DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 28 de julio de 2019
Hace años que no hay fuego ni carne a la brasa, pero, pese a
eso, la seguimos llamando la barbacoa en casa de Kris y Toni. Un reencuentro
anual, una excusa para vernos y no perder el contacto, una tradición que nos
gusta y que todos cuidamos. El mismo guión cada año con pocos cambios de
protagonistas, los más pequeños crecen y los demás nos hacemos mayores, las
mismas fotos repetidas con un año de diferencia, el mismo cariño que crece año tras
año… el año que viene volveremos a la barbacoa de Kris y Toni (aunque siga sin
haber carne).
De nuevo con el escáner que me dejó Jordi P. me sumerjo en
el pasado mientras recupero las antiguas fotos de la familia. Algunas – pocas –
no las había visto nunca. Fotos que salieron mal – desenfocadas, mal
encuadradas, feas… - y cuyas copias nunca se hicieron o nunca se engancharon en
el álbum de recuerdos. No son las mejores, pero me gusta encontrar una o dos
por carrete. Las otras, las conocidas, las comparto con amigos y familia. En
una época en la que las imágenes están siempre con nosotros y han dejado de
tener la misma importancia que tenían hace unos años, recuperar las viejas
fotos arranca sonrisas y recuerdos. El trabajo es mucho, pero también muy
gratificante.