20 marzo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 19 de marzo de 2005


Suena el despertador y volverá a hacerlo muchas veces antes de que consiga – tras un esfuerzo heroico – levantarme. Tras desayunar con María José salgo a la calle con la intención de mirar un par de cosas para el regalo de cumpleaños de María José (hoy es su santo y – pese a que no lo celebramos – ya ha tenido su pequeño regalo). Hace sol y pasear por la ciudad es una gozada.
Es casi mediodía cuando, con la misión cumplida, llamo a María José y decidimos improvisar. Quedamos en el “Kikuchan” para comer y, como no estoy demasiado lejos, aprovecho para acercarme al apartado para recoger un par de discos y para sentarme en una terracita al sol para acabar “La tentación de lo imposible” y empezar “El último merovingio” de Jim Hougan (cuando estás acabando un libro siempre debes llevar encima el siguiente para evitar quedarte sin lectura).
María José llega (tras superar indefiniciones de orientación que casi provocan un desencuentro que hubiera sido fatal) y comemos sashimi mientras nos contamos la mañana (yo no puedo contar demasiado sin desvelar mi oculto destino y las razones que me han llevado a él).
Al salir decidimos seguir improvisando y vamos hasta el “Caixaforum”. Primero vemos las nuevas adquisiciones de la Colección de la Fundación “La Caixa”. Impresionantes las obras de Óscar Muñoz, Ernesto Neto, Xavier Veilham y las inquietantes fotos de Gillian Wearing.
Al salir nos encontramos con la exposición “Turner y Venecia”. Había oído hablar mucho de la magia de las acuarelas de Turner pero nunca había tenido la oportunidad de contemplarlas (sólo había visto reproducciones). La exposición – pese al reducido espacio que le han dedicado – vale la pena.
Vuelta a casa donde me esperan los periódicos del día, una larga siesta, un par de capítulos de “Senfield” y el partido Barça – Deportivo que acerca un poco más al Barça a ese título de liga que los últimos años le ha sido esquivo.

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 18 de marzo de 2005


En el viaje de metro que me aleja de la ciudad vecina he dejado el residuo que la semana laboral ha adherido a mi cuerpo, es el momento de empezar a disfrutar de un largo – espero – fin de semana.
Llego al “Panyvino” poco después de las 11. En la mesa redonda que está junto a la gran cristalera me esperan María José, Eli y Cesc. Cenamos (la pizza buenísima como siempre), hablamos mucho y nos contamos historias. Pese a la desconexión que supone una cena con gente a la que quieres no consigo alejarme del todo del mundo laboral: en el restaurante me encuentro con Mireia que era la encargada del almacén de la primera manufacturera de pantalones para la que trabajé y, poco después de salir, cuando vamos en búsqueda de una copa me encuentro con Quim con el que trabajé en la empresa de pantalones que me echo hace poco más de un año. Pese al recuerdo que ambos suponen del mundo laboral me gusta encontrarme con ellos y comentar – aunque sólo sea por un momento – como nos va todo.
Copa en “The Black Horse” (hoy ya libre de la invasión de las tropas irlandesas que ayer lo ocuparon) y vuelta a casa.

18 marzo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 17 de marzo de 2005


El ocioso lee la última entrada de su diario y decide dejarse de boludeces y volver a escribir en primera persona.

Suena la sirena en Levi Pants, se ha acabado la jornada laboral. Vuelvo en metro a Barcelona y me encuentro con Jordi P. en “The Black Horse”, el bar – que celebra “St Patrick’s day” - ha sido tomado hoy por hordas de bárbaros irlandeses y por la cerveza negra. El “If I should fall from grace with god” de “The Pogues” suena sin parar trayendo recuerdos de fiestas lejanas en el recuerdo.
Hablamos, como siempre, de lo mal que está el mundo de la confección de pantalones y arreglamos un mundo que – pese a nuestros esfuerzos – mañana seguirá igual..
Es el momento de hacer un paréntesis para cenar algo en “La Tinaja”. Reconfortados por la abundante comida volvemos al “Black Horse” para sumergirnos de nuevo en una balsa de cerveza negra.
Hora de cerrar, aún hay tiempo de hacer la última y la que sobra en el “Papillón”. Llamamos a la puerta y, poco después, entramos en un local totalmente remodelado desde la última vez que matamos la noche aquí.
A las cuatro, y en un momento de lucidez extraño a estas horas de la noche, decidimos dejarlo para otro día.

17 marzo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 16 de marzo de 2005


Sube la temperatura. El ocioso empieza a disfrutar de tardes de sol dorado en las que callejea sin rumbo fijo. Tardes de paseo en las que un escaparate, un fragmento de conversación captado al azar o un edificio en el que no había reparado antes, captan su atención. El tiempo se alarga al ritmo que el sol marca. Con la llegada de la noche hay que volver a casa. Durante el viaje, el ocioso lee (“La tentación de lo imposible” de Mario Vargas Llosa), o mira por la ventana, o no hace nada.
Ya en el barrio queda tiempo para una última compra apresurada mientras las tiendas empiezan a cerrar. En casa es hora de preparar la cena (o dejarse preparar la cena) y compartir los mejores momentos del día (también los peores) con María José. Aún queda tiempo para unos cuantos capítulos de “Senfield”, el día ha valido la pena.

14 marzo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 13 de marzo de 2005


Sábado. Me levanto pronto y, con María José, salimos con destino a Alella. Desayunamos con los padres de María José y cogemos el coche. Hemos quedado en “La Fosca” con un grupo de amigos para pasar el fin de semana en la playa, parece que el tiempo nos acompañará.
Somos los primeros en llegar. Dejamos los trastos en nuestra habitación del “Hostal la Fosca” (972601071) y bajamos un momento a Palamós. Al volver ya han empezado a llegar los demás (Víctor, Laura, David, Iola y Ona) y salimos a la búsqueda de una más que necesaria cerveza. Por desgracia el resto de locales de la playa están cerrados y tras un agradable paseo volvemos al Hostal y inauguramos el fin de semana con un buen aperitivo. Jordi P. y Emma llegan a la hora de comer y, sin más preámbulos ya que hay hambre, nos sentamos a la mesa con vistas al mar que tenemos reservada. Es el momento de ponernos al día y de contar las últimas anécdotas mientras Ona – pese al ruido que la rodea – duerme en su cochecito.
María José y yo somos los promotores de la siesta (la necesitamos) y nos retiramos a nuestra habitación. Me duermo viendo el mar.
Tras la siesta nos reunimos con los demás (que han hecho todo tipo de actividades mientras nosotros nos entregábamos a Morfeo) y bajamos a Palamós. En “la Selvatana” hacemos una cerveza mientras vemos la primera parte del partido del Barça (2-0) y después cenamos en “La Salsa”(López Puigcerver 22 Palamós Tel 972315456). Pese a la larga siesta estamos cansados, es hora de retirarse.
Domingo. Nos levantamos pronto y cuando bajamos a desayunar nos encontramos con David y Iola. Ona se ha despertado a su hora habitual y ellos ya han bajado a Palamós a por la prensa. El resto del día pasa volando: desayuno frente al mar, paseo, un rato de descanso tumbados al sol en la playa, un aperitivo improvisado frente al mar, paella y fideuá en el Hostal, foto de familia en la playa y – empieza a hacer frío - despedidas y vuelta a Barcelona.
Se acaba el fin de semana. Tengo las pilas cargadas y estoy preparado para afrontar los próximos cinco días.

10 marzo 2005

“Durante el medioevo el trabajo en general no ganó un mayor aprecio. Hay, no obstante, desde la perspectiva cristiana, una inclinación a justificar el trabajo, pero no a verlo como algo valioso por si mismo. Los pensadores cristianos hacían referencia al principio paulino "quien no trabaja no debe comer…", pero entendían que el trabajo era un castigo o, cuando menos un deber”
Santiago García Quintana. Pequeña Historia del Ocio. Buenos Aires 1958


DIARIO DE UN OCIOSO
miércoles, 09 de marzo de 2005


Los días pasan a una velocidad endiablada. En las pausas que el loco ritmo me permite, consigo disfrutar de esos pequeños detalles que añaden brillo a un día gris. Siguiendo el ejemplo de Christopher Boone decido hacer una lista de esos detalles que me hacen la vida mas agradable:

1.La lectura de “La rubia de hormigón” de Michael Connelly. No hay nada
como una buena novela negra para evadirse en los viajes de metro con destino
a la ciudad vecina.
2.Los días se alargan. Ahora, cuando llego a Barcelona después del trabajo, todavía
hay sol. Toda suerte de nuevas actividades empieza a otearse en el horizonte.
3.Una cena de rescate, después de un día especialmente duro, con María José en “El
Foro”. Hablamos sin parar y volvemos a casa pronto.
4.El visionado de capítulos de “Los Soprano” y “Senfield”.
5.Un paseo por el interior del Fnac sin comprar nada pero disfrutando de todas las
maravillas que esa gran cueva de Ali Baba ofrece.
6.Los ratos que María José y yo conseguimos robarle a la rutina para hablar o callar
en compañía.

Estas son algunas de las cosas que han hecho más valiosos los tres últimos días. Seguramente hay más, seguiré buscando.

06 marzo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 06 de marzo de 2005


Haciendo un esfuerzo titánico me levanto muy pronto, preparo el desayuno y despierto a María José que- refunfuñando- consigue salir de la cama. Caminamos hasta “l’Auditori” y nos encontramos con mi padre que tiene un par de entradas para nosotros. Wagner (buen programa, fragmentos de varias óperas). La media de edad del público asusta, el número de bastones, muletas y otros artilugios también.
Volvemos a casa con la idea de encerrarnos y dejar que la tarde del domingo se nos coma poco a poco.
Se acaba otra semana y mañana he de volver a Levi Pants. Cinco días pasan volando.

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 05 de marzo de 2005


Me levanto pronto, desayuno con María José y juntos subimos a la parte alta de la ciudad para ver un piso que no será nuestro nuevo hogar.
Volvemos al centro, paseamos y en la sala Parés vemos un par de exposiciones muy interesantes.
Nos encontramos con Jordi R. y Nuria en el barrio. Jordi me regala la maqueta de su nuevo grupo: “Higgins” y para celebrarlo nos alegramos la mañana con un aperitivo en un bar: cerveza, tortilla de patatas, berberechos, patatas, anchoas, queso y muchas risas.
Una siesta inmensa nos prepara para afrontar la noche.
Hace mucho tiempo que tenemos una cena pendiente con Yoli y Rafa en el “Tramonti 1980” (Diagonal, 501 Tel. 934101535) y por fin ha llegado el día. Todo está muy bueno aunque es un poco caro.
Acabamos la noche en el “antiguo” haciendo un cóctel. Somos, de largo, los mas jóvenes del local pero el ambiente es agradable.
Pese a que están cansados nos acompañan a casa. Seguramente la próxima vez que nos veamos con ellos, Lucas ya habrá nacido.

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 04 de marzo de 2005


Me levanto pronto y, con los ojos todavía en proceso de apertura, desayuno con María José mientras comentamos la larga jornada que nos espera a ambos.
María José se va a trabajar y yo, poco después, salgo con destino a mi penúltima sesión de rehabilitación. A estas alturas mi musculatura tendría que convertirme en el candidato perfecto al título de mister universo... pero la realidad dista mucho de ese supuesto y sigo teniendo problemas para levantar la bombona de butano.
Al salir de rehabilitación me acerco al apartado de correos donde me está esperando un paquete repleto de tesoros: viejos vinilos de colores, singles, epes y elepes que se incorporarán en breve a mi colección.
Un viaje comodísimo en Tombus me devuelve al centro de la ciudad y el canto de las sirenas del Fnac me atrae llevándome, una vez más, a la perdición. El “Cançons de temps de destrals” del siempre grande Xavier Baró se me pega a la mano y mis intentos para salir sin él de la tienda fracasan totalmente.
Paseo por el barrio y paro en el “Caelum” – soy el único cliente- a hacer un café mientras leo “Cherry”. Acabo el libro pero la sensación de frío que me ha acompañado durante su lectura no ha desaparecido al acabarlo.
En casa de nuevo escucho a Xavier Baró y preparo la comida.

(pasan algo más de 8 horas)

La jornada en Levi Pants ha llegado a su fin. Con Xavi, Xose y Gilbert nos acercamos a un bar gallego de la ciudad vecina para cenar algo y arreglar el mundo. Ellos son parroquianos habituales y nada mas entrar por la puerta tenemos cuatro quintos en la mesa (durante la noche no pararán nunca de aparecer en la mesa nuevas botellas que vienen a sustituir a las que ya hemos consumido). Cenamos tapas (buenas y abundantes como corresponde a todo bar gallego) y hablamos de trabajo. En un momento de la noche que no soy capaz de concretar aparece un individuo –que responde al nombre de Miguel y es otro parroquiano habitual- y se incorpora a nuestra animada tertulia.
Robert y Josep son los últimos que, tras acabar el turno de noche en el que trabajan, se incorporan al grupo. Más cervezas, más soluciones insólitas a los problemas de la humanidad y una última cerveza en el “Blue Monk” me dejan en un estado lamentable. Me retiro, ellos siguen.

03 marzo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 03 de marzo de 2005


Levi Pant’s ha vuelto a apoderarse de mi tiempo de ocio. Queda, no obstante, tiempo para algunos descubrimientos notables:

1. El dentífrico “Gum” infantil con sabor tutti fruti (delicioso, un motivo más para afrontar el día con fuerzas).
2. El “Bar-Bodega Bartolí” (c/Vallespir, 41 Tel.933391021) un pequeño restaurante familiar donde hacer un buen menú de cocina casero.
3. El cd de “Rockdelux” de este mes (las mejores canciones nacionales de 2004 según los lectores de rockdelux: Josele Santiago, Siwel, Los Planetas, Australian Blonde, La Granja, Antonia Font, Chucho, La Costa Brava, Astrud...).
4. Un tema incluido en el cd: “Hay un hombre en España” de Astrud (sensacional, he visto la luz y por fin entiendo muchas cosas cuya comprensión me había estado negada hasta ahora).

01 marzo 2005

“Horizontales: 1. Mezcla de cosas heterogéneas, Platero incluido/” (12 letras) Mambrino. Crucigrama. El País 25-02-2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 28 de febrero de 2005


En el cd del ordenador suenan las primeras notas de “Dakota”, el último single de “Stereophonics”. Su brillo me devuelve a la vida activa después de una semana de enfermedad. Atrás quedan montañas de pañuelos de papel usados, muchas medicinas consumidas, los cuidados de María José sin los cuales hubiera sido todavía peor, parte de mi sueldo que la dirección de Levi Pant’s ha decidido que en sus manos está mejor que en las mías, mucha fiebre que ha supuesto un ahorro considerable en calefacción, medio “Cherry” y muchas horas perdidas.
El sábado – cuando ya me creía apartado definitivamente de la vida social – Clara y Roger me hicieron una visita (como a los enfermos de toda la vida) y se quedaron – arriesgando su integridad física y mental- a cenar. Gracias.

La respuesta del crucigrama de Mambrino es: Batiburrillo.

25 febrero 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 25 de febrero de 2005


Martes. Mi madre tiene que visitar – por motivos laborales – la ciudad vecina y nos encontramos a la hora de comer. Hacemos un menú en Can Armengol y nos contamos cosas. Me gusta, tendremos que repetirlo.
Por la noche llega la enfermedad: 39’5º, dolor de cabeza... gripe.
Desde entonces soy un alma en pena sin demasiadas cosas que contar. Para adaptarme a las bajas temperaturas estoy leyendo “Cherry”de Sara Wheeler, una excelente biografía de Apsley Cherry-Garrard, explorador sobreviviente de la expedición de Robert Falcon Scott al Polo Sur y autor de “El peor viaje del mundo”.

22 febrero 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 20 de febrero de 2005

Día de referéndum. Votamos pero nuestro voto no es vinculante y pese a eso, algunos lo hacemos (las extrañas razones que nos llevan a ello no soy capaz de explicarlas). Pese al frío nos acercamos al quiosco para comprar el periódico y al colegio electoral para votar. Volvemos a casa y nos refugiamos en el caldeado comedor.
Por la tarde me encierro en la cocina y preparo la cena de hoy (tapas habituales y cordero al horno). Eva y Alfonso llegan puntuales y, como son muy educados, dicen que todo está bueno. Larga sobremesa pese a que mañana trabajamos.
Contra todo pronóstico el concierto de ayer no ha dejado secuelas en forma de agujetas.

20 febrero 2005

“Yo no me pienso callar ni bajo el agua
hay muchas cosas que decir
se pueden contar con la mirada
también se pueden escupir...”
Cooper. Rabia. Retrovisor. Elefant Records 2004


DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 19 de febrero de 2005


Viernes. La sirena que marca el final de la semana en Levi Pants suena en mis oídos como un canto celestial, soy libre.
Me encuentro con María José en el “Panyvino” (Consolat de mar, 15 Tel. 932687776) y me empiezo a recuperar gracias a la deliciosa cena y a la conversación que me aleja de las miserias que la fabricación de pantalones conlleva. Empieza el fin de semana.

Sábado. Nuestra casa, antaño ejemplo legendario de limpieza y orden, ha sucumbido a los demonios del caos y necesita un apaño. Nos ponemos manos a la obra y conseguimos – entre partida y partida al “Heroes of Might and magic” – devolverle su antiguo esplendor.
Ya es de noche cuando salimos a la calle y vamos hasta la sala Apolo para ver el concierto de “Cooper”. Calientan la sala los gaditanos “Champagne” y lo hacen tan bien que nos compramos su cd pese a la horrible portada que alguien ha decidido plantarle. Pequeña pausa – que aprovecho para reaprovisionarme de cerveza – y suben al escenario Alejandro Diez y los suyos. Su directo sigue siendo uno de los mejores a los que he asistido. Los temas se enlazan uno tras otro en un festival de ritmo que te contagia y no te deja escapar. Suenan temas de su anterior álbum y de “Retrovisor”, el disco que han venido a defender en el concierto de hoy. También Cooper nos regala – como siempre – alguna versión deliciosa (sensacional la de “where i find my heaven” de los “Gigolo Aunts”). No paro de bailar y me prometo – como siempre – no dejar pasar tanto tiempo hasta el próximo concierto.
Volvemos a casa caminando por el “Rabal”. Hace mucho frío.

18 febrero 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 16 de febrero de 2005


De casa al trabajo y del trabajo a casa. Rompo el bucle infernal con una sesión de teatro en compañía de María José, Víctor y Laura. Vemos “Copi i Ocaña al purgatori” y soy – creo que de largo – el que más disfruta tanto con las interpretaciones como con el agridulce texto.
Al salir cruzamos la calle y entramos en el “Viena” para hacer un bocata. Unos guiris, tan sobrados de cervezas como faltos de talento, utilizan el piano que hay en el piso superior del local para ofrecernos un recital al que nos gustaría haber podido renunciar.
Vuelta a casa, hace mucho frío. El pequeño verano que tuvimos la ilusión de vivir este fin de semana se aleja en el recuerdo.

15 febrero 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 14 de febrero de 2005


Salgo de Levi Pants poco antes de que se acabe oficialmente el día y vuelvo a Barcelona. Isaac y Lorena hace poco que se han comprado un piso no lejos del barrio y hoy hacen una inauguración a la que han tenido a bien invitarme. Llego casi el último (tras una parada en la gasolinera para comprar el vino que mi impresentable improvisión no me ha permitido adquirir antes) y me encuentro con la casa llena de gente que, como yo, se dedica a la confección de pantalones. He trabajado con la mayoría y alguno de ellos se cuenta entre mis amigos. Me encuentro con gente a la que aprecio y a la que, circunstancias de la vida, hacía mucho que no veía.
Entre saludo y saludo, entre conversación y conversación, consigo ingerir una cena fragmentaria con los muchos ingredientes que los anfitriones han puesto a mi disposición.
Una vez puestos al día, las conversaciones giran hacia lo mal que está el mundo de los pantalones y hacia impagables anécdotas protagonizadas por los habituales de la ineficacia que se han ido cruzando en nuestras respectivas vidas laborales.
Son las tres cuando alguien lo comenta y me devuelve a la realidad. Me despido de Isaac y Lorena (que por cierto, tienen un piso sensacional) y del resto de la gente. En mi agenda hay un montón de citas sin fecha fija... me gustaría que algún día seamos capaces de ponerles fecha.
El corto camino a casa atraviesa una ciudad desierta y fría.

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 13 de febrero de 2005


la salida del sol desde la habitación lectura privilegiada La Fosca. Palamós
De nuevo en el balcón de nuestra pequeña habitación en “La Fosca”. Escribo un rato mientras María José se ducha. El sol se levanta y empieza a calentar, pronto me sobrará el jersey que me he puesto. La playa está desierta y sólo se oye el rumor de las olas y el canto de los pájaros. La vista también es impresionante. Sólo por este momento ha valido la pena desplazarse hasta aquí.
Bajamos a desayunar en el comedor del hostal, desde la ventana vemos el mar.
Seguimos delante del mar cuando, ya en S’Agaro, paramos en la terraza de “La taverna del mar” para repasar los periódicos de hoy domingo. Esta ilusión de verano nos acompañará y nos dará fuerzas durante los próximos días.
En Alella nos encontramos con Carles y Dolors, comemos un menú en un restaurante y devolvemos el coche a los padres de María José (con el depósito no muy lleno, sin Coca-colas light y sin jamón). “El Tete” tiene que bajar a Barcelona en coche y nos lleva a casa.
El resto del día lo invertimos en vegetaciones caseras de domingo terminal.

13 febrero 2005

EL CURIOSO INCIDENTE DEL PERRO A MEDIANOCHE
MARC HADDON

Christopher Boone tiene 15 años. Le gustan las matemáticas y las ciencias, hacer listas, los gráficos y el color rojo. Es capaz de recitar los números primos hasta el 7507 y odia los colores amarillo y marrón. Christopher, que tiene problemas de relación con las personas y no ha ido solo nunca más allá de la tienda de la esquina, emprenderá una investigación tras el asesinato de Wellington, el perro de su vecina.
“El curioso incidente del perro a medianoche” es un libro delicioso en el que Christopher nos cuenta sus avances detectivescos mientras que, paralelamente a su investigación, descubre que el mundo que le rodea está lleno de contradicciones y no es tal y como el creía. El libro de Marc Haddon es sorprendente, divertido y se lee de un tirón. No se si algún día me volveré a encontrar a Christopher protagonizando algún otro complicado caso, pero me encantaría poder volver a disfrutar de su compañía y de su particular visión del mundo.


DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 12 de febrero de 2005


Suena el despertador inusualmente pronto – hoy es sábado- y María José y yo – ambos con una cara de sueño tamaño familiar – nos levantamos y conseguimos – tras un reparador desayuno – ponernos en marcha.
Cogemos el tren hasta El Masnou. En la estación nos esperan Pepe y Lidu que nos dejan su coche con el depósito lleno, dos latas de Coca-cola light y una más que generosa ración de jamón.
Llegamos a Palamós y nos dirigimos a “la Fosca”. “La Fosca” es una playa que, pese a que está rodeada de construcciones, conserva mucho encanto ya que se salvó de la especulación urbanística salvaje que asoló toda la costa catalana durante los años 70. He reservado habitación en el “Hostal la Fosca” (Passeig de la Fosca, 24 Tel. 972601071). Situado a pie de playa es un hostal sencillo pero limpio y agradable (el hecho de que nuestra habitación tenga un balcón con unas vistas privilegiadas a toda la bahía eliminan cualquier pero que las sencillas instalaciones del hostal puedan sugerir).
Ha llegado el momento de abrir las Coca-colas , preparar el jamón y disfrutar (en nuestra fantástica atalaya) del arrullo del mar, del sol y de las excelentes vistas mientras leemos un rato (estoy leyendo “Pompeya” de Robert Harris). En el “Babelia” encuentro un artículo sobre la retrospectiva de Yves Klein que se acaba de inaugurar en el Guggenheim. Hace unos años tuve la oportunidad de ver otra retrospectiva (en el Reina Sofía) de su obra y me impactó. No se descarta una visita a Bilbao en los próximos meses para ver la exposición y visitar por fin el Museo.
Ahítos de mar y de sol nos acercamos al pueblo, encargamos un par de pasteles (hoy Jordi R. nos ha invitado a cenar en su casa para celebrar su cumpleaños) y volvemos al Hostal para comer. El menú está muy bien y las impresionantes vistas acompañan nuestra comida.
Siesta. Antes de dormirme levanto la cabeza y veo la playa. Al despertarme compruebo con alivio que la playa – desierta – sigue estando allí. Son las seis y empieza a oscurecer. Hora de levantarse.
Pasamos a recoger los pasteles y nos encontramos con “Pez” que va hacia casa de Jordi. Juntos, llegamos a casa de Jordi y Nuria. “Goti” ya ha llegado y la nevera – llena a rebosar de quintos de cerveza- ya ha sufrido los primeros ataques. Es la segunda vez que nos encontramos para celebrar el cumpleaños de Jordi en Palamós, espero que se convierta en tradición. En algún momento de la tarde – entre la tercera y la cuarta cerveza en un cálculo aproximado– aparecen Pep (al que a partir de hoy también conoceremos como “Mimote”) y Carlos y, poco después, la comida ya está lista y podemos empezar a cenar. Jordi vuelve a demostrar que sus habilidades culinarias no paran de crecer y prepara un generoso surtido de fritos y revueltos y – cuando ya no nos cabe nada – un sensacional “estofado de buey al vino de alta graduación”.
La sobremesa se llena de discusiones y conversaciones imposibles (series de televisión, fenómenos paranormales, filosofía de bar – “Goti” es una verdadera eminencia en la materia-, música, ciencia, cine, restaurantes, la salud del “papa”, gastronomía, Jordi Hurtado, fútbol (Nuria ha conseguido – pese a nuestro voluntario aislamiento – saber el resultado del Zaragoza – Barça), religión, anécdotas propias y ajenas...).
Somos los primeros en retirarnos. “La Fosca” hace honor a su nombre y nos acoge con un impresionante cielo estrellado. Demasiada comida y bebida, duermo mal.

10 febrero 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 10 de febrero de 2005


Ayer, tras más de un mes de lectura fraccionada, acabé “Las hermanas Zinn”. Pese a que no la he leído de un tirón (sus 970 páginas no facilitan la tarea), me ha encantado.
Me levanto pronto y, tras desayunar con María José, me voy a rehabilitación. Salgo pronto y tengo por delante muchas horas antes de que el señor Levy vuelva a ser el amo de mi tiempo.
Me paro en un bar y me siento en una mesa, junto a la ventana, iluminada por el sol. Empiezo a leer “el curioso incidente del perro a medianoche” de Mark Haddon. Mi nuevo héroe literario se llama Christopher Boone, tiene 15 años y es capaz de recitar los números primos hasta el 7507. Devoro, de un tirón, la mitad del libro.
El resto de la mañana lo ocupo en visitas a tiendas de cómics y – ya en casa- frente al ordenador.

LAS HERMANAS ZINN
Joyce Carol Oates

La historia de una familia, los grandes inventos de finales del XIX, un rapto desde un globo, un buhonero yanqui que morirá embreado y emplumado, la vida social de Filadelfia, un homenaje hecho con humor y respeto a Louisa May Alcott y a su “Mujercitas”, la búsqueda del movimiento perpetuo, el salvaje oeste, los libros de etiqueta, Mark Twain, la silla eléctrica, los viajes en el tiempo, el “star system” teatral, raptos, muertes, nacimientos, historias de amor, leyendas, el mundo de los espíritus...
La riqueza de “Las hermanas Zinn” está en todo lo que cuenta y en como lo cuenta su autora. Joyce Carol Oates consigue, con fina ironía, un rico retrato de las últimas décadas del XIX . Unas décadas marcadas por el cambio, por el enfrentamiento entre el progreso y la confianza en la tradición, por el despegue de una nación marcada por el destino para liberar el mundo.
De nuevo me ha sorprendido la capacidad que tiene la autora americana para cambiar de registro, para adaptarse a distintas maneras de escribir. Un libro fantástico para disfrutar con tiempo.

07 febrero 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 06 de febrero de 2005


Restaurante nuevo en el barrio. Se llama “Cheese me” y está especializado en quesos (tanto en tabla como en platos elaborados). Para unos queseros como nosotros la tentación es muy grande y, después de una mañana de sábado dominada por la pereza, nos decidimos a probarlo. El local es bonito y la carta presenta platos atractivos. Nos decidimos por los platos elaborados con queso y dejamos la tabla para otra ocasión. Los platos son, siendo generosos con el calificativo, tapitas (muy ricas pero decepcionantemente esmirriadas). Salimos con hambre y, pese a que todo estaba muy bueno, el local no nos ha ofrecido argumentos que nos inviten a volver.
Por la noche nos encontramos con Jordi P., Emma, David, Iola, Víctor, Pablo y Laura en el “Xativa”. Hemos quedado para encontrarnos con Pablo que trabaja en Tailandia y está pasando unos días aquí. Por sorpresa aparece Ramón (también exiliado pero en los USA) y el reencuentro es todavía mejor. Vuelven las tremendas discusiones de antaño (no importa el tema y en ellas siempre estoy implicado directamente) y, una vez hemos arreglado el mundo, seguimos con una larga sobremesa y con un par de copas en un pub inglés al que soy incapaz de poner nombre y, mucho menos, de ubicar en el mapa. Durante la noche hay un intento de partida al mentiroso. Jugamos todos menos Pablo que sigue con su histórica política de “ yo no juego a nada”.

Domingo. Día de recuperación y de pijama hasta la noche.
A las 10 me encuentro en “The Black Horse” con Jordi P. y Ramón. Vemos el partido del Barça (perdemos) y después cenamos en “La chacha”. Hoy es la Superbowl y, desde hace muchos años, Jordi y yo quedamos para verla. Este año se ha apuntado Ramón que, durante su estancia en los USA se ha aficionado al fútbol americano. Durante el partido aparecen Pablo y David, se toman una cerveza y, tras lanzar desprecios absolutos por el aburrido deporte que estamos viendo, se retiran.
Un buen motivo para ver la final de este año es que los “Eagles” se han clasificado –por primera vez desde que sigo el campeonato – para la final. Siempre he sido seguidor de los Eagles pese a sus decepcionantes temporadas y me gusta que este año haya sido distinto.
El partido no resulta demasiado divertido y además los “Patriots” ganan el partido. Pese a todo ha estado bien y el año que viene intentaremos repetir – espero que los “Eagles” vuelvan a tener su oportunidad.
Son las 4:30. Mañana – de hecho hoy -madrugo.

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 06 de febrero de 2005


Restaurante nuevo en el barrio. Se llama “Cheese me” y está especializado en quesos (tanto en tabla como en platos elaborados). Para unos queseros como nosotros la tentación es muy grande y, después de una mañana de sábado dominada por la pereza, nos decidimos a probarlo. El local es bonito y la carta presenta platos atractivos. Nos decidimos por los platos elaborados con queso y dejamos la tabla para otra ocasión. Los platos son, siendo generosos con el calificativo, tapitas (muy ricas pero decepcionantemente esmirriadas). Salimos con hambre y, pese a que todo estaba muy bueno, el local no nos ha ofrecido argumentos que nos inviten a volver.
Por la noche nos encontramos con Jordi P., Emma, David, Iola, Víctor, Pablo y Laura en el “Xativa”. Hemos quedado para encontrarnos con Pablo que trabaja en Tailandia y está pasando unos días aquí. Por sorpresa aparece Ramón (también exiliado pero en los USA) y el reencuentro es todavía mejor. Vuelven las tremendas discusiones de antaño (no importa el tema y en ellas siempre estoy implicado directamente) y, una vez hemos arreglado el mundo, seguimos con una larga sobremesa y con un par de copas en un pub inglés al que soy incapaz de poner nombre y, mucho menos, de ubicar en el mapa. Durante la noche hay un intento de partida al mentiroso. Jugamos todos menos Pablo que sigue con su histórica política de “ yo no juego a nada”.

Domingo. Día de recuperación y de pijama hasta la noche.
A las 10 me encuentro en “The Black Horse” con Jordi P. y Ramón. Vemos el partido del Barça (perdemos) y después cenamos en “La chacha”. Hoy es la Superbowl y, desde hace muchos años, Jordi y yo quedamos para verla. Este año se ha apuntado Ramón que, durante su estancia en los USA se ha aficionado al fútbol americano. Durante el partido aparecen Pablo y David, se toman una cerveza y, tras lanzar desprecios absolutos por el aburrido deporte que estamos viendo, se retiran.
Un buen motivo para ver la final de este año es que los “Eagles” se han clasificado –por primera vez desde que sigo el campeonato – para la final. Siempre he sido seguidor de los Eagles pese a sus decepcionantes temporadas y me gusta que este año haya sido distinto.
El partido no resulta demasiado divertido y además los “Patriots” ganan el partido. Pese a todo ha estado bien y el año que viene intentaremos repetir – espero que los “Eagles” vuelvan a tener su oportunidad.
Son las 4:30. Mañana – de hecho hoy -madrugo.

05 febrero 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 04 de febrero de 2005


Me levanto pronto, desayuno con María José y voy a rehabilitarme. Al salir – aún es muy temprano – me dedico a pasear sin prisas, a leerme El País de cabo a rabo en un bar, a aprovisionarme de revistas (“Rock de Lux”, “Cuines” y una de informática) y a disfrutar de la mañana libre que mi extraño horario laboral me ha regalado.
De vuelta en casa escucho el fantástico cd con lo mejor del sello discográfico francés “Fargo” que regala el “Rock de Lux” de este mes. Descubro bandas y tipos impresionantes a los que intentaré seguir la pista (Clem Snide, Andrew Bird and the mysterious production of eggs, Ben Weaver, White Hassle – su “Let it be me” es un temazo-... ).

Por la noche cena en casa de Lluís, celebramos su cumpleaños con una impresionante cena mexicana. En la mesa somos 11 pasándonos sin parar platos buenísimos y botellas de picante. Anécdotas pasadas y recientes nos hacen reír mientras damos buena cuenta de la botella de tequila añejo que dejamos a medias en casa de Carmen y Juan. Nos despedimos diciendo que lo repetiremos en breve.

02 febrero 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 1 de febrero de 2005


Siempre he pensado que yo era un tío “fuertote”. Pero la cruda realidad – constatada por mi traumatólogo habitual - es que tengo menos musculatura que “Hello Kitty”. Para solucionar el problema tengo que ir – como si fuera un delincuente habitual – a sesiones de rehabilitación.
La primera sesión resulta una inmersión en un mundo nuevo lleno de sorpresas. Tras un montón de tramites burocráticos que ponen a prueba los nervios más templados, llego a una sala donde hay unos cuantos pacientes realizando todo tipo de actividades extrañas. El aspecto de la sala y los movimientos repetitivos de los pacientes me fascinan y me recuerdan escenas de “Alguien voló sobre el nido del cuco”.
En primer plano, un hombre que sube una gran pelota de colores con sus pies le añade a la escena un toque circense que no me tranquiliza en absoluto. La señora que se golpea el antebrazo de manera repetida contra una espaldera me hace temer lo peor.
Aparece el monitor (no parece agresivo) y me enseña los ejercicios que tengo que hacer para ponerme como Schwarzenegger. Pienso que jamás volveré a salir de aquí pero, cuando acabo los ejercicios (no tan duros como era de esperar), salgo en libertad.

El resto de mis días está marcado por los extraños horarios a los que la dirección delegada de Levi Pants me está sometiendo. El ocio volverá pronto. O eso espero.

31 enero 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 30 de enero de 2005


Me levanto – el primer sorprendido soy yo – pronto y despejado. Tengo un montón de “Cultura/s” y “Babelias” pendientes y – aprovechando el silencio de la mañana del domingo – me dedico a repasarlos a la búsqueda de nuevas maravillas con las que iluminar mis futuras horas de ocio.
Ya con María José salimos a dar una vuelta y acabamos en los Icaria. Vemos“Ocean’s 12” que no me gusta demasiado (le falla el ritmo y la historia es floja).
Vuelta a casa. El resto del domingo pasa lentamente con la amenaza del lunes en el horizonte.

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 29 de enero de 2005


Nos levantamos pronto y, después del desayuno, nos dedicamos a todo tipo de actividades de ocio casero. Son casi las dos cuando conseguimos salir de casa para dar una vuelta por el barrio. Después de un largo paseo – y dado el paupérrimo estado en el que se encuentra nuestra nevera - acabamos comiendo en Hugo (Rec Comtal, 6 Tel. 933100817). Vuelta a casa y siesta.
Por la noche quedamos con Mónica y José María en el “Panyvino” (Consolat de Mar, 15 Tel. 932687776) que se ha convertido en una extensión de nuestro comedor. Cenamos – como siempre- muy bien y alargamos la sobremesa. Copas en el Ginger (Lledo, 2 Tel.933105309). La música y el ambiente es genial y, cuando creo que estoy preparado para una segunda copa, aparece la cuenta y nos dicen que – son más de las tres- van a cerrar. Nos han dejado a medias... continuaremos otro día.

28 enero 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 27 de enero de 2005


Hércules tuvo que afrontar doce trabajos. Matusalén, hijo de Enoc, vivió 969 años. Astérix se enfrentó a doce pruebas. La mano de Dios le marcó un gol a Inglaterra. A estos hechos prodigiosos – todos ellos en el terreno incierto que media entre el mito y la realidad – se les añade, desde el día de hoy, la visita que he hecho al Fnac ¡Sin comprar nada!
He paseado entre sus estanterías repletas de tentaciones, he acariciado los lomos de los libros, he atesorado discos que después he vuelto ha dejar en sus estantes, he visto, he olido, he tocado, he oído y no he probado porque el guardia de seguridad me miraba con suspicacia. He estado cerca del cielo y he renunciado a él. He añadido mi nombre a la lista de héroes míticos. Soy un valiente.

27 enero 2005

“El ‘otium’ romano era el tiempo dedicado a los asuntos no relacionados con el negocio (neg-otium). Esto lo convertía en patrimonio exclusivo de ciertas clases. El ocio era un privilegio de los socialmente más favorecidos”
Santiago García Quintana. Pequeña Historia del Ocio. Buenos Aires. 1958

“Los romanos consideraban el ‘otium’ (tiempo no dedicado a asuntos comerciales o políticos según las diversas castas y clases) como una categoría temporal y política, destinada al uso social y privado de unos pocos privilegiados, y que para convertirse en algo positivo o negativo tenía que acompañarse de un adjetivo.”
Glòria Soler. En busca de la ociosidad. Cultura/s de La Vanguardia 123


DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 26 de enero de 2005


Vuelvo a encontrar un oasis en el centro de la semana. Me levanto pronto, desayuno con María José y paso las primeras horas del día en su compañía. El trabajo pende sobre nuestras cabezas como una espada amenazante. Sabemos que, en unas horas, seremos suyos. Pero ahora el tiempo es nuestro y lo aprovechamos alargando cada minuto como si de unas vacaciones se tratara.
Hace sol y, pese al frío, en la calle se está bien. Paseamos, arreglamos un par de temas pendientes y, en una tienda nueva del barrio, intento encontrar – sin éxito – algo de ropa.
A mediodía llega la realidad. María José se va a trabajar y yo le sigo poco después.
Entro en la zona oscura, entro en el ‘neg-otium’.

25 enero 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 25 de enero de 2005


Me levanto inusualmente pronto y no desayuno con María José (hoy tengo que hacerme un análisis de sangre y tengo que estar en ayunas). Hace frío, mucho frío (y se hace difícil pensar que hace sólo dos días estaba en la playa disfrutando del sol).
María José – que tiene que ir a trabajar – me acompaña en la moto. Cruzamos la ciudad – vacía todavía a estas horas – bajo la amenaza inmisericorde de un frío polar que me impide pensar con claridad.
Los caóticos horarios a los que Levi Pants me somete me han dejado la mañana libre, aprovecharé para hacer gestiones y para leer (sigo con “Las hermanas Zinn” que pese a que me está gustando mucho, es un libro para las vacaciones cuando el tiempo de lectura es mayor y más continuado).

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 23 de enero de 2005


Ilusionados con el día de sol decidimos, después de desayunar copiosamente, bajar caminando hasta el club para entregarnos a la holganza absoluta bañados por los cálidos rayos del sol. Inauguramos, con este poco solemne acto, la temporada playera 2005 y, en un exceso de confianza, nos quitamos la ropa ilusionados por la sensación de verano que nos rodea. Pero la realidad nos confirma que nuestras esperanzas son vanas y que el invierno – con sus rigurosas temperaturas – sigue instalado en nuestro barrio (y según informan, con una sonrisa no disimulada los hombres del tiempo, la cosa todavía empeorará los próximos días). De nuevo púdicamente cubiertos, nos entregamos a la lectura del periódico dominical – que cada día pesa más – y a la relajante visión del mar. No ha llegado el verano pero esto se le acerca bastante.
Vuelta a casa y tarde de domingo con todos aquellos “extras” que se le suponen: siestas, visionado de series, una buena película, actividades ociosas...

23 enero 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 22 de enero de 2005


Viernes. Salgo de Levi Pants mas tarde de lo previsto pero de buen humor (no hay nada como dejar las penas atrás para recuperar la alegría). Con María José recupero fuerzas en una cena tempranera en “La Sucursal”. Somos los primeros en llegar y cenamos con tranquilidad. Al salir el local ya se ha llenado y hay un poco de ruido pero nosotros hemos estado muy bien. Volvemos paseando a casa y descansamos, la semana ha sido muy dura.

Sábado. Nos levantamos pronto y, después de desayunar, cogemos la moto y vamos a ver un ático en la otra punta de la ciudad. El ático está muy bien (incluso, dentro de lo que cabe, de precio) pero no acaba de cumplir nuestras expectativas, seguiremos con nuestra búsqueda.
En “La esquinica” hacemos una tapa de morro y una “guays” mientras leemos el periódico. El ambiente en el bar, como siempre, es sensacional.
Comida en casa de David y Helena. Calçots y paella, no se puede pedir más.
Después de una larga sobremesa nos acercamos a casa de Montse que prepara palomitas (buenísimas). María José y yo jugamos con Nala lo que hace que nuestras ganas de tener perro aumenten mucho.
Vuelta a casa, lo hemos pasado muy bien pero estamos muy cansados, la vida social puede ser agotadora.

21 enero 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 20 de enero de 2005


Pese a que mi vida suele transcurrir con tranquilidad – no exenta de cierta inconsciencia – hay ciertas contradicciones que me producen desazón.
Una de esas contradicciones se produce cuando me pongo a escribir este diario y lo que tengo que contar es una paradoja del título genérico bajo el que se va a englobar. Esto ocurre con frecuencia, con demasiada frecuencia. Me encuentro, una vez más, perdido en el oscuro mundo del “No-ocio”. Un yermo en el que nada florece, un mundo de tinieblas en el que nada brilla, un rincón tenebroso en el que no suelen haber historias alegres que contar.
Atrapado entre unos horarios desquiciantes (diseñados sin duda por un fanático de la teoría del caos) y las múltiples normas burocráticas que nos vemos obligados a seguir (dignas del peor estado soviético) me he convertido en un hábil artesano de los puzzles del tiempo. He hecho encajes de bolillo para poder llegar a todo lo que tenía que hacer y ha quedado poco tiempo para disfrutar.
Los desayunos y las noches con María José, un poco de lectura y el visionado de Friends (se acabo la quinta temporada, se aceptan préstamos y/o donaciones de la sexta) se han convertido en los únicos momentos brillantes de los últimos días. Por suerte se acerca el fin de semana.

18 enero 2005

“El futuro no es nada halagüeño. Asistimos, y es una tendencia que va a más, a una progresiva comercialización del ocio. Dos conceptos que no tienen nada que ver – ocio y consumo – se confunden hasta el punto de no poderse entender el primero sin la presencia del segundo.”
Santiago García Quintana. Pequeña historia del ocio. Buenos Aires. 1958


DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 17 de enero de 2005


Vuelvo a Levi Pants después de unas cortas pero provechosas vacaciones y lo hago con un nuevo – y nada atractivo – horario. El nuevo horario – que a finales del día ya me habrán cambiado – me deja la mañana libre. Tiempo libre que empleo en la resolución de varios “tengos que” y en pasear por la calle disfrutando de mis últimas horas de tranquilidad.
En Levi Pants mi organismo se revela contra la intrusión que el trabajo supone y me empieza a doler la pierna. Vuelvo a casa muy tarde, cojeando y con un humor de perros. Por suerte en casa me espera María José con la cena preparada. Los últimos minutos del día se convierten en los mejores.

17 enero 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 16 de enero de 2005


Jordi R. y Nuria (que acaban de estrenar casa) nos invitan a comer una paella. Su nueva casa ha cambiado mucho desde la última vez que estuvimos aquí, al final ha valido la pena el duro periodo de obras, la espera, los plazos no cumplidos y los disgustos.
Ha sido un buen final para las vacaciones que hoy acaban. A partir de mañana tendré que volver a ganarme el tiempo de ocio con el sudor de mi frente.

16 enero 2005

“Desde las primeras décadas del desarrollo industrial dedicar tiempo al ocio fue sinónimo de degradación. Las palabras de Benjamin Franklin "el tiempo es oro" ilustran el espíritu de la época al respecto. Cuando Franklin hace referencia al trabajo dentro del catálogo de virtudes, anota lo siguiente: ‘Trabajo: no perder el tiempo; estar siempre ocupado en hacer alguna cosa provechosa; evitar las acciones innecesarias’.”
Javier Álvarez Dorronsoro. El trabajo a través de la historia. Cuaderno de Materiales. Nº9.


DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 15 de enero de 2005


Debía tener razón Benjamín Franklin cuando dijo eso de que “el tiempo es oro”... y por eso es un placer derrocharlo sin consideración. Día de siestas, de “Friends” (hasta 6 capítulos), de dejar “Garfield” a medias (es insufrible), de compras y de perezas compartidas. Un buen día.

15 enero 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 14 de enero de 2005


Estoy en el primer sueño (potenciado por la generosa ingestión de derivados de la uva y de la cebada que he protagonizado hace unas horas) cuando María José me despierta. Desayunamos y, cuando marcha al trabajo, vuelvo a la cama para empezar a vivir mi último día de vacaciones.
Unas horas después – y, todo hay que decirlo, en un estado mucho mejor que el presentado a primera hora de la mañana – me levanto por segunda vez y entrego mi vida al ordenador (escribo el diario, pongo al día el correo y juego al “heroes of might and magic”).
Jordi R3 – creo que es su primera aparición en este diario – se dedica al negocio inmobiliario y nos ha encontrado un piso que cree que nos puede gustar. Con María José nos acercamos a una ciudad vecina – no la misma en la que trabajo – para que Jordi nos enseñe el piso. El piso es muy grande (el doble de metros que nuestro actual piso), está bien pensado y tiene encanto. Nos gusta mucho (Jordi tiene razón al pensar que es ideal para nosotros) pero tenemos que estudiar el tema (desde el primer momento hemos vistos puntos a favor y puntos en contra).
Volvemos a casa sin parar de hablar del piso, mirando los planos, haciendo planes, soñando, deshaciendo los planes y volviéndolos a hacer.
Contárselo a alguien nos ayudará a poner nuestras ideas en claro. Llamamos a Jordi R2 y nos vamos a cenar al “Panyvino”. Durante la cena – tan buena como siempre – aparecen de nuevo los planos y con el café la decisión está tomada. No tenemos nuevo piso (aunque este se acerca bastante a lo que queremos), seguiremos buscando.
Copa en el Borneo y con las ideas más claras (gracias Jordi’s) volvemos a casa.

14 enero 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 13 de enero de 2005


Me levanto, desayuno con María José y vuelvo a la cama para continuar pagando los excesos que ayer tuve a bien permitirme. Un par de horas después me levanto de la cama maldiciendo a “la que sobra” y a los efectos que produce: euforizantes por la noche y francamente desagradables a la luz del nuevo día.
Plan ocioso para hoy: cocinar sin prisas.
Enciendo la radio y empiezo a trabajar en la cocina. Las rutinas de la cocina son, siempre que todo funcione, tremendamente relajantes. Me entrego a ellas y, a lo largo del día y como por arte de magia, van apareciendo los platos para la cena de esta noche: tartar de salmón, “hommos”, salmón marinado, cabrito al horno, mousse de castañas...
Por la tarde llega María José y, entre plato y plato, empezamos a ver la primera temporada de “Doctor en Alaska” y algún que otro episodio de “Friends”.
Es tarde cuando Xavi, Raquel y Gilbert (compañeros de trabajo en Levi Pants) llegan a casa. Pronto recuperamos la complicidad y el buen ambiente que ha caracterizado al equipo que formábamos los cuatro hasta hace poco.
Tras la comida llegan las copas, las historias ya viejas y nuevos y sabrosos rumores que nos hacen reír.
El tiempo pasa volando y cuando nos damos cuenta ya son las cuatro. Hora de retirarse. Ha sido divertido.

13 enero 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 12 de enero de 2005


Vacaciones. El nivel de actividad baja y toda actividad se vuelve perezosa. Los últimos días se han caracterizado por un ir y venir por la calle sin rumbo fijo (y sin objetivos claros) y por el visionado en casa de series (quinta temporada de “Friends” y la primera temporada de “Senfield”). María José, que ha cambiado la gripe por un sensacional resfriado, está mejor.
Cuando me levanto – tarde – María José ya está preparando el desayuno. Desayunamos sin prisas y, poco a poco, inicio la actividad diaria. Me encuentro con Roger en la Bodega Lluís (c/ Pinar del río).bodega Lluís
La bodega es un remanso de paz, uno de esos lugares anclados en el tiempo en los que me siento especialmente a gusto. El sol entra por la ventana e ilumina nuestra mesa animando la conversación. Fuera hace frío y el mundo se mueve deprisa, dentro del bar disfrutamos del calor del sol filtrado por el cristal de la puerta, del delicioso aperitivo y de la compañía.
Comemos en “La Ternerita” y, recuperando un bar de juergas pasadas (la nostalgia es el único encanto que le puedo encontrar), nos despedimos con un café.
Vuelta a casa y episodio de “Friends” con María José.
Por la noche me encuentro con Víctor, Jordi P. y Jesús en “The Black Horse” (la última vez que quedamos los cuatro para cenar fue el 17 de enero, hace casi un año). Cenamos estupendamente en “La Chacha” y, tras un tempranero abandono de Jesús, iniciamos nuestro tradicional periplo por bares del barrio (“The Black Horse”, “Borneo” y “Brigadoom”). En algún momento de la noche (antes del Borneo) Víctor ha protagonizado una inteligente retirada y nos ha dejado “la que sobra” para Jordi y para mí.
Cuando llego a casa me encuentro encima de la mesa del comedor el resumen que María José ha escrito para mí del episodio de “Urgencias” de hoy. El resumen me permite recuperar historias abandonadas hace meses (tener estropeado el video tiene extrañas soluciones), gracias.

10 enero 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 10 de enero de 2005


Domingo. María José sigue enferma y yo me encierro en la cocina (es un decir, la cocina no tiene puerta) para preparar la cena de esta noche. Cenamos mi tío Hernán (ya sabéis, mi padrino, el que se parece a Junior Soprano) y yo mientras María José se lo mira con envidia.

Lunes. Por la mañana aprovecho que tengo cosas que hacer por el barrio para dar un largo paseo y disfrutar de las calles en un día laborable. Por el camino me voy encontrando gente (mi tía, a un amigo, a un ex profesor de un cursillo que tuve que dejar cuando entre en Levi Pants...) y eso hace el paseo más agradable todavía.
Tarde en el médico que me confirma que me hago viejo y me receta unas sesiones de rehabilitación. No tengo edad para seguir vagando sin rumbo por la calle. Me recluyo en casa y me entrego al enfermizo visionado de “Sexo en Nueva York” (cae la quinta temporada que queda a disposición de Jordi P., puedes pasarla a buscar cuando quieras).

09 enero 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 09 de enero de 2005


Una oportuna gripe de María José ha limitado nuestra vida social estos últimos días. Necesitábamos bajar el ritmo y el parón nos ha servido para descansar un poco.
Pese a todo el viernes cenamos en casa de Pau y Elena con Tere y Joan. La cena, regada generosamente con vinos de la colección de Pau, resultó deliciosa (el milhojas de escalibada está impresionantemente bueno) y la sobremesa muy divertida (las partidas al juego de olimpiadas de la “Play” ayudaron mucho). No alargamos demasiado y, con promesas de repetirlo pronto , nos despedimos.
El resto del tiempo hemos vivido enclaustrados. María José ha dormido mucho y yo he vuelto a recaer en viejos vicios (he cometido el error de instalar de nuevo “Heroes of might and magic”).
Juntos, y rodeados de pastillas por todas partes, hemos acabado de ver la cuarta temporada de “Sexo en Nueva York”, hemos empezado a ver la quinta y hemos empezado a ver la primera temporada de “Senfield”. Pese a la enfermedad seguimos en plena forma.

06 enero 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 06 de enero de 2005


A ritmo del “Real Gone” de Tom Waits pongo fin a las últimas horas de estas largas y agotadoras jornadas navideñas. El balance es bueno pero nuestro cuerpo presenta claros síntomas de necesitar un largo descanso (María José está en la cama y yo no me encuentro demasiado mejor).
Ayer fue un día marcado por tradiciones que hemos ido haciendo nuestras durante los últimos años. La noche de reyes suelen venir nuestros padres a cenar a casa. Pese a que no hay presión nos gusta que disfruten y eso quiere decir trabajo. Por la mañana compras en el mercado y puesta en marcha de la cocina. Por la tarde me encierro entre ollas hasta que llegan.
Además del habitual surtido de entrantes (“hommos”, “esqueixada”, boquerones, “gildas”, salmón marinado – receta de Nuria -, tartar de salmón – una incorporación nueva que no faltará en futuras cenas-, huevos de codorniz, ensalada...) preparo un filete de buey mechado que, pese a las dudas iniciales por su sencillez, resulta delicioso. María José se encarga del pan (de cebolla y calabacín, receta de Jordi R2) y del postre (el tiramisú que también Jordi R2 nos enseñó a hacer).
Después de cenar seguimos con las tradiciones de la noche de reyes. Este año María José ha recogido bastante dinero y con Sus y Alberto, como el año pasado, vamos a comprar juguetes y a entregarlos en una de las campañas que las emisoras de radio organizan esta noche para que ningún niño se quede sin juguete. Dos “scalextrics” y dos bicicletas pequeñas son la estrellas que esperamos que, por la mañana, arranquen grandes sonrisas. Pero el resto de regalos (un camión de bomberos, un castillo, un monopatín, un juego de maquillaje creativo y una pelota) estamos seguros que también cumplirán su función.
Son las dos de la madrugada y el ambiente de la calle – llena de gente – es fantástico pero estamos muy cansados y, tras tomar algo en un bar que está cerrando, volvemos a casa a dormir.

Hoy hemos continuado inmersos en la tradición: madrugón, viaje a Alella, regalos (el disco de Tom Waits que sigue sonando ahora mismo es parte de mi generosa y no negaré que merecida cosecha), chocolate de la tía Antonia (espeso, casi solido), vuelta a Barcelona, siesta del carnero (de 3 horas), moto, comida en casa de Olivia y Roberto (que en un alarde de tradicionalismo ha preparado unos canalones impresionantemente buenos), sobremesa mientras Martina da vueltas en el reducido ecosistema que es el comedor, vuelta a casa y, mientras María José duerme e intenta recuperar fuerzas, yo escribo y escucho un disco con sabor a clásico.

05 enero 2005

“La exaltación del trabajo, como mística del capitalismo que volvió del revés la antigua y ociosa jerarquía de valores comenzó, según Lafargue, a finales del s. XVII y vino a coincidir con el surgimiento de aquello que nos podría permitir volver al ocio sin recurrir a esclavos: el maquinismo moderno.”
Enric Sòria. Vindicación de la pereza. Cultura/s de La Vanguardia. 123

“En la antigüedad, las élites de la sociedad aspiraban intensamente a la condición de ociosas. A conseguir ese ideal estaban dedicados sus – pocos - esfuerzos. Para algunos, los más afortunados de sus miembros, esa norma de vida se convirtió en una dichosa realidad. Y lo hizo en parte gracias a la ventajosa posición que tenían las élites como poseedoras de derechos sobre la fuerza de trabajo de otros por nacimiento.”
Santiago García Quintana. Pequeña Historia del Ocio. Buenos Aires 1958.


DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 04 de enero de 2005


Una de las peores pesadillas que un ocioso puede tener es caer enfermo el primer día de sus vacaciones y no recuperarse hasta el día que tiene que volver al trabajo. Ayer lunes era mi primer día (oficial) de vacaciones y la pesadilla me rondó. Un oportuno desenfriol y no pocas lizipainas parecen haber alejado el fantasma de momento.
Pese a todo ando flojo de fuerzas y las empleo en el aprovisionamiento de la nevera (tenemos algunas cenas en casa y hay que ir preparando nuestra despensa para los ataques que se adivinan en el horizonte) y en las últimas compras de regalos.
Martes. Tras desayunar con María José e instalar nuestro flamante paquete de seguridad (que de momento ha conseguido exasperarme reduciendo alarmantemente la – por otro lado nada destacable – velocidad de nuestro ordenador) salgo a la calle con la intención de comprar algún que otro regalo. El primero en “pillar” soy yo mismo. Botín obtenido tras la visita a un par de quioscos: una revista de cocina (“Descobrir Cuina”), dos revistas de música (“Rock de Lux” y “Zona de Obras”), los dos cd’s que acompañan a las revistas (un resumen del 2004 – con Wilco, Corcoise, Tom Waits, Franz Ferdinand, Air, Nancy Sinatra, The Divine Comedy...- y un disco titulado “Religión y Rock” – con Parálisis Permanente, Siniestro Total, Fangoria & Family, Jorge Drexler, La Costa Brava... - ) y un libro (“El último merovingio” de Jim Hougan). Todo me cuesta menos de 18 Euros, tengo trabajo para rato.
Quedo para comer con María José en el “Eden” (plaza Bonanova, 9 Tel. 932531386), un restaurante japonés con un menú muy bueno pero no demasiado económico (12 Euros bebidas aparte).
Tras la comida me acerco al apartado de correos donde recojo un par de discos (nada destacable).
De nuevo en casa. María José cocina mientras yo me dedico a otras tareas domésticas. Entre receta y receta vemos tres episodios de “Sexo en Nueva York”.

03 enero 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 2 de enero de 2005 (part II)


Tras vencer a la pereza conseguimos arrancar. Largo paseo intentando y no consiguiendo comprar alguno de los regalos que tenemos pendientes. Decidimos ir al cine. “Bad Santa” añade un poco de sana acidez a las edulcoradas navidades que suelen llegar desde Hollywood. Volvemos a casa caminando y, muy cansados, decidimos entregarnos a un sin fin de siestas y visionado de series.
Estoy leyendo “las hermanas Zinn” de Joyce Carol Oates (uno de los fabulosos libros que me regalo Eli, mi hermana).

02 enero 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 02 de enero de 2005


Sábado. Como casi cada año el día 1 se convierte en una jornada de transición que prácticamente no existe. Empiezo el año vagando por casa en compañía de María José, recogiendo los restos de la fiesta de ayer, viendo 7 episodios de la cuarta temporada de “Sexo en Nueva York” que ayer nos dejó Jordi P., sesteando y jugando con el ordenador. A las 8 de la tarde consigo sacarme el pijama, ducharme y salir a la calle. Damos una vuelta por el barrio – lleno de gente – y volvemos a casa.
Domingo. Nos levantamos pronto, desayunamos y limpiamos la escalera (dura tarea que se reparte entre los vecinos de manera más o menos aleatoria). Hace sol y apetece salir a la calle. Mientras María José se ducha escribo un rato y repaso otros blogs que suelo leer. Una mala noticia en uno de ellos me aprieta el corazón. Me doy cuenta de que, al seguir la vida de otros por su diario, llegamos más cerca de lo que en un principio podemos llegar a imaginar. Lo siento de verdad, un beso muy grande.

01 enero 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
sábado, 01 de enero de 2005


Viernes. Salgo pronto de un trabajo al que espero no volver hasta el día 17. El motivo de tan prolongada ausencia son unas más que merecidas vacaciones. Tengo, de nuevo, tiempo para perder o para ocuparlo en todos esos placeres fútiles en los que me suelo sumergir.
Empleo las primeras horas de libertad remunerada, en compañía de María José, preparando la casa para la cena de esta noche. Al final a la mesa somos 13 (superando el anterior aforo máximo para una cena en casa): Olivia, Roberto, Lluís, Víctor, Laura, Jordi P., Toni, David, Iola, Consol, Alberto, María José y yo. Es una cena de “sobaquillo” (cada uno se ha traído algo bajo el brazo para, entre todos, confeccionar el menú de esta noche) y todo está buenísimo. Mención aparte merecen las diabólicas olivas picantes aportadas por Iola y David (un invento terrorífico capaz de taladrar los mas curtidos estómagos).
Tras la cena llegan las campanadas (cada vez más espaciadas entre sí) y con ellas el final de un año que, si bien podía haber sido mejor, no ha estado mal.

La fiesta continúa tras un alzamiento popular en contra de mi selección musical (Marianne Faithfull, Nancy Sinatra, Estrella Morente, Caetano Veloso, Loretta Lynn, Bebo Valdés y El Cigala, Brian Wilson...). Ante estos graves hechos y dada la imposibilidad de conseguir a estas horas de la noche el “Disco Samba” (pedido a gritos por la parte más radical de la concurrencia) me veo obligado a pinchar – con la imprescindible colaboración de Toni – abyectos “hits” del pop español de los 80 que son coreados a grito pelado y bailados con obscenos movimientos de los que os ahorraré descripciones que podrían resultar hirientes.
La fiesta, animada pues con estas extrañas coreografías, continúa hasta las cuatro. Creo que todos nos lo hemos pasado muy bien.

Escribir un diario permite mirar hacia atrás y hacer balance con mayor precisión. Te permite también acumular datos inútiles y compartirlos para ayudar a los demás a ampliar su bagaje de conocimientos poco provechosos. Aquí tenéis un RESUMEN INÚTIL DEL 2004.
- Ultima vez que me corté el pelo: 7 de febrero (naturalmente en “El Portalet” de Sant Feliu de Guixols).
- Celebraciones de boda a las que he asistido: 1 (la de Jordi R. y Nuria en Palamós).
- Viajes: 1 (un fin de semana en Milán).
- Despidos: 1 (aunque todo parecía indicar que serían 2).
- Contratos: 1 (en Levi Pants... lo repito para navegantes despistados: ES UNA METÁFORA).
- Cursos empezados: 2
- Cursos acabados: 0
- “Pablazos” a los que he asistido en casa: 1 (protagonizado por Víctor)
- Comidas o cenas organizadas en casa : 17 (este año hemos estado vagos)
- Comidas o cenas a las que hemos sido invitados – en casas ajenas- : 41 (y es que dejamos siempre el plato limpio, muchas gracias a todos).
- Comidas o cenas en restaurantes o bares: 118 (sin comentarios)
- Películas de cine: 25 (dos por mes)
- Teatro, conciertos y otros espectáculos: 8 (pobre bagaje)
- Mañanas de sol en el club: 21
- Libros leídos: 41
- Cálculos renales expulsados: 1 (extremadamente grande)
- Paseos en barco: 2 (pero el segundo duró todo un fin de semana)
- Exposiciones visitadas: 41 (de todo tipo)
- Días en el paro: 178
- Desayunos con María José: 365 (todos los días menos uno)

31 diciembre 2004

“- No soy de los que se privan de una buena copa o un buen plato. Y tampoco privaría de ellos a ningún otro ser humano. El amor a la vida es una pasión muy fuerte, y siempre he procurado seguir ese impulso, incluso en cosas tan triviales como el comer y el beber. (...) - También me ha tocado mi ración de miedo, no crea. Pero la utilizo para amar la vida con más intensidad aún”
Alberto Manguel. Stevenson bajo las palmeras. Madrid, 2003.


DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 31 de diciembre de 2004


Añado a la lista de recomendaciones de ayer un par de libros: “Vecinos” de Jan T. Gross (un ensayo sobre la responsabilidad del pueblo polaco en la aniquilación de sus compatriotas judíos) y “Stevenson bajo las palmeras” (una pequeña novela de Alberto Manguel que me está acompañando durante las últimas horas del año).
Esto se acaba. Feliz año.

30 diciembre 2004

“Capítulo 1: Un dogma desastroso

"Seamos perezosos en todo, excepto en amar y en beber, excepto en ser perezosos" Lessing

Una extraña pasión invade a las clases obreras de los países en que reina la civilización capitalista; una pasión que en la sociedad moderna tiene por consecuencia las miserias individuales y sociales que desde hace dos siglos torturan a la triste Humanidad. Esa pasión es el amor al trabajo, el furibundo frenesí del trabajo, llevado hasta el agotamiento de las fuerzas vitales del individuo y su progenitura. En vez de reaccionar contra esta aberración mental, los curas, los economistas y los moralistas han sacrosantificado el trabajo. “
Paul Lafargue. El derecho a la pereza – Refutación del derecho al trabajo de 1948


DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 29 de diciembre de 2004


Martes. Improvisamos una cena con lo poco que tenemos en la nevera para Jordi N. y Paco. Hacemos, como siempre, planes para visitarlos en su lejana tierra del sur... ojalá podamos hacerlo en breve. La sobremesa se alarga con las copas (entre las que brilla con luz propia la grappa que me regalaron Alberto y Consol).
Miércoles. Días de poco trabajo y ambiente triste en Levi Pants. Llego a casa cansado y, tras leer un poco, nos vamos a dormir muy pronto.

El fin de año se acerca como un meteoro y con él llegan las listas de lo mejor y lo peor del año. El año pasado hice un resumen de los libros que habían caído en mis manos durante el año, este año repito. Es lo que, parafraseando a Josep Pla, podemos titular “EL QUE HEM LLEGIT”.

1. BEST SELLERS: Sin lugar a dudas se han convertido en los principales protagonistas de mis lecturas durante este año. En esta categoría incluyo los triunfadores mediáticos del año “El código da Vinci” y “Ángeles y Demonios” de Dan Brown y la zaga de estos dos – y permitirme aquí citar al gran Chiquito de la Calzada – torpedos, vienen pequeñas maravillas del género mucho más elaboradas y, a mi parecer, mejores: “El Club Dante” de Matthew Pearl, “los crímenes de Oxford” de Guillermo Martínez y “El enigma del cuatro” de Ian Caldwell y Dustin Thomason . Pero si una pareja de autores han llenado horas y horas de mis lecturas esos son Douglas Preston y Lincoln Child (de los que he devorado “The Relic”, “La ciudad sagrada”, “El relicario”, “El pozo de la muerte”, “Más allá del hielo”... y en todos ellos he encontrado lo que buscaba: diversión). Otros best sellers que me han gustado este año han sido “Ciudad de huesos” de Michael Connelly, y “Patria” de Robert Harris (un descubrimiento tardío pero que sin duda protagonizará parte de mis lecturas el año que viene).

2. TIROS SEGUROS. Nunca fallan, son grandes y sabes que siempre puedes contar con ellos. Este año J. M. Coetzee (“El maestro de Petersburgo”, “infancia” – el que más me ha gustado - y “la edad de hierro”), Mario Vargas Llosa (“Conversación en la catedral”) y Enrique Vila Matas (“El mal de Montano”).

3. CLÁSICOS: Sólo dos, uno de siempre y otro recién escrito. Son “Las minas del rey Salomón” de Henry Rider Haggard y “La pell freda” de Albert Sánchez Piñol.

4. COSITAS BUENAS: Los diarios de Samuel Pepys (un precursor que nos dejó su cotidiano quehacer desde 1661 hasta 1669), y el “En la noche y entre los hielos” de Nansen (otro diario pero esta vez más estoico).

5. LA SORPRESA: “Cartas a la antigua china” de Herbert Rosendorfer, una pequeña maravilla que se lee con una sonrisa en los labios.

6. ESOS LIBROS QUE SIEMPRE TIENES PENDIENTES Y QUE PESE A ESO, CUANDO LOS LEES, TE GUSTAN: “Las cenizas de Ángela” y “Lo es” de Frank Mc Court y “El club de la buena estrella” de Amy Tan.

7. OTRAS COSAS: Un viaje descerebrado a ninguna parte (“ahora sabréis lo que es correr” de Dave Eggers”), otro viaje – esta vez de despedida- (“Milenio Carvalho” de Manuel Vázquez Montalban) y los recuerdos de un viejo roquero (“corre rocker” de Sabino Méndez) también merecen su espacio aquí.

28 diciembre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 27 de diciembre de 2004


Difícil de creer pero, desgraciadamente, cierto. Un año después vuelvo a vivir la misma situación laboral que viví en la empresa que acabó despidiéndome. Sin previo aviso en Levi Pants se para la producción temporalmente y empiezan a despedir a compañeros (aducen motivos económicos).
Duelen todos los despidos (entre los que, de manera sorprendente ya que he sido el último en llegar, no me encuentro) pero especialmente duele el de Raquel. Junto con Xavi y Gilbert (que, por suerte, se quedan) hemos compartido durante los últimos cinco meses más de ocho horas al día. Vamos a echar mucho de menos sus risas y el ambiente que, día a día, habíamos conseguido entre los cuatro.
Comemos juntos en el chino que hay junto a Levi Pants y volvemos los tres (hoy ya no somos cuatro) al trabajo. La tristeza es grande, la sensación de que una puerta se ha cerrado también.
Tengo la sensación de que me he salvado de la quema pero que caeré en breve, pero hoy no es lo que realmente me importa.
En el cd, y desde su nuevo y delicioso disco, Nancy Sinatra canta “two shots of happy, one shot of sad”. Hoy a tocado la pena.

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 26 de diciembre de 2004


Y como cada año por estas fechas llega el día del tradicional “Mar y muntanya”.
Nos levantamos tarde y nos ponemos en marcha con pereza. Pese a todo llegamos los primeros a casa de mis padres. Somos 13 los afortunados que disfrutaremos del delicioso plato. De primero – no hay que abusar- ensaladas (todas buenas pero, no nos engañemos, siempre serán un triste preámbulo de lo que ha de llegar). Finalmente llega el plato y, como siempre y lejos de decepcionar, vuelve a sorprendernos con su riqueza de sabores y texturas.
Y tras la comida, una larga sobremesa salpicada de risas y de fotos antiguas y nuevas pone fin a la jornada. En casa sólo conseguimos, una vez más, deambular como muertos vivientes después de zamparse media ciudad.

26 diciembre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 25 de diciembre de 2004


Viernes. Salgo antes de Levi Pants y me encuentro con María José en casa. Ha llegado el momento de desenvolver los regalos que desde hace unos días ocupan el pié del árbol. Son regalos cargados de ilusión y que nos han mantenido ocupados durante muchas horas. El balance no puede ser mejor: mucha alegría, un abrigo precioso, una mochila que viene a sustituir a mi muy ajada – algunas fuentes se refieren a ella como vergonzosamente destrozada - mochila, cd’s de cantantes veteranas – Nancy Sinatra, Marianne Faithfull y Loreta Lynn – y libros. Creo que a María José también le han gustado sus regalos (los saltos verticales que da al abrir alguno de ellos me hacen ser optimista al respecto).
Salimos en busca de algo para comer y encontramos que en todas partes han cerrado ya la cocina. Acabamos en “la pizza del Born” haciendo su menú (dos raciones de pizza y una bebida por algo más de 3 euros).
En el “Museu de la Xocolata” compramos los últimos detalles para estos días y me regalo un excelente chocolate a la taza. Vuelta a casa y siesta preparatoria para afrontar las largas jornadas festivas que nos esperan.
Cena en casa de mis padres. En la mesa hoy somos 16 (familia y unos vecinos). Como cada año hay mucha comida y toda está deliciosa. Como cada año bebo más de lo que mi prudencia – si la tuviera- podría indicarme. Como cada año como demasiado. Como cada año me lo paso muy bien. Tras la cena, que ha sido muy larga, llegan los regalos. Un nuevo lote de libros y dvd’s colma todas mis expectativas (Vargas Llosa, Benedetti, Auster, Trapiello, Woody Allen...). También me regalan un jersey chulísimo y un pijama (que, pese a ser de mujer, me queda muy bien). Todo me gusta mucho, he tenido suerte.
Hartos de esperar taxis en noches como hoy, hemos venido en moto. Cargamos la mochila y volvemos a casa. Estamos muy cansados.

Sábado. Nos levantamos tarde y nos ponemos en marcha poco a poco. El día es gris y parece que lloverá. Cogemos el tren hasta Alella donde nos espera la segunda comilona familiar de estos días. Esta vez a la mesa somos 13 (este año se ha incorporado Alberto y he dejado – por fin - de ser el último “afegit”). Intento moderarme un poco (mi estómago lo pide a gritos) y sólo lo consigo parcialmente ya que cuando llega la carne del caldo mi debilidad por la pelota me pierde. La sobremesa se alarga mucho y “el tete” me enseña las fotos de su viaje a Brasil (fantásticas, y como siempre que veo fotos de viajes me entran unas terribles ganas de viajar). Estoy cansado, me sumo a la siesta que María José se da en el sofá y dormito mientras escucho las risas y los gritos de Joana (que sigue siendo malísima pero está muy guapa). A Alejandro le han regalado un “Tetris” para la tele y hacemos unas cuantas partidas antes de volver a casa.
La siesta, la vagancia, el sofadismo y la falta de actividad principal caracterizan nuestro triste deambular por las horas restantes del día.
He acabado “Patria” (me ha gustado mucho) y empezado “Vecinos”. El libro, de Jan T. Gross, es un escalofriante ensayo sobre el exterminio de la comunidad judia de Jedwabne llevado a cabo por el resto de vecinos de esta población polaca.

PATRIA
Robert Harris

Ante todo “Patria” es un buen thriller político. Pero Robert Harris lo sitúa en una realidad paralela resultante de la victoria de Alemania en la segunda guerra mundial. Ese mundo imaginario está pero perfectamente documentado y eso le añade a la novela una credibilidad que, aunque ahora ya – y por suerte- resulte imposible, hace que todo nos parezca probable.
En el núcleo de la novela gravita un hecho real del pasado (por desgracia, real): la conferencia de Wansee sobre la solución final que tuvo lugar el 20 de enero de 1942. En esta conferencia (documentada perfectamente en el excelente “La villa, el lago, la reunión” de Mark Roseman, libro que me dejó Víctor y que – años después – aún corre por casa) una serie de burócratas nazis decidieron la (mala) suerte de millones de personas y la aplicación de las medidas oportunas para acabar con sus vidas de una manera ordenada).
Robert Harris se mueve con facilidad entre la escalofriante realidad y el thriller de ficción. El resultado es un best seller muy bien documentado que se lee de un tirón. Un ejercicio de documentación admirable unido a una deslumbrante imaginación producen un libro fascinante.

24 diciembre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 23 de diciembre de 2004


Miércoles. Cena con María José y Pepe en el Hugo (c/Rec Comtal, 6 Tel. 933100817). El restaurante es sencillo pero cenamos muy bien (está especializado en comidas típicas chilenas) y a un precio asequible.

Jueves. Tras la larga jornada laboral vuelvo a Barcelona. En casa descanso, intento dormir un poco y leo mientras cojo fuerzas para afrontar mi primera cena de empresa en “Levi Pants”. La leyenda habla de pantagruélicas comidas amenizadas por todo tipo de bebidas alcohólicas de alta graduación. La leyenda también habla de asistentes a estas reuniones que, bajo los efectos de estas bebidas y otras substancias menos permitidas, han caído en brazos de Morfeo y de otros dioses más mundanos. Las leyendas hablan de pérdidas colectivas de la razón, de la memoria y de la dignidad... pero las leyendas, por suerte o por desgracia, son sólo fabulaciones fruto del imaginario colectivo.
La cena (sorprendentemente buena) transcurre placidamente bajo la atenta mirada del señor Levi. El restaurante elegido es “Ca n’Armengol” (Prat de la Riba, 1 Sta. Coloma de Gramenet. Tel. 933916855) y la elección resulta un acierto. Sólo los más valientes continuamos (mañana hay que trabajar) con una copa en una cervecería cercana.
Vuelvo a casa en taxi. El conductor, amigo de la charla trascendental, me confiesa que sólo ha llorado con la muerte de tres personas: el torero Paquirri, el cantante Nino Bravo y el jugador de baloncesto Fernando Martín. Buscando una huida ante la magnitud de esta santísima trinidad me confieso “curro-romerista” y desvío la conversación hacia terrenos menos personales.

22 diciembre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 21 de diciembre de 2004


Tras tres años de sequía absoluta (la empresa para la que trabajaba – en una muestra más del exquisito trato que suele dispensar a sus explotados trabajadores - no lo consideraba oportuno), este año tengo lote (gentileza de Levi Pants). Se que es una tontería (- si tanta gracia te hace, puedes comprarte uno – dicen los descreídos), pero a mí me hace ilusión que me lo regalen. No es el coste de los productos ni lo bonito del envoltorio... lo que realmente importa es el gesto.
El jamón ya ocupa su lugar en el – durante el resto del año vacío – jamonero y estoy deseando empezarlo. El resto de productos vagan por la cocina (en grupos o en solitario) buscando un acomodo donde poder esperar tranquilamente el cercano día en el que, más temprano que tarde, serán consumidos.
Por la noche, con María José, Nuria y Jordi R. vamos al teatro de la ciudad vecina para ver la última representación de “Cançons d’Amor i Droga” de Albert Pla. En el teatro me encuentro a Xavi y Gilbert con los que trabajo, hombro con hombro, en el taller de confección. Verlos fuera del trabajo es curioso (todavía no he salido nunca con ellos de copas). El espectáculo, mucho más rodado que la primera vez que lo vimos, me vuelve a gustar mucho.
Al salir hace muchísimo frío y tenemos que ir, en moto, hasta Barcelona. Al principio el aire frío se me hace imposible de resistir pero poco después consigo abrir la visera del casco y disfrutar del vivificante aire frío en la cara.
Es tarde. Leemos un poco (estoy leyendo “Patria” de Robert Harris) y a dormir.

21 diciembre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 20 de diciembre de 2004


Después de un domingo ocupado por varias perezas domésticas vuelve el tedio de la rutina laboral.
Poco a poco las felicitaciones que llegan por correo van ocupando su lugar en el árbol. La cercanía de la navidad – con su promesa de reuniones familiares, besos y abrazos – endulza mis, de otra manera difícilmente soportables, horas de trabajo.
Hace mucho frío.

19 diciembre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 18 de diciembre de 2004


Viernes. Nuestro jefe y señor – el señor Levi- , en un acto de generosidad inédito pero sin duda relacionado con estos tiempos de fraternidad que de manera secuencial – y siempre coincidiendo con estas fechas – suele protagonizar la tradicionalmente poco dada a alegrías patronal, suspende la producción y nos da fiesta. Este hecho inédito en el extraño mundo de la producción de pantalones llena mi corazón de regocijo y me lanza, cuatro horas antes de lo que por convenio me corresponde, al lujo asiático que supone el fin de semana sin trabajo.
Corresponde celebrarlo con los compañeros de labor (parece ser que no he tenido bastante con las 38 horas que he pasado con ellos esta semana) y en un bar cercano a Levi Pants hacemos una cerveza mientras agotamos las últimas anécdotas laborales (conversaciones sobre botones, cremalleras y tiros que sería demasiado agotador detallar aquí).
Hace mucho tiempo que no tengo la oportunidad, como hoy, de comer en un día laboral con María José. Puede parecer una tontería (desayunamos juntos 7 días a la semana y cenamos también con la misma frecuencia) pero poder comer hoy con María José se convierte en una cita que apetece un montón.
Nos encontramos en el centro y comemos en un chino. Antes de comer nos encontramos con Gloria (a la que hace mucho, demasiado, que no nos veíamos).
Después de comer salimos a cazar regalos para la nochebuena familiar. Distraemos la fiebre consumista que nos ha atrapado – como a todos – con la visita a las muchas galerías de arte de la zona por la que decidimos buscar (en las que no vemos nada que nos guste demasiado). Visitamos a Ana en la tienda en que trabaja (mucho por estas fechas) y seguimos con nuestra caminata. Al final del día no hemos conseguido demasiados regalos y estamos agotados, pero nos hemos divertido mucho.

Sábado. El ajetreo de los últimos días ha dejado nuestra nevera en un estado, por suerte, inusual. Dado que un desayuno a base de lenguado congelado (una de las pocas sólidas que hemos podido encontrar en toda la casa) puede resultar poco atractivo, decidimos desayunar fuera.
Nuestra primera opción, el bar Sanz, se hunde debido a la cola que presenta a la hora que nosotros nos presentamos. Decidimos movernos por el barrio y acabamos en un bar cercano. El desayuno resulta delicioso.
Me gustaría seguir con María José pero tengo que comprar su regalo. Nos separamos. Poco después me encuentro a Luisa (mi tía) y a Marta (mi prima) que están buscando también los regalos para nochebuena. Hablamos un rato pero las abandono pronto ya que tengo mucho trabajo.
La mañana, después de muchas dudas, se saldará con éxito. Pero antes de alcanzarlo y saturado por las dudas que me corroen, decido hacer un alto en el camino y me voy hasta el mercado a hacer la compra. Es un placer volver, después de mucho tiempo, a recorrer las familiares paradas, a hablar con viejos conocidos que me dan trato de amigo (no se me escapa su interés, pero pese a todo se agradece) y a disfrutar de los sonidos y olores de los que el mercado es una verdadera fiesta.
De nuevo con María José, comemos en casa y salimos juntos a continuar la caza del regalo. Un par de horas después volvemos a estar en casa saboreando la satisfacción de la labor bien hecha.
La mala noticia es que, en un bajón de tensión, nuestro video ha presentado problemas de salud que probablemente nos alejarán de sus servicios – tan necesarios para nosotros – durante los próximos días ( por suerte nos queda el dvd).
Ceno con María José (en plan novios y todo eso) en “La Sucursal” (Comerç, 4 Tel. 933106595). Hoy nos sorprenden con su menú de navidad (por 21 Euros, bebida, cafés y postre incluidos, cenamos muy bien).
Ya en casa apuro las últimas horas del día escribiendo este diario mientras escucho a Bebo Valdés y a El Cigala... ahora mismo suena “la bien pagá”.

16 diciembre 2004

“Cualquier infeliz puede quemar energía sin parar, pero uno debe tener alguna cosa dentro antes de poderse dedicar a no hacer nada. Debe tener reservas que le permitan sumergirse en los extraños ríos de los sueños y la divagación, es decir, debe tener alma de poeta.”
Miguel Berga. Sobre no hacer nada. Cultura/s de La Vanguardia 123


DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 15 de diciembre de 2005


Martes. Nos rescata de la oscuridad provocada por dos días sólo ocupados por obligaciones una cena con amigos en casa de Juan y Carmen. También están Luís, Carlos y Rosa. La cena resulta impresionante y la sobremesa, animada por una botella de excelente tequila reposado, se alarga hasta más allá de lo prudente en un día laborable.
Miércoles. Vuelta a la rutina, al lado oscuro de la fuerza. Se acerca la navidad y empieza a faltar el tiempo para todo.

14 diciembre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 12 de diciembre de 2004


Attenti El castillo de los Sforza
El día empieza con un magnífico paseo por el parque de Legnano. En sus puertas encontramos un mercadillo idéntico a los mercadillos españoles (son pocos los indicadores que nos muestran que no estamos en España: los carteles de las tiendas, el idioma que habla la gente y una presencia mucho menor de gente vestida de chándal que no practica ningún deporte, son los tres más destacados).
El centro de Legnano es una celebración de la vida. Grupos de gente que se encuentra, se saluda, habla y ríe. Tiendas abiertas y ambiente navideño. El largo paseo nos ha despertado el apetito. Nada más entrar en la cafetería de Beppe nos recibe un olor delicioso a café y pastas y la amabilidad y simpatía de su propietario. Desayunamos y, después de aprovisionarnos de deliciosos productos (café, mermeladas y otras dulces maravillas), salimos con destino a Milán.
Nuestra primera parada es el cementerio “Monumentale” que responde totalmente a las expectativas que su nombre despierta. Paseamos por el vacío cementerio disfrutando de los espectaculares panteones (algunos verdaderas obras de arte de la escultura y la arquitectura) y del tranquilo ambiente).
La segunda parada de nuestro tour turístico tiene que ver con el diseño. Ayer ya tuvimos nuestra primera dosis de diseño en la visita a la “Triennale”. En “10 Corso.Como” (una galería de arte, librería, cafetería de diseño y tienda de productos demasiado caros para considerar su compra) paseamos entre las maravillas del diseño. Productos fantásticos nos tientan con sus características y nos asustan con su precio.
Recuperamos fuerzas con un bocadillo (son las 2:30 del mediodía, demasiado tarde para que un restaurante nos dé de comer) y seguimos con nuestro periplo por el Milán más comercial.
Acabamos nuestra visita turística, un poco antes de lo previsto debido a nuestro cansancio, en la estación Central (impresionantemente grande).
Vuelta a casa, cervecita tranquila, buena conversación y sesión de fotos.
Es hora de marchar. Consol y Alberto nos acompañan al aeropuerto. Vamos más cargados que a la ida (Grappa, vino para Jordi P. – para que no se queje de su poca presencia en este diario aquí tiene su aparición en el diario de hoy -, un Panetone, pasta, dulces...
Facturación, embarque, vuelo tranquilo y llegada al aeropuerto de Barcelona media hora antes de lo previsto. Volvemos a casa en el bus.
Han sido dos días magníficos. Hemos aprendido mucho y nos hemos divertido todavía más. Alberto y Consol han sido unos anfitriones increíbles (muchas gracias) y se nos han despertado las ganas de viajar más.

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 11 de diciembre de 2004


Suena el despertador mucho más pronto de lo habitual. Salimos a la calle sin desayunar y caminamos hasta plaza Cataluña cruzándonos con gente que está dándole los últimos tragos a la fiesta nocturna. Autobús, aeropuerto, facturación y – por fin un poco de tranquilidad - desayuno con el periódico. A las 7:55, puntualmente, despega nuestro avión hacia Milán. Volamos con “Vueling” que a parte de ser muy económica (el billete de ida y vuelta para dos personas nos ha costado 72 euros, tasas incluidas) resulta ser una compañía muy eficiente y el ambiente de cercanía que consiguen con la simpatía del personal de cabina se agradece.
En Milán – Malpensa nos recoge Consol y nos lleva en coche hasta su casa en Legnano. Mis primeros pasos en Italia consisten en un agradable paseo por la pequeña ciudad y en un café (delicioso) en el local de Beppe.
Consol y Alberto están arreglando la que será su casa cuando terminen las obras y, después de encontrarnos con Alberto, vamos a visitarla. El piso, ahora en obras, está en un antiguo “cortile” (un conjunto de viviendas que dan a un patio interior, es la construcción típica de esta zona) y, aunque aún falta mucho por hacer, parece muy acogedor.
Vuelta a casa y primera comida (un plato de pasta buenísima que Alberto se encarga de preparar. Estamos preparados para acercarnos a Milán para empezar a hacer el turista. La “Trienale”, un paseo por el parque el parque sempione al anochecer “Sempione” y el castillo de los Sforza, el “Duomo”, las galerías Vittorio Emanuele, el teatro de la “Scala”, un mercadillo de productos artesanos... visitar una ciudad acompañados por un guía nativo y una guía que no es nativa pero sabe más que muchos nativos es un privilegio. En nuestro deambular por la ciudad no hay pasos en falso y lo que no sabemos o entendemos encuentra pronto respuesta.
Cuando llegamos a casa estamos muy cansados. Pero tenemos mesa en un restaurante típico y volvemos a salir. Tras dar muchas vueltas con el coche llegamos a Torba (un pueblo muy pequeño) donde está la “Trattoria di Torba” (21040 Torba di Gornate Olona. Italia. Tel. 0331/820180). Nada más entrar Alberto se encuentra a unos clientes y, en una muestra de la educación italiana, somos presentados a los clientes y a los amigos de los clientes. El comedor del restaurante se convierte en un ir y venir incesante de manos que se cruzan, de inclinaciones de cabeza y de saludos de cortesía. Una escena de caos sólo comparable a la de los hermanos Marx en el camarote de “Una noche en la ópera”.
Al final conseguimos llegar hasta la mesa. Son las 9’30.
Pronto aparecen los “antipasti” (“cotechinni”, “copa”, “prosciutto”, tortilla, una especie de empanada, queso con tomates secos...). Damos cuenta de ellos (ayudados por grandes dosis de un tinto buenísimo) y nos lanzamos a por el primero (yo me decido por un risotto y los demás por pasta). Todo está delicioso. Al segundo sólo llegamos Alberto y yo (yo me decido por un plato de queso a la plancha). Con los segundos aparece un plato de patatas fritas, después otro y – cuando ya estamos acabando- una segunda ración de “cotechinni” que, en una lección de gula perfectamente articulada, devoramos por completo.La cena ha sido fantástica, la mejor en mucho tiempo. Cuando nos levantamos de la mesa el reloj marca la 1’30. No hemos parado de hablar ni de comer durante las últimas cuatro horas. Nos despedimos de la señora del restaurante (que nos vuelve a dar muestras de afecto y cordialidad) y salimos a la calle. Hace mucho frío (el termómetro del coche marca 0 grados) y es hora de volver a casa.

11 diciembre 2004

“A priori, un trabajador, por el simple hecho de formar parte del engranaje económico, es considerado como una persona virtuosa; por el contrario al ocioso se le ve como un perezoso o, peor aún, un gandul, un vagabundo, un inadaptado social. El deber y el derecho al trabajo se encuentran en el art. 35 de la Constitución española, pero al ocio no se le considera ni un derecho ni mucho menos una obligación.”
Glòria Soler. En busca de la ociosidad. Cultura/s de La Vanguardia 123


DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 10 de diciembre de 2004


Ya tenemos árbol (como siempre hecho por María José con materiales reciclados) y lo hemos empezado a llenar de postales. La primera que llegó fue la de Kris y Tony y la segunda (y última hasta el momento) es la de el alcalde de nuestra ciudad (al que, como muestra de buena voluntad navideña y en respuesta a su amable – y, no nos engañemos, más falsa que judas – felicitación, no adornaré con los adjetivos que se ha ganado gracias a su inhábil gestión al frente del consistorio).
Los últimos días – ha vuelto el trabajo – ha quedado poco tiempo para disfrutar.
Tiempo que he invertido, junto a María José, en empezar el visionado de la tercera temporada de “Los Soprano” y que he malgastado, también junto a María José, viendo la insufrible “Cold Mountain”.He cometido el error de instalar de nuevo “Age of empires” y no paro de perder partidas. También tengo problemas con el “Doom”. He llegado a una pantalla llena de malos (muchos y muy malos todos) que no soy capaz de superar.

08 diciembre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 07 de diciembre de 2004


Por fin, tras muchas horas invertidas y no pocas risas, hemos acabado nuestro trabajo con la felicitación de navidad. Las 104 postales ya están ensobradas y con los sellos puestos. Ahora ya es cosa de correos.
Estos últimos días han sido fotocopias los unos de los otros. Por las mañanas compras navideñas (ya tengo el primer regalo de María José pero – como ella lee este diario – no puedo contar nada), por las tardes trabajo con la postal y por las noches cena-rescate con amigos.
El lunes cena con Nuria y Jordi en el restaurante del “Ateneu” (c/Canuda, 6 Tel. 933185238). Precios ajustados, carta con sabrosos platos tradicionales y tranquilidad. Cenamos muy bien y hacemos una copa en el “Raval” y una segunda en un bar cuyo nombre soy incapaz de recordar. Vuelta a casa con paso vacilante parando en las Ramblas a comprar el periódico.
El martes, con la satisfacción de tener ya la postal ensobrada, cenamos con Clara y Roger en el “Pan y vino”. Hay poca gente y hoy se está especialmente bien. Tras la cena cae una segunda botella de vino que nos obligará a alargar la sobremesa hablando de un montón de cosas.
Mañana, aunque parezca mentira, también es festivo.

06 diciembre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 05 de diciembre de 2004


Sábado. Dejo dormir a María José y preparo el desayuno tranquilamente. Desayunamos y, por primera vez esta temporada, nos enfrentamos a las compras navideñas. Las calles del centro están llenas de gente que corre de un lado a otro con cara de pocos amigos, debe ser el espíritu navideño. Sin haber comprado nada nos acercamos a la sala Parés y disfrutamos con la imprescindible exposición de Josep Roca Sastre. Seguimos, tras el paréntesis cultural, en nuestra primera incursión en la locura navideña... sin éxito en lo que a regalos se refiere.
Por la tarde nos entregamos a fondo a trabajar con la felicitación navideña que ya está en fase de producción.
Cenamos en casa de Yoli y Rafa. Como siempre la mesa está más que surtida y nos ponemos las botas.
La sobremesa, larga y divertida, se traslada al sofá. Acabamos tarde y Rafa nos devuelve a casa (gracias).

Domingo. Nos levantamos tarde y, como tengo deberes del cursillo, me paso el día delante del ordenador (con algunos inexplicables problemas que me obligan a llamar a Jordi P. – ya tienes tu aparición de hoy – para pedirle ayuda).
Por la noche damos un paseo hasta los Icaria y, después de cenar algo en el mismo centro comercial, vemos “The Increibles” . Me lo paso genial.Volvemos a casa paseando sin prisas ya que mañana, lunes, también es festivo.

04 diciembre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 03 de diciembre de 2004

Hoy es el día de mi santo y aunque no lo solemos celebrar, María José me ha regalado un jersey (negro, naturalmente) muy chulo que no tardo en ponerme. El día (trabajo y cursillo) no ha estado mal y saber que es el pistoletazo de salida para un largo fin de semana (cinco días festivos) anima mucho.
Cenamos en casa y después salimos a hacer una copa en “The Black Horse”. Allí nos encontramos con Jordi R2 y Víctor. Poco después completan la animada tertulia Jordi P. y Alex “el niño”.
Los videoclips añejos que ofrece un canal de televisión nos recuerdan que alguna de las batallitas que contamos ocurrieron hace más tiempo del que somos capaces de reconocer.Jordi P. afirma que últimamente sus apariciones en este diario son demasiado fugaces y pide un mayor protagonismo. Estoy pensando en establecer una tarifa de aparición... podría ser la manera de alcanzar el estatus de ocioso sin demasiado trabajo.

03 diciembre 2004

“Desde entonces soy un optimista contumaz. Ver truncarse las vidas, con todo lo que cada vida llega a contener, y verlas truncarse por motivos absurdos o irrisorios, y de formas a menudo atroces y desdichadas, despierta en uno una inevitable desconfianza hacia los semejantes, pero también una necesidad incontrolable de proteger y alimentar a cada segundo la ilusión de vivir. Aunque sea estúpida, y frágil, y aunque los días y las noches te ofrezcan tantas razones para perderla.”
Lorenzo Silva. La niebla y la doncella


DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 2 de diciembre de 2004


Salgo de Levi Pants y, pese a que todavía es pronto, ya ha oscurecido. De vuelta en la ciudad me veo obligado a hacer tiempo en un barrio que no es el mío. Camino sin prisas mientras miro escaparates. Por unos momentos vuelvo a convertirme en el ocioso modelo y disfruto de la sensación conocida y confortable de vagar sin rumbo fijo. Paseo, entro en una tienda sin otra intención que dejar pasar el tiempo, miro pasar a la gente (que se desplaza a un ritmo muy superior al mío), valoro entrar en un bar, sigo paseando y al final me siento en otro bar frente a la cristalera de entrada que me da una visión – muy fragmentada y limitada pero igualmente interesante – de la vida en el barrio. Aprovecho tambien para leer un poco (he acabado “Iacobus” de Matilde Asensi y ahora estoy leyendo “La niebla y la doncella” de Lorenzo Silva y un estudio sobre el mundo de la confección de pantalones (un regalo de cumpleaños) escrito por Javier Perez de Silva. Justo ahora, al escribirlo, me he fijado en la coincidencia de apellidos... curioso).
Pero todo tiene su fin (y lo bueno, por desgracia, también). Se acaba mi tiempo de ocio y me dirijo al despacho del administrador de nuestra finca para la reunión anual de vecinos de la finca donde vivimos ( motivo que me ha llevado a este barrio que no es el mío). La reunión resulta larga pero mucho menos dura de lo esperado. La pobre asistencia hace que las ancestrales rencillas vecinales no hagan – como es costumbre desde tiempos inmemoriales – aparición.
Pese a todo salgo agotado y llamo a María José para que protagonice un oportuno rescate. Quedamos en el “Panyvino” pero, cuando llego, un inoportuno apagón nos deja sin cena. Paseamos por el barrio – que hoy, por la oscuridad, presenta un aspecto insólito- y acabamos cenando en el “Murivechi”. La cena, la conversación con María José y las noticias que me trae del avance de nuestra felicitación de navidad de este año actúan como un bálsamo reconstituyente que me cura de los sinsabores de los últimos días.