18 enero 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 17 de enero de 2004


Las mañanas de los días festivos transcurren a ritmo lento. Nos levantamos, desayunamos tranquilamente escuchando la radio y después, sin prisas, nos ponemos en marcha. No hay mucho que hacer, sólo lo justo para no quedarse en pijama hasta el mediodía. Hoy la excusa para arrancar es la cena de esta noche, tenemos que comprar quesos. Paseando bajamos por la calle Montcada hasta Tot Formatges, el paraíso de los “muy queseros”. La elección es lenta ya que largas argumentaciones preceden a cada adquisición.

Cena en casa, al final somos siete sentados en la mesa: Jordi P., Emma, Rafa, Yoli, Victor, María José y yo. Cada uno ha traído parte de la comida (no tenía ganas de cocinar). Es de justicia destacar la tortilla de Victor; es la primera que hace y el resultado es más que digno. Larga sobremesa animada por Rafa, capaz de hablar durante hora y media sin parar. Rafa consigue contar cuatro y cinco historias a la vez, saltando de una a otra a un ritmo endiablado y sin concluir ninguna de ellas de manera satisfactoria.
A las 3:30 los echamos. Nos lo hemos pasado muy bien pero estamos agotados. Mañana servirá para recuperar fuerzas.

17 enero 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 16 de enero de 2004


Me levanto pronto por la mañana, desayuno con María José y – como gozo de un nuevo y extraño horario- me vuelvo a la cama; leo y dormito hasta una hora prudente.
No tengo demasiadas cosas que hacer. Me compro El País y lo leo en una terraza del Born.
Preparo la comida y espero a María José. Siesta.
Me encuentro con Quique en la Rambla Catalunya. Esta semana la galería 2nou2 ha inagurado una exposición de Anna Malagrida (Quique es un fan de esta fotógrafa barcelonesa y me quiere convertir). “Barrio Chino”, exposición colectiva de la fotógrafa y de Mathieu Pernot, me decepciona un poco. Las anteriores fotos de Anna Malagrida me habían gustado mucho, las nuevas no me interesan tanto.
Después, en un bar de Rambla Cataluña, nos ponemos al día. Su espectacular hipo de tres días de duración y las nuevas experiencias que está adquiriendo en su nuevo trabajo (entre las que destacan limpiar pezones de vaca, jugar al ping-pong o convertirse en un as del waterpolo) se convierten en los temas estrella de la tarde.
Vuelta a casa. Los sopranos (por partida doble) y a dormir.

16 enero 2004

“...Marzo, 10 (...) En verdad me abandono un poco al placer, pero considero que es algo inherente a mi edad. He notado que la mayor parte de las personas que triunfan en el mundo olvidan divertirse mientras se enriquecen. Esperan para eso redondear su fortuna, pero entonces es demasiado tarde.”
Samuel Pepys. Diarios (1660-1669)


DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 15 de enero de 2004


La agonía en el trabajo está empezando a ser como la escena final de una mala película de terror, que prolonga el clímax por falta de argumento. Sorprendentemente aún no nos han comunicado nada y ahora gozo de un horario verdaderamente inverosímil.

Estoy muy cansado, la salida nocturna de ayer pasa factura (la edad y la falta de entreno están provocando que no sea ni una sombra de lo que fui ) y convierte mi mañana laboral en un pequeño infierno. Cumplo como un valiente y vuelvo a casa durmiendo en el bus. En la puerta de casa me encuentro a María José, comemos e intentamos hacer la siesta. El próximo día descolgaremos el teléfono que no para de sonar.
Al final nos levantamos y vemos un capítulo de “Los Soprano” después de intentar ver “Días de fútbol” (nos han dejado una copia pirata que convierte el visionado en una tortura china).

15 enero 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 14 de enero de 2004


Cansado. Intento dormir por la tarde y no lo consigo.
Me encuentro con Victor y Jesús en la Plaza del angel (que se ha convertido en el punto de encuentro cada vez que quedo con Jesús porque está equidistante de nuestras casas). Cerveza en el Drop mientras esperamos a Jordi P.
Cena en La Carassa (c/Brosolí , Tel. 93 310 33 06). El lugar, mezcla entre restaurante y chatarrería, presenta una decoración harto abigarrada. Pero, pese al barroco interiorismo, La Carassa resulta un restaurante acogedor y sus fondues son espectaculares.
La poca movilidad de la que gozamos a la salida nos obliga a no alejarnos demasiado en nuestra búsqueda de bebidas espirituosas con las que reconfortar nuestro espíritu. Primera copa en la misma calle y después, sólo los valientes (o los menos prudentes), nos acercamos al Black Horse para una segunda copa que me deja en un estado lamentable.
Vuelta a casa y, nada más acostarme – o eso es lo que me parece-, suena el despertador. La jornada laboral se plantea muy dura.

14 enero 2004

“ Mayo, 13 – 1665 (...) Me pregunto cómo he podido pasar así tanto tiempo. Sin embargo, recuerdo haber tenido antes otro reloj, pero notando que resultaba una molestia, tomé la resolución de no volver a comprar ninguno más en la vida”
Samuel Pepys. Diarios (1660 – 1669)


DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 13 de enero de 2004


También a mí, el reloj de pulsera (o el de bolsillo) me parece un objeto inútil. A la larga nos provoca más dependencias que servicio. Creo que no es necesario consultar la hora constantemente. Hace ya más de dos años me liberé de su esclavitud y pese a ello sigo siendo asquerosamente puntual. La única diferéncia es que ahora no sufro durante los trayectos.

Paso la tarde en casa, descansando y esperando noticias del trabajo que, sorprendentemente, siguen sin llegar. Siesta y, ya por la noche, voy con María José a casa de mis padres. Cena familiar – también están Eli y Cesc – con sopa y calamares rellenos (deliciosos).

Vuelta a casa. Leemos hasta casi la una. Me levanto dentro de cinco horas. Seguramente será duro.

13 enero 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 12 de enero de 2004


Gracias a los diarios de Samuel Pepys vivo a caballo entre el Londrés del siglo XVII y la Barcelona del XXI. De momento no hay nada nuevo en mi situación laboral pero parece que la tormenta estallará pronto.
Llego a casa después del trabajo y me apetece cocinar. Me paso la tarde en la cocina y, por primera vez desde que me lo regalaron Yoli y Rafa, utilizo el wok. Es realmente cómodo para trabajar, creo que lo utilizaré a menudo.

12 enero 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 11 de enero de 2004


Rebajas. Me compro unos zapatos nuevos y, sin poder resistirme, me los pongo. Son muy cómodos.
Aperitivo en una terraza del Born con María José, Víctor y Laura. Hace sol y la temperatura es inusualmente alta para estas fechas. Cuando mejor estamos (cervecita, olivas, patatas y buena conversación) aparece un gafotas y se pone a tocar la flauta (la suya debe tener pilas porque suena de maravilla, la mía sigue sin querer sonar). Envidia insana corroe mi organismo (seguro que lo hace para chulear). Decido seguir practicando... algún día, tarde o temprano, consigueré que suene (lo de la música costará un poquito más).
Tarde de siestas y de películas. Se acaba el fin de semana.

11 enero 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 10 de enero de 2004 (y 2)


Después de muchas dudas camino hasta los Icaria atravesando el Parque de la Ciudadela. Como últimamente no he ido mucho al cine tengo muchas películas para elegir. Me decido por “Todo lo demás”. Está muy bien, pero estoy convencido que Woody Allen ha plagiado a Goti en la escena que da nombre a la película. La misma anécdota, protagonizada por él, ya me la había contado y, de hecho, es un clásico en la siempre interesante biografía de Goti.
Vuelvo a casa paseando y me impongo una dura sesión de sofá hasta que llega María José. Siesta.

A las 12 decidimos buscar un sitio para cenar. A pesar de la hora todo está muy lleno y en muchos sitios tendríamos que esperar para poder cenar. Al final cenamos en “Al Pasatore”. Las pizzas siguen siendo impresionantemente grandes pero están hechas sin ganas y sin ningún tipo de cuidado. Seguramente tardaremos en volver.

Vuelta a casa y a dormir.

10 enero 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 10 de enero de 2004


Hoy María José tiene una agenda de actividades lúdicas repleta. Desayunamos y nos despedimos hasta la noche. Me quedo en el ordenador escribiendo mientras escucho “Termitas y otras cosas”. El último cd de Pauline en la Playa fue uno de los regalos de reyes. Me gusta y, aunque ellas lo nieguen en las entrevistas, siguen recordándome mucho a Vainica Doble (naturalmente más actuales y algo menos imprevisibles).
Sigo la lectura de los fascinantes diarios de Samuel Pepys. Aquí tenéis un pequeño fragmento correspondiente a la entrada del 24 de abril de 1661. Hay cosas que no cambian demasiado en 343 años.

“... Al levantarme esta mañana, y después de tanta bebida, el estado de mi cabeza era lamentable. Me siento bastante molesto. Salí con Mr. Creed para beber nuestra pinta matinal, pero debí tomar chocolate a fin de reponerme el estómago. Cené con mi esposa en casa de Sir William Batten. Toda la conversación giró alrededor del buen éxito de las solemnidades de ayer. A la noche, anoté en mi diario los sucesos de estos últimos tres días. Mientras escribo, oigo el estrépito de los fuegos artificiales que están quemando junto al Támesis, en presencia del Rey. Desearía estar allí también, lamento no poder verlos. A la cama.”
Samuel Pepys. Diarios 1660-1669.

LAS CINCO DEL VIERNES

Tras dos semanas de inactividad, vuelvo a la titularidad. Aquí tenéis mis respuestas:

1) En este mismo instante me encantaría tener... planes para hoy, tendré que improvisar.
2) De pequeño mi madre siempre me decía... JesúsHernánToniJavier (así, todo junto. Mi madre siempre ha tenido problemas para relacionar los nombres de la familia con una persona determinada, por suerte somos pocos).
3) Cada vez que me miro en el espejo pienso... poco, normalmente pienso poco.
4) Quién habría imaginado que... dejaría esta pregunta sin responder...
5) La gente suele decirme que me parezco mucho a... Alex de la Iglesia (uiii que divertido!)

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 9 de enero de 2004


Desayuno con María José e intento ocupar la mañana con todo tipo de actividades en casa. Después voy al Museo de las Artes Decorativas para visitar “Somnis de paper”. La exposición está dedicada a Carlos Vives, diseñador gráfico y dibujante barcelonés, al que debemos - entre otras maravillas- el diseño de la cajetilla de los cigarrillos Ideales y del papel de fumar Smoking. La exposición es muy sencilla pero está muy bien organizada y permite ver la obra de este autor cuyo nombre no es demasiado conocido pese a que sus creaciones han sido objetos de uso cotidiano para varias generaciones de españoles. Entre las curiosidades figura una página de una revista de los años 60 y un reportaje del No-Do donde se explica que Carlos Vives era insomne (paso 53 de los 74 años de su vida sin dormir). Más tiempo que tuvo para dibujar.

08 enero 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 8 de enero de 2004


Aciagos vientos vuelven a soplar en la casa de los horrores para la que trabajo y parece ser que esta vez no podré escapar de la caza de brujas que está apunto de empezar.

Tristezas laborales al margen, tengo poco que explicar. He acabado ya el último libro de la serie Ripley y he empezado la lectura de los diarios de Samuel Pepys. Funcionario, miembro del parlamento británico, culto, buen comedor y mujeriego Samuel Pepys nos lego un diario lleno de jugosos detalles. El diario, que abarca desde 1660 a 1669, es mucho más sincero que prudente debido al extraño sistema tipográfico que empleo para escribirlo. Un retrato diferente de la inglaterra del siglo XVII y, a su manera, un claro precursor de esto que estais leyendo.

07 enero 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 7 de enero de 2004


Lunes. La noche de reyes sigue teniendo magia. María José ha conseguido, durante los últimos años, que muchos familiares y amigos colaboren con nosotros para poder –entre todos - comprar algunos juguetes para donar en alguna de las campañas que se organizan en Barcelona para que ningún niño se quede sin juguetes en una fecha tan especial. Este año pudimos comprar cuatro bicicletas y, por suerte, Sus y Alberto nos ayudaron a llevarlas. Después disfrutamos del ambiente (cada año me parece que hay más gente en la calle esta noche) y de un chocolate con churros de una calidad más que dudosa.

Dia de reyes. Celebración matutina en Alella (por suerte el madrugón se ha moderado en los últimos años) y muchos regalos (merecidos todos). Después llega el esperado chocolate “si –le-das-la-vuelta-al-vaso-no-cae-nada” de la Tieta Antonia. Naturalmente, repito.

Hemos quedado para hacer un segundo desayuno en casa de Olivia y Roberto. El proyectado desayuno se convierte en un fantástico aperitivo-comida regado con cantidades ingentes de bebidas espirituosas. Ya que se acaban las fiestas, mejor celebrarlo por todo lo alto.

Hoy vuelta a la normalidad, pero... ¿es realmente normal trabajar tantas horas al día?

05 enero 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 5 de enero de 2003


He acabado “El código Da Vinci” después de dos días sin parar de leer; como todo el mundo dice el libro es altamente adictivo (y poco más... pero yo no esperaba encontrar nada más y me lo he pasado en grande). Para recuperar fuerzas y leer más reposadamente he empezado el último libro de la serie Ripley, “Ripley en peligro”.

Ayer domingo celebramos el cumpleaños de Lidu (la madre de María José) con una comida sorpresa (con toda la familia) en el Agua.
Después de comer dimos un corto paseo por la playa y volvimos a casa. María José está engripada y yo no estoy mucho mejor. Se impuso una tarde de pijamas, pastillas y bolsas de agua caliente (en versión actualizada).
Los excesos de estos días parece que empiezan a pasar factura.

03 enero 2004

“Durante nuestra educación, se nos enseña todo tipo de materias para prepararnos para nuestra futura vida laboral. Sin embargo no existe en los actuales planes educativos una sola asignatura orientada a prepararnos para la utilización de nuestro tiempo libre. El desequilibrio es evidente. Se nos prepara únicamente para producir.” Santiago García Quintana. Pequeña Historia del Ocio. Buenos Aires 1958

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 3 de enero de 2004


Viernes. Hemos quedado con los Jordis (P, N y R) para cenar y luego hacer unas copas en el bar de Edu. Jordi P. (por oscuras razones y aludiendo a una borrachera del día 25 del mes pasado, ¡del año pasado!) se cae de la convocatoria. Cuando acabo de trabajar María José, que ya está esperando en la moto, me lleva hasta Gracia. Cenamos en el Amrit (c/Verdi – Bueno, bonito y barato) y después de perderme – como es mi costumbre – por las calles de este caótico barrio, llegamos al Puku.
En el Puku (Edu hoy está enfermo) tomamos un par de cervezas y nos retiramos. Jordi N. vuelve a Almería. Nos despedimos con la esperanza de podernos ver dentro de poco (en Almería o en Barcelona, que más da).
Al llegar a casa, aunque es muy tarde, tengo la necesidad de leer. “El código da vinci” me ha atrapado en sus redes.

Sábado. Desayuno con María José y desconecto del mundo para dedicarme a la lectura. Creo que ella se ha ido a comprar... o algo así. Sigo leyendo.

02 enero 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 2 de enero de 2004


Miércoles. Dedico las últimas horas del año a la cocina. Por la mañana comprando lo que necesito en el mercado y por la tarde cocinando para la cena de esta noche. Cena con nuestros padres (que se portan muy bien y se comen todo lo que les ponemos en el plato), campanadas y larga sobremesa... ya ha empezado un año nuevo.
Desgraciadamente me he constipado por el camino y paso el primer día del año postrado en la cama. María José me cuida.
Aprovecho para acabar “El maestro de Petersburgo” y empezar el absorbente “El código Da Vinci” de Dan Brown (María José no ha podido separarse de él los últimos tres días)

Año nuevo. No hay propósitos ni planes para este periodo de tiempo que ahora empieza (no fumo, bebo lo que me apetece, hago ejercicio cuando tengo ganas y voy aprendiendo cosas inútiles a mi ritmo).

Espero que el 2004 sea mejor, para todos, que el 2003 que acabamos de dejar.

30 diciembre 2003

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 30 de diciembre de 2003


Sorprendente: la empresa que me tiene esclavizado por un precio irrisorio ha decidido que ya he trabajado bastante y que no necesita de mis servicios hasta el año que viene. Por desgracia sólo quedan dos días hasta el año que viene y el día 1 tendré que trabajar (año nuevo, vida nueva... dicen...).
Dos días enteros para dedicar a... nada en concreto.

Después de desayunar con María José me vuelvo a la cama para poder reflexionar con tranquilidad sobre los muchos problemas a los que la humanidad se enfrenta día a día Me duermo.

A media mañana me pongo en marcha, ya que, como dice el dicho: “A quien madruga, Dios le ayuda”. Antes de comprar para la cena de mañana (vienen nuestros padres) me acerco a Norma y me regalo cuatro cómics (dos Daredevils , un Spiderman y “Como conejos” de Ralf König).

En casa de nuevo preparo la comida y espero a María José mientras leo El País. En la página de necrológicas me entero del fallecimiento de Antonio Rivero Crespo, “El Peíto”. Este pícaro sin par, sencillo y entrañable, fue lanzado a la fama por sus apariciones en los programas de Jesús Quintero junto a su “cuñaoooo” el risitas.
Siento un poco de tristeza por su muerte (no podrá incorporar más momentos impagables a su amplio currículo) y mucho agradecimiento por todos los buenos momentos que me ha hecho pasar y por las carcajadas que su contagiosa risa me ha provocado.

Comida, siesta y lectura de cómics (en Daredevil he llegado a la etapa dibujada por Wally Wood, es sensacional). Esta noche quizás veamos un episodio de “Los Soprano”.

29 diciembre 2003

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 29 de diciembre de 2003


Ya ha pasado la primera oleada de fiestas de las navidades de este año. Los últimos días (con pequeños paréntesis laborales) han servido para que este ocioso amateur pueda descansar y recuperar fuerzas. El ocio es cansado y no puede tomarse a la ligera.
Ha quedado tiempo también para “El retorno del rey”. La tercera parte de “El señor de los anillos” es impresionante, me gustó, me divirtió y me emocionó; la trilogía fílmica es la mejor adaptación que podía haberse hecho del libro.
También he tenido tiempo para salir con María José y Jordi N. Jordi vive en Almería y últimamente nos vemos poco, pero la navidad también sirve para este tipo de reencuentros.

Se acerca el fin de año, tiempo de exámenes de conciencia y recapitulaciones. Todas las publicaciones ofrecen sus resúmenes del año; no voy a ser menos. Mi aportación a este pobre género literario de temporada será una lista de recomendaciones literarias basándome en lo que he leído durante este año 2003 que está llegando a su fin.

1. Joyce Carol Oates. El imprescindible “¿Qué fue de los Mulvaney?” (el mejor libro que he leído este año) fue mi puerta de entrada a la obra de esta gran escritora americana. Le siguieron “Zombi” y “Solsticio”. Tengo “Blonde” en la recámara.
2. J.M. Coetzee. El último premio Nóbel de literatura ha ocupado también parte de mi tiempo de lectura. Tras el desgarrador “Desgracia” han llegado los no menos fáciles “Esperando a los bárbaros” y “El maestro de Petesburgo” (actualmente estoy con él).
3. Mario Vargas Llosa. A finales del 2002 leí “Pantaleón y las visitadoras”, hasta entonces no había leído nada del escritor peruano. Este año su obra también ha tenido mucha presencia en mis lecturas: “La fiesta del chivo” (el mejor), “La casa verde”, “la ciudad y los perros”, “el paraíso en la otra esquina” y “¿Quién mató a Palomino Molero?”. Todos son totalmente recomendables. Seguiré revisando su obra.
4. “Best sellers”: Ocupan siempre un lugar destacado. Este año me he decantado por Michael Connelly (“El poeta”, ”pasaje al paraíso”, “el eco negro”, “hielo negro”, “Más oscuro que la noche”) y Douglas Preston y Lincoln Child (“los asesinatos de Manhattan”, “Nivel 5”).
5. A estas alturas y visto el éxito de público y crítica que han tenido, recomendar “La sombra del viento” de Carlos Ruiz Zafón o “Lo mejor que le puede pasar a un cruasan” de Pablo Tusett, puede resultar un poco repetitivo, pero me gustaron y me divirtieron mucho.
6. La irregular pero siempre interesante trilogía “El día del Watusi” de Francisco Casavella también me hizo pasar buenos ratos.
7. Otras cosas que me han gustado: “La casa de una escritora en Gales” de Jan Morris, “El pianista” de Wladyslaw Szpilman, “Un tranvía en SP” de Unai Elorriaga, “Estúpidos hombres blancos” de Michael Moore y “Atrapados en el hielo” de Caroline Alexander.

Espero no haberos aburrido mucho y que alguna de las recomendaciones os haga más ameno el 2004.

27 diciembre 2003

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 26 de diciembre de 2003


Por fin, después de un año de espera, llega el deseado “Mar i muntanya” del día de “Sant Esteve”. Mi madre solía sorprendernos cada año con un plato diferente, pero desde hace ya unos años, y por petición popular, se ha institucionalizado el “Mar i muntanya” como plato obligatorio. El “Mar i muntanya” es un plato tradicional de la cocina catalana, un plato de maridaje entre la cocina marinera y la cocina de interior, un festival de sabores contrapuestos que añaden variedad y riqueza a un plato pantagruélico.


En los pocos restaurantes que lo preparan los ingredientes suelen ser pollo y langostinos. El de casa (y de aquí viene parte de las pasiones que el plato levanta) es mucho más completo: Cigalas, langostinos, bocas, almejas, mejillones, calamar, setas, pollo, conejo, albóndigas, salchichas, costilla y pies de cerdo. Todo está buenísimo y la salsa resultante es impresionante.
Cocinado con horas de trabajo y mucho cariño que, por muchos elogios que el plato reciba, dificilmente se pueden pagar.
En la comida de este año somos diez. Disfrutamos, reímos y hablamos (poco, pues estamos muy ocupados). La sobremesa se alarga... son casi las nueve cuando nos levantamos de la mesa y volvemos a casa.

Vemos “El Señor de los Anillos. Las Dos Torres”. Ayer vimos la primera parte y ahora ya estamos preparados para ver la conclusión de la trilogía. Este fin de semana, aunque trabajo, intentaré encontrar un hueco para ir al cine.

25 diciembre 2003

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 25 de diciembre de 2003


Nos levantamos pronto (tenemos ganas de jugar con los juguetes nuevos). No desayuno, no tengo hambre. Monto mi nuevo teclado en el ordenador e intento hacer sonar la flauta (haciendo caso omiso al dicho, no lo consigo ni por casualidad) mientras María José pone en orden la casa.
En tren, vamos hasta Alella. Hace sol y el mar, visto desde la ventanilla del tren, está precioso. Hoy comemos en casa de los padres de María José, doce a la mesa. Mucha comida (son pocos los osados que consiguen llegar con un rincón al último plato, yo no me encuentro entre ellos). Los adultos jugamos con los juguetes que Papa Noel le ha traído a Alejandro mientras Alejandro (nuestro sobrino) se lo mira con resignación.
La larga sobremesa puede con mi resistencia física y caigo con estrépito. Una siesta en el sofá me repone. Cuando me despierto en la mesa hay uno más: Dami, un amigo de María José, se ha pasado a saludar y se ha quedado un rato.
Volvemos a casa (Pepe hace de taxista) cargados de “tuppers” con parte de la comida que ha sobrado (son un bien muy preciado que salvará muchas comidas las próximas semanas). De regalo con el lote de “tuppers” daban una longaniza y un poco de jamón que ahora también alimenta nuestra, ahora bastante surtida, despensa.

Han sido dos días divertidos con la gente que queremos y la oportunidad de reunirnos con los familiares a los que vemos menos. Esto es la navidad, compartir momentos de alegría todos juntos.

Mañana volvemos a casa de mis padres. Para comer tenemos el sin parangón “Mar i muntanya” que prepara mi madre. Son pocos los elegidos para disfrutar de tan excelso manjar; todos ellos son afortunados por poder estar (aunque sea unos breves minutos) tan cerca de la gloria. Mañana intentaré ofrecer una descripción más completa de este plato de locos que cada año se nos regala con generosidad.

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 24 de diciembre de 2003


El día 24 siempre ha sido un día especial. A mediodía, y siguiendo la tradición instaurada hace unos años (tradición que rompe con todas las tradiciones), María José y yo nos damos los regalos navideños. Hay mucha ilusión tanto en el que regala como en el que recibe el regalo y disfrutamos mucho de este momento. Este año María José me ha regalado una cosa que hace tiempo que deseaba pero que nunca me hubiera atrevido a comprarme: un instrumento musical, una flauta travesera. Tengo ganas de aprender a tocarla pero mis primeros intentos para conseguir un solo sonido no han alcanzado el éxito. Ya he buscado el compartimiento de las pilas pero no lo encuentro, y la flauta sigue sin querer sonar (se van a enterar los de la tienda).

Por la noche cena en casa de mis padres. Hoy somos 16 sentados a la mesa; a los ya habituales (todos familia) se han añadido este año los vecinos de toda la vida (que ya eran mayores cuando yo era un niño). Nada más entrar un pitido llama nuestra atención. Después de una investigación a fondo se descubre la causa del molesto sonido: el sonotone del vecino, revisado por última vez en vísperas del mundial 82, emite un pitido supersónico que tiene la virtud de clavarse en el cerebro sin provocar, espero, daños permanentes. Yo no sé si facilita su audición... pero estoy seguro que dificulta la nuestra.

Cena abundante y deliciosa (sé que todo el mundo cree lo mismo pero en mi caso es verdad: mi madre es una estupenda cocinera). El sector Ultra, liderado por mi tío Hernán en uno de sus días más inspirados, hace estragos y provoca abundantes risas. Me lo paso genial.

Con los postres llegan los regalos. Volvemos a casa muy tarde, muy cansados y en bus nocturno (encontrar un taxi libre es misión imposible). Ya es navidad.