DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 15 de junio de 2013
Viernes. Cojo un día de vacaciones para disfrutar del Sónar
en condiciones. Mañana de descanso en compañía de María José. Perezas,
lecturas, compras por el barrio y paseos con Cass.
Sónar 2013 (día 2)
Las primeras horas de cada jornada del Sónar son ideales para
adentrarse en los contenidos no musicales que ofrece el festival. En el Mnac,
Quayola ha montado Matter, una enorme escultura digital basada en “El Pensador”
de Rodin. Más allá de las impresionantes dimensiones del invento, las
sensaciones que transmite en una Sala Oval en penumbras justifican la larga
subida – por suerte con escaleras mecánicas – hasta el MNAC. Antes de volver al
Sónar día, Jordi P y yo, aprovechamos para encontrarnos con Lluís.
Cervecita y programa del Festival para planificar el día y
paseo y fotos en la zona de Sónar + D. La mitad de Geeks del planeta están
aquí. Concentrados, discutiendo o mostrando sus inventos. Algunos de los
inventos tienen relación con la música, otros no. No importa, las sonrisas y la
sorpresa están aseguradas, alguna buena foto para colgar en Instagram también.
Parada técnica para comer en “El golfo de Napoli”. Buena
pasta rematada con un sensacional “Cannoli”. He de reconocer que me gusta, pero
en el hecho de pedirlo, siempre influye la mítica (e intento no olvidarlos
nunca, “leave the gun, take the cannoli”).
Lo intento una vez más pero la asignatura pendiente de La
Bien Querida sigue siendo el directo. Pese a los momentos en los que David Rodríguez
consigue que la cosa se eleve, el conjunto es plano, sin brillos ni aristas a
los que agarrarse. El calor de un SonarVillage arrasado por el sol, tampoco
ayuda. Disfruto más con el house vocal de Sísý Ey, las islandesas no son la
gran sorpresa que nos habían vendido, pero nos lo hacen pasar bien.
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On és Wally? |
Pico aquí y allí. No me sorprende nada especialmente y
decido volver a casa para coger fuerzas.
Sónar Noche. Todos hemos querido llegar a la misma hora.
Problemas en la puerta de acceso que retrasan la entrada. Llego justo para
ponerme las gafas 3D y empezar a disfrutar del show de Kraftwerk. La foto del
festival, sin duda, es la de miles de espectadores con las gafas, espero verla
pronto. Krafwerk son los padres (¿los abuelos?) de la música electrónica y,
pese a que han actualizado constantemente sus temas, su sonido tiene más aire
de clásico que de música avanzada. Disfruto un rato del Show 3d – impactante –
y de temas que me han acompañado toda la vida. Al cabo de una hora – el concierto
durará dos – salgo a dar una vuelta por el recinto y a descubrir nuevas
propuestas. Un poco de Bat For Lashes, una pizca de Zero y de César de Melero y un asomo de Nicolas Jaar antes de volver a Krafwerk para regalarme un par de temas más.

Hora de volver a casa. Atravieso un mar de botellas y latas,
restos de botellones y botellones en activo. La fiesta sólo ha hecho que
empezar, pasadlo bien, yo me voy a dormir.
Esta mañana no toca música electrónica. Mientras escribo
esto, escucho el “Puchao” de Srasrsra (imprescindible para desengrasar después
de tanta propuesta cultural) y a los Tiger Menja Zebra que hoy espero ver en el
Sonar de Día.