DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 11 de septiembre de 2019
Hoy se acaba todo. Mañana, las vacaciones serán historia y
empezará un nuevo ciclo. Empiezo a calcular cuantas horas de más tendré que
dedicar al trabajo para compensar los días de asueto que me he regalado
(también los dos días extras que me han permitido llegar hasta hoy en estado de
gracia).
Tras las primeras crónicas de vacaciones, mis conexiones se
hicieron más esporádicas y las crónicas que no escribí se convertirán en un
resumen apresurado.
Cass está mejor. Le cuesta levantarse, pero, cuando lo hace,
juega y está contenta. Su lenta recuperación ha marcado nuestros días y
nuestras actividades. Menos salidas, menos playa, más lectura y mucha
tranquilidad. Nos ha ayudado poder contar con el jardín de Marta y JoanMa que
nos ha acogido y nos ha regalado días de tranquilidad a los pies de su piscina.
No han faltado las mañanas de Playa con Cass y, aunque han
sido muchos menos de lo que suele ser habitual, nuestros ratitos de playa en
Punta Prima. También hemos tenido tiempo para pasear por Sant Feliu.
He leído mucho. “Firefight” y “Calamity” de Brandon
Sanderson, “The Haçienda” de Peter Hook, “Canto jo i la muntanya balla” de Irene
Solà, “Los Modlin” de Paco Gómez, un poco de Pla sobre el Empordà, una revisión
a los RockdeLux del último año, un librito de Don Winlslow sobre el auge de la heroína
que acompañaba a “La Frontera” y que quedó olvidado en un rincón y todos los
Cultura’s acumulados en los fines de semana de poco tiempo.
Poca tele. Hemos recuperado The Closer y Major Crimes.
También ha habido comidas y cenas con amigos, una barbacoa, el
50 cumpleaños de Alena y la celebración de los 100 años que hemos cumplido Esther
y yo este agosto.
Finalmente, quiero destacar una escapada a l’Arboç para
disfrutar de la generosidad de Roser y de su fabulosa comida de Fiesta Mayor. Una
oportunidad única para vivir una Fiesta Mayor como un nativo más, una
maravilla, una suerte. Moltes gràcies Roser.