguramente uno de los atractivos – lastra el ritmo de un concierto que empieza con un ritmo endiablado y que poco a poco pierde fuerza. Pese a todo son tan buenos que me lo hacen pasar muy bien.


Domingo. Sesión de fotos con Mariona, Jordi P, Toni y María José en el Puerto de Barcelona. El día acompaña y la sesión fotográfica se convierte también en un agradable paseo. Rematamos – también se apunta María – con un arroz en el Agua.



He acabado de leer “El mundo de ayer” de Stefan Zweig. Deberíamos leerlo todos para evitar repetir los errores que cometieron las generaciones que nos precedieron… pero ni lo leeremos todos, ni evitaremos esos errores que estamos condenados a repetir una y otra vez. 

05 marzo 2016

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 04 de marzo de 2016

Viernes. Por fin. Pongo fin a una larga semana laboral en el Barcelona Beer Festival. El ambiente es fantástico – profesionales, aficionados, curiosos y despistados se mezclan en un marco espectacular- . Entre otras pruebo una deliciosa Pilsner Urquell sin filtrar y una sorprendente Triple Nighcap. Pero hay 70 tiradores con 350 cervezas para probar, poco tiempo y una capacidad personal limitada. Ante la tentación de quedarme a vivir aquí, decido resistir y volver a casa a tiempo. Está hasta el domingo y vale la pena. No os lo perdáis.

El pasado domingo trasladamos nuestra cena mensual con Albert, Esther, Marta y JoanMa a casa de mis padres convirtiéndolo, como cuando éramos pequeños, en una comida familiar. Y desde entonces, trabajo y poco más (un poco de lectura, algo de series de televisión – con la incorporación de Ash vs. Evil Dead -).


Empieza el fin de semana.

28 febrero 2016

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 28 de febrero de 2016

El Black Lab Brewhouse & Kitchen (Plaça Pau Vila, 1. Barcelona) ha sido el sitio elegido por la organización para  presentar la nueva edición del Barcelona Beer Festival que se celebrará del 4 al 6 de marzo en el Museu Marítim de Barcelona.  Lo hacen con una cata de cervezas con maridaje quesero. Una de las cervezas del pack especial del Festival, La “Aigua” de Cerveses La Pirata, marida con queso Rey Silo, La “Punto de Rocío” de Black Lab con un Bucarito al Romero y la “Good Morning” de Black Lab con dos quesos, uno de Gamonedo y un Peña Blanca de Castellón. Algunos maridajes resaltan las propiedades de la cerveza, otros las suavizan… todos sorprenden. La semana que viene haré un hueco en mi agenda para pasarme por el festival para disfrutar de los 70 tiradores de cerveza artesanal (con más de 350 cervezas en rotación) y de un ambiente fantástico.


Cena con Toni y Oscar en la Braseria Nicasio de Sant Boi. Un chuletón tomahawk impresionante y un, no menos impresionante, chuletón  del Valle de Esla caen tras los entrantes (esos calamares no tienen precio). El trato amable hace que me sienta como en casa. Rematamos una gran noche en el Oncle Jack de l’Hospitalet.

26 febrero 2016

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 25 de febrero de 2016

Visito el Mobile World Congress más por curiosidad que por necesidad. Organización impecable, dimensiones mastodónticas, más gente trabajando que paseando y colas en los stands que ofrecen chorradas gratis. Después de un largo paseo que sirve como toma de contacto, hago una parada técnica. Leo a Stefan Zweig que, en “El mundo de ayer”, testimonia un mundo en descomposición, una sociedad que se disuelve. Creo que, tras una nueva época de cierta estabilidad, vivimos un momento similar. Esa sociedad futura en la que nos hicieron creer ya no existe, nuestro mundo cambia a pasos agigantados y esos pasos no siempre nos llevan hacia un futuro mejor. Y es de nuevo la fe en un futuro mejor gracias a los avances tecnológicos lo que nos hace mirar únicamente hacia adelante. Algún día otro Stefan Zweig contará como era ese mundo que aún creemos que es de hoy pero que hace mucho que ya es de ayer.

Y, a parte de filosofar en la Meca de la tecnología, en estos últimos días he trabajado razonablemente, he comido con amigos para celebrar un cumpleaños (el de Quim), he cenado con la familia (volviendo después de muchos años a La Esquinica donde nada ha cambiado), he leido a Stefan Zweig (y algunos suplementos que tenía apilados en la mesa de la cocina ante la amenaza de desplome), he visto series (sobretodo “Shameless”) y he escuchado –y disfrutado – el “Domus” de Silvia Pérez Cruz.



18 febrero 2016

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 18 de febrero de 2016

1971. Los hermanos Hackney, de Detroit, tienen una banda de proto-punk. Pero son tiempos en los que la música surgida de la Motown reina en Detroit y en el mundo, los Hackney hacen una música que nadie de su entorno entiende ni aprecia y deciden llamar Death a su grupo. Sin concesiones a las muchas voces que les piden un cambio de nombre, cinco años después, la banda se disuelve tras una sesión de grabación de la que únicamente publicarán un single autoeditado. Tras algunas aventuras musicales efímeras, Bobby y Dannis Hackney compaginan su actividad profesional con una banda de reggae, Lambsbread. David Hackney, que sigue viviendo en Detroit, muere en el año 2000.

2008. El single de Death es una rareza (sólo hicieron 500 copias) y como tal es apreciado por algunos coleccionistas locos. Una de las copias acaba en manos de un dj que lo utiliza en sus fiestas. Los hijos de Bobby Hackney escuchan la que, sin duda, es la voz de su padre en una de esas fiestas y descubren una banda olvidada incluso dentro de la familia. Deslumbrados por Death montan una banda de tributo (Rough Francis) y consiguen rescatar el master original con los dos temas que se publicaron en el single y otros cinco que jamás habían visto la luz. Death, con la incorporación de un guitarrista para substituir a David, vuelven a los escenarios y publican nuevo material.

Esta es la historia que cuenta “A band called dead”, el excelente documental de Jeff Howlett y Mark Covino que iluminó la sesión 22 de documentales en Graceland. Pese a que han vuelto a los escenarios y que su estado físico es mejor que el de Rodriguez cuando vino a Barcelona, no creo que vuelva a cometer el error de ver a una banda por su pasado. Si alguna vez aterrizan cerca y su música es interesante iré a verlos... pero no caeré en la nostalgia de lo no vivido.