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12 junio 2019


DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 12 de junio de 2019

La mejor gastronomía de Barcelona baja cada año a La Rambla. El Tast a La Rambla es un festival único y, en su sexta edición, ha brillado más que nunca. No soy imparcial ya que, como la mayoría de los que tenemos la suerte de trabajar en él, lo siento como algo mío.

Días de trabajo intenso pero muy gratificante. Probar las cocinas de restaurantes que no conoces, supone descubrimientos y condiciona futuras visitas. No he podido probarlo todo y, por lo tanto, mi lista de platos favoritos no tiene demasiado valor. Me han gustado mucho el Tartar de rubia gallega, pan de centeno, zanahoria y hierbas nórdicas del Arume, los tacos de tartar de atún rojo con guacamole y mayonesa de chipotle del Teleféric, el Arroz cantonès con cerdo ibérico y kimchi de Casa Xica, el sobao de aceite de oliva, presa ibérica ahumada, apio y encurtidos de la Fonda España, el ssam de lechuga larga con aguacate y bonito soasado del Espai Kru, el rosbif de vaca con pan crujiente y encurtidos del Pur, la Anguila “all i pebre” de la Enoteca (para mi el mejor plato del Tast de este año) y el Pan chino de cerdo ibérico ahumado con salsa teriyaki, rúcula, cebolla frita y mayonesa de kimchi del This & That Co.



Lo mejor, comida al margen, ha sido trabajar con un equipo fantástico y la felicidad colectiva y contagiosa que el recinto rebosa. Queda un año para la próxima edición.

Y, hoy, paseando a Cass, he visto que ya ha llegado el verano. La pastilla de Fogo ya decora nuestra calle. Un lanzamiento diario nos garantiza esta performance hasta finales de verano. Un abrazo vecino/a incívico/a.



17 julio 2016

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 17 de julio de 2016

Ha vuelto “el que grita”. “El que grita” es un vecino que, siempre por la noche y sin un horario fijo, rompe la noche con un grito. Suponemos – por el tono del grito – que se trata de un hombre, pero no lo podemos asegurar, podría ser “la que grita”. Lo que es inmutable es el número de gritos (uno o dos como mucho) y la capacidad pulmonar del emisor (constatable por el considerable volumen al que el grito es emitido). Naturalmente, su grito es mucho más evidente en verano ya que dormimos con la ventana abierta, pero no descartamos que su carácter no esté limitado por la estacionalidad.

Digo que “ha vuelto el que grita” debido a que el año pasado – y quizá el anterior – no escuchamos sus gritos nocturnos. No sabemos si sus gritos son de angustia o de alegría, si son el reflejo de una necesidad vital o si responden a una extraña liturgia religiosa desconocida por este barrio, podrían ser de dolor o de placer (lo que demostraría una regularidad amatoria notable del que grita), quizá son un ritual de saludo a la luna o un símbolo de locura… pero lo que es cierto es que los echábamos de menos y que siempre son acogidos con una sonrisa.

Y la vida sigue mientras se acercan las vacaciones a paso extremadamente lento. Pongo pausa a la semana con una comida en la Braseria Nicasio de Sant Boi con Toni y Oscar. Buenísima carne a la brasa, cervezas, muchas risas y “pablazo” notable de Toni. Lo dejamos con ganas de repetir. Poco más que destacar… el ritmo ha bajado mucho, quizá es el calor… pero quizá son las baterías bajas.