09 diciembre 2012


DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo 9 de diciembre de 2012

Sábado noche. Despedimos al Primavera Club (¿De este año?) disfrutando con los conciertos que ofrecieron Deerhoof y Mark Lanegan Band, dos maneras distintas de entender el rock, dos maneras distintas de interpretarlo y de hacérnoslo pasar bien.

Empezaron los californianos con su rock inclasificable. Desde el primer tema consiguieron pintarme una sonrisa en la cara, sorprenderme con los giros imposibles de cada uno de sus temas, arrancar bailes marcianos entre el público y ofrecer un concierto que no decayó en ningún momento…  y Satomi Matsuzaki no paró de bailar como un personaje de Akira Toriyama después de comer picante.

Deerhoof al Primavera Club 2012.


Y si la vocalista de Deerhoof es el Chiquito de la Calzada del indie americano, Mark Lanegan es Eugenio. Vestido de negro, con poca luz, movimiento mínimo, voz profunda y seriedad sin matices. La Mark Lanegan Band ofreció uno de los mejores conciertos del Festival. La voz de Lanegan es hipnótica y, arropado por unos músicos excelentes, ofrecieron un recital de rock rocoso interpretado con un sonido impecable y a un volumen que aumentaba el impacto de su música.

Con Jordi R, Núria, Jordi P. y María José, decidimos que era un buen punto y final para la edición de este año del Primavera (el cansancio también tuvo que ver con nuestra decisión de dejarlo aquí). Hasta el año que viene… espero.

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