10 enero 2024

A la mémoire des 100.000 Républicans Espagnols, internés dans le camp d’Argelès, lors de la RETIRADA de Février 1939. Leur malheur: avoir lutté pour défendre la Démocratie et la République contre le fascisme en Espagne de 1936 à 1939.

Homme libre, souviens toi
"

Inscripción en el monolito en recuerdo de los refugiados republicanos españoles que pasaron por el Campo de Argelès de la Marenda. 1999

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 10 de enero de 2024


Celebramos el 80 cumpleaños de Lidu con una reunión familiar en Sant Jaume d’Enveja. El viento nos confina, pero la casa es cómoda y tenemos comida en abundancia. En uno de los pocos paseos por el exterior, llegamos hasta el río. Estar en el Delta del Ebro y no poder disfrutar del paisaje nos empuja a volver pronto. Miraremos antes las condiciones climáticas.


En el Teatre Poliorama vemos “Winnipeg, el vaixell de Neruda”, un necesario y emotivo ejercicio de memoria. Fantástico texto, buenas actuaciones y buena dirección. La historia del Winnipeg, el barco que Pablo Neruda consiguió que llegara a Chile con más de 2000 refugiados de la Guerra Civil Española, sirve para explicar la historia de muchos exiliados españoles. “Winnipeg”, pese a la oscuridad de lo que explica, es luminosa y transmite el mismo mensaje que la inscripción del monolito de Argelès que abre esta entrada del diario. “Winnipeg, el vaixell de Neruda” estará en el Teatre Poliorama hasta el 23 de enero (sólo los lunes y martes), no os la perdáis.

Tampoco hay que perderse la retrospectiva de Antonio López en la Pedrera (quedan sólo cuatro días para disfrutarla). Maravillosa, imprescindible, necesaria, completa… me ha encantado. Al final de la exposición, una fantástica pieza documental, realizada por Josep M. Civit, nos permite ver al autor hablando de su obra y de su manera de entender su pintura, su dibujo y su escultura en el marco de su propia exposición. Un último acierto que enriquece la visita. Repito, sólo quedan cuatro días.

De vuelta a casa – en un surrealista viaje de taxi – María José y yo decidimos volver a ver “El sol del membrillo”.

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