DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 12 de octubre de 2015
“Només són dones” rinde homenaje, en el TNC, a todas las
mujeres represaliadas por el franquismo. Carme Portacelli, armada con las
mejores herramientas (grandes las tres mujeres que la acompañan en esta
singular aventura) intenta encajar tres expresiones artísticas – teatro, danza
y música – en un espectáculo emocionante y emotivo. “Només són dones” funciona
pese a que la integración no está del todo conseguida. Nada que decir a las
aportaciones de Miriam Iscla, Maika Makovsky y Sol Picó (las tres están gigantescas).
Música y texto encajan, consiguen emociones conjuntas, transmiten en la misma
dirección… pero Portacelli no consigue que la danza encaje igual, una atención
repartida juega totalmente en su contra. Cuando aplaudo, al final del
espectáculo, mis aplausos van tanto para las cuatro mujeres que lo han hecho
posible, como para todas aquellas a las que homenajea.
El resto del fin de semana –largo – ha servido para
descansar, para estar con amigos (sobre todo en una agradable jornada en el
campo – un campo domesticado y, por lo tanto, más confortable -), para
tecnificar y ordenar Graceland y para continuar con la quijotesca tarea de
digitalizar música que – quizá – jamás volveré a escuchar.
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