08 agosto 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 06 de agosto de 2006


Vacaciones, día 9

Los días pasan. Sigo teniendo tiempo para leer el periódico cada día (leer de verdad, no hojear los titulares que es lo que suelo hacer durante el resto del año), para leer libros, para hablar calmadamente con María José, para dar paseos con Cass, para leer libros, para hacer siestas inmensas y cabezadas lujosas, para mirar, para disfrutar, para perder...
el tiempo es un lujo del que solemos prescindir, que solemos regalar y desperdiciar. Hay que ser conscientes de que lo tenemos y disfrutar cada momento de él.
Estoy en Maçanet de Cabrenys un pueblo amable dónde la gente con la que te cruzas por la calle te saluda, dónde no te sientes extranjero aunque es muy obvia tu condición, donde he pasado unos días muy agradables, dónde ayer me costó dormir...iglesia de Costouges
Paseos, siestas, lectura... Por la tarde cogemos el coche y, cuando nos damos cuenta, ya estamos en Francia. El primer pueblo tras la frontera se llama “Costouges”, es muy bonito y tiene calles con nombres increíbles (en catalán y francés): “vía crucis de los sueños inconfesables” y “callejón sin salida de las palabras calladas” son sólo dos ejemplos.
Entramos en la iglesia, damos un paseo y volvemos a casa mientras a lo lejos vemos el humo de los muchos incendios que este fin de semana están arrasando el Alt Empordà. Por suerte están lejos y los fantásticos bosques que nos rodean parece que están fuera de peligro..
Cenamos temprano y un último paseo nos despide de Maçanet. Mañana volvemos a Barcelona.
callejón sin salida de las palabras calladasvía crucis de los sueños inconfesables

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 5 de agosto de 2006


Vacaciones, día 8

Paseo matinal con Cass. Hoy se ha dormido mejor. El sol está saliendo y empieza a calentar, el viento mueve las cañas y trae sonidos y olores deliciosos. Pasear a estas horas se convierte en un pequeño placer.
De vuelta en el pueblo – casi completamente dormido – no consigo pan ni periódico. Vuelvo a casa y leo mientras espero que el mundo – al menos este rincón donde el tiempo parece haberse detenido – se ponga de nuevo a rodar.
Hasta las nueve no consigo un par de barras de pan y “El País” que devoro en el balcón después de desayunar con María José. El pan recién hecho y un cruasán me hacen ver que la espera ha valido la pena. Cass disfrutando del viaje

Se nos acaba la comida de Cass, bajamos a Figueres para comprar y aprovechamos para dar un paseo y recordar nuestras primeras visitas.
De nuevo en casa. Siesta y lecturas. Junto a los apartamentos hay un espacio en el que hoy organizan una cena de fiesta mayor. María José averigua que las habaneras – punto álgido de la juerga rural de esta noche – durarán hasta la una de la madrugada. Se impone una migración temporal y una cena lo mas lejos posible de nuestros – por unos días – conciudadanos.club nautic darnius, terraza con vistas
Damos una vuelta por los municipios vecinos: Darnius, Boadella, Les Escaules... y acabamos a orillas del pantano. En el bar del Club Nàutic Darnius hacemos una cervecita disfrutando del fabuloso emplazamiento.
Cena en el “Hostal La Quadra” y vuelta a casa donde descubrimos – con consternación – que la fiesta va para largo y que el grupo que actúa (se llaman “Ultramar”, con semejante fiesta, dormir es imposiblenombre que recuerda al superhéroe cuya serie de dibujos animados sigue Chin Chan con pasión) es capaz de hacer covers terribles de prescindibles temas con un entusiasmo y una falta de acierto difícilmente superables.
No nos dormimos hasta pasadas las tres.

07 agosto 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 04 de agosto de 2006


Vacaciones, día 7

Después de la larga noche, me levanto pronto y doy un paseo con Cass mientras el pueblo empieza a despertar y el sol sale entre las montañas. Hay silencio, poca gente en la calle y callejear por nuevas calles es un placer.
En el balcón acabo “Un vestido de domingo” mientras río a carcajadas. David Sedaris es menos ácido cuando cuenta intimidades familiares pero su sentido del humor y esa facilidad aparente para contar sus pequeñas historias hacen que leerle sea un placer.

Desayuno con María José en el balcón y vuelvo a la cama. Lectura (empiezo “La larga marcha” de E.L. Doctorow) y siesta del carnero.
Antes de comer salimos a dar una vuelta en coche que, vistas fantásticas aparte, no nos ofrece demasiado.nuestro coche en el bosque
Nueva siesta. Tras ella salimos a pasear. En la oficina de turismo me han recomendado una ruta de “unos 40 minutos”. Hora y media .después – y viendo que no hemos llegado a la mitad del recorrido – decidimos dar la vuelta. Llegamos a casa cansadísimos y – aunque el paseo era agradable – algo cabreados por las tres horas de caminata que hemos hecho calzados con chanclas. Ha oscurecido. Tiempo para cenar un bocata y regalarse un helado en el bar de la plaza. Muy cansados, nos vamos a dormir pronto.


QUE ALGUIEN ME LO EXPLIQUE 4


Siguiendo con el catálogo de despropósitoshorror house constructivos de Maçanet de Cabrenys me veo obligado a mostraros esta casa.
Cada uno puede hacer en su casa lo que quiera pero cuando su actuación artística alcanza semejante magnitud alguien debería intervenir en pos de la salud mental de los vecinos que se ven obligados – al levantarse y abrir la ventana – a afrontar la visión de este conjunto monumental. Y es que la tramontana, las drogas y Dalí han hecho muy poco en favor de la sensibilidad artística. la casa mas fea de maçanet

La casa que nos ocupa es obra de un artista local cargado de buenas intenciones, ganas de expresarse y nula sensibilidad estética.
En las fotos sólo se puede ver una parte ínfima de los horrores que podéis degustar si os acercáis a Maçanet. ¿Tiene algo que ver el autor de esta horripilante mansión con las cabras que hay a la salida del pueblo?
Que alguien, si puede, me lo explique.

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 03 de agosto de 2006


Vacaciones, día 6

La rutina matinal – madrugón, paseo, compra del periódico... – se ve alterada en este punto. Cuando vuelvo a casa después de comprar el periódico, María José se ha levantado y está preparando las bolsas.
Desayunamos y – a las ocho y media – ya estamos en la carretera con destino a Maçanet de Cabrenys. Del viaje poco puedo explicar (María José – como siempre – es la encargada de conducir mientras Cass y yo dormitamos).
Maçanet está en el Alt Empordà. Es un pueblo pequeño, bonito y muy cuidado rodeado de montañas. Montañas por las que el gobierno quiere pasar una línea eléctrica de muy alta tensión para conectar las redes eléctricas francesa y española. Los habitantes de la zona están en contra y protestan con pancartas y carteles que están por todo el pueblo.
Encontramos sin problemas los apartamentos donde hemos hecho la reserva. Se llaman Cal Ratero (c/Domines, 6 Maçanet de Cabrenys Tel. 972670135) y están en un antiguo hostal en el centro del pueblo. Ahora el hostal se ha reconvertido en pequeños apartamentos (habitación, salón con cocina, lavabo y balcón) completamente equipados. Dejamos las cosas en el apartamento y damos el primer paseo por el pueblo rematando en el bar de la plaza con una cervecita.

Comemos en el balcón y – es un gustazo después de tanto calor – María José se tiene que poner una chaqueta ya que la tramontana sopla fuerte. Estamos rodeados de montañas y la tranquilidad es total. Siestas, paseos y lectura.

Cena el el Hostal La Quadra (Rectoria 11, Maçanet de Cabrenys Tel. 972544032)Bar La Pau. Maçanet de Cabrenys
La coca de escalibada (un hojaldre de impresión) está estupenda y la carne es muy buena. Amabilidad, detalles constantes... una cena deliciosa.

Vuelta a casa, lectura y a dormir. La primera noche fuera de Graceland se hace larga. Cuando no es la puta campana – empeñada en marcar todos los cuartos -, es el viento – impresionante la gama de ruidos que puede llegar a producir - o Cass - inquieta por los nuevos ruidos – ladrando. Cosas de vivir en un pueblo.

QUE ALGUIEN ME LO EXPLIQUE 3

Salida de Maçanet de Cabrenys. el horror son dos cabras a ambos lados de la carreteraDos esculturas despiden a los visitantes cambiando de golpe la buena opinión que tenían del pueblo hasta el momento de abandonarlo. Alguien – se supone que armado de un cargo municipal – ha decidido plantar a ambos lados de la carretera dos esculturas para que escolten la vuelta a casa de los sorprendidos – e incluso asustados – automovilistas.
En ellas dos angelitos cabalgan a lomos de cabras con cuernos dorados.¿da miedo o no?
Si, has leído bien y las fotos que acompañan mi comentario lo atestiguan e inmortalizan (pese a que no hacía falta).
Las preguntas que se me ocurren son muchas: ¿Era necesario? ¿Cuánto ha costado semejante afrenta al buen gusto? ¿Es una broma privada de los locales que sólo ellos entienden? Si fue un error de cálculo, un mal entendimiento con el escultor, una desafortunada cadena de despropósitos... no hay dos sin tres... lo siento de verdad¿Por qué no se ha decidido retirarlas una vez visto el resultado? y, sobretodo, ¿Por qué?
Muestra de arte pop poco afortunado, evolución municipal del gusto por los enanos de jardín, mancha que empaña la belleza de un pueblo... por la noche – no sea que usted se lo pierda – lo iluminan.
Que alguien me lo explique.

03 agosto 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
miércoles, 02 de agosto de 2006


Vacaciones, día 5

Rutina matinal a la que añado el visionado de “Plan oculto” la última maravilla de Spike Lee.
A mediodía inauguramos la campaña “ponga un Rodríguez en su mesa durante el mes de agosto” acogiendo a Rafa. Comemos y continuamos las conversaciones que ayer nos quedaron pendientes.
Cuando Rafa se va, me queda el tiempo justo para una pequeña siesta antes de que lleguen Jordi R. y Pez con la intención de que les eche una mano en la creación de una web para su grupo. Hablamos de posibilidades y vemos algunas páginas web para ver que podemos hacer.
Cuando nos damos cuenta el día se ha volatilizado y empieza a oscurecer. En el patio de Graceland se está de muerte.

02 agosto 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 01 de agosto de 2006


Vacaciones, día 4

La rutina de vacaciones – bendita sea – se va estableciendo. Me levanto pronto, paseo con Cass, compro el periódico y lo leo mientras le voy tirando la pelota a Cass en el patio de Graceland.

Ha llegado agosto y “El País” no presenta todavía el paupérrimo aspecto que tradicionalmente ofrece por estas fechas. Si ha llegado, en cambio, “El País del verano”. Se echa de menos a Elvira Lindo y su “Tinto del verano”, la columna estival que mejores momentos me ha proporcionado. Hay nuevos colaboradores, columnas que prometen y otras que no me interesan tanto. Sorprende la coincidencia entre dos colaboradores tan dispares como Juanjo Sáez y José Martí Gómez (ambos – cada uno con su estilo – han hecho la misma columna). Lo mejor del día es esa excursión a su nostalgia que nos permite hacer Juan Marsé. También están a la altura Juan José Millás, Sergi Pàmies y Karmentxu Marín.. No disfruto tanto con dos de mis favoritos – Javier Sanpedro y Juan Carlos Ortega – que ofrecen un arranque flojo. En fin, mucha lectura, mucho buen escritor y tiempo para disfrutarlo.

Cuando María José se despierta desayunamos en el patio y vamos al Ikea. Recorrido completo y pocas compras (en el supermercado compro un par de guarradas de esas que los suecos llaman comida). Rematamos una mañana de centros comerciales en el Gran Vía 2 acabando de rellenar la nevera.

La nevera está a tope pero no apetece cocinar. El Sakuraya (c/aprestadora, 18 Hospitalet Tel. 934329021) y su menú de mediodía (por 10 euros por cabeza comemos muy bien) acuden en nuestro socorro.

Tarde de siestas, de leer, de escribir un poco y de jugar – en la máquina – al “Magical drop”. Establezco mi nuevo record al conseguir acabarlo con seis créditos. Debo seguir mejorando.

Hora de cenar. Cogemos el coche y nos alejamos de la ciudad para disfrutar de una relajante cena en el patio de verano de Yoli y Rafa. La temperatura es agradable y – con Lucas dormido y Cass agotada – recuperamos la tranquilidad que faltó en nuestra última cena. Esto son vacaciones.

01 agosto 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 31 de julio de 2006


VACACIONES, día 3

Me levanto pronto el día que, oficialmente y después del fin de semana, es mi primer día de vacaciones. El día no se diferencia de muchos otros: salgo a la calle con Cass mientras la ciudad empieza a despertar, compro el periódico y vuelvo a casa. Sé – no obstante - que no he de ir a trabajar hoy y eso crea una extraña sensación de calma que le da al día un aire especial.

Leo el periódico en el patio y – una vez leído de cabo a rabo – preparo el desayuno y despierto a María José. Desayunamos en el patio mientras trazamos los planes maestros que guiaran nuestro día.

En el Fnac nos aprovisionamos de lectura para el verano: Sedaris, Doctorow, Mankel y Easton Ellis serán los protagonistas de mis lecturas veraniegas. Si todo va bien y sobra algo de tiempo le daré un tiento a los Crichton y Cornwell que se compra María José.
Hacemos un segundo alto en “Mugi” y después volvemos a casa para pasear con Cass, comer y regalarnos una siesta sensacional.
Tras algunas dudas, empiezo “un vestido de domingo” de David Sedaris, un poco de humor facilitará la desconexión.

Por la tarde cogemos el coche y, tras una caravana que no habíamos previsto, llegamos a Alella. Nos acercamos a un garden, Cass se pelea con un gato(pelea de la que tanto ella como yo salimos marcados por las uñas del “lindo gatito”), paseamos por el pueblo que está en fiestas, Cass juega con un labrador y descubre lo refrescante que es revolcarse en un charco de barro ante la vista de todas las jubiladas del pueblo que ríen las gracias de la “simpática perrita”, nos encontramos con el “Peres” que está muy nervioso por que hoy debuta como actor, damos un largo paseo por la feria y nos encontramos con Dolors y, agotados los tres, volvemos a casa después de someter a Cass a una limpieza exhaustiva.

En casa vemos “Frasier” (Yola y David nos dejaron la segunda temporada y hace unos días que la estamos viendo) y nos retiramos pronto. El día ha sido largo y productivo.

30 julio 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 30 de julio de 2006


VACACIONES, día 2

Día de recuperación. Los tres no paramos de enlazar siestas. Aprovecho para leer (he acabado “El último coyote” de Michael Connelly y no empiezo nada nuevo a la espera de la compra de libros para las vacaciones... con un poco de suerte el lunes).

Son casi las 21:00 hora de levantarse y acercarse a casa de mis padres. El viernes le dieron el alta a mi padre y aún no me he pasado a ver que tal le va en casa.

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 29 de julio de 2006


VACACIONES, día 1


Que gusto empezar así el diario. Que placer saber que, durante los próximos 30 días, puedo empezar el diario con la misma bendita palabra.
Inauguramos las vacaciones trabajando para adecentar Graceland. El trajín de los últimos días – reparaciones por escape incluidas – no han dejado tiempo para mucho y la casa necesita un poco de limpieza y la nevera, un poco de cariño.
Por la noche organizamos una barbacoa en casa. Se apuntan Consol, Alberto y Clara, Olivia, Roberto y Martina y Yoli, Rafa y Lucas.
El caos es cenar con tres niños, un cachorro de perro y ocho adultos que intentan llevarse algo a la boca. Pese a las constantes urgencias que provoca la situación: lloros, carreras, intento de robar butifarra por parte del perro, paseos para dormir y/o hacer las necesidades (niños y perro respectivamente, pero podría haber sido al revés)... la cena resulta divertida. Pasan de las tres cuando, agotados, decidimos dejarlo para otro día.

29 julio 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 28 de julio de 2006


Jueves. Una cena en el “Cardamon” (c/Carders, 31 Tel. 932955959) en compañía de Jordi, Núria y María José deja la semana vista para sentencia. Cenamos bien y se bebe mucho y variado. El resultado es una sensación de bienestar difícil de transmitir por escrito.
Rematamos la jugada en el Borneo con una rápida cerveza. En el camino de vuelta a casa he de hacer esfuerzos para no dormirme apoyado en la espalda de María José que conduce la moto.

Viernes. Ocho horas que se alargan como nunca antes lo han hecho y, al final del túnel, la luz que anuncia 30 días en los que no voy a pisar el suelo de Levi Pants. Me recoge María José a la puerta y me siento como esos protagonistas de película que salen de la cárcel y, a la puerta de la prisión, se encuentran con su chica que les espera al volante del coche. No hay música de fondo ni coche – María José ha venido en moto – pero la sensación debe ser parecida. Intercambiamos regalos de vacaciones – una tradición particular – (mi regalo es una fantástica radio para escuchar en la ducha) y nos regalamos una cena en el “Mosaico”. No nos gusta tanto como en la primera visita (la comida está buena pero la presencia de una gran tele encendida y otros pequeños detalles nos hacen la estancia menos agradable). Pero nada importa: María José y yo estamos de vacaciones.

26 julio 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 25 de julio de 2006


Lunes. Otra jornada maratoniana. No tengo fuerzas para cenar con Pablo y con David que han quedado en el centro. Me sabe mal, otra vez será.

Martes. Tras un viaje alucinante en la línea 1 del metro barcelonés (vagón a tope, aire acondicionado inexistente, chorros de agua cayendo del techo, dos tipas peleándose a gritos durante más de media hora, paradas inexplicables en las estaciones...) llego – tarde – a mi cita con María José – la pobre lleva más de 20 minutos esperándome – y, juntos, llegamos – tarde – a casa de Yoli y Rafa.
Lucas ha crecido un montón y está divertidísimo. Da gusto verlo reír.
Pedimos comida al chino habitual. En la mesa se olvida el cansancio de la jornada, se ríe y se hacen planes de futuro para las vacaciones que están a la vuelta de la esquina. Quedan tres días.

24 julio 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 23 de julio de 2006


Sábado. Cuesta ponerse en funcionamiento después de la cena y el paseo nocturno de ayer. Al final, tras acabar “La jota de corazones” de Patricia Cornwell (de momento es el que más me ha gustado de la serie de la doctora Scarpetta), conseguimos salir a la calle. Visita al hospital y vuelta a casa para recoger a Cass y salir con destino a casa de Kris y Tony.
Llegamos os últimos y tarde. Por suerte el aperitivo y la piscina han conseguido que no nos echen de menos. Somos muchos: Kris, Tony, Ainhoa, Eva, Alfonso, Espe, Javi, Sandra, Mari y “el cuñao” a los mandos de la barbacoa.
La piscina nos recupera del viaje sin aire acondicionado mientras Cass no se atreve a entrar en una piscina que le llama muchísimo la atención. Después llega la comida, la larga sobremesa y un nuevo baño.
Volvemos a casa, dejamos a Cass – está destrozada después de correr durante todo el dá – y salimos de nuevo. Esta vez para ir a casa de David y Iola. Hoy teníamos que cenar con Pablo que ha venido de Thailandia. Pero la adversidad nos persigue y con Pablo se ha venido un extraño virus que le impide asistir a la cena (he estado tentado a atribuir su baja de última hora a un “pablazo” pero no sería fiel ha la verdad).

Nota: Un pablazo es una pérdida de la coordinación psíquica y/o física debida a la ingestión de alcohol en grandes cantidades. Puede producirse también por la mezcla de alcohol con sustancias psicotrópicas y debe su nombre al Pablo protagonista de la historia que estoy contando hoy.

Conocemos a Martí e intentamos – sin demasiado éxito jugar con Ona.
La cena – en la terraza -, como siempre, está buenísima y la sobremesa, pese al calor de la noche, es fantástica.
Nos vamos a dormir tarde tras un nuevo paseo nocturno con Cass.Cass saltando a la piscina

Domingo. Empiezo a leer otro best seller (el calor, el hecho de que los libros sigan en cajas un año después de la mudanza y mi estado mental, no permiten otra cosa): “El último coyote” de Michael Connelly.
Domingo de perezas, de no hacer nada en concreto y de descanso. Cass juega en el patio con su nueva piscina y, como hace mucho que no aparece por aquí, pongo una foto para que veáis como ha crecido.
Quedan 5 días para las vacaciones.

22 julio 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 21 de julio de 2006


Noe, en su blog, recomendaba el Tapioles 53. Leí su recomendación y, minutos después, llamaba para reservar (tuve la sensación de que me gustaría).
Ella fue a celebrar un aniversario, nosotros también y el restaurante es ideal:
pequeño, acogedor, con un personal muy atento y con una comida buenísima.
Nos decidimos por el menú de degustación (un entrante, tres platos y postre) y disfrutamos tanto de la comida como de los detalles y de la calidez del local.
En un momento en el que los cocineros estrella tienden a abrir grandes restaurantes se agradecen los locales personales en los que se cuidan los detalles.
Cenamos de miedo y nos sentimos acogidos. No se puede pedir más.

Al volver a casa damos un paseo con Cass pese a ser muy tarde. Ha empezado el fin de semana.

20 julio 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 20 de julio de 2006


Llevo la mochila llena de cosas para leer: “la jota de corazones” de Patricia Cornwell - que es la novela que estoy leyendo actualmente -, “El benestar” de Sebastià Alzadora - regalo de Núria, está en la mochila, cerca, esperando su momento -, “Una breve historia de casi todo” de Bill Bryson – que quedó olvidado en el fondo a media lectura y clama a gritos ser rescatado del injusto ostracismo al que le he sometido – y el “Rockdelux” del mes - para trayectos cortos o en condiciones adversas -.
El nivel de cansancio es tal que en los muchos trayectos en transporte público que estoy haciendo actualmente no consigo leer nada. Las dormidas son espectaculares y, no lo dudo, motivo de diversión para mis desconocidos compañeros de viaje.

A la rutina de los últimos días le pusimos el martes un oportuno parche con una cena en Graceland en compañía de nuestros primos Pau y Elena. La cena la rematamos con las ya tradicionales partidas de Pang. La pareja cómica formada por Pau y María José resulta espectacular. De nuevo el patio de Graceland y una oportuna cena actúan como bálsamo que nos trae aires de esas vacaciones que cada vez están más cerca.
El miércoles, con María José, miramos hacia atrás y celebramos que llevamos once años viviendo juntos.

18 julio 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 16 de julio de 2006


Graceland necesita un repaso y, capeando la temperatura como podemos, conseguimos dárselo entre los dos. Una vez reconvertido en un lugar habitable miramos el reloj y vemos, con cierta desolación, que es hora de comer y no quedan fuerzas para preparar la comida. El problema, que a muchos les puede parecer irresoluble, tiene fácil solución.
Nos acicalamos – nuestro estado actual no es presentable – y nos acercamos a un japonés que acaba de abrir en el barrio. El “Sakuraya” (c/Aprestadora, 18 L’Hospitalet. Tel 934329021) acaba de abrir sus puertas esta semana, es bonito, acogedor y la comida está muy buena. Me decanto por el shashimi (muy bueno) pero veo que la especialidad de la casa es la plancha (el cocinero – de cara a los comensales – es espectacular) y no tardaré en probarla.
Al volver a casa descansamos un buen rato dormidos delante de la tele. Ya de noche, nos pasamos a ver a mi madre – hoy es su santo – y no la encontramos (aún no ha vuelto del hospital).
Cena en casa de Jordi R. y Nuria. Cenamos en la terraza, se está muy bien. Jordi y Nuria – siempre atentos a los detalles – complementan la estupenda cena con un espectáculo de nivel: tras los postres un estruendo nos hace girar la cabeza hacia la calle. Lo primero que veo es un coche girando en el aire hasta caer sobre el van como locos. la foto es de Jordi R.techo y quedar atravesado en la calle. La música máquina a todo trapo que estaba escuchando el descerebrado conductor – que inmediatamente sale del coche por su propio pie, sin aparentes lesiones, pero (espero) con puntos negativos en su carnet – es lo único que se escucha cuando el coche se deja de mover.
El suceso entretiene la sobremesa.

No contentos con regalarnos esta arriesgada performance, Nuria me regala “El benestar”, libro de Sebastià Alzamora donde aparece “Jo l’invertit de cos i d’anima”, uno de los poemas que Miguel Poveda adapta en su último disco “Desglaç” (es el que más me gusta). Jordi, en cambio, me regala un recopilatorio donde aparece un tema de su nueva banda: “Fashion Corps” (que, de hecho, es su antigua banda – “Higgins” – a la que han decidido cambiar el nombre debido al gran número de grupos que tienen el mismo nombre).
Una noche completita. He empezado a leer "La Jota de corazones", de Patricia Cornwell.

16 julio 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado 15 de julio de 2006


Duermo mal. Estoy muy cansado y ocupo la mañana con la difícil tarea de descansar placidamente. Aprovecho también para leer (he acabado “Utopía” de Lincoln Child, a él y a su compinche Douglas Preston no les darán nunca ningún premio literario serio, pero hay que reconocer que saben escribir Best Sellers. Pese a lo previsible de la trama el libro está lleno de detalles y me lo he pasado muy bien leyéndolo.
Paseos – cortos, hace mucha calor -, siestas y visitas al hospital ocupan el resto del día.
En un despiste de María José me escapo al centro comercial y me compro “A Hundred Highway” de Johnny Cash. La aparición del quinto disco de la serie América, fruto de la colaboración del cantante con Rick Rubin, es una agradable sorpresa ya que, tras la publicación “The man comes around” y la muerte del cantante, parecía que no íbamos a tener mas discos de la serie. Por suerte no ha sido así y “A hundred of highways” no desmerece a sus predecesores. Canciones de clásicos de la escena country y folk americanas (Gatlin Brothers, Gordon Lighfoot, Hank Wiliams, Bruce Springsteen, Don Gibson...), buenos músicos y la voz inconfundible del mejor Johnny Cash son los elementos de la quinta entrega de la serie América, para mí imprescindible.

Llegamos tarde al concierto de “The Divine Comedy” y tenía ganas de verlos, la próxima vez será.
El concierto esperado de hoy era el de Rufus Wainwright. Una serie de desafortunadas casualidades me impidió verlo la última vez que vino a Barcelona y, después de oír las críticas y los comentarios de los que fueron, se me pusieron los dientes todavía mas largos. Esta vez no me lo podía perder.
Llegamos al recinto del Summercase poco antes de que empiece el concierto, nos armamos de bebidas y nos acercamos a la carpa donde actuará Rufus. Sólo o acompañado por una de sus hermanas (Lucy Wainwright), alternando piano y guitarra y en unas condiciones de muy desfavorables (en la carpa hacía muchísimo calor y el ruido que llegaba de los otros escenarios molestaba un poco) Rufus ofreció un concierto memorable. Durante mas o menos hora y media repasó su discografía (que gustazo escuchar en directo temas como “The art teacher” o “Cigarettes and chocolate milk”, nos regaló una versión – a dúo con su hermana – del “Hallelujah” de Leonard Cohen y se despidió con un único bis que nos dejó con hambre (cosas de los festivales y sus horarios).
Tras el concierto, una cena de bocata de lomo a ritmo de los “New Order” y un poco de “Primal Scream” de despedida.

15 julio 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 14 de julio de 2006


Un día horrible en Levi Pants sirve de triste colofón a una semana especialmente dura y cansada. Estoy harto de soportar incapacidades y, si no fuera por la hipoteca, hoy lo hubiera mandado todo a rodar. Pero los grilletes pesan mucho y uno tiene una boca (rodeada de pelo blanco y soportada sobre cuatro patas) que mantener.

Recupero fuerzas en el “Summercase”, un macro festival de nuevo cuño que se trae a Barcelona a alguno de los mejores grupos del pop-rock actual. Llegamos tarde a la actuación de “Belle and Sebastian” y nos conformamos con “Superfurryanimals”. También vemos un poco de la actuación de “Midlake” pero María José también ha tenido un día duro y nos vamos antes de que empiecen a tocar “Sigur Ros”. Hoy ha servido de toma de contacto, mañana volveremos.

Ya en casa damos un paseo por el barrio con Cass mientras nos comemos el bocata de fuet que hemos comprado en el único bar que quedaba abierto. Los fantasmas se empiezan a desvanecer pero la idea de un cambio sigue rondando en mi cabeza. Quedan 10 días laborables para las vacaciones. Será duro, pero queda poco.

12 julio 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 11 de julio de 2006


Domingo. Mientras María José y Lidu juegan con el Pang aprovecho para descansar. Por la noche, después de algún paseo con Cass y poco más veo la final del mundial – poco fútbol pero mucha emoción -.

Martes. Hoy operan a mi padre. Mi madre, Eli y yo pasamos el día en el Hospital esperando que salga del post-operatorio. Nos lo devuelven 12 horas después pero, por lo que parece a simple vista, en buen estado. Durante la espera veo el encierro en un bar mientras tomo café con mi madre, hago crucigramas, leo “El País”, leo “El Jueves” (especial Porno), leo “Berlín” de Antoni Beevor y lo acabo, hago puzzles japoneses y otro extraño pasatiempo que no consigo acabar, como en el bar de menús que hay delante del hospital, busco – infructuosamente – un practicante que me ponga la vacuna, intento que me pongan la vacuna en el hospital y finalmente lo consigo en un hospital vecino, hablo con mi madre y con Eli.

María José se pasa por la clínica a última hora de la tarde y, juntos, volvemos a casa. He estado todo el día sentado pero estoy muy cansado. Empiezo “Utopía” de Lincoln Child (después de un pedazo de realidad tan duro como el que cuenta Antoni Beevor en Berlín es necesario leer algo entretenido) pero no consigo pasar del primer capítulo, los ojos se me cierran, mañana será otro día.

09 julio 2006

QUE ALGUIEN ME LO EXPLIQUE 2

Hago un alto en el relato de mi diario deambular por la vida para retomar esta sección de denuncia que tantos seguidores ha cosechado en su corta pero intensa trayectoria.
museo del Barça, versión callejera
El asunto que hoy nos ocupa es una caseta - supongo que del guardia - en la puerta de entrada de las obras de la Ciudad Judicial. Supongo que, en un exceso de euforia deportiva, a algún artista oculto tras una camiseta imperio y un casco de obra, se le ocurrió plantar un homenaje sobre el techo de la caseta.la calle se llama general almirante ¿Por qué?
Ante la magnitud del desatino se me ocurren varias preguntas ¿se acabó la pintura grana? ¿De dónde sacó el rojo fosforito? ¿Qué significado esotérico tienen las manos? ¿Es la media luna un velado guiño del artista hacia los trabajadores musulmanes? La copa torcida, ¿Es la de la liga? ¿Se acabó la pintura azul a medio pintar la copa de la champions? ¿Hacía falta? ¿Tienen demasiado tiempo libre los trabajadores de las obras de la futura Ciudad Judicial?
Que alguien me lo explique.

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 08 de julio de 2006


Música new age y la conversación de una pareja en la otra punta del local. Tomo café tras una buena comida en el la soledad del comedor del fondoAngus Beef” (c/Aragon, 67 Barcelona. Tel 932264267). Estoy sólo. María José celebra su segundo fin de semana de hermanas con Lidu y – pese a las ofertas para que me quedara a comer con ellas – he decidido dejarlas solas, seguro que tienen muchas cosas que contarse.
He callejeado escuchando a Pitingo (su “Pitingo con Habichuelas” es grande pese a su sencillez) y a Rufus Wainwright (otro monstruo, diferente, pero también grande. Si nada se tuerce la semana que viene lo podré ver en directo) por una ciudad que – supongo que por el calor – parece desierta. Al pasar por delante del restaurante he decidido regalarme un buen trozo de carne.
Comer solo tiene algo de urgente. La falta de conversación convierte la comida – aunque uno intente alargarla demorándose en el placer que esta provoca – en algo fugaz. Se echa de menos la palabra, el oído que escucha, tener en quien depositar la mirada.
Sin lectura sería mucho más difícil: “Berlín” para la espera y algo mas ligero (el rockdelux) para acompañar el jugoso solomillo.

De nuevo en la calle, camino – esta vez acompañado por “The Doors” – hasta el “Caixa Fórum”. Poca gente. Veo la selección que ha hecho Soledad Sevilla de la colección de arte contemporáneo de la Fundación La Caixa y, pese a que hay alguna obra que me gusta mucho, no son las obras que yo hubiera escogido – cuestión de gustos.Dan Perjovschi

En cambio disfruto mucho con “First Class” la intervención que ha hecho el artista rumano Dan Perjovschi en el Espai Montcada. Sus dibujos están llenos de fuerza, de inteligencia y de sentido del humor.

Sigo caminando y llego a casa. Siesta interrumpida por los gritos de María José y Lidu que están jugando con la maquina. Me apunto y también juego un poco.

Por la noche cenamos en el “Hanagin” (a Lidu le apetecía cenar japonés) y damos un paseo por la playa con parada en un chiringo de la playa del Bogatell. Nos estiramos en una hamaca frente al mar y disfrutamos de una noche no demasiado calurosa. La música – algo alta – se mezcla con el sonido de las olas. No nos sirven, pero no importa, se está de miedo.