25 abril 2008

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 25 de abril de 2008


El viernes, aunque no tenga demasiadas cosas que contar, me gusta escribir. Intento transmitir en estas breves líneas el alborozo que provoca la cercanía de la libertad tras cinco días de abnegada entrega a la causa del capitalismo. Encerrarse a trabajar, mientras fuera, en las calles, la primavera brilla con fuerza y las temperaturas suben, es una misión cada vez más ardua. Hoy lo haré una vez más... pero por última vez esta semana.

Ayer conseguí hacer un hueco en mi rutina y me escapé a la Escola de la Dona para ver el primer cuadro de María José colgado en una exposición. No es el primer cuadro de María José que veo expuesto – sobre mi cabeza tengo uno que hizo para mí –, pero hace ilusión verlo en una exposición pública.

Después, y dando un paseo por nuestro viejo barrio, entre en el colmado a comprar fideos e hice un pequeño descubrimiento. Lindt ha hecho un chocolate negro con chili. No pudiéndome resistir he comprado la que – si me gusta – será la primera de muchas.

Escribo rodeado de caos. A los dos ordenadores destripados que se desparraman por encima de mi mesa se han sumado los últimos días un montón de papeles de distintos tamaños y procedencias, una torre de revistas que esperan mi atención, cedes por escuchar y otros extraños objetos a los que no soy capaz de asignar un uso a corto plazo. Las profundidades de Graceland se asemejan cada vez más a una cueva.

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