20 julio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 20 de julio de 2004

 
El Club Dante
Matthew Pearl
 
Ambientada en Boston poco después del final de la guerra civil norteamericana“El Club Dante” es un fascinante thriller en el que lo histórico y lo literario van de la mano de una narración cautivadora. Se me hace imposible no caer en el tópico de citar los referentes literarios a la hora de evaluar la novela del joven Matthew Pearl. El conocimiento que el autor demuestra de “La Divina Comedia” de Dante y de las circunstancias en las que el poeta Henry Wadsworth Longfellow acometió su traducción sitúan “El Club Dante” cerca de “El Nombre de la Rosa” de Umberto Eco. La ambientación del Boston de la post-guerra es envidiable y su descripción de los bajos fondos me recuerda a “El Alienista” de Caleb Carr.
Pero hay mucho más. La hábil inclusión de personajes históricos, los ricos detalles que nos acompañan durante la lectura, los juegos - no excesivamente tramposos-  con los que Pearl juega con el lector... todo hace que nos encontremos delante de una gran y entretenida novela que se lee de un tirón.
También es casi obligatorio decir lo que no es “El Club Dante”. Su aparición después de “El Código Da Vinci” la ha situado, en algunos medios de comunicación, en la órbita de la novela de “Dan Brown”.  Nada más alejado de la realidad. Si la novela de Dan Brown era puro entretenimiento con muy poca literatura en sus páginas, “El Club Dante” es un ejemplo de novela histórica, una historia de suspense delicadamente tramada que además está muy bien escrita.
 
Me levanto, desayuno con María José y repaso la agenda del día.
Obligaciones.................................................................... 3
Actividades de ocio programadas.................................... 0
Preocupante. Paso la mañana cumpliendo con mis obligaciones y, antes de comer, paro un rato para leer.
La tarde está ocupada por la última de las obligaciones de hoy: mis cinco horas de clase.
Ya en casa, y después de cenar, recibimos una llamada. Es Jordi R2 que se ha liado en la cocina y ha hecho demasiado pastel... que nos trae un poco y que nos vamos a hacer una cerveza para celebrarlo. El pastel resulta ser un bonito y delicioso pastel de albaricoque. Ya tenemos solucionado el desayuno de mañana.
Vamos a la terracita del Black Horse y alargamos la cerveza un par de horas mientras hacemos tertulia de terraza de bar en verano. El aire es fresco y se está muy bien. Que bueno es tener amigos en el vecindario. 

19 julio 2004

“El concepto de ocio es equívoco. El término ocioso alude a alguien pasivo e, incluso etimológicamente, negocio es la negación del ocio o lo que es lo mismo «no-ocio».”
Santiago García Quintana. Pequeña Historia del Ocio. Buenos Aires 1958
 
DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 18 de julio de 2004

 
Nos levantamos tarde y nos dejamos llevar por la pereza. La mañana pasa lenta mientras leemos. A mediodía decidimos bajar un rato al Club. Pero el Club que nos encontramos al llegar es completamente distinto al que cada día me es permitido disfrutar. No hay ni una tumbona vacía y las piscinas están llenas.
Pese a que la tranquilidad habitual ha sido substituida por una cierta locura colectiva decidimos quedarnos y encontramos nuestro hueco a la sombra (el sol pica demasiado). Más tarde conseguimos un carril para poder nadar un rato.
Vuelta a casa y tarde de domingo tradicional (siestas, lectura y película de video club – paycheck (floja pero entretenida -). Se acaba el fin de semana y el aire empieza a oler a vacaciones.

18 julio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 17 de julio de 2004
 
 Viernes. Llevo ya 24 horas sin teléfono cortesía de Telefónica que me anuncia que – como no soy un cliente preferente – pueden tardar otras 24 horas (al final serán más) en solucionar la avería.
Voy al servicio técnico de Sony que, tras el pago de una abultadísima factura,  me entrega un equipo presuntamente despojado de los problemas por los que lo dejé en sus manos. A los diez minutos de ponerlo en marcha descubriré que el lunes tengo que volver a cargar con él (es bastante pesado) para ir al servicio técnico a reclamar (otros quince días, otro viaje hasta el servicio técnico...).
Sigo constipado, un pulpo atenaza mi nariz y mi garganta.
Sólo me salva de la mala leche que me entra al enumerar todas estas adversidades una cena agradable en casa de mis padres con María José.
 
Sábado. Nos levantamos tarde y pasamos la primera parte de la mañana leyendo en casa. Por fin, tras algo más de 48 horas incomunicado, recupero la línea telefónica.
Salimos a comprar regalos y nos regalamos una comida en el Hanin. Entre otras delicias, me pongo ciego de Kimchi.
De nuevo en casa. El Tour y la larga etapa pirenaica de hoy sirven de arrullo para nuestra siesta. Después leo “El Club Dante” que me está encantando.
Por la noche vamos a casa de Jordi P. Celebramos el cumpleaños de Jordi, el de Emma y que pronto se irán a vivir juntos. Jesús y Natalia han llegado poco antes que nosotros y pronto llegarán los demás: David, Iola, Quim, Carol, Mireia, Laura y Alex “el niño”.
Emma y Jordi nos han preparado una cena sensacional. Para aliñar los berberechos del aperitivo me veo obligado a robarle un limón al limonero de la vecina (espero que si lee esto algún día me sepa perdonar).La sobremesa se alarga con los regalos y, pese a que me lo estoy pasando muy bien, soy el primero en caer. El cansancio acumulado durante la semana, unido supongo a la medicación que estoy tomando para el resfriado (hábilmente mezclada con cerveza), pasa factura y empiezo a dormirme. Somos los primeros en abandonar. Ha sido una gran fiesta.

17 julio 2004

 DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 15 de julio de 2004

 
La noche ha sido horrible. Tengo un resfriado monumental (gentileza de los aires acondicionados) sólo moderado por los cuidados que María José y la aspirina efervescente me han dispensado. Desayuno y decido volver un rato a la cama hasta que haga un poco más de calor.
Decido bajar hasta el Club con bus y me arrepiento nada más entrar en el gélido ambiente impuesto por un conductor fanático del aire acondicionado. Nado y tomo el sol mientras leo “El club Dante” de Matthew Pearl.
Al salir cojo otro bus (conducido por un primo del anterior con las mismas obsesiones térmicas) hasta Plaza Cataluña. Entro en el Fnac y el aire acondicionado consigue que mi nariz se convierta en una versión orgánica de la fuente de Canaletas. Pese a las dificultades compro lo que he venido a comprar y evito caer en el consumo compulsivo de productos culturales que es habitual en mí cada vez que entro en una de las tiendas de la cadena francesa.
Como no tengo ganas de cocinar, me como un menú en un restaurante del barrio y voy a clase. De nuevo el aire acondicionado me ataca sin que pueda hacer nada para defenderme.
Cinco horas después cojo un bus y paso mucho frío pese a que voy con una camisa de manga larga. El conductor, seguramente un inmigrante Groenlandés, parece no darse cuenta de las bajas temperaturas.
Hoy he quedado para cenar con los compañeros de mi último trabajo. Es una despedida (mañana echan a los pocos que continuaban trabajando después de la primera tongada de despidos) pero en el ambiente se respira un aire lúdico y de cierta liberación. Verlos a todos, juntos de nuevo, me gusta. Vuelven las viejas historias y reímos mucho.
Cenamos en un restaurante cercano al Puerto Olímpico y, alguna mente poco pensante, decide continuar la fiesta en el “Baja Beach”. El  infierno debe ser algo parecido a esto: cientos de personas – apretadas y sudorosas -bailan compulsivamente animadas por un dj que acaba de salir de la lobotomía que ha finiquitado  las pocas neuronas con las que la naturaleza le dotó. Mientras, camareros y camareras (ambos con muy poca ropa) bailan en vez de servir copas. Apretones, camareras que se abren paso a golpe de pito, coreografías vengorzantes... Por suerte – y no entiendo las oscuras  razones que mueven los hilos del destino – tenemos acceso a una zona reservada donde evitamos las apreturas de la pista central (del circo) y donde siempre hay alguien pendiente de que no te falte una copa en la mano (servida a domicilio).
A las tres decido que ya he tenido bastante y Chus se despide de mi diciéndome: ”Algún día seré jefe”.
Vuelvo a casa en taxi reflexionando  sobre los significados ocultos de la frase de Chus (inspirada, sin duda, por la ingestión no controlada de bebidas espirituosas de alta graduación) y no consigo llegar a ninguna conclusión. En la radio del taxi suena “New Kid in Town” de los Eagles. 

14 julio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 14 de julio de 2004


Me levanto pronto, preparo el desayuno y despierto a María José para ver juntos el encierro de hoy, el último de este accidentado año. Pobres de nosotros... tardaremos todo un año en volver a oír la voz de Javier Solano comentando los encierros. Será un largo año sin los anuncios de Moshy, sin la publicidad de los espárragos de Navarra y sin ver el barco de Forum Filatélico. Los echaremos a todos de menos con la esperanza de reencontrarlos el próximo siete de julio.
Cogemos las bicis y bajamos hasta el Club. El sol anuncia un largo día de playa pero nuestra alba piel nos hace desistir pronto y volvemos a casa. María José se va a trabajar mientras me quedo escribiendo un rato.
El “Cultura/s” de La Vanguardia viene encabezado por un largo reportaje sobre Rafael Amat i de Cortada y su largo diario “Calaix de sastre”. Tomo nota y, en la primera ocasión que tenga, me haré con los escritos de este predecesor (en lo que a escribir un diario se refiere) del siglo XVIII. Los diarios son un género literario menor que cada vez me interesa más. Su mezcla de costumbrismo y reflexión nos acerca mucho a la manera de pensar y de vivir de aquellos que los escribieron y sus coetáneos.
Por la tarde vuelvo al “cole”. Cinco horas de clase me esperan.

Empecé a escribir este diario como una broma para unos amigos. Ahora, más de un año después, sigo escribiéndolo – sobretodo – para mí y para, si es posible, contagiar una parte del entusiasmo con el que intento transitar por la vida. Me gusta ver que la gente lo lee y, más que nada, que lo disfruta. Supongo que los lectores más habituales son amigos que quieren saber de mí. También sé que hay lectores a los que no conozco. Hoy he recibido un mail de una de esas personas desconocidas que se pasan por aquí con cierta regularidad (es el primero que recibo). Es agradable tener algo de feedback y sobretodo cuando lo que te dicen es bonito.
Muchas gracias. Un beso.

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 13 de julio de 2004


Me levanto para, medio dormido, desayunar con María José. Cuando ella se va al trabajo, consigo aguantar despierto y ver el penúltimo encierro de los “Sanfermines” de este año (por suerte mucho más tranquilo que el de ayer). Bicicleta, Club, un rato de piscina y, un poco de sol.
Vuelvo a casa sin sospechar que, la adversidad – sin duda animada por la fecha- se me echa encima. Tengo que cambiar el agua del bacalao. Abro el grifo y veo, con gesto de pánico no contenido, que no cae ni gota. Si no hay agua para cambiar el bacalao... tampoco tengo agua para ducharme. En la compañía de agua atienden mi reclamación pero no podrán enviar a nadie hasta la tarde.
Con mi “look” playero (y sin duchar) salgo por el barrio a hacer un par de “tengos que”.
La solución a mi falta de higiene (y a un pelo que necesita ser peinado con ayuda del agua) será volver al Club a ducharme. Pero tengo el tiempo justo para llegar después a clase.
Cojo el 17 que, inexplicablemente, se desvía y me deja donde le da la gana. Camino, casi corro, hasta el Club y me ducho en cinco minutos.
Pese a las carreras llego tarde a mi primera clase (con lo que me empiezo a labrar una fama entre mis compañeros de clase). El curso parece que está muy bien, pero las cinco horas diarias (con una pequeña pausa de media hora) se hacen duras. Espero que sólo sea la falta de costumbre.

13 julio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 12 de julio de 2004


Me levanto para ver el encierro y arrastro a María José hasta el comedor. El encierro de hoy es el más peligroso que he visto los últimos años y el montón que se forma en el callejón de entrada a la plaza es realmente angustioso. En él, uno de los corredores habituales – el clásico calvo que a lo largo del día sabré que se llama Julen - es corneado repetidas veces hasta que consigue escapar del montón. No lo conozco de nada, pero el hecho de llevar años buscándolo entre la multitud de corredores hace que sufra mucho por él. Por suerte parece que, pese a las cinco cornadas que se lleva de recuerdo, la cogida ha sido menos grave de lo que las imágenes parecían presagiar. Espero verlo de nuevo el año que viene.
Después de desayunar dedico la mañana a comprar por el barrio. Hace frío y decido no ir al Club.
Por la tarde voy caminando a clase. El primer día sirve para presentarnos el curso y para tener un primer contacto con los profesores. Jordi P. se sienta a mi lado, mi vida sigue girando en círculos concéntricos.
Vuelvo a casa, cocino un rato y espero a María José. Juntos veremos un poco de tele y a dormir.

11 julio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 11 de julio de 2004


Duermo muy mal (el somier del sofá del comedor es el principal culpable) . María José – que no ha pasado mejor noche -, mi madre y yo somos los más madrugadores y vemos juntos el encierro antes de desayunar.
Vuelven las cajas, las risas, los muebles, los cajones, los armarios, las baldosas que sobran, las bayetas y las fregonas... mañana volverán las agujetas.
A mediodía lo dejamos, todos estamos muy cansados. Hemos avanzado mucho pero aún queda mucho trabajo por hacer. Recuperamos fuerzas en el “Pi de Sant Pol” y María José y yo volvemos en la Sarfa a Barcelona. El bus arranca y, cinco minutos más tarde, ya estoy durmiendo.

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 10 de julio de 2004


Viernes tarde. Cuando llega María José comemos y nos regalamos una larga siesta.
Caminamos hasta los Icaria y vemos la segunda parte de “Shrek”. Nos lo pasamos en grande y, al salir del cine, los dos estamos de muy buen humor. Volvemos caminando a casa sin dejar de comentar los mejores gags y detalles de la película.

Sábado. Hoy tenemos una agenda llena de actividades programadas. Parece que las obras del apartamento de S’Agaró por fin han terminado y ahora toca limpiar y devolver todos los muebles a su sitio.
Suena el despertador a las siete. Preparo el desayuno y despierto a María José (que normalmente es quien se encarga de esta madrugadora tarea). Desayunamos, vemos el encierro de los toros de Dolores Aguirre (muy emocionante) y, con las bicis, bajamos hasta el Club.
Nadar, tomar el sol, llenarse los ojos de azul del mar... lo habitual (pero hoy – y lo mejora mucho – con compañía). Vuelta a casa y lectura mientras esperamos que Cesc –que será nuestro chofer hasta S’Agaró – nos llame.
El viaje pasa volando y, cuando llegamos, veo que mi madre y Eli, que llegaron ayer, han avanzado mucho. Comemos y nos ponemos manos a la obra: cajas, muebles, risas, bayetas, fregonas, más risas... al final del día parece que la cosa avanza. Alberto y Esther –que, Dios los perdone, ya están de vacaciones- vienen a invitarnos a cenar, pero estamos destrozados y cenaremos en casa.
La tormenta de la noche moja la ropa que nos quedaba por recoger.

09 julio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 9 de julio de 2004


Jueves. Desayuno con María José y después trabajo un rato con el ordenador. Veo el encierro (tranquilo) y bajo al Club.
Nadar en la piscina exterior es una verdadera gozada. Al ir, cada vez que la cabeza sale del agua para tomar aire, me encuentro con el sol – todavía no muy alto – reflejado en la superficie. Al volver centro mi atención en las burbujas doradas que acompañan cada brazada y en la torre del teleférico que vigila, desde las alturas, esta parte del puerto. Después toca secarse al sol y disfrutar de la vista.
Vuelvo a casa y leo. Acabo el libro de Frank McCourt (que me ha gustado tanto como “Las cenizas de Ángela”) y empiezo “Breviario de idiotas” de Ermanno Cavazzoni. El libro recoge pequeños momentos de vidas que jamás existieron, de idiotas variados que no aportaron nada a la humanidad ni a ellos mismos. Descerebrado, raro y divertido.
Viernes. Tras el desayuno y el encierro llega la ración diaria de piscina y sol. Pese al esfuerzo acumulado durante toda la semana estoy preparado para afrontar el fin de semana que empezará cuando María José llegue a casa después de trabajar.
El lunes empiezo un cursillo bastante completo (son cinco horas diarias) con lo que el tiempo dedicado al ocio se verá limitado.

08 julio 2004

IARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 7 de julio de 2004


Nos levantamos con el tiempo justo para ver el primer encierro de las fiestas de San Fermín de este año. Los toros de Torrestrella, normalmente problemáticos, ofrecen un encierro limpio pese a la lluvia que ha dejado las calles resbaladizas.
Ayer los meteorólogos de televisión anunciaban tormentas terribles y en la radio hoy prometen que el tema será peor de lo esperado. Como no quiero convertirme en el protagonista de la versión española de “El día de mañana” me quedo en casa para “fer dissabte” (limpieza a fondo de la casa). Cuando acabo – sudado pese a que en la calle las temperaturas deben ser glaciales – descubro que los meteorólogos han jugado con cartas marcadas y que hace un sol de justicia.
Es tarde y mi rutina mañanera ha sido desmontada. Pese a todo decido bajar al club y nadar un rato. Me seco al sol pero aguanto poco rato ya que el sol – pasado el mediodía – pica demasiado para mi blanca piel.
Miro mi cartera e invierto la mitad de mi capital en literatura (por un euro compro “Breviario de idiotas” de un tal Ermanno Cavazzoni). El cincuenta por ciento restante de líquido disponible es invertido en la compra de La Vanguardia.
Con la cartera vacía dejo que María José me invite a cenar. La pizza en “La Gavina” (c/ Ros de Olano 17, Tel. 934157450) está deliciosa.
Vuelta a casa y a dormir.

07 julio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 6 de julio de 2004


María José me despierta. Son las tres de la madrugada y hay cierta agitación en el ambiente. El motivo es que Alejandro ha decidido que ayer cenó demasiado y está dejando el remanente en el suelo de la habitación.
Una vez solucionado el problema –cinco minutos- volvemos a dormirnos los tres.
Por la mañana, después de desayunar, María José se va a trabajar mientras Alejandro y yo jugamos al “Great 1000 milles rally” hasta que lo vienen a buscar.
Me queda tiempo para ir al club y disfrutar del poco sol que hoy nos visita. Los días nublados, la vista - con colores más intensos y sin calina - mejora mucho.
Por la tarde, con María José, vemos el último capítulo de la segunda temporada de “Los Soprano”.

05 julio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 5 de julio de 2004


Me he dado cuenta que, estos últimos días, me repito bastante. La llegada del verano en todo su esplendor, el sol y la calma que rodea mi placentera vida, me han llevado a un círculo vicioso del que no soy capaz de salir. No se si debería seguir explicando mis hedonistas rutinas mañaneras o si, por el contrario, debería zanjar el asunto – como tuve a bien hacer la semana pasada – con un “mañana standard”. Rutinas como levantarme cada día pronto (aunque no tengo necesidad de madrugar), desayunar con María José (mientras hablamos del día que nos espera y hacemos planes de futuro), coger la bicicleta y bajar hasta el club (un rápido paseo por un barrio que empieza a despertar), nadar (ejercicio en mi vida después de muchos años de largas jornadas de deporte de sofá) y tomar el sol (los que me conocen saben que siempre he tenido un déficit en esta materia) mientras leo (que gozada) y disfruto del mar (¿puede haber mejor vista?), se han convertido en placeres a los que ahora me sería muy difícil renunciar. Y es por ello que me gusta contarlos cada vez que los disfruto con la intención de que vosotros, los que leéis este Diario, los podáis disfrutar conmigo.
Pues eso... que hoy lo he vuelto a hacer.
Al volver a casa miro la nevera y me doy cuenta de que – en un pasado no muy lejano – conoció tiempos mejores y que con una pequeña ayuda volverá a ser el útil electrodoméstico que un día fue. Compro fruta a la señora Carmen que anda, como cada día, con sus dos pares de cerezas colgando de las orejas y después sigo comprando en las pequeñas tiendas del barrio.
Después de comer me acerco a La Pedrera y visito la exposición “Cuerpo y cosmos. Arte escultórico del méxico precolombino”. La exposición es una muestra notable de las representaciones escultóricas humanas en varias culturas mesoamericanas. Me parece muy interesante y, en algunos momentos, incluso divertida (hay piezas fantásticas, tremendamente cotidianas y llenas de sentido del humor). Me entristece pero, ver lo poco que sabemos de todas estas culturas con las que los conquistadores del “nuevo mundo” no quisieron convivir.
María José vuelve a casa con Alejandro. Alejandro es nuestro sobrino, tiene siete años y sufre un terrible ataque de incontinencia verbal. Juntos vamos al “Yume” (c/Via Laietana, 13 Tel. 932681813), un restaurante japonés con buffet libre giratorio. Aprender a utilizar los palillos, atreverse a probar el pescado crudo, poder decidir que comer... todo son sensaciones nuevas. Nos lo pasamos bien y volvemos a casa caminando bajo la lluvia (cuatro gotas mal contadas).
Ahora, mientras escribo esto, Alejandro y María José están concentrados en el noble arte de hacer pulseras de cuerda.

04 julio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 4 de julio de 2004


Nos levantamos pronto, desayunamos y, con las bicis, bajamos por calles completamente vacías hasta el Club. Si por el camino estábamos prácticamente solos, al llegar la sensación de soledad se acentúa. El Club suele estar vacío a estas horas pero hoy hay menos gente todavía. Nado un rato y después leo frente al mar.
Volvemos a casa cruzándonos con la marea humana que empieza a llenar la playa.
Dejamos las bicis, compramos el periódico y nos vamos a leerlo en la terraza del “Caliu”. Las flores de las acacias, que no paran de caer alfombrando el suelo de amarillo, nos obligan a defender nuestras bebidas con alguno de los folletos publicitarios (cada día más numerosos) que acompañan al periódico dominical.
Todavía no hace calor, la calle es peatonal y no tenemos ninguna prisa. Se está bien. El periódico, estratégicamente dividido en partes, va pasando de mis manos a las de María José y de las de ella a las mías.
Hemos desayunado muy pronto y tenemos hambre. Comeremos en horario europeo en “La Chacha” que se ha convertido últimamente en nuestro segundo hogar.
Vuelta a casa y siesta patrocinada por el Tour (ayer se me olvidó contar que había empezado este gran generador de siestas, este sin par culpable de cabezadas históricas. Esta primera semana – llena de etapas llanas – augura unas tardes reconfortantes delante del televisor).
Completo la tarde deportiva con motociclismo, automovilismo y la final de la Eurocopa. La victoria de Grecia me deja exhausto. Me voy a dormir.

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 3 de julio de 2004


Me levanto pronto, preparo el desayuno y desayuno con María José que, después de leer el Diario durante toda la semana, también quiere su propia ración de sol y playa. Cogemos las bicis y bajamos hasta el Club. En el cielo hay nubes amenazadoras pero, como hemos sido buenos, se nos regala una impagable mañana de sol que aprovechamos nadando y leyendo.
La mañana se estropea y, por el aspecto de las nubes, creemos que el sol no volverá a salir. Volvemos a casa y, nada más llegar, empieza a llover.
No importa. Por el camino hemos parado en el video-cajero automático y nos hemos provisto de películas para pasar el día. Vemos “Bajo el sol de la Toscana” (Bien) y “Elephant” (Impresionante, me gusta mucho).
Decidimos no salir. Los resfriados veraniegos nos están dando más dolores de cabeza que los invernales.

03 julio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 2 de julio de 2004


Jueves. Mañana estándar (me levanto pronto, desayuno con María José, bajo al Club en bicicleta, nado un rato, tomo el sol y leo). Acabo “Ciudad de huesos” de Michael Connelly (como todas las suyas, una buena novela negra) y vuelvo a casa.
Por la tarde, con María José, visitamos una casa en obras. Está en el Carmelo (a 50 metros de la casa del hombre de los “fontainers” y tiene unas vistas impresionantes desde todas las habitaciones (Barcelona a tus pies y el mar de fondo). Pero pese a las excelentes vistas y a que cuando esté acabada será una maravilla, no nos la quedaremos (es demasiado cara para no ser exactamente lo que andamos buscando). Si alguien está interesado le paso el teléfono de la inmobiliaria.

Viernes. Mañana estándar. En el club he empezado a leer “Lo es” de Frank McCourt, que es la continuación – de hecho tendría que ser el mismo libro - de “Las cenizas de Ángela”. Espero que esta segunda parte me guste tanto como me gustó la primera.
Ya en casa espero a María José leyendo “El País” y haciendo el crucigrama de Mambrino (últimamente había abandonado esta sana costumbre).
Comemos y, después de una siesta, caminamos hasta los Icaria. Al llegar han empezado casi todas las películas y no tenemos mucho donde elegir. Vemos “Janis y John “ y me lo paso en grande. El guión es divertido y las interpretaciones de Sergi López y Marie Trintignant le añaden todavía más valor. Incluso ese pedazo de madera conocido como Christopher Lambert está bien (el papel de colgado le sienta bien).
¿Seguro que François Cluzet no es John Lennon?

01 julio 2004

...”Una de las pocas fiestas patronales relacionadas con el ocio tiene lugar en Los Corrales de Buelna (Cantabria). Durante la fiesta de San Cipriano, patrón del pueblo, sus habitantes muestran públicamente sus aficiones, normalmente constreñidas en el ámbito privado”...
Santiago García Quintana. Pequeña Historia del Ocio. Buenos Aires, 1958.


DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 30 de junio de 2004


Mis dotes adivinatorias se hallan en proceso de crecimiento. La resaca que ayer anunciaba en esta misma plaza, no sólo se ha producido sino que sus dimensiones han sido superiores a las inicialmente esperadas. Su llegada, no hace falta decirlo, no ha sido recibida con la mejor de mis sonrisas.
Pero como suelen decir: “al mal tiempo, buena cara” y me levanto (tarde y de buen humor) para desayunar con María José. Dejo que la mañana transcurra placidamente mientras evito sonidos y luces que podrían dañar mi frágil equilibrio neuronal.
Recibo, por teléfono, una poco atractiva propuesta laboral que no llegará a buen puerto. En los próximos días se acabará de concretar pero el tema no tiene buen aspecto.
Lo que tiene mejores pintas es el curso a cuya sesión informativa acudo en compañía de Jordi P., parece muy interesante. La idea inicial era continuar, después de acudir a la reunión del curso, con la semifinal de la Eurocopa, pero – debido a que todavía estoy en proceso de recuperación - me rajo y vuelvo a casa para leer y descansar.
Y es que, como ha dicho Jordi ante mi deserción, nos estamos haciendo viejos.

30 junio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 29 de junio de 2004


Coger la bici y bajar al club cada mañana se está convirtiendo en una agradable rutina. Voy muy pronto y, gracias a esto, evito la marea de niños que aparece cuando yo me voy. El libro que estoy leyendo es muy pesado (físicamente) y eso es incómodo a la hora de leer en la tumbona de la piscina. El próximo lo escogeré por su tamaño.
Vuelvo a casa y, después de comer, con María José vamos a ver unos pisos que han puesto a la venta muy cerca de casa. El que nos gustaba ya está vendido (es un ático de ensueño con unas vistas sensacionales) y los que les quedan son demasiado caros. Otra vez será.
Entro en la cocina y empiezo a preparar cosas para la cena de esta noche. He decidido preparar tapas (que son muy fáciles de hacer pero requieren dedicación). Preparo esqueixada de bacalao, gildas, boquerones, taquitos de salmón – con la receta mejorada que me dio Nuria la semana pasada-, pinchos de solomillo y pinchos de salmón marinado y gambas.
Acabo poco antes de que lleguen Roger, Clara y Toni. Cenamos mientras me cuentan divertidas (y no tan divertidas) historias laborales. Gracias a las libaciones hechas durante la cena me aseguro una resaca de considerables dimensiones para mañana.

29 junio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 28 de junio de 2004


Desayuno con María José, cojo la bici y bajo hasta el club. En el club me encuentro con Francesc. Francesc y yo fuimos juntos a clase, éramos muy amigos y dirigimos dos publicaciones rivales (la guerra comercial fue dura pero no minó nuestra amistad). Pero en quinto de EGB, cambió de colegio. Estuvimos muchos años sin saber el uno del otro y, tras un encuentro casual, ahora nos encontramos por el barrio. Es uno de los pocos compañeros de clase que me encuentro regularmente, no sé que hacen el resto.
Mar, sol, un rato de natación en la piscina, lectura...
Vuelvo a casa y dedico el resto de la mañana a llenar la nevera.

28 junio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 27 de junio de 2004


Sábado. Acabo “Infancia” de Coetzee (impresionante, me gustaría poder escribir la mitad de bien algún día) y empiezo “Ciudad de huesos” de Michael Connelly. El resto del día lo dedico a la intendencia casera.
Por la noche María José y yo vamos a cenar a casa de Rafa y Yoli. Yoli ha preparado doradas al horno (buenísimas) y Rafa se ha encargado de las ensaladas. Cenamos en la terraza. (Nota médica: tanta cena en las terrazas ajenas nos está provocando un resfriado de grandes dimensiones). Interrumpimos la sobremesa para ver la ronda de penaltis del Suecia - Holanda y, tras la victoria de los holandeses, volvemos a la terraza para continuar con la conversación.

Domingo. Nuestra falta de moderación terracil ha tenido consecuencias y tendremos que pasar el día en casa para recuperarnos con la ayuda de una tortilla de aspirinas.
A mediodía golpean la puerta de casa (no tenemos timbre) interrumpiendo el disfrute del delicioso arroz que María José ha preparado. Es el vecino de arriba que dice que la escalera huele a quemado. El olor viene del piso de enfrente. Llamamos y no abren. Decidimos abrir (tenemos la llave) y no podemos ver nada debido al humo. Llegan los bomberos, envían al becario dentro y, cinco minutos después (es un piso muy pequeño), descubre un cazo en el fuego con dos biberones -convertidos en un engrudo calcinado- en su interior. Por suerte no ha pasado nada.
Como no podemos salir a la calle nos organizamos un ciclo de cine casero, vemos “Mistic River” (muy bien) y “La sonrisa de Mona Lisa”(muy floja).

26 junio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 25 de junio de 2004


Cena en la terraza del nuevo piso de Jordi R. y Nuria. Nos han invitado para inaugurar la que, cuando acaben las obras de reforma, será su nueva casa. También han invitado a Oriol (que también estudio con nosotros y al que últimamente no habíamos visto demasiado) y a Maribel.
Cena deliciosa y mucha cerveza son los ingredientes de la improvisada inauguración. En la conversación mezclamos viejas historias con nuevos proyectos. Lo dejamos a una hora prudencial.

25 junio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 24 de julio de 2004


Cansado y casi despierto paso el día como un zombi. María José no está mucho mejor.
A las 21’00 conseguimos salir a la calle. Damos un largo paseo y, como la pereza afecta a todo tipo de actividades, cenamos en La Chacha. Al volver a casa veo el final del Inglaterra – Portugal y siento sana envidia por ambas aficiones. Todos los aficionados al fútbol guardamos en nuestra memoria momentos que convertimos en mito particular, en parte de nuestra memoria futbolística. Estoy seguro que muchos portugueses y no menos ingleses guardarán para siempre la emoción tanto del partido como de la emocionante tanda de penaltis.

24 junio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 23 de junio de 2004


De nuevo estoy en el club, el sol calienta más que los últimos días y el mar está en calma. Me he dejado las gafas de sol en casa y leer resulta imposible. No tengo más remedio que cerrar los ojos y entregarme al feo vicio de escuchar conversaciones ajenas. Junto a mí, dos de las habituales hablan de lo cara que está la comida y de lo mucho que ha cambiado el tiempo – los inviernos ya no son como antes-. Una de ellas lleva una impresionante gorra amarilla hecha de ganchillo.
Por la tarde, con María José, vemos “Los Soprano”. Nos estamos acabando la segunda temporada que, como todo lo bueno, ha ido de menos a más.
Hoy es la vigilia de San Joan. Hemos quedado para cenar en casa de Albert y Esther en compañía de un grupo de amigos. María José y yo nos encargamos de comprar las cocas.
Al llegar a la casa hay un poco de confusión. Anna y Jaume han sido los primeros en llegar a la puerta de casa y al no encontrar a nadie han decidido llamar por teléfono para ver donde estamos los demás y por qué la casa parece cerrada. La casa parece cerrada porqué en S’Agaro –donde ellos están esperando – no hay nadie y todos los demás estamos llegando a casa de Albert en Barcelona.
Nos hemos quedado sin la compañía de Anna y Jaume y (también importante) sin embutidos.
Por suerte los demás (Marta, Miquel, Neus, Andreu, Ivan y Mani) llegan sin problemas.
Primero cenan los pequeños (María, Laura y Nacho) y, cuando se duermen, subimos a la terraza y empezamos a cenar mientras en los terrados vecinos no paran de lanzar cohetes y tracas.
En la sobremesa vuelven las viejas historias mezcladas con las noticias (por suerte todas buenas) del resto de amigos del grupo que hoy no han podido estar aquí.
La frecuencia de los estallidos a nuestro alrededor va decreciendo dejando paso a una calma agradable. Una brisa suave hace que en la terraza se esté bien y dejamos que la noche transcurra lentamente.
Al final, antes de volver a casa, Albert nos engaña para traer un limonero desde una terraza vecina. El limonero pesa mucho pero al final – y entre risas – conseguimos moverlo hasta su emplazamiento definitivo. Creo que la cena era la excusa para hacernos mover el (¿jodido? ¿puto?) limonero.
Aunque estamos en la otra punta de la ciudad y es muy tarde, decidimos volver caminando. Cuando nos acercamos a casa el cielo empieza a clarear. A las seis nos acostamos.

23 junio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 22 de junio de 2004


Es agradable levantarse pronto cada día y poder empezar el día con una conversación mientras desayunamos. María José se va a trabajar y yo cojo la bici y bajo hasta el club pese a que las nubes esconden el sol y el ambiente es fresco. Nado un rato mientras el sol, tímidamente, hace un quiebro a las nubes y empieza a calentar.
Me estiro delante del mar y leo (“Infancia” me está encantando). Oigo el mar, el lejano murmullo de la ciudad que todavía está arrancando y el rítmico sonido que los nadadores hacen a mis espaldas. Algunos de los veteranos socios del club se adentran con paso vacilante en la arena de la playa embutidos en bañadores comprados hace más de treinta años. El de ellas, como no, tiene un estampado floreado. Más tarde llegan los niños, ya de vacaciones, y empiezan a jugar, gritar y reír en la arena. Dejo el libro, cierro los ojos y me dejo llevar. Me dejo acariciar por el sol que todavía sigue luchando por ganar la batalla que, finalmente, conseguirá ganar. Hoy hay menos gente pero los habituales no faltan nunca (se les conoce fácilmente por su apergaminada piel y su cara de felicidad).
Vuelvo a casa y juego un buen rato con el “heroes of might and magic”.
Me encuentro con Eli cerca de su trabajo. Comemos en un restaurante de menús y alargamos la sobremesa en una terraza cercana. No tenemos suerte con el restaurante, por suerte es lo de menos.
En el apartado recojo tres cd’s (nada interesante) y vuelvo a casa.
Por la noche, y ya con María José, vemos un par de capítulos de “Los Soprano”.

22 junio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 21 de junio de 2004


Nos levantamos pronto y después de desayunar bajamos hasta el club. Las nubes que nos anunciaban un mal día no consiguen tapar el sol y embellecen el escenario. Nadamos y después me quedo en la tumbona secándome y leyendo mientras María José se va a trabajar. Acabo “Ahora sabréis lo que es correr” de Dave Eggers.
Vuelvo a casa y al llegar estalla la tormenta. Poco después vuelve a salir el sol. Empiezo “Infancia” de Coetzee (en algún momento de la semana pasada – no consignado en este diario – entramos en el Fnac, no me pude resistir y obligué a María José a que me regalara la edición de bolsillo).
Dedico la tarde al aprovisionamiento de la despensa y a una improvisada reunión de vecinos para tratar el reciente acto vandálico que nos ha dejado sin la puerta de la calle.

Ahora sabréis lo que es correr
Dave Eggers

Con aires de gran aventura, de vuelta al mundo en 80 días, Dave Eggers nos narra el desquiciado viaje de dos personajes disparatados en busca del necesitado al que regalar dinero. No será el viaje de Will y Hand una colección de postales turísticas. Su devenir por el mundo transcurrirá en escenarios habituales de nuestro tiempo: aeropuertos, hoteles, prostíbulos y oficinas de alquiler de coches. Tremendamente actual y contada con un gran sentido del humor “Ahora sabréis lo que es correr” es también un viaje al interior de los personajes (a sus motivaciones, a sus miedos y a su evolución) y una crítica a la forma en que desde los EE.UU tratan al tercer mundo (critica que también podemos, por desgracia, aplicarnos). Interesante y divertida.

21 junio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 20 de junio de 2004


Paso el domingo descansando. Alguno de los habituales lectores de este diario se preguntará ¿Descansando? ¿De qué? El cansancio que supone contestar a preguntas como esta debería ser suficiente para acallar estas voces resentidas que se alzan en contra de nuestra tranquilidad.
Veo el último partido de España en la Eurocopa con la sensación de haber vivido este momento muchas veces. Veo luchar, con convicción, a los portugueses, mientras los representantes de nuestra selección deambulan por el campo mal dirigidos por un hombre con pinta de petanquero de playa. Tras el final del partido creo entender el término “Furia española”: Dícese del cabreo de tamaño monumental que atenaza a los ciudadanos españoles tras la tradicional eliminación de su selección en las competiciones internacionales.

20 junio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 19 de junio de 2004


Viernes. Me levanto pronto y desayuno, como cada día, con María José. Cuando se va a trabajar me pongo el bañador, cojo la bicicleta y bajo hasta el club. Hay poca gente en la piscina y las tumbonas están vacías. Es una gozada nadar en la piscina exterior climatizada: la temperatura del agua, el sol – todavía bajo – reflejándose en el fondo de la piscina... Después de nadar leo y dormito delante del mar. La playa está vacía todavía. Cuando empiezan a llegar los habituales (jubilados que prácticamente viven en el club) vuelvo a casa dando una vuelta.
Sorprendentemente “Heroes of might and magic” vuelve a estar instalado en el ordenador. Juego un poco.
Con María José decidimos ir a los Icaria a ver “Harry Potter y el prisionero de Azcaban” pero hoy es el día del estreno y, cuando llegamos, no quedan localidades para la sesión de la noche. Decidimos quedarnos en el cine y vemos “Whale Rider”.
Al salir, contentos, pues la película nos ha gustado, decidimos reengancharnos y volvemos a entrar en el cine para ver – ahora sí- Harry Potter. La tercera entrega de la serie, dirigida por el mejicano Alfonso Cuaron, es – con diferencia- la mejor de las tres. Una película más obscura, menos infantil, más dinámica y muy entretenida (su larguísimo metraje pasa en un suspiro).
Son más de las 3 de la madrugada cuando llegamos a casa y nos acostamos.

Sábado. Hoy hace catorce años que María José y yo estamos juntos. Son catorce años de compartir todo tipo de experiencias, catorce años de –sobretodo- alegrías y amistad. Tenemos mucha suerte.
La mañana se nos va entre un campeonato de solitario (que gano yo) y un largo paseo. Comemos en un restaurante vietnamita, el Hanoi (plaza Letamendi, 27 Tel. 934515686). El menú de degustación es impresionante.
Volvemos a casa caminando y conversando sin parar. Ha refrescado y se agradece. Al llegar a casa recuperamos fuerza con una siesta.

18 junio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 17 de junio de 2004


Cena con María José, Jordi R. y Nuria en La Chacha (c/ Portal Nou esquina Comerç). Hace poco que han abierto, es sencillo y agradable. Cenamos muy bien. Al salir, la noche es muy calurosa y decidimos hacer una cerveza en una de las terrazas del barrio. Ha llegado definitivamente el verano. El pistoletazo de salida lo da, como cada año, el uso de las terrazas. Hoy están todas llenas de gente que ha preferido un rato de buena conversación con los amigos a una nueva sesión de televisión. En la terraza del Black Horse no hay ninguna mesa libre, así que nos quedamos en la del bar de difícil nombre que hay en el otro lado de la calle.
Parece fin de semana pero mañana es laborable. Lo dejamos a una hora prudencial.

17 junio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 16 de junio de 2004


Me levanto pronto, leo un rato y desayuno con María José que tiene la mañana libre. Empleamos este precioso tiempo de estar juntos en diferentes tareas de suma importancia (entre ellas muchas partidas al solitario de Microsoft).
A mediodía, y ya solo, me acerco a los Icaria. Mi intención era otra pero acabo en la sala 5 viendo “Un Filme Falado”.

Un Filme Falado
Manoel de Oliveira

En otras manos, la nueva película del veteranísimo director (creo que tiene 93 años), no habría pasado de ser una serie de postales turísticas contadas con más o menos gracia. Manoel de Oliveira consigue, con la excusa de un viaje, darnos una lección de historia y – a la vez – una lección de vida. Pero al viaje físico de las dos protagonistas lo acompaña una reflexión – un viaje mental – sobre nuestra sociedad y nuestra cultura. “Un filme falado” no es una película fácil y, por ello, tendrá una vida corta en nuestras salas. Es una lástima.


En “La Vanguardia” encuentro un artículo sobre la primera Exposición Universal de Micronaciones, una de las actividades del Sónar 2004. Siempre me han fascinado estas pequeñas naciones – como Sealand – surgidas de la mente de un individuo. En Barcelona estarán representados cinco de estos pequeños estados.

Tarde de fútbol con Jordi P. y Víctor. Vemos el partido de España (triste empate que nos deja en una incómoda posición) en el Black Horse. Tristes y afligidos decidimos alegrarnos con una cena. Cenamos en La Candela (Plaça de Sant Pere) a base de tapas (deliciosas todas). Víctor nos abandona y decidimos continuar primero en el Ugarit y luego con una copa en el Borneo.
Nos retiramos relativamente pronto y en un estado lamentable.

16 junio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 15 de junio de 2004


Atrapado en un vórtice de inactividad caigo incomprensiblemente en un episodio de sueño que me ocupa la mañana y parte de la tarde del martes. A duras penas consigo salir a dar una vuelta con María José y el inicial propósito de ir al cine queda relegado tras la comprobación de mi estado.
Por la noche, y tras ver la incomprensiblemente larga “El último samurai”, parece que estoy recuperado. Ha sido un día extraño (la mayor parte del cual la he pasado en un estado de aletargamiento que me ha impedido todo tipo de actividad).

14 junio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 13 de junio de 2004


Con la llegada de los calores, y la competición deportiva de turno que esta suele comportar (este año una Eurocopa más bonita que un San Luís), el cerebro del ocioso se contrae y se atrofia. Habitualmente el uso que hace de este vital órgano es, no nos engañemos, limitado. En junio, y con un balón corriendo a todas horas por la pequeña pantalla, el uso del cerebro se convierte en una anécdota que no es digna de ser consignada. Toda actividad cultural queda relegada, durante estos días, al ostracismo. Y pronto llegará el Tour, origen de siestas memorables y de tertulias grandiosas.

Sábado. Para celebrar que la pelota ha empezado a correr por los campos del vecino país, me meto entre pecho y espalda una doble dosis de fútbol europeo (con victorias de Grecia y España).
Domingo. Por la mañana, y debido a la incomprensible ausencia del deporte rey en nuestras pantallas, doy un agradable paseo con María José hasta casa de mis padres. Comida familiar y pelea (perdida) con el ordenador de mis padres.
Ya en casa me hago con el mando a distancia (María José cede ante mi evidente babeo delante del televisor) y zapeo compulsivamente entre un aburrido Croacia – Suiza, la emocionante victoria por los pelos del FC Barcelona ante el Estudiantes en la final de la liga ACB, la Formula 1 y los múltiples partidos de segunda división que diferentes televisiones ofrecen... una tarde deportiva realmente muy cansada.
Por la noche aún tengo tiempo de ver parte del Francia- Inglaterra antes de descansar un poco viendo un capítulo de “Los Soprano”.

12 junio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 12 de junio de 2004


En ocasiones un hecho triste, como es un velatorio y el posterior entierro, acaba convirtiéndose en una pequeña celebración familiar. Nos encontramos con aquellos a los que queremos, con aquellos que nos aprecian (y a los que – la vida siempre es así – no vemos todo lo que querríamos ) y, sin buscarlo, surgen las anécdotas del pasado, los cariños olvidados, alguna emotiva lágrima y muchas risas que ayudan a pasar el trago.

Viernes y sábado en el tanatorio de Alella. Lo llamo tanatorio por que es lo que un cartel junto a la puerta anuncia: “Tanatorio municipal”. La realidad desmiente lo que el moderno cartel predica. El tanatorio de Alella es una simple habitación adosada al cementerio. No hay conserje que lo guarde ni horarios de apertura. Un funcionario municipal te entrega la llave para que seas tú el que elige cuando se abre y cuando se cierra el chiringuito. Tampoco hay ningún tipo de servicio auxiliar: cualquier extra que consideres oportuno tienes la libertad de montártelo por tu cuenta. En la habitación hace mucho calor, se está mejor en los bancos que hay junto a la tapia del cementerio que en su interior.
Debemos componer una imagen curiosa. Estamos sentados a la fresca en el banco de piedra y en las sillas que hemos ido sacando del interior de la habitación. Hablamos, reímos, nos abrazamos, gritamos y discutimos. Se organiza un improvisado partido de fútbol con una pelota de playa y con la puerta del cementerio como portería. El perro de un paseante se apunta al festival y los niños juegan a nuestro alrededor... al final, y es una suerte, el ambiente es más festivo que triste.
El resto del tiempo lo ocupan las comidas / cenas familiares. Más risas, más gritos, más discusiones... como en la escena final de una película de Fellini.

11 junio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 11 de junio de 2004


Las llamadas a deshoras no suelen traer buenas noticias. Nos despierta el teléfono. La yaya María, la abuela de María José, se ha muerto esta noche. Estaba muy enferma y sabíamos que la llamada podía llegar cualquier día. Pero la muerte de un ser querido, aunque no sea inesperada, siempre causa dolor. Un beso.

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 10 de junio de 2004


Instalado en la adversidad, nada me sale bien. Una serie de casualidades en cadena llena el día de pequeños fracasos callejeros con una bolsa muy pesada a cuestas. Pero de golpe... y al llegar la noche, la suerte cambia y el día acaba espectacularmente bien.

Con María José, vamos al teatro a ver a Juan Tamariz y su nuevo espectáculo “Magia potagia”. Hace años tuvimos la oportunidad de verlo en el “Llantiol” y nos lo pasamos tan bien que prometimos repetir en cuanto tuviéramos ocasión. Hemos tardado unos años (la verdad es que Tamariz no es un habitual de la escena barcelonesa y sus apariciones, hasta ahora, no suelen ser demasiado publicitadas), pero la espera ha valido la pena. En cuanto me enteré de que actuaba en el “Villarroel Teatre” del 10 al 20 de junio fui corriendo a por nuestras entradas.
Y es que Juan Tamariz no sólo es uno de los mejores magos del mundo (en magia de cerca es el mejor que he visto nunca), su capacidad como showman es también impresionante. En “magia potagia” no dejas de reír y de sorprenderte desde el primer minuto hasta que cae el telón.
Además, ayer pudimos disfrutar de un ambiente excepcional. Entre el público, entregado desde antes de empezar, muchos aficionados a la magia y magos profesionales (no era extraño ver aparecer una baraja en medio de una conversación). Un público adulto que, durante poco más de dos horas, se dejó llevar por la magia de un espectáculo único. Aún debe quedar alguna entrada a la venta, yo no me lo pensaría.
Salimos del teatro con los ojos como platos y tremendamente contentos. Es difícil creer lo que hoy hemos visto.

10 junio 2004

“No se le da, en nuestra sociedad, la importancia que el ocio merece. La mayoría de celebraciones están relacionadas con el trabajo. Son muy pocas las relacionadas con el tiempo libre y su uso”
Santiago García Quintana. Pequeña Historia del Ocio. Buenos Aires 1958


DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 9 de junio de 2004


El calor y el dolor que siento en el hombro me está aplatanando. Mi vida activa va perdiendo terreno ante la, cada vez más importante, vida vegetativa que estoy desarrollando. Desayuno con María José y trabajo un rato durante la mañana.
Cuando María José se va a trabajar repaso la agenda del día y me asusto:
Obligaciones.................................................. 2
Actos lúdicos programados........................... 0

Venzo mi pereza y salgo de casa dispuesto a cumplir con mi destino.
Me encuentro con mi madre en la Ronda y, juntos, iniciamos un pequeño maratón por las tiendas de informática de la zona en busca de una impresora. La encontramos.
Cojo el bus y, en la otra punta de Barcelona, llego pronto a mi visita médica. El médico se mira mis análisis y me dice que estoy bien (aunque todo es mejorable).
Cena tempranera con María José en “La dolça Herminia” y vuelta a casa.
El libro de Dave Eggers me está gustando mucho.

08 junio 2004

“El tiempo dedicado al ocio es una inversión en bienestar. Pocas operaciones tienen una rentabilidad tan elevada como esta.”
Santiago García Quintana. Hacia el ocio. Buenos Aires.1957


DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 8 de junio de 2004


Después del largo fin de semana, la casa y – sobretodo – la nevera, requerían mis cuidados. Teniendo como centro neurálgico el sofá de casa organizo incursiones por el barrio con la misión de reaprovisionarme.
Una vez conseguido el objetivo me dedico a leer (he acabado “Las cenizas de Ángela” y me he lanzado con avidez sobre el prometedor “Ahora sabréis lo que es correr” de Dave Eggers). También queda tiempo para ver la tele con María José (un par de “CSI Miami” gentileza de Kris y un episodio de “Los Soprano” configuran el menú televisivo de estos dos últimos días).
Me duele el hombro derecho después de la vacuna con la que hoy me han obsequiado. Creo que este dolor puede influir en mi actividad durante los próximos días.

Las Cenizas de Ángela
Frank McCourt

Corría desde hace mucho por casa y siempre había encontrado alguna excusa para posponer su lectura. ¡Qué lástima. Qué tonto he sido! Las Cenizas de Ángela, escrito en primera persona y en presente, es uno de los mejores libros de memorias que han caído en mis manos. Frank McCourt realiza un viaje a su infancia – una infancia dura en la Irlanda pobre de los 30 y los 40 - y nos la relata sin ningún tipo de acritud. Anécdotas que en boca de otro se convertirían en un duro melodrama son aquí retratadas con sentido del humor. Y es este sentido del humor lo que hace que una vez empiezas no puedas parar de leer. Espero ansioso la lectura de “Lo es”, segunda parte de estas deliciosas memorias.

07 junio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 6 de junio de 2004

Albocasser Albocasser
Las pequeñas vacaciones en Albocasser están llegando a su fin. Mañana echaremos de menos las sonrisas que cada día nos regala Martina al despertar. También echaré de menos sus bailes-resorte al oír un silbido.
Poco a poco vamos recogiendo la casa y Roberto, de nuevo a los mandos de la cocina, prepara una paella de impresión.
La vuelta se convierte en una odisea digna de los antiguos griegos. Un incomprensible atasco nos retrasa y nos agobia. Falta poco para las 12 de la noche cuando finalmente llegamos a casa cansados pero contentos. Mañana volvemos a la rutina.

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 5 de junio de 2004


Después del desayuno comunitario María José y yo bajamos al pueblo con la intención de ver a Tere. Por desgracia hoy el bar está cerrado (hay un par de bodas en el pueblo y deben estar invitados).
Volvemos a casa y salimos con destino a Cantavieja (Teruel) donde hemos reservado mesa en el Buj (Avenida del Maestrazgo, 6. Cantavieja. Tel. 964.18.50.33). El Buj es un pequeño restaurante, llevado con cariño y profesionalidad. Su cocina casera, hecha con productos de la tierra y con la dosis justa de creación, es un oasis en la oferta gastronómica de esta región. Comer en el Buj es un pequeño placer del que intentamos disfrutar en las contadas ocasiones que nos dejamos caer por estas tierras.
Volvemos a casa y, sentados a la fresca, dejamos que el calor de la tarde nos adormezca al son que marcan los pájaros.
Olivia y Roberto desgranan los guisantes que la tía Ángela nos ha traído recién cogidos del huerto mientras leo (me está gustando mucho “Las cenizas de Ángela”).

“...Es fácil desgranar guisantes. Una presión con el pulgar en la vaina y ésta se abre, dócil, entregada. Algunas, menos maduras, se muestran más reticentes: una incisión con la uña del dedo índice permite entonces desgarrar lo verde y notar la humedad y la carne densa, apenas debajo de la piel falsamente apergaminada. Acto seguido, se hacen resbalar las bolas con un solo dedo. La última es tan minúscula... A veces, dan ganas de hincarle el diente. (...) Entonces hablamos poquito a poco, y la música de las palabras también parece venir del interior, apacible, familiar. De cuando en cuando, alzamos la cabeza para mirar al otro; pero el otro se ve obligado a mantener la cabeza gacha; tal es el código. Hablamos de trabajo, de proyectos, de fatiga, no de psicología. La operación de desgranar guisantes no se presta a explicaciones, sino a ir siguiendo el proceso con cierta morosidad. Podría no costar más de cinco minutos, pero nos resulta muy grato prolongar, dilatar la mañana, vaina tras vaina, arremangados. Acariciamos las bolas peladas que colman la ensaladera. Son suaves al tacto; todas esas redondeces contiguas forman como un agua de tierna tonalidad verde, y nos sorprende no mojarnos las manos. Tras un largo silencio de claro bienestar, alguien dice: - Sólo falta ir a buscar el pan.”
Philippe Delerm. El primer trago de cerveza. Barcelona 1998


Roberto prepara unos excelentes guisantes que empezamos a comer a las 12 de la noche.
Tras la cena larga partida al diccionario.

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 4 de junio de 2004


Con los primeros rayos de sol los pájaros, enloquecidos, me despiertan. Me vuelvo a dormir.
Nos levantamos tarde y al abrir la puerta de la calle nos encontramos el desayuno (un delicioso “coc de tomàquet” y unas cerezas gentileza de la tía Ángela) colgando del cañizo. El inesperado regalo nos soluciona el grave problema de logística generado por nuestra improvisión.
Conseguimos arrancar lentamente mientras la pregonera del pueblo anuncia una excursión -por sólo 15 Euros - con Mediterráneo de Serrat como fondo musical.
El sábado es día de mercadillo y, paseando entre paradas de fruta y ropa, nos encontramos al tío Lluís.
Tío Lluís es un amigo del abuelo de María José pero siempre ha sido uno más de la familia. Para María José Lluís es un abuelo más y siempre me ha acogido con los brazos abiertos (que es como siempre acoge a todo el mundo). Tras cuatro años sin verlo nos alegra ver que sigue igual que siempre: vital a sus 88 años, cariñoso, rodeado de gente joven y sordo como una tapia. Abrazos, besos y nos acompaña mientras hacemos unas compras. Aprovechamos para conversar con él y como cuatro años dan para mucho, la conversación se alarga primero en el bar de Eladio delante de unos boquerones y después comiendo en el “hostal del boig”. Martina ha aprendido a bailar, un silbido de Roberto activa un resorte en su interior que le hace botar con su habitual alegría.
La larga jornada, y las duras tareas que el día nos ha deparado, nos han dejado para el arrastre. Se impone una larga siesta.
Tras la siesta dejamos que la tarde pase lentamente mientras leemos y descansamos. Cena y larga tertulia con posturas defendidas con la vehemencia habitual. A las 12 celebramos el cumpleaños de Roberto y posponemos la esperada partida de diccionario para un momento mejor.

“...el ocio, tal y como lo entendemos hoy en día, nace del remanente de tiempo que nos queda tras asegurarnos la supervivencia. Es, por esta razón, un privilegio de las sociedades más avanzadas y, en más ocasiones de las que esto sería deseable, de las clases sociales más favorecidas dentro de esas mismas sociedades.”
Santiago García Quintana. Pequeña Historia del Ocio. Buenos Aires. 1958.


DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 3 de junio de 2004


Un viaje se puede organizar de muchas maneras. Nosotros tenemos cierta tendencia a construir extrañas combinaciones cada vez que viajamos (aunque, como hoy es el caso, el trayecto sea corto).
Cargado con más bolsas de las necesarias salgo de casa y me encuentro con Roberto y María José en la otra punta de la ciudad. Juntos vamos a Alella y Roberto consigue cambiarle el coche a Pepe. Con nuestro nuevo vehículo, equipado con aire acondicionado y todas las comodidades, volvemos a Barcelona y recogemos a Olivia y Martina. Finalmente, tres horas después de salir de casa, partimos con destino a Albocasser (Castellón).
Llegamos al pueblo y abrimos la casa. No nos queda tiempo para mucho más. Improvisamos una cena y nos vamos a dormir. El viaje nos ha dejado muy cansados.

03 junio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 2 de junio de 2004


Me levanto pronto y, sin desayunar por prescripción médica, voy a hacerme un análisis en compañía de María José. La banderillera que me ha tocado en suerte (cada vez estoy más seguro que ese es su verdadero oficio) ataca primero el brazo izquierdo y, tras un rato de pinchazos poco productivos, decide atacar también el brazo sano. Salgo tambaleándome pero vivo y muy hambriento. Vuelta a casa y desayuno.
He quedado con Jordi R. para ir al concierto de Marc Parrot, yo me encargo de comprar las entradas. Para cumplir con mi obligación del día me acerco al Fnac y compro las entradas. Lo lógico sería volver a casa, pero una voz que resuena en el interior de mi cabeza me obliga a subir a la segunda planta y a consumir de forma compulsiva. Tras un rato de gozosa búsqueda compro un par de libros de autores noveles: “El club Dante” de Matthew Pearl y “Ahora sabréis lo que es correr” de Dave Eggers. Vuelta a casa para dejar el botín.
Me encuentro con Jordi en la terraza de un bar cerca de Bikini. Cenamos un bocata y vamos al tempranero concierto.
la entrada Después de tres largos años de ausencia de los escenarios barceloneses Marc Parrot aterrizó ayer en un Bikini lleno de incondicionales para presentar los temas de su nuevo disco. Parrot, olvidada definitivamente su doble personalidad, es un alquimista del buen pop. Ayer, respaldado por cuatro excelentes músicos, presentó sus nuevos temas en un concierto impecable. Es poco habitual ver a una banda española tan bien engrasada- un directo tan redondo en el que todo funciona como debe funcionar- y se agradece. Me lo paso genial.
El precio de las cervezas (4’50 Euros) y la idiotez de los responsables del local (sirven la cerveza en un puto vaso de plástico) nos ha dejado sedientos. Bajamos al Born para comentar el concierto y levantar un poco de cristal. “Octubre”, “Borneo” y, finalmente, “El Granuja” colman nuestra necesidad de ejercicio por hoy.

01 junio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 1 de junio de 2004


Lunes. Festivo en Barcelona. Encierro domiciliario voluntario en compañía de María José. Tenemos tiempo de revisar la excelente “En la ciudad sin límites” de Antonio Hernández y de regalarnos unos cuantos episodios de Los Soprano. Después de cenar abro por primera vez en todo el día la puerta de la calle... para bajar la basura.

Martes. Después del largo fin de semana, la nevera y la despensa requieren mis cuidados. En la oficina de la caja de ahorros me encuentro las habituales colas de el primer día del mes. Un amigo, que trabaja en una de estas cajas me explicó, con algunas cervezas más de lo que sería prudente, una de las habituales operaciones realizadas por los jubilados que –cada día uno sin excepción – le visitan:
Fase número 1: petición de reintegro del importe total de la pensión.
Fase número 2 : comprobación física de la existencia de la pensión y recuento de control.
Fase número 3: ingreso del importe total de la pensión.
Y es que uno ya no se puede fiar ni de los bancos...

31 mayo 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 30 de mayo de 2004


Con la llegada del verano, y la mayor presencia de turistas en la ciudad que este comporta, el Ayuntamiento ha decidido seguir promocionando los deportes autóctonos dentro del marco del Fórum de las Culturas que tanto nos está martirizando.
Uno de los deportes que se ven favorecidos por nuestro consistorio ha sufrido, en los últimos años, un auge espectacular y tengo la suerte de, al ser un deporte callejero, poder apreciarlo con frecuencia desde mi ventana. Las carreras improvisadas son espectaculares: primero pasa un individuo -normalmente joven, en buena forma física y con un objeto en la mano para lastrar la ventaja que su físico impone ante su perseguidor – y detrás uno o varios turistas – de mayor edad y presencia física más bien dudosa- que gritan sin duda expresando la diversión que la práctica del deporte les está deparando.
Esta espectacular práctica deportiva, que en tiempos del Fórum sirve como punto de encuentro entre diferentes culturas, se celebra, gracias a la permisividad y el apoyo tácito de las autoridades de mi ciudad, en los circuitos que el día a día ha convertido en habituales. Y hoy, por desgracia, el día ha empezado con una de estas carreras en las que un visitante de la ciudad no tiene nada que hacer ante la supremacía de los corredores habituales.

Día fantástico y tranquilo con María José. Damos un paseo por el barrio y paramos en la terraza veraniega del Black Horse (abre los sábados y los domingos a las 12) para tomar algo y leer el periódico.
Por la noche quedamos pronto para cenar con Yoli y Rafa en “La dolça Herminia”. Estamos en tiempos de cerezas, y para celebrarlo Rafa y Yoli nos obsequian con una bolsa llena de deliciosas cerezas de cosecha propia. Después de la cena volvemos a la terraza del Black Horse para hacer una copa.

30 mayo 2004

“Como ya te he dicho, lector, en anteriores entregas, he estado emulando al poeta Milton pasando mi juventud retirado, entregado al estudio y a la meditación a fin de perfeccionar mi oficio de escritor, tal como hizo él; la intemperancia cataclismática de mi madre me ha arrojado al mundo con la mayor crueldad. Mi organismo entero está aún agitado. En consecuencia, estoy aún en el proceso de adaptarme a la tensión del mundo laboral.”
Ignatius J. Reilly. Fragmento de “Darryl, diario de un chico trabajador” escrito en una hoja de papel con el membrete de Levy Pants.


DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 29 de mayo de 2004


Los sábados que pasamos en casa suelen tener un ritmo reposado. Nos levantamos, preparamos el desayuno juntos y desayunamos sin prisas. Es el preludio de un largo día sin compromisos ni obligaciones de ningún tipo.
Paseo hasta “El Centre de la Vila”. El centro comercial ha sido ocupado por una horda de tipos realmente raros. Después del susto inicial –que, no lo voy a negar, resulta grande- descubrimos que se trata de una feria dedicada al mundo esotérico: tarotistas, brujas (algunas incluso presentan el aspecto que se les supone), masajistas extraños y freakis diversos nos sonríen tras los mostradores que tenemos que evitar para llegar hasta los cines. Comprar la entrada y adentrarnos en el interior de los “Icaria” supone un alivio pese a que sabemos que, al salir, tendremos que rehacer el camino adentrándonos de nuevo en el mundo de lo desconocido.
Vemos “Troya” que, pese a la presencia de un inexpresivo Brad Pitt (claramente un error de casting que no consigue transmitir ningún tipo de emoción) , resulta una película agradable. Es una lástima que alguno de los momentos cruciales, aquellos que deberían apelar a la emotividad del espectador, queden truncados por la mala elección de uno de los personajes principales. Porque “Troya” es, con toda su espectacularidad, una película de actores. La composición que Eric Bana hace del héroe justo, es tan acertada como la que el veterano Peter O’Toole realiza de su padre. También Orlando Bloom, de nuevo con un arco en la mano, construye un personaje creible que consigue emocionarnos. Cosa que no consigue en ningún momento ese Aquiles que nadie se cree y al que nadie importa lo que pueda pasarle. Una lástima.

Debido al metraje de la película volvemos a casa tarde y dejamos transcurrir el resto del día al mismo ritmo que lo hemos iniciado.

29 mayo 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 28 de mayo de 2004


La percepción del tiempo está condicionada por muchos factores. Algunos de ellos – yo no se cuales – han hecho que esta semana me pase volando. Ya se ha acabado otra semana laboral (aunque pueda parecer contradictorio sigo rigiéndome por un calendario ordenado por rígidas semanas laborales) y la que viene – con sólo tres días de trabajo – me temo que pasará volando.
La historia de mis dos últimos días tiene fácil resumen: desayunos tempraneros con María José, mañanas delante del ordenador (un poco de trabajo y mucho juego), siestas compartidas, un libro nuevo (he empezado a leer “Las cenizas de Angela” de Frank McCourt) y un par de películas en dvd (“Good bye Lenin” y la fantástica “Master and Comander”).
Ante el número de horas que últimamente le estoy dedicando, finalmente he decidido desinstalar el “heroes of might and magic” del ordenador. Se que pueden volver antiguas adicciones, pero el remedio se había convertido en una enfermedad peor. También se que, tarde o temprano, me veré obligado a reinstalarlo. Ya se sabe: una vez adicto, adicto siempre.

27 mayo 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 26 de mayo de 2004


Mañana fantástica con María José, es una lástima que a las 12 se tenga que ir a trabajar. Decido ir al cine, cojo la bicicleta y me acerco al “Centre de la Vila”. Cuando llego a los Icaria la mayoría de películas acaban de empezar y no queda mucho donde elegir. Después de algunas dudas me decanto por “Big Fish”, de Tim Burton, que me gusta y me divierte.
Vuelvo a casa y me zampo uno de los muslos de pavo que ayer preparé en el horno (con romero y tomillo). Está feo que lo diga yo, pero igualmente lo diré: está muy bueno. Partida de “Heroes...”.
Jordi P. se pasa por casa poco antes de las ocho. Nos tomamos una cerveza y salimos hacia el Raval en busca de algún sitio donde cenar. En los alrededores del Macba encontramos muchos restaurantes nuevos pero nuestro presupuesto hoy nos limita y, después de dar algunas vueltas, al final nos decidimos por algo más económico. En la calle Ferlandina, justo delante del Macba, encontramos un restaurante sencillo (se llama “H original” y tiene una terraza fantástica que, por desgracia, a esta hora está llena). La carta es corta pero comemos muy bien. Como durante la cena no hemos podido hablar sobre las consecuencias de la globalización en el comercio de cereales, decidimos continuar nuestra tertulia delante de unas cervezas primero en el “Almirall”, después en el “The Clansman” y finalmente en “The Black Horse”. Al volver a casa me doy cuenta que, finalmente, no hemos afrontado el tema de la globalización y todo eso pero no le digo nada a Jordi para que no se sienta mal.

26 mayo 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 25 de mayo de 2004


Lunes y martes tranquilos. Necesito recuperarme de estos últimos fines de semana repletos de actividades de todo tipo (la mayoría de ellas, tengo que confesarlo, gastronómicas). Compras por el barrio, un poco de lectura (he acabado “Más allá del hielo” de Douglas Preston y Lincoln Child que ha resultado ser más flojo de lo habitual) y el visionado –con María José - de un par de episodios de la segunda temporada de “Los Soprano” son algunas de las actividades que han llenado mis horas de ocio.
También me ha quedado tiempo para visitar la exposición “La ciutat reincident” en el “Col.legi d’Arquitectes de Catalunya”. La exposición es un interesantísimo recorrido histórico por las soluciones dadas a la necesidad de vivienda provocada por la inmigración en Barcelona desde 1950 hasta la actualidad. Planos de los polígonos construidos para solucionar el problema, fotografías y documentales de la época nos permiten ver que situaciones que creíamos solucionadas, se vuelven a plantear actualmente en las mismas condiciones que hace 50 años. En la calle, junto al edificio de el “Col.legi”, podemos pasearnos por el interior de las viviendas de protección oficial gracias a los planos que, a escala real, han pintado en el suelo. Es insultante el tamaño de algunas de ellas.

“Estos amontonamientos suburbiales sufren tal discriminación social, que ello ha entrañado, generalmente, y a pesar de no desearlo, una segregación total del inmigrante respecto al natural del país.”
Francisco Candel. Inmigrantes y trabajadores. Barcelona, 1972.

24 mayo 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 23 de mayo de 2004


Me despierta el incesante canto de los pájaros... poco antes de las ocho de la mañana. Ante la falta de solidaridad de la madre naturaleza decido salir a dar una vuelta por los alrededores de Palouet. El paisaje, a esta hora sumergido en brumas, es espectacular. Josep – que está preparando el desayuno – me indica el camino que lleva hasta un pequeño lago. Paseo, disfruto de la vista y me lamento por no haber cogido la cámara de la habitación. Llego al lago, sobre el que flotan jirones de niebla, y disfruto del momento. Al volver al hotel me encuentro con María José que ya se ha levantado y juntos damos un paseo mientras esperamos a los demás para desayunar. Ahora, cámara en ristre, hago alguna foto para ilustrar estos paseos matinales.
Palouet en Cervera Palouet
Desayunamos juntos y salimos de ruta: visitamos Artesa y Cervera. En Cervera, después de visitar el pueblo, decidimos comer en el “Gran Café” pero nos tratan como ganado y, ante su falta de educación, preferimos comer en un bar cercano.
La vuelta a casa resulta tranquila pese a la sesión musical a la que, primero David (Julio Iglesias) y después María José (Bonney M), me someten.
Ha sido un largo y divertido fin de semana. Con promesas de repetirlo nos despedimos y volvemos a casa.

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 22 de mayo de 2004


Es imposible abstraerse a la boda real que hoy se celebra. Radios, televisiones y periódicos se han empeñado en centrar su atención en la única noticia que hoy parece importar.
Nuestro plan de huida de la civilización, hábilmente ingeniado por Iola y David, no consigue apartarme totalmente de un hecho que, pese a no importarme absolutamente nada, me veo obligado a pagar solidariamente con el resto de habitantes de este país.
A las 11 nos encontramos con Iola, David, Laura, Víctor y Ona, y salimos con destino a Can Cuadros.
Dos o tres equivocaciones de ruta después, llegamos a nuestro destino. Can Cuadros es una casa de turismo rural situada en Palouet, un pequeño pueblo de la comarca de La Segarra (Lleida). A llegar, M. Àngels nos acompaña por un laberíntico interior hasta nuestras habitaciones. La que nos ha tocado a María José y a mí se llama “La Grepia” y está llena de fotos y botellas antiguas. La presencia de un reclinatorio me provoca cierta inquietud y el cuadro en “honor a los valientes” españoles en el norte de áfrica no consigue el efecto sedante que, sin duda, buscaba el decorador. El viaje en el tiempo que propone la habitación se me antoja excesivo.
Para comer nos recomiendan “Can Solé Xic” (Plaça Major, 10. Claret. Tel. 973296008). Claret es un pueblo muy pequeño (cuatro casas rodeadas de campos). Nos tratan y comemos muy bien.
Al salir damos un paseo por los alrededores y, una vez más, me pregunto que hacemos apiñándonos en ciudades teniendo tanto espacio disponible.
Claret Can Solé Xic
Vuelta a Can Cuadros y siesta. Se acerca la tormenta. Mientras descarga improvisamos una tertulia en una sala común esperando la hora de cenar.
La cena, a la luz de las velas en algún momento por un inoportuno apagón, resulta excelente (una sopa de ajo deliciosa, unos impresionantes canalones y helado de higo).
Sobremesa y larga (y muy divertida) partida al diccionario.

22 mayo 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 21 de mayo de 2004


Parece que el verano ha decidido quedarse entre nosotros. Animado por esta razón dedico la mañana a buscar, en el fondo del armario, la ropa que durante los últimos seis meses ha sufrido un injusto ostracismo.
A mediodía quedo con María José en el Ugarit Born (c/ Comerç 29 T. 933100873). El Ugarit Born es el nuevo restaurante sirio del barrio y es hijo del ya mítico Ugarit de la calle Bruniquer. Comer en el Ugarit es siempre una gozada pero la carta del nuevo local es un regalo para los sentidos: a los platos habituales han incorporado, entre otras delicias, el pescado. Aconsejados por Hani, decidimos probar la dorada y no nos arrepentimos (¡está impresionantemente buena!). Volveremos.
Kris nos ha grabado un montón de episodios de CSI. Vemos tres de una tacada y nos vamos a dormir.

21 mayo 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 20 de mayo de 2004


Sorprendente. Después de desayunar con María José y de trabajar un rato en el ordenador, salgo a la calle y me encuentro una orquesta tocando en la plaza de la Catedral. La “Philarmonie Gelre”, que así se llama la orquesta, están tocando versiones de temas pop y, ventajas de ser un ocioso, decido quedarme a disfrutar. Es una gozada, pese al ruido que llega del montaje del andamio en la fachada del templo, oír tocar a una orquesta en medio de la calle.
Al final sigo mi camino y me paso por el apartado donde recojo unos cuantos discos. Ninguno destaca especialmente.
Por la noche cena en casa de Lluís y Neus. Lluís, trasmutado en Ferrán Adrià e influenciado por los aires del Forum que nos vemos obligados a sufrir, nos prepara una cena multicultural y atrevida. La cena, a base de tapas originales, está deliciosa. Además tenemos la suerte de que a Lluís se le entiende mucho mejor que al “hastaenlasopa” cocinero y la conversación (sobre cómics, libros, viajes, trabajo, el Forum...) resulta, como siempre, muy agradable.
De postre nos comemos el tiramisú que ayer prepararon María José y Jordi R2. Como era de esperar, está muy bueno.
Vuelta a casa en moto. Como hemos quedado pronto para cenar no es demasiado tarde cuando nos vamos a la cama.

20 mayo 2004

“A pesar que la mayoría de pueblos ven el ocio como algo negativo, encontramos algunas comunidades que lo ven como algo positivo e incluso necesario, y, en nuestra prepotencia occidental, tachamos a estas comunidades de primitivas. (...) Los polinesios son reacios a hacer nada que no sea, aparte de necesario, divertido. Ningún placer se desaprovecha: ni la música, ni la danza, ni la comida, ni el sexo. Incluso las tareas necesarias como la pesca son vistas como fuente de diversión”
Santiago García Quintana. Pequeña Historia del Ocio. Buenos Aires 1958


DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 19 de mayo de 2004


Nos levantamos pronto. Hemos quedado con Jordi R2 para desayunar (nuestra intensa vida social nos está obligando a hacer extrañas combinaciones) y para que nos enseñe a preparar un tiramisú.
Después de desayunar Jordi y yo salimos a comprar los ingredientes que nos faltan (queso mascarpone, huevos y bizcochos). Vuelta a casa y, mientras María José y Jordi preparan el delicioso postre yo me dedico a informarme (leo el periódico). En poco mas de media hora ya han acabado, tiene una pinta estupenda. Larga tertulia mañanera que le da al día un aspecto diferente.

19 mayo 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 18 de mayo de 2004


Día internacional de los museos. Como ocioso desocupado decido aprovechar las ventajas económicas que la jornada me depara y me organizo una maratón cultural de tamaño familiar.
La jornada se inicia con una visita al museo Picasso rodeado de guiris de toda edad y condición. Fdez-Pinedo. Carrer Reial Salgo del museo y, en la misma calle, visito la exposición de Juan Manuel Fdez-Pinedo en la Galeria Montcada. Me gusta, sobretodo, “Carrer Reial”.
Empiezo a estar cansado pero el plan establecido no admite descansos. La siguiente parada planificada es el Museu d’Història de la Ciutat. En su subsuelo me doy un paseo, de regusto mohoso, por la Barcino romana.
Al salir me encuentro con la exposición “La condición humana. El sueño de una sombra” en parte de las instalaciones del museo y mi planificación empieza a hacer aguas. Decido saltarme el plan establecido y visitar la exposición adentrándome por primera vez en el territorio Forum.
“La condición humana” está pillada por los pelos. Alguien (que seguramente ha cobrado muchos millones por echarle morro al asunto) ha decidido agrupar una serie de obras artísticas (pinturas -Ives Klein, Toulouse-Lautrec, Tàpies, Nonell... -, esculturas de culturas muy variadas, fotografía, video, miniaturas...) para ilustrar que el arte es la representación de la esencia humana. Este gran descubrimiento, les ha permitido colocar en la exposición cualquier obra de arte de cualquier periodo. Visitar esta muestra tan poco cohesionada nos permite -no obstante y pese a mis críticas- ver obras muy notables.
Paseo por la Boquería para recuperarme y me regalo unas aloreñas para recuperar fuerzas. Llego tarde y muy cansado al CCCB y, como empiezo a estar culturalmente saturado, decido abandonar a medio recorrido.
Vuelvo a casa, preparo la comida y como con María José que ya ha acabado de trabajar.
Por la noche disfrutamos del “Captain Hornblower” que ayer nos regaló Garci en su programa.
Que cansado es esto de la cultura.

17 mayo 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 17 de mayo de 2004


Y de repente... llegó el verano. Para celebrarlo me pongo las abarcas que, si todo va bien, acompañarán mis pasos durante los próximos meses (hace unas semanas hice un primer intento de ponérmelas pero el frío volvió y tuve que claudicar ante los zapatos).
Desayuno y mañana de lunes con María José. La acompaño cuando se va a trabajar y, de paso, llevo su bicicleta al mecánico para la revisión anual.

Mañana es el día internacional de los museos, pero algunos (en Barcelona el Macba) lo celebran hoy con una jornada de puertas abiertas. Aprovecho la ocasión y visito la colección permanente (que me parece escasa y poco representativa, más cercana a la colección de una galería de arte que a la de un gran museo). Al salir leo El País en la fantástica terraza del CCCB.
En el Fnac compro el último disco de The Streets (“a grand don’t come for free”) y me regalan el doble vinilo en edición especial.

Como solo en el “Dim sum house” (Bergara, 7 tel. 932701293, Menú 8 Euros), un restaurante chino especializado en “dim sum” (esas cestitas que se cocinan al vapor). Después paseo por el Raval. Últimamente ha proliferado el uso de distintas técnicas para hacer graffitis, entre ellas la que llama más la atención es el mosaico. El arte no sólo está en el Macba.

THE STREETS
A grand don’t come for free
679 Recordings

Siempre me ha gustado el hip hop, pero la falta de evolución que gangrena este estilo musical me había apeado del tren de sus seguidores. Discos como “A grand don’t come for free” te devuelven la fe en un género. Mike Skinner ha facturado un disco delicioso alejado de los tópicos del hip hop. En el aplica lecciones bien aprendidas de maridaje con el rock, el soul y el funk. El resultado son once temas urbanos, oscuros y llenos de sentimiento que no sólo gustarán a los incondicionales. Muy recomendable

16 mayo 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 16 de mayo de 2004


Conesa Forés
Diez horas de sueño nos han dejado como nuevos. Nos despedimos del balneario descansados y con ganas de volver algún día (Yoli, Rafa: Muchas gracias, nos lo hemos pasado genial).
Ruta en coche por la Tarragona interior con música para cantar: "Calamaro", Conesa, “La buena vida”, Forés, “Cooper”, Sarral, “Marc Parrot”, Santa Coloma de Queralt, “Family”, Rocafort de Queralt...
Volvemos a casa con la sensación de haber vivido unas pequeñas vacaciones (y ayer a las 11 todavía estábamos en Barcelona).

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 15 de mayo de 2004


Ha llegado el día. Hoy vamos a disfrutar del fantástico regalo con el que hace unos días Rafa y Yoli nos alegraron la vida.
Cogemos el coche – que María José tomó prestado ayer – y vamos hasta Vallfogona de Riucorb. El balneario está junto al río Corb rodeado de altísimos árboles. El lugar es muy tranquilo y pasear por los jardines, con el canto de los pájaros como única banda sonora, es sensacional.
Nada mas llegar nos envían a una “visita médica”. Lo entrecomillo porque eso es lo que hacemos: visitar a un señor que nos dice que es médico y charlar con él hasta que nos programa las actividades para esta tarde. Comida (buena y abundante) en el comedor del hotel y pequeña siesta que empieza en el jardín y que se traslada a la habitación cuando una nube inoportuna lo decide.
Tarde de actividades balneoterápicas. Empiezo con un masaje que me descubre músculos que jamás había sospechado tener. Sigo con un baño, ya en compañía de María José, en una piscina termal llena de burbujas y chorros. Para acabar, una ducha a presión que, sumada a los anteriores tratamientos, me deja en un estado de total laxitud. Vuelta a la habitación para descansar del descanso. La sensación, pese a la preocupante falta de fuerzas, es agradable.
Damos un paseo por los alrededores (una urbanización de pequeñas casas de principios del XX venida a menos) y cenamos pronto. A las diez ya estamos en la cama y media hora después el cansancio puede con nosotros y dormimos como troncos.

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 14 de mayo de 2004


Sergio estudió con María José y conmigo hace muchos, muchos años. Sigue siendo un refunfuñón congénito con un sentido del humor tan grande como su corazón. Pese a que nos queremos mucho nos hemos visto muy poco estos últimos años. La vida...
Intentamos recuperar el tiempo perdido con una cena en “El boliche del gordo Cabrera” que nos sirve para reestablecer el contacto y para conocer a Marta (pareja de Sergio desde hace ya más de diez años, el mismo periodo de tiempo que lleva ocultándonosla).
Vuelven, sobre el mantel del restaurante, las viejas historias de nuestra época estudiantil (¿Fue realmente hace tanto tiempo?) y compartimos información sobre las vidas de nuestros excompañeros de clase.
Tras las promesas de repetirlo en breve, volvemos a casa contentos por haber vuelto a reír juntos.

14 mayo 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 13 de mayo de 2004


Hoy Isa inaugura una galería de arte en Barcelona. Cada vez son más los, hasta hace poco compañeros de trabajo, que están dejando que su carrera profesional se oriente hacia nuevos campos. Yo también me lo he planteado pero cuesta dar el paso.
En la inauguración me encuentro con Jordi P. y Toni. Mucha gente y cuadros de Tharrats. Poco a poco van llegando más excompañeros (Francesc, Adaia y Marc y, como siempre que nos reunimos, hablamos obsesivamente de la empresa que nos reunió y que, hace poco, nos separó. Espero que Isa tenga mucha suerte en su nuevo trabajo.
Por la noche cena con Ramón, Víctor y Jordi P. en La Ternerita. Ramón, que vive en los Estados Unidos, ha venido a pasar unos días. La cena de hoy es, sobretodo, para vernos con Ramón. Curiosamente empezamos a comer sin él (estábamos sentados en la mesa cuando ha llamado diciendo que se retrasará un poco –más o menos una hora). Cuando llega se apunta a la parrillada y, entre trozo y trozo de carne, hablamos de todo un poco.
Copas en La Torre Rosa y, de vuelta en el barrio, en el Octubre.

12 mayo 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 11 de mayo de 2004


Largo día de lluvias y cursillos. Todo el mundo anda con el humor justo y yo no soy una excepción.
Por la noche María José y yo nos recuperamos con una cena en casa de mis padres. Ayer volvieron de su viaje a Florencia y han traído fotos (que miramos con envidia no disimulada), embutidos y quesos deliciosos (que comemos y nos llevamos). Se lo han pasado bien y es una lástima que no viajen más a menudo.
Ya en la cama acabo “Fiebre en las gradas” de Nick Hornby. El escritor de, entre otros, “Alta fidelidad” narra aquí su relación con el fútbol y en particular, con su equipo, el Arsenal. Pese a que el libro tiene fragmentos brillantes (en los que todo aficionado al fútbol se verá -en mayor o menor medida- reflejado), pierde el ritmo en demasiadas ocasiones y eso dificulta su lectura.
Voy a empezar algo ligero: “Más allá del hielo” de Douglas Preston y Lincoln Child (según un traductor de páginas web: “Douglas Preston y el hijo de Lincoln”.

11 mayo 2004

“Buena parte de lo que damos por sentado acerca de la conveniencia del trabajo procede de este sistema, y, al ser preindustrial, no está adaptado al mundo moderno. La técnica moderna ha hecho posible que el ocio, dentro de ciertos límites, no sea la prerrogativa de clases privilegiadas poco numerosas, sino un derecho equitativamente repartido en toda la comunidad. La moral del trabajo es la moral de los 'esclavos, y el mundo moderno no tiene necesidad de esclavitud.” Bertrand Russell. Elogio de la ociosidad. 1932

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 10 de mayo de 2004


Me levanto pronto y voy a la oficina del INEM a sellar la cartilla que me acredita como desempleado. Es la primera vez que tengo que hacerlo y no repetiré hasta dentro de tres meses. Este pequeño tramite burocrático es una de las pocas obligaciones que tengo que cumplir a cambio de la prestación que recibo (la otra es asistir a las entrevistas de trabajo que mi oficina de empleo considere oportunas, hasta el momento ninguna).
En el camino de vuelta a casa paro a comprar pastas para desayunar. María José ya está despierta, desayunamos.

Los cursillos que he estado siguiendo últimamente empiezan a dar fruto: hoy he publicado mi primera web. No es gran cosa, pero hace mucha ilusión. Pese a que he invertido muchas horas (y de una manera cercana a la obsesión) me lo he pasado muy bien y tengo ganas de empezar una segunda.

El resto del día transcurre placidamente entre partidas de “heroes of might and magic” y la lectura de El País de hoy (con crucigrama de Mambrino incluido).

10 mayo 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 9 de mayo de 2004


Nos levantamos tarde y, tanto María José como yo, nos lanzamos vorazmente hacia las actividades que nos han mantenido ocupados de manera obsesiva durante todo el fin de semana (María José está pintando una caja y yo estoy terminando mi primera web).
Conseguimos, a duras penas, desengancharnos del vicio que nos consume y salimos con destino a El Masnou. Allí hemos quedado con Ángela y César con los que hace mas de un año que no nos vemos. Viaje tranquilo en tren y, en la estación, nos recoge César.
En el parque nos espera Ángela con Alex, Mar y Alba (a las dos gemelas yo todavía no las conocía). Mañana familiar, Mar descubre las piedras y empieza a investigar – como si de Ferrán Adrià se tratase – sus posibilidades gastronómicas. Tras zamparse, con no poco deleite, cuatro deliciosas piedras de un diámetro considerable, obtiene una prohibición por parte de las autoridades sanitarias competentes (en este caso su madre).
Dejamos a las gemelas con la familia y bajamos al puerto para comer. Comemos en el chino y rellenamos los vacíos que este prolongado periodo sin vernos ha dejado. Seguimos en una terracita del puerto con un café y buena conversación, hace sol y se está muy bien.
Vuelta a casa en tren sin entender muy bien como es posible que no nos veamos con más frecuencia.
Al llegar a casa, de nuevo las obsesiones aparecen entre nosotros.

08 mayo 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 8 de mayo de 2004


Viernes. María José me salva de otra jornada de duro trabajo delante del ordenador y me invita a que le pague un cine. Vemos “El efecto mariposa” de Eric Bress y J. Mackye Gruber. La película, pese a ser algo tramposa (esos sustos innecesarios) resulta entretenida. Podría decir, sin miedo a equivocarme, que es una mezcla de “Atrapado en el tiempo” y “El sexto sentido” en la que hay buenas ideas mal asimiladas. Una lástima, ya que podría haber sido una gran película y al final sólo es un entretenimiento que no resiste un análisis más cuidadoso.

Vuelta a casa. Acabamos con la segunda temporada de “Sexo en Nueva York” y escucho el último disco de Mr. Smoke (se llama 180º, lo escucho un par de veces más y os cuento algo).

Sábado. Con María José por la mañana vivimos una auténtica mañana de día festivo. A mediodía, y a regañadientes, salgo a por El País de hoy.

Roger nos ha invitado a una tarde de música en el Centre Cívic Fort Pienc. “El loco educado” es una banda curiosa: un buen teclista y un cantante que parece el séptimo hijo de Raphael son el núcleo del grupo. En algunos temas los acompañan un bajista –que en ocasiones ejerce de guitarrista– , un batería y Roger (que se encarga de proyectar imágenes en una pantalla tras los músicos). Lo mejor, la versión que de “Apuesta por el Rock’n’roll” de los fantásticos – y, por desgracia, olvidados – “Más birras” han hecho en los bises.
Camino de casa paramos en “La Candela” que es el restaurante que Víctor “mans blaves” y sus dos socias han abierto en el barrio. Hoy inauguran y nos dejan probar algunas de sus tapas (un salmón delicioso y un revuelto de morcilla de impresión). Volveremos con más calma cualquier noche de estas.

07 mayo 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 05 de mayo de 2004


Miércoles. Muchas horas, quizá demasiadas, trabajando delante del ordenador.

Jueves. Me levanto y ,después de desayunar con María José, cojo la bicicleta y salgo a dar una vuelta aprovechando que tengo que llevarla al taller (el otro día me cargué la válvula al hinchar la rueda).
Aunque el día es frío el sol anima a callejear. Sin salir del barrio doy vueltas durante un par de horas.
Vuelta a casa y sesión de trabajo con el ordenador. Siesta con María José.
Por la noche me encuentro con Roger en Plaza Molina. Cenamos un par de porciones de pizza en La Nova Fontana (Santjoanistes, 6 Tel. 932170076). Pequeño, ruidoso y siempre lleno... pero con unas pizzas deliciosas. Después caen un par de cervezas en el Mil Estones Bar y en el mítico O.K. Corral (lleno de cuarentones fiesteros). Con Roger hablamos de todo pero el tema del trabajo ocupa una parte importante de nuestra conversación (Roger fue uno de los que continuó en la empresa donde yo trabajaba cuando, hace tres meses, despidieron a la mitad de la plantilla. Ahora les acaban de comunicar que, en julio, los echan a todos. Me jode.).
Al final descubrimos con estupefacción que, pese a nuestros esfuerzos, el mundo no es mejor que cuando hemos empezado a hablar y que la cerveza está empezando a hacer estragos. Decidimos dejarlo y vuelvo a casa contento y en taxi.

05 mayo 2004

“Y he conocido a mujeres a las que les gusta la música (...) pero nunca he visto a una mujer que tenga una inmensa colección de discos neuróticamente ordenados por orden alfabético y en constante expansión.”.
Nick Hornby. Fiebre en las gradas.


DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 04 de mayo de 2004


A veces, leyendo un libro, te encuentras retratado fidedignamente. Soy propietario de una innecesariamente grande colección de discos y mi “freakismo” me ha llevado a crear una base de datos – con más de 5600 entradas (repletas de datos innecesarios)- en la que están ordenados numéricamente todos los discos. Leyendo las múltiples neuras de Nick Hornby veo reflejos de las mías. Sin esperarlo te ves reflejado en el espejo... y sólo puedes tomártelo con humor.

Casi lo he conseguido. Cojo el metro para ir a clase y siempre, en todos los trayectos durante los últimos tres meses, soy asaltado de manera inmisericorde por el puto acordeón. No hay manera de evitarlo.
Hoy he acariciado la posibilidad de un viaje tranquilo con la punta de los dedos y en Maragall, la estación anterior a mi destino, ha aparecido el acordeonista de turno (amablemente acompañado hoy por un guitarrista) dispuesto a amenizarnos el viaje. Como esto siga así me obligarán a cambiar el bus por el metro.

Por la noche, después de un día de compras y cursillos, cena en casa de Olivia y Roberto. Cuando llegamos Martina ya está dormida. Roberto – que se ha pasado el día en la cocina - nos regala un festival culinario de alto nivel: percebes, pasta (casera) con cigalas, bacalao al pil pil y brazo de gitano (también casero). Todo impresionante, delicioso, para llorar.
Larga sobremesa plagada de discusiones sobre cualquier tema (tengo el día discutidor). Son más de las 2 cuando volvemos a casa.

03 mayo 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 3 de mayo de 2004


Domingo. Me levanto solo. Es extraño, no me gusta. Es tarde, salgo a comprar el periódico y me regalo el primer número de Hulk y el primero de Thor de la línea Excelsior (hace tiempo que no leo cómics y me apetece mucho).
Por la tarde, y ya con María José en casa, siesta y poco más.

Lunes. Poco que destacar. Han vuelto los tutoriales y las larguísimas partidas de “Heroes...”. La novedad es que he marcado un horario para no pasarme demasiadas horas delante del ordenador. El día –frío, nublado y ventoso - no acompaña y decido no salir a la calle.

02 mayo 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 1 de mayo de 2004


Me he acostumbrado a despertarme junto a María José y las mañanas en que esta premisa no se cumple son extrañas. Paso las primeras horas del día deambulando por casa mientras intento devolverla a su habitual estado.
María José y Lidu me invitan a comer en el Shunka (c/Sagristans, 5 Tel. 934124991). El Shunka es un restaurante japonés con la cocina totalmente abierta al comedor. Esto y las muchas mesas que hay en la sala, no demasiado grande, hace que el local sea poco tranquilo. Sin embargo la calidad de la comida (es uno de los restaurantes japoneses en los que más he disfrutado) compensa las pequeñas incomodidades del local. Muy recomendable (precio aproximado persona: 25 Euros).
De vuelta a casa paro en el video-club para coger “Buen viaje, excelencia”. La película de “Els Joglars” no es una maravilla pero me hace pasar un buen rato (sobretodo gracias a la excepcional interpretación de Ramón Fontseré que nuevamente es capaz de absorber la esencia de su personaje de una manera magistral).
Mi adicción al “heroes of might and magic” continúa y sigo recogiendo gloriosos éxitos y amargas derrotas.
Ceno, como buen “rodríguez de fin de semana”, delante de la tele mientras disfruto de un buen partido de fútbol.

01 mayo 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 30 de abril de 2004


Hoy tenemos cena en casa y, como a la mesa seremos nueve, hay muchas que preparar. Manos a la obra en la cocina. Por la tarde María José se apunta y, entre los dos, conseguimos tenerlo todo a tiempo. Poco a poco van llegando todos: Lluís, Neus, Lidu (la hermana de María José que ha venido de Castellón a pasar el fin de semana), Juan Andrés, Carmen, Rosa y Carlos. Recuperar fragmentos de una infancia feliz con los amigos que colaboraron a que así fuera no tiene precio (como diría el anuncio de una conocida tarjeta de crédito). Hoy la que hace el ejercicio de memoria es María José y disfruta de todos y cada uno de los momentos que el reencuentro le proporciona.
La noche se llena de historias y leyendas. Historias de muertos en el depósito de agua, de patas de madera sin piratas, de días de sol y de largas noches de descubrimientos. A las 2 nos levantamos de la mesa y, aunque alguien propone continuar, estoy demasiado cansado para apuntarme.
María José se va con Lidu. Han decidido pasar el fin de semana “de hermanas” y dormirán en un hotel. Tengo la casa (bastante sucia y desordenada) para mi solo.