DIARIO DE UN
OCIOSO
Martes, 5 de
septiembre de 2017
Crecí leyendo El
País. Fue el primer periódico que me compré hace más de 30 años y, desde
entonces, su lectura me ha acompañado. En sus páginas encontré la pluralidad y
la objetividad que otros medios no me ofrecían. Este verano lo compré por
última vez. La pluralidad, la objetividad, la seriedad, el rigor… todo ha sido
arrasado por el dictado de los poderes (políticos, económicos… que más da, creo
que son todos los mismos). Abandono la lectura de El País con tristeza y con
agradecimiento por todos estos años en los que he aprendido, he reído, he
descubierto y he llorado. Ha sido un buen viaje.
De nuevo acaparado
por el trabajo, cuesta pensar en viajes. Es más fácil leerlos. Vuelvo a leer a
Josep M. Espinàs acompañándolo en uno de sus viajes a pie. “A peu per Mallorca”
es una delicia. Un viaje en el que la gente, el lenguaje y las pequeñas
costumbres, le roban protagonismo al paisaje.
El ritmo
acelerado de la semana, acaba frenando el sábado. María José prepara una fideuà
y comemos en el patio de Graceland con Jordi P, María, Toni y Marc. Dia de
reencuentros tras las vacaciones. Algunos tienen más cosas que contar que
nosotros. Y lo poco que tengo que contar, ya lo han leído en este diario. Risas
y larga sobremesa.
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