11 marzo 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 11 de marzo de 2004


Hoy no hay historias alegres. No en el día en el que unos asesinos han decidido cercenar la vida de más de 190 personas en Madrid (provocando también más de 1430 heridos).
Hoy sólo hay solidaridad con todas las víctimas de estos salvajes atentados y rechazo a los atentados y a la gente que los apoya, no queda espacio para más.

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 10 de marzo de 2004


Me levanto pronto y leo hasta que se despierta María José. Desayunamos juntos y damos una vuelta por el barrio mientras solucionamos temas pendientes.
Cuando María José se va al trabajo vuelvo a casa para escribir un rato.
Salgo con la intención de comer algo (hoy no tengo ganas de cocinar nada) y acabo, no se todavía muy bien como, en un cine de Horta viendo Kill Bill (vol I).

5 RAZONES PARA VER KILL BILL... Y CINCO PARA NO VERLA

5 razones para ver Kill Bill
* Es un festival de acción y violencia, regado con abundantes surtidores de sangre.
* Es muy violenta, pero está hecha con un sano sentido del humor que la distancia
de la mayoría de películas de acción de Hollywood.
* Por Lucy Liu.
* Por una sensacional banda sonora.
* Porque sin haberla visto no podrás participar en las próximas polémicas
cinematográficas con los amigos.
Y 5 razones para no ver Kill Bill
* Por su guión mínimo y desangelado.
* Por su irregularidad.
* Por Lucy Liu.
* Dividir la película en pequeños capítulos con título ya cansa.
* El amigo Tarantino no consigue contarnos una historia mínima en el metraje de la
película y nos condena a una saga de varias películas. Espero que, en el vol. 2
(que pienso ver), en la balanza pesen más las razones para verla que las razones
para no verla.


Al salir sigo la caza de cursos sin demasiado éxito.
Por la noche grabo en Localia la película “Hay motivos”. Tengo ganas de verla, lo intentaré mañana.

10 marzo 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 9 de marzo de 2004


Empiezo el día acabando de reinstalar drivers y programas en un ordenador que, por fin, parece haber vuelto a la normalidad. Después de un día de trabajo puedo decir que no me cae bien el amigo Gates.
Por la mañana sigo con la ronda de médicos que inicié hace un mes (hoy toca dentista). Empiezas a visitar médicos y no sabes como puede acabar la cosa. El error es empezar ya que una visita suele provocar, como mínimo, un par de visitas más (en el peor de los casos acompañadas por pruebas de diagnóstico sólo comparables a las más terribles torturas.
Con María José voy a comer a casa de Jordi R2. Jordi vive ahora en el barrio y ha amueblado su piso (que me gusta mucho) con cajas de cartón llenas de libros y otros productos. Ser moderno tiene estas cosas. Comemos mucho y bien mientras nos explica sus planes para su nueva casa. El postre –el mejor tiramisú que he comido en mucho tiempo- nos deja sin palabras.
Jordi ha hecho un barreño de tiramisú e insiste en que nos llevemos un poco. Vamos a casa, cojo un recipiente (muy grande) y vuelvo a casa de Jordi a por el preciado botín. Es muy tarde, la comida se ha convertido en una comida-merienda-cena y queda poco día para nada.

09 marzo 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 8 de marzo de 2004


Somos tontos. El hombre más rico del mundo es el responsable de un sistema operativo que es más inestable que Jack Nicholson en “El Resplandor”. Y en vez de correrlo a gorrazos (que es lo que sin duda merece) compramos sus mediocres productos para así aumentar su fortuna.
Si, he pasado uno de esos fantásticos días – gentileza del señor Gates – delante del ordenador reinstalando todos los programas (que son muchos más de los que piensas) después de que el sistema se hundiera con estrépito y estoy un poco enfadado.
Para relajarme, ya por la noche y con sólo la mitad de los programas y drivers instalados, cocino bacalao con patatas y allioli gratinado.
Mañana – seguro - será un día mejor.

07 marzo 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 7 de marzo de 2004


Sábado. De boda en Caldes, se casan Helena y David en el jardín de un hotel-balneario. Por suerte el sol nos acompaña y la ceremonia resulta muy agradable. La celebración nos ocupa todo el día y, pese a la música del desastroso “DJ”(una mezcla entre el pianista de Cine de Barrio y Pepe Carabias), nos lo pasamos muy bien. Por la noche (son más de las 9 cuando la música se acaba) estamos destrozados. Una alma caritativa, de hecho dos, ha decidido subvencionarnos una habitación en el hotel y nos quedamos a dormir. Es una suerte no tener que volver a Barcelona en el estado en el que nos encontramos al final de la fiesta.

Después de una no muy buena noche (cerramos el radiador de la habitación, convertida en un horno, demasiado tarde) nos levantamos y bajamos en busca del periódico. Damos una vuelta por el pueblo y, pese a que estamos en el centro, somos incapaces de encontrar un quiosco. Preguntamos a un nativo (supongo) de la población, donde podemos comprar un periódico y, sorprendentemente, nos dice que no lo sabe pero que nos puede regalar el periódico que queríamos comprar porque él es el repartidor y le sobran unos cuantos. Aceptamos, le agradecemos la atención y volvemos felices al hotel para desayunar con la familia. En la mesa somos ocho y la sobremesa se alarga. Por delante del comedor empiezan a desfilar “balnearistas” con albornoz camino de la piscina. Dan un poco de envidia. Antes de volver a casa damos un paseo por el casco antiguo del pueblo.
El resto del día se adivina lleno de siestas, de pijamas y de pereza (pero siempre podría equivocarme).

05 marzo 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 5 de marzo de 2004


Mañana llena de “tengos que”.
A las 12 quedo con mi madre para hacerle de escudero. Hablamos, damos un paseo, me lo paso bien y como premio poco merecido obtengo un pedazo de tronchón (una de mis muchas debilidades) y un aperitivo en Casa Alfonso.
Acabo “The Relic” (me lo he pasado en grande) y empiezo a releer “Las Minas del rey Salomón”, uno de esos clásicos maravillosos que, por suerte, me hizo leer mi padre hace un montón de años.
Mañana sábado David y Helena se casan. Tenemos todavía un montón de cosas por hacer y mucha pereza. Por la mañana tendremos que correr.

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 4 de marzo de 2004


Me levanto tarde (me he vuelto a la cama, después de desayunar con María José, con la intención de leer y me he quedado frito). Repaso mi, últimamente olvidada, agenda del día:
Obligaciones.............................................. 0
“Tengos que”............................................. 2 nota aclaratoria: un “tengo que” es una pequeña tarea que tenemos pendiente pero que no es obligatorio realizar. Un ejemplo podría ser: “tengo que llamar a Juan” (siempre y cuando esta no sea una llamada obligatoria). Fin de la nota poco aclaratoria.
Actividades lúdicas programadas.............. 0

Salgo a la calle, me deshago de los “tengos que” con la habilidad que me caracteriza en estos menesteres y me dispongo a disfrutar del resto de la mañana.
Visito en el Palau Moja la exposición “Dalí. Afinidades efectivas” que resulta ser una magnífica puerta de entrada para adentrarnos en este año Dalí en el que nos ha tocado vivir. No encuentro, en la muestra del Palau Moja, obra destacada del pintor, pero tampoco es lo que venía a buscar. Lo que encontramos en la exposición es un itinerario (en el que es mejor dejarse llevar por un guía) por el substrato ideológico subyacente en la estética daliniana. Aquí está todo o casi todo lo que influenció en la obra de Dalí: Portlligat, Francesc Pujols, Lidia de Cadaqués, Duchamp, Lorca, París, Man Ray, Gaudí, Fortuny, el surrealismo, Bretón, Gala... un paseo para entender mejor a Dalí en este año de fastos en el que estamos sumergidos. ¿Me gusta Dalí? Soy de los que piensa que su obra más interesante es Salvador Dalí y por ello tengo ganas de visitar la muestra del Caixa Forum.
Estoy cerca de la Boquería y tengo tiempo, no hay manera de evitarlo. Paseo por el mercado como un turista más disfrutando de lo que ayer me insinuaba burdamente la exposición “Mercats”. Compro bacalao y olivas.
Tarde con María José. Vemos “Sexo en Nueva York” (ayer le robé a Jordi P. los cuatro últimos episodios de la primera temporada).

04 marzo 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 3 de marzo de 2004 (Segunda parte)


Salgo de casa después de dos días sin actividades dignas de destacar (el canguro de ayer fue como estar en casa, pero con niña). Tengo ganas de comerme el mundo y la temperatura moderada de hoy – el día es muy soleado- seguro que me ayudará.
Primera parada: Palau Robert. Exposición “Mercats”.
Grandes aciertos técnicos e inmensos errores de concepción se suceden en una muestra que pretende – y sólo consigue a medias- mostrar la riqueza de los mercados mediterráneos. La muestra está marcada por un excesivo efectismo que se queda a medio camino de lo que quiere demostrar y que no tiene ningún sentido en una ciudad en la que podemos disfrutar, en cualquiera de los mercados municipales, de las sensaciones que la exposición sólo evoca. Un paseo por cualquiera de ellos es una fiesta de los sentidos en la que sabores, texturas, olores, sonidos y colores se confunden sin la frialdad que obtenemos del paso por esta fallida muestra.
Mención aparte merecen las otras exposiciones que actualmente ocupan las salas del Palau Robert. Continúa la tomadura de pelo de “La cuina dels genis del foc” (ahora dedicada a Fina Puigdevall) y se le añade con descaro una desangelada y poco interesante exposición dedicada a la foto-reportera Sandra Balsells. Tres ejemplos de lo que no debe ser una exposición en un espacio público en el mismo sitio, la coincidencia asusta.
Segunda parada: Necesito resarcirme y para ello me dirijo a la Pedrera. En la Fundació Caixa Catalunya (privada) me encuentro una fantástica exposición: ."Cinc pintors de la modernitat portuguesa. 1911-1965”.
Tan cerca y tan lejos... conozco muy poco sobre el arte contemporáneo portugués. La muestra me servirá para descubrir cinco interesantes puntos de vista, cinco evoluciones diferentes de la pintura portuguesa del siglo pasado. Tres hombres y dos mujeres: Amadeo Souza-Cardoso, Almada Negreira, Vieira da Silva, Joaquim Rodrigo y Paula Rego (La única que no ha fallecido y cuya obra posterior a la expuesta me parece infinitamente más interesante). Las obras expuestas son notables y la exposición nos permite acercarnos sin miedo a la pintura portuguesa contemporánea. Como siempre en las exposiciones organizadas por la FCC podemos complementar la visita con un interesantísimo reportaje audiovisual sobre la obra de los cinco autores.
Recuperado salgo a la calle y me encuentro con Jordi R. en un bar “Fanta”. Cerveza y conversación de bar (la vida, el rock y otras zarandajas). Cambio a Jordi R. por Jordi P. (que me ha invitado al fútbol).
El Barça, con una tarea de aliño se deshace del Brondby y sigue adelante en la UEFA. No ha sido un gran partido pero hemos visto algunos momentos de buen juego.
Hacemos una copa en un bar cercano a casa de Jordi para comentar la jugada. La música (horrible, creo que ha sonado Bisbal) y una parroquia digna de una película de miedo, son elementos que consideraremos (quizás no positivamente) a la hora de elegir un bar donde tomar una copa cuando estemos por esta zona.
Vuelvo a casa leyendo en el bus nocturno, el libro me ha pillado.

03 marzo 2004

“... Tras la caída del imperio romano, se produce una desaprobación y condena de su modo de vida. Los conquistadores destruyen todas aquellas manifestaciones (estadios, teatros, circos...) que simbolizan ese estilo de vida caracterizado por el ocio. Esta actitud será la que marcará el comienzo de la ética del culto al trabajo.”
Santiago García Quintana. Pequeña Historia del Ocio. Buenos Aires 1958


DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 3 de marzo de 2004


Martes. Seguramente fui fabricado con materiales reciclados. Sólo así se explica esta costumbre (fea) que estoy adquiriendo: encadenar enfermedades (hoy ha sido un cólico nefrítico: bañera, calmantes, calor en el riñón... y solucionado, hasta la próxima vez). Deshago planes y leo mientras me recupero. María José me cuida. Por la noche estoy bien y, con María José, voy a casa de Olivia y Roberto para cuidar de Martina. Soy un canguro estupendo, y más cuando los padres se encargan de prepararnos una cena mejor que la que ellos disfrutarán en el restaurante. Cenamos, vemos la tele y leemos, Martina no se despierta ni una sola vez (ya lo he dicho, soy un canguro cojonudo). Calles desiertas y frío. Nos vamos a dormir tarde.

Miércoles. La idea de dormir hasta tarde se trunca por las obras de la finca de enfrente. Mi barrio es, desde hace seis años, un inmenso queso de gruyere en el que el ayuntamiento experimenta con la paciencia de sus ciudadanos. Yo creo que están tensando la situación para ver cuantas molestias somos capaces de resistir o, también podría ser, que es un estudio sobre las enfermedades que producen las molestias urbanísticas. Cualquier otra explicación me parecería ciencia-ficción.
Mañana con María José. En la radio, escucho el programa 600 de “Problemes Domèstics”, el programa de Manel Fuentes en Rac-1, ¡muchas felicidades y gracias por las risas!

02 marzo 2004


DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 1 de marzo de 2004


Enfermo y prácticamente todo el día en posición horizontal. Aprovecho para leer (acabo “Conversación en la catedral” y empiezo “The Relic” de Douglas Preston y Lincoln Child.), ver la tele (nada en concreto, la poca calidad de la televisión durante todo el día me condena a un descerebrado zapping compulsivo), escuchar la radio y dormitar.
Por la noche estoy algo mejor y María José me prepara un arroz hervido (mi primera comida en todo el día) que me sienta muy bien.

Conversación en la Catedral
Mario Vargas Llosa

A partir de un reencuentro y de la conversación que este produce, Mario Vargas Llosa reconstruye la historia del Perú durante la dictadura del general Manuel Apolinario Odría (1948-1956). Poco a poco vamos recibiendo las piezas que conforman este mosaico que nos permite asistir a historias particulares que, entre todas, van conformando una historia colectiva de represión, corrupción y desencanto. Y es la degradación del país la que produce la degradación de todos y cada uno de los personajes.“Conversación en la Catedral” es otro de los imprescindibles de Mario Vargas Llosa (junto a “La Fiesta del Chivo” y “La Casa Verde” – en mi opinión y teniendo en cuenta que todavía no he leído toda su obra- ), uno de esos libros en los que el autor peruano nos sorprende con su, todavía hoy (el libro es del año 1969), atrevido estilo y con una trama siempre interesante.

29 febrero 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 29 de febrero de 2004


Sábado. Mañana de compras por el barrio con María José. Compramos regalos pendientes, intentamos cambiar un jersey defectuoso con no demasiado éxito, nos regalamos un Tete de Moine en “Tot Formatges” y hacemos unas risas.
Por la tarde seguimos con nuestro particular maratón de series televisivas (en cuatro días veremos lo que, en condiciones normales, hubiéramos visto de manera espaciada durante dos meses).
Absorbido por las series se me hace tarde. A las 21:30 he quedado con Jordi P. y con “el niño” en el Mundial (Pl. Sant Agustí Vell, 1 Tel. 933199056) para cenar. Pese a llegar un poco tarde soy el primero. El local está lleno pero por suerte Jordi ha reservado mesa. El festival de tapas es impresionante: cecina, tallarinas, calamares, pinchos de carne, pimientos del padrón, chipirones... todo regado con abundante cerveza. María José se apunta a las copas... naturalmente en el Black Horse.

Domingo. Me levanto pronto y leo un rato antes de preparar el desayuno. Desayunamos tranquilamente, hace un día estupendo pero parece que hace mucho frío.
Por la mañana nos pasamos por casa de mis padres. Estamos un ratito hablando y, cuando se confían, cogemos un par de “tuppers” (arroz de verduras y pasta para hacer croquetas) y apretamos a correr con nuestro botín.
La intención era ir al CCCB (en su décimo aniversario hoy es día de puertas abiertas en el “Centre de Cultura Contemporànea de Barcelona”) pero la pereza – y el frío – nos vencen y volvemos a casa.
Tarde de series (Urgencias y CSI), ya sólo nos queda un capítulo de “Six feed under” por ver. Mañana empezamos otra vez a grabar.
El fin de semana se acaba. ¿Nos queda tiempo para ver otra serie?

27 febrero 2004

“He dado en llegar a la oficina una hora más tarde de lo que allí se me espera. En consecuencia, me encuentro muchísimo más reposado y fresco cuando llego, y evito esa primera hora lúgubre de la jornada laboral en la que los sentidos y el cuerpo entorpecidos aún por el sueño convierten cualquier tarea en una penitencia. Considero que al llegar más tarde, mejora notablemente la calidad del trabajo que realizo”
Ignatius J. Reilly. Diario de un joven trabajador o adiós a la holganza (escrito en un cuaderno Gran Jefe)


DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 27 de febrero de 2004


Pierdo la mañana tumbado en la camilla de una sala de radiografías mientras una sádica enfermera introduce en mi cuerpo líquidos extraños con ocultos fines. Entre sesión y sesión de tortura se me permite leer.
Al salir de los sótanos en los que he estado encerrado durante las últimas, la luz del día (después de las lluvias de ayer en el cielo no hay ni una nube) hiere mis ojos. Hace frío pero apetece caminar aprovechando las treguas que el sol ofrece. Paseo por el barrio en el que está situada la clínica en la que me han hecho las radiografías. Nada que ver con el mío. En un parque descubro un chiringuito que tiene números para convertirse en el despacho adecuado para mis próximas reuniones de trabajo. Hoy no me quedaré, hace demasiado frío incluso bajo el sol.
Desayuno, casi es hora de comer, un bocadillo de jamón que me sabe a gloria (llevo muchas horas sin comer y el hambre psicológica es, en ocasiones, muy poderosa). Nada en el apartado de correos.
Espero a María José y comemos un menú por el barrio. Siesta.
Tarde delante del ordenador. Escribo, navego y escucho música (Buffalo Tom, Piazzolla y All).
Empieza el fin de semana.

26 febrero 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 26 de febrero de 2004


La vida del ocioso desocupado no es tan fácil como podría parecerle a un espectador poco avezado a este tipo de asuntos. A la difícil tarea de buscar trabajo (cuando lo que realmente me gustaría es una subvención cuantiosa que me retirara de la vida laboral. También se aceptan donativos modestos siempre que se produzcan de una manera regular.) se añade la casi imposible tarea de encontrar un cursillo con el que poder aumentar mis exiguos conocimientos.

Así que hoy, después de desayunar con María José y de dormitar un ratito en la cama, he salido a la calle a buscarme la vida. Aunque me gusta comer (mucho), no me suelo pasar todo el día pensando en comida (hay breves periodos en los que mi mente divaga por otros campos del conocimiento). Pero hoy estoy haciendo una dieta especial (mañana me hacen una prueba médica) y mis sentidos no dejan de enviarme golosos mensajes. Olores deliciosos que prometen manjares principescos, gente degustando deliciosas viandas en locales y en la calle, tiendas que muestran sus productos con desvergüenza... todo ayuda a nublar mi razón. Estoy a punto de robarle su bocadillo de chorizo pamplonica a un niño de excursión por el centro de Barcelona, y para evitarme problemas mayores me veo obligado a entrar en el “Espai Cultural Caja Madrid” con la intención de distraerme. Dentro del proyecto “Relevos” - en el que un artista consagrado escoge la obra de un joven valor, exponiendo ambos de manera conjunta- se expone la obra de Hernández Pijuan y del joven Nico Munuera. El proyecto me parece muy interesante, la muestra corta y poco representativa de ambos pintores.

Tarde de series con María José. De las cuatro cintas llenas de series ya tenemos una visionada.

25 febrero 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 25 de febrero de 2004


Y llega la esperada mañana del miércoles. María José no trabaja hasta la tarde y engañamos al miércoles convirtiéndolo, durante unas horas maravillosas, en fin de semana. Si no miramos el reloj hay tiempo para todo. Para llenarlo de actividades o para dejar que pase lentamente. Tiempo para reír, para jugar, para llorar, tiempo para escuchar la radio, para leer, para desayunar y después volvernos a la cama, tiempo para querernos, para mirarnos, para hablar... tiempo que vuela y me deja, poco después del mediodía, totalmente solo.
Por fin, un mes después de dejarlo en el servicio técnico oficial, nuestro vídeo está reparado. Armado con un paraguas (invento del que suelo renegar pero que hoy me veo obligado a coger para defender de la lluvia al preciado aparato eléctrico que voy a recoger) cruzo la ciudad. De nuevo en casa lo instalo y resintonizo (ahora puedo sintonizar unos 20 canales, entre ellos la nueva Localia Televisión que ya emite en periodo de pruebas en Barcelona).
Con el vídeo reparado espero que llegue María José para ponernos al día (durante todo este mes, Kris nos ha grabado todos los capítulos de la nuevas temporadas de “Urgencias” y “CSI”). Tenemos pendientes cuatro cintas repletas de series para no movernos del sillón durante un par de días.
Llueve y los planes que había hecho para esta tarde se desmoronan como un castillo de cartas en un día de viento. No apetece patear la calle esquivando los charcos (aunque sea para después entrar en un cine o una exposición), decido quedarme en casa y regalarme una tarde de lectura, escritura y música (he empezado con el “Soulstream” de Aidan Bartley, no sé que vendrá después).

NOTA CULTURAL: Gracias al suplemento “Culturas” de La Vanguardia he descubierto la existencia de una fascinante publicación: Bajo el título de “Adiós” se esconde la joya de las publicaciones nacionales. “Adiós”, como los más despiertos ya habéis imaginado, es una revista especializada en el sector funerario. Pero no sólo el título es jugoso, una de sus secciones más destacadas es un fabuloso concurso de (lo juro, no me lo invento) “tanatocuentos”. Corro a reservar mi ejemplar en el quiosco del barrio pero mientras consultaré la versión electrónica: "Adiós"

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 24 de febrero de 2004


Desayuno con María José. El día es gris y parece que hace mucho frío. Me quedaría en la cama, tapado, calentito bajo las sábanas y leyendo, pero tengo que acudir a una entrevista con el INEM. Salgo a la calle y camino hasta la oficina en la que me han citado. Por fin he acabado con los trámites del paro (he tardado tres semanas) y, una vez más, he quedado gratamente sorprendido por la diligencia y la amabilidad de los funcionarios que me han atendido.
Espero a María José para comer cocinando uno de esos nuevos platos preparados (un curry, un poco caro teniendo en cuenta que los ingredientes principales – pollo, manzana, crema de leche – los tienes que añadir tú, pero muy resultón) y, después de una siesta, salimos con intención de ir al cine. No encontramos ninguna película que nos apetezca ver en el barrio y decidimos coger una película en el video club (“Dos tipos duros”, muy divertida).

24 febrero 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 23 de febrero de 2004


Hay días en los que, a la hora de hacer balance, descubres que no hay demasiadas cosas que poner en la balanza. Hoy ha sido un día de esos.
Dedico la mañana a comprar por el barrio y la tarde pasa volando. ¿Qué he hecho? Pues nada, pero creo que lo he pasado bien.
Lo más destacado del día ha sido el Chop Suey que he cocinado para cenar. Era el primero que hacía y ha sido la manera de estrenar la mandolina. Pese a que he tenido algunos problemas por mi habitual falta de habilidad con las herramientas, la mandolina empieza a despuntar como un útil imprescindible en mi cocina.
Noche de CSI. Seguimos con el video estropeado.

23 febrero 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 22 de febrero de 2004


Domingo tranquilo. Nos levantamos tarde y quedamos con Consol para hacer el aperitivo en alguna terraza del barrio. Jordi R. se apunta y también aparece (fugazmente) Rubén, un amigo de Consol. Elegimos la terraza del Sagardi y aprovechamos el poco rato de sol del que goza por las mañanas. Planos de casas e anécdotas divertidas acompañan los pinchos del restaurante. Comemos en el Symposion (Via Laietana 6, Tel. 933104018), un restaurante griego que hace poco ha abierto. Todo está delicioso y algunos platos son muy completos. Seguro que volveremos.
Por la tarde, ya a solas con María José, dejo pasar las últimas horas del fin de semana sin hacer nada.

22 febrero 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 21 de febrero de 2004


Es sábado pero suena el despertador. Nos vamos de calçotada con los amigos del que, hasta hace poco, fue mi trabajo. Después de la ducha tomo el café, de pie en la cocina, con María José. Nos recoge Roger en la Catedral, primeras risas, vamos a buscar a Toni y continuamos el viaje hacia Vic. ¿Sabes de qué me enterado? Desayuno - bocatas calientes- en un bar de Vic y continuamos hasta casa de Joan, perdida en medio de la nada. Al llegar están ya casi todos: Joan, Gemma, Quim, Jordi P., Jordi M., Oscar, Chus, Mónica, Francesc C., Marc, Ruben y Francesc. Abrazos y risas. Vacas junto a la casa.

Hace frío. Estufa de leña. Campeonato de Ping Pong. ¿Quién va a buscar la carne? La estufa no tira. ¿Dónde está el lavabo? Se abre la primera garrafa de vino. Moscas en la ventana. La estufa empieza a calentar. Primeras partidas de Uno. Hemos de cortar leña para preparar el fuego. Llueve. La partida de Uno se calienta, más vino y gritos. El fuego empieza a arder. Oscar tira la piedra y esconde la mano. Barro en los ojos. Alguien se pega un “Quimazo” contra el suelo. Llegan Julia y Jordi B2. con la salsa de los calçots y con los conocimientos necesarios para empezar a prepararlos. Calçots Hermanos Guerrero. Sale el sol. Comeremos fuera. Empieza a llover. A cubierto. Los calçots están preparados. Huele bien. Carlos y Vane se han perdido. El viejo truco de la playa. Los calçots están buenos. La salsa deliciosa. Manos sucias. El agua fría duele. Llegan Vane y Carlos justo a tiempo. Butifarra y cordero a la brasa. Vino y cerveza. Brindis y más brindis. Café, copas y puros. Risas. Excursión por la montaña. La mitad se rajan. Paisaje brutal y silencio. Muchas fotos. Oscurece. Vuelta a casa. La timba sigue. Recogemos. Bajada a oscuras por la montaña. ¿Quién tiene luz? ¡Cuidado resbala! Por fin los coches. Abrazos y promesas de una próxima reunión (¿aquí mismo quizás?). Vuelta a casa. Destrozado y feliz. Gracias a todos por un día estupendo.

20 febrero 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 20 de febrero de 2004


Mañana de viento y frío. En la calle la gente anda encogida, supongo que yo también. Camino mucho, primero por el barrio, tomado casi completamente por enanos disfrazados que se mezclan con turistas, también disfrazados pero con otro tipo de disfraz. Después camino por el barrio de calles anchas y arboladas donde está el apartado de correos que tengo alquilado desde hace años.
El contraste entre los dos barrios es notable: lo que en mi barrio es suciedad, dejadez municipal y ruido se convierte, en el otro barrio, en limpieza, orden y silencio. Sé que ellos pagan más impuestos, pero también sé que a cambio reciben por parte del ayuntamiento un trato de primera categoría que no nos dan a nosotros. Ante una afirmación así estoy seguro que los responsables municipales, no importa el color de la bandera que enarbolen, dirán que todos los ciudadanos recibimos un mismo trato por parte de los servicios municipales. Es falso. Yo no he nacido en este barrio y cuando vine a vivir aquí, hace ya más de ocho años, empecé a notar la diferencia. No es una apreciación subjetiva, es la constatación de muchas injusticias, de muchos agravios comparativos y de una falta de respeto hacia los habitantes de este barrio que, para el ayuntamiento de Barcelona, somos habitantes de segunda.

En el apartado encuentro unos cuantos cdsg’s de el sello V2 (Her Space Holiday, Nitin Sawhney, Powderfinger y Jaimeson) y el último disco de los barceloneses Hedtrip publicado por el sello madrileño Zero Records. En “About useless needs” Hedtrip se alejan un poco más del metal acercándose a posturas más rockeras sin perder ni un ápice de su potencia.

Tarde de perezas inmensas y siesta de tres horas con María José mientras en la calle empieza a llover. La felicidad, ahora creo estar seguro, es algo parecido a esto,

“...Como afirma Nietzsche en ’ Humano Demasiado Humano’: es mejor ser esclavo que obrero que se cree igual y libre sin serlo. (op. Cit. Pp. 457)”
Santiago García Quintana. Pequeña Historia del Ocio. Buenos Aires 1958


DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 19 de febrero de 2004


Hoy es “Dijous llarder” (jueves lardero en castellano), el pistoletazo de salida del carnaval. Me levanto pronto para desayunar con María José y, para cumplir con la tradición gastronómica, comemos “butifarra d’ou”. A media mañana voy a solucionar por fin el tema del paro. El trato de los funcionarios vuelve a ser exquisito y en media hora ya he ventilado todo el papeleo (la semana que viene queda un último trámite).
Comida (casi merienda) en casa con María José y Jordi R II. Pese a que hemos mantenido un mínimo contacto postal hacía más de un año que no nos veíamos. La conversación (Jordi, que vuelve a ser vecino nuestro, tiene muchas cosas que contarnos) sigue en la sobremesa, amenizada con otra de las tradiciones gastronómicas que corresponden al día de hoy: una sensacional “coca de llardons”.
Nos acercamos al Fnac y, pese a que he tenido varios libros en las manos, consigo salir sin comprar nada. Soy un hombre nuevo una vez superada mi adicción, pero mejor no ponerme a prueba muy a menudo.
Por la noche vemos “Los Serrano”. Me preocupa la obsesión, casi enfermiza, de María José por Jesús Bonilla.