12 junio 2005

“Amor:
Esta tarde pasé junto a ti y ni siguiera me viste. Cuando dos almas se encuentran es muy feo que una no se fije en la otra.”
Pintada en la calle Apel·les Fenosa. Barcelona.


DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 11 de junio de 2005 (parte II. La cena)


Hay ocasiones en las que – cuando me pongo a escribir – se que no seré capaz de transmitir la intensidad de lo vivido. Todo lo que cuente aquí es una mínima parte de la realidad, el relato de lo percibido. Por el camino quedan sensaciones inenarrables, pequeñas unidades que nos quedan grabadas en el subconsciente y aportan sus granos de arena al conjunto de la historia. Siento no poder emular totalmente las sensaciones ayer vividas.

Nos encontramos con Olivia y Roberto cerca del restaurante elegido y, tras una cervecita, nos dirigimos al “Restaurante de la Casa de Valencia”. Al cruzar el umbral nos recibe el camarero y – ya desde el primer minuto – se empieza a mascar la tragedia. Nosotros, con ganas de celebrar el cumpleaños de Roberto, somos insensibles a las señales de alerta que nos llegan de todas partes y todavía pretendemos disfrutar de una sensacional cena.
Nos acompañan hasta nuestra mesa que está en la cafetería del restaurante (el comedor está ocupado nos dicen), nos dan las cartas (bueno, la mía la tiran al suelo) y de entrada nos dicen que la paella valenciana está agotada (miro a las dos o tres mesas que están ocupadas y pienso que todos deben haber pedido raciones inmensas de paella para acabar con las existencias de la Casa de Valencia).
Nos traen un pincho de tortilla para picar y tras él vienen los primeros. Aquí nos damos cuenta del tamaño del error. Tras la “coca hojaldrada con crema de humus y beicon” que piden María José y Roberto se esconde un (lo juro) cruasán (creo que de “la bella Easo”) chafado y ahogado en un liquido blanquinoso que no tiene ningún parecido – ni de sabor, ni de textura, ni de tacto- con todos los humus mejores o peores que he probado. Lo mejor el beicon. Olivia, que pide “ensalada griega”, no tiene mejor suerte. La extraña mixtura de garbanzos (los que se olvidaron de ponerle al humus), judías, lechuga, queso y dos rodajas de un dedo de grosor de pepino es inenarrable. El toque de creación (sin duda el cocinero ha comprado los DVD de cocina creativa de CEAC) lo consiguen clavando un pincho de madera (lo juro) en el pepino (siento no tener fotos para poder ilustrar esta explicación). Yo no tengo mejor suerte y mi arroz de bacalao es un engrudo recalentado en el que el pescado ha sido substituido por coliflor (de nuevo atribuyo la curiosidad a un exceso creativo por parte del cocinero o a un olvido durante la confección del plato, total sólo se ha olvidado un ingrediente).
Nos retiran los platos a una velocidad supersónica y entonces empiezan a cruzar la cafetería mujeres de todas las edades con: pollas en la cabeza (entendiendo por polla el órgano reproductor masculino de la especie humana y no la hembra del pollo), peinetas y pitos en la boca (entendiendo aquí por pito no el órgano reproductor masculino sino un silbato que las mujeres hacen sonar con gran alborozo).
Nuestra cena se ha convertido ya en una escena de vodevil en el que no paran de aparecer nuevas sorpresas. Mientras comemos los segundos (arroces de bacalao sin bacalao y un estofado de cordero – tres trozos- de bar de menú de mediodía) se sienta en una mesa cercana un tío clavado a Falete y su – suponemos- madre. La madre se dedicará el resto de la cena a hurgarse la boca con las uñas y luego a hurgarse las uñas con un palillo (para eliminar – suponemos, tras discutirlo en la mesa – la roña adquirida durante la primera operación). De una sala contigua aparecen individuos con: tetas de goma en brazaletes, faldas escocesas y una gran polla (el que debe mandar más del grupo). Los recién llegados, los camareros y el creativo equipo de cocina se ponen a ver la final de la Copa del Rey. Falete se hace con el mando, sube el volumen y disfrutamos - todos juntos- de la victoria del Betis.

Roberto, en un acto de valentía, pide de postre “espuma de yogurt”. Hay que tener desfachatez para llamar así al plato con el que Roberto es obsequiado. La “espuma” viene servida en un plato sopero y consiste en tres dedos de una crema blanquinosa (no sabría deciros si es la misma del primer plato) con una textura ligeramente espumosa tras ser batida. Increíble. El pastel de chocolate es pura mantequilla.

Nos lo tomamos con humor y nos reímos mucho. Creo que no volveremos.

La copas en el “Mondo Lirondo” y en "La Cervesera Artesana"(c/San Agustí, 14 Tel. 932379594) nos hacen recuperar la fe en la humanidad. Discutimos, reímos, recordamos la cena y volvemos a reír. Son las cuatro cuando llegamos a casa.

11 junio 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 11 de junio de 2005


Viernes. El sol se pone y la penumbra cae sobre la ciudad satélite. La puerta de Levi Pants se abre y por ella salen los últimos esforzados galeotes que – tras una semana de entrega y sacrificio – recuperan, sólo por unas horas, su ansiada libertad.

Con el metro regreso a la ciudad y me encuentro con María José, Lidu y Pepe en el “Ugarit Born”. Desde que los padres de María José se han jubilado nos vemos poco porque no paran. La cena – deliciosa – vuelve a ser interrumpida por una bailarina de la danza del vientre que nos impide hablar durante un rato.

En la terraza de “The Black Horse” nos encontramos con Víctor y Laura y hacemos un par de cervezas.

Sábado. Recibo un mensaje de Pablo (desde Tailandia) en el que – en un ataque de nostalgia - hace suyo aquello de “cualquier tiempo pasado fue mejor”. Intento rebatirle pero al cabo de un rato me encuentro sacándole el polvo a los vinilos. Suenan el primero de “la banda trapera del rio”, el primero de “los ronaldos”, el primero de “The Pantano Boas” y el fantástico “Entresemana” de Le Mans.

10 junio 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 10 de junio de 2005

¿Dónde está el ocio? ¿Dónde los días dorados en los que las actividades placenteras se sucedían a un ritmo imparable? ¿Dónde esas gozosas inmersiones en la cultura?

Levi Pants, tramites relacionados con el piso nuevo, tramites relacionados con el piso viejo, papeleos, llamadas, visitas de inmobiliarias... la verdad es que tengo poco tiempo para disfrutar y mi reputación como ocioso está resintiéndose. Lo malo es que el problema tiene difícil solución a corto plazo, por suerte llega el fin de semana y podremos descansar un poco.

¿Tendré que cambiar el título de este diario?

08 junio 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 07 de junio de 2005


Tras un largo día de trabajo en Levi Pants, nos encerramos en una guerra nueva con la entidad que finalmente nos concederá el dinero necesario para la adquisición de Graceland.

El arduo esfuerzo intelectual realizado requiere un tratamiento alternativo. Los cuidados del “Río Azul” nos devuelven a la normalidad.

Tenemos cierta intranquilidad por lo rápido que va todo excepto la venta del piso. Se que es lo normal, pero... ¿alguien quiere comprar nuestro piso?

05 junio 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 04 de junio de 2005


Viernes. Suena la sirena en Levi Pants. En la puerta me esperan María José y su moto para devolverme a la vida ociosa que durante la semana ha brillado por su ausencia. Cenamos en el “Marc’s” y, como siempre, sus bocadillos y el local, me traen recuerdos de infancia. Esta muy lleno pero tenemos suerte y encontramos sitio en un rincón, me zampo un “franchini” y medio “kamasutra”.
Volvemos al barrio y – antes de ir a dormir – hacemos una cerveza rápida en “The Black Horse”.

Sábado. Mis padres, tras perder el avión, están pasando el fin de semana en Ámsterdam. Pasaremos el fin de semana con la Yayi (turnándonos con Eli y Cesc). Por la mañana nos pasamos por Graceland y empezamos a conocer los alrededores. Localizamos tiendas, supermercados, el mercado y el bar de “Tapas” (con el fantástico cartel que reza “hay caracolillos de vaso” que yo creía parte del atrezzo ideado por un genial diseñador de decorados).
Ya en casa de mis padres estamos un rato con Eli y después organizamos un ciclo de cine gracias a la tarjeta del video-club de mi madre (vemos “los chicos del coro” y “el jardín de la alegría). Vuelta a casa y a dormir pronto.

02 junio 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 01 de junio de 2005


Martes. Mi padre se jubila hoy. Tras muchos años de trabajo, incertidumbres, enfados y alegrías, mis padres – mi madre se jubiló hace poco más de un mes - han alcanzado el deseado estado de inactividad laboral remunerada. Se lo han ganado a pulso, espero que lo disfruten mucho.
Lo celebramos con una cena improvisada en su casa: Gazpacho light (la manzana sustituye al pan) y rape a la plancha. Buenísimo.

Los días que han pasado me permiten hacer ya una valoración sobre que ha supuesto el último episodio de la saga “Star Wars”. La sensación es ambigua. Por un lado tengo la sensación de que por fin el conjunto toma coherencia. Lo que empezó como una gran aventura (aún recuerdo el impacto que supuso “Star Wars” la primera vez que la vi en un cine del Paralelo) se ha convertido en un drama con aires clásicos. Un drama oscuro que gravita sobre grandes temas: el miedo, el destino y la lucha entre el bien y el mal. Por otro lado queda el vacío de saber que, después de 30 años de esperar una nueva entrega “tras el último no va nadie” (como dirían "Los Enemigos) y que hemos llegado a un final (a no ser que decidan sorprendernos y hacernos – una vez más – un poco más felices).
Queda ahora recuperar la saga entera (en el orden original o en el cronológico, que mas da) con lo que quedaré eternamente agradecido al amigo que quiera prestarme sus dvd’s de “Star Wars” o, como se llamaba antes de este mundo pijo-globalizado en el que vivimos: “La Guerra de las Galaxias”.

Que la fuerza os acompañe.

30 mayo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 29 de mayo de 2005


Se acaba el fin de semana. Dos días en los que la pereza me ha vencido y no he sido capaz de sentarme delante del ordenador para dejar constancia de todo lo que me ha acontecido. Un resumen de las actividades lúdicas más destacadas servirá para cubrir el expediente. Ahí va:

CUMPLEAÑOS DE ESPE: Viernes noche. Espe es una compañera de trabajo de María José y hoy cumple y tantos años. En un bar de la calle Bailén. Copas, risas y algo para picar (hay mucha hambre).
Conozco a gente interesante y a gente no tan interesante.

INAUGURACIÓN DEL KAN KAN: Domingo. El Kan Kan (Grunyi, 4 Tel. 933100463) es un bar que Dani (ex compañero de trabajo que ha decidido abandonar el mundo de la moda) ha montado con dos amigos. Es bonito, moderno y está cerca de casa. Preparan copas y cosas para comer. Me gusta. Cuando estamos a punto de irnos aparecen Mónica, Isa y Francesc (también ex compañeros de trabajo) y estamos un rato con ellos.

CENA EN CASA: Sábado noche. Foundee con Clara, Roger y Toni. El ritmo de la comida permite una larga conversación. Nos emplazamos para futuras cenas en sus terrazas.

TALLERES ABIERTOS: Domingo tarde. Los artistas de Ciutat Vella abren sus talleres para que la gente los visite. Visitamos talleres de cerámica, pintura, escultura, trabajo con cristal... Es interesante ver como trabajan y parte de su obra.

STAR WARS: Sábado mañana. Es el momento de enfrentarse a episodio III. Fantástica, me lo paso muy bien.

OTRAS: Perezas, lectura de periódicos, la visita de unos posibles compradores del piso...

25 mayo 2005

“...Aunque seguir escribiendo se hace pesado, debería encontrar la energía para referirme, también a las contribuciones de J.B. Priestley sobre el tema. El autor de “El tiempo y los Conway” dedicó un ensayo de título explícito a la cuestión: “Sobre no hacer nada”. Evoca allí recuerdos de juventud, cuándo con un amigo pasaban horas tendidos en un yermo, mirando al cielo, con sus mentes en un estado de vacío inmaculado, ocupados sólidamente en no hacer nada. Aquello les hacía sentirse como dioses instalados en una antecámara, desnuda y limpia , del mismo cielo.”
Miguel Berga. Sobre no hacer nada. Cultura/s de La Vanguardia 123


DIARIO DE UN OCIOSO
miércoles, 25 de mayo de 2005


“Tengui”, “tengui”, “tengui”... los días se repiten uno tras otro como los cromos que – hace ya muchos años – cambiábamos en el patio del colegio. La mitad del día lo ocupan tramites relacionados con la venta del piso o con la compra del nuevo piso. La otra mitad queda en las ávidas manos de Levi Pants.
Tanto María José como yo llegamos cansados al final del día y empezamos a querer que este tránsito se acelere y podamos instalarnos en Graceland. El apoyo del otro está siendo imprescindible en estos largos días en los que los problemas y los imprevistos surgen uno tras otro.

Mi tiempo de ocio se ve limitado a un poco de lectura aprovechando los viajes a la ciudad vecina (he acabado el agridulce “Una palabra tuya” de Elvira Lindo), a unas cuantas series con María José (“CSI”, “Nip – tuc”, “Sin rastro”...) y a algunas partidas al “Heroes of might and magic III” que misteriosamente ha vuelto a instalarse en el ordenador.

23 mayo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 22 de mayo de 2005


Pereza incentivada por las salidas de los últimos días. Salgo por la mañana a comprar el periódico. Este hecho se convierte en la única actividad destacable de todo el día.
Por la noche conseguimos vencer el ansia de descanso que nos ha atrapado y salimos con la intención de caminar hasta el cine. Rayos, truenos y una lluvia considerable nos aconsejan coger un bus y dejar la caminata para una mejor ocasión. En los Icaria disfrutamos de “Tapas” mientras empezamos a reconocer rincones de la que será nuestra nueva ciudad.

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 21 de mayo de 2005


Viernes. El fin de semana empieza bien. María José me espera en la puerta de Levi Pants y me devuelve a Barcelona en moto. Decidimos llamar a algunos amigos (Jordi R2, Laura y Víctor) e improvisar una cena en el Ugarit Born. La comida está tan buena como siempre pero la aparición de una bailarina – acompañada de una estridente y excesivamente alta música – estropea la calma de nuestra tertulia. Víctor y Laura celebran sus respectivos cambios laborales, están muy contentos. El fin de la actuación de la bailarina es recibido con alivio. Copas en la terraza de “The Black Horse” y, cuando la terraza cierra, en el interior del local.

Sábado. Nos levantamos pronto, desayunamos y salimos a comprar en el mercado. Nuestra calle, poco transitada hace un par de semanas, vuelve a tener la vida que el mercado le transmite. Ahora sólo falta que vuelva el comercio que – la ausencia del mercado – ahuyentó. Nos sorprende el movimiento de gente: compradores habituales, mirones, fotógrafos, turistas, gente del barrio, curiosos... el mercado está a tope y dejamos la compra para otro momento.
Paseo, siesta del carnero, comida, visionado de “Melinda & Melinda”, nueva siesta.
Por la noche nos encontramos con Mónica y José María en el Hanoi. Ellos también se acaban de comprar su nueva casa y no paramos de hablar de pisos, muebles, decoración...
Copas (muchas) en el “Antiguo”. Como siempre somos los clientes más jóvenes del local.

20 mayo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 19 de mayo de 2005


Gracias a María me estoy introduciendo en el fascinante mundo de las chucherías mexicanas. A través de María José me ha hecho llegar una remesa con las siguientes delicias:
Mini Pulparindo: Es un dulce de tamarindo con sal y chile molido. Raro, muy raro... pero delicioso. El dulce se ve potenciado por la sal que, junto con el picante provoca un festival de sabores difícil de describir.
Mini Pelon Pelo Rico: El nombre es impresionante. La presentación no tiene desperdicio. Es también dulce de tamarindo con sal y chile pero en este caso es una pasta mas ligera.
Pica Gomas: El más raro de los tres. Son bolas de dulce de tamarindo (naturalmente con sal y chile). El exterior es mas duro y le da un sabor muy extraño.
Es divertido... en los próximos viajes pienso incorporar visitas a las tiendas de chucherías para descubrir nuevas delicias.

19 mayo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 18 de mayo de 2005


Martes. Tras la injustificadamente larga jornada de trabajo en Levi Pants me encuentro con María José, sus padres y los míos junto a nuestro nuevo piso. La visita oficial es un éxito y Graceland pasa la prueba de fuego.
Por la noche cena en casa de Olivia y Roberto. Como siempre Roberto cocina para nosotros. Conversación, discusiones varias y vino, mucho vino.

Miércoles. Resaca considerable. Me levanto, una aspirina me permite seguir en pié, preparo el desayuno y desayuno en compañía de María José. Levi Pants me acoge durante un montón de horas.
De nuevo en casa recibo una llamada de Jordi R2. Su oferta es tentadora – copa en terraza mientras disfrutamos del anochecer – pero mi estado es lamentable y me veo obligado a declinar. Otro día será. Vemos “Friends” (acabamos la quinta temporada).

16 mayo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 16 de mayo de 2005


Vistas desde La Herrería. Laspuña Laspuña Tella Parque Nacional de Ordesa Merendero Garcés. Un balcón con vistas
Sábado. Desayunamos en casa y nos encontramos con el resto de la expedición (mi padre, mi madre, Eli y Cesc) frente a la agencia que nos alquila la furgoneta. Con motivo del 65 cumpleaños de mi madre, María José, Cesc, Eli y yo, le regalamos un fin de semana en Laspuña (el pueblo de mi abuela en el que mi madre sólo había estado de pequeña) en familia.
Pequeños problemas de disponibilidad de la agencia (la reserva es de hace más de un mes) ponen en nuestras manos un monstruo descomunal (somos sólo seis, en la furgoneta caben seis más) en vez del monovolumen que habíamos reservado.
Salimos un poco mas tarde de lo previsto y no paramos hasta llegar a nuestro destino. Por el camino hacemos y deshacemos planes.

La casa que hemos alquilado en el pueblo, “La Herrería”, es grande, bonita y tiene unas vistas fantásticas. Nos gustará estar aquí. Dejamos los bártulos en la casa y comemos en casa “Sidora”. Mi madre empieza a reconstruir la historia familiar con la ayuda de la gente del pueblo. Es emocionante ver su alegría.
La primera excursión con la furgoneta enorme transcurre por estrechas carreteras. La pericia al volante de Cesc nos lleva hasta Tella. Muy bonito.

Volvemos a casa. Cenamos productos locales y disfrutamos del triunfo del Barça. Tras años de sequía llega el ansiado título y los cohetes que explotan al acabar el partido nos acercan a la fiesta que en estos momentos debe haber en Barcelona.

Domingo. Nos levantamos pronto, desayunamos y, sin planearlo, a las diez ya estamos preparados para salir. Con la furgoneta empezamos un peregrinaje por estrechas carreteras siguiendo el mismo camino que María José y yo hicimos hace unos años: el cañón de Añisclo, Nerín, Fanlo, Broto... por el camino hacemos fotos, bromas y reímos. Comemos – bien – en “La Bóveda” (Av de Ordesa, 4 Broto Tel. 974486079) y continuamos nuestro camino hasta el Parque Nacional de Ordesa. Un corto paseo nos sirve para intuir lo que el parque nos podría ofrecer... tendremos que volver mejor preparados para una larga caminata.

Camino a casa paramos en Ainsa. Tomamos una cervecita en la plaza mayor y paseamos por sus bonitas calles. Vuelta a casa y nuevo festín de productos locales. Eli y María José se han traído sus Game Boy, no puedo dejar de jugar a “Zelda”.

Lunes. Último día de estas pequeñas vacaciones familiares. Me ha gustado poder pasar unos días todos juntos. Hacía mucho que lo hacíamos y ha sido muy divertido.
Después de recoger la casa y de hacer unos últimos reconocimientos por el pueblo hacemos una última excursión por estrechas carreteras.
Empezamos a odiar la furgoneta.
Comemos -muy bien - en el “Merendero Garcés” (San Vicente de Labuerda Tel. 974500811). En la terraza del merendero, con unas vistas espectaculares, organizamos una típica (animada y amistosa) discusión familiar que pasma a los clientes de las mesas vecinas.

Es hora de volver a casa. La vuelta, en la incómoda furgoneta, se convierte en un infierno. Llego de mal humor y muy cansado.
No se cuando podremos repetir una salida como esta, pero me ha gustado mucho poder estar los seis juntos.

11 mayo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 10 de mayo de 2005


Por fin, tras seis años y medio de obras – y con un coste superior a los 12 millones de euros – el Mercado de Santa Caterina vuelve a estar en su sitio. Por el camino ha sucumbido la mayoría del pequeño comercio del barrio, incapaz de aguantar seis años con la clientela reducida por la ausencia del mercado y las molestias que las obras causaban a peatones y tráfico rodado . ¿Hacía falta esta obra faraónica? ¿Es la función de un mercado ser un edificio emblemático de la ciudad? ¿Se compensará a los vecinos y comerciantes por las molestias sufridas? La respuesta a todas estas preguntas es NO. Una vez mas el ayuntamiento de esta ciudad que pronto dejará de ser la mía ha antepuesto la imagen turística de la ciudad a la funcionalidad y el coste – para muchos ciudadanos es insostenible.

Pese a mi diatriba en contra de la gestión que el ayuntamiento que me ha tocado sufrir ha hecho de las obras del mercado, estoy muy contento por la reinauguración del mercado. Para celebrarlo, y después del preceptivo paso por Levi Pants, doy un primer paseo en compañía de María José. Saludamos a viejos conocidos, nos encontramos con vecinos y volvemos a disfrutar de todo lo que supone tener un mercado a la puerta de casa.

Por la noche me encuentro con María José, María y Amador a las puertas del colegio donde se han conocido. María y Amador son mexicanos y se han tomado un año sabático para rematar sus estudios en Barcelona. Cenamos, como no, en el “Panyvino”. Durante la cena contrastamos costumbres y maneras de vivir. Es enriquecedor poder contrastar nuestras respectivas realidades.
Copa en “The Black Horse” y más conversación.

09 mayo 2005

“Lo que nos une es el amor al arte, la literatura, la buena cocina, el vino y la cultura”
Douglas Preston y Lincoln Child. La mano del diablo


DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 08 de mayo de 2005


Sábado. Doy una vuelta por el barrio con María José. Entramos en la Sala Pares y en la Galería Trama. Las fotografías de Ofelia García me gustan mucho.
A mediodía María José se va a comer con una amiga. Intento conseguir compañía para comer y fracaso. Cojo el libro (“La mano del diablo” de Preston y Child) y me acerco a “La Chacha” para comer un poco de carne. Leo mientras como y después continúo leyendo con una cerveza en la terraza de “The Black Horse”.
Vuelvo a casa, siesta con María José y peleas con el adsl del ordenador.

Cena en casa de Iola y David. Ona tiene fiebre y ya está durmiendo cuando llegamos, una lástima, tenía ganas de verla. Berberechos, cañaíllas, ensalada y, de segundo, una fondue que nos apetece muchísimo: butifarra, chistorra, pollo, ternera (buenísima), champiñones... el ritmo pausado de la cena favorece la conversación. Tras la comida, y llegada desde el congelador, aparece una vieja conocida culpable de pasadas resacas. Cumpliendo lo que se espera de ella aportará su parte a la resaca del futuro más inmediato.
No contentos con expoliar su despensa (las reservas de galletas Birba sufrirán a lo largo de la noche un bajón del que difícilmente se recuperarán), nos llevamos parte de su videoteca (la quinta temporada de “Friends”) y una botella de vino que David me ha traído de Bolonia.

Domingo. Día de siestas, de visionado enfermizo de Friends (a las 20:00 hemos visto 8 episodios), de risas y de peleas con el adsl del ordenador.

06 mayo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 06 de mayo de 2005


Se acaba la semana en la que hemos puesto a la venta nuestro piso. El sentimiento es agridulce. Aquí hemos pasado muy buenos momentos. En la mesa del comedor están las fotos que atestiguan muchos de ellos: amigos, familia, caras sonrientes, momentos mágicos...
Hemos recibido muchas llamadas pero casi todas son de inmobiliarias. Mientras espero las primeras visitas ordeno la casa y escucho un poco de música.
Houston Party 7
VARIOS ARTISTAS
HOUSTON PARTY 7

Houston Party Records emprendió su particular cruzada a favor de la música independiente hace ya siete años. Para celebrar su resistencia en las difíciles filas de la música no comercial publican un sampler con lo mejor de su interesantísima escudería.
En él, junto a referentes de la independencia como “The Wedding Present”, encontramos sorpresas agradables como “South San Gabriel” - su Charred Resentment The Same es una delicia - , notables aportaciones patrias de la mano de “Lori Meyers” versioneando a “Los Brincos”, modernos trovadores como “Iron &Wine”, bellas canciones tristes de la mano de “Parker &Lily”, brillantes paisajes eléctricos maquinados por “Nobody” y cerrando el invento un tema de “Broken Social Scene”.
Celebrar siete años de independencia con un catálogo plagado de buenas referencias es una buena noticia, este disco también lo es.

05 mayo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 05 de mayo de 2005


Miércoles. Cena en casa de Jordi R y Nuria. La cocina, abierta al comedor, nos permite estar todos juntos y hablar mientras Jordi cocina. Anchoas caseras, pescadito frito y costilla hecha con el wok al estilo chino son el fantástico menú que hoy nos ofrecen. Sin motivos aparentes nos regalan una fondue (ya tengo ganas de empezar a disfrutar de sus servicios).
María José se ha constipado y no se encuentra en su mejor momento, decidimos retirarnos pronto.

Jueves. Me levanto pronto, desayuno con María José y – ella se va a trabajar – me quedo en casa poniendo anuncios de venta de nuestro piso en internet. Las primeras llamadas no tardan en llegar, pero todas son de inmobiliarias, de momento intentaremos venderlo sin mediadores.

04 mayo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 03 de mayo de 2005


Al salir de Levi Pants me acerco al despacho de Jordi R3 y cierro oficialmente la compra de Graceland, nuestro nuevo hogar. Al final Marta y Miquel serán nuestros vecinos, no nos vamos solos a Hospitalet.
Estoy contento y un poco nervioso (mucho papeleo, plazos, pagos...todo parece una montaña).

Mi madre le regaló a María José un par de entradas para el “Cirque du Solei” y María José me ha elegido para ser su acompañante. El “Cirque” está muy cerca del Club, junto al mar. Bajamos en bus y – hay un atasco considerable – caminamos los últimos metros. A la entrada nos recibe una carpa llena de tiendas y de carísimos bares (un “hot dog” cuesta 5 euros, un bocadillo de jamón 6’50). Me pillo unas palomitas.

CRITICA DE PALOMITAS.
LAS PALOMITAS DEL CIRQUE DU SOLEI.


Criterios de valoración: entre 0 (pésimo) y 5 (genial).
Sabor.................................................... 4 (bueno)
Consistencia......................................... 4 (recién hechas)
Relación cantidad / precio...................... 1 (seguimos en el mundo del precio abusivo, en este caso 4 euros).
Valoración global................................. 3 (El precio baja la valoración global, pero había hambre y me las comí con muchas ganas .)


El espectáculo es bueno pero quizá no tanto como un hábil campaña publicitaria – gratuita en los medios de comunicación públicos que llevan años hablando de las maravillas del “Cirque du Solei” – nos ha querido hacer creer. Algunos números son espectaculares, otros te dejan con la decepcionante sensación de lo ya visto. No creo que la calidad – que la tiene – del espectáculo justifique el elevadísimo precio que cuesta la entrada, pero la verdad es que me lo he pasado muy bien.
Volvemos a casa caminando.

02 mayo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 01 de mayo de 2005


Sábado. Nos levantamos pronto y cogemos un tren con destino a Castellón. Alejandro, nuestro sobrino, celebra su comunión y no podemos faltar. La película es mala, aprovecho para leer el periódico y el libro que me tiene atrapado (un nuevo torbellino de la factoría Lincoln – Child, “Naturaleza muerta”...).
En la estación nos esperan Lidu, Jose, Alejandro y Joana. Nos acompañan al céntrico hotel y después bajamos hasta el puerto para hacer fotos. El día es estupendo, en un termómetro callejero veo 28 grados.
A la hora de comer llegan los padres de María José. Comemos en un chiringuito del puerto (buenas tapas y mucha cervecita).

Hotel. Siesta reparadora. Necesito un cinturón y salimos a buscarlo por el centro. Hay muchísima gente y la cola en las cajas de Zara nos obliga a desistir. Sin cinturón entramos en una exposición de fotografía (“paisatges urbans” una selección del fondo fotográfico de la colección pública del Ayuntamiento de Alcobendas).
Tarde y cena en familia. Hacía mucho que no nos veíamos y tenemos mucho por contarnos.

Domingo. Nos levantamos pronto, tomamos un café en la habitación y volvemos a casa de Lidu y Jose. Mientras esperamos a que Alejandro se enfunde en su traje de almirante (como mínimo) de la armada, disfrutamos del buffet que han preparado para la ocasión (“cocs”, “pastissets”, dulces de todo tipo...).
Fotos, llega la familia (bisabuela, abuelo, tíos y primos) y todos juntos – después de una traca impresionante (aquí, en cualquier celebración, es preceptiva) – nos acercamos caminando a la iglesia.
La comunión es colectiva y hay una variedad de uniformes notable. Algunos - como Alejandro- son oficiales de los diversos cuerpos del ejército, mientras otros – supongo que más modestos – pertenecen a la marinería. No hay uniformes de camuflaje. Las niñas parece que, pese a la apertura que esta institución ha mostrado durante los últimos años, no se han incorporado al ejército y presentan vestidos de novia de tamaño reducido.
Después de la comunión llega el banquete en un pueblo cercano. En el restaurante también nos encontramos con varias comuniones (claramente hoy es el día). La celebración familiar tiene claramente dos partes. Primero la comida. Buena, excesiva, regada con abundante vino y cava. Después llega la segunda parte: Los niños, helado en mano, juegan en la zona que el restaurante ha preparado para tenerlos entretenidos (castillos de goma, payasos que asustan a muchos niños, globos...) mientras los adultos consumimos todo tipo de bebidas de alta graduación. Me divierto y hago un montón de fotos.
Foto de grupo y vuelta a casa (larga: en coche a Castellón, cambio de ropa, a coche a la estación, tren a Barcelona, bus hasta cerca de casa, caminando el último trozo). Estamos agotados y un poco empachados, pasamos de cenar y nos vamos a dormir.

28 abril 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 27 de abril de 2004


Después de mucho pensar María José y yo hemos decidido abandonar nuestro pequeño piso en Barcelona y trasladarnos a Graceland (Graceland, la propiedad que hemos apalabrado comprar, está ubicada en una ciudad vecina conocida como l'H). Se inicia un periodo de no pocos dolores de cabeza hasta que consigamos fijar nuestra residencia allí.
Cena en casa de Jordi R2. Tambien están Xavi y Nuria. Sigo pensando que Jordi tendría que dejar el mundo de los pantalones y dedicarse a la restauración (estoy seguro que es un trabajo mucho más agradecido). Sus "muffins"(perdón, madalenas)para acompañar la ensalada, su pollo y sus "coulants" (¿se escribe así) fueron causa de un aumento de la felicidad de los cuatro afortunados que pudimos disfrutar de su cocina. Espero que, aunque abandonemos el barrio, este privilegio se siga produciendo de una manera regular.

26 abril 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 24 de abril de 2005


Me despierto... silencio... me vuelvo a dormir. He dormido muy bien. Nos levantamos y bajamos a desayunar. Parece no haber nadie del hotel despierto así que leemos un rato en la terraza junto a otros huéspedes. Las nubes que ayer nos dejaron sin puesta de sol parece que hoy también nos acompañarán.
Aparece Pere, - me matareis... me he dormido – , se disculpa y nos prepara el desayuno frente al mar.
El día sigue nublado, abandonamos nuestras playeras esperanzas y nos entregamos a una ruta turística.
Cala Xarraca
Santa Agnes de Corona, “Days like these”, San Mateu d’Albarca, “En un mercedes blanco”, Sant Miquel de Balansat, “Desde aquí”, Port de Sant Miquel de Balansat, “Chambre avec vue”, Santa Gertrudis de Fruitera, “La primavera trompetera”, Sant Llorenç, “Por que te vas”, Balàfia, “Elegía”, Sant Carles de Peralta, “sunny”, Cala de Sant Vicent, “Fly me to the moon”, Sant Vicent de Sa Cala, “Smokin’ the hive”, Santa Eulària des Riu, “No tengo novia”, Es Canar, “let it be me”, Cala Martina... campos, playas, acantilados, pequeñas iglesias carretera, ovejas, canciones, árboles y, de fondo, siempre el mar. Ibiza, esta Ibiza sin chanclas que esta mañana estamos descubriendo, me encanta.
Cala Martina. Terraza con vistas
En Cala Martina, en un chiringuito a escasos metros del mar, comemos con los pies descalzos sobre la arena. El sol, esquivo toda la mañana, ha decidido unirse a nosotros y nos acompaña durante la comida. Hace mucho viento pero se está de lujo. Cuesta describir el privilegio que supone poder comer aquí. La lista de restaurantes que había confeccionado en Barcelona tras consultar unas cuantas guías ha sido vencida por una ensalada de chiringuito de playa, por un rato de sol, por el rumor del mar y por unas vistas sensacionales. Tras la comida llegan los cafés que alargamos hasta que el viento nos obliga a abandonar nuestra privilegiada mesa.
María José en Cala Martina
Volvemos sin prisas, parando en pequeñas calas, perdiéndonos por carreteras que no aparecen en el mapa que encontramos en el coche, con las ventanas abiertas, gozando de cada momento.
Ya en el Hotel nos instalamos en la terraza. Hoy parece que si que se podrá disfrutar desde aquí de una puesta de sol impresionante, desgraciadamente no estaremos aquí para verlo. Leemos un rato y finalmente nos despedimos de Pere agradeciéndole su hospitalidad. Camino del aeropuerto bajamos hasta Es Cubells para despedirnos del mar.
Antes de devolver el coche tenemos que rellenar el depósito - ¿gasolina o gasoil? – por más que damos vueltas al coche no encontramos ninguna pista que nos decida. En la gasolinera tampoco se mojan. El tiempo se nos echa encima. Decidimos dejarlo así. Nervios. Llegamos al aeropuerto en el mismo momento en el que anuncian la salida de nuestro vuelo. Más nervios. Ventanilla de facturación, la tarjeta de embarque queda atascada, cola en el control de la policía y, finalmente, embarcamos y salimos justo después de sentarnos. Nos volvemos a relajar.
Volvemos a casa. No tenemos la impresión de haber salido ayer de allí.

25 abril 2005

“No creo que fuera chatarra cósmica”
Anónimo. Conversación robada en la terraza del Hostal La Torre. 23 de abril de 2005


DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 23 de abril de 2005


Suena el despertador, lo paro, me levanto y – antes de entrar en la ducha – enciendo la radio. No encuentro las noticias que suelen acompañar mis madrugones y en su lugar escucho a Mara Torres y su “Hablar por hablar”. Son las 3:30 de la madrugada.
María José también se levanta y, venciendo el sueño que nos domina, conseguimos salir a la calle.
Mientras esperamos un taxi que no llega vemos pasar noctámbulos derrotados, fiestas portátiles, fines de noche con pocas alegrías, caras resplandecientes de felicidad, pasos vacilantes sin rumbo fijo... nosotros estamos ahí, en medio de un mundo que hoy nos es ajeno, mirando con ojos de extraño, viendo lo que normalmente – por estar inmersos en la “acción” somos incapaces de ver.

Al final llega el taxi que los lleva al aeropuerto. Hoy es Sant Jordi (felicidades a los muchos que suelen aparecer en este diario) y en el mostrador de “Vueling” nos regalan una rosa y un libro (“Cuentos de los Mares del Sur” de Stevenson). “Vueling”, la compañía que hoy nos llevará a Ibiza, cada día me gusta más: son baratos, eficientes, amables y puntuales, volar con ellos es muy fácil.

Llegamos a Ibiza a la hora prevista (poco antes de las 7 de la mañana) y recogemos el coche de alquiler: un cantón Ford Fiesta de color verde pistacho. El coche tiene reproductor de cd’s y hemos venido preparados, nuestros recorridos por la isla tendrán banda sonora propia. Los Hermanos Dalton, La Buena Vida, Randy Travis con Clint Eastwood, Sergio Makarof, Los Flechazos, Elvis, Cooper, Sinatra, Radio Futura, Ismael Serrano, Los Delinqüentes, Kiko Veneno, Bebo Valdes y “El Cigala”, Henry Salvador, El Niño Gusano, Ataque 77, Cielo, Aidan Bartley, Tino Casal, Bebe, Le mans, Los Secretos, Catherine, The Divine Comedy... serán nuestros compañeros de viaje.

puerto de Eivissa
Vemos salir el sol desde la parte alta de Eivissa y después tomamos un café en una cafetería.
Vamos hasta Sant Antoni y visitamos el mercado. María José consigue unas abarcas rojas y yo una bolsa de deliciosas aceitunas.
En la terraza de la “Cantina Portmany” hacemos una cervecita. El sol empieza a apretar y sólo son las 9:30 (pero hace ya seis horas que nos hemos levantado). Nuestro reloj biológico está agradablemente desajustado y, a la hora del desayuno, apetece un aperitivo. Leo “Los amigos del crimen perfecto” de Andrés Trapiello y escribo un rato.
San Rafel, Santa Eularia, Cala Llonga, cervecita frente al mar y vuelta al coche. Carreteras bordeadas por árboles, canciones cantadas a dos voces... las vacaciones vuelven a asomar su placentera y añorada rutina.

En Sant Rafel paramos para comer en “Es Tancó” (Av. De Isidoro Macabich, 9 Tel. 971198599). Calamares, fiduà... todo muy bueno.

Las muchas horas que llevamos en pié empiezan a pasar factura, necesitamos descansar.
Hostal La Torre Hemos reservado habitación en el Hostal La Torre. (Urb. Cap Negret, 25. Sant Antoni de Portmany. Tel. 971342271). El Hostal es fabuloso. Ubicado sobre un acantilado, frente al mar, tiene dos terrazas impresionantes. Buena música, amabilidad, estaremos mejor que en casa. Desde la habitación (es sencilla pero bonita) vemos el mar, el sueño nos vence...

Me despierto, María José seguirá descansando un ratito más y mientras yo bajo hasta la terraza. Elijo mesa frente al mar y escribo un rato – suena la “Penguin Café Orchestra” – mientras disfruto del mar, del calor del sol, de este momento de vacaciones.
La ciudad empequeñece en el retrovisor – cada vez más rápido – hasta que al final se pierde en el horizonte.
El sol baja, María José se une a mi bienestar, nos rodean conversaciones imposibles protagonizadas por mentes seriamente dañadas por el abusivo y continuado consumo de drogas de todo tipo durante los últimos 30 años (hablan de meteoros, de la vida, del horóscopo... y todo está mezclado). puesta del sol desde el Hostal La Torre

Estar aquí es toda una experiencia. Decidimos continuar viviéndola hasta que el sol se ponga a ritmo de chill out. Al final las nubes nos roban la espectacular puesta del sol que nos habíamos prometido. No importa. Cenamos en el comedor, delante del mar, y hablamos con Pere que nos cuenta historias de la isla y nos deja un libro con fotos que nos animan a mañana hacer un poco mas de turismo.
Nos vamos a dormir pronto. El día ha sido larguísimo.

20 abril 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 20 de abril de 2005


Parece ser que el tiempo es inmutable, que un segundo siempre dura lo mismo y que todas las horas – absolutamente todas – tienen exactamente la misma duración. ¿Es realmente así? Yo creo que no – es una idea personal sobre la que pienso trabajar en el futuro y a la que pienso dedicar (si fuera o fuese necesario) parte de mi precioso tiempo de ocio-. Pienso que detrás de todo hay una gran mente perversa que acelera el tiempo o lo ralentiza siguiendo criterios contrarios a nuestro bienestar. Se me puede acusar de poco científico, de “tío teorías conspiratorias”, de no darme cuenta de que eso se debe a apreciaciones subjetivas... pero yo sigo pensando que el día que pille a ese cabrón que acelera el tiempo cuando menos me interesa le voy a cantar las cuarenta.

Lunes. Me levanto pronto desayuno con María José y nos reunimos con Jordi R3 para ver un piso (es el mismo que nos gustó pero no lo suficiente). Visto con nuevos ojos no está nada mal, de nuevo vuelven las dudas, los planos encima de la mesa, las largas conversaciones, los planes de futuro, la posible ubicación de la nevera de Coca-cola, el nombre del perro...
Acabo “Devoradores de cadáveres”. Entretenido. Empiezo “trenta-dos morts i un home cansat” de Lluís Llort y, desde la primera página, me atrapa su prosa directa y limpia.
(Levi Pants)
Al llegar a casa – es muy tarde – María José me tiene preparada una cena estupenda.
Martes. Desayuno con María José y escribo un rato en el ordenador.
(Levi Pants)
Reaprovisiono la casa, voy a la biblioteca, devuelvo cd’s y leo un rato mientras espero a María José. Juntos vamos a ver un piso en el barrio. Grande, con una terraza increíble, luminoso... carísimo y con demasiadas cosas por hacer (cocina, baño, techos, pintura...). No será nuestra casa. Vuelta a casa, “Nip-Tuck” se retrasa. Lo grabamos y leemos un rato.
Miércoles. Me levanto, preparo el desayuno, desayuno con María José y parto con destino a la ciudad vecina.
(Levi Pants)
Me hago socio de un video-club que tiene cosas diferentes y cojo “Atrapados en el hielo”, el documental del libro de Caroline Alexander sobre la expedición de Shackleton a la Antártida, mañana lo veré.
Escribo este diario y paro para hablar con un vecino.
Llega María José, hablamos de pisos. Nos vamos a cenar con Alberto, Esther, Marta y Enric al “Panyvino”.

Lo que decía al principio. El tiempo se acelera o se contrae según leyes que no puedo dominar.

19 abril 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 17 de abril de 2005


Sábado. Mañana de compras. Entre los objetos adquiridos destaca un nuevo video Vhs (mucho más barato que la reparación del anterior). Aprovechamos para pasear.
Estamos cansados. Volvemos a casa, comemos y nos entregamos a la siesta de la semana.
El resto del día – único festivo para mí esta semana – lo paso con María José en casa (entre otras actividades vemos un “CSI Las Vegas” que teníamos grabado. Por desgracia tiene segunda parte que, no podía ser de otra manera, no tenemos).

Domingo. El Sr Levi ha decidido organizar una fiesta para clientes y proveedores. Los trabajadores también estamos invitados a participar... como parte de la organización y trabajando. Alta participación, clientes contentos, buen día y más de 10 horas de trabajo por la patilla (total es una fiesta): el sueño de todo ocioso hecho realidad, soy un tipo afortunado.
María José me ayuda a recuperar fuerzas con una cena tempranera en el “Panyvino”.

17 abril 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 15 de abril de 2005


Jueves. Salgo de Levi Pants, abandono la ciudad vecina y – ya en Barcelona me encuentro con Jordi P. en el “Seanconnery”. El “Seanconnery” realmente se llama “Bar Bodega Córcega” (c/ Córcega 479 Tel. 934577793) y durante muchos años fue el destino de muchas de nuestras cenas. Ahora hacía mucho tiempo que no pasábamos por aquí pero – por suerte – todo sigue igual: tapas buenísimas, amabilidad, cerveza y buen café.
Como antaño somos los últimos clientes en abandonar el local. Tiempo de hablar de los viejos tiempos con los propietarios y salir a la calle con una extraña sensación de plenitud (no sólo física).
Empieza en este punto una larga peregrinación por extraños bares llenos de extrañas gentes. “Almodo-bar” (huimos de un ambiente nada apacible), “Sona bé” (grandes partidas a una máquina de Trivial), “El Venecia” (nos dejan en la calle con los restos de nuestras bebidas en un vaso de plástico) y – finalmente y como viene siendo costumbre – el “Papillón” (donde nos cruzamos con lo peor de cada casa).
Cerramos la noche con sensaciones gratas ya vividas años ha.

Viernes. Por la mañana paso por la biblioteca a conseguir nuevas maravillas (Vinicius de Moraes en la Fusa – con Toquinho, María Creuza y María Bethania –, el “Cositas Buenas” de Paco de Lucía, el “Bridge Over Troubled Water” de Simon and Garfunkel y un libro “Trenta-dos morts i un home cansat” de Llort).
Después del obligado y nada agradable paréntesis laboral vuelvo a Barcelona. Hoy es el cumpleaños de mi madre y lo celebramos con una cena “sorpresa” en el restaurante “Languedoc Roussillon” (Pau Claris, 77 Tel. 933010498). A la familia (mi padre, Eli, Cesc, mis tíos, Anna, Marta y María José) hoy también se unen buenos amigos (Pepita, Digna, Amelia, los “primitos”, los “padrinets”, Ramón y Salud.
Nos han reservado la parte de arriba y a la comodidad que supone tener un amplio salón para nosotros se añaden unos platos deliciosos y un servicio muy amable.
También es el aniversario de mis padres (38 años más) y lo celebramos con un pastel. Regalos, fotos de grupo, besos, emociones y abrazos... son más de las dos cuando volvemos – agotados – a casa.

14 abril 2005

“Pero es en el siglo XIX cuando las representaciones de tiempo se modifican. Los románticos, en lugar de valorar la inactividad como algo detestable, la consideran una oportunidad única para dedicarse ya no a la contemplación divina sino a la introspección (...) En este contexto, el burgués, además de ser el más rico ( quien controla los medios de producción desde el materialismo histórico) es aquel que tiene la posibilidad de disponer de su tiempo.”
Glòria Soler. En busca de la ociosidad. Cultura/s de “La Vanguardia” 123


DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 14 de abril de 2005


En mi afán por consumir productos culturales (libros, discos, dvd’s...) me he dejado llevar – la culpa es del Fnac - por el afán parejo de poseerlos. Inmerso en esta dinámica había olvidado la existencia de las bibliotecas.
Decido apuntarme a la biblioteca del barrio con la intención de encontrar libros descatalogados que hace tiempo que busco y de abandonar – o al menos reducir – la acumulación innecesaria (pero, he de confesarlo, placentera) de libros y cd’s.
Mi primera búsqueda (“El peor viaje del mundo” de Apsley Cherry-Garrard) da como resultado un fracaso parcial. Tendré que ir a buscar el libro en una biblioteca del otro extremo de la ciudad. Para resarcirme del sinsabor me voy a la sección de música y encuentro el último disco de “Franz Ferdinand”. Cojo también una guía de viajes que me servirá para preparar nuestra próxima salida de fin de semana y otro disco (la banda sonora de “Good Morning Vietnam”). Precio total de la adquisición: 0 Euros.

Durante los últimos días Levi Pants ha dejado poco tiempo para el ocio. Series de televisión (“Seinfeld”y los primeros capítulos de “Urgencias”) y un poco de lectura han sido los encargados de consumir este bien tan preciado y, por desgracia, tan escaso.

Acabo “Vaig creure que el meu pare era Déu” de Paul Auster. Es una recopilación de las historias que los oyentes del programa “Weekend All Things Considered” enviaron al autor. Historias reales , fragmentos de vida explicados por sus protagonistas, fotografías de una nación en diversos momentos de su historia... su lectura es muy agradable. Algunas historias despiertan una sonrisa, otras una profunda emoción. Hay historias tristes, alegres, intrascendentes, sorprendentes, incluso mágicas.
Hora de entregarse a un Best seller. “Devoradores de cadáveres” de Michael Crichton servirá.

12 abril 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 11 de abril de 2005


Hoy es el cumpleaños de María José y – desde el primer minuto – intentamos entre los dos que, pese a ser un día de trabajo, sea un día especial.
Desayunamos juntos y salimos a dar una vuelta por el barrio hasta que se tiene que ir a trabajar con el pastel que hicimos ayer en la mano. La mañana ha pasado volando pero, hemos estado juntos y hemos podido celebrarlo.

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 10 de abril de 2005


Playa de Sant Sebastià. Barcelona Me levanto tarde, desayunamos sin prisas y dejamos pasar el resto de la mañana sin actividades destacables. Hoy toca descansar y nos entregamos con pasión a la actividad del día.
Hace sol y apetece calle. Paseamos hasta el mar y – en el Pato Pekín (calle de la Marina 16-18 Tel. 932254111) – comemos con el Puerto Olímpico de fondo. El viento mueve las palmeras, la vista es un regalo.
Volvemos caminando junto al mar. Pese al viento hay ganas de playa y la arena se llena de gente buscando las primeras raciones de sol del año.
Siesta, regalos para María José (mañana es su cumpleaños) y – a cuatro manos- preparamos un pastel de chocolate.

11 abril 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 9 de abril de 2005


Me levanto pronto, me ducho, voy a comprar pan, preparo el desayuno, despierto a María José, desayunamos, voy a comprar vasitos de plástico, nos encontramos con Toni T. delante de la Catedral y salimos con destino a “Casa Joan B”. casa Joan B
“Casa Joan B”. está lejos. Una persona menos optimista que yo diría que está muy lejos. Por el camino Toni T. y yo hablamos y María José recupera horas de sueño perdidas.
Por el camino nos adelantan Jordi M. y Mónica y continuamos el camino juntos.
El año pasado celebramos en “Casa Joan B.” una reunión con los compañeros de la empresa de pantalones (Pantalones Gordo) que nos acabó despidiendo a todos. Decidimos repetirlo y al final, después de muchas altas y bajas en la alineación titular, seremos 18 adultos, tres niños (más uno en camino) y un perro. Pronto llegamos todos y empezamos a preparar el fuego donde haremos los calçots. Muchas risas después –debido a nuestra poca pericia en el manejo del fuego – conseguimos una hoguera decente. Pero no será hasta la aparición de Jordi B. Jordi B. trabajando
(maestro “calçotero”) que la cosa empezará a funcionar realmente.
Mientras todos los demás nos dedicamos a mirar, a probar el vino y a dar consejos sobre temas que desconocemos totalmente, Jordi prepara los calçots, cuida la hoguera, prepara la butifarra, la cocina en las brasas, se ahuma, llora cuando el humo le ciega totalmente, prepara el cordero, lo cocina en las brasas... es nuestro héroe y, pese a eso, no se lo reconocemos y le hacemos trabajar todavía más.
Pese al frío, hacemos el aperitivo y comemos los calçots en el prado que hay delante de la casa. Hace viento pero el sol calienta y se está bien. La salsa – preparada calçots
por Julia – está buenísima. Intento llevar la cuenta de los calçots que degluto pero, debido al vino ya ingerido, me pierdo y no puedo aportar este dato que – sin duda – aportaría valor añadido a esta crónica.
Decidimos comer la carne en la casa. Risas, viejas historias... me gusta volverme a encontrar con ellos y espero que sigamos siendo capaces de encontrar momentos para disfrutar juntos pese a que ahora ya no trabajamos en la misma empresa.
Rubén tiene que irse pronto y decidimos apuntarnos. Durante el viaje de vuelta María José recupera horas de sueño perdidas.
Una vez en Barcelona nos despedimos de Rubén y nos acercamos a la clínica donde Lucas nació ayer. Llegamos apestando a humo, a calçots y a campo pero, pese a eso, nos dejan entrar. Yoli se encuentra bien, Rafa está muy contento y Lucas es todo un campeón (3 kilos, 800 gramos). Estamos un ratito con ellos pero – un poco avergonzados por el olor que se empieza a extender por toda la clínica – volvemos a casa.
Vemos “El Bosque” (fantástica, me gusta mucho) y a dormir. El día ha sido muy largo.

10 abril 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 8 de abril de 2005


Salgo de Levi Pants antes de lo que es habitual. Cojo el metro para alejarme de la ciudad vecina y en Barcelona el tren para ir hasta la Estación de Sants. Allí, en el hotel que se alza justo encima de la estación, los compañeros de trabajo de mi madre han organizado una cena sorpresa para ella con motivo de su próxima – el viernes que viene – jubilación.
Pese a las carreras por los pasillos del metro me pierdo su entrada triunfal en el Hotel pero cuando llego todavía está emocionadísima.
En el salón en el que se celebra la cena somos casi 100. La noche se llena de emociones: homenajes, canciones, regalos de alto valor sentimental y otros más prácticos (un viaje con el que empezar a disfrutar del tiempo libre que ahora le sobrará), abrazos, besos...
En quince días mi madre dejará de tener relación laboral con la empresa para la que trabaja... muchos años de dedicación, buenos y malos momentos, alegrías y disgustos... y una noche inolvidable. Es una suerte poder compartirla con ella y poder ver como se emociona con las muchísimas muestras de sincero afecto que sus compañeros – muchos de ellos ya amigos – le brindan.
El sentimiento – me lo decía hace unos días – es agridulce. Por un lado está cansada y ve la jubilación como una liberación... pero sabe que también echará de menos los buenos momentos y la relación con gente más joven que ella que tantas energías le ha aportado durante los últimos años.
Vuelvo a casa con María José contento de haber podido estar hoy con ella y de haber visto lo mucho que se le quiere.

07 abril 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 4 de abril de 2005


6:30 am , suena el despertador. María José me deja dormir mientras se ducha. Nos reencontramos con el buffet de desayuno del hotel (Hesperia-Zubialde. Camino de la Ventosa, 34 944008100) y regresamos a Barcelona.
Ha llegado el momento de volver a la rutina después de unas vacaciones (¿han sido realmente sólo dos días?) fantásticas. En el aeropuerto, mientras esperamos el embarcar en el avión, María José duerme a mi lado. Me gusta mucho viajar con ella.

06 abril 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 3 de abril de 2005


Me despierto, miro por la ventana y veo – con regocijo – que hoy nos acompañará el buen tiempo. Bajamos a desayunar y nos dejamos llevar por las muchas maravillas que desde la pasarela panorámicanos ofrece el buffet del hotel. Anne nos ayuda a elegir nuestro destino de hoy. Con el tren nos acercamos a Neguri y paseamos junto al mar hasta el viejo “puente trasbordador” (una maravilla de la ingeniería) que nos cruza hasta Portugalete. Subimos a la pasarela panorámica (la vista vale la pena) y después paseamos hasta Santurce. Nuestro pies dicen basta y un barco nos cruza al otro lado de la Ría. En la playa de Ereaga la gente toma el sol de espaldas al mar. Acostumbrados a lo contrario la situación es muy extraña (yo siempre he tomado el sol con los ojos fijos en el azul del mar y darle la espalda se me hace muy difícil). En la privilegiada terraza del bar “la Ola” (Playa de Ereaga Tel. 944601568) tomamos un par de tapas que nos servirán de comida y leemos el periódico (hoy más voluminoso que de costumbre debido al suplemento especial Juan Pablo II que hace meses estaban preparados para publicar). Hace sol y la temperatura es de más de 25º, no es lo que esperábamos encontrar pero el cambio no decepciona en absoluto. Cruzamos las empinadas calles del puerto viejo de Algorta y volvemos al hotel. Necesitamos una larga siesta para recuperar las fuerzas agotadas en los largos paseos de la mañana.
Guggenheim de noche restaurante Abaroa
Es casi la hora de cenar cuando volvemos a la calle. Cenamos en el Abaroa (Plaza del Museo, 3 Tel. 944249107) y nos despedimos del Guggenheim donde la instalación de Yamagata llena de reflejos el cielo de Bilbao. Junto al museo un videomatón permite enviar un mensaje (con video y audio) por email. No nos podemos resistir y probamos el invento (1 euro). Antes de volver al hotel en tranvía hacemos unas cuantas fotos nocturnas. Un paquete de Marlboro se convierte en nuestro improvisado trípode.

05 abril 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 2 de abril de 2005


Suena el despertador a una temprana hora en la que, en un fin de semana normal, solemos acostarnos. Vuelvo a tener la misma sensación agridulce que – hace ya muchos años- me provocaban los madrugones que precedían a una excursión. La excitación por la aventura – como entonces – vence al sueño y a las ocho de la mañana nuestro avión aterriza en el aeropuerto de Bilbao. Verde por todas partes y olor a tierra mojada son los primeros embajadores que nos asaltan mientras esperamos al bus que nos acercará al hotel (moderno, funcional, muy cómodo) que, gracias a las gestiones de Laura, será nuestro campamento base mientras dure nuestra estancia aquí.
Llegamos muy pronto y la mayoría de clientes aún no han bajado a desayunar... pero somos unos enchufados y conseguimos una habitación y podemos dejar los trastos en ella.
La primera vez que vinimos a Bilbao fue hace once años y los cambios que ha experimentado la ciudad son el principal aliciente para volverla a visitar. Si entonces nos gustó mucho, ahora – con la cara lavada – estamos seguros que disfrutaremos de la estancia.

Paseamos hasta el Museo Guggenheim por la orilla de la ría. Donde antes habían muelles abandonados y una zona industrial vieja y gris, ahora podemos disfrutar de un fantástico paseo. Al fondo, el fabuloso Museo Guggenheim edificio del Museo, nos atrae como un faro que guía nuestros pasos. Llegamos al Museo un par de minutos antes de que abran las puertas y somos de los primeros en entrar. Contrariamente a lo que esperaba no hay demasiada gente. Lo había visto en fotos y reportajes pero aún así el edificio consigue impresionarme. Pese al día nublado, la luz natural llena todos los espacios y, a esta hora – todavía con poca gente caminando por las salas – es un placer deambular por el interior. Primero visitamos la exposición de Yves Klein (que actuó como detonante para decidirnos a visitar Bilbao). Disfruto al reencontrarme con su obra aunque la muestra no es más completa que la que pude ver hace unos años.
La exposición sobre el Imperio Azteca resulta, por el contrario, algo decepcionante. Su presentación es más que cuestionable (poca información, carteles que no se pueden leer, carteles que sólo pueden ser leídos por contorsionistas de gran habilidad, grandes plafones informativos que se vendieron la información que tenían que dar por un plato de estética, ridículos espacios vacíos, des-iluminación desconcertante... ). No obstante, alguna de las obras – creadas sin duda por consumidores habituales de todo tipo de potentes substancias psicotrópicas – merecen la visita. La desesperación que la ineptitud de alguno de los responsables de la muestra causará con toda seguridad al visitante puede resistirse gracias a la riqueza de alguna de las piezas.
Seguimos descubriendo rincones del museo y discutiendo sobre arte. La muestra de la colección permanente – toca informalismo y expresionismo abstracto – también provoca una encendida tertulia sobre el arte y sus límites.
Las obras “estrella” del Museo también ocupan nuestro tiempo. “Snake” de Richard Serra y “installation for Bilbao” de Jenny Holzer son, con razón, uno de los atractivos añadidos que ofrece el Guggenheim.
Llevamos más de cuatro horas caminando sin parar. Es hora de buscar un sitio con comer. Al salir “Puppy” de Jeff Koons entretiene (como la estrella mediática que es) a las masas de posadores que a sus pies protagonizan el remake de “yo también estuve allí”.

El “Café Iruña” (Jardines del Albia, Tel. 934237021) se convertirá en el reposo de nuestros cansados pies y en la mesa donde aplacar nuestra hambre. Pisto, pimientos rellenos de bacalao, un más que generoso entrecot y una tarta casera son devorados en pocos minutos. María José y yo seguimos hablando de arte y de lo mucho que ha cambiado la ciudad.
Volvemos al hotel que está – se me ha olvidado decirlo – junto a San Mamés, en tranvía. Ya en la habitación, y a un minuto de coger el sueño, llaman a la puerta. Un detalle de la dirección del hotel (gracies Laura), una bandeja de fruta cortada que nos servirá para merendar cuando despertemos de la siesta. Campo Cuántico x3. Hiro Yamagata (interior)
El metro, también nuevo para nosotros, nos acerca al casco viejo. Callejeamos (esto no ha cambiado demasiado), entramos en tiendas modernas, volvemos a callejear, volvemos al Guggenheim, visitamos la instalación “Campo Cuántico x3” de Hiro Yamagata. De nuevo el arte como espectáculo. Ni mejor ni peor, es el arte – epatante - con el que nos ha tocado convivir.

Oscurece, empezamos a buscar un lugar donde cenar. Las primeras opciones fallan (demasiada gente, locales cerrados...) y al final – después de caminar un buen rato – recalamos en el bar “Oriotarra” (Blas de Otero, 30). Sus pinchos son impresionantes (brandada de chipirón con queso gratinado, bacalao con gulas en pan de cebolla, cabeza de jabalí picante, cazuelita de pimiento con huevo de codorniz y chorizo...).
Un café en la cafetería del hotel nos ayuda a hacer balance de una jornada tan agotadora como provechosa. En la calle, junto al estadio, el botellón se convierte en nuestro hilo musical para preparar el sueño.

01 abril 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 1 de abril de 2005


Jueves. Róbert (así, con acento en la o), tras un par de meses de trabajo en Levi Pants, ha decidido que el mundo de los pantalones no es el mejor sitio donde invertir una vida. Su sabia decisión merece una cena de despedida. Los organizadores, sin pensar demasiado, deciden que el mejor lugar para celebrar el acontecimiento es el bar gallego de la ciudad vecina que tuve la "fortuna" de visitar hace algunas semanas.
Cena, risas y conversaciones en torno al mundo de los pantalones (cuando los pantaloneros nos reunimos somos incapaces de hablar de otro tema) consiguen ocupar el hueco que la comida - escasa - ha dejado.
El parroquiano que se nos unió la última vez que cené aquí aparece a su - supongo- hora habitual y, como si fuera parte de una liturgia esotérica, se incorpora de nuevo al grupo aportando historias poco interesantes y aún menos edificantes.
Se remata la noche en un garito cercano. A una hora poco prudencial protagonizo una de mis ya tradicionales desapariciones nocturnas y decido volver a casa.

31 marzo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 31 de marzo de 2005


La llegada del nuevo horario ha venido acompañada de una temperatura primaveral que me empuja a salir a la calle y me ayuda a enterrar en el recuerdo el duro invierno – hace años que no pasaba tanto frío – que justo acabamos de abandonar.

Grande hazaña! Con Muertos!En el Círculo del Arte (pequeño espacio de exposiciones que Círculo de Lectores tiene en la calle Princesa) están exponiendo los “Desastres de la guerra” de Goya. Siempre me han impresionado los grabados de Goya (es uno de mis pintores favoritos y algunas de sus pinturas son de visita obligatoria cada vez que visito Madrid) y nunca pierdo una oportunidad para poder volver a verlos. Alguno de los más conocidos (como “Grande hazaña! Con muertos!”) me vuelve a impresionar por su crudeza. En la sala también hay una exposición – mucho menos interesante - con los dibujos originales de Carlos Saura para su película “Goya en Burdeos”.

El martes Tv3 estrenó la serie americana “Nip / Tuck” (globo de oro a la mejor serie dramática del año). Un guión impresionante en el que se abren distintos frentes y donde la ética de la práctica de la medicina tiene mucha importancia, buenos actores (Julian McMahon y Dylan Walsh), humor negro, sexo, amistad, traición, dinero... El arranque de la serie es espectacular y desde ahora queda incorporada a la larga lista de series que seguimos de manera más o menos continua. Si no bajan el nivel (“Six feed under”, después de un primer episodio monumental, fue perdiendo gas) han ganado un espectador fiel.

29 marzo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 28 de marzo de 2005


Sábado. Nubes otra vez. Desayunamos en el balcón y salimos hacia el Club con la esperanza que nuestro generoso vecino nos obsequie hoy con un nuevo regalo. Pero la lámpara que hoy ha dejado junto al contenedor no cumple nuestras expectativas (la nevera de ayer dejó el nivel muy alto). Tenis, “21” (que hoy gano yo) y un rato de frontón.
Siestas del carnero, paseos por Sant Feliu, un café en “La Vienesa”, lectura, un poco de tele (nos estábamos quitando pero el mono obliga), los amigos que se pasan al oscurecer y nos dejan su barbacoa, el crucigrama de Mambrino con ayuda de María José, una cena de carpaccio de bacalao de Can Prat... vacaciones.

Domingo. Por fin ha vuelto el esperadísimo horario de verano. La hora que alevosamente nos robaron hace unos meses, por fin ha sido devuelta. Me levanto pronto, preparo el desayuno, despierto a María José y desayunamos en el balcón. El sol, que a esta hora está saliendo, parece que hoy – por fin – nos acompañará. En el club, como cada día, somos los únicos clientes. Silencio y olor a resina acompañan nuestros no demasiado diestros golpes de raqueta. En el “21” vuelve a imponerse María José (2 a 1 en el global de la eliminatoria).
Volvemos a casa y llegan Clara y Roger. “La taverna del mar” nos acoge en su impagable terraza. Damos un paseo por el camino de Ronda y volvemos a casa donde nos regalamos un aperitivo mientras María José empieza a preparar una fideuá de escándalo. Sobremesa apurando el sol hasta que aparecen David, Montse y Oriol. El sol ha dejado paso a una fina lluvia pero en el balcón se está muy bien.

Por la noche nos pasamos a saludar por casa de Albert y después vamos a casa de Anna para que pueda cumplir con mis obligaciones como padrino. Como mi padrino – mi tío Hernán – también es un padrino cumplidor, soy obsequiado con una mona actualizada (dos botellas de un Rivera del Duero que promete mucho y una longaniza que ha acabado con mi sentido del olfato). María José ha sido acogida como ahijada por la familia y recibe también su mona (un osito de peluche muy parecido a su Osito y en un estado físico parecido. Debido a él recibirá el nombre de Karol). Cenamos muy bien (las tortillas están impresionantemente buenas) con mis tíos (Hernán y Luisa), Marta, Anna y Anna2 (una amiga de la familia).

Lunes. Nos levantamos muy tarde y dedicamos la mañana a limpiar la nevera. Anna J. y Jaume (que viven en S’Agaro) paran un momento a saludar cuando vuelven de la playa con Claudia y Martí. Las últimas veces que nos hemos visto ha sido en condiciones parecidas y prometernos quedar un día para poder hablar con más calma.
Vuelta a casa. Pedimos comida china y, después de disfrutar de un par de capítulos de “Seinfeld”, nos vamos a dormir pronto. Han sido unas buenas – pero cortas- vacaciones.

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 25 de marzo de 2005


Me despierto en S’Agaro. Silencio. Ayer llegamos a última hora sin tiempo para nada. Preparamos el desayuno y lo tomamos en el balcón. Ha llegado la hora de dejar el ocio contemplativo y adentrarse en el mundo del deporte. Camino del club nos encontramos, junto a un contenedor de basura, una vieja nevera de Coca-cola. No nos podemos resistir y el primer ejercicio del día consiste en arrastrar (por etapas) la nevera hasta casa. ¿Funcionará? Decidimos descubrirlo más tarde y volvemos al Club. Peloteamos en la pista de tenis y después llega el momento de jugar un “21” que, naturalmente, pierdo debido a mi poca habilidad desde la línea de tiros libres.
En el camino a casa pasamos por casa de Albert, saludamos a toda la familia y quedamos para cenar. Mientras María José se ducha aprovecho para escribir y leer (he empezado “Vaig creure que el meu pare era Déu” de Paul Auster). Se está muy bien, la sensación de vacaciones es total.

Cuando estás de vacaciones incluso las actividades más habituales se convierten en pequeños placeres. El resto del día se reparte entre estos pequeños placeres y algunas actividades necesarias.
La nota triste del día la pone el próximo cierre de “Utopics”. La tienda era una alternativa gironina a “Fnac” y, como tal, contenía las mismas maravillas que los locales de la cadena francesa. En la que probablemente será nuestra última visita vemos como los libros languidecen en semi vacías estanterías mientras una multitud de familias andan a la caza del videojuego rebajado. Triste final para un local en el que pasamos buenos momentos eligiendo el libro para devorar en un fin de semana. La nota alegre del día se la apunta el sol, que tras sernos esquivo durante todo el día, ha tenido a bien hacer acto de presencia justo antes de retirarse hasta mañana. Ha sido un momento efímero, pero ha sido un gran momento.

Hora de cenar. Primero hay que acostar a las pequeñas (Laura y María) y dar de comer a Nakuru. Preparamos la cena y nos sentamos los seis (Albert, Esther, Marta, Miquel, María José y yo) a la mesa. Es como estar en familia y un poco familia, después de tantos años, si que somos.

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 24 de marzo de 2005


Me levanto gracias al aumento de moral que supone enfrentarse al último día laborable antes de cuatro días de descanso y relax. Preparo el desayuno y despierto a María José que, disfruta ya, de unas merecidas aunque cortas vacaciones.
Las primeras horas de la mañana en compañía de María José son fantásticas. Pero yo tengo cosas que hacer y María José sale en misión de rescate.
Primera parada: Cacao Sampaka. En este palacio de ensueño para todo chocolatero compro una mona (heterodoxa, pero mona al fin y al cabo para Anna, mi ahijada (es tradición en Cataluña que el padrino compre a sus ahijados una “mona”- antiguamente un pastel y una figura de chocolate en la actualidad -).
Estoy frente a la galería que dirige Isa después de abandonar el negocio de la confección de pantalones. Me paso a saludarla y, en la misma calle, visito la galería Jordi Bernadas. Los cuadros de Joan Mateu me gustan aunque algunos me parecen poco sinceros.
Hora de continuar, después del necesario paréntesis amigo-cultural, con mi lista de “tengos que”. No puedo, no obstante, contar nada de las paradas que siguen ya que no quiero dar pistas a nadie sobre su próximo regalo de cumpleaños.
Vuelta a casa, el día lluvioso ha dado paso a un día de sol fantástico para pasear. Es hora de ir a Levi Pants. Por el camino acabo “El último merovingio” un best-seller relleno de leyendas urbanas y teorías conspiratorias variadas y, pese a todo, entretenido.

22 marzo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 22 de marzo de 2005


Se acaba el martes. Estoy delante del ordenador apurando el día y a punto de cerrar un paréntesis que – junto con María José – hemos abierto escapando de la rutina de un día de trabajo. Un paseo hasta los Icaria, una buena película (“Million Dollar Baby”) acompañada de sus correspondientes palomitas (ya criticadas en este mismo diario), la vuelta a casa comentando la película, una cena tempranera... es posible hacer que un martes se convierta en un día de fiesta.

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 20 de marzo de 2005


Con el diario bajo el brazo cogemos un tren hasta Castelldefels. Pep nos ha prometido una paella en su casa y aprovecharemos para dar una vuelta por el pueblo. Hace ya casi 20 años que conozco a Pep y, aunque últimamente nuestros encuentros son menos frecuentes, siempre buscamos un momento para vernos y explicarnos como nos trata la vida, a poder ser, con una cerveza en la mano.
Llegamos a Castelldefels pronto y aprovechamos para pasear por el centro y comprar el postre en una pastelería.
Volvemos a la estación donde Pep nos recoge y nos lleva hasta su casa. Visitamos la casa y hacemos una parada especial para admirar la niña de los ojos de su propietario: una emisora de radio que emite 24 horas al día, 7 días a la semana, música de los años 70, 80 y 90.
Es la hora de ponerse a trabajar. Como tenemos una mano ocupada por la cerveza utilizamos la otra para ayudar con la paella en la barbacoa. Pese a mi pobre aportación la paella queda buena y la comida en el interior – pese a que hace sol, la mesa exterior queda a la sombra de los pinos y hace un poco de frío – es más que agradable.
Empieza a oscurecer cuando volvemos a Barcelona. Queda tiempo para empezar a aceptar que mañana es laborable, se acaba el fin de semana.

20 marzo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 19 de marzo de 2005


Suena el despertador y volverá a hacerlo muchas veces antes de que consiga – tras un esfuerzo heroico – levantarme. Tras desayunar con María José salgo a la calle con la intención de mirar un par de cosas para el regalo de cumpleaños de María José (hoy es su santo y – pese a que no lo celebramos – ya ha tenido su pequeño regalo). Hace sol y pasear por la ciudad es una gozada.
Es casi mediodía cuando, con la misión cumplida, llamo a María José y decidimos improvisar. Quedamos en el “Kikuchan” para comer y, como no estoy demasiado lejos, aprovecho para acercarme al apartado para recoger un par de discos y para sentarme en una terracita al sol para acabar “La tentación de lo imposible” y empezar “El último merovingio” de Jim Hougan (cuando estás acabando un libro siempre debes llevar encima el siguiente para evitar quedarte sin lectura).
María José llega (tras superar indefiniciones de orientación que casi provocan un desencuentro que hubiera sido fatal) y comemos sashimi mientras nos contamos la mañana (yo no puedo contar demasiado sin desvelar mi oculto destino y las razones que me han llevado a él).
Al salir decidimos seguir improvisando y vamos hasta el “Caixaforum”. Primero vemos las nuevas adquisiciones de la Colección de la Fundación “La Caixa”. Impresionantes las obras de Óscar Muñoz, Ernesto Neto, Xavier Veilham y las inquietantes fotos de Gillian Wearing.
Al salir nos encontramos con la exposición “Turner y Venecia”. Había oído hablar mucho de la magia de las acuarelas de Turner pero nunca había tenido la oportunidad de contemplarlas (sólo había visto reproducciones). La exposición – pese al reducido espacio que le han dedicado – vale la pena.
Vuelta a casa donde me esperan los periódicos del día, una larga siesta, un par de capítulos de “Senfield” y el partido Barça – Deportivo que acerca un poco más al Barça a ese título de liga que los últimos años le ha sido esquivo.

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 18 de marzo de 2005


En el viaje de metro que me aleja de la ciudad vecina he dejado el residuo que la semana laboral ha adherido a mi cuerpo, es el momento de empezar a disfrutar de un largo – espero – fin de semana.
Llego al “Panyvino” poco después de las 11. En la mesa redonda que está junto a la gran cristalera me esperan María José, Eli y Cesc. Cenamos (la pizza buenísima como siempre), hablamos mucho y nos contamos historias. Pese a la desconexión que supone una cena con gente a la que quieres no consigo alejarme del todo del mundo laboral: en el restaurante me encuentro con Mireia que era la encargada del almacén de la primera manufacturera de pantalones para la que trabajé y, poco después de salir, cuando vamos en búsqueda de una copa me encuentro con Quim con el que trabajé en la empresa de pantalones que me echo hace poco más de un año. Pese al recuerdo que ambos suponen del mundo laboral me gusta encontrarme con ellos y comentar – aunque sólo sea por un momento – como nos va todo.
Copa en “The Black Horse” (hoy ya libre de la invasión de las tropas irlandesas que ayer lo ocuparon) y vuelta a casa.

18 marzo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 17 de marzo de 2005


El ocioso lee la última entrada de su diario y decide dejarse de boludeces y volver a escribir en primera persona.

Suena la sirena en Levi Pants, se ha acabado la jornada laboral. Vuelvo en metro a Barcelona y me encuentro con Jordi P. en “The Black Horse”, el bar – que celebra “St Patrick’s day” - ha sido tomado hoy por hordas de bárbaros irlandeses y por la cerveza negra. El “If I should fall from grace with god” de “The Pogues” suena sin parar trayendo recuerdos de fiestas lejanas en el recuerdo.
Hablamos, como siempre, de lo mal que está el mundo de la confección de pantalones y arreglamos un mundo que – pese a nuestros esfuerzos – mañana seguirá igual..
Es el momento de hacer un paréntesis para cenar algo en “La Tinaja”. Reconfortados por la abundante comida volvemos al “Black Horse” para sumergirnos de nuevo en una balsa de cerveza negra.
Hora de cerrar, aún hay tiempo de hacer la última y la que sobra en el “Papillón”. Llamamos a la puerta y, poco después, entramos en un local totalmente remodelado desde la última vez que matamos la noche aquí.
A las cuatro, y en un momento de lucidez extraño a estas horas de la noche, decidimos dejarlo para otro día.

17 marzo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 16 de marzo de 2005


Sube la temperatura. El ocioso empieza a disfrutar de tardes de sol dorado en las que callejea sin rumbo fijo. Tardes de paseo en las que un escaparate, un fragmento de conversación captado al azar o un edificio en el que no había reparado antes, captan su atención. El tiempo se alarga al ritmo que el sol marca. Con la llegada de la noche hay que volver a casa. Durante el viaje, el ocioso lee (“La tentación de lo imposible” de Mario Vargas Llosa), o mira por la ventana, o no hace nada.
Ya en el barrio queda tiempo para una última compra apresurada mientras las tiendas empiezan a cerrar. En casa es hora de preparar la cena (o dejarse preparar la cena) y compartir los mejores momentos del día (también los peores) con María José. Aún queda tiempo para unos cuantos capítulos de “Senfield”, el día ha valido la pena.

14 marzo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 13 de marzo de 2005


Sábado. Me levanto pronto y, con María José, salimos con destino a Alella. Desayunamos con los padres de María José y cogemos el coche. Hemos quedado en “La Fosca” con un grupo de amigos para pasar el fin de semana en la playa, parece que el tiempo nos acompañará.
Somos los primeros en llegar. Dejamos los trastos en nuestra habitación del “Hostal la Fosca” (972601071) y bajamos un momento a Palamós. Al volver ya han empezado a llegar los demás (Víctor, Laura, David, Iola y Ona) y salimos a la búsqueda de una más que necesaria cerveza. Por desgracia el resto de locales de la playa están cerrados y tras un agradable paseo volvemos al Hostal y inauguramos el fin de semana con un buen aperitivo. Jordi P. y Emma llegan a la hora de comer y, sin más preámbulos ya que hay hambre, nos sentamos a la mesa con vistas al mar que tenemos reservada. Es el momento de ponernos al día y de contar las últimas anécdotas mientras Ona – pese al ruido que la rodea – duerme en su cochecito.
María José y yo somos los promotores de la siesta (la necesitamos) y nos retiramos a nuestra habitación. Me duermo viendo el mar.
Tras la siesta nos reunimos con los demás (que han hecho todo tipo de actividades mientras nosotros nos entregábamos a Morfeo) y bajamos a Palamós. En “la Selvatana” hacemos una cerveza mientras vemos la primera parte del partido del Barça (2-0) y después cenamos en “La Salsa”(López Puigcerver 22 Palamós Tel 972315456). Pese a la larga siesta estamos cansados, es hora de retirarse.
Domingo. Nos levantamos pronto y cuando bajamos a desayunar nos encontramos con David y Iola. Ona se ha despertado a su hora habitual y ellos ya han bajado a Palamós a por la prensa. El resto del día pasa volando: desayuno frente al mar, paseo, un rato de descanso tumbados al sol en la playa, un aperitivo improvisado frente al mar, paella y fideuá en el Hostal, foto de familia en la playa y – empieza a hacer frío - despedidas y vuelta a Barcelona.
Se acaba el fin de semana. Tengo las pilas cargadas y estoy preparado para afrontar los próximos cinco días.

10 marzo 2005

“Durante el medioevo el trabajo en general no ganó un mayor aprecio. Hay, no obstante, desde la perspectiva cristiana, una inclinación a justificar el trabajo, pero no a verlo como algo valioso por si mismo. Los pensadores cristianos hacían referencia al principio paulino "quien no trabaja no debe comer…", pero entendían que el trabajo era un castigo o, cuando menos un deber”
Santiago García Quintana. Pequeña Historia del Ocio. Buenos Aires 1958


DIARIO DE UN OCIOSO
miércoles, 09 de marzo de 2005


Los días pasan a una velocidad endiablada. En las pausas que el loco ritmo me permite, consigo disfrutar de esos pequeños detalles que añaden brillo a un día gris. Siguiendo el ejemplo de Christopher Boone decido hacer una lista de esos detalles que me hacen la vida mas agradable:

1.La lectura de “La rubia de hormigón” de Michael Connelly. No hay nada
como una buena novela negra para evadirse en los viajes de metro con destino
a la ciudad vecina.
2.Los días se alargan. Ahora, cuando llego a Barcelona después del trabajo, todavía
hay sol. Toda suerte de nuevas actividades empieza a otearse en el horizonte.
3.Una cena de rescate, después de un día especialmente duro, con María José en “El
Foro”. Hablamos sin parar y volvemos a casa pronto.
4.El visionado de capítulos de “Los Soprano” y “Senfield”.
5.Un paseo por el interior del Fnac sin comprar nada pero disfrutando de todas las
maravillas que esa gran cueva de Ali Baba ofrece.
6.Los ratos que María José y yo conseguimos robarle a la rutina para hablar o callar
en compañía.

Estas son algunas de las cosas que han hecho más valiosos los tres últimos días. Seguramente hay más, seguiré buscando.

06 marzo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 06 de marzo de 2005


Haciendo un esfuerzo titánico me levanto muy pronto, preparo el desayuno y despierto a María José que- refunfuñando- consigue salir de la cama. Caminamos hasta “l’Auditori” y nos encontramos con mi padre que tiene un par de entradas para nosotros. Wagner (buen programa, fragmentos de varias óperas). La media de edad del público asusta, el número de bastones, muletas y otros artilugios también.
Volvemos a casa con la idea de encerrarnos y dejar que la tarde del domingo se nos coma poco a poco.
Se acaba otra semana y mañana he de volver a Levi Pants. Cinco días pasan volando.

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 05 de marzo de 2005


Me levanto pronto, desayuno con María José y juntos subimos a la parte alta de la ciudad para ver un piso que no será nuestro nuevo hogar.
Volvemos al centro, paseamos y en la sala Parés vemos un par de exposiciones muy interesantes.
Nos encontramos con Jordi R. y Nuria en el barrio. Jordi me regala la maqueta de su nuevo grupo: “Higgins” y para celebrarlo nos alegramos la mañana con un aperitivo en un bar: cerveza, tortilla de patatas, berberechos, patatas, anchoas, queso y muchas risas.
Una siesta inmensa nos prepara para afrontar la noche.
Hace mucho tiempo que tenemos una cena pendiente con Yoli y Rafa en el “Tramonti 1980” (Diagonal, 501 Tel. 934101535) y por fin ha llegado el día. Todo está muy bueno aunque es un poco caro.
Acabamos la noche en el “antiguo” haciendo un cóctel. Somos, de largo, los mas jóvenes del local pero el ambiente es agradable.
Pese a que están cansados nos acompañan a casa. Seguramente la próxima vez que nos veamos con ellos, Lucas ya habrá nacido.

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 04 de marzo de 2005


Me levanto pronto y, con los ojos todavía en proceso de apertura, desayuno con María José mientras comentamos la larga jornada que nos espera a ambos.
María José se va a trabajar y yo, poco después, salgo con destino a mi penúltima sesión de rehabilitación. A estas alturas mi musculatura tendría que convertirme en el candidato perfecto al título de mister universo... pero la realidad dista mucho de ese supuesto y sigo teniendo problemas para levantar la bombona de butano.
Al salir de rehabilitación me acerco al apartado de correos donde me está esperando un paquete repleto de tesoros: viejos vinilos de colores, singles, epes y elepes que se incorporarán en breve a mi colección.
Un viaje comodísimo en Tombus me devuelve al centro de la ciudad y el canto de las sirenas del Fnac me atrae llevándome, una vez más, a la perdición. El “Cançons de temps de destrals” del siempre grande Xavier Baró se me pega a la mano y mis intentos para salir sin él de la tienda fracasan totalmente.
Paseo por el barrio y paro en el “Caelum” – soy el único cliente- a hacer un café mientras leo “Cherry”. Acabo el libro pero la sensación de frío que me ha acompañado durante su lectura no ha desaparecido al acabarlo.
En casa de nuevo escucho a Xavier Baró y preparo la comida.

(pasan algo más de 8 horas)

La jornada en Levi Pants ha llegado a su fin. Con Xavi, Xose y Gilbert nos acercamos a un bar gallego de la ciudad vecina para cenar algo y arreglar el mundo. Ellos son parroquianos habituales y nada mas entrar por la puerta tenemos cuatro quintos en la mesa (durante la noche no pararán nunca de aparecer en la mesa nuevas botellas que vienen a sustituir a las que ya hemos consumido). Cenamos tapas (buenas y abundantes como corresponde a todo bar gallego) y hablamos de trabajo. En un momento de la noche que no soy capaz de concretar aparece un individuo –que responde al nombre de Miguel y es otro parroquiano habitual- y se incorpora a nuestra animada tertulia.
Robert y Josep son los últimos que, tras acabar el turno de noche en el que trabajan, se incorporan al grupo. Más cervezas, más soluciones insólitas a los problemas de la humanidad y una última cerveza en el “Blue Monk” me dejan en un estado lamentable. Me retiro, ellos siguen.

03 marzo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 03 de marzo de 2005


Levi Pant’s ha vuelto a apoderarse de mi tiempo de ocio. Queda, no obstante, tiempo para algunos descubrimientos notables:

1. El dentífrico “Gum” infantil con sabor tutti fruti (delicioso, un motivo más para afrontar el día con fuerzas).
2. El “Bar-Bodega Bartolí” (c/Vallespir, 41 Tel.933391021) un pequeño restaurante familiar donde hacer un buen menú de cocina casero.
3. El cd de “Rockdelux” de este mes (las mejores canciones nacionales de 2004 según los lectores de rockdelux: Josele Santiago, Siwel, Los Planetas, Australian Blonde, La Granja, Antonia Font, Chucho, La Costa Brava, Astrud...).
4. Un tema incluido en el cd: “Hay un hombre en España” de Astrud (sensacional, he visto la luz y por fin entiendo muchas cosas cuya comprensión me había estado negada hasta ahora).

01 marzo 2005

“Horizontales: 1. Mezcla de cosas heterogéneas, Platero incluido/” (12 letras) Mambrino. Crucigrama. El País 25-02-2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 28 de febrero de 2005


En el cd del ordenador suenan las primeras notas de “Dakota”, el último single de “Stereophonics”. Su brillo me devuelve a la vida activa después de una semana de enfermedad. Atrás quedan montañas de pañuelos de papel usados, muchas medicinas consumidas, los cuidados de María José sin los cuales hubiera sido todavía peor, parte de mi sueldo que la dirección de Levi Pant’s ha decidido que en sus manos está mejor que en las mías, mucha fiebre que ha supuesto un ahorro considerable en calefacción, medio “Cherry” y muchas horas perdidas.
El sábado – cuando ya me creía apartado definitivamente de la vida social – Clara y Roger me hicieron una visita (como a los enfermos de toda la vida) y se quedaron – arriesgando su integridad física y mental- a cenar. Gracias.

La respuesta del crucigrama de Mambrino es: Batiburrillo.

25 febrero 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 25 de febrero de 2005


Martes. Mi madre tiene que visitar – por motivos laborales – la ciudad vecina y nos encontramos a la hora de comer. Hacemos un menú en Can Armengol y nos contamos cosas. Me gusta, tendremos que repetirlo.
Por la noche llega la enfermedad: 39’5º, dolor de cabeza... gripe.
Desde entonces soy un alma en pena sin demasiadas cosas que contar. Para adaptarme a las bajas temperaturas estoy leyendo “Cherry”de Sara Wheeler, una excelente biografía de Apsley Cherry-Garrard, explorador sobreviviente de la expedición de Robert Falcon Scott al Polo Sur y autor de “El peor viaje del mundo”.

22 febrero 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 20 de febrero de 2005

Día de referéndum. Votamos pero nuestro voto no es vinculante y pese a eso, algunos lo hacemos (las extrañas razones que nos llevan a ello no soy capaz de explicarlas). Pese al frío nos acercamos al quiosco para comprar el periódico y al colegio electoral para votar. Volvemos a casa y nos refugiamos en el caldeado comedor.
Por la tarde me encierro en la cocina y preparo la cena de hoy (tapas habituales y cordero al horno). Eva y Alfonso llegan puntuales y, como son muy educados, dicen que todo está bueno. Larga sobremesa pese a que mañana trabajamos.
Contra todo pronóstico el concierto de ayer no ha dejado secuelas en forma de agujetas.

20 febrero 2005

“Yo no me pienso callar ni bajo el agua
hay muchas cosas que decir
se pueden contar con la mirada
también se pueden escupir...”
Cooper. Rabia. Retrovisor. Elefant Records 2004


DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 19 de febrero de 2005


Viernes. La sirena que marca el final de la semana en Levi Pants suena en mis oídos como un canto celestial, soy libre.
Me encuentro con María José en el “Panyvino” (Consolat de mar, 15 Tel. 932687776) y me empiezo a recuperar gracias a la deliciosa cena y a la conversación que me aleja de las miserias que la fabricación de pantalones conlleva. Empieza el fin de semana.

Sábado. Nuestra casa, antaño ejemplo legendario de limpieza y orden, ha sucumbido a los demonios del caos y necesita un apaño. Nos ponemos manos a la obra y conseguimos – entre partida y partida al “Heroes of Might and magic” – devolverle su antiguo esplendor.
Ya es de noche cuando salimos a la calle y vamos hasta la sala Apolo para ver el concierto de “Cooper”. Calientan la sala los gaditanos “Champagne” y lo hacen tan bien que nos compramos su cd pese a la horrible portada que alguien ha decidido plantarle. Pequeña pausa – que aprovecho para reaprovisionarme de cerveza – y suben al escenario Alejandro Diez y los suyos. Su directo sigue siendo uno de los mejores a los que he asistido. Los temas se enlazan uno tras otro en un festival de ritmo que te contagia y no te deja escapar. Suenan temas de su anterior álbum y de “Retrovisor”, el disco que han venido a defender en el concierto de hoy. También Cooper nos regala – como siempre – alguna versión deliciosa (sensacional la de “where i find my heaven” de los “Gigolo Aunts”). No paro de bailar y me prometo – como siempre – no dejar pasar tanto tiempo hasta el próximo concierto.
Volvemos a casa caminando por el “Rabal”. Hace mucho frío.

18 febrero 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 16 de febrero de 2005


De casa al trabajo y del trabajo a casa. Rompo el bucle infernal con una sesión de teatro en compañía de María José, Víctor y Laura. Vemos “Copi i Ocaña al purgatori” y soy – creo que de largo – el que más disfruta tanto con las interpretaciones como con el agridulce texto.
Al salir cruzamos la calle y entramos en el “Viena” para hacer un bocata. Unos guiris, tan sobrados de cervezas como faltos de talento, utilizan el piano que hay en el piso superior del local para ofrecernos un recital al que nos gustaría haber podido renunciar.
Vuelta a casa, hace mucho frío. El pequeño verano que tuvimos la ilusión de vivir este fin de semana se aleja en el recuerdo.

15 febrero 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 14 de febrero de 2005


Salgo de Levi Pants poco antes de que se acabe oficialmente el día y vuelvo a Barcelona. Isaac y Lorena hace poco que se han comprado un piso no lejos del barrio y hoy hacen una inauguración a la que han tenido a bien invitarme. Llego casi el último (tras una parada en la gasolinera para comprar el vino que mi impresentable improvisión no me ha permitido adquirir antes) y me encuentro con la casa llena de gente que, como yo, se dedica a la confección de pantalones. He trabajado con la mayoría y alguno de ellos se cuenta entre mis amigos. Me encuentro con gente a la que aprecio y a la que, circunstancias de la vida, hacía mucho que no veía.
Entre saludo y saludo, entre conversación y conversación, consigo ingerir una cena fragmentaria con los muchos ingredientes que los anfitriones han puesto a mi disposición.
Una vez puestos al día, las conversaciones giran hacia lo mal que está el mundo de los pantalones y hacia impagables anécdotas protagonizadas por los habituales de la ineficacia que se han ido cruzando en nuestras respectivas vidas laborales.
Son las tres cuando alguien lo comenta y me devuelve a la realidad. Me despido de Isaac y Lorena (que por cierto, tienen un piso sensacional) y del resto de la gente. En mi agenda hay un montón de citas sin fecha fija... me gustaría que algún día seamos capaces de ponerles fecha.
El corto camino a casa atraviesa una ciudad desierta y fría.

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 13 de febrero de 2005


la salida del sol desde la habitación lectura privilegiada La Fosca. Palamós
De nuevo en el balcón de nuestra pequeña habitación en “La Fosca”. Escribo un rato mientras María José se ducha. El sol se levanta y empieza a calentar, pronto me sobrará el jersey que me he puesto. La playa está desierta y sólo se oye el rumor de las olas y el canto de los pájaros. La vista también es impresionante. Sólo por este momento ha valido la pena desplazarse hasta aquí.
Bajamos a desayunar en el comedor del hostal, desde la ventana vemos el mar.
Seguimos delante del mar cuando, ya en S’Agaro, paramos en la terraza de “La taverna del mar” para repasar los periódicos de hoy domingo. Esta ilusión de verano nos acompañará y nos dará fuerzas durante los próximos días.
En Alella nos encontramos con Carles y Dolors, comemos un menú en un restaurante y devolvemos el coche a los padres de María José (con el depósito no muy lleno, sin Coca-colas light y sin jamón). “El Tete” tiene que bajar a Barcelona en coche y nos lleva a casa.
El resto del día lo invertimos en vegetaciones caseras de domingo terminal.

13 febrero 2005

EL CURIOSO INCIDENTE DEL PERRO A MEDIANOCHE
MARC HADDON

Christopher Boone tiene 15 años. Le gustan las matemáticas y las ciencias, hacer listas, los gráficos y el color rojo. Es capaz de recitar los números primos hasta el 7507 y odia los colores amarillo y marrón. Christopher, que tiene problemas de relación con las personas y no ha ido solo nunca más allá de la tienda de la esquina, emprenderá una investigación tras el asesinato de Wellington, el perro de su vecina.
“El curioso incidente del perro a medianoche” es un libro delicioso en el que Christopher nos cuenta sus avances detectivescos mientras que, paralelamente a su investigación, descubre que el mundo que le rodea está lleno de contradicciones y no es tal y como el creía. El libro de Marc Haddon es sorprendente, divertido y se lee de un tirón. No se si algún día me volveré a encontrar a Christopher protagonizando algún otro complicado caso, pero me encantaría poder volver a disfrutar de su compañía y de su particular visión del mundo.


DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 12 de febrero de 2005


Suena el despertador inusualmente pronto – hoy es sábado- y María José y yo – ambos con una cara de sueño tamaño familiar – nos levantamos y conseguimos – tras un reparador desayuno – ponernos en marcha.
Cogemos el tren hasta El Masnou. En la estación nos esperan Pepe y Lidu que nos dejan su coche con el depósito lleno, dos latas de Coca-cola light y una más que generosa ración de jamón.
Llegamos a Palamós y nos dirigimos a “la Fosca”. “La Fosca” es una playa que, pese a que está rodeada de construcciones, conserva mucho encanto ya que se salvó de la especulación urbanística salvaje que asoló toda la costa catalana durante los años 70. He reservado habitación en el “Hostal la Fosca” (Passeig de la Fosca, 24 Tel. 972601071). Situado a pie de playa es un hostal sencillo pero limpio y agradable (el hecho de que nuestra habitación tenga un balcón con unas vistas privilegiadas a toda la bahía eliminan cualquier pero que las sencillas instalaciones del hostal puedan sugerir).
Ha llegado el momento de abrir las Coca-colas , preparar el jamón y disfrutar (en nuestra fantástica atalaya) del arrullo del mar, del sol y de las excelentes vistas mientras leemos un rato (estoy leyendo “Pompeya” de Robert Harris). En el “Babelia” encuentro un artículo sobre la retrospectiva de Yves Klein que se acaba de inaugurar en el Guggenheim. Hace unos años tuve la oportunidad de ver otra retrospectiva (en el Reina Sofía) de su obra y me impactó. No se descarta una visita a Bilbao en los próximos meses para ver la exposición y visitar por fin el Museo.
Ahítos de mar y de sol nos acercamos al pueblo, encargamos un par de pasteles (hoy Jordi R. nos ha invitado a cenar en su casa para celebrar su cumpleaños) y volvemos al Hostal para comer. El menú está muy bien y las impresionantes vistas acompañan nuestra comida.
Siesta. Antes de dormirme levanto la cabeza y veo la playa. Al despertarme compruebo con alivio que la playa – desierta – sigue estando allí. Son las seis y empieza a oscurecer. Hora de levantarse.
Pasamos a recoger los pasteles y nos encontramos con “Pez” que va hacia casa de Jordi. Juntos, llegamos a casa de Jordi y Nuria. “Goti” ya ha llegado y la nevera – llena a rebosar de quintos de cerveza- ya ha sufrido los primeros ataques. Es la segunda vez que nos encontramos para celebrar el cumpleaños de Jordi en Palamós, espero que se convierta en tradición. En algún momento de la tarde – entre la tercera y la cuarta cerveza en un cálculo aproximado– aparecen Pep (al que a partir de hoy también conoceremos como “Mimote”) y Carlos y, poco después, la comida ya está lista y podemos empezar a cenar. Jordi vuelve a demostrar que sus habilidades culinarias no paran de crecer y prepara un generoso surtido de fritos y revueltos y – cuando ya no nos cabe nada – un sensacional “estofado de buey al vino de alta graduación”.
La sobremesa se llena de discusiones y conversaciones imposibles (series de televisión, fenómenos paranormales, filosofía de bar – “Goti” es una verdadera eminencia en la materia-, música, ciencia, cine, restaurantes, la salud del “papa”, gastronomía, Jordi Hurtado, fútbol (Nuria ha conseguido – pese a nuestro voluntario aislamiento – saber el resultado del Zaragoza – Barça), religión, anécdotas propias y ajenas...).
Somos los primeros en retirarnos. “La Fosca” hace honor a su nombre y nos acoge con un impresionante cielo estrellado. Demasiada comida y bebida, duermo mal.