Mostrando entradas con la etiqueta león. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta león. Mostrar todas las entradas

06 noviembre 2008

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 31 de octubre de 2008
CRÓNICAS MEXICANAS VIII


De nuevo espectacular desayuno, esta vez en Crispín. Tacos y tortas de carnitas que, Crispín, imprescindibles carnitas
por desgracia, no puedo acompañar con una cerveza. Pese a ese pequeño inconveniente – bastante normal en una taquería – disfruto mucho.

Amador y María nos dejan en el centro de León donde aprovechamos para pasear un poco y visitar un par de tiendas. Desde allí tomamos el optibus (un autobús con estaciones elevadas y carril propio que es una mezcla entre nuestros autobuses y metro. El vehículo es como nuestro autobús -articulado, por eso lo conocen como la oruga- pero el sistema se parece más al metro) y en un momento nos plantamos en la Central Camionera para repetir el camino de ayer hasta Guanajuato (esta vez en un bus Primera Plus – de la misma compañía que ayer, pero mucho más confortable y moderno).

Ya en Guanajuato paseamos, compramos souvenirs, callejeamos por mercados y mercadillos, paramos a tomar algo y visitamos algún edificio con bonitos patios interiores. Habíamos quedado con nuestros anfitriones para cenar aquí, pero estamos tan cansados que les llamamos para que no hagan el camino en vano. Volvemos a casa en transporte público.Guanajuato al anochecer
El camino es largo y el taxi que nos lleva de la central camionera de León a casa se pierde y – después de muchas vueltas y unos cuantos renuncios – vemos el edificio a lo lejos – por suerte es mucho más alto que la media – y llegamos

Descansamos un rato y salimos a cenar tacos (esta vez en una taquería muy grande comemos tacos de lengua y de cabeza, me pongo las botas).

Al llegar a casa tengo la barriga demasiado llena para irme a dormir. Me conecto a internet y – el mundo cada ve es más pequeño – me entero de que en Levi Pants están despidiendo a gente. Vuelvo a vivir – ahora en la distancia – un episodio similar al que viví hace unos años en otra empresa. La distancia ayuda a soportar la angustia por los compañeros y por mí mismo, pero no deja de ser duro ver el dolor de los que lo están sufriendo en sus carnes.
Dormiré mal y – al final de la noche – decidiré que no está en mis manos la solución y que de nada sirve preocuparme. Pese a eso la sensación es agridulce. Al estar lejos me ahorro la angustia y la incertidumbre pero, a la vez, no puedo dar los abrazos que me gustaría dar o que me gustaría que me dieran.

(pese a la importancia de estos hechos, he decidido mantener el orden cronológico de estas crónicas para – de aquí a unos años – recordarlo tal y como yo lo he vivido día a día. Cuando leas esto yo ya estaré en Barcelona y seguramente habrán pasado muchas más cosas pero así las viví y así quiero recordarlas cuando dejen de tener la importancia que ahora tienen)

04 noviembre 2008

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 29 de octubre de 2008
CRÓNICAS MEXICANAS VI


Escribo esto - hoy ya es jueves - sentado en el Café Conquistador de Guanajuato, junto a una ventana. Ayer fué un día de tránsito. Dejamos Df y, con el autocar más cómodo que he visto en mi vida, fuimos hasta León.
Cinco horas de viaje que nos podíamos haber ahorrado cogiendo un avión, pero nos apetecía ver el paisaje y disfrutar un poco más del país.

En la Central Camionera de León nos esperaban Amador, María e Inés a la que por fin hemos conocido después de verla sólo en fotografías. Inés ya tiene año y medio, empieza a hablar y ya camina con bastante soltura.
Paseo por el centro de León donde se celebra la tradicional feria de "alfeñiques" (Calaveras de azucar, esqueletos de chocolate, frutas de aucar y todo tipo de dulces para celebrar el día de los muertos que se acerca).
chiles, chiles y más chiles... el paraíso debe ser algo así

Tras dejar las maletas en casa salimos a cenar. Pero antes de cenar les pedimos que nos acompañen a un supermercado para ver las diferencias. Alucinamos con la sección de chile y yo con la de salsas. Pasamos un buen rato haciendo turismo de supermercado, mirando, riendo y masacrando a nuestros anfitriones con preguntas de todo tipo.

En el Rincón Gaucho nos espera otro festival de cocina mexicana (esta vez fusionada con la argentina): choriqueso, ensalada de jitomate con chile, y unas patatas deliciosas como botana (entrante) y carne de segundo (con un chimichurri diferente del argentino y que es típico de aquí). No hay sitio para los postres ni para mucho más. Estamos muy cansados (se que me repito pero cada día acabamos agotados después de tanta actividad).