DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 23 de noviembre de 2011
Sábado. María José y yo nos vestimos con nuestras mejores
galas para asistir a la inauguración de la temporada en el Gran Teatre del
Liceu. Suena encantadoramente viejuno y nos gusta poder vivirlo. La versión que
dirige Àlex Ollé (La Fura del Baus) de "Le Gran Macabre" tiene una
espectacular escenografía que me ayuda a digerir la partitura de Ligeti. No
disfruto con la música que me parece poco estimulante, tanto estética como
intelectualmente (aviso para navegantes: no tengo ni idea de música y, mucho
menos, de ópera). No comparten mi opinión la mayoría de los asistentes (más
cultos, más preparados) que, al acabar el espectáculo, aplauden a rabiar
algunas interpretaciones y el montaje en general.
El resto del fin de semana transcurre tranquilo, en compañía
de María José, entre series (hemos acabado con la primera temporada "The Killing" que nos
aconsejo Jordi P.), partidas a diversos juegos de diversas consolas y cortos
paseos por el barrio.
Martes. Me encuentro con Jordi P. en la cola para cambiar nuestra
entrada por la pulsera del Primavera Club 2011. Pronto descubrimos que la presunta
cola del Primavera Club, es para acceder a un concierto, por suerte no hemos perdido demasiado
tiempo. Ya en la cola correcta, nos hacemos con la pulsera que me da acceso al
festival que empieza mañana.
En el Auditori del Conservatori del Liceu asisto al
concierto que algunos alumnos ofrecen para celebrar el 40 aniversario de la
Fundació Agustí Pedro i Pons. Un programa variado (Shubert, Scarlatti,
Aruitinian - Babajanyan y Villa-Lobos) y jóvenes intérpretes me acompañan en el
descubrimiento de un magnífico auditorio - por desgracia - muy desconocido.
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