DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 14 de
febrero de 2019
Salir entre
semana, a mi edad, es un error. Hacerlo un martes y apurar hasta tarde, un
grave error. Cena en “La Marineta” (Cuba, 76 Mataró) con Toni, Óscar y Quim. Cenamos
muy bien y rematamos la noche en el “Las Vegas”. Palomitas, cerveza, risas y
preocupaciones compartidas.
El miércoles es un infierno.
Tengo una
sensación agridulce al acabar de leer el Carvalho de Zanón. Me explico (o lo
intento): Me ha gustado. Es un Zanón… me recuerda a un Carvalho… ¿Pero lo es
realmente?
En “Carvalho.
Problemas de identidad” Carlos Zanón hace suyo el mítico personaje de Manuel
Vázquez Montalban. Cualquier otra cosa – una copia, un intento de continuar la
saga donde la dejo MVM – habría sido un error. Y Zanón, pese a reinterpretar al
personaje, consigue en su novela transmitir cierto aroma de continuidad. Al
leerlo he tenido la sensación de estar leyendo un Carvalho. Me gusta como
escribe Zanón… y eso también lo pongo en lo positivo.
El sabor agrio me lo
dejan ciertas licencias que tienen más que ver con los juegos literarios que
con la literatura. Entre ellas, para mí la más dolorosa, la autoconciencia del
personaje, su certeza de que es el Carvalho de Zanón (o el auténtico) y no la
caricatura que hizo de él Vázquez Montalban. También hecho de menos a Barcelona
como protagonista y ciertas dosis de hedonismo que siempre me hicieron
atractivo al personaje original.
Y tras los “zascas”, la recomendación: Leedla. Os lo pasareis bien y os servirá de excusa para recuperar
alguna vieja novela de las escritas por Manuel Vázquez Montalbán o empezar a descubrirlas.
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