30 junio 2024

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 30 de junio de 2024


Las preocupaciones laborales empañan los ratos de ocio. Pese a ello, algunos momentos destacan: descubrir un nuevo restaurante al que podemos llegar caminando, volver a casa caminando después de un día duro, algún rato de lectura, volver a tener un perro en casa durante unos días, una comida en casa con mi madre y una verbena atípica confinados por los petardos y con Mariona que se apunto en el último momento… Pasamos el último fin de semana de junio en S’Agaró. Salimos con el “Prou Lluny” de Mía con Marta, Esther y Albert, comemos – como siempre muy bien – en el Godard, desayunamos en La Vienesa y paseamos por Sant Feliu.

16 junio 2024

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 16 de junio de 2024


Descanso por fin después de días obviando el estatuto de los trabajadores. Sin tiempo para vivir, tampoco he tenido el tiempo y la calma necesaria para pararme, reflexionar y escribir un poco en este diario cada vez menos periódico.

Y pese a las quejas, algún momento ha destacado por encima de la neutralidad general y merece ser contado (aunque sea de una manera breve y poco precisa).

Nueva edición del Tast a La Rambla. Muchas horas invertidas, pero muchas de ellas de calidad y con retorno. Un año más – y van diez – cierro la experiencia agotado, pero contento de haber podido trabajar con un equipo increíble y un ambiente genial.

Por el camino, también he leído, con una sonrisa, “Tres enigmas para la Organización” de Eduardo Mendoza. Me ha gustado. Las carcajadas que hace muchos años me produjo “Sin noticias de Gurb” se han convertido en una sonrisa continúa. Ambos hemos cambiado, pero Mendoza sigue en buena forma.

También hemos hecho una escapada a la Fundació Antoni Tàpies para disfrutar de la sensacional “Cada quien, un universo” de Chiharu Shiota. Quedá una semana. No os la perdáis.



Poco más: Un viaje a Castellón, un buen rato con Pepe y Lidu en Alcossebre y algunas cenas con amigos (con Marta, JoanMa, Albert y Esther en un restaurante italiano que no merece mención y, en casa de Núria i Jordi R, con Elna, Txell y Lluís) también han servido para recargar pilas.

Pese a que hace años que no compro discos de manera regular, no soy de piedra y entrar en una tienda, supone una tentación irresistible. El otro día, haciendo tiempo antes de una reunión, entré en Revólver y salí con un single en vinilo verde de Rebeldes 79. Es precioso, pero como tiene el agujero pequeño, no podrá sonar nunca en la sinfonola. Para resarcirme, también compro – esta vez online – el Space Oddity de Los Hermanos Calatrava. No veo el momento de incorporarlo a la selección musical que suena en Graceland.