20 marzo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 18 de marzo de 2005


En el viaje de metro que me aleja de la ciudad vecina he dejado el residuo que la semana laboral ha adherido a mi cuerpo, es el momento de empezar a disfrutar de un largo – espero – fin de semana.
Llego al “Panyvino” poco después de las 11. En la mesa redonda que está junto a la gran cristalera me esperan María José, Eli y Cesc. Cenamos (la pizza buenísima como siempre), hablamos mucho y nos contamos historias. Pese a la desconexión que supone una cena con gente a la que quieres no consigo alejarme del todo del mundo laboral: en el restaurante me encuentro con Mireia que era la encargada del almacén de la primera manufacturera de pantalones para la que trabajé y, poco después de salir, cuando vamos en búsqueda de una copa me encuentro con Quim con el que trabajé en la empresa de pantalones que me echo hace poco más de un año. Pese al recuerdo que ambos suponen del mundo laboral me gusta encontrarme con ellos y comentar – aunque sólo sea por un momento – como nos va todo.
Copa en “The Black Horse” (hoy ya libre de la invasión de las tropas irlandesas que ayer lo ocuparon) y vuelta a casa.

18 marzo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 17 de marzo de 2005


El ocioso lee la última entrada de su diario y decide dejarse de boludeces y volver a escribir en primera persona.

Suena la sirena en Levi Pants, se ha acabado la jornada laboral. Vuelvo en metro a Barcelona y me encuentro con Jordi P. en “The Black Horse”, el bar – que celebra “St Patrick’s day” - ha sido tomado hoy por hordas de bárbaros irlandeses y por la cerveza negra. El “If I should fall from grace with god” de “The Pogues” suena sin parar trayendo recuerdos de fiestas lejanas en el recuerdo.
Hablamos, como siempre, de lo mal que está el mundo de la confección de pantalones y arreglamos un mundo que – pese a nuestros esfuerzos – mañana seguirá igual..
Es el momento de hacer un paréntesis para cenar algo en “La Tinaja”. Reconfortados por la abundante comida volvemos al “Black Horse” para sumergirnos de nuevo en una balsa de cerveza negra.
Hora de cerrar, aún hay tiempo de hacer la última y la que sobra en el “Papillón”. Llamamos a la puerta y, poco después, entramos en un local totalmente remodelado desde la última vez que matamos la noche aquí.
A las cuatro, y en un momento de lucidez extraño a estas horas de la noche, decidimos dejarlo para otro día.

17 marzo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 16 de marzo de 2005


Sube la temperatura. El ocioso empieza a disfrutar de tardes de sol dorado en las que callejea sin rumbo fijo. Tardes de paseo en las que un escaparate, un fragmento de conversación captado al azar o un edificio en el que no había reparado antes, captan su atención. El tiempo se alarga al ritmo que el sol marca. Con la llegada de la noche hay que volver a casa. Durante el viaje, el ocioso lee (“La tentación de lo imposible” de Mario Vargas Llosa), o mira por la ventana, o no hace nada.
Ya en el barrio queda tiempo para una última compra apresurada mientras las tiendas empiezan a cerrar. En casa es hora de preparar la cena (o dejarse preparar la cena) y compartir los mejores momentos del día (también los peores) con María José. Aún queda tiempo para unos cuantos capítulos de “Senfield”, el día ha valido la pena.

14 marzo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 13 de marzo de 2005


Sábado. Me levanto pronto y, con María José, salimos con destino a Alella. Desayunamos con los padres de María José y cogemos el coche. Hemos quedado en “La Fosca” con un grupo de amigos para pasar el fin de semana en la playa, parece que el tiempo nos acompañará.
Somos los primeros en llegar. Dejamos los trastos en nuestra habitación del “Hostal la Fosca” (972601071) y bajamos un momento a Palamós. Al volver ya han empezado a llegar los demás (Víctor, Laura, David, Iola y Ona) y salimos a la búsqueda de una más que necesaria cerveza. Por desgracia el resto de locales de la playa están cerrados y tras un agradable paseo volvemos al Hostal y inauguramos el fin de semana con un buen aperitivo. Jordi P. y Emma llegan a la hora de comer y, sin más preámbulos ya que hay hambre, nos sentamos a la mesa con vistas al mar que tenemos reservada. Es el momento de ponernos al día y de contar las últimas anécdotas mientras Ona – pese al ruido que la rodea – duerme en su cochecito.
María José y yo somos los promotores de la siesta (la necesitamos) y nos retiramos a nuestra habitación. Me duermo viendo el mar.
Tras la siesta nos reunimos con los demás (que han hecho todo tipo de actividades mientras nosotros nos entregábamos a Morfeo) y bajamos a Palamós. En “la Selvatana” hacemos una cerveza mientras vemos la primera parte del partido del Barça (2-0) y después cenamos en “La Salsa”(López Puigcerver 22 Palamós Tel 972315456). Pese a la larga siesta estamos cansados, es hora de retirarse.
Domingo. Nos levantamos pronto y cuando bajamos a desayunar nos encontramos con David y Iola. Ona se ha despertado a su hora habitual y ellos ya han bajado a Palamós a por la prensa. El resto del día pasa volando: desayuno frente al mar, paseo, un rato de descanso tumbados al sol en la playa, un aperitivo improvisado frente al mar, paella y fideuá en el Hostal, foto de familia en la playa y – empieza a hacer frío - despedidas y vuelta a Barcelona.
Se acaba el fin de semana. Tengo las pilas cargadas y estoy preparado para afrontar los próximos cinco días.

10 marzo 2005

“Durante el medioevo el trabajo en general no ganó un mayor aprecio. Hay, no obstante, desde la perspectiva cristiana, una inclinación a justificar el trabajo, pero no a verlo como algo valioso por si mismo. Los pensadores cristianos hacían referencia al principio paulino "quien no trabaja no debe comer…", pero entendían que el trabajo era un castigo o, cuando menos un deber”
Santiago García Quintana. Pequeña Historia del Ocio. Buenos Aires 1958


DIARIO DE UN OCIOSO
miércoles, 09 de marzo de 2005


Los días pasan a una velocidad endiablada. En las pausas que el loco ritmo me permite, consigo disfrutar de esos pequeños detalles que añaden brillo a un día gris. Siguiendo el ejemplo de Christopher Boone decido hacer una lista de esos detalles que me hacen la vida mas agradable:

1.La lectura de “La rubia de hormigón” de Michael Connelly. No hay nada
como una buena novela negra para evadirse en los viajes de metro con destino
a la ciudad vecina.
2.Los días se alargan. Ahora, cuando llego a Barcelona después del trabajo, todavía
hay sol. Toda suerte de nuevas actividades empieza a otearse en el horizonte.
3.Una cena de rescate, después de un día especialmente duro, con María José en “El
Foro”. Hablamos sin parar y volvemos a casa pronto.
4.El visionado de capítulos de “Los Soprano” y “Senfield”.
5.Un paseo por el interior del Fnac sin comprar nada pero disfrutando de todas las
maravillas que esa gran cueva de Ali Baba ofrece.
6.Los ratos que María José y yo conseguimos robarle a la rutina para hablar o callar
en compañía.

Estas son algunas de las cosas que han hecho más valiosos los tres últimos días. Seguramente hay más, seguiré buscando.

06 marzo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 06 de marzo de 2005


Haciendo un esfuerzo titánico me levanto muy pronto, preparo el desayuno y despierto a María José que- refunfuñando- consigue salir de la cama. Caminamos hasta “l’Auditori” y nos encontramos con mi padre que tiene un par de entradas para nosotros. Wagner (buen programa, fragmentos de varias óperas). La media de edad del público asusta, el número de bastones, muletas y otros artilugios también.
Volvemos a casa con la idea de encerrarnos y dejar que la tarde del domingo se nos coma poco a poco.
Se acaba otra semana y mañana he de volver a Levi Pants. Cinco días pasan volando.

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 05 de marzo de 2005


Me levanto pronto, desayuno con María José y juntos subimos a la parte alta de la ciudad para ver un piso que no será nuestro nuevo hogar.
Volvemos al centro, paseamos y en la sala Parés vemos un par de exposiciones muy interesantes.
Nos encontramos con Jordi R. y Nuria en el barrio. Jordi me regala la maqueta de su nuevo grupo: “Higgins” y para celebrarlo nos alegramos la mañana con un aperitivo en un bar: cerveza, tortilla de patatas, berberechos, patatas, anchoas, queso y muchas risas.
Una siesta inmensa nos prepara para afrontar la noche.
Hace mucho tiempo que tenemos una cena pendiente con Yoli y Rafa en el “Tramonti 1980” (Diagonal, 501 Tel. 934101535) y por fin ha llegado el día. Todo está muy bueno aunque es un poco caro.
Acabamos la noche en el “antiguo” haciendo un cóctel. Somos, de largo, los mas jóvenes del local pero el ambiente es agradable.
Pese a que están cansados nos acompañan a casa. Seguramente la próxima vez que nos veamos con ellos, Lucas ya habrá nacido.

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 04 de marzo de 2005


Me levanto pronto y, con los ojos todavía en proceso de apertura, desayuno con María José mientras comentamos la larga jornada que nos espera a ambos.
María José se va a trabajar y yo, poco después, salgo con destino a mi penúltima sesión de rehabilitación. A estas alturas mi musculatura tendría que convertirme en el candidato perfecto al título de mister universo... pero la realidad dista mucho de ese supuesto y sigo teniendo problemas para levantar la bombona de butano.
Al salir de rehabilitación me acerco al apartado de correos donde me está esperando un paquete repleto de tesoros: viejos vinilos de colores, singles, epes y elepes que se incorporarán en breve a mi colección.
Un viaje comodísimo en Tombus me devuelve al centro de la ciudad y el canto de las sirenas del Fnac me atrae llevándome, una vez más, a la perdición. El “Cançons de temps de destrals” del siempre grande Xavier Baró se me pega a la mano y mis intentos para salir sin él de la tienda fracasan totalmente.
Paseo por el barrio y paro en el “Caelum” – soy el único cliente- a hacer un café mientras leo “Cherry”. Acabo el libro pero la sensación de frío que me ha acompañado durante su lectura no ha desaparecido al acabarlo.
En casa de nuevo escucho a Xavier Baró y preparo la comida.

(pasan algo más de 8 horas)

La jornada en Levi Pants ha llegado a su fin. Con Xavi, Xose y Gilbert nos acercamos a un bar gallego de la ciudad vecina para cenar algo y arreglar el mundo. Ellos son parroquianos habituales y nada mas entrar por la puerta tenemos cuatro quintos en la mesa (durante la noche no pararán nunca de aparecer en la mesa nuevas botellas que vienen a sustituir a las que ya hemos consumido). Cenamos tapas (buenas y abundantes como corresponde a todo bar gallego) y hablamos de trabajo. En un momento de la noche que no soy capaz de concretar aparece un individuo –que responde al nombre de Miguel y es otro parroquiano habitual- y se incorpora a nuestra animada tertulia.
Robert y Josep son los últimos que, tras acabar el turno de noche en el que trabajan, se incorporan al grupo. Más cervezas, más soluciones insólitas a los problemas de la humanidad y una última cerveza en el “Blue Monk” me dejan en un estado lamentable. Me retiro, ellos siguen.

03 marzo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 03 de marzo de 2005


Levi Pant’s ha vuelto a apoderarse de mi tiempo de ocio. Queda, no obstante, tiempo para algunos descubrimientos notables:

1. El dentífrico “Gum” infantil con sabor tutti fruti (delicioso, un motivo más para afrontar el día con fuerzas).
2. El “Bar-Bodega Bartolí” (c/Vallespir, 41 Tel.933391021) un pequeño restaurante familiar donde hacer un buen menú de cocina casero.
3. El cd de “Rockdelux” de este mes (las mejores canciones nacionales de 2004 según los lectores de rockdelux: Josele Santiago, Siwel, Los Planetas, Australian Blonde, La Granja, Antonia Font, Chucho, La Costa Brava, Astrud...).
4. Un tema incluido en el cd: “Hay un hombre en España” de Astrud (sensacional, he visto la luz y por fin entiendo muchas cosas cuya comprensión me había estado negada hasta ahora).

01 marzo 2005

“Horizontales: 1. Mezcla de cosas heterogéneas, Platero incluido/” (12 letras) Mambrino. Crucigrama. El País 25-02-2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 28 de febrero de 2005


En el cd del ordenador suenan las primeras notas de “Dakota”, el último single de “Stereophonics”. Su brillo me devuelve a la vida activa después de una semana de enfermedad. Atrás quedan montañas de pañuelos de papel usados, muchas medicinas consumidas, los cuidados de María José sin los cuales hubiera sido todavía peor, parte de mi sueldo que la dirección de Levi Pant’s ha decidido que en sus manos está mejor que en las mías, mucha fiebre que ha supuesto un ahorro considerable en calefacción, medio “Cherry” y muchas horas perdidas.
El sábado – cuando ya me creía apartado definitivamente de la vida social – Clara y Roger me hicieron una visita (como a los enfermos de toda la vida) y se quedaron – arriesgando su integridad física y mental- a cenar. Gracias.

La respuesta del crucigrama de Mambrino es: Batiburrillo.

25 febrero 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 25 de febrero de 2005


Martes. Mi madre tiene que visitar – por motivos laborales – la ciudad vecina y nos encontramos a la hora de comer. Hacemos un menú en Can Armengol y nos contamos cosas. Me gusta, tendremos que repetirlo.
Por la noche llega la enfermedad: 39’5º, dolor de cabeza... gripe.
Desde entonces soy un alma en pena sin demasiadas cosas que contar. Para adaptarme a las bajas temperaturas estoy leyendo “Cherry”de Sara Wheeler, una excelente biografía de Apsley Cherry-Garrard, explorador sobreviviente de la expedición de Robert Falcon Scott al Polo Sur y autor de “El peor viaje del mundo”.

22 febrero 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 20 de febrero de 2005

Día de referéndum. Votamos pero nuestro voto no es vinculante y pese a eso, algunos lo hacemos (las extrañas razones que nos llevan a ello no soy capaz de explicarlas). Pese al frío nos acercamos al quiosco para comprar el periódico y al colegio electoral para votar. Volvemos a casa y nos refugiamos en el caldeado comedor.
Por la tarde me encierro en la cocina y preparo la cena de hoy (tapas habituales y cordero al horno). Eva y Alfonso llegan puntuales y, como son muy educados, dicen que todo está bueno. Larga sobremesa pese a que mañana trabajamos.
Contra todo pronóstico el concierto de ayer no ha dejado secuelas en forma de agujetas.

20 febrero 2005

“Yo no me pienso callar ni bajo el agua
hay muchas cosas que decir
se pueden contar con la mirada
también se pueden escupir...”
Cooper. Rabia. Retrovisor. Elefant Records 2004


DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 19 de febrero de 2005


Viernes. La sirena que marca el final de la semana en Levi Pants suena en mis oídos como un canto celestial, soy libre.
Me encuentro con María José en el “Panyvino” (Consolat de mar, 15 Tel. 932687776) y me empiezo a recuperar gracias a la deliciosa cena y a la conversación que me aleja de las miserias que la fabricación de pantalones conlleva. Empieza el fin de semana.

Sábado. Nuestra casa, antaño ejemplo legendario de limpieza y orden, ha sucumbido a los demonios del caos y necesita un apaño. Nos ponemos manos a la obra y conseguimos – entre partida y partida al “Heroes of Might and magic” – devolverle su antiguo esplendor.
Ya es de noche cuando salimos a la calle y vamos hasta la sala Apolo para ver el concierto de “Cooper”. Calientan la sala los gaditanos “Champagne” y lo hacen tan bien que nos compramos su cd pese a la horrible portada que alguien ha decidido plantarle. Pequeña pausa – que aprovecho para reaprovisionarme de cerveza – y suben al escenario Alejandro Diez y los suyos. Su directo sigue siendo uno de los mejores a los que he asistido. Los temas se enlazan uno tras otro en un festival de ritmo que te contagia y no te deja escapar. Suenan temas de su anterior álbum y de “Retrovisor”, el disco que han venido a defender en el concierto de hoy. También Cooper nos regala – como siempre – alguna versión deliciosa (sensacional la de “where i find my heaven” de los “Gigolo Aunts”). No paro de bailar y me prometo – como siempre – no dejar pasar tanto tiempo hasta el próximo concierto.
Volvemos a casa caminando por el “Rabal”. Hace mucho frío.

18 febrero 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 16 de febrero de 2005


De casa al trabajo y del trabajo a casa. Rompo el bucle infernal con una sesión de teatro en compañía de María José, Víctor y Laura. Vemos “Copi i Ocaña al purgatori” y soy – creo que de largo – el que más disfruta tanto con las interpretaciones como con el agridulce texto.
Al salir cruzamos la calle y entramos en el “Viena” para hacer un bocata. Unos guiris, tan sobrados de cervezas como faltos de talento, utilizan el piano que hay en el piso superior del local para ofrecernos un recital al que nos gustaría haber podido renunciar.
Vuelta a casa, hace mucho frío. El pequeño verano que tuvimos la ilusión de vivir este fin de semana se aleja en el recuerdo.

15 febrero 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 14 de febrero de 2005


Salgo de Levi Pants poco antes de que se acabe oficialmente el día y vuelvo a Barcelona. Isaac y Lorena hace poco que se han comprado un piso no lejos del barrio y hoy hacen una inauguración a la que han tenido a bien invitarme. Llego casi el último (tras una parada en la gasolinera para comprar el vino que mi impresentable improvisión no me ha permitido adquirir antes) y me encuentro con la casa llena de gente que, como yo, se dedica a la confección de pantalones. He trabajado con la mayoría y alguno de ellos se cuenta entre mis amigos. Me encuentro con gente a la que aprecio y a la que, circunstancias de la vida, hacía mucho que no veía.
Entre saludo y saludo, entre conversación y conversación, consigo ingerir una cena fragmentaria con los muchos ingredientes que los anfitriones han puesto a mi disposición.
Una vez puestos al día, las conversaciones giran hacia lo mal que está el mundo de los pantalones y hacia impagables anécdotas protagonizadas por los habituales de la ineficacia que se han ido cruzando en nuestras respectivas vidas laborales.
Son las tres cuando alguien lo comenta y me devuelve a la realidad. Me despido de Isaac y Lorena (que por cierto, tienen un piso sensacional) y del resto de la gente. En mi agenda hay un montón de citas sin fecha fija... me gustaría que algún día seamos capaces de ponerles fecha.
El corto camino a casa atraviesa una ciudad desierta y fría.

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 13 de febrero de 2005


la salida del sol desde la habitación lectura privilegiada La Fosca. Palamós
De nuevo en el balcón de nuestra pequeña habitación en “La Fosca”. Escribo un rato mientras María José se ducha. El sol se levanta y empieza a calentar, pronto me sobrará el jersey que me he puesto. La playa está desierta y sólo se oye el rumor de las olas y el canto de los pájaros. La vista también es impresionante. Sólo por este momento ha valido la pena desplazarse hasta aquí.
Bajamos a desayunar en el comedor del hostal, desde la ventana vemos el mar.
Seguimos delante del mar cuando, ya en S’Agaro, paramos en la terraza de “La taverna del mar” para repasar los periódicos de hoy domingo. Esta ilusión de verano nos acompañará y nos dará fuerzas durante los próximos días.
En Alella nos encontramos con Carles y Dolors, comemos un menú en un restaurante y devolvemos el coche a los padres de María José (con el depósito no muy lleno, sin Coca-colas light y sin jamón). “El Tete” tiene que bajar a Barcelona en coche y nos lleva a casa.
El resto del día lo invertimos en vegetaciones caseras de domingo terminal.

13 febrero 2005

EL CURIOSO INCIDENTE DEL PERRO A MEDIANOCHE
MARC HADDON

Christopher Boone tiene 15 años. Le gustan las matemáticas y las ciencias, hacer listas, los gráficos y el color rojo. Es capaz de recitar los números primos hasta el 7507 y odia los colores amarillo y marrón. Christopher, que tiene problemas de relación con las personas y no ha ido solo nunca más allá de la tienda de la esquina, emprenderá una investigación tras el asesinato de Wellington, el perro de su vecina.
“El curioso incidente del perro a medianoche” es un libro delicioso en el que Christopher nos cuenta sus avances detectivescos mientras que, paralelamente a su investigación, descubre que el mundo que le rodea está lleno de contradicciones y no es tal y como el creía. El libro de Marc Haddon es sorprendente, divertido y se lee de un tirón. No se si algún día me volveré a encontrar a Christopher protagonizando algún otro complicado caso, pero me encantaría poder volver a disfrutar de su compañía y de su particular visión del mundo.


DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 12 de febrero de 2005


Suena el despertador inusualmente pronto – hoy es sábado- y María José y yo – ambos con una cara de sueño tamaño familiar – nos levantamos y conseguimos – tras un reparador desayuno – ponernos en marcha.
Cogemos el tren hasta El Masnou. En la estación nos esperan Pepe y Lidu que nos dejan su coche con el depósito lleno, dos latas de Coca-cola light y una más que generosa ración de jamón.
Llegamos a Palamós y nos dirigimos a “la Fosca”. “La Fosca” es una playa que, pese a que está rodeada de construcciones, conserva mucho encanto ya que se salvó de la especulación urbanística salvaje que asoló toda la costa catalana durante los años 70. He reservado habitación en el “Hostal la Fosca” (Passeig de la Fosca, 24 Tel. 972601071). Situado a pie de playa es un hostal sencillo pero limpio y agradable (el hecho de que nuestra habitación tenga un balcón con unas vistas privilegiadas a toda la bahía eliminan cualquier pero que las sencillas instalaciones del hostal puedan sugerir).
Ha llegado el momento de abrir las Coca-colas , preparar el jamón y disfrutar (en nuestra fantástica atalaya) del arrullo del mar, del sol y de las excelentes vistas mientras leemos un rato (estoy leyendo “Pompeya” de Robert Harris). En el “Babelia” encuentro un artículo sobre la retrospectiva de Yves Klein que se acaba de inaugurar en el Guggenheim. Hace unos años tuve la oportunidad de ver otra retrospectiva (en el Reina Sofía) de su obra y me impactó. No se descarta una visita a Bilbao en los próximos meses para ver la exposición y visitar por fin el Museo.
Ahítos de mar y de sol nos acercamos al pueblo, encargamos un par de pasteles (hoy Jordi R. nos ha invitado a cenar en su casa para celebrar su cumpleaños) y volvemos al Hostal para comer. El menú está muy bien y las impresionantes vistas acompañan nuestra comida.
Siesta. Antes de dormirme levanto la cabeza y veo la playa. Al despertarme compruebo con alivio que la playa – desierta – sigue estando allí. Son las seis y empieza a oscurecer. Hora de levantarse.
Pasamos a recoger los pasteles y nos encontramos con “Pez” que va hacia casa de Jordi. Juntos, llegamos a casa de Jordi y Nuria. “Goti” ya ha llegado y la nevera – llena a rebosar de quintos de cerveza- ya ha sufrido los primeros ataques. Es la segunda vez que nos encontramos para celebrar el cumpleaños de Jordi en Palamós, espero que se convierta en tradición. En algún momento de la tarde – entre la tercera y la cuarta cerveza en un cálculo aproximado– aparecen Pep (al que a partir de hoy también conoceremos como “Mimote”) y Carlos y, poco después, la comida ya está lista y podemos empezar a cenar. Jordi vuelve a demostrar que sus habilidades culinarias no paran de crecer y prepara un generoso surtido de fritos y revueltos y – cuando ya no nos cabe nada – un sensacional “estofado de buey al vino de alta graduación”.
La sobremesa se llena de discusiones y conversaciones imposibles (series de televisión, fenómenos paranormales, filosofía de bar – “Goti” es una verdadera eminencia en la materia-, música, ciencia, cine, restaurantes, la salud del “papa”, gastronomía, Jordi Hurtado, fútbol (Nuria ha conseguido – pese a nuestro voluntario aislamiento – saber el resultado del Zaragoza – Barça), religión, anécdotas propias y ajenas...).
Somos los primeros en retirarnos. “La Fosca” hace honor a su nombre y nos acoge con un impresionante cielo estrellado. Demasiada comida y bebida, duermo mal.

10 febrero 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 10 de febrero de 2005


Ayer, tras más de un mes de lectura fraccionada, acabé “Las hermanas Zinn”. Pese a que no la he leído de un tirón (sus 970 páginas no facilitan la tarea), me ha encantado.
Me levanto pronto y, tras desayunar con María José, me voy a rehabilitación. Salgo pronto y tengo por delante muchas horas antes de que el señor Levy vuelva a ser el amo de mi tiempo.
Me paro en un bar y me siento en una mesa, junto a la ventana, iluminada por el sol. Empiezo a leer “el curioso incidente del perro a medianoche” de Mark Haddon. Mi nuevo héroe literario se llama Christopher Boone, tiene 15 años y es capaz de recitar los números primos hasta el 7507. Devoro, de un tirón, la mitad del libro.
El resto de la mañana lo ocupo en visitas a tiendas de cómics y – ya en casa- frente al ordenador.

LAS HERMANAS ZINN
Joyce Carol Oates

La historia de una familia, los grandes inventos de finales del XIX, un rapto desde un globo, un buhonero yanqui que morirá embreado y emplumado, la vida social de Filadelfia, un homenaje hecho con humor y respeto a Louisa May Alcott y a su “Mujercitas”, la búsqueda del movimiento perpetuo, el salvaje oeste, los libros de etiqueta, Mark Twain, la silla eléctrica, los viajes en el tiempo, el “star system” teatral, raptos, muertes, nacimientos, historias de amor, leyendas, el mundo de los espíritus...
La riqueza de “Las hermanas Zinn” está en todo lo que cuenta y en como lo cuenta su autora. Joyce Carol Oates consigue, con fina ironía, un rico retrato de las últimas décadas del XIX . Unas décadas marcadas por el cambio, por el enfrentamiento entre el progreso y la confianza en la tradición, por el despegue de una nación marcada por el destino para liberar el mundo.
De nuevo me ha sorprendido la capacidad que tiene la autora americana para cambiar de registro, para adaptarse a distintas maneras de escribir. Un libro fantástico para disfrutar con tiempo.

07 febrero 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 06 de febrero de 2005


Restaurante nuevo en el barrio. Se llama “Cheese me” y está especializado en quesos (tanto en tabla como en platos elaborados). Para unos queseros como nosotros la tentación es muy grande y, después de una mañana de sábado dominada por la pereza, nos decidimos a probarlo. El local es bonito y la carta presenta platos atractivos. Nos decidimos por los platos elaborados con queso y dejamos la tabla para otra ocasión. Los platos son, siendo generosos con el calificativo, tapitas (muy ricas pero decepcionantemente esmirriadas). Salimos con hambre y, pese a que todo estaba muy bueno, el local no nos ha ofrecido argumentos que nos inviten a volver.
Por la noche nos encontramos con Jordi P., Emma, David, Iola, Víctor, Pablo y Laura en el “Xativa”. Hemos quedado para encontrarnos con Pablo que trabaja en Tailandia y está pasando unos días aquí. Por sorpresa aparece Ramón (también exiliado pero en los USA) y el reencuentro es todavía mejor. Vuelven las tremendas discusiones de antaño (no importa el tema y en ellas siempre estoy implicado directamente) y, una vez hemos arreglado el mundo, seguimos con una larga sobremesa y con un par de copas en un pub inglés al que soy incapaz de poner nombre y, mucho menos, de ubicar en el mapa. Durante la noche hay un intento de partida al mentiroso. Jugamos todos menos Pablo que sigue con su histórica política de “ yo no juego a nada”.

Domingo. Día de recuperación y de pijama hasta la noche.
A las 10 me encuentro en “The Black Horse” con Jordi P. y Ramón. Vemos el partido del Barça (perdemos) y después cenamos en “La chacha”. Hoy es la Superbowl y, desde hace muchos años, Jordi y yo quedamos para verla. Este año se ha apuntado Ramón que, durante su estancia en los USA se ha aficionado al fútbol americano. Durante el partido aparecen Pablo y David, se toman una cerveza y, tras lanzar desprecios absolutos por el aburrido deporte que estamos viendo, se retiran.
Un buen motivo para ver la final de este año es que los “Eagles” se han clasificado –por primera vez desde que sigo el campeonato – para la final. Siempre he sido seguidor de los Eagles pese a sus decepcionantes temporadas y me gusta que este año haya sido distinto.
El partido no resulta demasiado divertido y además los “Patriots” ganan el partido. Pese a todo ha estado bien y el año que viene intentaremos repetir – espero que los “Eagles” vuelvan a tener su oportunidad.
Son las 4:30. Mañana – de hecho hoy -madrugo.

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 06 de febrero de 2005


Restaurante nuevo en el barrio. Se llama “Cheese me” y está especializado en quesos (tanto en tabla como en platos elaborados). Para unos queseros como nosotros la tentación es muy grande y, después de una mañana de sábado dominada por la pereza, nos decidimos a probarlo. El local es bonito y la carta presenta platos atractivos. Nos decidimos por los platos elaborados con queso y dejamos la tabla para otra ocasión. Los platos son, siendo generosos con el calificativo, tapitas (muy ricas pero decepcionantemente esmirriadas). Salimos con hambre y, pese a que todo estaba muy bueno, el local no nos ha ofrecido argumentos que nos inviten a volver.
Por la noche nos encontramos con Jordi P., Emma, David, Iola, Víctor, Pablo y Laura en el “Xativa”. Hemos quedado para encontrarnos con Pablo que trabaja en Tailandia y está pasando unos días aquí. Por sorpresa aparece Ramón (también exiliado pero en los USA) y el reencuentro es todavía mejor. Vuelven las tremendas discusiones de antaño (no importa el tema y en ellas siempre estoy implicado directamente) y, una vez hemos arreglado el mundo, seguimos con una larga sobremesa y con un par de copas en un pub inglés al que soy incapaz de poner nombre y, mucho menos, de ubicar en el mapa. Durante la noche hay un intento de partida al mentiroso. Jugamos todos menos Pablo que sigue con su histórica política de “ yo no juego a nada”.

Domingo. Día de recuperación y de pijama hasta la noche.
A las 10 me encuentro en “The Black Horse” con Jordi P. y Ramón. Vemos el partido del Barça (perdemos) y después cenamos en “La chacha”. Hoy es la Superbowl y, desde hace muchos años, Jordi y yo quedamos para verla. Este año se ha apuntado Ramón que, durante su estancia en los USA se ha aficionado al fútbol americano. Durante el partido aparecen Pablo y David, se toman una cerveza y, tras lanzar desprecios absolutos por el aburrido deporte que estamos viendo, se retiran.
Un buen motivo para ver la final de este año es que los “Eagles” se han clasificado –por primera vez desde que sigo el campeonato – para la final. Siempre he sido seguidor de los Eagles pese a sus decepcionantes temporadas y me gusta que este año haya sido distinto.
El partido no resulta demasiado divertido y además los “Patriots” ganan el partido. Pese a todo ha estado bien y el año que viene intentaremos repetir – espero que los “Eagles” vuelvan a tener su oportunidad.
Son las 4:30. Mañana – de hecho hoy -madrugo.