DIARIO DE UN
OCIOSO
Viernes, 19 de octubre
de 2018
Me despierto
pronto y salgo a la calle. No tengo la excusa de Cass (está en Graceland con sus
canguros Marta y Marga), pero soy un animal de costumbres. La ciudad poco a
poco despierta y me gusta pasear con un ritmo propio. Paro a tomar un café.
Compro en un par de tiendas madrugadoras. Paseo por el mercado que justo empieza a funcionar.
En el Teatro Breton de los Herreros, un camión descarga el material para el “Bodas
de Sangre” de Oriol Broggi (no me importaría volver a verla esta noche… pero ya
no estaré aquí)… Camino, miro y escucho. María José me llama cuando se despierta y nos encontramos en
la recepción del hotel. Desayunamos y volvemos a la carretera.
En Jesuskoa
(Zumaia), María José ha reservado una bonita habitación. Dejamos las bolsas en
ella y salimos de ruta. Con la banda sonora habitual, llegamos a Getaria por la
montaña, rodeados de viñedos de txacolí. Paseo por el pueblo, anchoas, gilda y
txacolí local. De vuelta al coche, pasamos por Zarautz y decidimos entrar a San
Sebastian por Igueldo.
A medio camino la
niebla nos rodea. No vemos nada. Avanzamos muy lentamente, sin música y con las
ventanas abiertas para poder oír a otros vehículos. Nos cruzamos con algunos
que andan tan perdidos como nosotros. También con senderistas desorientados.
Decidimos continuar y finalmente llegamos a San Sebastian. Paseo por la ciudad,
pinchos en La Bodega Donostiarra y comida en el Morgan Jaletxea (recomendación
de Miquel que también nos recomendó Jesuskoa… dos aciertos). Paseo para bajar
la comida y vuelta a Zumaia.
Paseamos por el
puerto de Zumaia y volvemos a Jesuskoa para descansar y cenar. Tengo la sensación de que no hacemos otra cosa que comer. Ha sido un buen
primer día de vacaciones.
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