DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 5 de julio de 2004
Me he dado cuenta que, estos últimos días, me repito bastante. La llegada del verano en todo su esplendor, el sol y la calma que rodea mi placentera vida, me han llevado a un círculo vicioso del que no soy capaz de salir. No se si debería seguir explicando mis hedonistas rutinas mañaneras o si, por el contrario, debería zanjar el asunto – como tuve a bien hacer la semana pasada – con un “mañana standard”. Rutinas como levantarme cada día pronto (aunque no tengo necesidad de madrugar), desayunar con María José (mientras hablamos del día que nos espera y hacemos planes de futuro), coger la bicicleta y bajar hasta el club (un rápido paseo por un barrio que empieza a despertar), nadar (ejercicio en mi vida después de muchos años de largas jornadas de deporte de sofá) y tomar el sol (los que me conocen saben que siempre he tenido un déficit en esta materia) mientras leo (que gozada) y disfruto del mar (¿puede haber mejor vista?), se han convertido en placeres a los que ahora me sería muy difícil renunciar. Y es por ello que me gusta contarlos cada vez que los disfruto con la intención de que vosotros, los que leéis este Diario, los podáis disfrutar conmigo.
Pues eso... que hoy lo he vuelto a hacer.
Al volver a casa miro la nevera y me doy cuenta de que – en un pasado no muy lejano – conoció tiempos mejores y que con una pequeña ayuda volverá a ser el útil electrodoméstico que un día fue. Compro fruta a la señora Carmen que anda, como cada día, con sus dos pares de cerezas colgando de las orejas y después sigo comprando en las pequeñas tiendas del barrio.
Después de comer me acerco a La Pedrera y visito la exposición “Cuerpo y cosmos. Arte escultórico del méxico precolombino”. La exposición es una muestra notable de las representaciones escultóricas humanas en varias culturas mesoamericanas. Me parece muy interesante y, en algunos momentos, incluso divertida (hay piezas fantásticas, tremendamente cotidianas y llenas de sentido del humor). Me entristece pero, ver lo poco que sabemos de todas estas culturas con las que los conquistadores del “nuevo mundo” no quisieron convivir.
María José vuelve a casa con Alejandro. Alejandro es nuestro sobrino, tiene siete años y sufre un terrible ataque de incontinencia verbal. Juntos vamos al “Yume” (c/Via Laietana, 13 Tel. 932681813), un restaurante japonés con buffet libre giratorio. Aprender a utilizar los palillos, atreverse a probar el pescado crudo, poder decidir que comer... todo son sensaciones nuevas. Nos lo pasamos bien y volvemos a casa caminando bajo la lluvia (cuatro gotas mal contadas).
Ahora, mientras escribo esto, Alejandro y María José están concentrados en el noble arte de hacer pulseras de cuerda.
05 julio 2004
04 julio 2004
DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 4 de julio de 2004
Nos levantamos pronto, desayunamos y, con las bicis, bajamos por calles completamente vacías hasta el Club. Si por el camino estábamos prácticamente solos, al llegar la sensación de soledad se acentúa. El Club suele estar vacío a estas horas pero hoy hay menos gente todavía. Nado un rato y después leo frente al mar.
Volvemos a casa cruzándonos con la marea humana que empieza a llenar la playa.
Dejamos las bicis, compramos el periódico y nos vamos a leerlo en la terraza del “Caliu”. Las flores de las acacias, que no paran de caer alfombrando el suelo de amarillo, nos obligan a defender nuestras bebidas con alguno de los folletos publicitarios (cada día más numerosos) que acompañan al periódico dominical.
Todavía no hace calor, la calle es peatonal y no tenemos ninguna prisa. Se está bien. El periódico, estratégicamente dividido en partes, va pasando de mis manos a las de María José y de las de ella a las mías.
Hemos desayunado muy pronto y tenemos hambre. Comeremos en horario europeo en “La Chacha” que se ha convertido últimamente en nuestro segundo hogar.
Vuelta a casa y siesta patrocinada por el Tour (ayer se me olvidó contar que había empezado este gran generador de siestas, este sin par culpable de cabezadas históricas. Esta primera semana – llena de etapas llanas – augura unas tardes reconfortantes delante del televisor).
Completo la tarde deportiva con motociclismo, automovilismo y la final de la Eurocopa. La victoria de Grecia me deja exhausto. Me voy a dormir.
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DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 3 de julio de 2004
Me levanto pronto, preparo el desayuno y desayuno con María José que, después de leer el Diario durante toda la semana, también quiere su propia ración de sol y playa. Cogemos las bicis y bajamos hasta el Club. En el cielo hay nubes amenazadoras pero, como hemos sido buenos, se nos regala una impagable mañana de sol que aprovechamos nadando y leyendo.
La mañana se estropea y, por el aspecto de las nubes, creemos que el sol no volverá a salir. Volvemos a casa y, nada más llegar, empieza a llover.
No importa. Por el camino hemos parado en el video-cajero automático y nos hemos provisto de películas para pasar el día. Vemos “Bajo el sol de la Toscana” (Bien) y “Elephant” (Impresionante, me gusta mucho).
Decidimos no salir. Los resfriados veraniegos nos están dando más dolores de cabeza que los invernales.
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03 julio 2004
DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 2 de julio de 2004
Jueves. Mañana estándar (me levanto pronto, desayuno con María José, bajo al Club en bicicleta, nado un rato, tomo el sol y leo). Acabo “Ciudad de huesos” de Michael Connelly (como todas las suyas, una buena novela negra) y vuelvo a casa.
Por la tarde, con María José, visitamos una casa en obras. Está en el Carmelo (a 50 metros de la casa del hombre de los “fontainers” y tiene unas vistas impresionantes desde todas las habitaciones (Barcelona a tus pies y el mar de fondo). Pero pese a las excelentes vistas y a que cuando esté acabada será una maravilla, no nos la quedaremos (es demasiado cara para no ser exactamente lo que andamos buscando). Si alguien está interesado le paso el teléfono de la inmobiliaria.
Viernes. Mañana estándar. En el club he empezado a leer “Lo es” de Frank McCourt, que es la continuación – de hecho tendría que ser el mismo libro - de “Las cenizas de Ángela”. Espero que esta segunda parte me guste tanto como me gustó la primera.
Ya en casa espero a María José leyendo “El País” y haciendo el crucigrama de Mambrino (últimamente había abandonado esta sana costumbre).
Comemos y, después de una siesta, caminamos hasta los Icaria. Al llegar han empezado casi todas las películas y no tenemos mucho donde elegir. Vemos “Janis y John “ y me lo paso en grande. El guión es divertido y las interpretaciones de Sergi López y Marie Trintignant le añaden todavía más valor. Incluso ese pedazo de madera conocido como Christopher Lambert está bien (el papel de colgado le sienta bien).
¿Seguro que François Cluzet no es John Lennon?
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01 julio 2004
...”Una de las pocas fiestas patronales relacionadas con el ocio tiene lugar en Los Corrales de Buelna (Cantabria). Durante la fiesta de San Cipriano, patrón del pueblo, sus habitantes muestran públicamente sus aficiones, normalmente constreñidas en el ámbito privado”...
Santiago García Quintana. Pequeña Historia del Ocio. Buenos Aires, 1958.
DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 30 de junio de 2004
Mis dotes adivinatorias se hallan en proceso de crecimiento. La resaca que ayer anunciaba en esta misma plaza, no sólo se ha producido sino que sus dimensiones han sido superiores a las inicialmente esperadas. Su llegada, no hace falta decirlo, no ha sido recibida con la mejor de mis sonrisas.
Pero como suelen decir: “al mal tiempo, buena cara” y me levanto (tarde y de buen humor) para desayunar con María José. Dejo que la mañana transcurra placidamente mientras evito sonidos y luces que podrían dañar mi frágil equilibrio neuronal.
Recibo, por teléfono, una poco atractiva propuesta laboral que no llegará a buen puerto. En los próximos días se acabará de concretar pero el tema no tiene buen aspecto.
Lo que tiene mejores pintas es el curso a cuya sesión informativa acudo en compañía de Jordi P., parece muy interesante. La idea inicial era continuar, después de acudir a la reunión del curso, con la semifinal de la Eurocopa, pero – debido a que todavía estoy en proceso de recuperación - me rajo y vuelvo a casa para leer y descansar.
Y es que, como ha dicho Jordi ante mi deserción, nos estamos haciendo viejos.
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30 junio 2004
DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 29 de junio de 2004
Coger la bici y bajar al club cada mañana se está convirtiendo en una agradable rutina. Voy muy pronto y, gracias a esto, evito la marea de niños que aparece cuando yo me voy. El libro que estoy leyendo es muy pesado (físicamente) y eso es incómodo a la hora de leer en la tumbona de la piscina. El próximo lo escogeré por su tamaño.
Vuelvo a casa y, después de comer, con María José vamos a ver unos pisos que han puesto a la venta muy cerca de casa. El que nos gustaba ya está vendido (es un ático de ensueño con unas vistas sensacionales) y los que les quedan son demasiado caros. Otra vez será.
Entro en la cocina y empiezo a preparar cosas para la cena de esta noche. He decidido preparar tapas (que son muy fáciles de hacer pero requieren dedicación). Preparo esqueixada de bacalao, gildas, boquerones, taquitos de salmón – con la receta mejorada que me dio Nuria la semana pasada-, pinchos de solomillo y pinchos de salmón marinado y gambas.
Acabo poco antes de que lleguen Roger, Clara y Toni. Cenamos mientras me cuentan divertidas (y no tan divertidas) historias laborales. Gracias a las libaciones hechas durante la cena me aseguro una resaca de considerables dimensiones para mañana.
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29 junio 2004
DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 28 de junio de 2004
Desayuno con María José, cojo la bici y bajo hasta el club. En el club me encuentro con Francesc. Francesc y yo fuimos juntos a clase, éramos muy amigos y dirigimos dos publicaciones rivales (la guerra comercial fue dura pero no minó nuestra amistad). Pero en quinto de EGB, cambió de colegio. Estuvimos muchos años sin saber el uno del otro y, tras un encuentro casual, ahora nos encontramos por el barrio. Es uno de los pocos compañeros de clase que me encuentro regularmente, no sé que hacen el resto.
Mar, sol, un rato de natación en la piscina, lectura...
Vuelvo a casa y dedico el resto de la mañana a llenar la nevera.
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28 junio 2004
DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 27 de junio de 2004
Sábado. Acabo “Infancia” de Coetzee (impresionante, me gustaría poder escribir la mitad de bien algún día) y empiezo “Ciudad de huesos” de Michael Connelly. El resto del día lo dedico a la intendencia casera.
Por la noche María José y yo vamos a cenar a casa de Rafa y Yoli. Yoli ha preparado doradas al horno (buenísimas) y Rafa se ha encargado de las ensaladas. Cenamos en la terraza. (Nota médica: tanta cena en las terrazas ajenas nos está provocando un resfriado de grandes dimensiones). Interrumpimos la sobremesa para ver la ronda de penaltis del Suecia - Holanda y, tras la victoria de los holandeses, volvemos a la terraza para continuar con la conversación.
Domingo. Nuestra falta de moderación terracil ha tenido consecuencias y tendremos que pasar el día en casa para recuperarnos con la ayuda de una tortilla de aspirinas.
A mediodía golpean la puerta de casa (no tenemos timbre) interrumpiendo el disfrute del delicioso arroz que María José ha preparado. Es el vecino de arriba que dice que la escalera huele a quemado. El olor viene del piso de enfrente. Llamamos y no abren. Decidimos abrir (tenemos la llave) y no podemos ver nada debido al humo. Llegan los bomberos, envían al becario dentro y, cinco minutos después (es un piso muy pequeño), descubre un cazo en el fuego con dos biberones -convertidos en un engrudo calcinado- en su interior. Por suerte no ha pasado nada.
Como no podemos salir a la calle nos organizamos un ciclo de cine casero, vemos “Mistic River” (muy bien) y “La sonrisa de Mona Lisa”(muy floja).
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26 junio 2004
DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 25 de junio de 2004
Cena en la terraza del nuevo piso de Jordi R. y Nuria. Nos han invitado para inaugurar la que, cuando acaben las obras de reforma, será su nueva casa. También han invitado a Oriol (que también estudio con nosotros y al que últimamente no habíamos visto demasiado) y a Maribel.
Cena deliciosa y mucha cerveza son los ingredientes de la improvisada inauguración. En la conversación mezclamos viejas historias con nuevos proyectos. Lo dejamos a una hora prudencial.
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25 junio 2004
DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 24 de julio de 2004
Cansado y casi despierto paso el día como un zombi. María José no está mucho mejor.
A las 21’00 conseguimos salir a la calle. Damos un largo paseo y, como la pereza afecta a todo tipo de actividades, cenamos en La Chacha. Al volver a casa veo el final del Inglaterra – Portugal y siento sana envidia por ambas aficiones. Todos los aficionados al fútbol guardamos en nuestra memoria momentos que convertimos en mito particular, en parte de nuestra memoria futbolística. Estoy seguro que muchos portugueses y no menos ingleses guardarán para siempre la emoción tanto del partido como de la emocionante tanda de penaltis.
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24 junio 2004
DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 23 de junio de 2004
De nuevo estoy en el club, el sol calienta más que los últimos días y el mar está en calma. Me he dejado las gafas de sol en casa y leer resulta imposible. No tengo más remedio que cerrar los ojos y entregarme al feo vicio de escuchar conversaciones ajenas. Junto a mí, dos de las habituales hablan de lo cara que está la comida y de lo mucho que ha cambiado el tiempo – los inviernos ya no son como antes-. Una de ellas lleva una impresionante gorra amarilla hecha de ganchillo.
Por la tarde, con María José, vemos “Los Soprano”. Nos estamos acabando la segunda temporada que, como todo lo bueno, ha ido de menos a más.
Hoy es la vigilia de San Joan. Hemos quedado para cenar en casa de Albert y Esther en compañía de un grupo de amigos. María José y yo nos encargamos de comprar las cocas.
Al llegar a la casa hay un poco de confusión. Anna y Jaume han sido los primeros en llegar a la puerta de casa y al no encontrar a nadie han decidido llamar por teléfono para ver donde estamos los demás y por qué la casa parece cerrada. La casa parece cerrada porqué en S’Agaro –donde ellos están esperando – no hay nadie y todos los demás estamos llegando a casa de Albert en Barcelona.
Nos hemos quedado sin la compañía de Anna y Jaume y (también importante) sin embutidos.
Por suerte los demás (Marta, Miquel, Neus, Andreu, Ivan y Mani) llegan sin problemas.
Primero cenan los pequeños (María, Laura y Nacho) y, cuando se duermen, subimos a la terraza y empezamos a cenar mientras en los terrados vecinos no paran de lanzar cohetes y tracas.
En la sobremesa vuelven las viejas historias mezcladas con las noticias (por suerte todas buenas) del resto de amigos del grupo que hoy no han podido estar aquí.
La frecuencia de los estallidos a nuestro alrededor va decreciendo dejando paso a una calma agradable. Una brisa suave hace que en la terraza se esté bien y dejamos que la noche transcurra lentamente.
Al final, antes de volver a casa, Albert nos engaña para traer un limonero desde una terraza vecina. El limonero pesa mucho pero al final – y entre risas – conseguimos moverlo hasta su emplazamiento definitivo. Creo que la cena era la excusa para hacernos mover el (¿jodido? ¿puto?) limonero.
Aunque estamos en la otra punta de la ciudad y es muy tarde, decidimos volver caminando. Cuando nos acercamos a casa el cielo empieza a clarear. A las seis nos acostamos.
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23 junio 2004
DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 22 de junio de 2004
Es agradable levantarse pronto cada día y poder empezar el día con una conversación mientras desayunamos. María José se va a trabajar y yo cojo la bici y bajo hasta el club pese a que las nubes esconden el sol y el ambiente es fresco. Nado un rato mientras el sol, tímidamente, hace un quiebro a las nubes y empieza a calentar.
Me estiro delante del mar y leo (“Infancia” me está encantando). Oigo el mar, el lejano murmullo de la ciudad que todavía está arrancando y el rítmico sonido que los nadadores hacen a mis espaldas. Algunos de los veteranos socios del club se adentran con paso vacilante en la arena de la playa embutidos en bañadores comprados hace más de treinta años. El de ellas, como no, tiene un estampado floreado. Más tarde llegan los niños, ya de vacaciones, y empiezan a jugar, gritar y reír en la arena. Dejo el libro, cierro los ojos y me dejo llevar. Me dejo acariciar por el sol que todavía sigue luchando por ganar la batalla que, finalmente, conseguirá ganar. Hoy hay menos gente pero los habituales no faltan nunca (se les conoce fácilmente por su apergaminada piel y su cara de felicidad).
Vuelvo a casa y juego un buen rato con el “heroes of might and magic”.
Me encuentro con Eli cerca de su trabajo. Comemos en un restaurante de menús y alargamos la sobremesa en una terraza cercana. No tenemos suerte con el restaurante, por suerte es lo de menos.
En el apartado recojo tres cd’s (nada interesante) y vuelvo a casa.
Por la noche, y ya con María José, vemos un par de capítulos de “Los Soprano”.
Escrito por xavi a las 7:24 a. m. 0 comentaris
22 junio 2004
DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 21 de junio de 2004
Nos levantamos pronto y después de desayunar bajamos hasta el club. Las nubes que nos anunciaban un mal día no consiguen tapar el sol y embellecen el escenario. Nadamos y después me quedo en la tumbona secándome y leyendo mientras María José se va a trabajar. Acabo “Ahora sabréis lo que es correr” de Dave Eggers.
Vuelvo a casa y al llegar estalla la tormenta. Poco después vuelve a salir el sol. Empiezo “Infancia” de Coetzee (en algún momento de la semana pasada – no consignado en este diario – entramos en el Fnac, no me pude resistir y obligué a María José a que me regalara la edición de bolsillo).
Dedico la tarde al aprovisionamiento de la despensa y a una improvisada reunión de vecinos para tratar el reciente acto vandálico que nos ha dejado sin la puerta de la calle.
Ahora sabréis lo que es correr
Dave Eggers
Con aires de gran aventura, de vuelta al mundo en 80 días, Dave Eggers nos narra el desquiciado viaje de dos personajes disparatados en busca del necesitado al que regalar dinero. No será el viaje de Will y Hand una colección de postales turísticas. Su devenir por el mundo transcurrirá en escenarios habituales de nuestro tiempo: aeropuertos, hoteles, prostíbulos y oficinas de alquiler de coches. Tremendamente actual y contada con un gran sentido del humor “Ahora sabréis lo que es correr” es también un viaje al interior de los personajes (a sus motivaciones, a sus miedos y a su evolución) y una crítica a la forma en que desde los EE.UU tratan al tercer mundo (critica que también podemos, por desgracia, aplicarnos). Interesante y divertida.
Escrito por xavi a las 7:44 a. m. 0 comentaris
21 junio 2004
DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 20 de junio de 2004
Paso el domingo descansando. Alguno de los habituales lectores de este diario se preguntará ¿Descansando? ¿De qué? El cansancio que supone contestar a preguntas como esta debería ser suficiente para acallar estas voces resentidas que se alzan en contra de nuestra tranquilidad.
Veo el último partido de España en la Eurocopa con la sensación de haber vivido este momento muchas veces. Veo luchar, con convicción, a los portugueses, mientras los representantes de nuestra selección deambulan por el campo mal dirigidos por un hombre con pinta de petanquero de playa. Tras el final del partido creo entender el término “Furia española”: Dícese del cabreo de tamaño monumental que atenaza a los ciudadanos españoles tras la tradicional eliminación de su selección en las competiciones internacionales.
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20 junio 2004
DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 19 de junio de 2004
Viernes. Me levanto pronto y desayuno, como cada día, con María José. Cuando se va a trabajar me pongo el bañador, cojo la bicicleta y bajo hasta el club. Hay poca gente en la piscina y las tumbonas están vacías. Es una gozada nadar en la piscina exterior climatizada: la temperatura del agua, el sol – todavía bajo – reflejándose en el fondo de la piscina... Después de nadar leo y dormito delante del mar. La playa está vacía todavía. Cuando empiezan a llegar los habituales (jubilados que prácticamente viven en el club) vuelvo a casa dando una vuelta.
Sorprendentemente “Heroes of might and magic” vuelve a estar instalado en el ordenador. Juego un poco.
Con María José decidimos ir a los Icaria a ver “Harry Potter y el prisionero de Azcaban” pero hoy es el día del estreno y, cuando llegamos, no quedan localidades para la sesión de la noche. Decidimos quedarnos en el cine y vemos “Whale Rider”.
Al salir, contentos, pues la película nos ha gustado, decidimos reengancharnos y volvemos a entrar en el cine para ver – ahora sí- Harry Potter. La tercera entrega de la serie, dirigida por el mejicano Alfonso Cuaron, es – con diferencia- la mejor de las tres. Una película más obscura, menos infantil, más dinámica y muy entretenida (su larguísimo metraje pasa en un suspiro).
Son más de las 3 de la madrugada cuando llegamos a casa y nos acostamos.
Sábado. Hoy hace catorce años que María José y yo estamos juntos. Son catorce años de compartir todo tipo de experiencias, catorce años de –sobretodo- alegrías y amistad. Tenemos mucha suerte.
La mañana se nos va entre un campeonato de solitario (que gano yo) y un largo paseo. Comemos en un restaurante vietnamita, el Hanoi (plaza Letamendi, 27 Tel. 934515686). El menú de degustación es impresionante.
Volvemos a casa caminando y conversando sin parar. Ha refrescado y se agradece. Al llegar a casa recuperamos fuerza con una siesta.
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18 junio 2004
DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 17 de junio de 2004
Cena con María José, Jordi R. y Nuria en La Chacha (c/ Portal Nou esquina Comerç). Hace poco que han abierto, es sencillo y agradable. Cenamos muy bien. Al salir, la noche es muy calurosa y decidimos hacer una cerveza en una de las terrazas del barrio. Ha llegado definitivamente el verano. El pistoletazo de salida lo da, como cada año, el uso de las terrazas. Hoy están todas llenas de gente que ha preferido un rato de buena conversación con los amigos a una nueva sesión de televisión. En la terraza del Black Horse no hay ninguna mesa libre, así que nos quedamos en la del bar de difícil nombre que hay en el otro lado de la calle.
Parece fin de semana pero mañana es laborable. Lo dejamos a una hora prudencial.
Escrito por xavi a las 11:40 a. m. 0 comentaris
17 junio 2004
DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 16 de junio de 2004
Me levanto pronto, leo un rato y desayuno con María José que tiene la mañana libre. Empleamos este precioso tiempo de estar juntos en diferentes tareas de suma importancia (entre ellas muchas partidas al solitario de Microsoft).
A mediodía, y ya solo, me acerco a los Icaria. Mi intención era otra pero acabo en la sala 5 viendo “Un Filme Falado”.
Un Filme Falado
Manoel de Oliveira
En otras manos, la nueva película del veteranísimo director (creo que tiene 93 años), no habría pasado de ser una serie de postales turísticas contadas con más o menos gracia. Manoel de Oliveira consigue, con la excusa de un viaje, darnos una lección de historia y – a la vez – una lección de vida. Pero al viaje físico de las dos protagonistas lo acompaña una reflexión – un viaje mental – sobre nuestra sociedad y nuestra cultura. “Un filme falado” no es una película fácil y, por ello, tendrá una vida corta en nuestras salas. Es una lástima.
En “La Vanguardia” encuentro un artículo sobre la primera Exposición Universal de Micronaciones, una de las actividades del Sónar 2004. Siempre me han fascinado estas pequeñas naciones – como Sealand – surgidas de la mente de un individuo. En Barcelona estarán representados cinco de estos pequeños estados.
Tarde de fútbol con Jordi P. y Víctor. Vemos el partido de España (triste empate que nos deja en una incómoda posición) en el Black Horse. Tristes y afligidos decidimos alegrarnos con una cena. Cenamos en La Candela (Plaça de Sant Pere) a base de tapas (deliciosas todas). Víctor nos abandona y decidimos continuar primero en el Ugarit y luego con una copa en el Borneo.
Nos retiramos relativamente pronto y en un estado lamentable.
Escrito por xavi a las 9:47 a. m. 0 comentaris
16 junio 2004
DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 15 de junio de 2004
Atrapado en un vórtice de inactividad caigo incomprensiblemente en un episodio de sueño que me ocupa la mañana y parte de la tarde del martes. A duras penas consigo salir a dar una vuelta con María José y el inicial propósito de ir al cine queda relegado tras la comprobación de mi estado.
Por la noche, y tras ver la incomprensiblemente larga “El último samurai”, parece que estoy recuperado. Ha sido un día extraño (la mayor parte del cual la he pasado en un estado de aletargamiento que me ha impedido todo tipo de actividad).
Escrito por xavi a las 8:16 a. m. 0 comentaris
14 junio 2004
DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 13 de junio de 2004
Con la llegada de los calores, y la competición deportiva de turno que esta suele comportar (este año una Eurocopa más bonita que un San Luís), el cerebro del ocioso se contrae y se atrofia. Habitualmente el uso que hace de este vital órgano es, no nos engañemos, limitado. En junio, y con un balón corriendo a todas horas por la pequeña pantalla, el uso del cerebro se convierte en una anécdota que no es digna de ser consignada. Toda actividad cultural queda relegada, durante estos días, al ostracismo. Y pronto llegará el Tour, origen de siestas memorables y de tertulias grandiosas.
Sábado. Para celebrar que la pelota ha empezado a correr por los campos del vecino país, me meto entre pecho y espalda una doble dosis de fútbol europeo (con victorias de Grecia y España).
Domingo. Por la mañana, y debido a la incomprensible ausencia del deporte rey en nuestras pantallas, doy un agradable paseo con María José hasta casa de mis padres. Comida familiar y pelea (perdida) con el ordenador de mis padres.
Ya en casa me hago con el mando a distancia (María José cede ante mi evidente babeo delante del televisor) y zapeo compulsivamente entre un aburrido Croacia – Suiza, la emocionante victoria por los pelos del FC Barcelona ante el Estudiantes en la final de la liga ACB, la Formula 1 y los múltiples partidos de segunda división que diferentes televisiones ofrecen... una tarde deportiva realmente muy cansada.
Por la noche aún tengo tiempo de ver parte del Francia- Inglaterra antes de descansar un poco viendo un capítulo de “Los Soprano”.
Escrito por xavi a las 10:05 a. m. 0 comentaris
12 junio 2004
DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 12 de junio de 2004
En ocasiones un hecho triste, como es un velatorio y el posterior entierro, acaba convirtiéndose en una pequeña celebración familiar. Nos encontramos con aquellos a los que queremos, con aquellos que nos aprecian (y a los que – la vida siempre es así – no vemos todo lo que querríamos ) y, sin buscarlo, surgen las anécdotas del pasado, los cariños olvidados, alguna emotiva lágrima y muchas risas que ayudan a pasar el trago.
Viernes y sábado en el tanatorio de Alella. Lo llamo tanatorio por que es lo que un cartel junto a la puerta anuncia: “Tanatorio municipal”. La realidad desmiente lo que el moderno cartel predica. El tanatorio de Alella es una simple habitación adosada al cementerio. No hay conserje que lo guarde ni horarios de apertura. Un funcionario municipal te entrega la llave para que seas tú el que elige cuando se abre y cuando se cierra el chiringuito. Tampoco hay ningún tipo de servicio auxiliar: cualquier extra que consideres oportuno tienes la libertad de montártelo por tu cuenta. En la habitación hace mucho calor, se está mejor en los bancos que hay junto a la tapia del cementerio que en su interior.
Debemos componer una imagen curiosa. Estamos sentados a la fresca en el banco de piedra y en las sillas que hemos ido sacando del interior de la habitación. Hablamos, reímos, nos abrazamos, gritamos y discutimos. Se organiza un improvisado partido de fútbol con una pelota de playa y con la puerta del cementerio como portería. El perro de un paseante se apunta al festival y los niños juegan a nuestro alrededor... al final, y es una suerte, el ambiente es más festivo que triste.
El resto del tiempo lo ocupan las comidas / cenas familiares. Más risas, más gritos, más discusiones... como en la escena final de una película de Fellini.
Escrito por xavi a las 8:06 p. m. 0 comentaris